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REFUGIOS ANTIAEREOS Este intercsonte trabajo fué publicado en la Revista ASINTO, v su reproduce Por JOAQUIN RODRIGUEZ MONTEVERDE Tageniero de Construscién y Blectriidad. én la conside- Fimos ny adecueda pare que muchos de sucsiros lectores que se inferesan, ex construccioncs Ge esta noturalece, quéden informados del estado actual del os Mculortsacion para fnsertar ew tuesiras columuas el mencionado artfele. El gran desarrollo de los medios de destruccién w partir de la segunda Guerra Mundial, unido'a la inestabilidad de la situacién internacional, con la. ame- nasa constante de una nueva guerra, ha impulsado en todos los paises el armamento ¥ la preparacién de los junuros combatientes, ha creado una enorme preocw- pecién por la proteccién de la poblacién civil contra tum posible ataque aéreo, especialmente contra un ata- ue con bombas.termonucleares. Esta preocupacién se ha reflejado en el desarrollo de estudios espectficos de le Defensa Pasiva, crista- lisando en la promulgacién de leves y disposiciones conplementarias, especialmente sobre [a evacuacién de la poblacién civil @ sonas menos amenasadas sobre la construccién de refugios antiaéreos adecuados a los nuevas exigencias. Siguiendo estes normas, se csté desarrollndo en diversos paises la instruccién a le poblacién civil sobre su comportamiento en caso de ateque aéreo atémico. EI sentir general de los legisladores en casi todos los paises es considerar fundamental a construccién dc refugios antiagreos, 1) asi, en las leyes sobre defensa ‘itil se seiala expresamente como absolutamente obli- sntoria la construccién de refugios antiaéreos por los Wopictorios de edificios. destinados a vivienda y por has cmpresaz industriales + comerciales, tanto piibli «as como privadas. Concretanrente, en la Ley de De- fensa civil de la Repiiblica Federal Alemana, de 9 de tctubre de 1957, se establece (capitulo V. art. 22) la sbligatoriedad de construccién de refugios en todos los edificios de viviendas que se construyan en las po- Hlaciones.de més de 10.000 habitantes. En otras legis- leciones (por ejemplo. la noruega, publicada en julio fe 1933), la obligatoriedad corresponde a las Empre- ns piiblicas y privadas, ¥ no sélo para sus obreros ¥ empleados, sino com capacidad también pare los ha- hitantes de los, edificios préximos. En Espaiia se ha promulgado recientemente’ wna aueva Ley de Defensa civil, que modifica la Ley de Defense Pasion de 1941, hasta ahora vigente, ¥, como consecuencia de ella, se han constitwido reciente- mente las Tuntas Provinciales y Locales de Defensa chil: sin embargo, no sabemos que hasta ahora se hayan dictado nuevas normas sobre la construccién de tefrigios antiaéreos, por lo que seguirian vigentes los ABRIL ‘1962 “Agradecemes [a azsable Decretos de 20 de julio y 13 de noviembre de 1943, ‘en el primero de los cuaies se disponia la obligatorie- dad de construccién de refugios antioéreos en todas las poblaciones de més de 20.000 habitantes; esta obli- gatoriedad fué declarada en suspenso transitoriamen- te, dada la carestia de la vivienda, por lo que en el se- gundo de los Decretos citados se disponia que la obli- igatoriedad quedaba en vigor solamente para los edifi~ ios del Estado y los edificios particulares no desti- nados a viviendas. Ya veremos, al final de este arti- ‘culo, el ligero aumento de coste que puede significar para el edificio la construccién de un refugio antiaé- reo interior. Creo de gran interés el airear el tema de los refu- gies antiaéreos, especialmente entre los Ingenieros Militares, a quienes, ami juicio, ataite muy particular- ‘mente. En este articulo recojo, en lineas generales, el articulo que publiqué en la revista”E jército” en mayo de 1960, si bien he dedicado alguna mayor atencién a los detalles técnicos que alli se omitfan por su menor interés para la esfera mas amplia a que tba destinado. Necesidad y efectividad de la proteccién antiagrea. ‘Muchas de las experiencias realizadas por los Es- tados Unidos con las bombas nucleares y termonu- cleares. tanto en los desiertos de Nuevo Méjico, como tn. las islas del Pacifico, se han encaminado, mas que ‘a comprobar Ia potencia de las bombas, a estudiar los efectos de las explosiones en los organismos vivos, edificios, subsistencias. etc. Cifiéndonos a los efectos de los explosivos nuclea~ res y termonucleares, diremos que los efectos print pales son los siguient — Onda de presion. — Onda de succién. — Onda de calor. — Radiactividad inicial. — Radiactividad remanente o Huvia radiactiva. ‘Como resumen de una serie de experiencias, se than determinado los posibles porcentajes de bajas en 245, diversas circunstancias y a distintas distancias del punto cero. En el cuadro de la figura 1.* hemos reco Eido, en la forma més expresiva posible, los resultados {que se obtendrian en la zona critica y en Ja zona inme- data a ésta (prescindo de las testantes zonas, pues creo que con estas dos es suficiente para comparar resul- tados). El diagrama se divide en tres partes, dando respectivamente los porcentajes de muertos, heridos € ilesos en la zona A (zona critica) y en la zona B (inme- Giata), Para cada caso se expresan los porcentajes de bajas ilesos en Jas tres circunstancias siguientes: —“Ataque atémico inesperado (sin alarma) cvan- Go no existen refugios. — Ataque atémico con alarma previa, cuando no existen refugios. - —Ataque atémico con alarma previa, cuando existen refugios. Este gréfico habla por si mismo. vas clasicas, Segtin el tipo de refugio, podra proteger contra el impacto directo, contra una explosion proxi- ma 0 solo contra los efectos de explosiones relativa- mente alejadas. 2° Bombas nucleares en explosién aérea: La pro- teecion debe ser suficiente contra los cinco efectos que antes hemos indicado. 