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Equipo Biblico Verbo oramos & S = = aS 2 3 a 5 S indice Presentacién Parte I: Presentacion de Jestis Unidad 1 Texto biblico: Le 1,57-80 Lectura creyente: E! nacimiento del dltimo profeta del Antiguo Testamento Lectura orante: «Su nombre es Juan» (Le 1,57-80) Unidad 2 Texto biblico: Le 2,1-20 Lectura creyente: El nacimiento de Jestis, Salvador, Mesias, Sefior Lectura orante: «Vamos a Belén» (Le 2,1-20) Parte Il: Actividad en Galilea Unidad 3 Texto biblico: Le 4,14-30 Lectura creyente: EI proyecto liberador de Jess Lectura orante: «Me ha consagrado para llevar la buena noticia de salvacién» (Le 4,14-30) Unidad 4 Texto biblico: Le 5,1-11 Lectura creyente: Una pesca que rescata Lectura orante: «Puesto que tt lo dices, echaré las redes» (Lc 5,1-11) Unidad 5 Texto biblico: Le 7,11-17 Lectura creyente: El milagro de la vida Lectura orante: «El Sefor, al verla, se sintié profundamente conmovido» (Le 7,11-17) Parte lil: Camino hacia Jerusalén Unidad 6 Texto biblico: Le 9,51-62 Lectura creyente: Iniciando el camino Lectura orante: «TU... sigueme» (Lc 9,51-62) Unidad 7 Texto biblico: Le 10,25-42 Lectura creyente: Dos caras de la misma moneda: actividad y escucha (Lc 10,25-42) Lectura orante: «Andas inquieta y preocupada por muchas cosa Unidad 8 Texto biblico: Le 15,1-10 Lectura creyente: La alegria de encontrar lo perdido Lectura orante: «Alegraos conmigo» (Le 15,1-10) Unidad 9 Texto biblico: Lc 16,19-31 Lectura creyente: El rico que no tenia corazon Lectura orante: «Tienen la ley y los profetas, que los escuchen» (Le 16,19-31) Unidad 10 Texto biblico: Le 18,9-14 Lectura creyente: Orar desde la verdad Lectura orante; «Dos hombres subieron al Templo a orar...» (Lc 18,9-14) Parte IV; Pasion y Resurrecci6n Unidad 11 Texto biblico: Le 22,14-30 Lectura creyente: Un «a-Dios» nuevo y ejemplar Lectura orante: «Haced esto en recuerdo mio» (Le 22,14-30) Unidad 12 Texto biblico: Le 24,13-35 Lectura creyente: En el camino de Emats Lectura orante: «No ardia nuestro coraz6n?» (Le 24,13-35) Celebracién final: La alegria de la salvacién Créditos Presentacion Desde que, hace unos afios, surgié la coleccién «Lemos, Compartimos, Oramos», mu- chas personas nos han pedido que les acerquemas, en ella, los evangelios. Un grupo formado por tedlogos y biblistas, hombres y mujeres, sacerdotes, religiosos y laicos, he- mos preparado estos materiales. Tenemos por delante, en duracién estimada de un curso, el reto de introducirnos como creyentes en el evangelio de Lucas. La aventura es fascinante, pero no facil, porque seguir con coherencia a Jesucristo es navegar con- tracorriente. Contamos, para ello, con el apoyo inestimable del grupo biblico, con el sos- tén de la comunidad eclesial y con el viento del Espiritu que, sin duda, haré que la obra llegue a buen puerto. 1, Como utilizar estos materiales Estos materiales estén pensados pata el trabajo en grupo, pero también son validos pa- ra la reflexién personal. Constan de doce Unidades més una celebracién final. Dado que cada Unidad esta pensada para dos sesiones, resulta un total de 25 reuniones de grupo, que son los encuentros que suelen tener lugar a lo largo del afio en cualquiera de nuestras parroquias y grupos biblicos. Primer encuentro: Lectura creyente Hemaos denominado a la primera parte de la Unidad «Lectura creyente». Lejos de ser un anélisis meramente intelectual del texto biblico, pretende descubrir el mensaje de fe que guarda, desde una actitud més orientada a «saborear» que a «indagar», Los participantes del grupo biblico, ayudados por la persona que hace las veces de ani- mador, van leyendo el relato, deteniéndose en las reflexiones y preguntas marcadas en cursiva, Juntos, buscan responderlas acudiendo a los textos que se sefialan. Es reco- mendable no saltar al parrafo siguiente, pues en él se ofrecen las respuestas requeri- das. De esta forma, el mismo grupo va verificando su avance en la comprensién del pa- saje. Los recuadros al margen tienen caracter informativo. Son eyudas para comprender me- jor el texto y para profundizar en elementos que quedan fuera de la explicacién ofreci- da. El animador debe decidir en qué momento de la sesi6n pueden ser leidos, o inclu- so recomendarlos para el trabajo de profundizacién personal después del encuentro grupal. Esta sesién de lectura saboreada de un pasaje que hemos denominado «Lectura cre- yente», termina con un recuadro que lleva por titulo «Herramientas para Profundizar>. En él se ofrecen recursos para seguir ahondando en el tema desde otros lugares de la Escritura, desde las ensefianzas de la Iglesia, desde la pastoral, etc. EI animador debe llevar preparado el recurso sobre el que profundizaré el grupo, asi como los materiales precisos para que pueda desarrollarse ‘Segundo encuentro: Lectura orante La segunda sesién de cada Unidad es una Ficha de Lectura orante. Una vez que el gru- po de Lectura creyente ha saboreado el texto biblico, da un paso més y efecttia una Lectura orante de! mismo. De esta forma la Palabra comprendida, es meditada, orada y contemplada, hasta conformar en nosotros la mirada, los sentimientos y las actitudes de Cristo. Solo desde aqui brotaré un compromisa auténtico y coherente con nuestra identidad cristiana. Hemos tomado el itinerario clasico de la Lectio Divina, al que hemos afladido, segtin la sensibilidad actual, el paso del compromiso: * Lectura: squé dice el texto? * Meditaci6n: qué dice de mi/nosotros el texto? © Oraci6n: gqué le decimos a Dios a partir del texto? * Contemplacién (incluida en la Oracién): miro y me dejo mirar. * Compromiso: gqué hace surgir en mi/nosotros el texto? Este encuentro de Lectura orante, aunque se realice en grupo, tiene momentos de si- lencio y reflexién personal, tal y como esté sefialado en cada ficha. Como el objetivo es ayudar en elitinerario de oracién, cada uno de los pasos (Lectura, Meditacién, Oracién) contiene numerosas sugerencias que, por otra parte, no se agotan en si mismas. Evi- dentemente, no pueden contemplarse todas en una sola sesion. Sera necesario que cada participante elija una para reflexionar y después poner en comin en el grupo. El tiempo de silencio previo est4 orientado a dejar que la Palabra ponga al descubierto el elemento més apropiado para mf aqui y ahora, y sobre el que cada uno va a detener- se ya compartir después con el grupo. El resto de las sugerencias, y otras no escritas que puedan presentarse, serén motivo de reflexién y oracién en otros momentos. 2. El evangelio de Lucas Cuando uno desea emprender un viaje, realiza una serie de preparativos antes de lle- varlo a cabo. Busca informacién sobre el lugar de destino, consulta algunos mapas y gulas turisticas que le ayuden a orlentarse dentro del pals. A la hora de acercarnos al tercer evangelio también necesitamos algunas «informaciones» que nos orienten a lo largo del camino. gQuién fue su autor y cuando se escribid? {A quignes va dirigida es- ta narracion? gCudles son los temas principales? Comenzaremos diciendo que la tradicién que se remonta a Eusebio de Cesarea (obis- po de esta ciudad en el s. 1!) atribuye al autor del evangelio también ctra obra: EI libro de los Hechos de los Apéstoles. Algunos autores lo identifican con Lucas, médico de Antioquia, seguidor y compafiero de Pablo (Flm 24, Col 4,14; 2 Tim 4,11). Aunque en la actualidad no todos los comentaristas estén de acuerdo con esta identidad, pode- mos decir que probablemente el autor era una persona de origen gentil, conocedora de la cultura biblica y helenista. Fijar el tiempo y el lugar donde fue escrito es mas di- ficil ain. La fecha de composici6n suele fijarse en torno al afio 80, después de la des- trucci6n de Jerusalén. Es complicado sefalar el lugar. Al analizar el texto caemos en la cuenta de que se origina en un contexto helenizado, fuera de Palestina, cuya geogra- fia el autor desconoce. En consecuencia, los destinatarios proceden en su mayoria del mundo griego con una minorfa judeocristiana Lucas es el Unico de los cuatro evangelistas que comienza su libro con un prélogo (1,1-4) en el que explica sus pretensiones y el modo de realizarlas. El evangelista dice que se dispone a escribir euna historia coherente de los hechos que acaecieron entre nosotros», Se refiere a la vida de Jess desde su nacimiento hasta la ascensi6n a los cielos. No es el primero que se ocupa de este asunto; otras lo han hecho antes que él: el evangelio de Marcos y un documento que recoge dichos de Jesds (llamado en el mundo académico efuente Q») son obras que Lucas toma como referencia. Pero el au- tor se apoya sobre todo en la tradicién de «quienes desde un principio fueron testigos presenciales y encargados de anunciar el mensaje». Accontinuacién define su método: ha investigado a fondo y ha pretendido escribir orde- nadamente. Se trata mas bien de un orden didactico, es decir, de una narracién pen- sada y reflexionada sobre los acontecimientos y la ensefianza de Jestis. Lucas dedica su libro a Teéfilo (cf. Hch 1,2), un personaje desconocido para nosotros pero aplicable a todos por el valor simbélico de su nombre (significa en griego «amigo de Dios»). El evangelista quiere que Teéfilo reconozca la autenticidad de las ensefianzas que ha re- cibido. Estamos sin duda en la segunda generacién cristiana, es decir, tras la muerte de quienes fueron testigos oculares de los hechos a) Recorriendo su camino El tema del camino aparece con frecuencia en el tercer evangelio. No se trata de un simple trazado geografico sino que, para Lucas, tiene un sentido teolégico. Es en el ca- mino donde se desarrolla la historia de la Salvaci6n. En Jestis se inicia un camino pro- fético y salvador que més tarde tendré su continuaci6n en la Iglesia, con la fuerza del Espiritu. En este camino sitta Lucas a grandes personajes como Juan Bautista (7,27) 0 Marfa (1,39). Es un camino que JesUs abre con su vida, recorriéndolo personalmen- te durante su ministerio y que le lleva a la resurreccién o plenitud de la vida. Este itine- rario tiene sus inicios en Galilea. Su presentaci6n en la sinagoga de Nazaret es una de- claraci6n de intenciones. EI objetivo de su misién esta claro: ha sido ungido para pro- clamar la buena noticia de la salvaci6n a todos los hombres y mujeres de su tiempo. En él se cumple la Escritura. Comienza as/ el anuncio del reino de Dios como una rea- lidad presente que Jestis muestra con sus signos liberadores. En su andadura, Jestis deberd caminar hacia Jerusalén, ciudad donde tendrd lugar su pasién y muerte, su re- surrecci6n y ascension. Lucas presenta asf a Jess como el cumplimiento de la salvaci6n prometida por el Pa- dre. Esta se recibe por pura misericordia y no por méritos propios (13,1-9; 14,1-24). Jests, como auténtico Séter (Salvador), libera a la humanidad del dolor, de la enferme- dad, del pecado y de la muerte. Jesus muestra la salvacion en clave de cercania y de misericordia. Resulta llamativa la cercanla de Jess sobre todo con los pobres, los pe- cadores, los marginados y las mujeres. Todos ellos excluidos de la salvacién por el ju- dafsmo oficial de aquel tiempo. La practica de la misericordia es para nuestro autor re- flejo de la del mismo Dios, Jesus ofrece la salvacién definitiva 0 la alegria escatologica mediante su seguimiento y la incorporacién a su comunidad. b) Ligeros de equipaje En esta propuesta de camino a la que nos invita el evangelio de Lucas, van aparecien- do otros temas significativos tales como el desprendimiento de las riquezas, la solidari- dad, el compartir con los demas, la radicalidad evangélica y la practica de la misericor- dia. Otro tema caracteristico es la oracién. Ya desde los relatos de la infancia todos los acontecimientos aparecen envueltos en un clima de oracion. Personajes como Zaca- tfas, Marfa o Isabel rezan, alaban @ Dios, dan gracias. También Jesus aparece orando en los momentos fundamentales de su vida. Recordamos que Lucas comienza su evan- gelio y lo finaliza en el Templo. Otro de los temas que recorre e! tercer evangelio es la alegria. Aparece como regalo de Dios, inseparable del don de la salvacién mesianica, y se manifiesta especialmente en quienes acogen dicha salvacién. Lucas subraya la presencia del gozo como respuesta a la evangelizaci6n: es la manifestacién terrena del gozo que hay en el cielo cuando el ser humano acepta la salvaci6n y vuelve al Padre. En la salvacién universal que trae Jests adquieren especial protagonismo las mujeres Ellas también reciben los signos del reino: la curacién, el perdén, la misericordia y la vida (7,11-17). Contra la costumbre de la época, Jestis las admite en su seguimiento y les ensefia. Son las primeras testigos de la resurreccién y reciben el encargo de anun- ciatla a los discipulos (24,1-11.22). Todo ello ha hecho que Lucas sea conocido como el . En muchas ocasiones ta cuestion ya se tiene resuelta antes incluso de la concepcién o se va pensando durante el embarazo. ‘Avveces, la decisién no es facil por las sugerencias de los abuelos o de terceras perso: nas 0, incluso, por desacuerdos entre los propios padres. El nombre que llevamos nos identifica. Nos representa. Incluso, hasta puede hablar de lo que somos, 0 quiénes somos (baste pensar en las dinastlas monérquicas). Nuestro nombre lo hemos recibido como herencia de nuestros progenitores o antepasados. Qui- 74 por un acontecimiento singular que tiene que ver con nuestros padres 0 con el he- cho de nuestra concepcién o nacimiento. Este nombre, en el bautismo, fue sellado co- mo «nombre de pila» y qued6 inscrito en el libro de bautismo camo refiejo del libro de la vida del reino de los cielos. Compartamos en grupo. éSé por qué me pusieron mi nombre? ¢Conozco su sig- nificado? ¢Conozco personas que han recibido un nombre por circunstancias especiales? & Cerrando el Antiguo Testamento y abriendo el Nuevo Testamento Nos disponemos a iniciar el recorrido por el evangelio de Lucas. Lo hacemos con el na- cimiento de Juan el Bautista. Atras queda el prélogo con el que Lucas presenta su obra (1,14), el anuncio del nacimiento del Bautista a su padre Zacarias (1,5-25), el anun- cio del nacimiento de Jestis a su madre Marfa (1,26-38) y la visita de Maria a su pa- riente Isabel (1,39-56). Lucas compone el inicio de su obra en un cuidado diptico, con la concepcién de ambos niffos, el relato de sus nacimientos y, finalmente, la primera predicacién, ya adultos. Con este esquema Lucas representa el cierre del Antiguo Tes- tamento, encarnado en la figura de Juan el Bautista, y la apertura del nuevo, con Ia lle- gada de Jestis de Nazaret. Leamos el texto, Le 1,57-80. :Qué se narra? ¢Quiénes son los personajes que intervienen? ¢Cémo podemos dividir la escena? El pasaje narra el nacimiento de Juan el Bau- tista, Pero los protagonistas de toda la esce- na son sus padres, Zacarias e Isabel. Tam- bién aparecen los vecinos y parientes, y todes los habitantes de Judea, como testigos direc- tos de lo acontecido. Podemos dividir la esce- na en tres momentos con una conclusién fi- nal. El primero refiere el nacimiento propia- mente dicho con la reaccién de los vecinos (1,57-58). El segundo se centra en la circun- cision y la imposicin del nombre (1,59-65a). EI ditimo presenta la reaccién de sorpresa de los habitantes de Judea y la respuesta en ala- banza de Zacarias (1,65b-79). El pasaje ter- mina con un versiculo a modo de sumario 0 resumen, sintetizando la vida del nifio Juan Lucas es el nombre atribuido por Ia tradicion para el autor del tercer evangelio y del libro de los Hechos de los Apéstoles. No sabemos quién €s. Se le relaciona con el apéstol