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Año 2017-2018 Boletín Septiembre a Diciembre

Junta de Directores Desde la Junta


José Caraballo Cueto - Presidente El segundo boletín lo dedicamos a discutir
Alba Brugueras -Próxima Presidenta el impacto de los huracanes en la economía
de la Isla.
Alejandro Silva/Martha Quiñones
Pasados Presidente Luego de los impactos de los huracanes
Irma y María decidimos realizar un foro
Alejandro Silva - Tesorero sobre aspectos macroeconómicos
Cynthia Silva, Ricardo Fuentes, relacionados a los huracanes Irma y María,
Gustavo Bobonis, Joel Viera, el costo de la reconstrucción y perspectivas
Antonio Fernós, Pedro Rivera, sobre posible (de) crecimiento económico.
Héctor Tavárez
En una actividad en conjunto con el Instituto
Alicia Rodríguez - Presidenta de las de Relaciones Laborales y la Asociación de
Mujeres Economistas Economistas de Puerto Rico ofrecimos el
Junta Editora foro: Perspectivas Económicas post-María.
En esta actividad contaremos con los
Martha Quiñones
siguientes recursos: el Dr. José Alameda
Iván Elías (Catedrático de UPR-Mayagüez), Dra.
Comunícate con nosotros Eileen Segarra (Catedrática de UPR-Río
Piedras) y el Profesor José J. Villamil
economistaspr@yahoo.com (Presidente de Estudios Técnicos Inc.) y se
https://www.facebook.com/Asocia realizó el miércoles, 15 de noviembre de
cionEconomistasPR/ 2017 de 11:30am a 1:00 pm en el anfiteatro
Ramón Emeterio Betances 238 de la
PO Box 360665 San Juan, PR 00936
0665 Facultad de Ciencias Sociales en la
Universidad de Puerto Rico, recinto de Río
Piedras.

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Boletín Asociación de Economistas de Puerto Rico
En esta edición:

Foro: Efectos económicos y sociales de los huracanes Irma y María 3


Una nota sobre el capital social 5
¿Es posible el desarrollo de Puerto Rico luego del Huracán María? Por
Ricardo Fuentes Ramírez 6
Los desastres no son naturales 9
Efecto y medición del impacto del huracán María por José I. Alameda
15
De la Revista Perspectiva
FOMB Listening Session por José J. Villamil 36
Las lecciones de María por los Editores 39
Los fondos recibidos tras el huracán María de José Castañer Martínez
40
Recomendamos leer
The Mind-bending and Heart-breaking Economics of Hurricane Maria
42

Don’t Let Puerto Rico Fall Into an Economic Abyss 46


Puerto Rico se transforma: Five months after Hurricane Maria, the rebuilding
effort in Puerto Rico is powered by women 46

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Boletín Asociación de Economistas de Puerto Rico
FORO

Efectos económicos y sociales de los huracanes Irma y María

En la actividad se abordarán temas no tiene los fundamentos que se supone que


microeconómicos sobre pobreza y desigualdad tenía”. Se adoptó un modelo basado en la
en el contexto de la catástrofe ocasionada por atracción de capital y en incentivos para atraer
ambos huracanes. Se discutieron las lecciones ese capital, que
de la situación actual de cara al futuro y posibles entró en crisis en los
escenarios y recomendaciones de política años 80. “En los
pública analizados desde una perspectiva
últimos 10 o 12
económica.
años no hemos
aprendido la lección
El Dr. José Alameda, y seguimos
estimó de forma utilizando ese
preliminar los costos modelo.
económicos de los
dos huracanes que
arrasaron Puerto “Tenemos que reconstruir un país que se ha
Rico en el mes de venido desmoronando. María ha puesto en
septiembre, explica relieve esa destrucción de las estructuras
que están los efectos fundamentales”. Ahora hay que pensar en una
iniciales, los que incluyen los gastos economía más pequeña. “Volvimos donde
relacionados con la preparación ante el estábamos hace unos años”. Explica que
huracán. Luego están los daños directos, que incluso si la economía crece a un ritmo de 1.8%
incluyen daños en capital físico, activos de a partir del 2019, la economía no volvería a
empresas, bienes duraderos, vivienda, alcanzar el nivel que tenía en 2006 hasta el año
comestibles y producción e ingresos perdidos. 2033. Se han perdido 25 años. La propuesta es
Y los costos de rehabilitación, “que son costos movernos a una economía social, donde
de oportunidad, porque podrían haberse adquieran más protagonismo las
invertido en otras áreas”. Podemos ver la organizaciones de base comunitaria. Y el
presentación de su ponencia adjunta. Estima gobierno tiene que incorporar el elemento de
que los costos de corto plazo ascienden a manejo de riesgo en la toma de decisiones, ya
$59,000 millones y los de largo plazo suman que estamos en una zona de huracanes. “Los
$174,000 millones. bancos hacen manejo de riesgos
habitualmente, la empresas privada
El Profesor José J. Villamil, señala que todos ocasionalmente y el gobierno nunca”.
estos costos provocarán una contracción en Presentamos escritos publicados por Estudios
una economía que llevaba 12 años en Técnicos para ampliar el tema.
contracción y que “ha perdido su estructura y ya

