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Introducción a la comunicación
Los objetos de estudio o de investigación, son fragmentos de la realidad; porciones de lo real que se re-
cortan y se construyen a través del lenguajes que va adquiriendo especificidad, y profundidad a medida que se avanza
en el abordaje del objeto. Estos segmentos tomados de la realidad, se interpretan, con la mayor precisión y minuciosidad
posible. Lo real aparece ante nuestros sentidos, ante nuestra percepción, con una fabulosa complejidad que obliga a su
recorte, sino su explicación se volvería imposible. Las disciplinas entonces recortan parte de la realidad que será su ob-
jeto de estudio.
Comunicación
El sentido de comunicarnos
El sentido es el significado que tienen las cosas, las palabras, los valores y las actitudes para las personas que
viven en una comunidad. Algo tiene sentido cuando la gente cree en eso, cuando lo siente propio, cuando lo entiende.
El sentido es a la vez social e individual: porque el ámbito en el que nos movemos (la escuela, el barrio, el club,
la familia, etc.) le da sentido a lo que hacemos. Pero nosotros somos los que impregnamos de sentidos particulares las
diversas prácticas y la vida cotidiana.
Cuando hay comunicación hay “negociación”. Porque en cada situación los interlocutores de un proceso de
comunicación luchan y negocian por el sentido de sus discursos. Hay negociación cuando nos encontramos, cuando en-
tendemos algo conjuntamente, cuando acordamos entre diferentes en el sentido y la importancia de un determinado
mensaje.
Además, la comunicación es producción de sentido y decimos que el sentido es producido porque: Es el resul-
tado de una negociación. La negociación o acuerdo se modifica en cada situación. El sentido no se da de una
vez y para siempre, sino que se construye en cada situación individual y en cada comunidad. Cada integrante
del proceso de comunicación adapta su discurso e interpreta el de los demás, según sus necesidades.
Adquiriendo sentidos
¿De qué hablamos cuando hablamos de sentidos? La palabra sentidos propone varios caminos para que po-
damos pensarla. En primer lugar este concepto refiere a los sentidos biológicos (la vista, el gusto, el tacto, el oído, y el
olfato). Estos sentidos nos ayudan a percibir nuestro entorno. Ejemplo: tableta de chocolate.
Desde una perspectiva comunicacional, la adquisición de sentido va más allá de lo que un objeto concreto del
entorno nos indica. Por ello, además de nuestra capacidad biológica, comer chocolate convoca otros sentidos (Ej.: cree-
mos que comer chocolate es darnos un gusto, es un sinónimo de romanticismo, entre otros). De esta forma le damos
sentido social al chocolate.
Teoría semiótica
Charles Sanders Peirce, fundador de la Semiótica, concibe distintas clases de signos y no sólo los lingüísti-
cos, tal como sostenía Saussure. Propone un sistema clasificatorio de los signos según el cual se representar
algo del mundo, u objeto, desde tres planos distintos.
Establecen una relación directa con aquello a lo que refieren (Ej.: una foto).
Íconos o signos icónicos A su vez, es independiente de su objeto, es decir, aunque el objeto que el
signo representa no exista en la vida real se lo puede iconizar(Ej.: dragón)
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La Lingüística es la ciencia que estudia el lenguaje, como forma de comunicación humana en cuanto a sus códigos y sistema
de símbolos, el uso de las distintas lenguas, sus puntos en común, y su evolución.
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Un signo siempre representa algo. Los signos creados por el hombre son básicamente compartidos, y se utilizan para co-
municarnos. El lenguaje es un sistema de signos.
Prof.: Cecilia Tejeda
FinES 2- Comunicación y medios
Establecen una relación indirecta con aquello a lo que refieren. Remite a
ideas, objetos generales y a conceptos abstractos que son representados
Símbolos o signos simbólicos
simbólicamente (Ej.: las banderas, el crucifijo). Los símbolos dependen de
cada cultura.
Indican o señalan un fenómeno. Tienen una relación de cercanía, contigüi-
Índices o signos indicativos dad o causalidad con el objeto que representan (Ej.: el humo, es indicio de
que hay fuego).
Signos comerciales
A diferencia del animal, tenemos la capacidad de crear signos colectivos y de representar a través de
ellos. El hombre puede evocar los objetos ausentes alejados en el tiempo y en el espacio, tenemos la capaci-
dad de sustituir a través de retratos, esquemas, palabras , imágenes mentales. Otra particularidad importante
como personas es nuestra capacidad de comprender e interpretar nuestro entorno.
