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peligro común
Informes fueron remitidos a las fiscalías corporativas para ser investigados
por conducción de vehículo en estado de ebriedad
Al respecto, el comisario, Cmdte. PNP Jaime Cordero Ayala recomienda a las personas
que conducen, que no beban cerveza, porque la mezcla del alcohol con el volante es fatal
y en algunos casos termina en tragedia, como fue el de Félix Rivera Yábar (28), quien
falleció tras despistarse con su vehículo.
Entre los 143 informes enviados a las fiscalías corporativas, está el caso de Moisés
Saavedra Isla (30), quien resultó herido, tras chocar su automóvil contra un camión.
La colisión del auto zafiro oscuro BIE-665, fue cerca a Colpa Baja por donde Saavedra
Isla conducía la unidad con dirección a Huánuco.
Al ser sometido a dosaje etílico en el hospital Hermilio Valdizán, a donde fue trasladado
de emergencia, el resultado fue positivo,porque tenía 1.46 gramos de alcohol por litro
de sangre.
El delito por el cual son juzgados, es peligro común modalidad de conducción de vehículo
en estado de ebriedad. (DIARIO CORREO, 2015)
Peligro común, delito
reincidente
En un mes 27 informes fueron remitidos a las fiscalía corporativas
Peligro común, delito reincidente
Pese a los informes remitidos a las fiscalías corporativas de Huánuco, algunas personas
no aprenden y continúan conduciendo sus unidades motorizadas en estado de ebriedad.
La comisión del delito de peligro común es muy frecuente en Huánuco, donde el 2014
reportaron más de mil intervenciones a personas que conducían sus unidades bajo los
efectos del alcohol.
Al respecto, la exfiscal Liliana Viviano Fretel explica que debido a que la pena no es
severa, muchos choferes sorprendidos con más del 0.5 gramos de alcohol por litro de
sangre, deciden acogerse al principio de oportunidad.
“ "Por ser un delito que pone en riesgo a la sociedad, los infractores no deben tener el
privilegio de someterse al principio de oportunidad y el Ministerio Público debe aplicar
las sanciones que corresponden a los reincidentes” ", refirió.
El delito de peligro común está regulado y penado en el Código Penal, pero los choferes
hacen caso omiso a la ley y continúan al volante, poniendo en riesgo su propia
integridad física y de transeúntes.
Las penas para los que conducen vehículos de transporte público con el 0.25 gramos de
alcohol por litro de sangre, son no menor de uno ni mayor de tres años o con prestación
de servicios comunitarios de setenta a ciento cuarenta jornadas e inhabilitación.
EJEMPLAR. Los Juzgados deberían dictar penas efectivas para que los choferes
aprendan de sus errores y no vuelven a cometer lo mismo, porque al volante son un
peligro. (DIARIO CORREO, https://diariocorreo.pe, 2015)
DELITO DE PELIGRO COMUN CONDUCCION EN
ESTADO DE EBRIEDAD A RAZON DE LA
MODIFICATORIA EFECTUADA MEDIANTE LA LEY
N° 29439
Escrito por:
El delito de Peligro Común - Conducción en Estado de Ebriedad al ser visto que es muy frecuente
su comisión, los legisladores han dado una Ley que contiene penas un poco más severas, pero
no drásticas, dado a que a pesar de la publicación de la Ley N° 29439 la comisión del delito en
comento no ha disminuido más al contrario parece que sea incrementado, lo que a mi parecer
se debe tal vez a la permisibilidad de la ley penal en esta clase de delito que inclusive permite
que se aplique el Principio de Oportunidad, cuando por ser un delito que pone en riesgo a la
sociedad no debe tener este tipo de privilegio sino debe ser más drástica en caso de reincidencia.