Pa- blo (Fim 24; Col 4,14; 2Tm 4,11). Como firma en el prélogo del evan- gelio, no fue testigo directo de la vi- da del Sefior. Escribe, principalmen- te, para cristianos convertidos del pa- ganismo (en los afios finales del s. ), tentados de acomodarse al ambiente del imperio romano y la cultura hele- nistica. El evangelista quiere reavivar la fey el compromiso de su comuni- dad volviendo a la esencia del men- (1,80). saje de Jesus Adentrémonos poco a poco en el rela- to. Comencemas releyendo el primer momento (1,57-58). A qué tiempo alude el narrador? ;Cémo definen los veci- nos y parientes el suceso? Por qué? eB El don de Dios El inicio de la escena tiene a Isabel como protagonista, junto con los parientes y veci- nos. El texto comienza sefialando el cumplimiento del tiempo de dar a luz. Para com- prender esta afirmacion tenemos que mirar la primera escena que abre el evangelio. Después del solemne prélogo en el que Lucas indica por qué ha decido escribir su evangelio, el autor nos introduce en el anuncio de! nacimiento del Bautista. El Angel Gabriel es enviado por Dios a Zacarlas, sacerdote del templo de Jerusalén, casado con Isabel. Ambos eran fieles cumplidores de la ley del Sefior, ancianos y sin descenden- cia porque Isabel era estéril. Pero pedian al Sefior un hijo. La plegaria fue escuchada por Dios y, por medio del angel, le anuncia el nacimiento de un nifo en el tiempo fija- do, al que llamaré Juan, y desempenaré la misién de preparar al Sefior un pueblo bien dispuesto. Dios es fie! a su palabra, Cumplido el tiempo, tal como fue anunciado (1,20), Isabel da a luz un nif. La noticia llega a los parientes y vecinos que, conociendo la situacién de Isabel (ancianidad y esterilidad), reconocen que es obra de la mano del Seftor. Dios tie- ne misericordia de ella y le concede el don de un hijo. ¥ acuden a felicitarla. Este jubi- lo cierra el primer momento. Pasemos a leer el segundo momento, Le 1,59-65a. {Qué le pasa a Zacarias? éPor qué? ¢Qué importancia tiene el nombre del nifio? La circuncisidn tiene, primariamente, & El nombre del Bautista una finalidad higiénica, pero se le asigné un valor religioso. Para el pue- Después del nacimiento tiene lugar el rito de blo de israel es el rito que constitula la circuncisién del nifio. Ahora entra también la seftal por excelencia de la alianza en escena su padre Zacarias. Pasados los que Dios habia sellado con Abrahén ochos dias que sefialaba la ley (Gn 17,12; L- y con toda su descendencia (Gn v 12,3), el nifio es circuncidado como todo va- 417,9-14; Eclo 44,20; Hoh 7,8; Rom rén israelita. En ese momento se impone el 4,11). Debfa realizarse a todo varén nombre con el que queda incorporado al pue- israclita, incluso a los esclavos nati- blo de Dias. Todos querian ponerle el nombre vos 0 extranjeros. del padre: Zacarias, que significa «El Seftor recuerda» y podria aludir al hecho de que Dios escuchara su plegaria. Pero Isabel in- dica otro nombre que revela mejor el don recibido: Juan, del hebreo Johannan, que significa «EI Sefior tiene misericordia», y manifiesta la misericordia de Dios con Zaca- rias e Isabel, y la misi6n del Bautista como profeta del Dios de la misericardia Frente a la extrafieza de todos, pues nadie en la familia se llamaba asi, preguntan al padre. Lo hacen por sefias. Zacarlas habla quedado mudo cuando dudo ante las pala- bras del angel (1,20) y es normal que los mudos también desarrollen problemas de au- dicién. Pero la narracién lo dramatiza asf para focalizar toda la atencién en la respues- ta del padre y crear suspense esperando la escritura de la tablilla. Su respuesta reatir- ma las palabras de su esposa y las del angel (1,13): «Su nombre es Juan». Los veci- nos se quedan sorprendidos. El padre, que ha sido fiel al anuncio del angel, recupera el habla y alaba a Dios. Los demas se llenan de temor, pues algo sorprendente, sobre- natural, ha acontecido. Sigamos leyendo el tercer momento de la escena, comenzando por Lc 1,65b-67. ¢Cuél es la reaccién de ta poblacién de Judea? z¥ la de Zacarfas? El relato continda con la divulgacién de este suceso. E| hecho sorprendente del naci- miento de Juan sale det circulo familiar y vecinal para adentrarse por toda la regién de Judea. Donde llega la noticia de lo acontecido provaca estupor y sorpresa. El modo de la concepcidn y de la imposicién del nombre sefiala su excepcionalidad. Y se suscita la pregunta: gqué va a ser este nifio? Era evidente que la mano de Dios estaba con él. El inicio de su vida se parecfa al de otros grandes personajes del Antiguo Testamento (Ej, Moisés: Ex 2; Samuel: 1 Sm 1; etc.). La respuesta la va a dar, de nuevo, su padre de un modo sorprendente y solemne. Se llena del Espiritu Santo y profetiza sobre el nifio. Inspirado por Dios va a describir quién es Juan. El que habfa permanecido callado durante tanto tiempo asombra con las pa- labras que salen de su boca. Leamos el céntico de Zacarlas comenzando por su primera parte, Le 1,68-75. zQué son las palabras de Zacarfas? ;Cémo inicia? ¢A quién se refiere? Las palabras proféticas de Zacartas se 2 El Benedictus conocen con el nombre de Benedictus (por su inicio en latin) y Las palabras proféticas de Zacarias comien- forman parte de la oracién de Laudes zan con una bendicisn propia de la religion | def Liturgia de las Horas dela gle judla, Se divide en dos partes. En la primera | sia Catoica, Otras dos composicio se compendian grandes momentos de la his- | nes de Lucas, se ineluyen en otras toria de la salvaci6n de Israel en retrospecti- | horas. el Magnificat de Maria va (David, Alianza, Abrahén). Zacarlas bendi- | (7.46.55), para la oracién de Vispe- ce al Seftor, porque ha venido a auxiiar asu | fas, y el Nunc Dimitis de Simeon pueblo Israel y a cumplir sus promesas deli- | (2.29.80), para la de Completa. beracién, Anuncia la llegada de un salvador, descendiente de David, que los salvar de los enemigos, como prometieron los profetas. De este modo, Dios manifiesta su fidelidad a la Alianza sellada con su pueblo y al juramento dado a Abrahén. Y asi el pueblo pue- de cumplir su misién de servir a Dios en la santidad por todos sus dias. Poco antes, Lucas ha narrado el anuncio del nacimiento de Jesus, a quien el angel Ga- briel ha descrito como descendiente de David y Salvador (1,31-33). Y desde la respues- ta de Maria («Hagase» 1,28) ya ha sido concebido. Por eso, Zacarias puede profética- mente bendecir a Dios por el cumplimiento de las promesas de salvaci6n. Leamos la segunda parte del cantico, Le 1,76-79. A quién se refieren ahora es- tas palabras? ;Cémo describen su misién? Después de proclamar la llegada del salvador, Zacarias dirige las siguientes palabras inspi- radas a su hijo Juan. Lo define como profeta del Dios Altisimo porque ird delante del Seftor para preparar su venida. El Sefior es en pri- mer lugar Dios Padre, pero podemos al mis- mo tiempo ver al Sefior Jesus como el salva dor anunciado. La misién de Juan es la de anunciar la salvacién por el perdén de los pe- cados. Zacarfas describe esta salvacién: la lle- gada de un nuevo amanecer de lo alto (cf. Nm 24,17; Mal 3,20). Todo sucede por la entra~ fable misericordia de Dios. Catecismo de la Iglesia Catdlica, 2626 La bendicién expresa el movimiento de fondo de la oracién cristiana: es encuentro de Dios con el hombre; en ella, el don de Dios y la acogida del hombre se convocan y se unen. La oracién de bendicién es la respuesta del hombre a os dones de Dios: por- que Dios bendice, el corazén del hombre puede bendecira su veza A- quel que es la fuente de toda bendi- cion. Ahora entendemos mejor el porqué del nom- bre del nifio. En él se ha mostrado la miseri- cordia de Dios para con sus padres Zacarlas e Isabel. Pero esta misericordia va mucho més alld, tiene dimensiones mayores. Se trata de la misericordia para todo el pueblo de Israel. Por esta misericordia Dios trae el nacimiento del Salvador como luz para los que viven en la oscuridad y en sombras de muerte (cf. Is 9,1; 42,7). Este Mesias los hara caminar en la senda de la paz. Juan va a anunciarlo como profeta, seguin ha profetiza- do su padre Zacarias. Por eso, no bastaba un nombre que identificara al nifio con su familia, sino con la gran familia de Dios, la humanidad. Terminemos leyendo el final del relato, Le 1,80. {Qué se dice del nifio Juan? 2A qué nos recuerda? El evangelista Lucas cierra esta escena con un breve sumario que sintetiza la vida del nifio Juan. Se afirma que crecié e iba fortaleciendo su espiritu. Se indica asf su creci- miento exterior e interior, su desarrollo fisico y espiritual que lo va a preparar para su misi6n, La misma afirmacién describiré la infancia de Jesds (2,40,52). También se alu- de al desierto como lugar de su morada. El desierto fue su campo de entrenamiento, su gimnasio particular para robustecer su interior ante la misi6n que se le habla enco- mendado. Esta comenz6 en el momento oportuno, en el dia en que se presenté a Is- rael. De esta manera el evangelista concluye como empez6. Al inicio se cumplié el tiempo para el parto, ahora se cumple el tiempo para la misiOn profética, una vez cumplido e! tiempo de crecimiento. Y con este nacimiento de Juan, y su misién, llega a cumplimien- to el tiempo del Antiguo Testamento, dando paso al tiempo del Nuevo Testamento. Juan, el Bautista, lleva grabado en su nombre la razén de este cambio: Dios ha tenido misericordia. Ahora toca a los bautizados dar crédito del Nombre en el que han sido bautizados. Herramientas para profundiza & Desde otros pasajes de la Escritura Comparar el relato del nacimiento de Juan y la imposicién de su nombre con e| de otros personajes del Antiguo Testamento: Esau y Jacob (Gn 25,19-26), Moisés (Ex 2,1-10), Samuel (1 Sm 1). éPor qué reciben cada uno su nombre? S&S Desde el Magisterio Leamos un fragmento de la exhortacién Evangelii Gaudium, 3: «lnvito a cada cristiano, en cualquier lugar y situacién en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo 0, al menos, a tomar la decisién de dejarse encontrar por él, de intentarlo cada dia sin des- canso. No hay razén para que alguien piense que esta invitacion no es pa- ra él, porque “nadie queda excluido de la alegria reportada por el Sefior”. Al que arriesga, el Seftor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequefto pa- so hacia Jess, descubre que él ya esperaba su llegada con los brazos abier- tos. Este es el momento para decirle a Jesucristo: “Sefior, me he dejado en- gaflar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aqui estoy otra vez para re- novar mi alianza contigo. Te necesito. Rescatame de nuevo, Seftor, acépta- me una vez mas entre tus brazos redentores”. {Nos hace tanto bien volver a él cuando nos hemos perdido! Insisto una vez mas: Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su miseri- cordia...Nadie podré quitarnos la dignidad que nos otorga este amor infini- to e inquebrantable. EI nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolver- nos la alegria». Compartamas qué nos sugiere esta reflexion sobre la misericordia de Dios. eA Ro Roe a(c «Su nombre es Juan» (Le 1,57-80) *Yy. Nos disponemos Nos preparamos para acoger la palabra de Dios en nuestra vida con un momento de silencio. Pedimos al Espiritu Santo que abra nuestro corazén a la Palabra. Ven Espiritu Santo, llénanos de tus dones: de la dulzura de tu presencia; sin ti nada es bueno, nada es recto ni auténtico. Ven, Espiritu Santo: llénanos con tu fuerza; edticanos en el camino de Jesus. Toma nuestras vidas. Hazlas de nuevo. Sopla sobre nuestro barro. Recréanos. Queremos ser un vaso nuevo. Liévanos al encuentro con la Palabra viva y eterna. Amén, §% PROCLAMACION DEL PASAJE: Le 1,57-80 §%. LECTURA. EQué dice el texto? Tras la proclamacion comunitaria del pasaje, volvernos a leerlo de forma personal in- troduciéndonos en la escena, Me dejo gular por la narracién del evangelista san Lucas que relata el nacimiento de Juan el Bautista. * Constato, en primer lugar, que estoy en las primeras escenas del evangelio. Su autor ha querido presentar en forma de diptico la figura de Juan el Bautista y la de Jestis de Nazaret. Lo hace dando énfasis a sus nacimientos, con el anuncio por medio del Angel, la respuestas de los padres y el momento del parto. Se esta ce- rrando el Antiguo Testamento y abriéndose el Nuevo Testamento, la pagina nue- va y definitiva de la historia de la salvacion. © Me sittio ante el primer momento de la escena recordando el anuncio del angel Gabriel. El tiempo anunciado para el nacimiento se ha cumplido e Isabel da a luz a un hijo. A pesar de la ancianidad de Zacarfas e Isabel, y a pesar de la esterilida- 4, Dios ha mostrado su fuerza creadora de vida. Asi lo reconocen los parientes y vecinos. Dios ha mostrado su gran misericordia con ellos concediéndoles este don * Observo la tensi6n narrativa que se crea en el momento de la imposicién del nombre cuando, pasados ocho dias, se circuncida al nifio. Todos apuestan por el nombre del padre, menos Zacarfas e Isabel, que son conscientes del designio de Dios pa- ra este nifio segtin les fue anunciado. Su nombre sera Juan porque en él esta la manifestacion de la misericordia de Dios para con ellos y su pueblo. * Constato cémo la noticia se expande por toda la regién de Judea suscitando perplejidad y asombro ante la identidad del nifio Juan. Hago mias las palabras de su padre Zacarfas que leno del Espiritu Santo alaba a Dios y revela la verdad de lo que esté aconteciendo. Dios ha sido fiel a sus promesas de salvaci6n. Ha llega- do el momento del nacimiento del Salvador y Juan es el profeta que lo anuncia. * Finalmente, me dejo conducir al desierto para contemplar la vida oculta de Juan Alli crecié y se fortalecié, en su cuerpo y en su espfritu, para asumir y afrontar la misién que Dios le encomend6 y que Zacarlas acaba de proclamar. El tiempo del Antiguo Testamento esta llegando a su fin, el del Nuevo Testamento ha comenza- do a salir con el amanecer de nuevo sol que trae la justicia y salvacién de Dios. Después de un breve silencio reflexivo para recorrer toda la escena y lo que en ella su- cede, compartimos el momento del pasaje, la imagen, la frase o la palabra que més ha- ya llegado al corazén de cada uno de los miembros del grupo. '% MEDITACION. iQué me/nos dice el texto? Lucas ha presentado la figura de Juan el Bautista por medio de sus padres y nos intro- duce en el tiempo definitivo de la salvacién. Dejemos ahora que lo narrado como pala- bra de Dios interpele nuestra vida. Si el evangelista viniera hoy a nuestro grupo... * En primer lugar se presentarfa y nos relatarfa cmo nacié en él la fe y nos explicaria por qué escribié un evangelio y por qué lo comenz6 asf. Querria saber cémo se ini- cié nuestro camino de fe y cémo anunciamos la buena nueva de Jesucristo. Como fue el inicio de mi vida de fe? ¢Quién me trasmitié el evangelio de Jesu- cristo? ¢Lo hizo como una buena noticia? ¢Concibo mi persona como un «evan- gelio» vivo? * Nos hablaria de Zacarias e Isabel. De su profunda fe y su vida entregada al Seftor caminando desde la ley del Seftor. Querrfa saber cémo es nuestro modo de vivir la fe, de afrontar las situaciones estériles de nuestra vida 2Vivo escuchando al Seftor en su palabra? ;De qué forma se nota en mi vida? zExperimento la «esterilidad» en mi vida de fe? ;Descubro la ayuda de Dios en fos momentos de dificultad? « El evangelista nos hablarfa también de la clatividencia de los padres de Juan para saber leer los acontecimientos desde Dios, y reconocer en ellos su mano, como asi proclaman los vecinos y parientes. Nos interpelarfa sobre nuestra capacidad para ver a Dios