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Boletín Asociación de Economistas de Puerto Rico
La Dra. Eileen señalan que este tipo de eventos aumenta los
Segarra, destaca que niveles de pobreza y desigualdad. Recomienda
entre las evitar el desplazamiento de la población,
consecuencias de los promover la acción comunitaria y los lazos
huracanes habrá un comunitarios. En suma, “fortalecer el capital
aumento en la tasa social, de lo contrario corremos el riesgo de que
de pobreza que la Isla siga vaciándose”.
podría alcanzar el
50%. Habrá un En las ponencias hacen un llamado a la
incremento en la descentralización de la actividad económica
desigualdad porque desde el Gobierno Estatal, y establecer políticas
los huracanes afectan de forma más aguda a públicas para que los municipios y
las poblaciones más pobres y vulnerables, organizaciones de la sociedad civil tengan un
haciendo referencia a estudios realizados para rol protagónico. Llamando al fortalecimiento del
el huracán Katrina (2005, Nueva Orleans). “Los capital social para atender las necesidades de
más pobres tienen problemas en el proceso de las comunidades, entendiendo capital social
recuperación porque las ayudas no está desde la perspectiva sociológica como la
orientada a las poblaciones más vulnerables”, variable que mide la colaboración social entre
dice Segarra y pone como ejemplo el caso de la los diferentes grupos de un colectivo humano, y
Agencia Federal para el Manejo de el uso individual de las oportunidades surgidas
Emergencias (FEMA, por su siglas en inglés), a partir de ello, a partir de tres fuentes
que pedía los solicitantes de ayuda que la principales: el afecto, la confianza mutua, las
información se enviara por internet o teléfono normas efectivas y las redes sociales. Ese
sin considerar el colapso de las capital social si lo traducimos de su forma
telecomunicaciones. De los 22 municipios por económica, englobaría las aportaciones que los
donde pasó el ojo del huracán María “18 ciudadanos aportan y en conjunto con un
presentan niveles de pobreza que están sobre gobierno municipal fuerte se convertirían en los
lo que es el promedio en Puerto Rico.” La constructores de una nueva forma de gobierno
experiencia con otros huracanes de gran que puede funcionar, fortalecer las actividades
magnitud indica que la respuesta del gobierno económicas y sociales para lograr conseguir
es inadecuada y promueve una burocracia objetivos sociales definidos y sus beneficios.
excesiva; y que los países con mayor capital Cuando hablamos de capital social
social se pueden recuperar más rápido y el reconocemos que los recursos sociales son
acceso de financiamiento es mejor para todos parte fundamental e indispensable, para el
los sectores. “El capital social se está desarrollo de una sociedad.
deteriorando”, advierte y ejemplo de ello es el
éxodo masivo y los incidentes de saqueo. En su Algunas notas tomadas de http://sincomillas.com/el-
costo-economico-de-los-huracanes-irma-y-maria-podria-
presentación relató sobre una serie de estudios superar-los-200000-millones/
de este tipo de eventos catastróficos que

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Una nota sobre el Capital Social

Queda pendiente seguir definiendo el “capital social”, proveer más discusiones acerca
de la definición del concepto y separarlo del concepto contable del mismo. Las
definiciones que se han provisto no dicen mucho y no tienen valor pedagógico o
practico. Como por ejemplo la definición dada por Robert Putnam, uno de los pioneros
en el desarrollo de las bases de la teoría del Capital Social, es la siguiente: "Son los
aspectos de las organizaciones sociales, tales como las redes, las normas y la
confianza, que facilitan la acción y la cooperación para beneficio mutuo". Se necesita
utilizar nuevos parámetros y herramientas, que van más allá de los métodos que
manejan los economistas tradicionales. Algunos encajan el capital social en edificar
escuelas, pavimentar calles, hacer represas y hospitales, vacunar niños, educación
universitaria, diseñar una política de apoyo a las pymes, etc. Pero el concepto debe ser
más amplio para reconocer que las personas y las organizaciones son los principales
protagonistas del desarrollo. Esto obliga a un cambio fundamental en la concepción del
papel del Estado en la sociedad, en la forma en que diseñamos los parámetros
económicos, en la forma en que evaluemos conceptos como “construir confianza social,
fortalecer la cultura cívica, desarrollar el sentido de pertenencia, las redes y la capacidad
asociativa” son actividades de una naturaleza muy diferente.

Los estudiosos del tema han señalo que se tardan décadas en construir capital social y
que se puede destruir en poco tiempo. Hay que reconocer que para construir capital
social, la solidaridad, la equidad y la justicia no surgen del individualismo donde cada
uno es fin para sí mismo y los demás no son nada. Es contrapartida de las políticas
neoliberales, de la economía tradicional y del individualismo egoísta. La creación de
Capital Social (con mayúscula) permite crear una nueva riqueza donde la equidad es
una variable importante, donde las formas de actuar y satisfacer las necesidades es de
forma coordinada en beneficio mutuo. Resulta decisivo para la actividad productiva, la
satisfacción de las necesidades personales y el desarrollo comunitario, requiere que se
defina las necesidades en un marco de solidaridad y equidad.

