Professional Documents
Culture Documents
Y QUIEBRAS 24.522
y sus modificaciones, incluidas
las introducidas por la ley 26.684
COMENTARIO EXEGETICO
la ley
Chomer, Héctor O.
Ley de concursos y quiebras 24.522 y sus modificaciones in-
cluidas las introducidas por la ley 26.684 - 2ª ed. actualizada y
ampliada / Héctor O. Chomer y Jorge Sicoli. - 2a ed. - Buenos
Aires: La Ley, 2011.
496 p.; 13x18 cm.
ISBN 978-987-03-2136-1
Segunda edición:
© Héctor O. Chomer - Jorge S. Sicoli, 2011
© de esta edición, La Ley S.A.E. e I., 2011
Tucumán 1471 (C1050AAC) Buenos Aires
Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723
Impreso en la Argentina
Printed in Argentina
I.S.B.N. 978-987-03-2136-1
SAP 41240929
Argentina
PROLOGO
que refleja el largo y dificultoso camino que han recorrido para llegar a su actual
configuración. En suma, la lucha continúa y nuevas realidades imponen día a día
soluciones ingeniosas y equitativas, respetando la ley pero desentrañando su espí-
ritu ante el desafío permanente y fluido de la cotidianidad.
Los autores analizan el perfil actual del tradicional cuasi dogma de la “par con-
ditio”, tema del que expresamos nuestra opinión inicial en el libro “Reglas y prin-
cipios del derecho comercial” (págs. 366 y sigs.) y es hoy motivo de constante re-
planteo. La ley permite aguzar las estrategias para hallar soluciones justas a las
distintas posiciones y condiciones de los acreedores, todo bajo el control judicial.
Compartimos, por ello, la opinión en el sentido de que la “categorización” no es
obligatoria, sino solamente una herramienta en poder de las partes.
Para ir concluyendo, entre los muchos aspectos de interés, agregamos que las al-
ternativas al “concurso en caso de agrupamiento” son analizadas con mención de
las posibilidades prácticas, siempre –a nuestro entender- con remedios flexibles,
tendentes a facilitar las soluciones a las crisis. Lo mismo decimos sobre el trata-
miento del concurso de los garantes.
Chomer // Sicoli • IX
En suma, estamos ante una nueva obra de dos prestigiosos profesores y ma-
gistrados, que en forma llana y directa exponen un comentario exegético de la
ley concursal, que será útil para quienes se aproximen a las cuestiones que ella
suscita.
Héctor Alegria
l
PALABRAS PREVIAS
A LA SEGUNDA EDICION
I. La segunda edición de esta obra se debe a dos circunstancias: la primera, que nos
ha llenado ciertamente de alegría, a la buena recepción que ha tenido el libro, a
punto tal que se agotó su tirada; la segunda, referida a la sanción de la ley 26.684
promulgada el día 30 de junio de 2011, que impone un nuevo análisis de los institu-
tos afectados, fundamentalmente vinculados con una participación más acentuada
y comprometida de acreedores laborales y trabajadores a quienes: a) se les permite
ejercer un mayor control y participación del trámite concursal en general a través
del comité de control que pasan a integrar; b) se les otorga una tutela superior de
sus créditos al consagrarse normativamente el devengamiento de intereses hasta
la fecha de pago y al continuar la vigencia de los convenios colectivos de trabajo
durante el tiempo del concursamiento; c) se les refuerza y regula su legitimación
por intermedio de la cooperativa para participar en el “cramdown” y para adquirir
la empresa en situación de quiebra.
Pero además de esta justificación, dirimente por cierto, se aprovechó la oportuni-
dad para revisarla, corregirla y aumentarla a partir de algunos errores advertidos
y de las experiencias recogidas en estos meses que nos separan de la gestación
de aquella primera edición, lo que impuso también el reexamen de conclusiones
oportunamente consignadas.
II. Como hicimos en aquella primera oportunidad, ponemos la obra a la conside-
ración del lector, con el anhelo de que le resulte de utilidad en su actividad ya sea
estudiantil o laboral y reiteramos el agradecimiento a quienes nos ayudaron apor-
tando ideas y críticas, como así también a nuestras familias que soportan nuestras
ausencias y que nos dan las fuerzas necesarias para continuar esta actividad autoral
que es complementaria de la vocación judicial que nos nutre.
Los autores.
PALABRAS PREVIAS
La presente obra procura alcanzar varios objetivos.
Con una breve semblanza histórica y referencia a los principios concursales, hemos
buscado proveer una mínima introducción a la materia concursal que sirva a estu-
diantes y profesionales dedicados a otras incumbencias.
También hemos intentado facilitar la tarea de los diferentes operadores jurídicos;
abogados, contadores, profesores y estudiantes encontrarán un comentario breve
pero preciso al articulado de la ley 24.522 y sus reformas. No renunciamos, sin em-
bargo, a proveer nuestra opinión en aspectos opinables (así como la de otros autores
de prestigio) con cita de la jurisprudencia que consideramos pertinente.