detrés de los avatares de nuestra historia. ¢Descubro a Dios presente en mi vida? Me dejo guiar por su palabra? Qué me- dios 0 personas me ayudan a discernir? * Nos situarla ante las palabras de Zacarfas bendiciendo a Dios y profetizando. Dios ha sido fiel a sus promesas y ha suscitado un salvador. Nos preguntarla sobre nues- tro modo de orar y confiar en la misericordia de Dios. Cémo es mi oracién? ;Bendigo y doy gracias a Dios por su misericordia y lo que hace en mi vida? Experimento la fuerza de Jestis como salvador de los enemi- gos de mi vida? * Tratarfa de adentrarnos también en el desierto para contemplar el tiempo de crecimiento de Juan y explicarnos su significado. Nos interpelarla sobre el modo de crecer y la busqueda de espacios que nos robustezcan en la fe. 4Cémo procuro crecer interiormente? ¢Qué espacios o momentos me ayudan a crecer a nivel de fe? gHe descubierto cudl es mi misién en la vida, mi lugar en Ja Iglesia? Después de unos momentos de silencio para la meditaci6n personal, elljo una de las reflexiones, en la que me haya detenido, y la comparto con el grupo. B ORACION. éQué le decimos a Dios a partir del texto? En el pasaje lefdo y meditado hemos descubierto cémo el evangelista Lucas nos acer- caa la accién misericordiosa de Dios. Guiados por el mismo Espiritu que abrié la boca de Zacarias para la alabanza, dirljamos a Dios Padre nuestra oracién con confianza. * En presencia del Sefior agradecemos la fe que hemos recibido. Ponemos ante él a todas las personas que fueron las primeras en transmitirnos el evangelio de Je- ‘sucristo y a todas las que nos ayudan a vivirlo como buena noticia. © Presentamos al Sefior todos los matrimonios, para que vivan con agradecimiento y generosidad el don de la fecundidad y se dediquen con esmero y solicitud amo- tosa a la educacién de sus hijos. As mismo pedimos por todas las parejas que afrontan situaciones que dificultan o impiden su fecundidad y apertura a la vida. * Pedimos perd6n al Sefior, por las veces que la duda se hace més fuerte que la confianza en Dios, por las veces que permanecemos callados para proclamar el mensaje del evangelio, por las veces que no somos agradecidos por los dones re- cibidos. * Alabamos a Dios por su fidelidad y le pedimos que nos haga ser fieles a nuestro bautismo y vocacisn cristiana. Pedimos a Dios que nos haga ser testigos del nom- bre que portamos desde el bautismo, que nos identifica como hijos de Dios y miem- bros de Jesucristo. * Invocamos a Dios que envie su Espiritu que avive en nosotros nuestra vocacién de profetas, para denunciar toda injusticia e hipocresfa, en el mundo y en la comuni- dad eclesial, y anunciar el amor misericordioso de Dios manifestado en Cristo Je- sus. Tras unos momentos de silencio orante, expresamos también en voz alta nuestra ora- cidn de peticién, agradecimiento o perdén segtin lo que el Espiritu Santo nos haya su- gerido. *&%. COMPROMISO. iQué hace surgir en mi/nosotros este texto? El pasaje de Lucas nos ha presentado la misién que cumplieron Zacarias e Isabel, y su hijo Juan. Al final de esta oracién ponemos también nosotros ante Dios el compromiso al que nos llama hoy el Seftor. — Durante un momento de silencio ieemos de nuevo el pasaje biblico. ~ Con la luz que nos ha offecido la meditacién compartida y la oracién, formulo el com- promiso que quiero adquirir. — Compartimos en el grupo nuestros compromisos. % ORACION final Acabamos rezando juntos la bendicién de Zacarias: iBendito sea el Sefior, el Dios de Israel, que ha venido a auxiliar y a dar la libertad a su pueblo! Nos ha suscitado un poderoso salvador de entre los descendientes de su siervo David. Esto es lo que habla prometido desde antiguo por medio de sus santos profetas: que nos salvaria de nuestros enemigos y del poder de los que nos odian, mostrando asf su compasi6n con nuestros antepasados y acordandose de cumplir su santa alianza. Y este es el firme juramento que hizo a nuestro padre Abrahan: que nos libraria de nuestros enemigos, para que, sin temor algun, le sirvamos santa y rectamente en su presencia a lo largo de toda nuestra vida En cuanto a ti, hijo mio, serds profeta del Dios Altisimo, porque irés delante del Sefior para preparar su venida y anunciar a su pueblo la salvacion mediante el perdon de los pecados. Y es que la misericordia entraftable de nuestro Dios, nos trae de lo alto un nuevo amanecer para llenar de luz a los que viven en oscuridad y sombra de muerte, para gular nuestros pasos por caminos de paz. Unidad 2 Texto biblico: Lc 2,1-20 1 Augusto, el emperador romano, publicé por aquellos dias un decreto dis- poniendo que se empadronaran todos los habitantes del Imperio. 2 Este fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. 3 Todos tenian que ir a empadronarse, cada uno a su ciudad de origen. 4 Por esta raz6n, también José, que era descendiente del rey David, se dirigid desde Nazaret, en la region de Galilea, a Belén, la ciudad de David en el tertitorio de Judea, 5 para empadronarse allf juntamente con su esposa Maria, que se hallaba embarazada. ®y sucedi6 que, mientras estaban en Belén, se cumplié el tiempo del alum- bramiento. 7 Y Maria dio a luz a su primogénito; lo envolvié en pafiales y lo puso en un pesebre, porque no habia lugar para ellos en el mesén. 8 En unos campos cercanos habla unos pastores que pasaban la noche al ra- so cuidando sus rebafios. ? De pronto, se les apareci6 un angel del Sefior y el resplandor de la gloria de Dios los llen6 de luz de modo que quedaron so- brecogidos de temor. !° Pero el Angel les dijo: —No tengais miedo, porque vengo a traeros una buena noticia, que sera cau- sa de gran alegrfa para todo el pueblo. !! En la ciudad de David os ha naci- do hoy un Salvador, que es el Mesias, el Sefor. 12 Esta serd la sefial para que lo reconozeais: encontraréis al nifio envuelto en pafiales y acostado en un pe- sebre. 13 En aquel mismo instante aparecié junto al 4ngel una multitud del ejército celestial, que alababa al Seftor y decfa: 14__ Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres en quienes Dios se complace! 15 | uego los angeles volvieron al cielo, y los pastores se decian unos a otros: —Vamos a Belén, a ver eso que ha sucedido y que el Sefior nos ha dado a conocer. 16 Eueron a toda prisa y encontraron a Marla, a José y al recién nacido acos- tado en el pesebre. 17 Al verlo, contaron todo lo que el Angel les habia dicho acerca del nifio. 18 Y todos cuantos escuchaban a los pastores se quedaban asombrados de lo que decfan. 19 Marfa, por su parte, guardaba todas estas cosas, meditandolas en Io inti- mo de su corazén 20 | os pastores se volvieron dando gloria y alabando a Dios por lo que hablan visto y oido, pues todo habia sucedido tal y como se les habia anunciado. Lectura creyente El nacimiento de Je- sts, Salvador, Me- sias, Sefior Nuestra sociedad ha adoptado como algo propio la Navidad. Las luces de colores que adornan las calles y los almacenes invitan a la alegr(a; los regalos despiertan la amis- tad y el encuentro de la familia. Aparentemente, porque mirando en profundidad des- cubrimos laicismo y consumo: papa Noel ha suplantado al nifto Jestis, el arbol decora- do con guimnaldas ha exiliado al popular nacimiento, detrés de muchos regalos hay de- masiadas compras compulsivas. Quienes nos acercamos 4 la Biblia sabemos que el nacimiento de Jesus no tuvo tanta repercusién social y que las ensefianzas de su vida no admiten resquicios por donde pueda colarse el derroche, las compras egoistas de productos materiales, el consumo desenfrenado, los juguetes inutiles que terminan en el armario o debajo de la cama, ni la indiferencia hacia los mas desfavorecidos. Pensemos unos momentos y luego compartamos con el grupo. ;Creo que es po- sible otra Navidad, donde estén més presentes los valores cristianos? ;Qué dos valores destacaria para llevarlos a mi familia? Un nacimiento «molesto» En la Unidad anterior comenzamos a adentramos en el evangelio de Lucas. Compro- bamos cémo el evangelista inicia su obra presentando, en paralelo, a dos personajes: Juan Bautista y Jesus. Sefialamos que en el Bautista queda resumido todo el Antiguo Testamento, y que su figura refuerza la primacta de Jestis y la irrupcién de una nueva etapa en la historia de la salvaci6n. Nos detuvimos en el nacimiento de Juan y en los signos de Dios sobre ese nifio. Dijimos también que para comprender adecuadamen- te este relato, se hacia necesario leer la otra tabla del diptico: el nacimiento de Jestis, en el que hoy nos detenemos. Leamos Lc 2,1-7. Seguin Lucas, gen qué circunstancias historicas nace Jestis? El texto comienza con un primer contraste: mientras Juan Bautista vivia en lugares de- slertos, esperando el momento de presentarse como precursor (1,80; 3,15), el empe- rador Augusto decide mostrarse como sefior del Imperio. En el afio 27 a.C., el senado romano le habla concedido el titulo de «hijo del dios»; mantenia su proyecto de paz y prosperidad para todos sus sUbditos (la «Pax romana»); habia introducido un tiempo nuevo en el mundo unificando sus territorios bajo una sola lengua y un nuevo orden polttico-econémico, Jestis nace en este amplio contexto. Si el Dios de Israel se mani- fest6 en el Antiguo Testamento a una regién del mundo, ahora se va a revelar en me- dio de! poderoso Imperio romano, para que la salvacién no conozca fronteras. Volvamos a leer Le 2,1-7, pero desde otra perspectiva. Fijémonos cémo al principio la panorémica es muy am- plia: «todo el Imperio»; pero poco a po- co Lucas nos invita a descender y cen- trar la mirada: una region, un pueblo, un pesebre, el vientre de una madre. ¢Reconocemos en el texto este movi- miento de «descenso»? A qué invita con él ef evangelista? Lucas no teme caer en fo que noso- tros consideramos hoy inexactitudes | historicas (por ejemplo, ef censo de | Cirino ocurriria en los afios 6-7 d.C). El evangelista, antes que historiador, es tedlogo y narrador creyente de la salvacién acaecida en Jestis de Naza- ret. Su interés no fue escribir un libro dehistorig conel que informar al pue- blo, Mas bien deseo afianzar la fe de un pueblo en las palabras y acciones de Jestis, el Sefior y Salvador. Mientras la noticia de que el emperador Au- gusto, saludado como salvador, pacificador, el sefior, impone un censo para controlar sus posesiones, la verdadera noticia esta mucho més «abajo». No en la inmensidad del Imperio, sino en Belén, una pequefia localidad de Judea. No asombra la grandeza del emperador terreno, sino el nacimiento de un ni- fio, descendiente del rey David. Los ojos del lector no son invitados a detenerse en quien posee el dominio de un vasto territorio, sino en un fragil nifio, dado a luz en extrema pobreza y colocado en un pesebre. Este recién nacido, sefiala Lucas, tiene una enor- me importancia para el mundo, pero su grandeza habré que aprender a descubrirla, pues se manifiesta de forma paradéjica para la humanidad. Dios mismo elige a los primeros destinatarios del nacimiento de Jess. Leamos Le 2.8-9, :Quiénes son? Qué se dice de ellos? Latradicién ha colocado un asno yun & Os ha nacido buey junto al pesebre. Se recogen y actualizan unas palabras de Isaias Los primeros en recibir el anuncio del naci- 4,3: «Conoce el buey a su duefio, y el miento de Jess son unos pastores. En aque- asnsadpenctere een aue, poroiaee] lla época quienes se dedicaban a esta activi- no conoce, mi pueblo no compren- dad pertenecian a los estratos més bajos de de», El significado catequético es evi- la sociedad, y no eran bien considerados por- dente: estos animales reconocen y que desconocian la ley y, por tanto, no la cum- siguen a su amo, pero el ser humano plian. La ambientacién y el desarrollo de! pa- va a ignorar a Jesucristo, el Sefior. saje recuerdan unas palabras del profeta |- saias: «| pueblo que caminaba a oscuras vio surgir una luz deslumbradora... Pues nos ha nacido un nifio...» (Is 9,1-5). Los pasto- res son testigos del cumplimiento de esas palabras. Comprenden que la luz que les ro- dea manifiesta la presencia divina entre ellos. Su reacci6n es el «temor», que no equi- vale a nuestro miedo, sino que es la manera de expresar en la Biblia el asombro y la reverencia de quienes se encuentran ante una revelacién del mismo Dios (Ex 3,6; Is 11,2; Prov 8,13). Leamos Le 2,10-12. ;Qué dice el mensajero de Dios a los pastores? Qué titulos da a Jestis? Como ocurre en otros esquemas biblicos de revelacién, el angel ofrece serenidad a los pastores y les sefiala la raz6n por la que no deben ceder a la intranquilidad: é! es por- tador, de parte de Dios, de una buena noticia que sacaré al mundo de la tristeza y de! abandono, llendndolo de alegrfa. Esa buena y alegre noticia no consiste en la llegada de un emperador romano, como era habitual en el Imperio, sino en el nacimiento de un nifio que es el Salvador, el Mesfas y el Sefior; tres titulos que anticipan quién es Je- sts y cual seré su misi6n. Por Ultimo, el Angel ofrece a los pastores una sefial (este sig- no aparece también en otros lugares del Antiguo Testamento, por ejemplo: 1 Sm 2,34; Is 37,30): «un nifio envuelto en pafiales y acostado en un pesebre» (v. 12). Nada ex- traordinario, a ofdos profanos, pero que recordaba a la comunidad de Lucas que las promesas del Antiguo Testamento, esperadas por Israel, vefan su cumplimiento en Je- sus. Leamos Le 2,13-14. {Qué ocurre entonces y dénde? La magnitud del suceso ocurrido en Belén es tal que no basta con que en la noche brille la luz (2,9); ni que el temor ante la visita del én- gel se transforme en alegria (2,10); ni que la grandeza del Hijo de Dios se muestre en la debilidad de un nifio (2,11-12). Ademés, el cielo rebosa y se envuelve con nuestro mun- do (2,14). Asistimos a una especie de liturgia celestial, en la que el coro de los angeles en- tona un himno de alabanza que resume el proyecto divino para el mundo: gloria a Dios» y «paz en la tierras. El reconocimiento de quign es Dios alcanza la paz en la tierra. Se- r4una paz que solo comprenden y consiguen las personas «en quienes Dios se complace», es decir, aquellas que viven segtin la vo- luntad de! Padre, como nos va a ensefiar Jesucristo (3,22) El 2ngel da tres titulos a Jess: Salva- dor, Mesias y Sefior. Salvador es un atributo divino y define a quien libe- ra de todo mal o concede un bien. Mesfas 0 Cristo significa «ungido», «designado por Dios para una mi- siém, y alude al ibertador esperado por Israel, descendiente del rey Da- vid. Sefior era el nombre que en la versién griega del AT se daba a Dios. Es un resumen perfecto de la identi- dad de Jestis y de su misién. Leamos Le 2,15-20. ¢Qué hacen entonces los pastores? Para responder aae- cuadamente a la pregunta, fijémonos en los verbos que describen sus acciones. Visitando el pesebre Observando las palabras que describen lo que hicieron los pastores, nos habremos da- do cuenta de que son verbos de movimiento: se dicen unos a otros, vamos, fueron de- prisa, encontraron, contaron, alabaron... A través de las acciones que presentan estos verbos, Lucas sefiala la fe como un camino que hemos de recorrer todos y en el que hay varias etapas: busqueda en la que la experiencia personal se une a la de otros cre- yentes, encuentro, testimonio y alabanza. Este es el camino de una fe madura y la for- ma de llegar a un testimonio crefble. Sin embargo, no es el Unico camino. Lucas pre- senta otro modelo en Maria. Leamos de nuevo todo el texto, espe- cialmente Le 2,4-7.16.19, :Cudl es la forma en que Maria acoge y entrega a El relato de la infancia de Lucas (tam- bién el de Mateo) va més alld de la historia. A Lucas le interesa