Queda mucho por definir en especial cuando chocan con muchas políticas públicas y
las formas de participar. El reto lo han lazado, el principio esencial que está detrás del
nuevo andamiaje reconoce que las personas y las organizaciones son protagonistas del
desarrollo.

Añadimos dos artículos de los economistas Martha Quiñones y Ricardo Fuentes sobre
el tema, además otros artículos que amplían la discusión sobre el tema.

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Artículo

¿Es posible el Desarrollo Económico de Puerto Rico luego del


Huracán María?
Por Ricardo R. Fuentes-Ramírez

Demás está decir que el paso del Huracán María representó un golpe sustancial a
nuestra ya débil economía. Puerto Rico se encontraba en un periodo de estancamiento
secular desde el 2006. En otras palabras, no se trata de una caída pasajera en la
actividad económica, sino de un colapso de nuestro modelo económico acompañado
de niveles históricos de desempleo, pobreza y desigualdad. En este contexto, el
huracán representa la profundización de esta crisis socioeconómica. Los estimados de
daños preliminares fluctúan entre $17,000 millones y $90,000 millones de dólares; y aún
la mayoría de las personas y negocios no tienen servicio de agua, energía eléctrica o
telecomunicaciones. El huracán además ha provocado una ola migratoria hacia los
Estados Unidos, lo que reducirá la base contributiva y como resultado, los recaudos del
gobierno. Muchas empresas foráneas en la isla están contemplando abandonar sus

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operaciones debido al costo de repararlas, lo que representaría un golpe adicional en el
área de empleo.

Por un lado, el gobierno puertorriqueño cabildea por recibir la mayor cantidad posible
de ayudas del gobierno estadounidenses. Por otro lado, para muchos en la sociedad
civil puertorriqueña, las ayudas que se esperan no serán suficientes. Debemos reclamar
que Estados Unidos reconozca su responsabilidad en esta crisis humanitaria. El limbo
colonial al que han sometido a Puerto Rico por más de un siglo es una de las causas
de la crisis económica, y por tanto de la vulnerabilidad de nuestra infraestructura previo
al paso del huracán. El Congreso de EEUU debe proveer fondos para la reconstrucción
de Puerto Rico, y también debe legislar para eliminar la deuda pública de la isla. La
deuda en sí era insostenible y para muchos ilegítima; como también ha planteado el
Partido del Pueblo Trabajador, exigir que se pague en este contexto sería sencillamente
un acto criminal.
Previo al paso del huracán, Puerto Rico se encontraba implementando medidas de
austeridad y privatización, mientras se ponía como prioridad pagar la deuda pública.
Esta es la política que se viene implementando, aunque con diferentes grados de
intensidad en diferentes periodos, desde que comenzó la crisis en 2006. Esta política

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de austeridad se profundizó aún más cuando el gobierno estadounidense impuso sobre
la isla la actual Junta de Control Fiscal en 2016.
La mayoría de los economistas en la isla coinciden en que estas medidas lo que han
hecho es aumentar la desigualdad y los ingresos de una pequeña elite, mientras se
profundiza la crisis. De continuar con estas medidas, llevarían a la total devastación
económica de la isla. En términos generales, el huracán no ha cambiado los
fundamentos de ese panorama, simplemente ha agravado el sufrimiento humano que
estas medidas ocasionarán.
Como dice el titular del buen artículo sobre Puerto Rico en la revista
estadounidense Jacobin, esto es un desastre no-tan natural. La otra posibilidad es que
la sociedad civil puertorriqueña, con ayuda de la presión internacional, logre que EEUU
asuma la responsabilidad compartida de la crisis, asigne los fondos para la
reconstrucción, cancele la deuda, y que tanto el gobierno federal como el local
abandonen la peligrosa y desacreditada receta de austeridad y privatización. En este
contexto, sí es posible el desarrollo económico de Puerto Rico. El peor peligro es que
no construyamos un nuevo país, sino que reconstruyamos el mismo, con menor
densidad poblacional. Construyamos un país donde predomine la democracia, la
participación obrera y ciudadana, la economía solidaria y la equidad.
Tomado de https://economiapoliticapr.org/

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Los desastres no son naturales
Por Martha Quiñones Domínguez