Además y gracias a la tarea incansable de la editorial, se ha intentado dar forma
a una publicación con tamaño fácilmente portable, para que los lectores puedan
consultarla teniéndola a la mano u ocupando poco lugar en su escritorio, sin abdi-
car de un contenido útil y actual.
En fin, los lectores darán el veredicto futuro para conocer si hemos logrado los obje-
tivos propuestos o, en su caso, nos proveerán de los datos para mejorar esta obra.
Solo nos queda agradecer a modo de dedicatoria, a nuestras esposas, familiares y
amigos, quienes dada nuestra gran dedicación a la labor jurisdiccional, han visto aún
más mermada nuestra participación en la vida social y familiar, pues siempre, cual-
quiera sea la calidad, extensión y profundidad de la obra, la actividad autoral consu-
me enorme esfuerzo. Por ello, sinceramente y dada tal denodada labor, es nuestra
esperanza que esta humilde contribución sea de agrado y utilidad al lector.
Los autores
IntroducciOn
I. Conceptos preliminares
Cuando una persona física o jurídica ve afectado su patrimonio por una situación
de insuficiencia generalizada que se prolonga en el tiempo y que no se puede
predecir ciertamente cuándo o de qué manera se ha de superar, los conflictos in-
dividuales que se pueden generar dan paso a procedimientos de carácter colec-
tivo que el Estado pone a disposición de los justiciables para procurar una justa
composición de los intereses de cada uno, tratando de minimizar los perjuicios y
atribuyendo en su justa medida la responsabilidad por los hechos que la pudie-
ron haber generado.
A este respecto se ha señalado que si bien es cierto que crisis económicas o finan-
cieras de carácter general han ocurrido a través de la historia, una observación de
los procedimientos concursales clásicos parece inidicar que ellos están orientados
principalmente a las crisis de los patrimonios individuales (1) .
Se prescinde para ello de los criterios de justicia conmutativa que imperan en las
relaciones particulares para confrontar el todo con las partes de un universo con-
creto encarnado en el patrimonio de una persona.
Juegan allí principios propios que los siglos han ido moldeando con el fin de resta-
blecer cierto equilibrio entre los involucrados y en el que el Estado no es un tercero
ajeno, sino el llamado a resolver el conflicto en el marco de la justicia distributiva
que, como decía Abelardo F. Rossi, es una forma de justicia de jerarquía superior y,
por naturaleza, anterior a la conmutativa pues se coloca por encima de los intereses
particulares procurando un debido reparto de bienes y valores (2) .
Consecuente con tal aproximación puede entenderse al derecho concursal como el
conjunto de normas que tienen como objetivo específico y exclusivo, poner término,
dentro del ámbito judicial, a ese estado de insolvencia.
(1) Alegria, Hector, “Las crisis y los sistemas jurídicos” LL2007-A pág. 678.
(2) Aproximación a la justicia y a la equidad, Bs. As., 2000, ps. 21 y 22.
XVI • Ley de Concursos y QuiebrAs - 24.522
La disciplina cuenta con bases propias que a lo largo de estas páginas se van a
considerar. Se destaca, sin perjuicio de ello, que nuestro ordenamiento actual
ha sentado como prioridad la prevalencia de la solución preventiva por sobre la
quiebra; ello se advierte al simplificar el régimen de mayorías para la aprobación
de la propuesta, dotar de soluciones alternativas para el caso de no alcanzar las
requeridas, a través del “salvataje” y del cramdown power y permitir que el deu-
dor convierta la quiebra decretada cumpliendo con los recaudos que hubiesen
permitido su concursamiento. Tanto es así que aun frente a la liquidación se pre-
fiere la venta de la unidad productiva preservando la empresa y las fuentes de
trabajo que ella asegura.
Para librarse de los rigores del procedimiento referido, se celebraba entre acree-
dor y deudor un contrato denominado nexum, por el cual sujetaba su persona al
acreedor, constituyéndose en esclavitud en caso de no cumplir con las obligacio-
nes debidas.
(3) Rocco, Alfredo, “Studi sulla teoria generale del fallimento”, Revista del Diritto Commerciale Nº 8, Mi-
lán, 1940, p. 51.
Chomer // Sicoli • XVII
Este acuerdo no agravaba el régimen general de las XII tablas, ni se confundía con
él; por el contrario, atenuaba la crueldad de la ejecución primitiva y era beneficioso
para ambas partes.
Sin perjuicio de ello, ante el abuso que hacían algunos patricios acreedores se dictó
la ley “Poetelia Papiria” (326 a.C.) que comenzó a afirmar la autoridad del Estado,
limitando grandemente el carácter privado del procedimiento, quitándole, además,
su carácter penal. No abolió el nexum y la coacción por medio de la captura sub-
sistió, pero era necesaria la intervención del magistrado para dar cumplimiento al
referido contrato (4) .