De la lectura del artículo precedente se concluye que si bien con la Ley N° 29439 se quiso dar
drasticidad a aquellos conductores que en evidente estado de ebriedad o con efectos de otras
sustancias estupefacientes conduzcan sus vehículos muchas las penas ahí dispuestas no son
aplicadas como corresponde, pues en algunos casos sólo se les impone las penas de prestaciones
de servicios o en otros casos la investigación concluye con la aplicación del Principio de
Oportunidad, lo que da cabida a que los conductores crean que es fácil librarse de la justicia con
simplemente pagar una reparación civil que en muchas ocasiones es una suma irrisoria.
Por otro lado no debemos olvidar que además de la sanción penal también se les impone la
sanciones administrativas a aquellos conductores que en estado de ebriedad o con efectos de
sustancias estupefacientes conduzca un vehículo, sanciones que son tramitadas ante el
Ministerio de Transportes y Comunicaciones con la suspensión de la licencia de conducir o
retención de la misma, así como que además se les impone la papeleta correspondiente
conforme lo establece la tabla de multas del Reglamento de Tránsitos.
Por consiguiente antes de conducir en estado no ecuánime hay que pensarlo mil veces pues no
solo se pone en riesgo la integridad física de la población, sino que además se pone en riesgo la
integridad del mismo chofer y sus pasajeros, evitemos que muchas familias peruanas sufran o
que se corte la vida de un ser inocente.
[1] Artículo modificado según Artículo 1° de la Ley N° 29439 – 19 de noviembre del 2009. (ABOG.
JULIA ANTONIA FERNANDEZ LOPEZ, 2010)
La vía del proceso inmediato por flagrancia para los delitos de conducción en
estado de ebriedad, hizo notoria la perversión de la configuración del objeto civil,
que se manifestó en la exigencia fiscal de montos tasados de reparación civil, sin
realización de daño cierto. Esta exigencia de reparación para la aplicación del
principio de oportunidad opera como un filtro selector pues impide que personas
de escasos recursos económicos puedan acogerse a la aplicación del Principio de
Oportunidad. En efecto, la absurda exigencia del pago de una reparación civil por
un daño inexistente opera como factor selectivo, pues: i) solo quienes puedan
asumir esa “reparación económica” de un daño inexistente pueden acogerse al
principio de oportunidad; mientras que ii) personas de escasos recursos
económicos no pueden pagar el monto de reparación civil y no se acogerán al
principio de oportunidad; y, en consecuencia son obligadas a deslizarse por el
resbaladizo tobogán del proceso inmediato y a ser “ajusticiados”, y, de esa manera,
con su condena calman la subjetiva percepción de inseguridad ciudadana, para
tranquilidad de los ciudadanos “amigos”.
Lea también: ¿La fiscalía debió citar previamente a Toledo para que declare
antes de pedir la prisión preventiva?
La realización de una mera actividad típica, que cause un resultado que configure
un daño civil, permite apreciar la diferencia entre: i) los hechos constitutivos del
delito de peligro abstracto que se consuma con la sola realización de la actividad,
siendo indiferente típicamente el eventual resultado que se produzca, y ii) de los
hechos resultado hechos que califican daño civil. Si bien es cierto existe una
vinculación causal entre ambos, no existe una identidad factual de estos.
Se pervierte al naturaleza patrimonial del objeto civil, cuando su base deja de ser
un daño cierto y decae en una presunción de un daño –inexistente– con un extraño
cuantificador de grado de alcohol en la sangre como parámetro de referencia para
establecer el monto reparatorio. Esta desnaturalización tiene dos nudos
problemáticos: i) la configuración de un daño “ficto” y tasado por el grado de
alcohol en la sangre; y, ii) su transmutación analógica en una extraña “pena fiscal”,
determinada por el grado de alcohol en la sangre.
El Ministerio Público tiene la carga de afirmar las proposiciones fácticas del daño
cierto, la carga de probar los daños patrimoniales o extrapatrimoniales causados
por la conducta del imputado. Si el Ministerio Público no postula proposiciones
fácticas referidas a un daño cierto, entonces el juez no tiene objeto civil que
resolver[5]. El argumento esgrimido en el sentido que en la sentencia siempre debe
fijarse siempre una reparación civil, es producto de una interpretación literal y
asistemática (compartimental) bajo al impronta del paleopositivismo, pues reduce
el ámbito de interpretación sólo al artículo 93 del Código Penal.