sobre to- Jestis? do la teologia. Por eso, en estos pri- Maria, a quien ya se nos present6 ena Anun- | meros egpitulos (Le 1-2) toca los ciacién como la mujer del «Si» (1,26-38), | grandes temas que luego recorrerén acompafia a José, solidaria en la misma obe- | toga gu obra, tanto en lo referente a diencia a las leyes sociales de su tiempo, 2 | 2 persona de jesus (Jess, Mesias € pesar de su avanzado embarazo. Cuando en | Hig de Dios, es Seriory Salvador: es Belén ese cumpli6 el tiempo del alumbre- | 1g plentud del AT) como respecto a miento» (2,6), Marfa repite su «Sha Dios ¥ | 54 mensaje (el anuncio alos pobres; vuelve @ aceptar su plan de salvacién sobre |, alearia dela salvacin, labuene no. ella y sobre el mundo, (Esta frase va mas allé | sicig gos gentiles, etc) de una perspectiva meramente temporal y se refiere, en la Biblia, a un momento importan- te de la intervencién de Dios en la historia). Tras mostrar el hijo a los pastores (v. 16), la encontramos guardando y meditando todo (v. 19). No acierta a comprender el signi- ficado profundo de lo que esté viviendo, asf que recoge los acontecimientos y les da vueltas en su corazén, hasta que todas las piezas encajen y se muestre su significado correcto, Se presenta como la mujer del silencio, de la escucha, de la meditacion, de la contemplacién. El camino de profundizaci6n en la fe que presenta Maria no se contrapone al de los pastores, sino que lo complementa. En ambos casos, fue la escucha de las palabras que venian de Io alto Io que les permiti6 captar el hondo significado de lo ocurrido. De otra forma, nada hubiera tenido de especial el nacimiento de un nifio y quizé su pre- sencia hubiera pasado desapercibida. Esta escucha y la actitud con que respondieron Maria y los pastores a la voz del cielo son las que se nos pide a nosotros para compren- der adecuadamente el evangelio segtin Lucas. Herramientas para profundizar & Desde otros pasajes de la Escritura Los primeras cristianos leyeron el Antiguo Testamento desde lo acontecido en Jestis de Nazaret. Esta lectura cristiana de las Escrituras judias les hizo comprender mejor quign era Jesucristo y cémo todo estaba anunciado en el plan de Dios. Leamos estos pasajes del Antiguo Testamento. Mientras los leemos, los vamos relacionando con el texto de Lucas sobre el que hemos reflexionacto en esta se- sién de Lectura creyenie (Le 2,1-20): — Luz de las naciones: Is 9,1; 42,6; 49,6 ~ El Enmanuel: ts 9,5; 7,14; 9,2 ~ Belén, la ciudad de nacimiento del Mesias: Miq 5,1 Un mundo sin violencia: Is 11,6-9 & Desde el compromiso pastoral Elrelato de Le 2,1-20 (sobre todo 2,10-14) contiene duras criticas al poder imperial: ~ A los emperadores, a partir de Augusto, se les denominaba «padre de la patria», «principe de la paz», «hijo del divino», «sebastos» (el que merece ser adotado). En el evangelio de Lucas, estos titulas son otorgados a Jesus —Alejército del emperador se contrapone el «ejército celestial» (2,13). Mien- tras la paz romana era conseguida por la fuerza de las armas, la paz que trae Jestis es fruto de otros valores y actitudes, como se ira viendo en el evange- lio. - Niel poder, nila grandeza, ni el dominio, ni la paz nacida de la guerra, son lugares donde se manifiesta la gloria de Dios. Paradéjicamente, Jesus nace en la pobreza y se manifiesta a los pobres. ¥ hoy, 2a qué aspectos de nuestro poder politico, econémico, social y religioso desafia el nacimiento de Jess, segiin el relato de Lucas? folders} eles ait «Vamos a Belén» (Le 2,1-20) '% Nos disponemos Nos disponemos para acoger la palabra de Dios con un momento de silencio. Después, pedimos al Espiritu Santo que haga de nuestro coraz6n el lugar adecuado donde Jestis pueda nacer hoy. Espiritu Santo, que estuviste presente en la creacién del mundo; que preparaste el coraz6n y el vientre de Maria para recibir a Jestis: haz de nosotros una nueva creacién. Aytdanos a comprender la Palabra, enséfianos a hacerla vida de nuestra vida y vida en nuestro mundo. *% PROCLAMACION DEL PASAJE: Le 2,1-20 ‘% LECTURA. iQué dice el texto? El evangelista Lucas sumerge al lector en un gran acontecimiento histérico. Aunque, aparentemente, lo decisivo fue el edicto del emperador, Dios, en lo oculto de un pese- bre, mostré al mundo la buena noticia esperada durante siglos. ¢ Me fijo en la primera parte del texto (2,1-7). Lucas sefala las circunstancias hist6ricas de! nacimiento de Jesus. Me detengo en el contraste entre la grandeza del emperador y su decreto, que abarca todo el Imperio, y la sencillez con que se relata el nacimiento de JesUs: «se cumplié el tiempo del alumbramiento. Y Maria dio a luz a su primogénito». Dios desconcierta con sus paradojas. * Observo a Marfa. Acata el censo del emperador, se pone en marcha con José y acoge el tiempo de Dios. Cuando da a luz, rodea a su hijo de todos los cuidados de que dispone en ese momento. Su vida se presenta como un rompecabezas pe- 10 ella recoge todas las piezas, las guarda y medita, buscando leer su vida desde la voluntad de Dios. * Leo de nuevo lo que se dice de Jess. Nace «en la cludad de David», por tanto es el esperado, aquel en quien se cumple el Antiguo Testamento. Es «el Salvador, el Mesias, el Sefor», nada ni nadie mas puede atribuirse esos titulos. Es el que trae la paz definitiva del mundo. * Me detengo en el camino de fe que recorren los pastores. Desde su pobreza y sencillez reciben, como un regalo de Dios, la buena noticia del nacimiento de Je- sds; comparten entre ellos la visién y se ponen en camino hacia Belén para « ver» (encuentro personal) lo que el Seftor les ha mostrado. Van a toda prisa, se encuentran con el nifio y hablan a otros de aquello que han experimentado (=tes- timonio). Vuelven a sus lugares de origen llevando en sus labios la alabanza, co- mo habian hecho los angeles (v. 14) * La proclamaci6n de los éngeles especifica la alegria y el alborozo que contiene la escena del nacimiento. Con la venida de Jestis, cielo y tierra se unen para que to- do el universo sea un canto de alabanza a Dios y una tarea por la paz. A la vez, el evangelista indica a sus lectores que la auténtica paz llegar cuando nos dejemos moldear segtin la imagen del Hijo de Dios. Habra que seguir leyendo el evangelio para descubrir las actitudes que caracterizan a Jestis. Después de un breve silencio reflexivo, compartimos con el grupo la frase, las palabras y las actitudes que més hayan llegado al corazén de cada participante. 3 MEDITACION. Qué dice de m{/nosotros el texto? Meditar con sinceridad que el nacimiento de Jest significa aceptar que Dios haga de nuestro coraz6n un pesebre donde pueda nacer su Hijo. Dejemos que la Palabra inter- pele nuestra vida y nos haga disponibles a la voluntad de Dios. Si uno de aquellos pastores viniera hoy a nuestro grupo... * Comenzaria hablando de la buena noticia de! nacimiento de Jestis. Contaria cémo fue ese nacimiento, y no el decreto del emperador, lo que alter6 su vida y la exis- tencia de mucha otra gente a su alrededor. Preguntarla por nuestra experiencia ¢Hasta qué punto el nacimiento de Jestis «altera» hoy a nuestra sociedad? ;Dén- de descubro que Jestis sigue naciendo hoy? ¢A qué me compromete? © Querrfa saber cémo hubiéramos respondido cada uno de nosotros al anuncio del Angel. El suyo fue un camino de fe hecho en comunidad, con otros pastores que estaban viviendo lo mismo. Le interesarfa si en nuestra vida cotidiana oimos a los mensajeros de Dios y cémo respondemos a sus palabras. Respondo con un ejemplo de vida: ¢descubro que en mi vida también hay «an- geles», mensajeros de Dios?, ¢edmo puedo convertirme en «ngel de buenas noticias» para los demas? * Nos hablaria de cuanto le gusta a Dios la sencillez y la humildad. Elige a Maria, se manifiesta en primer lugar a los pastores, presenta a su Hijo recostado en un pe- sebre, ofrece como signo un nifio envuelto en pafiales. Evidentemente, se aleja del orgullo, la vanidad y la grandeza que tantas veces imprimimos a nuestra vida. 2Qué podemos hacer para que nuestia Iglesia y nuestra comunidad parroquial muestren cada vez mas esta sencillez de Dios? ;Cémo puedo ir cambiando mi vida en esta direcci6n? * Pediria que volviéramos los ojos a Maria, modelo de discipula, que aprendié a sintonizar su vida con los tiempos de Dios y «guardaba y meditaba» todo en su co- raz6n. Nos preguntaria si también es esta nuestra actitud. gDedico en mi vida tiempos para interiorizar y ahondar en lo que voy viviendo? Como me ayuda en esto el grupo de Lectura creyente y orante? * Contarla, de nuevo, que la fe es un camino y nadie puede caminar por nosctros. Recordaria que Lucas nos dejé en su relato del nacimiento de Jestis dos caminos diferentes y complementarios: el de Marla y el de los pastores. Querria saber cual es nuestro camino de fe y qué aspecto subrayamos en este momento (profundi- zaci6n en la fe, comunidad, testimonio). En este momento de mi vida, ;Me identifico mas con el camino de fe de Maria o.con el de los pastores (segiin este relato de Lucas)? ¢Por qué? ;Qué actitudes de Maria o de los pastores quiero hacer mias? Después de unos momentos de silencio para la meditaci6n personal, elijo una de las cuestiones, en la que me haya detenido, y la comparto con el grupo. %% ORACION. éQué le decimos a Dios a partir del texto? Hemos escuchado la palabra de Dios y nos hemos dejado contrastar con ella. Habre- mos descubierto que estamos en camino, que necesitamos la ayuda de Dios para man- tenernos en una ruta no exenta de dificultades. Nos dirigimos a él con total confianza. ® Nos unimos al caro de los angeles que da gracias, alaba y glorifica a Dios por la presencia de Jesucristo entre nosotros. Damos gracias porque hemos conocido el mensaje de salvacién y somos testigos de esta gran alegyla para todo el mundo. * Damos gracias por los eéngeles» que Dios pone en nuestra vida. Tanto por aquellos que nos ayudan en el camino como por aquellos que nos inquietan y nos invitan a retomar actitudes evangélicas. Acepto el compromiso de ser Angel, mensajero de Dios, para otros. © Pedimos perdén por nuestra falta de sencillez; porque nuestras actitudes de grandeza ocultan al Dios de los sencillos. Lamentamos el orgullo, el egofsmo y la soberbia que no permiten la paz entre todos los pueblos. Suplicamos que Dios nos modele a imagen de su Hijo para que llegue pronto la concordia que todos anhe- lamos. * Suplicamos un coraz6n disponible como el de Marfa, como el de los pastores. Un coraz6n dispuesto para dar testimonio de lo que hemos visto y oido en este grupo de Lectura creyente y orante, de lo que hemos vivide en la Iglesia, junto a Jesu- cristo. Pedimos valentfa, impulso misionero, actitudes de evangelizador. * Contemplamos, junto a Marfa, José y los pastores, al nifio recién nacido acostado enel pesebre. Esta contemplacién provoca en nuestro corazon la alabanza a Dios y nos hermana y pacifica con el mundo. Tras unos momentos de silencio, expresamos en voz alta nuestra oracién de peticién, agradecimiento o perdén segtin lo que el Espiritu nos haya sugerido. ‘J. COMPROMISO. éQué hace surgir en mi/nosotros este texto? La palabra de este texto evangélico nos llena de alegria y nos invita, desde ahi, a impli- carnos en el testimonio de vida. Expresémosio en el grupo. — Durante un momento de silencio leemos de nuevo el pasaje biblico. = Con la luz que nos ha aportado la Palabra, la meditacion compartid y la oracién, co- loco una palabra o frase al margen del texto. Con ella formulo el compromiso que quie- ro adquirir. — Compartimos en el grupo nuestros compromisos. % ORACION final Acabamos rezando juntos esta oracion, en la que expresamos nuestro deseo de ser consecuentes con lo que supone acoger el nacimiento de Jestis Salvador, Mesias y Se- flor: Si dejas a Dios «alterar» tu vida, te guste 0 no; si optas por la sencillez en lugar de la grandeza y la soberbia; si estas atento a los tiempos de Dios y no a los del mundo, jJestis vuelve a nacer en ti! jEres su mensajero! Si abres los ojos para descubrir los «Angeles» de tu camino; si tienes ofdos para escuchar las buenas noticlas de cada dia; si eres capaz de cambiar tu miedo en alegria, Jess vuelve a nacer en ti! jEres su mensajero! Si dejas a Jesucristo ser e! Sefior de tu vida; si permites que él sea el Salvador de tu historia; si te postras ante él coma el Mesfas esperado, Jess vuelve a nacer en tit ;Eres su mensajero! Recuerda, mensajero de la buena noticia, que estas llamado a hacer camino sin hacer ruido, gratuitamente, entregando toda la ternuta y todo el perdén que has recibido. Jess vuelve a nacer en til {Eres su mensajero! Parte II Actividad en Galilea Unidad 3 Texto biblico: Lc 4,14-30 14 Jestis, lleno del poder del Espiritu Santo, regresé a Galilea. Su fama se ex- tendi6é por toda aquella region. !® Ensefiaba en las sinagogas y gozaba de gran prestigio a los ojos de todos. 16 Llegé a Nazaret, el lugar donde se habia criado y, como tenfa por costum- bre, entré un sabado en la sinagoga, y se puso en pie para leer las Escritu- ras. !7 Le dieron el libro del profeta Isalas y, al abrirlo, encontré el pasaje que dice: 18 £] Espiritu del Seftor est sobre ml,porque me ha consagrado para llevar a los pobres a buena noticia de la salvaci6n; me ha enviado a anunciar [a libertad a los presos ya dar vista a los ciegos; a liberar a los oprimidos 19 y a proclamar un afio en el que el Seftor concederd su gracia. 20 Cerr6 |uego el libro, lo devolvi6 al ayudante de la sinagoga y se sent. To- dos los presentes lo miraban atentamente. @! Y é1 comenz6 a decirles: —Este pasaje de la Escritura se ha cumplido hoy mismo en vuestra presen- cia. 22 Todos le manifestaban su aprobacién y estaban maravillados por las her- mosas palabras que habla pronunciado. ¥ comentaban —iNo es este el hijo de José? 23 Jesus les dijo: —Sin duda, me aplicaréis este refrén: "Médico, crate a ti mismo. Haz, pues, aqul en tu propia tierra, todo lo que, segtin hemos ofdo decir, has hecho en Cafarnatin”. 24 afiadio: —Os aseguro que ningun profeta es bien recibido en su propia tierra. 2° Os diré més: muchas viudas vivian en Israel en tiempos de Elfas, cuando por tres afios y seis meses el cielo no dio ni una gota de agua y hubo gran hambre en todo el pats. 2° Sin embargo, Elias no fue enviado a ninguna de ellas, sino a una que vivia en Sarepta, en la region de Sidén. 2” ¥ muchos leprosos habia en Israel en tiempos del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue limpiado de su lepra, sino Naaman el sirio. 28 Al oir esto, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron 29 y, echando mano a Jesiss, lo arrojaron fuera del pueblo y lo llevaron a un ba- rranco de la montafia sobre la que estaba asentado e! pueblo, con intencién de despefiarlo. 