2. El derecho pretoriano organizó luego el procedimiento de la missio in possessio-
nem (in bona), consistente en el embargo de todo el patrimonio de una persona, y
que se establecía en interés de todos los acreedores.
Su finalidad era garantizar la conservación de los bienes embargados, por lo que
era más la simple detentación de las cosas que una verdadera posesión (rei ser-
vandae causa).
Este procedimiento concursal, llamado venditio bonorum (Gayo 3.77-81), que arras-
traba la tacha de infamia para el deudor ejecutado, podía ser iniciado por quien
ganó un juicio y cuenta con la actio iudicata, pero también podían actuar, cuando
lo autorizaba el pretor, otros acreedores, siendo para ello, llamados públicamente
a intervenir (5) .
Los bienes eran, primero, vendidos en block por el magister vendendi al que ofrecía
pagar el más alto porcentaje de deuda debida.
Es interesante la consideración que sobre el punto realiza Alvaro d’Ors.
Dicho autor refiere que, en general, la costumbre muy utilizada de los garantes y
fiadores personales, hacía que los acreedores, en lugar de ir contra el deudor pri-
mario, trataran de buscar la satisfacción de los créditos en dichos garantes.
Esto permite pensar a ese autor, que, por una cuestión práctica, antes de procederse
a la venditio bonorum, existieran dilaciones por tratativas con ellos, por lo que sólo
ante su fracaso, se debía acudir a la ejecución de la venta del patrimonio del deudor
primario, por lo que pocas veces se tenía que recurrir al procedimiento judicial.
(4) Malagarriga, C., Derecho Comercial, Bs. As., Ed. TEA, 1952, t. IV, p. 3, ac.2; eso al menos es lo que pare-
ce resultar de este pasaje muy conocido de las XII Tablas “tertiis mundinis partis secanto, si plus minusve
secuerunt se fraude esto” (XII tablas 3,6) en la referencia que hace García Martínez, F., en El concordato y la
quiebra, Bs. As., Ed. El Ateneo, 1940, p. 15.
(5) García Martínez, F., op. cit., p. 17.
XVIII • Ley de Concursos y QuiebrAs - 24.522
Además, agrega que la venditio bonorum, se da no en el caso del deudor que carece
de bienes (pues ello carecía de interés práctico), sino contra aquel que por falta de
liquidez no tiene, en forma inmediata, dinero suficiente, es decir el insolvente (6) .
En Roma se distinguía entre el insolvente ordinario, y aquel otro que oculta dolo-
samente su insolvencia de tal modo que en este último caso resulta criminalizado
por el perjuicio a los acreedores, pudiendo ser reducido a prisiones públicas (Paulo
D 5 26 2 ; Ulpiano D 26.10.3.16).
Analizando el trámite de la venditio bonorum podemos encontrar paralelismos con
el procedimiento actual.
Dicho ya que la missio in bona era ordenada a pedido de un acreedor (quien podía
convertirse en curator bonorum), debe destacarse que este curator bonorum debía
dar publicidad de lo ocurrido mediante avisos públicos durante 30 días, si el deudor
está vivo y 15 días si ha fallecido (Gayo 3.79). Con ello se facilitaba el conocimiento de
los demás acreedores que se quisieran presentar al concurso y también para que se
presente alguien que quiera pagar por el deudor, evitándole la tacha de infamia.
Por ello se explica que se conceda un plazo mayor respecto del deudor vivo que
de uno fallecido, para que no se vean expuestos tan fácilmente a sufrir la venta de
sus bienes.
En cuanto a los acreedores que tengan un pignus o una hipoteca, no se debían pre-
sentar a la venditio bonorum ya que ellos ejecutan directamente sus créditos con los
bienes afectados, los que quedan excluidos de la masa de bienes.
Transcurridos los plazos referidos, el pretor ordena que se elija entre los acreedores
un magister (lo que hoy día sería un síndico), quien se encarga de realizar la venta
referida antes, trazando un cuadro general del activo y del pasivo, es decir un in-
ventario, que contiene además las condiciones de pago de la venta que se fuera a
producir (lex venditionis; Gayo 3.79).
Había en este procedimiento, ciertos acreedores que cobraban primero y por entero,
siempre que los bienes alcancen.
Así, el fisco respecto de lo que le deban los contribuyentes, los que tengan un cré-
dito por gastos de entierro, por restitución de dote, el incapaz respecto de su tutor
o curador, el que dio dinero para hacer refacciones a un edificio del deudor, etc.
(6) Di Pietro, Alfredo, Derecho Privado Romano, Bs. As., Ed. Depalma, 1996, ps. 69 y sigtes.
Chomer // Sicoli • XIX
Igualmente, el magister debía separar ciertas masas patrimoniales; así, el peculio del
hijo que responde a sus deudas propias, o los separationes bonorum hereditarias.
La venta debía ser ordenada para que se realice en 10 días, si se trata de un deudor
vivo y en 5 días, si éste estaba fallecido (Gayo 3.79).