La expresión "el ser humano es un animal simbólico" fue formulada por el filósofo de origen alemán
Ernst Cassirer (1874-1945). Pues bien, en dicha afirmación se nos proporciona una pista acerca de cómo el
ser humano ha efectuado una revolución cultural sin precedentes entre las especies de nuestro planeta. ¿Y
por qué afirmamos que el ser humano ha efectuado una revolución cultural sin precedentes? Porque, y como
subrayó el filósofo y antropógo español Luis Cencillo (1923-2008) en su obra Expresividad y lenguaje (1973),
"en la diferencia de la señal al símbolo se halla comprendida la distancia biopsíquica entre el hombre y el
animal no-humano."
Pero, ¿qué quiere decir que el ser humano es un animal simbólico?, ¿qué significa eso de que en la
diferencia de la señal al símbolo se halla comprendida la distancia biopsíquica entre el hombre y el animal no-
humano? Analicemos una posible respuesta a este interrogante: mientras que todos los animales viven ubi-
Los símbolos, en consecuencia, exhiben y muestran una gran ventaja: permiten elaborar pensamien-
tos y representar creencias, teorías, conceptos y sucesos. Los símbolos son imágenes que poseen, por me-
dio de convenciones socialmente aceptadas, una serie de rasgos asociados a la realidad sensorial que repre-
sentan. La paloma, por ejemplo, no solo es un animal, no solo es zoológicamente un ave. La paloma es tam-
bién un símbolo cultural de primer orden y, como tal, sirve para representar la creencia cristiana del Espiritu
Santo y simbolizar el amor fraterno y, por extensión, la idea de la conciliación y la paz.
En consecuencia, la capacidad simbólica es una cualidad humana que permite abstraer a partir de al-
go sus propiedades, y adjudicar un conjunto de rasgos (reales y/o irreales) a las cosas. La capacidad simbóli-
ca es propia del ser humano y tiene que ver con el desarrollo de la comunicación y del pensamiento.
Analizando discursos
Como se mencionó en clases anteriores dijimos que “todo comunica”, esto le sumaremos que “todo
fenómeno social es un proceso de producción de sentido”
Eliseo Verón (semiólogo3 argentino) nos invita a pensar en la teoría de la producción social de sentido
que se pone en juego en toda sociedad. Producir sentido implica generar textos, materia significante. Todo
fenómeno puede leerse por el sentido que está representando. La producción de sentido no significa la inten-
ción que tiene una persona cuando dice y/o hace algo, cuando transmite un mensaje. Toda producción de
sentido es social, nunca individual. Todos los textos y todas las prácticas son significantes socialmente: for-
man parte de discursos sociales más amplios. Nos referimos a discursos sociales cuando analizamos no sólo
la lengua sino también las imágenes, los sonidos y todo aquello que significa en una situación comunicativa.
La comunicación y la cultura
Los teóricos actuales de la comunicación recogen la idea de que la comunicación implica la construcción
de significados mediante una especie de negociación o trato entre emisores y receptores que va más allá del
simple intercambio de mensajes literales. Es lo que llaman concepción transaccional de la comunicación, y
entienden por transacción la construcción de significados compartidos.4 Tomemos como referencia el gran
manual de comunicación de Steve Duck (Universidad de Iowa) y David T. McMaha (Universidad estatal de
Missouri), de reciente publicación, titulado The Basics of Communication. A Relational Perspective (2008,
London: Sage). Al igual que la tradición semiótica, estos autores también incorporan la relación con la cultura
como un capítulo central de la teoría de la comunicación (Cap. 8 del libro citado: “Sociedad, cultura y comuni-
cación”). Y en verdad, en el estado actual de la reflexión internacional sobre la comunicación ya resulta impo-
sible disociarla de la cultura.
En efecto, viendo las cosas desde la perspectiva de la cultura, podemos decir que ésta se confunde to-
talmente, de cabo a rabo, con la comunicación. La cultura no sólo presupone la comunicación, sino también
es comunicación. Si asumimos, por ejemplo, la definición antropológica de la cultura como “pautas de signifi-
cados” —que es la llamada concepción simbólica de la cultura, hegemónica en nuestros días—, nos percata-
mos de inmediato que hablar de “significados” implica automáticamente hablar de comunicación, porque los
significados se generan siempre para alguien y en vista de alguien, —como afirma la semiótica norteamerica-
na—; es decir, en vista de un destinatario real o potencial capaz de interpretarlos. Ningún poeta, por narcisista
que sea, escribe poesías sólo para sí, o para declamarlas en un bosque solitario. Y ningún fotógrafo, sea pro-
fesional o aficionado, toma fotografías sólo para su consumo personal, sin la intención de exhibirlas aunque
sea en la intimidad de su círculo personal. Por eso se puede reformular la definición de la cultura en términos
comunicacionales afirmando, con Sttuart Hall (1997: 13-94), que la cultura tiene que ver principalmente con...