2° Pero Jestis se abrié paso entre ellos y se fue. Lectura creyente El proyecto liberador de Jestis «Me ha roto los esquemas» decimos normalmente cuando alguien actia de la mane- ra que no nos esperébamos. En ocasiones, nos rompen los esquemas la fuerza y el es- piritu con que una persona sale de una situacién dificil; otras veces, nos rompen los esquuemas las expectativas que tenfamos puestas sobre alguien y que no llegan a cum- plirse 0, viceversa, cuando no esperabamos nada de alguien y nos sorprende positiva- mente. Con el paso del tiempo descubrimos que nuestra capacidad de sorprendernos esté ne- cesitada de ejercicio. jTantas veces vivimos de lo calculado y lo previsible;; no dejamos que lo nuevo se haga hueco en nuestras vidas. {Qué nos pasa? Quizé vivimos instala- dos en nuestro pequefio mundo, o quiz nos da miedo tener que afrontar la novedad y el cambio. Hay muchas situaciones en la vida que nos rompen los esquemas y que son oportunidades para vivir con mayor autenticidad pues cuestionan lo esencial: el lu- gar desde donde nos vivimos. Nos damos un tiempo para reffexionar detenidamente y ponemos en comin nuestras aportaciones. :Qué me sugiere el texto que acabo de leer? ¢A qué per- sonas 0 situaciones debo mirar positivamente? Lucas usa frecuentemente términos @& Jestis lleno del poder del Espiritu como «hoy» 0 «ahora». Con ellos quiere significar que en Jestis se ha- ce presente la salvacion. El «hoy» de Lucas inaugura un tiempo nuevo y Santo Después de su bautismo, Jesus es conduci- do y gulado por el Espiritu Santo al desierto. | pleno, un tiempo dindmico en el que En la soledad y en la sequedad de lo inhéspl-- | Dios en Jesus sale al encuentro de su to vence las tres tentaciones esenciales que —_| pueblo ofreciéndole misericordia y asaltan a toda persona: el deseo de poder, la _| salvacion. Este «hoy», que aparece 11 codicia del tener y el afan de someter a otros —_| veces enel evengelio de Lucas, se ex- (4,1-13). Jest sale alroso de estas tentacio: tiende hasta el «hoy» de la Iglesia que nes y, narra Lucas, toma rumbo a Galilea, prolonga la eficacia salvifica de Jesus. concretamente a la ciudad que lo vio crecer: Nazaret. Esta breve introduccién que precede al relato de los sucesos de la sinagoga de Nazaret tiene su importancia. Lucas indica a sus lectores que los pasos de Jesus son siempre guiados por el Espiritu Santo. Es el Espiritu el que acompafia su vida en- tera pero, de manera especial, el inicio del ministerio publico. Lo ha consagrado en el bautismo, le ha conducido al lugar de la prueba, y ahora le impulsa a proctamar el anuncio de la buena noticia a los pobres. Comenzamos leyendo la introduccién del pasaje, Lc 4, 14-15. ;Qué hace Jestis? Qué le mueve? ¢Qué piensa la gente de él? Desde Judea, Jesuis regresa a su tierra, la conocida «Galilea de los gentiles», cruce de caminos, de culturas y de corrlentes religiosas. Jestis aparece precedido por su fama y su actividad es la ensefianza en las sinagogas. De esta manera, Lucas presenta el ini- cio del ministerio de Jestis, como maestro reconacido y valorado por las gentes. El evan- gelista nos da la clave para entender el origen de la ensefianza de Jestis y la alta valo- racién que de é! se tiene: Jestis esta lleno del Espiritu Santo. Su sabiduria y los efectos de ella son fruto de esta presencia misteriosa que le guia y le impulsa a anunciar. El Es- piritu es el co-protagonista de esta actividad, es la presencia interior que va guiando a Jesus. El Maestro, décil al impulso del Espiritu, inicia su ministerio ensefiando con pa- labras que vivifican y con gestos que liberan de toda dolencia. Leemos Le 4, 16-19. Jesils lega a la sinagoga de Nazaret, Qué hace? ¢Por qué lo hace? {De donde lee Jestis el texto que proclama? & En la sinagoga de Nazaret: el programa evangelizador de Jesus Con todas las ciudades importantes y pobladas que tenia Galilea, paraddjicamente, Je- suis se detiene en la pequefia Nazaret, en el pueblo que le ha visto crecer. Como era su costumbre, el sabado se dirige a la sinagoga para celebrar el oficio semanal. Una vez alli, el Maestro se pone de pie y proclama el texto del profeta Isafas, concretamen- te, Is 61,1-2. Para el evangelista tiene especial relevancia el hecho de que Jestis pro- clame la palabra en la sinagoga porque, con ello, quiere indicarnos que el Sefior anun- cia la buena noticia en el seno del pueblo judio. Jesis proclama un pasaje del texto del profe- ta Isafas pero con algunas omisiones y aftadi- dos. Si comparamos los dos textos, el de Lu- cas y el de Isafas, descubrimos que el anun- cio de Jestis elimina toda referencia a una ac- cién violenta o vengativa de Dios y el versfcu- lo donde la salvacién es negada a los genti- les. Por el contrario, subraya enfaticamente que ha sido consagrado por el Espiritu para realizar su accion liberadora destinada a toda la humanidad. El Maestro se identifica con el Mesias que anuncia la profecta de Isalas; su programa es el anuncio de la libertad verda- dera, una nueva vision a aquel que se siente impedido de ver la realidad con ojos nuevos y la proclamacién del tiempo de la gracia. La sinagoga nace como institucién durante la cautividad de Babilonia y permanece vigente hasta nuestros dias. Por lo regular se establecia una sinagoga en cada lugar donde hubie- ra una comunidad de judios. Los fie les se reunian en la sinagoga cada sé- bado y en otras ocasiones para part cipar en la oracién comtn y en la ac- clon litdrgica no sacrificial. También se acercaban los fieles a la sinagoga con otros fines: el estudio de la ley, las costumbres y las tradiciones; in- cluso se acudia a la sinagoga para dic- tar las sentencias judiciales. Concluida la lectura, detengamonos en Jestis y en los que le escuchan (4,20-22). {Qué prociama Jestis? ;Cudl es la reaccion de sus interlocutores? s& «Este pasaje de la Escritura se ha cumplido hoy mismo» Solemnemente Jesus devuelve el libro al ayudante de la sinagoga y, como un maestro, se sienta para interpretar el texto. Su homila es breve y precisa: «Este pasaje de la Es- critura se ha cumplido hoy mismo en vuestra presencia». Cuanto ha anunciado el pro- feta Isafas se realiza aqui y ahora, en su persona. Las palabras del profeta son el pro- grama de la misin evangelizadora y universal de Jesus, Inicialmente, la asamblea se maravilla de estas breves palabras. El anuncio de Jestis es alentador pues proclama que Dios ha iniciado el tiempo de la liberaci6n y de la gracia. Aun asi, hay algo que no cuadra a los interlocutores de Jess y se preguntan: «No es este el hijo de José?>. Esta pregunta aparece otras veces en los evangelios (Mic 6,3; Mt 13,55, Jn 6,42) y no pretende poner en duda el origen de Jestis, sino cuestionar su persona y, especialmente, su mensaje. En nuestro caso, la pregunta en boca de los pai- sanos de Jestis, que lo han visto crecer, viene a cuestionar el porqué de la apertura de Jestis a los gentiles. Los interlocutores se muestran incrédulos ante el discurso univer- salista de Jestis Continuamos |a lectura, leemos Le 4,23-30. ;Qué responde Jestis? Qué refran recuerda? ? Envié por delante mensajeros que entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. ©? Pero como Jestis se dirigfa a Jerusalén, los samaritanos se negaron a recibirlo. ™ Al ver esto, los discfpulos Santiago y Juan dijeron: —Sefior, jordenamos que descienda fuego del cielo y los destruya? 55 Pero Jestis, encarandose con ellos, los reprendié con severidad 56 Y se fueron a otra aldea. 57 Mientras iban de camino, dijo uno a Jestis: —Estoy dispuesto a seguirte adondequiera que vayas. 58 Jesus le contest6: —Las zorras tienen guaridas, y los pajaros nidos, pero el Hijo del hombre ni siquiera tiene dénde recostar la cabeza. 59 A otro le dijo: —Sigueme. Alo que respondié el interpelado: —Sefior, permiteme que vaya primero a enterrar a mi padre. £0 Jestis le contest6: —Deja que los muertos entierren a sus muertos. Td dedicate a anunciar el reino de Dios. 61 Otro le dijo también: —Estoy dispuesto a seguirte, Seftor, pero permiteme que primero me despi- da de los mios. © Jestis le contest6: —wNadie que ponga su mano en el arado y mire atras es apto para el reino de Dios. PUA R aE ROK (oils Iniciando el camino No es extrafio encontrar noticias como esta en el periddico y en otros medios de comu- nicaci6n: «Miles de seguidores de! Real Madrid se desplazan fuera de nuestra fronte- ra para animar a su equipo en la final de la Copa Mundial de Clubes». Los grandes aficionados al fUtbol siguen sus equipos adondequiera que vayan, por muy lejos que estos se desplacen, incluso fuera del propio pats. No importa el tiempo 0 la cuanta econdmica. La pasion por ir tras su equipo compensa todos estos costes. Pensemos unos momentos y compartamnos en el grupo. {Tiene «el seguir a un equipo de futbol» el mismo significado que el seguimiento de Jestis de Nazare- #? Qué semejanzas encontramos? ;Qué diferencias? & Elinicio de un camino dificil Hasta ahora en el evangelio, y asi lo hemos constatado en las unidades anteriores, Jestis ha desarrollado su actividad apostélica por tie- rras de Galllea, al norte de Palestina. En la re- gion en torno al lago ha proclamado e inter- pretado la Palabra en la sinagoga de Nazare- t, lo que le ha costado el rechazo de sus pai- sanos; ha llevado a cabo algunas de sus en- sefianzas, entre ellas el sermén de la llanura; ha realizado algunos milagros y ha narrado al- gunas parabolas. Cuando va acercéndose el tiempo de su Pascua, Jests decide con valor y firmeza emprender el camino hacia Jerusa- Ién. Leemos Lc 9,51 y visualizamos en el mapa el recorrido desde Galilea hasta Jeru- salén. Jestis decide ir a Jerusalén para «recorrer el camino que le esta sefialado» seguin |a vo- luntad del Padre (22,22.42), Para Lucas, este camino no es solo un itinerario fisico, si- no que tiene sobre todo un significado teolégico. Todo su evangelio esta configurado en torno a este camino de Jestis. El Maestro concentra ahi la mayor parte de sus ense- fianzas y en él va presentando cémo ha de ser el discpulo, ademas de preparar a sus seguidores para la mision que les espera después de Pascua. La ruta que Jestis toma para llegar a Jerusalén les lleva a atravesar Samaria, regién en conflicto permanente con Judea. Continuamos el relato leyendo Lc 9,52-53. ;Cémo reciben a Jestis los samarita- nos? @ Rechazo de la violencia Antes de llegar a una aldea samaritana, Jestis envla mensajeros para que preparen el alojamiento. Sin embargo, no experimentan la acogida, sino el rechazo. Los samarita- nos se niegan a recibirlos porque van a Jerusalén, La relacién entre Samaria y Judea venla marcada por el conflicto (cf. Jn 4,9) desde la invasién asiria y la calda del reino del Norte (2 Re 17,24-41). Sin embargo, llama la atenci6n el rechazo de los samarita- nos a Jestis, pues por lo general el evangelista propone a los habitantes de Samaria co- mo iconos de buen comportamiento a los que hay que imitar, asi el buen samaritano (10,33) 0 el leproso agradecido (17,16). Seguimos leyendo Le 9,53-56. ;Cual es la reaccién de los discipulos ante el rechazo? <¥ la de Jestis? Tras la invasién de Samaria por parte del imperio asirio (721/722 a. C) y las deportaciones de sus habitantes, el territorio habia sido repoblado por diversos pueblos que junto a su cul- tura trajeron sus creencias. Esto llev6 consigo que ls poblacién samaritana viviera una fuerte mezcla religiosa, no aceptada por el judaismo recto de Jerusalén. Mientras para los judios el Unico lugar de culto era el templo de El rechazo de los samaritanos a Jests irrita profundamente a los Zebedeos que pregun- tan al Maestro si pueden hacer caer fuego del cieloy destruirlos, como hiciera Elias (cf. 2 Re 1,1-18). Al comienzo de su actividad aposté- lica, Jess se habia identificado con Elfas al experimentar el rechazo (4,24-30). Sin em- bargo, ahora, al volver a experimentarlo al ini- cio del camino, se aleja enormemente de! Jerysalén, para los samaritanos era el postura del profeta, Tanto en Nazaret como | templo siuado en la falda del monte en Samaria, Jess no responde violentamen- | Garzin, construido en el siglo a. te, sino que se marcha poniendo en practica lo anunciado a sus discfpulos anteriormente (cf. 9,4) Volvemos a leer Lc 9,53-56, :Qué ensefia Jestis a sus discipulos a ralz de este desencuentro? Jess se da cuenta de que sus discipulos atin no han entendido que el reino de Dios no va a llegar por la fuerza. Por ello les reprende. El Maestro va a ir enseftando a lo lar- go del camino como ha de ser la identidad del discipulo. Desde el inicio, sus seguido- res han de aprender que en ocasiones el anuncio del mensaje de Jestis trae consigo el rechazo. Ast lo vivié el Maestro. Los discfpulos, que lo siguen, también lo experimenta- ran. Hay que prepararse para ello. La persecucién acompafiara a los seguidores de Je- ss. En realidad, la oposicién de los samaritanos, situada al comienzo del camino lu- cano, anticipa proféticamente lo que va a suceder en Jerusalén, etapa final del cami- no. & Seguir a Jess es algo serio Tras el conflicto con los samaritanos, el Maestro y los suyos contintian de camino. All, Jesuis se encuentra con tres personajes que tienen la intencién de seguirle. A través de ellos el relato evangélico nos presentar4 las condiciones de su seguimiento. El inicio del camino es un buen momento para hacerlo, pues la itinerancia seré una de las condi ciones en la vida del discipulo. A todos los seguidores de Jestis se les exigird una per- manente revision de vida confronténdola con la Palabra, que conllevaré la desinstala- cidn. A algunos, Jests les pedird incluso la itinerancia fisica, salir de su casa para anun- ciar el reino de Dios. Leemos Le 9,57-58. ¢Qué le propone a Jestis el primer personaje? ¢Cudl es la respuesta de Jestis? El primer aspirante se ofrece generosamente, con entusiasmo y espontaneidad; tiene bue- na voluntad y hace un alarde de compromi- 50, esté dispuesto a seguirle, Jestis le respon- de de forma contundente y desconcerlante: «...01 Hijo del hombre no tiene dénde reclinar la cabeza». Podrla parecer que Jesds echa por tierra su buena voluntad. Sin embargo, su objetivo es dejar claro que ser discipulo es al- g0 serio, comprometido, no basta la buena in- tencién. El Hijo del hombre no tiene morada estable; su vida es una existencia itinerante. Igual que el Maestro, el discfpulo ha de vi- vir en actitud de continuo desprendimiento, sin apegarse a nada que le lleve a aban- donar el seguimiento, Aunque en estos textos que estamos analizando se subraya el compromi- soserio que implica seguir a Jess, no hemos de olvidar que lo esencial no es la renuncia. Lo fundamental es el encuentro con el Seftor, por el que merece la pena dejarlo todo. Desde ahi se relativiza todo lo demas (cf. Mt 1344-46). Jesiis se acerca a un segundo personaje. Leemos Le 9,59-60 7A qué le invita Jesiis? {Se niega él a hacerlo? Ahora, en el segundo caso, la iniciativa viene de Jestis. La invitaci6n la hace el Maes- tro con el mismo verbo que utiliza en la llamada a Levi (5,27). El seguimiento va a im- plicar compartir la vida y la misi6n de Jestis y, si fuera necesatio, su destino, No es al- go anecdélico o trivial. El invitado parece dispuesto a aceptar la oferta, pero pone una condicién: posponer el momento para cumplir una obligacién filial: enterrar a su padre. Entertar a los padres era una obligacion derivada del mandamiento de honrarlos (Gn 50,5-6; Dt 5,16; Tob 4,3-4; Si 38,16-17). Desentenderse de ese deber suponia atraer sobre sf y sobre la hanra de la familia una maldici6n y la verguenza (Dt 28,26; 2 Mac 5,10). Volvemos a leer el v. 60. {Qué le responde Jestis? {Es desconcertante? La respuesta de Jestis no admite dilaciones: «Deja que los muertos entierren a sus muertos». Este dicho escandaloso no solo contradice el sentido comtin y el amor filial sino la voluntad de Yavé expresada en la ley (Dt 5,1-22; 6,1-9). Pero para mayor des- concierto del personaje y del mismo lector, Jess asigna el entierro de los muertos a los propios muertos. Jestis lanza este dicho extrafio para que comprendan que las exi- gencias del reino est4n por encima del resto de prioridades. El discipulo se ve sometido a dos fidelidades en conflicto: la familia y sus obligaciones, y el seguimiento de Jestis. Los rituales de honra a los muertos (velatorio, entierro, responsabili- dades posteriores), supontan retrasar el se- guimiento. En ocasiones en la vida del discl- pulo aparecen, como en este caso, lealtades