32° Agresivos quimicos. y bialdgicos: Aunque su empleo esta, prohibido por los convenios internacio- rales, no hay que descartar esta posibilidad “2 Caida de escombros y acumulacion de éstos. En lineas generales, las condiciones que deberan reunir los refugios antiagreos serdn las siguientes ‘) La proteccién: contra las ondas de: presién y succi6n, conmocién del terreno y sobrecarga dinimics. cexigen gue la resistencia ‘a compresién y la rigides del refugio sean adecuadas. Dada la Targa duracién de lo fase de presién, los refugios sometidos a la accién PORCENTAJES DE BAJAS EN EL BOMBARDEO abe abe abe abe Consecuencia: de esto se deduce que para la efec~ tividad de la defensa pasiva se precisan las condiciones siguientes: — Red de deteccién extensa y de. gran aleance, — Enlace perfecto entre la red de deteccién y la red de alarma. — Instruccién completa de la poblacién civil. — Enistencia de un mimero suficiente de refugios antiaéreos bien protegidos. Il. - Contra qué efectos deben proteger los refugios antiagreos. Podemos decir, abreviadamente, que deben pro- teger contra las armas A, B y Q, es decir, contra las armas atémicas, diolégicas y quimicas. Pero conviene detallar algo més: 1° Armas clésicas: Es decir, las bombas explosi- 246 abe abe a= Sn ALARM NIREPUSIO b-conacanina ‘S00 REFUGIO 6 COMALARMA, cOvRervs/O fig. 1: directa de las explosiones atémicas deben estar cons truidos como cimaras herméticas capaces de resistit grandes presiones de aire. En el capitulo correspor: Giente al célculo de resistencia detallaremos-cudles som Jas maximas solicitaciones a considerar segin el tipo de refugio. 5) La onda de calor y el peligro de incendios ex gen el empleo de materiales incombustibles, espesot Suficiente de los muros envolventes y una disposicién y seguridad especiales en los: accesos y- salidas de ‘emergencia. La explosién de una tomba nuclear o termonucleat libera gigantescas cantidades de energia, pero, en x neral, para los refugios antiaégreos no tiene demasiad importancia la onda calorifica inicial. Si el refugio & del tipo enterrado, el recubrimiento dertierra amortt- gua tanto-la energia calorifica recibida, que ésta. ti Gebilita los materiales, ni llega a alcanzar el interior del refugio. En las partes envolventes de hormigét armado que no estén protegidas, puede -considerarse suficiente el recubriniiento normal de las armaduras. REVISTA DE OBRAS PUBLICAS Otro cosa ocurre si se producen incendios en el exterior. En este caso el aire exterior puede alcanzar temperaturas muy elevadas y hacerse irrespirable, por Jo que puede llegar a ser necesario el cierse transito- rio de los“dispositivos de ventilacién. ©) Bombas explosivas en impacto directo: Exigen una rigidez total del refugio y la suficiente resistencia local en. todos Jos elementos envolventes ¢el refugio. Mis adelante detallaremos algunas normas construc tivas @) Agresivos quimicos y biolégicos: En general seri suficiente con que los refugios cuenten con un sis~ rd x eevee 4 Lee PLANTA ESQUEMATICA ae pd - paws Sen 9 tema de ventilacién forzada, de tal modo que el aire exterior penetre a través de unos filtros adecuados. ¢) Radiactividad: Ya themos dicho que son dos los efectos radizetivos que se producen, la radiac- tividad inicial y la radiactividad remanente. Es pre- ciso que los refugios estén construidos de tal forma que la dosis inicial de radiactividad en el interior del refugio quede dentro de unos limites admisibles; de igual modo debe quedar limitada la dosis de radiac- tividad debida a la luvia radiactiva. Sabemos que los efectos radiactivos se deben 2 los rayos gamma. Estas radiaciones se absorben 0 stendian al atravesar los diversos materiales. Como regla general podemos decir que la atenuacién dela intensidad de la radiacién depende de la masa de ma- teriales dispuesta entre el manantial: radiactivo y el punto de observacién. El efecto de un material dado n relacién con la limitacién de la intensidad de radia~ cién viene representada por una magnitud a la que se suele denominar “‘espesor del valor mitad””. Esta mag- nitud es el espesor del material de que se trate que ABRIL 1962 sc08 BT absorbe la mitad de los rayos gamma incidentes. E's decir, el espesor del valor mitad reduce la dosis de radiactividad a wn medio de su valor: un espesor doble de éste reduce la. intensidad a 1/4 de su valor, y, en general, n veces el espesor del valor mitad redu~ Gira In intensidad radiactiva a 1/2" veces el valor inicial. ‘Los materiales de que en principio disponemos para protegemos son la tierra y el hormigén armado. El“espesor del valor mitad” para el hormigén (densi- dad, 25) ¢s de 14 cm.: el de la tierra (densidad, 1.7) es de 18 centimetros. Para que la proteccién con- nage goes 222 nem S080 siositem aya ut is 7 Saas nina een Cod ean wean Skeciow ACA" 20 fa2 ae tra la radiacién inicial sea suficiente, el espesor de hormigén debe ser de 1,50 metros. ‘La radiacién gamma se transmite por le atmésfera ‘exactamente igual que la onda de calor, por lo que.un punto determinado resulta aleanzado por rayos gamma procedentes de todas direcciones, si bien la mayor parte de la radiacién recibida por un punto provendré Ge la direccién del punto de explosién; sin embargo ho hay que olvidar, a efectos de proteccién, que tna buena parte de la radiacién proviene de otras direc- ciones. La proteccién més elemental de Jos puntos mis vulnerables, que son los accesos, consiste en que éstos tengan frecuentes y bruscos cambios de direccién que cortan el paso a la transmisin de la radiacién. Ill, « Clasificacién de los refugios antiaéreos. Con respecto a su situacién los refugios pueden clasificarse en: ‘—interiores (situados en el interior de un edificio), —exteriores; 17 a su vez, ambos tipos de refugios pueden ser: —enterrados, —semienterrados, —de superficie, segiin su situacién respecto a la superficie del terreno natural. Segiin las condiciones de resistencia de los refu- ios, podemos clasificarios en cuatro tipos, en el bien entendido que tanto la clasificacién como la designa- cidn abreviada, aunque légicas, obedecen simplemente a un criterio personal, y con el objeto de facilitar las, alusiones que se hagan posteriormente, Los cuatro ti- pos de refugios son los siguientes —Refugios ligeros de circunstancias (RLC). —Refugios ligeros semipermanentes (RLS). —Refugios ligeros permanentes (RLP). —Refugios reforzados permanentes (RRP). IV. - Refugios antiaéreos ligeros de circunstanci La proteccién que pueden ofrecer es muy limita- da, pero suficiente contra los efectos de las radiacio- nes en las explosiones atémicas aéreas, siempre que Ja capa protectora de tierra sea de espesor suficiente; en 40504050 05 Semncas PREraNRCAPOS Aunque su construccién no ofrece grandes proble- mas, describiremos someramente un tipo muy sencillo, andlogo a los tipos ensayados en Fort Belvoir por los “Bngineers Research and Development Laborato- ries”. Consiste en una simple zanja con revestimien to de tabla o de chapa ondulada y cubierta con rotl- 208, cubiertos a su vez por una capa de tierra de 0.90 | Figura 3 a 1 m. de espesor; esta capa protectora puede, @ st vez, ir protegida por una capa de adoquines, cascotes © ladrillos, con objeto de provocar la explosién de pequefias bombas incendiarias, evitando su penetra- cidn en la capa de tierra. Este refugio ofrece protec: cin suficiente contra las radiaciones gamma pre denttes de una bomba atdmica de 20 KT. que haga ¢ plosin a wna distancia de 800 a 1 000 m. del refusio. 