(7) D’O rs , A., Derecho Privado Romano, Pamplona, Ediciones Universidad de Navarra, 1991,
p. 159.
(8) D’Ors, A., op. cit., p. 160, agregándose en nota, que la iliquidez pecuniaria resulta especialmente fre-
cuente en momentos de crisis económica en que escasea el dinero y se deprecia también la propiedad
inmobiliaria.
XX • Ley de Concursos y QuiebrAs - 24.522
(9) Véanse estatutos comerciales de Bolonia, Florencia, Génova de 1498, Como, Brescia, Venecia, Milan,
etc., citados por Rocco en la obra precedentemente referida.
(10) García Martínez, F., op. cit., p. 26.
(11) Ripert, Georges, Tratado..., Bs. As., Ed. TEA, 1954, t. IV, p. 201.
(12) Véase en cuanto al acuñamiento del término a Malagarriga, op. cit., p. 4.
Chomer // Sicoli • XXI
países vecinos de Italia, o que mantenían relaciones comerciales con sus ciudades,
como ser Francia, Alemania y Holanda, adoptaron el procedimiento de ejecución
colectiva de las repúblicas comerciales italianas, como ejemplo, en el reglamento
de la plaza de cambios de Lyon del 2 de junio de 1667, se estableció el período de
sospecha, el desapoderamiento del deudor, la inhabilitación del fallido y el ius paris
conditionis creditorum (13) .
La famosa ordenanza francesa de 1673 es la primera codificación del derecho co-
mercial que se realiza en Francia.
El título IX trata de las defensas y cartas de espera; el X de la cesión de bienes y el
XI de las quiebras y bancarrotas.
Las cartas de espera concedidas por el rey, producían la suspensión inmediata de
las persecuciones contra el deudor, por el término de seis meses; los acreedores por
mayoría de tres cuartas partes podían ampliar el plazo o acordar una quita.
El beneficio de la cesión de bienes era acordado no sólo a los deudores civiles, sino
también a los negociantes y vendedores al por mayor y menor y a los banqueros;
tenía por objeto evitar la coerción personal, aunque ante la opinión pública eran
siempre considerados infames de hecho. En cuanto al título XI, que comprendía
trece artículos, organizaba en forma completa los procedimientos de la quiebra,
aplicables a toda clase de deudores, ya fuesen comerciantes o no (14) .
6. Contrario al “voluntarismo” aludido precedentemente, en España las leyes de
partidas organizaron un procedimiento colectivo de ejecución (15) , de carácter ofi-
cioso, donde la autoridad del juez se ve mucho más acentuada que en el sistema
anterior.
La teoría de la intervención judicial en todos los procedimientos del concurso fue
difundida por el famoso jurisconsulto Salgado de Somoza en su obra “Labyrinthus
Creditorum” publicada en 1663.
Valga anunciar que tal carácter “oficioso” va a regir la materia falimentaria en el
esquema que prevén nuestras leyes 11.719 y 19.551, y que la actual ley 24.522 se
enrola en un sistema mixto, con rasgos de voluntarismo, atenuando las facultades
que en los regímenes anteriores tenía el juez.
En este sistema existe una creciente tolerancia hacia el deudor fallido, cuando su
conducta no pueda atribuirse a una conducta dolosa (es decir intencional), tole-
1. El primer régimen falimentario que se aplicó en estas tierras, fue el contenido en las
Ordenanzas de Bilbao (1737), vigentes aquí desde 1794 por disposición de la cédula
ereccional del Consulado de Buenos Aires, sancionada en Aranjuez por Carlos IV.
Destácase la importancia de este hito, puesto que, si bien Buenos Aires era sede
Virreynal, poseía Aduana, Audiencia y Protomedicato, carecía del órgano encargado
de atender pleitos y demás asuntos comerciales que caían bajo la jurisdicción del
diputado del Consulado de Lima (16) .
He de referir que en el capítulo XVII de ese cuerpo legal, trataba “De los atrasos,
fallidos, quebrados o alzados; sus clases y modo de proceder en sus quiebras”.
Según sus disposiciones, los comerciantes “que se veían obligados a dar punto a
sus negocios” debían hacerlo saber al prior (integrante esencial del Consulado) y
cónsules, quienes aseguraban su persona y tomaban posesión de sus bienes, que
eran entregados a depositarios interinos, que podían ser removidos por los acree-
dores, los cuales, reunidos en junta, nombraban síndicos comisarios. Una nueva
junta (reunión de acreedores) que se convocaba luego de la determinación de los
créditos debidos, resolvía por mayoría el destino de los bienes y la suerte que co-
rrería el deudor.