divididas que pueden hacerle abandonar lo esencial: el camino del discipulado. Nada, ni tan solo cuando las raices estén en la religién © las obligaciones familiares, puede permitir romper, incluso temporalmente, los vinculos que unen al discipulo con Jestis. Nada debe retrasar la predicaci6n del reino de Dios. Es- Encontramos paralelos, con el senti- do de total atencién a lo que se esté haciendo, tanto en la literatura anti- gua como en el Antiguo Testamento. Hesiodo alaba a aquel «que siga a los bueyes... y que, atendiendo a su ta- rea, vaya derecho en susurco, sin mi- rar de reojo a sus camaradas, con el coraz6n totalmente puesto en la fae- Na» (Trabajos y dias, 440-445). La mujer de Lotes castigada con con- vertirse en estatua de sal por mirar hacia atrés (Gn 19,26). ta es urgente y ha de ser inmediata. Continuamos leyendo el texto, Le 9,61-62, Aparece un nuevo personaje. :Qué tiene en comtin con los personajes anteriores? Aparece en escena un tercer personaje. En este caso, el aspirante de nuevo toma la iniciativa. Manifiesta su buena disposicién, pero también pide un tiempo para la des- pedida de los suyos. Este hombre es una sintesis de los dos casos anteriores: se ase- meja al primero en su disponibilidad espontanea pero, al igual que el segundo, pone una condicién. Aqui resuena el pasaje de la vocacién de Eliseo. Este pide a Ellas tiem- po para despedirse de sus padres antes de seguirlo, a lo que Elias accede (1 Re 19,19-21). Fijémonos en la respuesta de Jestis. En qué actividad de la vida agricola apo- ya el Maestro su respuesta? Jestis es menos condescendiente que Ellas y de nuevo sorprende con un dicho rotun- do: «Nadie que ponga su mano en el arado y mire atras es apto para el reino de Dios». Se apoya en un proverbio que dice que no es buena actitud arar teniendo la mirada en lo que ocurre detrés. Es necesaria toda la atencién, puesto que las piedras de la tierra o la superficie irregular pueden hacer que la zanja no salga recta, lo que hace dificil la siembra, y canlleva el desperdicio de la tierra cultivable. Quien se compromete con el reino no puede permitirse distracciones. Lo que Jestis pide es poner todas las capaci- dades al servicio del reino de Dios. Este requiere una atencién plena al presente, lo que implica no volver la vista al ayer. No se puede seguir a Jestis pensando continuamen- te en lo que se ha dejado. & Seguir a Jesus no permite poner condiciones De estos tres personajes no sabemos ni su nombre ni su profesi6n, en contraste con ottos relatos de vocacion (Mc 1,16-20; Le 5,27-28), lo que es debido a que el relato no pretende tanto presentar la respuesta del llamado, cuanto mostrar la incondicionalidad de la llamada de Jestis. Precisamente, la condicién del seguimiento es no admitir con- diciones. Seguir a Jesus, compartir su vida y su misiOn, exige que esta realidad sea el punto de referencia desde el cual se ordenan el resto de dimensiones de la vida: fami- lia, proyectos, bienes, obligaciones. En caso de conflicto de lealtades entre el reino y esas realidades humanas, el discipulo ha de tener claro qué es lo esencial. EI reino de Dios requiete todas las energias y capacidades. Anunciarlo es una tarea urgente que no se puede posponer. La comunidad a la que va dirigida el evangelio de Lucas es una comunidad inserta en el Imperio romano. Se debate entre acomodarse al estilo de vida del Imperio o ser fiel al proyecto de Jestis. Tal vez nosotros también nos debatimos entre el estilo de vida acomodado propio de nuestro mundo y las exigencias que nos propone el evangelio de Jesus. Si es nuestro caso, este pasaje del evangelio de Lucas puede hacernos reflexio- nar y sacar compromisos para la vida Herramientas para profundiza & Desde otros pasajes de la Escritura — Leemos Le 9,23-26. {Qué otras condiciones pone Jesus a los que le siguen? éCémo podemos actualizarlas en nuestra vida diaria? ~ Lemos Le 6,29-30. ¢Cémo invita Jestis a sus seguidores a reaccionar ante la violencia? $% Desde el Magisterio Leemos este parrafo de la exhortacién Evangelil Gaudium, 1: «La alegrfa del evangelio lena el corazon y la vida entera de los que se en- cuentran con Jest. Quienes se dejan salvar por él son liberados del peca- do, de la tristeza, del vacio interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegria». cEn qué medida la alegria del evangelio hace que las condiciones del segui- miento de Jestis no se vivan en clave de exigencia costosa? &% Desde el compromiso pastoral Aunque pueda parecer que las exigencias del seguimiento que leemos en el evangelio de Lucas van dirigidas especialmente a misioneros itinerantes que dejan todo por seguir a Jestis y proclamar su mensaje y no a quien tienen familia, hijos, trabajo estable, etc., tras la reflexién, hemos podido caer en la cuenta que eso no es asi. 2Cémo podemas vivirlo desde nuestra existencia cotidiana? Lectura orante «TU... Sigueme» (Le 9,51-62) . Nos disponemos Comenzamos la sesi6n invocando al Espiritu, para que podamos acoger en nuestros corazones la palabra de Dios. Ven Espiritu de Dios. Abre mis ofdos para que escuche tu Palabra, ilumina mi mente para que la comprenda. Haz que mi corazén la acoja yall se encuentre con lo mas profundo de mf. Deja que me despierte de mis letargos y convierta mis buenas intenclones en compromisos decididos. ‘% PROCLAMACION DEL PASAJE: Le 9,51-62 Sy. LECTURA. 2Qué dice el texto? Tras la proclamacién comunitaria del texto, volvemos a leerlo personalmente en silen- cio, introduciéndonos en la escena. Jestis hasta ahora ha estado predicando el reino de Dios por la regién de Galilea, con palabras y gestos. Ahora toma una decisién que marcard su vida: emprender el camino hacia Jerusalén. * Me sitdo en el camino que va de Galilea a Samaria ¢ inicio el camino con Jestis y sus discipulos. Es un camino suave no tiene grandes desniveles. Observo como Jestis envia unos mensajeros delante del grupo. Parece que van a preparar un lu- gar donde poder descansar. © Los mensajeros vuelven con cara de preocupacién. Los demas discipulos esperan expectantes. Oigo la conversacién su llegada. Sus palabras irritan a los Zebe- deos, Interrogan a Jesis sobre si realizan el mismo gesto que hizo Ellas de enviar fuego como castigo. Me fijo en la mirada de Jestis que invita a la calma y escucho las palabras que les dice a sus discipulos. Después echa a andar. * De nuevo en el camino. Yan conversando en pequefios grupos, De pronto se acerca un espontaneo. Oigo el entusiasmno con que se ofrece para seguir a Jestis. Sin em- bargo, observo como su rostro se desconcierta ante las palabras del Maestro que invitan a no acomodarse a nada y a la itinerancia continua. Las escucho. * Siguen caminando. Jesus le habla con autoridad a alguien y pronuncia la misma palabra que le dijo un dia a Levi: «Siguemen. Es una invitacion a permanecer con 6|. Oigo la conversacién entre ambos. La sentencia de Jestis suena hasta escan- dalosa. El desprendimiento ha de ser total, incluso de aquello que parecieran obli- gaciones familiares. Quizés la ultima frase que le dice es la que hace entender al- go el mensaje: «Tu dedicate a anunciar el reino de Dios». + Un poco después aparece otro personaje que, al igual que el primero, tiene buena disposicién. Quiere seguir a Jestis pero necesita hacer una cosa antes. Es algo I6- gico: despedirse de sus padres. Escucho la respuesta del Maestro. De nuevo ha- bla del reino de Dios, pero en este caso aparece junto a una melafora del campo. Al igual que quien pone la mano en el arado no puede mirar atrés, nada puede distraer del reino. Este exige dedicacién plena. Me hago consciente. Después de un breve silencio en que nos quedamos saboreando cada una de las es- cenas, compartimos el momento, la imagen, las palabras que mas han Ilegado al cora- 26n de cada uno de los miembros del grupo 0 que mas nos han desconcertado. ®% MEDITACION. éQué dice de mi/nosotros el texto? Somos conscientes de lo que implica hacer el camino con Jestis. El ser de los suyos puede provocar reacciones adversas o de rechazo. También caemos en la cuenta de que todos hemos recibido de Jestis la llamada al seguimiento, aunque cada uno deba responder a ella y viviria de modo diferente. Dejamos que la Palabra interpele nuestra vida hoy. Si los hijos del Zebedeo vinieran hoy a nuestro grupo * Nos dirfan que iniciaron el camino con Jestis hacia Jerusalén llenos de entusiasmo. Se les prometian dias de aprendizajes, de convivencia, de compartir con quienes se encontraran. Sin embargo, pronto se toparon con el rechazo y empezaron a en- tender que ser de los de Jesus les traerfa conflicto, Eso también puede ocurrirnos a nosotros. 2En qué ocasiones hemos experimentado el rechazo o la burla por seguir a Je- sus? ;Hemos reaccionado seguin ensefia Jestis, 0 coma to hicieron fos hijos de Zebedeo? * Nos contarian cémo aquel primer esponténeo se acercé a Jestis lleno de deseos y buenas intenciones. Nos recordarlan que también nosotros estamos dispuestos para seguir a Jesus. A algunos se les exige una itinerancia fisica por la mision en- comendada, pero a todos se nos pide estar en continua salida mental y espiritual. gEstamos dispuestos a vivir en clave de itinerancia? ¢Qué hacemos para estar permanentemente confrontando nuestra vida con el evangelio? * Nos recordarian que aquel hombre del camino fue invitado por Jestis: «Sigueme>. Sin embargo, no estaba dispuesto a abandonar el apoyo y el reconocimiento so- cial que podia darle la familia, Fluctuaba entre dos «amores» 2Cémo sigo yo a Jestis? ;Cudles son las excusas que pongo en su invitacion at seguimiento? :Cudles son las seguridades personales, los sentimientos y vincu- Jos familiares 0 sociales que debo relativizar para ponerme al servicio det reino? * Nos relatarfan cémo se acercé un tercer hombre a Jess manifestandole su disposicién al seguimiento. Jestis le respondié: «Quien ponga su mano en el ara- doy mire atrés no es apto para el reino de Dios». Es decir, quien se compromete a vivir como discipulo no puede permitirse distracciones en otras cosas, ni siquie- ra en el pasado. 2C6mo estoy poniendo todas mis capacidades y energlas al servicio de! proyec- to del reino? zHe encontrado el tesoro escondido que es Jess y por eso le sigo oes pata mf una carrera de renuncias y obstaculos? Después de unos momentos de silencio para la meditacion personal, elijo una de las cuestiones, en la que me he detenido, y la comparto con el grupo. S% ORACION. 2Qué le decimos a Dios a partir del texto? La invitacién de Jestis a seguirle por el camino nos llena de alegria, pero también deja a la luz nuestras incoherencias y en ocasiones nuestras mediocridades en este cami- no. Presenternos todo ello al Sefior, que nos ha invitado a compartir la experiencia de ser «uno de los suyos». * Nos ponemos en presencia del Sefior y le agradecemos su Palabra. Hoy es una Palabra interpelante que nos despierta de nuestros letargos, que llama a nuestra puerta e interroga nuestra vida de discipulos. © Le pedimos perd6n. Tal vez hemos abandonado el camino de seguimiento con algunas excusas. Aunque hayan sido muy importantes, nos han desviado de nues- tro camino. Hacemos memoria de esos momentos y ponemos nombre a esas ex- cusas: familia, trabajo, prestigio social * Le presentamos nuestro grupo, nuestra comunidad, grupo de discipulos que siguen a Jestis por el camino. Le pedimos que él siga acompafiéndonos en esa tarea de anunciar el reino de Dios. © Ponemos ante I nuestro mundo, el lugar que nos ha sido entregado para trabajar a favor del reino. Si hemos recibido rechazo de él por anunciar a Jestis, tomamos conciencia de esos momentos y bendecimos esas personas o situaciones, puesto que Jess nunca devuelve mal por mal. * Me quedo mirando a Jestis. Hoy vuelve a presentarse en el camino de mi vida y me llama de nuevo: «Sigueme». Dejo que me inunde su confianza en el Padre, sus proyectos acerca del reino, su amor y misericordia. Solo con un corazén em- papado de este modo puedo responderle: «Te seguiré adonde quiera que vayas». Tras unos momentos de silencio, expresamos en voz alta nuestra oracién de peticién, agradecimiento 0 perdén segin lo que el Espiritu nos haya sugerido. *y. COMPROMISO. éQué hace surgir en mi/nosotros este texto? La palabra de este texto evangélico hoy nos interpela y nos saca del letargo en el que a veces esta sumida nuestra vida cristiana. Por ello, al finalizar esta oracién queremos expresar nuestro «com-promiso» (0 lo que es lo mismo nuestra promesa con otros). — Durante un momento de silencio leemos de nuevo el pasaje biblico. — Con la luz que nos ha aportado la Palabra, la meditacién compartida y la oracién, co- loco una palabra o frase al margen del texto. Con ella formulo el compromiso que quie- 10 adquirir. — Compartimos en el grupo nuestros compromisos. S% ORACION final Acabamos rezando juntos esta oracién, en la que expresamos nuestra disponibilidad ante la llamada de Jesis. Sefior, nosotros queremos acompafiarte en el camino. Sabemos que el Hijo del hombre no tiene un lugar donde reclinar la cabeza. Queremos vivir nuestra vida en clave de itinerancia, en continua des-instalacién, ser una Iglesia en salida. No queremos quedarnos enterrando a los muertos, ni abandonar tu camino en pos de aquello que no nos da vida. Queremos poner la mano en el arado y no mirar atrés pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor. Deseamos poner nuestra atencién y nuestras energias en tu reino sin que nada ni nadie nos distraiga de ello, teniendo nuestra mirada puesta en ti. Las exigencias del camnino no serén nada comparadas con Ia alegria de tu evangelio, con el gozo de seguirte. Unidad 7 Texto biblico: Lc 10,25-42 25 Por entonces, un doctor de la ley, queriendo poner a prueba a Jess, le hizo esta pregunta: —Maestro, qué he de hacer para alcanzar la vida eterna? 26 Jestis le contesté: —{Qué esté escrito en la ley de Moisés? ;Qué lees alll? 27 EI respondid: —Amarés al Sefior tu Dios con todo tu coraz6n, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu inteligencia; y a tu projimo como a ti mismo. 28 Jesis le dijo: —Has respondido correctamente. Haz eso y viviras. 29 Pero el maestro de la ley, para justificar su pregunta, insistid: —2Y quién es mi pr6jimo? 20 Jestis le dijo: —Un hombre que bajaba de Jerusalén a Jericé fue asaltado por unos ladro- nes, que le robaron cuanto llevaba, lo hirieron gravemente y se fueron, de- jéndolo medio muerto. 2! Casualmente bajaba por aque! mismo camino un sacerdote que vio al herido, pero pasé de largo. 3? Y del mismo modo, un le- vita, al llegar a aquel lugar, vio al heride, pero también pasé de largo. 33 Finalmente, un samaritano que iba de camino, lleg6 junto al herido y, al verlo, se sintié conmovido. + Se acercé a él, le vend6 las heridas poniendo aceite y vino sobre ellas, lo monté en su propia cabalgadura, lo condujo a una posada proxima y cuidé de él. °° Al dia siguiente, antes de reanudar el viaje, el samaritano dio dos denarios al posadero y le dijo: «Cuida bien a este hom- bre. Si gastas més, te lo pagaré a mi vuelta». °° Pues bien, cudl de estos tres hombres te parece que fue el préjimo del que cayé en manos de ladrones? 37 E| maestro de la ley contest6: —El que tuvo compasién de él. Y Jesus le replicé: —Pues vele y haz td lo mismo. 38 Mientras iban haciendo camino, esis entré en una aldea, donde una mu- jer llamada Marta le dio alojamiento. 39 Marta tenfa una hermana llamada Maria, la cual, sentada a los pies del Seftor, escuchaba sus palabras. 4? Marta, en cambio, andaba atareada con los quehaceres domésticos, por lo que se acercé a Jestis y le dijo: —Sefior, jt parece bien que mi hermana me deje sola con todo el trabajo de la casa? Por favor, dile que me ayude. 