7 aucun RECTANGULAR Fig. 4"—Refugios ligeres semipermanentes (R.LS.) prefabricades, general, y teniendo en cuenta que solamente estin des- tinados a servir de proteccién en zonas alejadas de la zona critica, ser4 suficiente un espesor de un metro de tierra aproximadamente. Sus principales caracte- risticas son —Rapider y facilidad de construccién. Empleo de materiales de circunstancias o de fécil adquisicién. 248 En la figura 2* damos diversos detalles, entre ellos !2 construccién del filtro de aire. La ventilacién forza se consigue mediante un fuelle 0 yentilador de accio- namiento manual. La entrada al refugio es vertical con objeto de economizar espacio. La estanquidad de la trampilla de entrada se consigue en forma muy ingeniosa, tal como se indica en la figura 3 (segi el Dr. Drager en “Luftschutz-Aussenbauten”). REVISTA DE OBRAS PUBLICAS Y. + Refugios antiaéreos ligeros semtipermanentes. Estos refugios, andlogos en cierto modo a los RLC, se caracterizan por el empleo. de piezas prefa- bricadas. bien sean metalicas o de hormigén, Io que les cin una caracteristicas resistentes superiores a aqué libs. ¥ permiten también desmontarlos y ‘transportar~ log con relativa facilidad. Por otra parte, ¢s facil tam- hign transformarlos en refugios Tigeros permanen- tes (RLP) sin mas que reforzar la envuelta de hormi- gin, sirviendo en este caso las piezas prefabricadas 1 modo de encofrado perdido. Admiten infinidad de formas. pero los mas adecuados son los refugios tu- hulares 0 en boveda. En la figura 4.* se representan, x titulo de ejemplo. dos tipos: tino, en héveda, y otro. de seccidn rectangular. Ta instalacion de ventilacién natural y ventilacion forzada deben asemejarse a las de los RLP. VI.-Refugios antiaéreos ligeros permanentes. Pueden definirse como sistemas constructivos com- pletamente cerrados. generalmente de hormigon ar- mao y de capacidad reducida, que permiten una bre~ ve estancia (limitada a xmas horas). Las principales caraeteristicas son Tas siguientes: —No son capaces de resistir el impacto directo de las bombas explosivas. — Pociran resistir los efectos de las bombas explo- sivas clisicas. siempre que el cuerpo del refu- gio quede firera del embudo producido por Ja explosién. —Resistirin perfectamente 1a caida y acumula- ciém de escombros. —Protegerdn contra los efectos de la explosién nuclear y termonuclear, es decir: ondas de pre- sién y succién. radiaciones térmicas y radiac~ tivas. — Protegerin contra los agresivos quiimicos y bac- teriolégicos. 1. CaRACTERESTICAS GENERALES. _En las Normas sobre construccién de refugios an- éce0s, dictadas por el Ministerio de la Vivienda de |h Repiblica Federal Alemana. en julio de 1955 (1). se clasificaban estos defu condiciones de resistencia Tipo A: Capaz. de resistir una sobrecarga instan- tinea de 9 atmésferas (90 Tn./m.*). Se calcula el re- fugio para una sobrecarga estatica permanente de 3oTa./m2? y una succién de 10 Tn./m.. El- espesor e sus muros debe ser de 60 cm. Tipo B: Sobrepresion instanténea de 3 atmésferas ios en tres tipos, segtn sus (i) Recientemente (abril de 1961) se. han dictado nuevas Normas, que tio'han Hegado afin a mi poder. ABRIL 1962 ‘La-carga permanente de célculo es de To Tn./m2 y la succién de 5 Tn./m.%. Espesor. de 0.40 a 0,60 m., segrin que el refugio vaya en ef inte- rior 6 en el exterior del edificio. Tipo C: Sobrepresién instanténea de 1 atmésfe- ra (10 Tn./m2). La carga permanente de cileulo es de 3 Tn /mz y la succién es de 1.5 Tn/m2. El espe- sor de muros de 0.30 4 0.50 m. Para el cileulo estatico, ha de tenerse en cuenta que nunca se producen simulténeamente los efectos de presién y succién. El suelo es del mismo espesor que el techo y Tas paredes. Segin la FCDA (“‘Federal Civil Defence Admi- istration"), de acuerdo con las experiencias realiza- dias, es recomendable que los refugios sean capaces de resistir, como minimo, una presin de 30 psi. (unas 21 Tn /m.), pero indica al mismo tiempo que tam- poco resulta econémico el construirlos de resistencia superior, pues cl aumento de coste por persona se ele- ‘va en forma totalmente desproporcionada a su eficacia. 2. DINBNSIONES Y DISPOSICTONES CONSTRUCTIVAS, Capacidad maxima: 50 personas Superficie necesaria: Entre 0,50 y T m.* por per- sona, pudiendo, en casos extremos, reclucirse @ 0.33, ‘metros cuadradlos por persona. ‘Volumen necesario :1:20 a 1.50 m.t por persona el volumen minimo admisible seria de 0.76 m. por persona. ‘Altura de techo: 2,30 m.: minima admisible. 2 m, Su disposicién en planta puede ser cualquiera, de~ pendiendo del espacio disponible, pero se aconseja Ta planta rectangular o circular. En el primer caso, Ta relacién’ entre los lados no debe ser superior a 1 : 2. ‘La cubierta puede ser plana o en béveda de cual- quier tipo: Se construirin normalmente de hormigén armado, teniendo en cuenta las condiciones siguientes: 2) Hormigén, —Deberd elaborarse cuidadosamen- te, seleccionandose y dosificindose adectiadamente los Aridos: el hormigén debera vibrarse perfectamente y con preferencia se emplearan los vibradores de agu- ja. preferibles a los superficiales o de encofrado. Es de desear que el hormigén obtenido alcance una resis- tencia cibica de 300.Kg./em.. b) Armaduras. — Se. puede eraplear el acero nor mal de construcciin, cuyo eléstico sea de 2400 kkilo- gramos/em2. La armadura se dispondré en dos em- parrillados, uno interior y otro exterior, con una separacién maxima de 15 centimetros entre barras, Las armaduras de cada tna de las partes constructivas (te- cho, golera y paredes) deberdn solaparse a la forma usual, Los dos emparrillados que constituyen Ta arma- dura de los muros deberdn enlazarse entre si por unas armaduras transversales, que pueden ser'de 8 mm. de @idmetro, en niimero de cuatro como minimo por me- tro ‘euadrado. 