En la afirmación de García Martínez F. (17) , las Ordenanzas de Bilbao siguieron
aplicándose en el territorio argentino después de declarada la independencia. Tal
afirmación puede ser sostenida, puesto que en 1831, el diputado García de Zúñiga
propuso a la legislatura de la Provincia de Buenos Aires, que se designara una co-
misión para la revisión del Código Español de 1829 y con las modificaciones que
estimase conveniente lo adoptara. Se aprobó la indicación, pero para revisar las
Ordenanzas de Bilbao, con lo que puede concluirse que las mismas eran la ley vi-
gente en el país en aquel momento (18) .
(16) Martiré, E., “Disertación con motivo del Bicentenario de la Creación del Consulado de Buenos Aires”,
en publicación de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, 1994, ps. 22/4.
(17) Esta posición no fue sostenida explícitamente por Malagarriga (ver op. cit., p. 7, último párrafo).
(18) Siburu, J. B., Comentario del Código de Comercio Argentino, Bs. As., Ed. Valerio Abeledo, 1933, t. 1, nº
196, en cuanto a la referencia histórica.
Chomer // Sicoli • XXIII
2. El 29 de marzo de 1836, dictóse un decreto que lleva la firma de don Juan Ma-
nuel de Rosas, aboliendo todos los juicios de “esperas y quitas”. La dureza de los
considerandos, justifica su transcripción: “Habiendo acreditado que los juicios de
esperas y quita de acreedores, lejos de producir los grandes bienes que se propu-
sieron las leyes al establecerlos, con perjuicio del derecho de propiedad, sólo sirven
generalmente para que los malos pagadores se burlen de todo, salvo de la con-
fianza y buena fe de sus legítimos acreedores, aun cuando éstos sean hipotecarios
por escritura pública, valiéndose al efecto de manejos fraudulentos y de siniestras
inteligencias y confabulaciones, con lo que propagan la mala fe, en todas las clases
de la sociedad, contaminan a los oficiales subalternos del foro, ocupan incesante-
mente a los magistrados con perjuicio de la pronta y recta administración de justi-
cia, causan notables perjuicios y erogaciones a los interesados y paralizan las rela-
ciones de comercio, difundiendo por todas partes el temor y la desconfianza sobre
el exacto cumplimiento de los contratos; el gobierno, en uso de la suma de poder
público con que se halla investido, ha acordado y decreta: Art. 1º: Quedan del todo
abolidos los juicios de concursos de acreedores llamados de esperas o moratorias
y de remisión o quita de acreedores. En esa virtud, ningún deudor podrá solicitar
ninguna de las dos cosas en juicio, ni menos podrá ningún acreedor ser obligado
a concederles por el voto de los demás acreedores, aun cuando éstos formen la
mayor parte por su número y por el monto de sus créditos. Art. 2º: Tampoco podrá,
en ningún caso, la Cámara de Apelaciones, conceder moratoria a ningún deudor.
Art. 3º: Todo juicio de cualesquiera de las dos clases que se halle pendiente o por
no haber sido resuelto definitivamente, o porque, habiéndolo sido, alguno de los
acreedores se oponga en general o con respecto a su crédito a las esperas o quitas
concedidas por los demás acreedores, o a esperas que haya otorgado al deudor la
Cámara de Apelaciones, queda comprendido es este decreto y se tendrá por nulo y
de ningún valor ni efecto todo lo que se hubiese obrado y resuelto a favor de dichas
esperas o quita. Art. 4º: ... Art. 5º: Queda revocada toda ley o disposición anterior,
contraria a este decreto, que se considerará con fuerza de ley, mientras no disponga
lo contrario la Honorable Sala de Representantes. Art. 6º: ... Rosas. El oficial mayor
del Ministerio de Gobierno, Agustín Garrigós”.
Tal normativa fue abrogada por decreto del 24 de marzo de 1858, remitiendo el
mismo a la legislación vigente a la fecha de su dictado.
3. En el año 1856, encontrándose separada la Provincia de Buenos Aires de la Con-
federación, el gobernador Valentín Alsina, encomendó a los Dres. Dalmacio Vélez
Sarsfield y Eduardo Acevedo, un proyecto de Código de Comercio, el que fue pre-
sentado con fecha 18/4/1857. El Senado de la provincia lo rechazó en 1858; pero
al año siguiente fue aprobado sin modificaciones por la Cámara de Diputados y
por el Senado.
XXIV • Ley de Concursos y QuiebrAs - 24.522
mostraban por lo general una gran indiferencia y los síndicos nombrados por ellos
cometían los abusos más intolerables. Cuando una persona cesaba en sus pagos,
encontraba ordinariamente un hombre de negocios que le servía de compinche.
Este entrevistaba a cada uno de los acreedores y aprovechando hábilmente la poca
inclinación que aquéllos demuestran para ocuparse de la quiebra de su deudor, se
hacía dar por todos (o por casi todos) una procuración general para asistir y votar
en las asambleas de acreedores. Este hombre de negocios, en connivencia con el
deudor, tenía la mayoría de los votos en la asamblea. Algunas veces, él solo com-
ponía la asamblea general.