3
La semiología o semiótica es la disciplina que estudia el signo y aborda la interpretación y producción del sentido, pero no
trata el significado, ni las denominaciones, incluyendo en estas las verbales y las no verbales.
4
En su contribución al volumen colectivo Cibercultur@ e iniciación a la investigación, Margarita Maass (2007: 237 ss.) define
la comunicación, inspirándose en el concepto amplio de Maturana, en términos de “coordinación de acciones”. Allí donde no existe
una coordinación de acciones entre dos o más individuos de una misma unidad social, no existiría comunicación, sino una simple
trasmisión de información. Para evitar problemas de homologación principalmente con las concepciones semióticas, nosotros preferi-
ríamos decir que la comunicación es el presupuesto y la condición necesaria para coordinar acciones, pero sin reducir la comunica-
ción sólo a esto último.
Prof.: Cecilia Tejeda
FinES 2- Comunicación y medios
... la producción e intercambio de significados —es decir, con dar y recibir significados— entre los miem-
bros de una sociedad o de un grupo. […] Es así como la cultura depende de los que participan en ella inter-
pretando su entorno y confiriendo ‘sentido’ al mundo de modo semejante.
Por eso, cualquier producto cultural —una obra literaria, una película, un repertorio cancionero, una obra
de teatro, una emisión televisiva— puede ser analizado siempre según el eje de la comunicación.
Viendo las cosas desde la perspectiva de la comunicación, ésta se desarrolla siempre dentro de un uni-
verso cultural compartido en mayor o menor medida por los participantes en el proceso comunicativo. Este
universo cultural opera bajo la forma de pre-construidos culturales, de presupuestos dados por descontado,
de protocolos de respeto y de diferencia de status reconocidos por los interlocutores, en fin, de sistemas de
códigos que determinan lo que es correcto o incorrecto en los comportamientos interactivos, en el manejo de
las emociones, en la apertura de la propia intimidad a otros, en la distancia física que debe existir en la comu-
nicación cara a cara, etc.
En resumen, la comunicación se realiza siempre a partir de las pertenencias socio-culturales tanto del
emisor como del receptor. Por eso, el fracaso de una comunicación no es imputable sólo a los llamados “rui-
dos” en el canal, sino sobre todo a diferencias y disimetrías culturales.5
Cultura
Actualmente, en las ciencias sociales existe un acuerdo en entender lo cultural como una dimensión presente
en la totalidad de las relaciones sociales. Una de las definiciones más extendidas fue propuesta por el antropó-
logo Clifford Geertz, quien postula que “el hombre es un animal inserto en tramas de significación que él mis-
mo ha tejido” y considera que “la cultura es esa urdimbre y que el análisis de la cultura ha de ser por lo tanto,
no una ciencia experimental en busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en busca de significaciones”.
Una segunda reflexión acerca de la cultura permite visualizar el carácter armonioso (como forma de vida en
común) y conflictivo (como escenario de disputas materiales y simbólicas) de los procesos socioculturales. En
esta dirección, la cultura es pensada como suma de todas las descripciones disponibles (mediante las cuales
las sociedades confieren sentido y reflexionan sobre sus experiencias comunes) y/o como el emergente de
significados y valores de grupos sociales diferenciados.
El lenguaje y la cultura
Al ser la cultura un conjunto de conocimientos, creencias, valores que se transmiten por vía lingüística, el ser
humano puede decirse que vive en y desde el lenguaje. Y es que el mundo de lo humano, de nuestras rela-
ciones, de nuestras actividades, de nuestras creencias está codificado lingüísticamente, interpretado median-
te categorías lingüísticas, y estructurado en torno al lenguaje. De ahí que el ser humano sea un animal simbó-
lico. Pero, seamos más concretos. El lenguaje cumple un papel, una función absolutamente imprescindible:
Para la socialización: los individuos de una sociedad asimilan la cultura a través del lenguaje, princi-
palmente.
Para la transmisión de conocimientos: el lenguaje constituye la principal herramienta en la transmisión
y difusión de conocimientos de una sociedad. La instrucción pública, la educación, se lleva a cabo a
través del lenguaje, bien oral, bien escrito.
Para la creación de conocimientos científicos y tecnológicos.: la ciencia y la tecnología se asientan so-
bre lenguajes artificiales altamente especializados, sin los cuales no serían factibles ni la tecnología ni
la ciencia.
Para establecer relaciones y mantener vínculos sociales: mediante el acto de hablar nos conocemos,
relacionamos, mantenemos y desarrollamos vínculos afectivos. Las palabras son, por tanto, parte im-
prescindible del "pegamento social" con el que nuestra vida en común es posible.
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Texto extraído de “Comunicación, cultura e identidad. Reflexiones epistemológicas”- Gilberto Giménez, Año 6, núm. 11,
septiembre 2011
Prof.: Cecilia Tejeda