El huracán María dejó varias lecciones, una de ella es que no estamos preparado para recibir estos
eventos naturales. Al dar una revisión por eventos anteriores encontramos que se repiten las mismas
historias con el agravante que cada vez son mayores los eventos y sus consecuencias. Con el huracán
María fallaron la infraestructura básica del país, energía eléctrica, servicio de agua potable,
comunicaciones, sistema de emergencia (911), así como la disponibilidad de hospitales afectando a
todos los sectores de la economía y la calidad de vida. El Gobierno centralizado no supo manejar la
emergencia. Como en otros eventos el Gobierno de Puerto Rico y el Federal no estaban preparados,
por eso es urgente que comencemos hablar de un plan de emergencias integrado a un plan integral
de recuperación para reconstruir y trabajar los problemas estructurales que enfrenta la economía
puertorriqueña. Debemos comenzar con estudiar la vulnerabilidad de nuestros asentamientos y de la
infraestructura con el fin de desarrollar una cultura de seguridad a los llamados desastres. Por otro
lado, debemos reconocer que los municipios y sus oficinas de manejo de emergencia fueron en la
mayoría exitosas demostrando que los municipios hacen falta y que son los más cercanos a su gente.

A finales del siglo XX, ocurren tres huracanes que cambiaron la forma de percibir estos eventos en
Puerto Rico. Los mismos mostraron la falta de políticas de preparación y mitigación para reducir la
vulnerabilidad de la población y de la logística asociada a las mismas. Al mirar varios eventos

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encontramos patrones que se repiten, entre ellos la improvisación y la falta de logística para trabajar
antes, durante y después del evento de manera que podamos prevenir daños y permitir que nos
recuperemos rápidamente. Además la falta de integración de las comunidades en los trabajos de
prevención ha llevado a la pérdida de mucha infraestructura y materiales, en especial en agencias
gubernamentales y en los comercios. Por eso hoy se impone la necesidad de tener planificación previa
a los desastres y reconocer la vulnerabilidad de las islas pequeñas, como es el caso de Puerto Rico y
sus islas municipios. Puerto Rico tiene sistemas ecológicamente frágiles y vulnerables y se hace
urgente estudiar los problemas que enfrentan debido al aumento de lluvias fuertes, tormentas y
huracanes que perturban su desarrollo socio-económico.

El día 17 y 18 de septiembre de 1989 el huracán Hugo impactó las islas de Puerto Rico, en dirección
oeste-noroeste. El ojo del huracán pasó sobre la isla municipio de Vieques, cerca de la isla municipio
de Culebras y continúo su curso hasta llegar al Este-Noroeste de la isla de Puerto Rico. Este huracán
fue de categoría 2 y el mismo fue motivo de alarma, pero a pesar de los tantos avisos, eso no motivó
la acción de prevención. La respuesta fue una serie de acciones improvisadas (falta de voluntad
política), demostrando que el huracán los tomó de sorpresa y los daños causados fueron cuantiosos.
Hacía varios años que en Puerto Rico no sentía la furia de un huracán de esta magnitud, siempre
acostumbrados a huracanes de lluvias (debido a que se desviaban), confiados y acostumbrados a no
hacer caso a los avisos de huracán (percepción), unido a que su paso fue por el extremo noreste de
la Isla, a casi todos las tomó desprevenidos.

El huracán Hortense pasó por Puerto Rico los días 9 y 10 de septiembre de 1996, entró por el suroeste
de la isla por el municipio de Guánica y salió por Mayagüez, fue un huracán tipo 1, que causó daños
por las lluvias y no tanto por el viento, declarándose zona de desastres 71 municipios (91% de la Isla).
Nuevamente la administración pública mostró improvisación en sus actos, inclusive en sus
presentaciones en los medios televisivos demostraban no tener claro quién dirigía los operativos de
respuestas y recuperación. El huracán reflejó nuevamente la vulnerabilidad, a pesar de ser categoría
1 detuvo el país causando daños económicos y sociales. Para finalizar el siglo XX, el huracán Georges
pasó por Puerto Rico el 21 de septiembre
de 1998, entrando por Humacao y
Yabucoa al sureste de la Isla como
huracán con categoría 4 y atravesó la isla
desde el este al oeste. La vulnerabilidad es
evidente, toda la isla fue afectada,
paralizándola por varios días, por falta de
energía eléctrica, de la cual depende la
actividad económica y de agua potable,
declarando los 78 municipios zona de
desastre (100%). Los servicios de aguas y
alcantarillado fueron afectados, al igual
que las carreteras y puentes colapsados, dejando incomunicado por varios días a municipios de la isla.
Las islas municipios de Vieques y Culebras mostraron ser los más vulnerables.