249 ©) Dimensiones. —Los refugios serén, en gene- ral, rectangulares, como ya se ha didho antes, de di- mensiones 3 X 6 m. (capacidad: 50 personas). Si las dimensiones fuesen mayores habria que compartimen- tar por medio de muros de hormigén armado, pues no es aconsejable que las luces maximas sobrepasen estas dimensiones. En la figura 5 se representa una planta tipo de refugio para 50 personas. satggss0coue Fig, 5*— Planta tipo de un RLP. 3. Accesos. Todos los refugios deben disponer de un minimo de dos accesos: una, entrada normal, y otra, de emer- gencia. Estos accesos no deben quedar préximos en- fre si para evitar su destruccién u obstruccién simul- tanea. ‘Tanto el acceso principal como el de emergencia serdn, normalmente, horizontales; pero,-en el caso de que con esta disposicién no fuese fécil alcanzar la zona prevista libre de escombros, ser necesario dis- poner el acceso de socorro en vertical La zona que puede quedar cubierta de escombros, que stele denominarse “‘sombra de escombros”, tiene una anchura aproximadamente igual a 0,5 H, siendo H Ja altura de cornisa del edificio. En los accesos ver- ticales la boca de entrada debe quedar por encima de 0,25 H, por ser ésta la maxima altura previsible de escombros (fig. 64). En todos los refugios hay que prever una doble puerta, dejando entre ambas puertas una antecimara de unos tres metros cuadrados de planta, que sirve de esclusa de aislamiento en el caso de ataque con agre- sivos quimicos. Ambas puertas deben ser de cierre thermético, tipo autoclave, y la exterior debe ser capaz de resistir 1a misma presién para la que esté caleu- 350 Jado el refugio. Ambas puertas deben abrir hacia afuera. 4. VENTILACION. ‘Los refugios dehen disponer de un doble sisters de ventilacién: —Ventilacién natural. —Ventilacién forzada. 2) Ventilacién natural: — Se requiere que el site se renueve por lo menos una vez y media por hora para ello, los tubos de ventilacién deben tener una sec- cidn minima de 400 cm.* (22,5 em. de didmetro) por cada 25 personas. Los tubos de entrada y salida ée aire deben ir situados en muros opuestos, efectuin- dose la entrada de aire fresco por la parte inferior y la salida de aire viciado por la parte superior de In ‘cdmara; los tubos de salida seran verdaderas chime- reas para establecer el tiro: uno de los tubos de sili Ga, por lo menos. debe ir situado en la zona destinads fa tos servicios higiénicos para evitar malos olores ‘Tanto los tubos de entrada como los de salida irin provistos de dispositivo de cierre hermético para cunt do deba ponerse en funcionamiento Ta ventilacién for- zada (figs. 52 y 7. b) Ventilecién forsada.— Para prevenir un ati- que por gases, el aire se renovard a través de un fit tro de arena. Este filtro consiste en una caja ciibiet de hormigén, abierta por arriba y protegida por vm tejadillo ligero. La capacidad del filtro-es de 1 m* de arena por cada 25 personas. En Ia parte inferior iba Fig. 6+ —IDisposicién esquemitica de tas salidas de socorro del filtro debe situarse un pequefio tubo de drenaje E] ventilador 0 impulsor de aire sera eléctrico, per? debe existir también un dispositive de accionamiente manual, En la figura 5 se ha indicado una posible situacién de los filtros y la entrada de aire, no asi salida, que puede ser la misma que en la ventilaciéa natural, a condicién de que los tubos vayan provistos REVISTA DE OBRAS PUBLICAS de una valvula de retenciém que impida la inversion de la circulacién de aire; esta vilvula permite la sa- lida del aire viciado merced a Ja ligera sobrepresién que en el interior del refugio crea el ventilador. AIRE RECO saa eu nae wiciADO Fig.7-VENTUACION NATURAL 5. INSTALACIONES ¥ SERVICIOS. 2) Abastecimiento de agua.—Ademis de la aco: metida a la red general de la poblacién, debe existir un depésito con capacidad para cinco litros de agua por persona, como minimo. b) Instalacién eléctrica. — Debe provenir de la red general, pero es preciso disponer de una bateria de acumuladores para el alumbrado de emergencia. Debe cxistir, también, un cierto némero de linternas, cuyas pilts deben revisarse periddicamente para mantenerlas siempre en servicio. ©) Servicios sanitarios. —Dada la pequefia capa- cidad-de estos refugios no es necesario que dispongan de instalacién especial. Puede disponerse de un pe- quefio botiquin para curas elementales. Sin embargo, dada la conveniencia de que estos refugios. en lu gar de ser totalmente independientes, estén enlazados ‘entre si por galerias, puede preverse un puesto cen- tral de socorro, que serviria a todos los refugios de ‘uta manzana para las curas de urgencia y desconta- minacién de gaseados 0 afectados por radiaciones, los cuales, por ningiin.concepto, deben penetrar en los refugios sin hhaberse sometido previamente a la des- contaminacién. ABRIL 1962 €) Servicios higiénicos. — Cada. -retugio dispon- dra de un retrete, por lo menos, por cada 25 perso- ‘has. Estos servicios deben’ evacuar ala: red general {de alcantarillados; los desagiies deben estar provistos de valvulas de retencién para evitar el reflujo de las aguas fecales. Solamente debe recurrirse al empleo de Tetrinas secas cuando sea totalmente imposible efec- tuar la acometida al alcantarillado ; en este caso deben seguirse escrupulosamente todas las prescripciones de desinfecci6n, ©) Asientos” sj Uiteras.—Deben estar firmemente nidos al suelo, y su distancia a los muros sera de 10 centimetros, por Jo menos. Normalmente, serdn re- batibles para que no entorpezcan Tn entrada y salida Gel personal. 4) Viveres. — Puede disponerse de un pequefio depésito, con capacidad para un maximo de cvarents y ocho horas. 2) Uriles y herramientas, — Dede existir una pe~ que cantidad de picos, palas y otras herramientas, para el caso de que sea preciso proceder all descom- bro de la salida, Deben existir unos extintores de in- cendios, de substancia no toxica 6. PROTECCION CONTRA LAS RADTACIONES. Aparte de la envuelta resistente de hormigén ar- mado, que ya de por si constituye una eficiente pro- teceién contra Jas radiaciones, puede lograrse una pro- tecelén mas eficaz mediante una envuelta de hormi- gon en masa o tierra, Segiin las normas alemianas an- tes mencionadas, los espesores requeridos son los si- guientes: — Refugio tipo A: 1.20 m. de tierra 6 0.60 metros de hormigén en masa. — Refugio tino B: 1.10 m. de tierra 6 0.40 metros de hormigén en masa. —Refusio tipo C: 0.90 m. de tierra 6 0,30 m. de ‘hormigén en masa. El hormigén en masa debe estar dosificado para que su resistencia cibica sea del orden de 160 Kg. por centimetro cuadrado. VII. Refugios reforzados permanentes. Se trata de refugios de hormigén armado de ca- pacidad superior a los RLP y calculados para resistir folicitaciones més violentas. Permiten también una es- tancia mas prolongada. Estin calculados para resistir los efectos siguientes: —Impacto directo de’ bombas explosivas: hasta 1.000 Kg. —Explosién préxima de bombas de peso: supe- x. Hor a 1.000.Kg. ‘2k — Efectos térmicos y radiactivos de bombas nu- cleares. —Ondas de presién hasta nueve atmésferas (90 toneladas por m. — Agresivos B y Q. Seccién longitudinal a La forma del refugio dependera, naturalmente, del espacio disponible, pero es preferible la forma rectan- gular con relacién de lados no mayor de x : 2. El espacio total se deberd subdividir en zonas con capacidad para unas 50 personas. tem.de recubrimivals ac a # E30 4 — 130 1, DiMENSIONES. La capacidad mixima de estos refugios sera de T.g60 personas, y no debe sér inferior 2 250. ‘Superficie minima “til” por persona: 0,33 m?; pero, a set posible, deberd aleanzar los 0,50 m2. ‘Volumen minimo: 0,76 m.