Antes de la declaración de quiebra, emitía un voto favorable al arreglo o al con-
cordato más desastroso para los acreedores. En la quiebra se elegía a sí mismo
como síndico, fijaba como mandatario de los acreedores el salario que debía reci-
bir como síndico”.
Exactamente lo mismo ocurría con la ley 4156. El análisis exegético de la misma lo
demuestra, pudiendo citarse como ejemplo del más rabioso voluntarismo y marco
ideal para fomentar la connivencia entre deudor fallido y algún acreedor (o falso
acreedor) durante todo el trámite verificatorio.
Obsérvese al respecto que el art. 8º de dicho ordenamiento, disponía, entre los re-
caudos de presentación a cumplir por el deudor, la nómina de los acreedores, la que
era sometida al control de uno de ellos (acreedor interventor designado por el juez),
quien debía expedirse sobre la verdad de la exposición presentada (art. 10).
Si bien aquellos acreedores no incluidos podían presentarse al juez dentro de un
plazo fijado (art. 13), el trámite reglado en los arts. 15 y 16, dejaba en manos de los
acreedores reunidos en junta, la determinación de su admisibilidad o rechazo (art.
16: “... se votará cada crédito observado, resolviéndose las cuestiones promovidas a
simple mayoría...”) posibilitando de esa forma el manipuleo de las mayorías, según
la composición del pasivo (total de créditos verificados).
Resulta asimismo gráfica la crítica que efectúa Malagarriga, cuando sostiene que
los legisladores no advirtieron que, “siendo la quiebra algo así como un naufragio,
entregar su solución a los acreedores viene a ser tan desacertado como lo sería
encomendar las tareas de salvamento de un navío en peligro a los mismo tripu-
lantes y pasajeros, los cuales, interesados, como es humano, en la propia salvación
individual, buscarían sólo ésta, aunque para lograrla debieran descuidar la de los
demás” (22) . Agrega este autor, como dato estadístico, que en sólo una jurisdicción
—Río Cuarto— 86 de los 95 concordatos preventivos homologados, en los cinco
Esta ley fue receptada favorablemente, conforme puede advertirse, del tratamiento
dado por la subcomisión de derecho concursal del Primer Congreso Argentino de
Derecho Concursal, la que inició su dictamen con la recomendación de mantener su
orientación, sosteniendo su relator —Marcos Satanovsky— “que la misma significa
un progreso notable en la materia y que su orientación, en el sentido de la amplia
intervención judicial (oficialidad), debe mantenerse ante el resultado favorable de
su aplicación” (23) .
7. Más allá de las bondades que se le reconocieron a la ley referida, razones de política
económica justificaron la derogación de ese régimen y la sanción en su reemplazo
de la ley 24.522 que reflota algunos principios del voluntarismo criticado.
(23) “Actas” del Primer Congreso Argentino de Derecho Comercial, ps. 255/6.
(24) Art. 89 ley 11.719 y art. 14 ley 19.551.
(25) Arts. 77 y 83 ley 11.719 y art. 37 ley 19.551.
Chomer // Sicoli • XXVII
esa primera y aparente tutela excesiva de los acreedores que se atribuía a aquella
normativa concursal.
Pero, desde nuestra perspectiva, la atribución de una u otra línea de principio o fi-
losofía no parece útil mas que para el análisis puramente histórico, pues la eficacia
y resultado de una legislación no puede ser criticada desde un plano estrictamente
hipotético o en base a análisis abstractos, sino que cuadra efectuar una valoración
empírica que revele con exactitud estadística los resultados y consecuencias que
hubiera deparado la aplicación de la concreta normativa concursal.
La reforma ha sido duramente criticada , mas nos permitimos advertir que plasmó
legislativamente una realidad que había impactado en el modo de realización de
los bienes componentes del patrimonio falimentario. Porque es indudable que la
irrupción de las cooperativas de trabajadores habían perfilado un modo diferente y
paralelo a los autorizados por la legislación vigente hasta junio de 2011.
Por cierto que la continuación de la explotación había sido diseñada como una se-
cuencia que implicaba el tránsito hacia la mejor realización de los bienes. Siempre
fue entendida aquella como una etapa breve y provisional que se implementaba
para evitar la desvalorización de un “todo” (la empresa en marcha), que convenía
enajenar sin desguazarse.
Ahora, la reforma introducida por la ley 26.684 modifica los limitados métodos
autorizados para la realización al posibilitar que la empresa sea directamente ad-
quirida por la cooperativa de trabajo constituida por los acreedores laborales; pero,
XXVIII • Ley de Concursos y QuiebrAs - 24.522
Es loable la protección y beneficio que ello podría deparar a los trabajadores, mas
notamos que correlativamente resulta alguna desprotección para los acreedores
quirografarios que, en muchos casos, también padecen la desatención de créditos
alimentarios y hasta podría tratarse de los llamados “involuntarios” que necesitan
el cobro para una subsistencia mínimamente decorosa.