Por tanto, la Fiscalía no debe exigir el pago de una reparación civil en los delitos
de Conducción en Estado de Ebriedad, para que el imputado se acoja al Principio
de Oportunidad. En todo caso deberá atender a otros criterios, como el carácter
primario del agente, edad, actividad laboral, etc., para decidir -por una sola vez- no
requerir la incoación del proceso inmediato.
En general, dos son los presupuestos para incoar el proceso inmediato: i) que sea
un “caso fácil”, y ii) que esté configurado una “causa probable” con elementos de
convicción evidentes. En particular, en los procesos por Conducción de Vehículos
en Estado de Ebriedad, también deben configurarse ambos supuestos. Si se
presenta un “caso difícil” bien: a) porque existe una oposición a la imputación,
como una causa de atipicidad, justificación, exculpación; entonces, no procede la
incoación del proceso inmediato; o, b)puede presentarse un “caso fácil” pero no
configurar una “causa probable” por ausencia de la pericia de alcoholemia, por
tanto, tampoco procede el inicio del proceso inmediato. En síntesis, solo procede
el inicio del proceso inmediato, si concurre un “caso fácil” configurado en “causa
probable”, pero con previo interrogatorio del imputado. (FRANCISCO CELIS
MENDOZA AYMA, 2017)
Según las estadísticas de la fiscalía, en el último año fueron 1,011 los reportes por el
delito de peligro común, mientras que en el 2016 fueron 982 . Eso significa un
incremento del 2%; y según la estimación, esperan cerrar el 2018 con un total de 1,356
personas investigadas.
Hasta los dos primeros meses del año van 113 denuncias por peligro común, informó la
presidenta de la Junta de Fiscales Superiores, Edna Romero.
Situación. La magistrada mostró su preocupación por la irresponsabilidad de
conductores, ya que el delito también ocasiona otros como son el homicidioy o lesiones
culposas, así como desobediencia y resistencia a la autoridad,
Solo el 2017 hubo 151 denuncias e investigaciones a personas por el delito de lesiones
culposas, 45 casos por homicidios culposos (es decir atropellaron y causaron la muerte
de personas).
Anotó que la carretera Costanera es uno de los lugares donde más accidentes con
personas fallecidas se reporta y por ello dijo que se realizan operativos desde diciembre
con la Policía de Carreteras, tiempo en el que levantaron 1,330 actas por el delito de
peligro común.
Las penas efectivas, en el caso de vehículos particulares, son de 6 meses a dos años, y
en caso de conductores de unidades de transporte público, son de 1 a 3 años, además
son multados e inhabilitados para manejar.
Heridos graves
Asimismo dio a conocer que en el mismo período se registraron 58 accidentes de
tránsito donde se tuvo como resultado a 82 personas con lesiones graves, de las cuales
la gran mayoría aún se recupera en los hospitales. De esta cifra se conoció que el 47%
de los heridos de gravedad fueron atropellados por la imprudencia de los choferes.
En este contexto el 27% de los conductores manejaba su vehículo en estado de ebriedad,
mientras que el 13% perdió el control y atropelló por exceso de velocidad. (DIARIO LA
REPUBLICA, 2017)
(MINISTERIO DE TRANSPORTES Y COMUNICACIONES, 2017)
ERRORES FATALES
Barreto explicó que los accidentes, sobre todo los atropellos, son provocados por
interacciones negativas entre el conductor y el peatón; sin embargo, advirtió que este
último puede hacer mucho más por proteger su vida cuando transita por la vía pública.
“Los ciudadanos no saben usar la vía pública, los cruceros peatonales, caminos de
cebra, los puentes peatonales y esta es una condición que debe cambiar cuanto
antes”, dijo.
La Policía presentó ayer la campaña “No seas imprudente, quita el pie del acelerador”,
que busca concientizar a los conductores sobre el peligro de manejar a excesiva
velocidad.
doctorjavierflores@hotmail.com