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Luego del huracán Georges todos los municipios comenzaron a preparar el Plan de Gestión de
Emergencias, dónde se identificaban a todas las comunidades vulnerables y se preparaban las
actividades antes, durante y después del evento. Se comenzaron a desarrollar la cultura de seguridad
(definida como prevención y mitigación) y la necesidad de trabajar con el tema de vulnerabilidad, que
integre la perspectiva social para explicar por qué siguen ocurriendo los llamados ‘desastres’.
Entender el mensaje que aprendimos que “LOS DESASTRES NO SON NATURALES”, son eventos
naturales que llamamos desastres cuando le causan daño al ser humano y su propiedad. Los
desastres en sí mismo son males que ocurren en grande, que alteran nuestra calidad de vida, pero
que no necesariamente tienen que ser naturales, su razón es la forma en que usamos los suelos, la
construcción y la naturaleza, son eventos antrópicos. Pero para diferenciarlo de otros males o
‘desastres’ que le ocurren a las personas o a la sociedad hay quienes lo denominan “naturales” para
dar a entender que quien causa el mal es la naturaleza (evento detonante) que manifiesta nuestra
vulnerabilidad (incapacidad de la sociedad de recuperarse de eventos cíclicos) y no la forma en que
nosotros modificamos el ambiente. Si aprendemos a entender el evento podemos controlar la
siniestralidad del mismo y crear comunidades con resiliencia1. Los desastres no son naturales son
antrópicos, quien causa el mal no es la naturaleza (evento detonante) sino las diversas
manifestaciones de vulnerabilidad que no permite recuperarnos de eventos cíclicos.

En el siglo XXI hemos enfrentado


algunos huracanes y tormentas
tropicales. Pero llegó el huracán Irma (6
de septiembre) y una semana y media
después el huracán María (20 de
septiembre). Irma fue un huracán
categoría 5 que pasó por la costa este
de la Isla y sus daños fueron
significativos, se habían estimado en $
600 millones en infraestructura con $
30.6 millones en agricultura, pero
pudimos recuperarnos rápidamente,
creando un falso sentido de seguridad. Por eso justo cuando por fin estábamos recuperando llegó el
huracán María, que entró por Yabucoa y salió por Camuy según el Centro Nacional de Huracanes de
Miami (CNH) como categoría 4. El huracán María es el huracán más fuerte desde 1929, pero las
personas creyendo (percepción ideológica y el falso sentido de seguridad) que con sus oraciones y
plegarias el huracán se desviaría o se reduciría no tomaron consciencia del daño potencial que
sufrirían. Según especialistas internacionales el huracán fue demasiado grande para la Isla y por eso
causó tanto daño.

Con el agravante que la Isla enfrenta una crisis fiscal y financiera que no permite recuperación y
preparación ante estos dos huracanes. La crisis de liquidez no permitió dar mantenimiento a la
infraestructura básica, que como hemos visto, siempre han colapsado ante estos eventos: energía
eléctrica, agua potable, carreteras y puentes y a eso se une los puertos y aeropuertos, el sistema de
1
Es la capacidad de un grupo de recuperarse frente a la adversidad para seguir un proyecto de futuro, desarrollando recursos para adaptarse a
situaciones traumáticas, tiene que ver con la autogestión y la organización de la sociedad.
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Boletín Asociación de Economistas de Puerto Rico
comunicaciones total, el servicio de emergencia 911 y el servicio de salud que han demostrado ser
vulnerable, además de la falta de suministros de alimentos, agua, gasolina y “diesel”. Mucha
infraestructura del Gobierno ha sido afectada y muchos equipos son pérdida total. Aunque llevamos
65 días (principio de diciembre) desde María más los 15 de Irma, no podemos cuantificar los daños;
un estimado preliminar para la segunda semana señalaba $125,000 millones, incluyendo
infraestructura y productividad. Esos daños siguen elevándose por cada día sin energía eléctrica que
colapsa todo el sistema comercial, de servicios, de agricultura y parcialmente la manufactura, además
de los daños en infraestructura y equipo del Gobierno, daños a edificios de patrimonio cultural, muertes
de pacientes en hospitales y en tratamiento, más la ola migratoria que se ha dado por diversas razones.
Lo que si destapó nuevamente el huracán es la pobreza y los bajos niveles de vida en que vive una
gran parte de la población. El disfraz de la modernidad se derrumbó y demostró que era mera
apariencia, abundan construcciones precarias, tanto de las personas, el comercio y el Gobierno. La
Isla en bancarrota y los buitres detrás de ella para obtener parte del dinero que le llegaría. La promesa
de dinero es otro préstamo que aumenta la deuda, donde se puede desviar su uso debido a la
corrupción, la cleptocracia2 y el derroche del dinero, dinero que no llega al pueblo.

Podemos repetir las mismas frases de eventos anteriores la lentitud en la respuesta de emergencia,
la falta de ayuda a los dañificados, la falta de alimentos y agua (el acaparamiento) ha empeorado la
situación de la población, además de la lentitud y burocracia de FEMA y otras agencias.

Cada municipio que conocía su plan lo cumplió, conocía las comunidades vulnerables y cómo llegar a
ellas. Fue a nivel central donde fallaron, al querer centralizar todo al quitarle funciones y presupuesto
a la oficina de manejo de emergencias. Las personas encargadas a nivel central NO CONOCIAN LOS
PLANES y no sabían las acciones que debían llevar acabo. Pretendían mandar desde San Juan sin
conocer los detalles de cada municipio. Por eso hoy más que nunca debemos defender los municipios
y que se devuelva el dinero que le han quitado y dar poder a las comunidades para que puedan generar
una cultura de prevención y mitigación.