* por persona, siendo preferible 1,20 m3, . Altura de techo: no debe ser inferior a 2,30 m. Ba Rec dearmada pare (300 ea Bee TD >a FACCuALTA Teens] | | | 2 feed 20 | 22 3 fa 28 fio | ze a“? (Slab 2, DISPOSICIONES CONSTRUCTIVAS. El espesor de la losa de cubierta y muros perime- trales debe ser, como minimo, de 3 m., con la dispo- sicién de armaduras que luego indicaremos (fig. 8") En cuanto al espesor de la losa del suelo, que en 10s RLP era idéntica a la de muros y cubierta, depende- ta aqui de a profungidad a que vaya situado el re rugio. REVISTA DE OBRAS PUBLICAS — Nivel de piso a menos de 5 m. por debajo del nivel del terreno, el espesor sera de 3 m. —Si el nivel del piso esté a mas 8 m. por debajo del nivel del terreno, el espesor de la solera puede ser de 1,50 m, — Para niveles intermedios puede interpolarse li- nealmente, — Si al refugio se construye con mas de una plan- ta, los forjados intermedios serdn losas de hor- migén armado de rm, de espesor, como mi- imo. Fin cuanto a las caracteristicas de los materiales aemplear y otras disposiciones a adoptar durante la construccién, hay que sefialar lo siguiente: 2) Hormigones.—La calidad del hormigén debe ser inmejorable, seleccionando cuidadosamente los &ri- dos, empleando con preferencia los procedentes de ma- chaqueo y dosificindolos perfectamente para que su curva granulométrica se aproxime lo mas posible a la cutva éptima sefialada en las normas; la dimension mixima de la grava seré de 30 mm., excepto en la Josa de cubierta, cuya dltima capa, en un espesor de i'm, deberd levar grava més gruesa, hasta 100 mm, de dimensién maxima, pero con la condicién de que Ja resistencia de ambas capas de hormigon habré de ser la misma. El agua de amasado no debe contener materias orgénicas 0 arcillosas en suspensién, tolerén- dose una proporcién infima. Las normas alemanas que antes hemos citado exi- yen que la resistencia ciibica del hormigén debe ser de 430 Kg./em? a los veintiocho dias. Se comprende, Dues, que debe vigilarse cuidadosamente todo el pro- ceso de preparacién, puesta en obia y curado del hor- inigin, En el caso de construirse por contrata, debe extremarse el rigor en los-pliegos de condiciones fa- cultativas en la parte referente a hormigones, y adju- dicar la obra a una Empresa de prestigio y solvencia acrelitados. __ Al estudiar las condiciones de resistencia del refu- sio es preciso tener en cuenta los efectos de retraccién de fraguado y cambios de temperatura, con objeto de cvitar las juntas de dilatacién. _, Elhormigén de todas las partes del refugio debera vibrarse cuidadosimente, con vibradofes' de aguja (0 de inmersién) precisamente, Tas inevitables juntas de hormigonado se dejarin ¢n planos normales a las superficies de forjados y mu- os, es decir, que seran:horizontales en ios muros y verticales en los forjados. En la losa de cubierta del Tefugio no deben dejarse juntas de hormigonado. 2) Armiadwras.— Priede emplearsé’ el acero dr nario redondo. pura construccién, coin'2 400 Kg. /eth. ero es preferible emplear aceros de calidad. y mejor ain aceros de Iaminacién especial, con nédulos y ner vios para mejorar la adherencia (aceros Isteg, Thor, ABRIL “1962 etcétera). En Espafia se encuentran actualmente en el mercado algunos tipos de acero que retinen estas con- diciones. Las armaduras se dispondran en varias capas, dis- tribuidas en todo el volumen del hormigén, Las nor- mas alemanas recomiendan el empleo de la armadura tipo “Braunschweig”, representado en la figura 8° consiste en cuatro emparrillados, uno exterior, situa- do a un metro de la superficie, y otros tres interiores, distantes entre si 30 cm., los cuatro emparrillados van unidos entre si por unos estribos de 30 mm, en U, istantes entre si 1,30 m.; el recubrimiento minimo debe ser de tem. La armadura debe estar totalmente montada al ini- ciarse el hormigonado. ©) Orificio para paso de tubos. — Todas las partes envolventes del refugio (muros, solera y cubierta) pue- den estar atravesadas por las tuberias necesarias para ventilacién, etc., siempre que su seccién sea inferior 2 200 cm.? (14 em, de didmetro). Todas estas tuberias deben atravesar las diversas partes envolventes si- guiendo lineas quebradas. 3. Accesos. Cada refugio debe disponer, como minimo, de dos accesos normales, uno de los cuales, por lo menos, debe quedar fuera de la “sombra de escombros”. Los accesos deben tener 1,20 m. de anchura por cada 180 personas que hayan de utilizarlo, pero la an- chura total no debe pasar de 2,40°m. El sistema de doble puerta y antecémara de- herd ser el mismo que en los REP; la antecimara debe ser de 4,50 m2 y la puerta exterior estara caleu- lada para resistir 90 Tn./m.*. Las puertas exteriores deben quedar protegidas por una pantalla de hormigén de tres metros de espe- sor que las preserven tanto de la metralla como dela, onda explosiva directa. Los pasillos, de acceso deben formar recodos cada cierto trecho, con objeto de de- bilitar la onda explosiva: para completar este efecto, todos los recodos deben terminar en “fondo de saco”. Las escaleras de acceso tendran una pendiente mé- xima del 70 por 100, ¢ iran dispuestas en uno 0 més tramos, a ser posible iguales, separados por descansi- los, Los peldafios tendrén 26 em. de huella y 18,5 cm. de contrahuella. El némero, miximo de altura de cada tramo serd de 18 cm. La anchura de la escalera se rige por las mismas normas que los pasillos y debe dispo- nnerse de pasamanos 2 ambos lados; si la anchura es la mixima (2,40 m.), debe existir un tercer pasamanos central. Si el acceso es por rampas, la pendiente no sera superior ar : Sy la distribucién de tramos’en rampa y descansillos se hard igual que en las escaleras.. 253 4. VentitactoN. La instalacién de ventilacién sera doble: natural y forzada. 