41 £| Sefior le contest6: —WMarta, Marta, andas angustiada y preocupada por muchas cosas. 42 Sin embargo, una sola es necesaria. Maria ha elegido la mejor parte y nadie se la arrebatard. Ree era ene Dos caras de la mis- ma moneda: activi- dad y escucha Vivimos en una sociedad acelerada, frenética, donde lo importante es chacer». Desde pequefios, anotamos a los nifios a un montén de actividades y nuestra agenda no esté menos repleta: recoger a los hijos o a los nietos del colegio para llevarlos a las activida- des extraescolares y, mientras tanto, terminar de hacer la compra; acudir a la cita del voluntariado; ir a clase de inglés. Y cuando llegamos a casa, afanarnos por que esté a punto la cena, sin descuidar la limpieza ni el planchado. (Uf, menudo estrés! El caso es que esa vida frenética hacia fuera nos lleva a exclamar que «no tenemos tiempos para el silencio, para entrar dentro de nosotros mismos y reflexionar con cal- ma, para la oracién o la vida en pareja. Hemos olvidado que lo importante no es lo que hacemos, sino lo que somos. Y asf el ser humano se agota, se deshace en una mara- fia de actividades que generan ansiedad y vacto. Pensemos unos momentos y luego compartamos con el grupo. ¢Considero que ef «activismo» es un mal en nuestra sociedad? ¢Como me influye personalmen- te? @ La actividad del samaritano Camino de Jerusalén, Jestis va ensefiando a sus discipulos en qué consiste la buena noticia del reino y cémo deben vivir si quieren mantenerse como auténticos seguido- res. Esta ensefianza se realiza desde lo que va acutrlendo en la vida; es decir, distintas personas se acercan a Jestis para preguntatle y la situaci6n que se crea es motivo de instruccién hacia los discipulos. En el texto que reflexionamos hoy, Jestis se enfrenta a una cuestién que es clave para la salud personal, psicolégica y espiritual del ser huma- no, Podriamos plantearla asf: la persona gpuede lanzarse a una accién desenfrenada o es necesario que sus acciones broten de un centro de intereses mas profundo? La pecullaridad del texto que elegimos para la lectura creyente de hoy es que enlaza- mos varios pasajes. Habitualmente suelen dividirse, como si recogieran ensefianzas di- ferentes, cuando en realidad guardan una profunda unidad. Mientras en el primero Je- sis subraya la importancia de la actividad misericordiosa (10,25-37), en el segundo se- fala que toda actividad que no esté enraizada en él, por muy buena que sea, puede descentrar y romper por dentro al ser humano (10,38-42). Empecemos a leer el texto, Le 10,25-28. ¢Sobre qué quiere discutir el doctor de Ia ley? gEn qué manda- mientos de la Escritura estén de acuer- do aque! hombre y Jesus? Los escribas 0 doctores de la ley eran expertos en el estudio del AT. Todos coincidfan en que la vida eterna se al- canzaba cumpliendo los mandamien- tos. Sin embargo, habfa distintas es- cuelas y diferentes ensefianzas que, aveces, complicaban la comprensién de lo fundamental. En ocasiones, maestros de distintas escuelas 0 en- sefianzas se retaban ptblicamente para poner de manifiesto el saber de cada uno, ascender en el honor y ga- nar discipulos. En el camino que lleva a Jerusalén, un doc- tor de la ley aborda a Jestis con una pregun- ta centrada en un tema fundamental, la vida eterna. Quiz4 querla saber si era necesario acatar los seiscientos trece preceptos marca- dos como de obligado cumplimiento. Jestis no se fija en las intenciones poco claras del escriba (v. 25) y entabla con él un diélogo pe- dagégico. Aunando dos mandamientos (Dt 6,5 y Lv 19,18), ambos coinciden en que se acierta en la vida cuando se logra centrarla en el amor a Dios y al préjimo. Coma el doc- tor de la ley busca precisar la definicién de préjimo, Jestis responde con una parabo- la Leamos Le 10,30-35. Qué personajes intervienen en la pardbola? ¢Quién es el protagonista? Cuatro son los personajes que intervienen en la parabola pero, curiosamente, el centro del relato lo ocupa el hombre malherido. Desde el principio, el resto de los actores se posicionan ante esta victima. Los bandidos lo habfan vapuleado, robado y abandona- do. El sacerdote y el levita, que debian mantenerse puros para el servicio a Dios (Lv 21,6.11), vieron al moribundo y dieron un «justificado» rodeo para no contaminarse. El Unico que se acerca y se hace préximo es un samaritano, alguien despreciado por el pueblo judio porque pertenecia a una regi6n idélatra. Utilizando un verbo que en el Nuevo Testamento se refiere solo a Dios 0 a Jestis, Lucas sefiala que el samaritano «- se sintié conmovido» y puso todo de su parte para devolver la vida al maltratado (wy. 34-35). Se ocupa y preocupa de rehacer todo lo que los otros personajes habian alte- rado: silos bandidos le robaron, el samaritano paga la posada; si lo dejaron medio muer- to, aquel hombre misericordioso lo culda y lo hace culdar; si otros pasaron de largo, él promete volver. Todas sus acciones a favor del otro brotan de la conmocién que le pro- duce ver un hombre tirado en la cuneta. Su conmocién, su compasi6n, su misericor- dia, que recuerdan a las de Dios, lo comprameten en una solidaridad efectiva. Sigamos leyendo Le 10,36-37. gC6mo termina la pardbola? ¢Qué invitacion hace Jesus al doctor de la ley con ef El drama de la humanidad es que Oc- cidente est més preocupado por los 300 millones de personas obesas didélogo final? : que por los 842 millones que, segin La parabola se interrumpe bruscamente. No | Naciones Unidas, lteralmente mue- sabemos si aquel hombre matherido leg6.2 | ren de hombre. restablecerse, ni si pudo agradecer tantos cul- dados al samaritano... Tampoco importa. La parabola finaliza de forma inesperada porque es el momento de que el escriba tome pari. | José Laguna. Cuaderno 172 «Cristia- do. Jess cambia la pregunta inicial del escri- nismo y Justicia» ba. Este preguntaba quién es mi préjimo y Je- sts le cuestiona quién se hizo préximo del malherido. Ademés, no solo le dice lo que hay que chacer» para «alcanzar la vida eterna», sino también como hay que hacerlo: desde la misma compasién de Dios. Una persona que muere de hambre hoy, muere asesinada. La ensefanza para el discipulo es clara: projimo es el préximo. Y no solo el que se acer- ca a mi sino, sobre todo, al que yo me acerco, sin indiferencia, sin dar un rodeo ante la realidad, sin escatimar tiempo ni medios. Frente a los letrados y el sacerdote que sa- ben la ley pero no la ponen en practica, el modelo a seguir es el samaritano, porque vi- ve la ley: se acerca al malherido para darle vida, con unas entrafias compasivas como las del mismo Dios. El criterio de accion ha quedado claro. Ahora: «Ve y haz tii lo mis- mo». Sigamos leyendo el texto, Jestis ha enseflacio qué hay que «hacer» y «cémo ha- cers, Enseguida afiade algo més. Leamos Le 10,38-42. ;Qué actitud represen- fa Marta? gY Marta? @ La escucha de Maria A partir de la pregunta interpuesta por el doctor de la ley, Jestis ha ensefiado a sus dis- cfpulos a aproximarse (esto es, hacerse préjimo) desde la compasién solidaria, que so- lo puede brotar de unas entrafias coma las de Dios. El grupo contintia el camino, aun- que la ensefianza no ha finalizado. Es necesario subrayar un elemento que las perso- nas olvidamos con cierta frecuencia: no toda actividad (por muy buena que sea en sf misma) hace crecer al ser humano y lo conduce a la evida eterna». Dicho de otra ma- nera: no todo «hacer» lleva a crecer en el «ser». La acasién para tal ensefianza viene ofrecida por la hospitalidad que recibe el Maestro en casa de Marta y Marfa. Leamos Le 10,38-40, Fijémonos en las dos mujeres. {Qué caracteriza a cada una? Observemas también la postura corporal de cada una. ¢Cudl es? En la cultura judia de aquella época, las mujeres no podian acceder al es- tudio de la ley, ni estar bajo el disci- pulado de ningin maestro. Lucas re cuerda que Jess acepté en su segui- miento a mujeres (Le 8,1-3) y que su movimiento misionero incluye y pro- mueve un nuevo discipulado femeni- no. Marta se comporta como debia hacerlo toda mujer, segdn la mentalidad de la época: es solicita, atenta, hacendosa, se preocupa de que el huésped lo tenga todo a punto y no le falte de nada. Frente a los sarnaritanos, que no recibieron a Jess (cf. 9,53), esta mujer se desvive por el amigo visitante. Marfa, sin em- bargo, parece fallar en la hospitalidad: se desinteresa del trabajo y deja sola a su her- mana en las tareas de la casa. Su actitud provoca una pequefia crisis familiar, Mien- tras Marla sigue sentada a los pies de Jestis (la actitud del discfpulo), Marta acude al Sefior y desahoga ante él su queja. De pie, adoptando la postura de quien da una or- den, le dice al Maestro lo que tiene que hacer: que intervenga y mueva a su desocu- pada hermana. La razon de fondo no es una peticién de Jestis, sino que ella y su casa deben quedar bien ante el huésped. Enseguida llega la respuesta del Seftor. Leamos Lc 10,41-42. ;Dénde pone Je- suis el acento? Marta esta haciendo muchas cosas. Cuida y colma de atenciones al huésped, pero tan buena y loable actividad la est4 alterando y le genera ansiedad. Jestis, en primer lugar, le hace caer en la cuenta de su situaci6n: «An- das angustiada y preocupada con muchas co- sas». Jestis no quita importancia a la dedica- cién de Marta en todas estas tareas, sino al modo como las asume: el afan de que todo quede perfecto la ha hecho caer en la agita- cién y el estrés, Marta ha olvidado que el Maestro no ha ido a su casa para almorzar, sino para ser «Maestro», y ella necesita su La Iglesia «en salida» es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los demés para llegar a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y sin sentido, Mu- chas veces es més bien detener el pa- so, dejar de lado la ansiedad para mi- rar a los ojos y escuchar, 0 renunciar a las urgencias para acompafiar al que se queds al costado del camino. Evangelii Gaudium, 46 «Palabra». Debe escuchar primero lo que el Sefior quiere que haga para luego poner- se a su servicio. De otra forma cae en un activisrno que destroza a la persona porque la sume en un «hacer» frenético. «Marfa ha elegido la mejor parte»: poner en el prin- cipio y fundamento de toda su vida la escucha de la Palabra y, desde ah, vivir su acti- vidad. El relato de Marta y Marfa insiste en la importancia de la escucha fiel y atenta de la Pala- bra. La pardbola del buen samaritano subraya la obediencia de la ley en la vida. Escu- char y obedecer, dos verbos que en la Biblia son inseparables y se exigen mutuamen- te. Solo quien lleve en su ser el coraz6n de Marfa y las manos de Marta puede aproxi- marse, sanar y cuidar con las mismas entrafias compasivas que movieron al buen sa- maritano. El «ser» nos lo da la escucha de la Palabra y la proximidad con Dios; ahi en- contramos el camino del «hacer» que nos alejard del egocentrismo y de la dispersién para hacernos hermanos préximos y misericordiosos de los necesitados. Herramientas para profundiza & Desde el Magisterio Leamos este parrafo de la exhortacién apostélica Evangelil Gaudium, 71: «Necesitamos ejercitarnos en el arte de escuchar, que es mas que oir. Lo primero, la comunicacién con el atro, es la capacidad del corazén que hace posible la proximidad, sin la cual no existe un verdadero encuentro espiri- tual, La escucha nos ayuda a encontrar el gesto y la palabra oportuna que nos desinstala de la tranquila condici6n de espectadores. Solo a partir de es- ta escucha respetuosa y compasiva se pueden encontrar los caminos de un genuino crecimiento, despertar el deseo del ideal cristiano, las ansias de res- ponder plenamente al amor de Dios y el anhelo de desarrollar Io mejor que Dios ha sembrado en la propia vida». Comentemos: zqué relacién tiene con los pasajes refiexionados en esta Unidad ce Lectura creyente?, za qué se nos invita? && Desde el compromiso pastoral Los destinatarios del evangelio de Lucas se estaban preguntando si las mu- jeres, tradicionalmente vinculadas a la casa y a las tareas domésticas, po- dian ser seguidoras de Jestis igual que los varones, en las mismas condicio- nes que ellos. Leamos Lc 10,39 y, desde lo reflexionado en la Lectura creyente, ofrezcamos la respuesta. :Qué implicaciones puede tener esta afirmacion para la iglesia ac- tual? Ra Kae lena «Andas inquieta y preocupada por mu- chas cosas» (Le 10,25-42) '% Nos disponemos Nos preparamos para acoger la palabra de Dios en nuestra vida con un momento de silencio. Pedimos al Espfritu Santo que nos lleve al encuentro con Jesucristo. Espiritu santo, ven. Queremos escuchar y hacer vida la palabra de Jesus, pero nos reconocemos pobres y débiles. Emptjame, atraeme, fortaléceme para que sepa acoger y seguir las ensefianzas de Jesucristo, nuestro Seftor. * PROCLAMACION DEL PASAJE: Le 10,25-42 ‘My. LECTURA. LQué dice el texto? Jestis camina hacia Jerusalén seguido por sus disc{pulos, Estos han vivido la experien- cia de ser enviados a misionar y vuelven jubilosos. Ahora les acecha el peligro de vol- carse en la actividad olvidando la escucha de la Palabra. El encuentro con un doctor de la ley y la hospitalidad recibida en casa de Marta dan la ocasi6n para la siguiente instrucci6n del Sefior. © Me fijo en el doctor de la ley que se acerca a Jestis y escucho su didlogo con el Sefior. Aplaudo la sabidurfa de este hombre, al enlazar los dos mandamientos de amor a Dios y al préjimo en uno solo. * Su insistencia en preguntar provoca la parabola del buen samaritano. La escucho. Mi mirada se centra en aquel hombre medio muerto que es abandonado fuera del camino. Me asombran los dos religiosos que pasan de largo. Percibo la conmo- cién del samaritano. Acompaiio sus acciones de cuidado, proximidad y proteccién hacia el malherido. * Me siento implicado en el envio final: «Ve y haz tt lo mismo». E! doctor de la ley es enviado a hacerse préximo, reflejando en su comportamiento la actitud misericor- diosa de Dios. Percibo que aquel escriba del que el evangelio no vuelve a hablar, puedo ser yo. Acompafio a Jesus haciendo, con él, camino. * Entro, con Jestis y sus discfpulos, en casa de Marta. Ella se comporta como cabria esperar en una mujer de la época. Sus desvelos por que todo esté a punto can- trastan con la aparente pereza de su hermana Maria. Marta se queja. Escucha sus palabras y la respuesta de Jestss. * Marta representa al discipulo que ha caido en el activismo. No esta convirtiendo su trabajo en servicio y vive la actividad descentrada. Las palabras del Sefior po- nen las cosas en su sitio. No solo acepta a Marfa como discipula, sino que ade- més coloca su actitud como modelo: ha elegido escuchar al Maestro, acoger su Palabra para, luego, enfocar desde ahf su actividad y su servicio. Hacemos silencio y nos quedamos en aquello que mas nos haya llamado la atencién. Compartimos en el grupo el momento, la imagen o las palabras que mas hayan llega- do al coraz6n de cada uno de nosotros. '% MEDITACION. iQué me/nos dice el texto? La ensefianza de acoger la palabra de Jestis para luego hacerla vida desde unas entra- fias como las de Dios no ha perdido actualidad. Utilizando otra expresién, hoy habla- rfamos de ser contemplativos en la accién. Demos voz a la Palabra para que hable des- de las circunstancias en las que nos ha tocado vivir. Si uno de los discipulos que siguieron entonces a Jestis viniera hoy a nuestro grupo... * Querrfa saber si nosotros, como aquel doctor de la ley, ansiamos alcanzar «la vida eterna». Preguntarfa cuales son los caminos por los que la buscamos: la actividad frenética, el dinero para comprar muchas cosas, tener mucho tiempo para gastar- loen mi mismo. 