El huracán María nos proveyó varias lecciones, en especial en este momento de políticas neoliberales
de ajustes, privatizaciones y recortes gubernamentales. Que los recortes y los ajustes estrangulan la
economía y que si no tratamos, investigamos y penalizamos seriamente la corrupción, el desvío de los
fondos será nuestra perdición, pues el dinero no llega a estimular la economía y se pierde. Seguiremos
tomando préstamos y el dinero se desaparece o se desperdician y sin una auditoría forense de la
deuda pública seguiremos endeudados y en precariedad al tener que pagar cada más. Que el discurso
de que los municipios no hace falta se ha derrumbado, salvo ciertas excepciones de alcaldes que no
han trabajado, la mayoría han demostrado que sus municipios hacen falta y son lo más cercanos al
ciudadano, los primeros en dar ayuda y que necesitan ese dinero que le han recortado. Ante el discurso
de que las agencias no son necesarias hay algunas que están enlazadas con los empleos privados, y
que mueven la economía con las diferentes gestiones que se hacen, se necesita un gobierno gestor y
reglamentador, a pesar de la debilidad en la que se encuentran las agencias públicas. Pero en el
Gobierno hace falta líderes que conozcan sus funciones, las funciones de las agencias, y no
administradores de turno. Que el centralismo en el Gobierno no es la solución, es un centralismo

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Es el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital, institucionalizando la corrupción y sus derivados como el nepotismo, el
clientelismo electoral o político y el peculado.
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Boletín Asociación de Economistas de Puerto Rico
fomentado por los recortes y ajustes. Que las escuelas y la Universidad de Puerto Rico son los
llamados a dar a conocer y establecer el Plan de Gestión de Emergencias y son las primeras que
deben abrir para ayudar a la comunidad. Contamos con una diáspora pendiente de lo que sucede en
la Isla y con la intensión de que las cosas mejoren, enviando ayuda que todavía no hemos cuantificado.

El neoliberalismo tiene su discurso que no quiere regulación, que no quiere reglamentos, pero las
reglamentaciones se diseñan para el bien común y evitar estos problemas que generan costos sociales
(externalidades). En la construcción aprendimos que debemos respetar los usos de suelos y evitar
rellenar o alterar el ambiente para que no cause daños a otros, además de respetar los códigos de
construcción, y evitar el argumento de que estamos sobre construyendo. Siempre tendremos casa de
maderas y techos de madera, pero podemos evitar que se inunden o que deslicen o que sufran daños.
Lo que no podemos es flexibilizar los códigos. Las áreas sujetas a inundación hay que respetarla y
comenzar a entender la vulnerabilidad por medio del análisis de la vulnerabilidad. Cómo causamos
costos a otros, un ejemplo el médico que tiene su oficina en un área no inundable y que esta vez se
inundó se pregunta ¿por qué?, sencillo hay que analizar las construcciones alrededor y entenderemos
cómo se creó la vulnerabilidad y por qué es importante que participes en las discusiones públicas de
cambios en la zona. Cuando cambian zonificación y rellenan desplazan las aguas a tu espacio o cómo
por la negligencia del Estado al permitir usos inapropiados le causamos daños que luego debemos
como sociedad asumir - externalidades. Al final todo, perdemos, los costos de estos eventos se los
pasamos al Gobierno para que los asuma, para que los rescate a los afectados y le provea ayuda. Son
costos sociales que hay que evaluar, dirán que son intangibles pero ahora si tenemos cuánto nos
cuesta. Y cuánto hay que invertir para remediar. Comencemos a prevenir y mitigar.
Otro costo asociado es la falta de productividad que no permite recuperamos: nos levantamos
temprano, sí, pero para hacer filas para buscar agua, gasolina, comestibles y regresar y si sobra tiempo
vas a solicitar ayuda con otras filas. No se puede ir a trabajar cuando lo necesario no lo tenemos,
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¿cómo hacer para evitar estos costos? Pasa el día en filas, así no produces no puedes ir a trabajar.
Nuestros municipios sin servicio eléctrico desde el huracán agravando la situación para los residentes,
empresarios, agricultores y los comerciantes y en especial a las finanzas de los municipios.