2) Ventilacién natural. — Se sige por las mismas normas indicadas para los RLP. ‘p) Ventilacién forsada. —Debe ser mas completa que en los RLP. Los filtros pueden estar constituidos por Tos elementos siguientes: — Separador de polvo. —Filtro de arena. —Filtro de carbén activo. ‘Def filtro pasa el aire al interior del refugio a tra- vvés de una instalacién de acondicionamiento para re golar su temiperatura y grado de frumedad. pl impol- for de aire crearé en él interior del refugio una ligera sobrepresién, suficiente para abrir la valvula del tubo de-salida e impedir la entrada, de gases nocivos. La instalacién de acondicionamiento de aire no es simprescindible, pero si muy conventente, puesto. que el eaprendimiento de calor y-vapor de agua, unidos al fescaso volumen disponible por persona, harian inso- portables en muy poco tiempo las condiciones de habi- fabilidad del refugio, aun contando con que la renova Gdn de aire fuese suficiente. Es obvio que todas las Aberturas de. ventilacign deben estar provistas de val- Gulas de retencion que queden cerradas al producirse tuna sobrepresion exterior. 5. INSTALACIONES ¥ SERVICIOS. 2) Abastecimiento de agua.— Debe disponerse de agua suficiente para los servicios de: bebida, higiéni- cos, refrigeracién de maquinaria, e incluso de cocina Si se prevé esta instalacin. La toma de agua debe hhacerse de la red general de la poblacién, contando con un consumo medio de diez Titros por persona y hhora, Para el caso de que la red general quede des- trufda 0 contaminada, debe disponerse de un poz ‘euyo caudal sea el mismo previsto para la red general, peo, sito fuese posible -disponer de pozo, se deberén Construir. al menos dos depésitos con capacidad de Seinte litros por persona y dia de permanencia méxi- tna pfevista’ para el refugio. ) Desagiies. —Se acometern a la red general de alcantarillado, previendo a Ia salida del refugio una vélvula de retencién. El desagiie debe hacerse por gra~ vellad, pero si la. profuncidad del refugio es superior ila del colector, hay que disponer una estacién de bombeo. re) Instalacién éléctrice. — Habra una triple. insta- lacién: —Acometida (doble) ala red de alumbrado ur- ‘bano. —Instalacién de grupos electrégenos para todos los servicios. —Tnstalacién de emergencia, contituida por lém- paras piloto, servidas por una bateria de acums- Tadores. La instalacién tomada de la red urbana debe ser doble y capaz cada una de las acometidas para la po- tencia total de servicio. Debe disponerse también de tin mimero prudencial de linternas de mano. @) Servicios higiénicos.—Se dispondré de WC por cada 25 personas y de un lavabo por cade 50; ¢1 lavabo puede ir situado en una antecdmara dt ios WC, que sirve de zona de aislamiento de olores ©) Servicio sanitario. —Debe disponerse de unt sala de curas, provista de botiquin e instrumental qui riirgico para efectuar curas de urgencia y desconte minacién, La superficie necesaria es de unos 18 a 20 metros cuadrados. Debe existir una sala de curas por cada 250 personas: 4) Sefializacién. — En lugares visibles deben colo carse indicativos de direccién en que se encuentran fos distintos servicios y las salidas. En los accesos deben existir flechas indicadoras, de pintura Iuminost para que sean perfectamente visibles en la oscuridad ) Sala de'méquinas. —En estas salas van inst lados todos los aparatos necesarios para: —Ventilacién forzada. —Bombas. —Grupos electrégenos, etc. Las salas de maquinas deben estar perfectamente acondicionadas para eliminar los gases, mantener wt temperatura uniforme.y evitar la transmisién de sui dos y vibraciones a los locales habitables del refusio Blespacio necesatio“es de unos 18 m.* para un refusio de 250 plazas; 22 m.? para 300 plazas. y dos locales de, 22 m2 sila capacidad del refugio es de 1 5 plazas. ‘Aparte de la sala general de méquinas, se preci de otro local, de unos 15 m.*, para la instalacién de acondicionamiento de aire En la sala general de miquinas debe encontrarst un plano de situacién y esquemas de todas las instt- aciones (conducciones, depésitos, etc.) que existan & el refugio. Igualmente deben existir unas instroccio nes breves y claras del funcionamiento de todas les instalaciones, para que puedan ser accionadas por pet sonal inexperto. VIII.«Normas para ‘el calculo de los refuxios antiaéreos. La proteccién necesaria tiene que quedar garanti: zada por el estudio estitico y dindmico de todas paites componentes del refugio. Como norm d céleulo elemental, pueden servir las consideracionts siguientes: REVISTA DE OBRAS PUBLICS En los apartados VI y VII hemos dado las sobre- cargas de calculo normaies para los distintos tipos de refugio, y hemos ‘visto que se toma normalmente una sebrecarga permanente uniformemente repartida igual 21/3 de la méxima sobrepresién admitida para el re~ fugio, que dependera, naturalmente, de la resistencia que de él se exija. Vamos a indicar ahora las hips- tesis normales de calculo que suelen emplearse para el cileulo estatico de los refugios antiaéreos. 1. HipOTESIS DE CARGA. La estructura del refugio debe soportar, aparte de has cargas permanentes y sobrecarga itil, una sobr carga suplementaria, que dependera, como hemos di- cho, de la resistencia que de él quiera exigirse. Nor- malmente, no resulta econémico considerar tnos efec- tos “eatastréficos” de la explosin, por lo que. por regla general bastard considerar una sobrecarga suple- nentaria igual a una fraccién (aqui 1/3) de la maxima sobrepresin que deba resistir el refugio. Existen dos posibilidades, que vienen a ser equiva~ lentes: tomar la sobrecarga suplementaria igual a la mixima sobrepresién y hacer él célculo de secciones para la tensién de rotura.del hormigén y limite elés- tico del acero, o bien tomar una sobrecarga suplemen- toria reducida y a unas tensiones de trabajo iguales a uma fraccién de la rotura, En el céleulo pueden prescindirse normalmente de ln carga atl, puesto que, de presentarse los “efectos catastroficos”, el edificio situado sobre el refugio es- taria ya destratdo. Hay que tener en cuenta que,,como Ta sobrecarga iplementaria actiia dindmicamente, las tensiones ad~ misibles para el hormigén y para el acero pueden tomarse algo mayores que los valores usuales (limite élastico dinamico), puesto que el tiempo de aplicacién de lh maxima sobrecarga seria muy breve. Si sehhiciese la hipdtesis de “efectos catastréficos”, uede prescindirse de aplicar la presién del terreno Puesto que, en el caso de explosiones nucleares, se ha comprotado que la sobrecarga del suelo crece unifor- memente en todo’el contorno, de modo que la presién reativa del terreno por debajo de la solera