Introducción
I. — Conceptos preliminares............................................................. XV
II. — Evolución histórica universal..................................................... XVI
III. — Evolución y análisis de la legislación local............................... XXII
Título I
Principios generales
Art. 1º — Cesación de pagos - Universalidad.......................................... 1
Art. 2º — Sujetos comprendidos............................................................... 5
Art. 3º — Juez competente........................................................................ 12
Art. 4º — Concursos declarados en el extranjero - Pluralidad de con-
cursos - Reciprocidad - Paridad en los dividendos.................. 14
Título II
Concurso preventivo
Capítulo I
Requisitos
Sección I - Requisitos sustanciales
Art. 5º — Sujetos........................................................................................ 17
XXX • Ley de Concursos y QuiebrAs - 24.522
Capítulo II
Apertura
Capítulo III
Trámite hasta el acuerdo
Sección I - Notificaciones
Art. 26 — Regla general........................................................................... 52
Art. 27 — Edictos...................................................................................... 53
Art. 28 — Establecimientos en otra jurisdicción - Justificación.............. 54
Art. 29 — Carta a los acreedores............................................................. 55
Sección II - Desistimiento
Art. 30 — Sanción..................................................................................... 56
Art. 31 — Desistimiento voluntario - Inadmisibilidad............................ 56
Capítulo IV
Propuesta, período de exclusividad
y régimen del acuerdo preventivo
Art. 41 — Clasificación y agrupamiento de acreedores en categorías -
Créditos subordinados............................................................. 76
XXXII • Ley de Concursos y QuiebrAs - 24.522
Capítulo V
Impugnación, homologación, cumplimiento
y nulidad del acuerdo
Sección I
Art. 49 — Existencia de Acuerdo.............................................................. 122
Art. 50 — Impugnación - Causales.......................................................... 123
Art. 51 — Resolución................................................................................ 123
Sección II - Homologación
Art. 52 — Homologación.......................................................................... 125
Art. 53 — Medidas para la ejecución....................................................... 126
Art. 54 — Honorarios................................................................................ 130
Sección IV - Nulidad
Art. 60 — Sujetos y término -Causal........................................................ 140
Art. 61 — Sentencia: Quiebra................................................................... 140
Art. 62 — Otros efectos............................................................................ 140
Sección V - Incumplimiento
Art. 63 — Pedido y trámite....................................................................... 142
Art. 64 — Quiebra pendiente de cumplimiento del acuerdo................. 143
Capítulo VII
Acuerdo preventivo extrajudicial
Art. 69 — Legitimado................................................................................ 158
Art. 70 — Forma........................................................................................ 159
Art. 71 — Libertad de contenido.............................................................. 160
Art. 72 — Requisitos para la homologación........................................... 161
Art. 73 — Mayorías.................................................................................... 162
Art. 74 — Publicidad................................................................................. 163
Art. 75 — Oposición.................................................................................. 163
Art. 76 — Efectos de la homologación.................................................... 163
XXXIV • Ley de Concursos y QuiebrAs - 24.522
Título III
Quiebra
Capítulo I
Declaración
Sección II - Trámite
Art. 83 — Pedido de acreedores.............................................................. 176
Art. 84 — Citación al deudor.................................................................... 176
Art. 85 — Medidas precautorias.............................................................. 177
Art. 86 — Pedido del deudor. Requisitos................................................. 178
Art. 87 — Desistimiento del acreedor - Desistimiento del deudor........ 179
Sección IV - Conversión
Art. 90 — Conversión a pedido del deudor - Deudores comprendidos
- Deudor excluido..................................................................... 185
Art. 91 — Efectos del pedido de conversión............................................ 193
Art. 92 — Requisitos................................................................................. 194
Art. 93 — Efectos del cumplimiento de los requisitos............................ 195
Chomer // Sicoli • XXXV
Sección V - Recursos
Art. 94 — Reposición................................................................................ 196
Art. 95 — Causal - Partes......................................................................... 198
Art. 96 — Levantamiento sin trámite - Pedidos en trámite - Depósito
de gastos - Apelación.............................................................. 200
Art. 97 — Efectos de la interposición....................................................... 202
Art. 98 — Efecto de la revocación............................................................ 202
Art. 99 — Daños y perjuicios contra el peticionario................................ 203
Art. 100 — Incompetencia.......................................................................... 204
Art. 101 — Petición y admisión: Efectos.................................................... 204
Capítulo II
Efectos de la quiebra
Sección II - Desapoderamiento
Art. 106 — Fecha de aplicación................................................................. 209
Art. 107 — Concepto y extensión............................................................... 209
Art. 108 — Bienes excluidos....................................................................... 212
Art. 109 — Administración y disposición de los bienes............................ 218
Art. 110 — Legitimación procesal del fallido............................................ 220
Art. 111 — Herencia y legados: Aceptación o repudiación....................... 222
Art. 112 — Legados y donaciones: Condiciones....................................... 223
Art. 113 — Donación posterior a la quiebra.............................................. 223
Art. 114 — Correspondencia...................................................................... 224
XXXVI • Ley de Concursos y QuiebrAs - 24.522
Capítulo III
Extensión de la quiebra. Grupos económicos.