Por otro lado, los niños en las casas tenemos que quedarnos con ellos. No hay dinero para buscar
quién lo cuide, no hay centros abiertos y las escuelas no abren. El dilema de los padres y madres,
¿cómo ir a trabajar si tus hijos no tienen agua, luz y quien los cuide o no tienen casa? La respuesta de
algunas comunidades y maestros - ante la falta de respuesta del Gobierno - darle mantenimiento a
las escuelas, las limpiaron, acondicionaron y abrieron para que los niños tuvieran educación. ¿Cuál
fue la respuesta institucional? Un regaño y exigiendo que la escuela cerrara, una escuela que podía
funcionar y recibir estudiantes. La falta de valoración de las acciones que son función de la escuela de
la comunidad, el capital social desperdiciado. La falta de gobernanza democrática fue evidente, el
gobierno quiere las acciones centralizadas, pero la eficiencia está en descentralizar y permitir estas
acciones comunitarias que le proveen valor añadido a la educación y apoderamiento del espacio a la
comunidad. ¿Cuánto fue el costo de las escuelas cerradas? No se sabe.
Estas experiencias llevan a replantear ¿qué tipo de capital social se construye en Puerto Rico y para
quién? En muchas de nuestras comunidades, ese capital social (normas, instituciones y
organizaciones que promueven la confianza y la cooperación entre las personas) fue la que aportó en
la recuperación y contribuyó que las angustias después del huracán fueran menores. Lleva a evaluar
esas manifestaciones colectivas que reducen los costos de transacciones, producir y defender bienes
públicos, crear y desarrollar empresas comunitarias solidarias y la constitución de sociedades que
logran recuperarse. Muchos de los municipios se beneficiaron de ese capital social que contribuía a
recuperar los espacios sociales y a reconstruir tejido social de mucho valor. Un caso que debemos
analizar y estudiar muy a fondos es el municipio de Hormigueros y su capital social. Las gestiones del
municipio se unieron a las gestiones comunitarias para lograr mejorar la calidad de vida de sus
ciudadanos, se vivió la economía solidaria que desarrolla capital social de calidad. La creación de
reciprocidad, de redes sociales, de participación comunitaria y la gobernabilidad de este pequeño
municipio es digno de analizar y buscar elementos que permitan mejorar las herramientas que se
aplican para lograr desarrollar capital social que aporta. Además de las gestiones, antes del huracán
que el municipio había realizado para prevenir acciones dañinas de un evento de la magnitud del
huracán.

Las acciones gubernamentales centrales fueron todo lo contrario, limitar y entorpecer las acciones que
se llevaron a cabo por el capital social y destruir esas redes de apoyo, como vimos el caso del
Departamento de Educación y de la del Departamento de Seguridad Pública. La falta de preparación
y de logística. Hay que evaluar los costos sociales de la nueva política pública de centralizar todo, de
hacer super agencias que no responden a las necesidades sociales y que desarticulan el capital social.
La pregunta obligada, ¿cuál es la agenda gubernamental?

Finalmente quiero felicitar al equipo de manejo de emergencias de los municipios y a la gente que
ayudan en la reconstrucción de los pueblo, a las comunidades. Esos héroes y heroínas anónimas que
aun cuando han tenido pérdidas en sus hogares han dado el máximo por ayudar, a esos empleados
municipales que han trabajado y a las gestiones de los y las alcaldes.

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Fotos tomadas de internet. En esta daño a la represa Guajataca.
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La ponencia de Villamil en http://www.estudiostecnicos.com/pdf/perspectivas/2017/noviembre-
diciembre2017.pdf

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En http://www.estudiostecnicos.com/pdf/perspectivas/2017/septiembre2017.pdf

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En http://www.estudiostecnicos.com/pdf/perspectivas/2017/octubre2017.pdf

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Recomendamos leer
The Mind-bending and Heart-breaking Economics of Hurricane Maria
September 29, 2017
http://www.impactlab.org/news-insights/the-mind-bending-and-heart-breaking-economics-of-
hurricane-maria/

En el artículo de opinión para el New York Times, los codirectores Solomon Hsiang y Trevor Houser,
cuantifican el costo potencial del huracán María para la economía puertorriqueña y resaltan la
importancia de un alivio económico para superar el desastre pero el mismo debe ser magnánimo,
oportuno, sostenido y bien diseñado.

In an op-ed for the New York Times, Lab co-directors Solomon Hsiang and Trevor Houser quantify the
potential cost Hurricane Maria for the Puerto Rican economy, and highlight the importance of a large,
timely, sustained and well-designed disaster relief aid package in mitigating that impact.
Maria was a record-breaking storm. To see just how powerful it was, Sol ran Maria’s track datathrough
an updated version of his LICRICE model, which reconstructs the experience of individuals on the
surface as a cyclone passes overhead (see Figure 1). Measured against a database of 13,000 cyclone
events around the world since 1950 (one event is one cyclone striking one country), it ranks 6th i n
terms of average wind speed experienced across an entire geographic territory (Table 1). During Maria,
maximum experienced wind speeds, averaged across all of Puerto Rico, were 123 miles per hour
(essentially Category 3 wind speeds), with some parts enduring 158 mph winds.

Figure 1: Maximum surface wind speeds during Hurricane Maria

This kind of event, where an entire territory is uniformly blasted with this kind of intense wind, is really,
really rare—especially for a territory that is so large and home to millions of people. Of the five events
since 1950 that top Maria by this metric, all were on much smaller locations (Guam, Hong Kong, and

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the Northern Mariana Islands) making it easier to achieve high intensity scores per area of land affected.
Even more notably, all five were in the Pacific Ocean, the size and temperature of which has historically
led to more intense storms. In more than sixty years of data, there has never been an Atlantic hurricane
event as intense as Maria’s strike on Puerto Rico. The Atlantic is the new Pacific.