del refugio permaniece constante. Las experiencias realizadas han demostrado que son. frievitables los asientos y movi mientos de la estructura del refugio. Referente al sentido de aplicacién de las sobre- cargas suplementarias, las experiencias realizadas hah demostrado que la sobrecarga debida a la onda de presién en una explosin nuclear esta dirigida casi ‘exclusivamente en sentido vertical en las proximida- des del punto cero, mientras que, a cierta distancia de éste, acta con igual intensidad en todas . __ Por el contrario, los efectos de una explosién pré- xima de una bomba explosiva ‘elésica van dirigidos ABRIL 1¢62 exclusivamente en sentido horizontal. Estos efectos deben quedar incluidos en la sobrecarga suplemen- ‘aria, Teniendo en cuenta estas consideraciones, diremos que las tres hipétesis de carga que deben hacerse son las siguientes: 2) Sobrecarga suplementaria actuando en sentido vertical exclusivamente (afiadiendo 1/3 de la carga permanente). b) La sobrecarga suplementaria acta en sentido horizontal exclusivamente (no se tiene en cuenta la presién de las tierras). ¢) La sobrecarga suplementaria actia en todas di- reeciones. Si el refugio fuese de superficie, 0 semienterrado, Ja sobrecarga suplementaria deberd ir afectada de un coeficiente de aumento para tener en cuenta el efecto de presién por reflexién. Si el refugio tuviese forma cilindriea, dado que estos cuerpos resisten mejor una presiOn que actie en todas direcciones, puesto que se traduciria en una pre- sion uniforme en el anillo, habra que dedicar especial atencién al calewlo para la hipétesis de sobrecarga actuando en un solo sentido, Si se tiene en cuenta la reaccién del suelo y la ab- sorcién de una parte de Ia carga longitudinal gracias a la existencia de subdivisiones transversales, podrén reducirse ligeramente las sobrecargas suplementarias. 2. CAncuto Estitrco. a) Cargas permanentes ¥y carga stil. —El célculo se efectiia en Ja forma usual, por lo que no entraremos ‘en mas detalles. b) Sobrecarga suplementaria. — En el caso de so- brecarga suplementaria “‘catastréfica”, deben cumplir- se exactamente las condiciones de equilibrio, pero, en cambio, las condiciones de resistencia deberan cum- plirse solamente en forma aproximada puesto que, como es sabido, en las estructuras de hormigén esté- ticamente indeterminadas, cuando se esta llegando al punto de rotura, se producen modificaciones en la dis- tribucién de tensiones, por las cuales las tensiones internas se acomodan a los desplazamientos y defor- maciones de las armaduras. Con ello se consiguen notables simplificaciones en el cilculo estitico y se evitan las reservas de estabilidad caracteristicas de las, estructuras -estaticamente indeterminadas. En el caso de los refugios antiaéreos, ambas cosas influyen nota? blemente en la economia ‘de la construccién. Todas las partes planas (cubierta, solera, mitiros) se consideran como placas simplemente apoyadas y ‘armadas en una sola direccién. Como luz ‘de céleulo se toma la luz libre aumentada en 1/6 de la suma de las anchuras"de ambos apoyos. Si se calculasen las, placas para armadura en ambos sentidos, se prescini- Gira del momento de torsién. Desde luego, can esta, 255 hipétesis prescindimos de las compresiones y traccio- nes originadas por las reacciones de unas placas sobre otras, pero el cilculo es suficientemente aproximado. En la realidad no existe el apoyo perfecto que se supone en el cileulo, sino que todas las placas tienen sus bordes en empotramiento ¢léstico, por lo que la armadura calculada para la seccién central de la placa abr de repartirse convenientemente, Para ello, bas tard que a partir del cuarto de la luz se vayan doblan- do‘ barras fasta que la mitad de las barras del centro de la placa queden por la cara. superior de ta.losa y la otra mitad por la parte inferior, en los apoyos. saua oe unas Fig. 9%-—Planta tipo de cefugio reforzado permanente pafa $08 plazas Para tenér én cuenta él efecto’ de succién’ o- el efecto de la contraflecha elistica que se produce al fetirarse bruscamente la sobrecarga suplementaria, y Ein necesidad de comprobacionens. en la cara superior de la placa se poné una’armadura igual a la cuarta parte de la armadura necesaria’en la cara inferior, en ef centro de la’ luz. Esta armadura es suficiente para absorber los momentos negativos que se producen en el centro de la placa. ‘Las armaduras deben sélaparse convenientémente. de modo que las armaduras de una losa deberdn pasar fntegras al arranque de una losa contigna ctiya arma- dura normal sea mas réducida: Si la seccién del refugio fuese circular, la atma- dura caleulada para tind de los sentidos de sobrecarga ‘se cblocara interior y exteriormente a lo-largo de todo el contorno. Los’ mtiros’intériores deben ser résistentés” (suf cintemente arinados, para resistir las cargas tranismi- tidas por -muros y ‘techos) 0 bien estar dispuestos de 256 ‘tal manera que en caso de rotura a causa de las deior- maciones plasticas de suelos y techos, no supongan peligro para los ocupantes del refugio. Las mediciones efectuadas en las construccionts experimentales de Nevada han dado como resultado la comprobacién de que se producen aceleraciones de 12,5 g. La instalacién y acondicionamiento de los re- fugios antiaéreos deben efectuarse de tal manera que se puedan mantener en servicio aun con oscilaciones de flexién en las envolventes planas del refugio, de frecuencia de unos 25 pps. y amplitud de cinco mi- Timetros. IX. « Coste de construccién dé los refugios antiaéreos. La carencia de datos estadisticos espafioles ne impide hacer tn estudio comparativo detallado que st aplicable a nuestro pais, por lo que nos Timitaremas & indicar unas cifras posibles de coste, que, coma # vera, pueden oscilar entre limites muy amplios, ye"? que pueden servir de orientacién. Hemos de partir de la base de que ent xin refi? antiaéreo, aun el mas elemental, es una construccién cara; pues’ exige grandes voliimeries “de ‘hormigén # ‘mado y. unas instalaciones caras para el servicio ¢ tin niimero' relativamente réducido de personas. FI coste ‘aproximado Jo ‘referiremos a la capacidad del refuigio, és decir, las cifras son de coste espectfce por persona. . : ~ a) ‘Refiugio ligero de circunstancias. —Su cose ié Ser muy variable, pues dependerd dé los mate REVISTA DE OBRAS PUBLICAS riales de que se disporiga’ Podemos admitir una cifra aproximada entre 300 y 700 pesetas por persona. 1b) Refugio ligero. semipermanente.