Responsabilidad de terceros
Capítulo IV
Incautación, conservación
y administración de los bienes
Sección I - Medidas comunes
Art. 177 — Incautación: Formas................................................................. 294
Art. 178 — Ausencia de síndico.................................................................. 296
Art. 179 — Conservación y administración por el síndico........................ 297
Art. 180 — Incautación de los libros y documentos.................................. 297
Chomer // Sicoli • XXXIX
Capítulo V
Período informativo
en la quiebra
Art. 200 — Período informativo. Individualización - Efectos - Arancel
- Facultades de información - Período de observación de
créditos..................................................................................... 324
Art. 201 — Comité de acreedores.............................................................. 325
Art. 202 — Quiebra indirecta...................................................................... 326
Capítulo VI
Liquidación y distribución
Sección I - Realización de bienes
Art. 203 — Oportunidad............................................................................. 327
Art. 203 bis — ................................................................................................. 327
Art. 204 — Formas de realización. Prioridad............................................ 328
Art. 205 — Enajenación de la empresa..................................................... 328
Art. 206 — Bienes gravados....................................................................... 330
Art. 207 — Ejecución separada y subrogación.......................................... 331
Art. 208 — Venta singular.......................................................................... 331
Art. 209 — Concurso especial.................................................................... 332
Art. 210 — Ejecución por remate no judicial: Remisión........................... 332
Art. 211 — Precio: Compensación............................................................. 332
Art. 212 — Ofertas bajo sobre.................................................................... 332
Art. 213 — Venta directa............................................................................ 333
Art. 214 — Bienes invendibles................................................................... 333
Art. 215 — Títulos y otros bienes cotizables............................................. 333
Art. 216 — Créditos..................................................................................... 333
Art. 217 — Plazos - Sanción....................................................................... 334
Capítulo VII
Conclusión de la quiebra
Sección I - Avenimiento
Art. 225 — Presupuesto y petición............................................................. 356
Art. 226 — Efectos del pedido.................................................................... 357
Art. 227 — Efectos del avenimiento........................................................... 358
Capítulo VIII
Clausura del procedimiento
Capítulo IX
Inhabilitación del fallido
Art. 234 — Inhabilitación............................................................................ 364
Art. 235 — Personas jurídicas - Comienzo de la inhabilitación............... 364
Art. 236 — Duración de la inhabilitación................................................... 364
Art. 237 — Duración de la inhabilitación................................................... 365
Art. 238 — Efectos...................................................................................... 365
Título IV
Capítulo I
Privilegios
Art. 239 — Régimen - Conservación del privilegio - Acumulación.......... 367
Art. 240 — Gastos de conservación y de justicia....................................... 370
Art. 241 — Créditos con privilegio especial............................................... 371
Art. 242 — Extensión.................................................................................. 375
Art. 243 — Orden de los privilegios especiales......................................... 376
Art. 244 — Reserva de gastos.................................................................... 377
Art. 245 — Subrogación real...................................................................... 378
Art. 246 — Créditos con privilegios generales.......................................... 379
Art. 247 — Extensión de los créditos con privilegio general.................... 381
Art. 248 — Créditos comunes o quirografarios......................................... 382
Art. 249 — Prorrateo................................................................................... 382
Art. 250 — Créditos subordinados............................................................. 382
Capítulo II
Funcionarios y empleados
de los concursos
Sección I - Designación y funciones
Art. 251 — Enunciación.............................................................................. 383
Art. 252 — Indelegabilidad de funciones.................................................. 383
Art. 253 — Síndico. Designación - Sindicatura plural.............................. 384
Chomer // Sicoli • XLIII
Sección II - Incidentes
Art. 280 — Casos......................................................................................... 418
Art. 281 — Trámite...................................................................................... 419
Art. 282 — Prueba....................................................................................... 419
Art. 283 — Prueba pericial......................................................................... 420
Art. 284 — Testigos..................................................................................... 421
Art. 285 — Apelación.................................................................................. 421
Art. 286 — Simultaneidad de incidentes................................................... 422
Art. 287 — Honorarios en incidentes......................................................... 423
Capítulo IV
De los pequeños concursos y quiebras
Art. 288 — Concepto................................................................................... 424
Art. 289 — Régimen aplicable................................................................... 424
Capítulo V
Disposiciones transitorias y complementarias
Art. 290 — . ................................................................................................. 425
Art. 291 — Apertura de registros............................................................... 426
Art. 292 — Honorarios en concursos y quiebras en trámite..................... 426
Art. 293 — Disposiciones complementarias............................................. 426
Art. 294 — . ................................................................................................. 426
Art. 295 — . ................................................................................................. 427
Art. 296 — . ................................................................................................. 427
Art. 297 — . ................................................................................................. 427