Table 1: Top 10 strongest cyclone years since 1950 by average wind speed over land

But Maria was not an average cyclone event, a 1-in-10 event or even a 1-in-100 event. Considering
both her physics and how she mapped on the Puerto Rican territory, Maria was more like a a 1-in-3,000
event (and that’s before factoring in Irma as prologue). And this superlatively is reflected in the severity
of her potential long-run economic impact. Maria has the potential to reduce Puerto Rican economic
output by 21% within the next 15 years on a per capita basis. That’s comparable to some of the worst
economic crisis in recent history – including the impact of the 1997 Asian Financial Crisis on Thailand
and Indonesia – and the impact of the Great Recession on the most heavily impacted US states (Figure
2).

Between 2009 and 2015, Puerto Rico delivered average annual per capita GDP growth of 0.8% (though
overall economic output declined due to out-migration). If the pre-storm outlook was for that rate of
growth to continue, it will now take Puerto Ricans 26 years just to return to current income levels (Figure
3). Every sixty seconds that Puerto Rico suffered through Hurricane Maria, roughly a week’s worth of
economic development was lost.

Before Maria, most analysts projected less than the 0.8% per capita growth rate Puerto Rico averaged
between 2009 and 2015 due to the island’s debt crisis. In it’s April World Economic Outlook, however,
the IMF forecast a 0.9% average annual decline in per capita incomes between 2016 and 2022. In
a new paper, Greg Makoff and Brad Setser outline a range of pre-storm headwinds to future economic

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growth. If these more pessimistic outlooks are a more accurate pre-storm baselines, Maria puts the
Puerto Rican economy event deeper in the hole.

Figure 2: Major economic disasters ranked by impact on real per capita GDP

In the op-ed, Sol and Trevor highlight the ability of a significant and sustained aid package to help
mitigate Maria’s projected economic damage. With the island on the verge of a humanitarian crisis, the
first priority is delivering emergency relief. But that is just the beginning of Puerto Rico’s long road to
recovery. The electrical grid was destroyed by the storm and will need to be completely rebuilt.
Thousands of buildings and hundreds of miles of roads need to be repaired or replaced. The island’s
communications systems, farms and ranches have been decimated. Without proactive economic
support from Washington, thousands of American families and businesses will be bankrupt by
rebuilding costs. Many will suffer from unemployment and other hardships, which will then translate into
a much larger burden for American society writ large. Research by Professor Tatyana Deryugina at
University of Illinois has shown that historically, when US counties are hit by hurricanes, there are large
and persistent increases in how much welfare aid goes to those counties for the following decades, to
the tune of $1,700 per capita in net present value for a Category 3+ storm. Timely recovery funding that
engages local communities in rebuilding efforts can help avoid this fate.

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Figure 3: The impact of Hurricane Maria on the Puerto Rican economy (per capita GDP in real
2009 USD)

Clearly, this is not the last hurricane Puerto Rico will experience, and our recent analysis of the
economic impacts of climate change across the U.S. indicates that if we don’t change our building
patterns and emissions trends, climate change (including sea level rise) could double the cost of
cyclone damages.

Part of the reason these costs are so large is that we haven’t invested heavily in the kinds of smart and
robust infrastructure that can weather storms, but that doesn’t mean that kind of infrastructure is
impossible to build. Sol conducted a 2012 study with Professor Daiju Narita from Hokkaido University
where they showed that the probability assets and lives are lost in cyclones usually declines as
country’s get richer. This relationship holds almost everywhere in the world, except for the USA (see
Figure 4). For each 1 mph of wind speed, the USA exhibits rates of damage that match China and
India. Other wealthy countries exposed to cyclones, like Japan and Australia, do not suffer nearly the
same losses. We can do better by rebuilding using some of the ideas and technologies employed in
these other countries. Smart reconstruction will reduce the economic impact of the next storm, and the
next storm, and the next storm…

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Figure 4: Economic damage of hurricanes (percent damage per unit of wind)

Don’t Let Puerto Rico Fall Into an Economic Abyss


By SOLOMON HSIANG and TREVOR HOUSER
SEPT. 29, 2017
https://www.nytimes.com/2017/09/29/opinion/puerto-rico-hurricane-maria.html?_r=0
Señalan en el artículo: Casi nada en el planeta, a falta de armamento nuclear, destruye el valor
económico tan rápidamente como un mega huracán. En Puerto Rico, décadas de progreso económico
se deshicieron en 12 horas por el huracán María.

Puerto Rico se transforma: Five months after Hurricane Maria, the rebuilding effort in Puerto
Rico is powered by women by Mariel Cruz en https://www.vogue.com/projects/13542078/puerto-rico-
after-hurricane-maria-2/
La revista “Vogue”, en su versión web, dedica un amplio reportaje a la importancia de la labor de un
grupo de mujeres que han desarrollado proyectos para ayudar a la reconstrucción de la Isla luego del
paso del huracán María.

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