—Su_coste puede oscilar entre las 600 y 1.500 pesetas por per~ soma. ©) Refugio ligero permanente. — Si nos atene~ mos’a los tres tipos A, B y C especificados en las Normas alemanas a que anteriormente hemos ‘hecho referencia, el coste pudiera ser: Tipo A: De x S00 a 2 500 pesetas por persona. —Tipo B: Entre 1 500 y 2300 pesetas por per- soma. —Tipo C: Entre 1200 y 1 800 pesetas por per- sona, 4) Refugio. reforsedo permanente, — Natural mente, su coste asciende:extraordinariamente por la complejidad de sus instalaciones y por sus mayores espesores de hormigén. Puede llegar hasta unas To 000 pesetas por persona. X.+Contruccién y financiactén. Hemos dicho en el Preimbulo que en la mayor arte de los paises se ha establecido, en mayor 0 me- nor grado, la obligatoriedad de construecion de refn- xivs antiaéreos en Jas nuevas edificaciones, tanto utha~ nas como industriales. Sin embargo, no puede ha- blarse igualmente del cumplimiento de esta obligacién. sto se debe, en primer lugar, a que el refugio ¢s. como ya se ha dicho anteriormente, uma construccin cia, cuya utilidad en tiempo de paz es nula.o muy I mnitada, y cuya utilidad en tiempo de guerra, por igno- rancia © mala informacién (atencién a esto) se cons dlera poco eficiente. Ya hemos visto, al hablar del grafico de la figu- ra 18, que si la red de alarma avisa con antelacién siticiente, el porcentaje de bajas, aun en la zona cri- tics, se reduce considerablemente, con lo que se llega alt conelusién de que, cualquiera que sea su. coste, la cistruceién de un refugio antiaéreo bien estudiado vw e8 cara, dada la cantidad de vidas que salva. Por otra parte, el coste relativo no es exagerado, pues para una casa ‘de diez. viviendas, por ejemplo, en la que lastaria un refugio para 50 personas, el coste del nnismo seria de un 5 6 un 6 por 100 del coste tota! del clifici, cifra que no es exagerada. Hay que llegar. wes, al convencimiento de que (hablando en térthifios fnancieros), por la gran seguridad que da para caso de guerra, ‘el coste del tefugio puede considerarse smortizado, aun cuando no se produzca la guerra. En cuanto a la financiacidn, habria que estudiar cuidadosamente una formula que la hiciese factible. Lo que tio se puede pretender es que sean el Estado ABRIL, 1962! o los Organismos oficiales quienes carguen integra~ mente con ella. Distinguiremos los refugios que pode~ mos llamar piiblicos, es decir, los pertenecientes a Empresas industriales 0 comerciales, Bancos, locales de -especticulos, entidades. deportivas (1); ete., que deben hhacerse cargo integramente de la construccién de sus propios refugios. En cuanto a los refugios pri- vades, es decir, los de las viviendas, puede estudiarse la formula para que percibiesen una ayuda estatal, mas 0 menos cuantiosa, directa 0 indirecta, andloga a la de las viviendas de renta limitada, amortizando el préstamo en un plazo prudencial. Para Ja mejor reali- zacion de este Plan, seria preciso que por el Orga- nnismo correspondiente se dictasen unas Normas ade- cuadas sobre las condiciones que deben reunir los refugios de los distintos tipos. Cudl sea el Organismo competente es cosa que habria que determinar; en Alemania, a cuyas Normas tantas veces hemos hecho referencia a lo largo de este trabajo, es el Ministerio Federal de la Vivienda, quien cuida ademas de que cen los trabajos de Urbanismo se cumplan las condi- ciones de seguridad para la Defensa Civil. Permita- seme que lance una idea personal: Por qué no pode- zmos pensar en que sea esta una misién de los Ingenie- ros Militares?; a nuestro juicio, entra de lleno en nuestro campo de accidn todo cttanto sea técnica de guerra, y, en este caso particular, por asimilacién esta plenaniénte justificada la idea. En cutanto a los grandes reiugios, no cabe duda de ‘que su construceidn debe correr a cargo de los Muni- cipios o del Estado, Otro punto que convendria estudiar para hacer menos gravosa la construccién de refugios antiaéreos seria su posible utilizacién en tiempo de paz. La Reglamentacién espafiola prohibe terminante- mente la utilizacién, en tiempo de paz, para fines “que impliquen en ellos cambios 0 modificacién perjudicial ‘sus fines" ; cabe, pues, pensar en su utilizacion, inclu so introduciendo en ellos alguna modificacion que no afecte a su estructura resistente, pero con la condicién de que en breve plazo puedan quedar desalojados y en condiciones de prestar servicio. En algunos paises se han propuesto algunas solu- ciones, llegandose a hablar de utilizarlos para locales de recreo para Ja juventud, ¢ incluso como escuelas (no puedo verificar el dato, por no disponer en este momento de la referencia), pero no creemos que esta sea tna solucién viable, pues seria preciso practicar aberturas en los nniros. con lo que ya no se cumpliia fa condicién de no afectar a la estructura resistente. Entre los grandes refugios sabemos por lo menos de ‘uno, construido en 1951 en Otterhallan (Gottenburgo- Suecia). con eapacidad para-diez mil (£0 000) perso- (@) No bablamos, como es Tégico, de los grandes espe ticulos deportivos, pues en ellos seria ut6pico pensar en re~ fagios para la capacidad total del campo, 257 nas, que en tiempo de paz se emplea para aparcamien- to de automéviles; claro esté que, para que esto sea posible, es preciso que de antemano se haya pensado fen ambas funciones, para que sin grandes reformas pueda servir indistintamente como garaje y como re- fugio. Dentro de este orden de ideas, podemos también definir como refugio antiaéreo, dedicado a dos fines, el “Metro” de Mosci, cuyas galerias estin previstas para resistir las grancles presiones de tina onda explo- Consideramos que el empleo de los refugios en tiempo de paz es incluso conveniente, tanto para st conservacién como para amortizar. en parte, su coste de construceién. 258 XI. Conclusién. Hay que llegar’ al convencimineto de que la exis- tencia de refugios antiaéreos bien estudiados, junto con Ja adecuada instruccién de la poblacién civil pueden llegar.a salvar muchas vidas entré la poblacién civil en caso de que Ilegase a estallar una guerra atd- mica. Al mismo tiempo, es necesario que cuantos tie- nen a su cargo la industria de la construccién, en exal- quiera de sus formas, conozcan y cumplan las Normas de la Defensa Civil, tanto en Jo que se refiere = refugios como a urbanismo. Y, por iltimo, en este aspecto, mas que en ningiin otro, es indeseable Ia im provisacién: hay que estar preparados desde tiempo de paz, si se quiiere evitar el dafio de Ia guerra. REVISTA DE OBRAS: PUBLICAS

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