2Qué significa para mf «vida eterna»? ¢Cémo la busco? ZEsté en consonancia es- ta forma de buscarla con las enseffanzas de Jestis? * A partir de la parabola del samaritano, nos invitarla a descubrir hacia donde se dirige nuestra mirada (en qué personas nos fijamos, qué programas vemos); por donde caminan nuestros pies (dénde se detienen, qué rodeos dan); qué uso ha- cemos de nuestras manos (para qué causas trabajan, qué o a quiénes acarician). éQué consecuencias saco de esta mirada sobre mi vida? En qué medida me acerco a la escucha de Maria y a la solidaridad compasiva dei samaritano? * Nos invitarfa @ poner final al encuentro entre Jesus y aque! hombre experto en leyes. «Hoy el escriba eres tu. Mira la realidad como lo hizo aquel samaritano, com- prométete con lo que descubras en ella desde unas entrafias compasivas como las del Dios de Jesus». zQuiénes son los préjimos a los que me envia Jess? gCémo voy a mostrarles mi cercanfa y acompafiamiento de la misma forma que lo hizo el samaritano? * Nos hablarla de la importancia de escuchar. Recordarfa que el derrumbe de muchas relaciones personales (amigos, matrimonios, familias, comunidades, etc.) tiene su ralz en la falta de escucha, de encuentros compartidos con hondura ¢Doy importancia a la escuicha en mi vida cotidiana (matrimonio, amigos...)? Qué puedo aprender al respecto del texto que estamos meditando? * Preguntaria si alguna vez hemos caido en el activismo, o en un espiritualismo vacio de compromiso. Dirfa que la actividad y el ajetreo vanos producen agobio y estrés, terminando por deshacer interiormente a la persona. Toda accién necesita un co- razon, una razon de ser. Sefialarfa que el corazén de nuestras acciones como cris- tianos es la voluntad de Dios, por eso escuchamos la palabra de Jesus. ¢Dedico tiempos para ponerme a los pies de Jestis y escucharle de forma calla- da, acogedora, o simplemente hago cosas por Jestis? ¢Cémo puedo trabajar una mejor unidad en mi vida entre escucha y actividad? Después de unos momentos de silencio para la meditacién personal, elijo una de las cuestiones, en la que me he detenido, y la comparto con el grupo. §¥ ORACION. iQué le decimos a Dios a partir del texto? La reflexi6n sobre el texto del evangelio y las vivencias compartidas nos habran hecho caer en la cuenta de la necesidad que tenemos de escuchar a Dios, de permitir que é! se aproxime a nosotros para poder nosotros hacernos prdjimos de los demas. Oremos. © Me dejo encontrar por Jestis. Le presento las cunetas por las que he pasado, las heridas que me han provocado la vida, las circunstancias, las personas... Permi- to que, como Buen Samaritano, derrame sobre ellas el aceite del consuelo y el agua del Espiritu Santo. Dejo que me levante, me cuide, me sostenga. « Hago presente a todas las personas que, como buenos samaritanos, se han preocupado por mi. Les agradezco a ellos y a Dios sus gestos de ternura, de soll- daridad, de compasién, aunque hayan sido pequefios gestos. Soy afortunado por- que esas personas, y yo, hemos podido gustar «la vida eterna». * Pido perdén por las veces que no he sabido aproximarme, hacerme préjimo. Suplico al Sefior que me ayude y ensefie a realizar gestos concretos dle compasion solida- ria, Ruego por que se promuevan acciones que eviten el que nadie més sufra en sistemas-bandidos que arrojan a hombres, mujeres y nifios a las cunetas de la vi- da. * Recuerdo a las personas que necesitan que alguien las escuche y las tenga en cuenta, Pido ojos nuevos para descubrir que, en ellas, también puede hablarme el Sefior. Suplico el don de estar atento «a toda palabra que sale de la boca de Dios». * Permanezco en presencia del Sefior, sentado a sus pies. Escucho su llamada a implicarme, como discipulo, en favor de los mas necesitados. Percibo que esta ex- periencia me da la fuerza necesaria para manifestar en mi vida las entrafias com- pasivas de Dios. Descubro que es el camino de la sabiduria, de la «vida eterna» Tras unos momentos de silencio, expresamos en voz alta nuestra oracién de peticién, agradecimiento o perdén segin lo que el Espiritu nos haya sugerido. . COMPROMISO, éQué hace surgir en mi/nosotros este texto? Nos sentimos inmersos en la parébola. Como el levita, el sacerdote y el samaritano, va- mos de camino. Canectamos con la mas profundo de nosotros mismos, agudizamos nuestra mirada y nos comprometemos. ~ Durante un momento de silencio leemos de nuevo el pasaje biblico. = Con la luz que nos ha ofrecido su mensaje, la meditacin compartida y la oracién, co- loco una palabra o frase al margen del texto. Asf formulo el compromiso que quiero ad- quitir. — Compartimos en el grupo nuestros compromisos. &%. ORACION final Para terminar nuestro encuentro, oramos juntos: Sefior Jesus, andamos inquietos y preocupados por mil cosas que no nos dejan descubrir al ser humano que precisa nuestra ayuda. Andamos agobiados por mil quehaceres gue nos descentran de la serenidad y armonia de estar en nuestro verdadero yo. Sefior Jestis, voy a detenerme y a sentarme a tus pies. ‘Aytidame a permanecer, sosegadamente, ala sombra de tu presencia. Quiero que, en medio de este silencio, nazca de nuevo en mf la Palabra y pueda hacerla vida en mis mil quehaceres. Unidad 8 Texto biblico: Lc 15,1-10 1 Todos los publicanos y gente de mala reputaci6n solfan reunirse para escu- char @ Jestis. ® Al verlo, los fariseos y los maestros de la ley murmuraban: —Este anda con gente de mala reputaci6n y hasta come con ella. 3 Jestis entonces les conté esta parAbola: 4: —(Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y se le pierde una de ellas, no de- ja en el campo las otras noventa y nueve y va en busca de la que se le habia perdido? 5 Cuando la encuentra, se la pone sobre los hombros Ileno de ale- grla ®y, al llegar a casa, retine a sus amigos y vecinos y les dice: «Alegraos conmigo, porque ya encontré la oveja que se me habia perdido!». ” Pues yo 0s digo que, igualmente, hay més alegria en el cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no necesiten convertirse, 80 también, qué mujer, si tiene diez monedas y se le plerde una de ellas, no enciende una lampara y barre la casa y la busca afanosamente hasta que la encuentra? ° Y cuando la encuentra, reine a sus amigas y vecinas y les di- ce: «(Alegraos conmigo, porque ya encontré la moneda que se me habla per- dido!». 1 Pues yo os digo que igualmente se alegran los angeles de Dios por un solo pecador que se convierte. Lectura creyente La alegria de encon- trar lo perdido Seguramente, en més de una ocasi6n hemos perdido algo de valor. Lo primero que sentimos es contrariedad por no tener cerca aquello que valoramos. Nuestra mente se pone en funcionamiento recordando todos los lugares donde alguna vez hemos guar- dado dicho objeto, a fin de volver sobre nuestros pasos para ver dénde pudimos extra- Viarlo. Si en vez de una cosa de valor, es una persona, por ejemplo un hijo o un sobri- no, la angustia se hace presente. La fe popular también tiene recursos para encontrar lo perdido y es asi que, en no po- cas ocasiones, encontramos a alguien haciendo una ofrenda a san Antonio para que el intercesor le ayude a encontrar el objeto de valor. Sea a través de intermediarios, ce- lestes 0 terrenos, 0 sea por nosotros mismos, lo que no podemos obviar es el sentimien- to de alegria que nos invade al encontrar lo perdido. Un respiro hondo sale de dentro diciendo: «Al fin te tengo». Recordamos la ultima vez que perdimos algo 0 a alguien. Qué sentimientos nos invadieron al caer en la cuenta de que ya no lo tenfamos? :Qué hicimos? :Qué provocé en nosotros el encuentro del objeto o la persona? & Tres pardbolas por el camino Jestis camina hacia Jerusalén acompafiado por sus disefpulos y por otras personas. Desde que expuso su programa de vida en la sinagoga de Nazaret (4,18-19), el Maes- tro ha dejado clara su praxis de misericordia con los pecadores. Su actitud de ac @s tal que algunos de ellos son llamados al seguimiento (por ejemplo, Pedro [5,8-10] y Levi (5,27-28)). Sin embargo, este comportamiento de Jestis no fue aceptado por todos. Desde el co- mienzo de su ministerio, algunos grupos religiosos se opusieron a él y lo tacharon de blasfemo (5,21), si bien Jess siempre defendié con claridad su misin: «Yo no he ve- nido a llamar a los buenos, sino a los pecadores, para que se conviertan» (5,32). De esta forma, mostraba al mundo el coraz6n y la voluntad del Padre. E! capitulo 15 de Lucas se inserta en este contexto polémico que rodeé el ministerio de Jesus. Leamos Le 15,1-3. :Qué grupos de personas aparecen en torno a Jestis? ;Cudl @s, en cada caso, su actitud hacia 61? El evangelista dirige su atencién hacia un gru- po de personas, marginadas tanto social y co- mo religiosamente, que buscan a Jestis y se retinen en torno a él para escucharle: los pu- blicanos y los pecadores. El otro grupo esta formado por fariseos y maestros de la ley, los intérpretes y custadios de la Escritura. Ambos grupos se posicionan frente a Jestis: mientras los cumplidores de Ia ley, los que se crefan justos y salvados, critican que comparta me- sa con aquellos despreciados y condenados, los publicanos y pecadores le buscan, se reti- nen en tornoa él y lo escuchan. Su actitud es signo de conversién. Los publicanos eran los encargados de recaudar los impuestos para el im- perio romano. Eran mal vistos porque (1) su oficio, en contacto con los pa- ganos, los hacia impuros; (2) se les tenia por colaboradores con el poder opresor romano; (3) por abuso de poder. Dos publicanos deciden abrirse al proyecto del reino y cambiar de vida: Levi (ML9,9) y Zaqueo (Le 19,1-10). Entre ambos, Jestis es presentado como el Maestro y el anfitrién de un banquete que anda con pecadares y come con ellos. Quienes le reprenden no entienden esta forma de actuar, porque no era propio de un hombre de bien juntarse con el malvado ni en- sefiarie la ley. Jesis responde a la critica de sus adversarios utilizando un lenguaje na- rrativo, contando una parabola, que en realidad serdn tres. De esta forma, explica que su actitud es la misma que Dios tiene con los pecadores y, ademas, invita a los fariseos y maestros de Ia ley a unirse a su comportamiento. Acerquémonos a los titulos que aparecen en nuestras Biblias en el capitulo 15 del evangelio de Lucas. {Cudles son las tres parébolas que cuenta Jestis? Fijé- monos en las dos primeras (Le 15,4-10). ¢Quién pierce algo en cada una de ellas? @& Dos relatos paralelos Las pardbolas son relatos sencillos, sacados de la vida ordinaria, aparentemente inofensi- vos, pero que en un momento determinado sorprenden al lector invit4ndole a definirse a favor 0 en contra del reino. En este caso, Je- stis relata dos muy parecidas y que se refuer- zan mutuamente en el mensaje. En la prime- ra (15,4-7) toma un ejemplo del mundo mas- culino, un pastor, y en la segunda (15,8-10) elige el ejemplo de un ama de casa. Ambos son oficios comunes y conocidos dentro de! mundo israelita de la época. En la antigdedad, los grandes ban- quetes tenfan mucha importancia, porque expresaban a comunién de aquellos que se reunian para comer. Jess come con todos: fariseos, es- cribas, publicanos, pecadores. Estas comidas son una ocasién privilegiada en la que el Sefior presenta los valo- res alternativos y contraculturales del reino de Dios. Ya los profetas habtan relacionado el éltimo banqueter con el cumpli- miento definitivo de las promesas de Dios (Is 25,6-12; 55,1-3). Ellector de hoy puede preguntarse por qué el evangelista repite practicamente el mismo mensaje pero cambiando el sexo de quie- nes pierden algo de valor. La raz6n la encontramos en que la comunidad de Lucas, a la ue va dirigido este relato, estaba compuesta por varones y mujeres, y Lucas quiere que ambos grupos de destinatarios se vean reflejados en su relato. De esta forma, tam- bién las mujeres encontrarfan modelos de identificacién y les serla més sencillo llevar las actitudes del evangelio 2 su vida diaria, Volvamos a leer las dos parébolas: Le 15,4-7 y Le 15,8-10. ¢Qué rasgos comu- nes encontramos entre ambas? Al leer seguidos los dos relatos, es facil caer en la cuenta de las coincidencias entre ambos. En primer lugar la narraci6n situa al lector ante la pérdida de un animal, una oveja, y de un objeto, una moneda; en un segundo momento, alguien realiza su bus- queda con asombroso celo y encuentra lo extraviado; en un tercer momento se cele- bra el encuentro con enorme alegria y, por Ultimo, se hace la comparacién o la aplica- cién de la ensefianza. Sigamos de forma paralela ambos relatos, subrayando algunos aspectos que causan asombro y que, quizé, porque estamos acostumbrados a oftlos, nos pasen desapercibidos, Volvamos a leer los versiculos 4-5 y 8. Qué ha ocurrido? ¢Cémo reaccionan el pastor y la mujer? ZQué valor tiene lo perdido? 2 Perdido... y encontrado Cada una de las parabolas comienza narran- do un hecho de la vida ordinaria: a un pastor se le ha perdido una oveja; a un ama de ca- sa se le ha extraviado una moneda. Ambos La parabola es una comparaciGn, a través de una natracién, con un fin didéctico. En la pardbola se compara una realidad, que no es fécil de expl- car con palabras, con otra sencilla muy conocida para la gente. General- mente, ademas de ensefiar algo, la pardbola invita a replantear una pos- tura 0 una actitud. Enel evangelio encontramos pardbo- las utilizadas por Jesus para presentar realidades como el Reino de Dios (Le 13,18-21), la acogida de la Palabra (Le 8,5-8), el amor al préjimo (Le 10,29-37), 0 el amor misericordioso de Dios (Le 15,1-32). inician su busqueda. Hasta aqui, nada hay de extrafio en el relato. Lo chocante viene ahora, porque el celo empleado por cada uno en la busqueda de lo perdido es extraordinario. El pastor, por buscar a una oveja, abandona al resto del rebafio. La reaccién de la mujer no es menos sorprendente si pensamos en una casa campesina de aquella época, con una sola puerta y sin ventanas, cuyo espacio se convierte durante la noche en dormitorio. Ella enciende la lampara (cf. 11,33) y se po- ne a barrer cuidadosamente, despertando a todos (cf. 11,7). Podrfa haber esperado a la mafana siguiente, pero no puede permanecer impasible e inicia enseguida la buis- queda, Aunque el valor de lo perdido es pequefo frente a lo que desatienden (una ove- ja frente a noventa y nueve y una moneda), en realidad es enormemente estimado. Leamos Le 15,5. ;Qué ocurre en el corazén del pastor cuando encuentra 4 fa oveja? {Qué hace con ella? Ambos tienen éxito en sus busquedas. EI pastor encuentra la oveja y la mujer su mo- neda. Sin embargo en el relato del pastor el evangelista se detiene mas en un detalle. Ante el encuentro, la reaccién del pastor es interna y externa. Conlleva una emocién y una actuaci6n: lleno de alegria, pone la oveja sobre sus hombros. Recuerda el carifio de Dios, ya expresado en el Antiguo Testamento por el profeta Ezequiel. Israel ha sido descuidado por sus pastores; por ello, Dios mismo se convierte en pastor de su pue- blo, atendiendo a cada oveja segtin su situaci6n: «Yo mismo reuniré a mis ovejas y las. pastorearé —ordculo del Sefior Dios-. Buscaré a las ovejas perdidas y haré volver a las descarriadas; vendaré a las heridas y robusteceré a las débiles. Por lo que respecta a las robustas, las apacentaré como se debe» (Ez 34,15-16). Leemos Le 15,6-7 y Le 15,9 Qué hace el pastor al regresar a casa? zY la mu- Jer al encontrar su moneda? {Cudles son sus palabras?

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