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SALMO 93,1 ::: DIOS REINA Y CALMA

LAS AGUAS

Dr. David E. Ramos

Salmo 93,1

El Señor reina, revestido de esplendor; el Señor se ha


revestido de grandeza y ha desplegado su poder. Ha establecido
el mundo con firmeza; jamás será removido. Desde el
principio se estableció tu trono, y tú desde siempre has
existido. Se levantan las aguas, Señor ; se levantan las
aguas con estruendo; se levantan las aguas y sus batientes
olas. Pero el Señor , en las alturas, se muestra poderoso:
más poderoso que el estruendo de las muchas aguas, más
poderoso que los embates del mar. Dignos de confianza
son, Señor , tus estatutos; ¡la santidad es para siempre el
adorno de tu casa!
Una de las verdades que el pueblo de Dios debe de apropiar para si
es lo que dice el Salmo 93, porque no somos poderosos, ni
invulnerables, es más a veces pareciera que nuestra existencia esta
expuesta a los peligros de la vida diaria.

Mateo 8,23

Luego subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De


repente, se levantó en el lago una tormenta tan fuerte que las
olas inundaban la barca. Pero Jesús estaba dormido. Los
discípulos fueron a despertarlo. —¡Señor —gritaron—, sálvanos,
que nos vamos a ahogar! —Hombres de poca fe —les
contestó—, ¿por qué tienen tanto miedo? Entonces se levantó
y reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó
completamente tranquilo. Los discípulos no salían de su
asombro, y decían: «¿Qué clase de hombre es éste, que hasta
los vientos y las olas le obedecen?»
Nuestra vida se puede asemejar a la de los discípulos cuando se
levantó la tormenta en medio del mar, pero tenemos por problema
que las personas solo se someten a un adoctrinamiento y no se
acercan a Jesús. Un discipulado de hoy no es nada relevante si no
les acerca a Jesús. Los discípulos no lograban dimensionar con
quien es que se movían, con quien es que estaban.

Cuando no entendemos a quien es que hemos decidido seguir y


servir, es decir, toda su fuerza y poder, entonces cuando llegan las
tormentas no sabemos que hacer porque no dimensionamos quien
es nuestro Dios.

Anhelo que la Palabra de Dios pueda mostrarnos que tan grande es


nuestro Dios para que cuando vengan las tormentas sepamos a
quien es que debemos de aferrarnos porque él está por encima de
las aguas. Siempre llegan los momentos en que la tormentas
azotan nuestra vida, pero por eso debemos de tener claro que Dios
está siempre con nosotros y jamás nos deja.

Salmos 93,1

El Señor reina, revestido de esplendor; el Señor se ha


revestido de grandeza y ha desplegado su poder. Ha establecido
el mundo con firmeza; jamás será removido.
Si debemos de tener la preocupación de agradar a alguien es al
Señor porque si él reina como dice la Palabra, entonces significa
que él está ejerciendo un poder de tal manera que si nuestra vida
se ve envuelta en un peligro, él tiene el poder para hacer retroceder
las aguas que nos quieren ahogar. Todos tenemos adversarios,
aguas, problemas; siempre las preocupaciones estarán allí más si
somos una iglesia que estamos combatiendo al enemigo. Para esta
iglesia la fuerza no esta en las reuniones sino cuando salimos a
combatir y derrotar todas las potestades enemigas.

2 Reyes 18,1
En el tercer año de Oseas hijo de Elá, rey de Israel, Ezequías
hijo de Acaz, rey de Judá, ascendió al trono. Ezequías puso su
confianza en el Señor , Dios de Israel. No hubo otro como él
entre todos los reyes de Judá, ni antes ni
después. El Señor estaba con Ezequías, y por tanto éste
tuvo éxito en todas sus empresas. Se rebeló contra el rey de
Asiria y no se sometió a él. Desde Laquis el rey de Asiria envió
a su virrey, al funcionario principal y a su comandante en jefe,
al frente de un gran ejército, para hablar con el rey Ezequías
en Jerusalén. Marcharon hacia Jerusalén y, al llegar, se
detuvieron junto al acueducto del estanque superior, en el
camino que lleva al Campo del Lavandero.
A veces el enemigo nos cerca, así como Nabucodonosor con
Jerusalén. En el Salmo 93 hay una verdad que nos sustenta y es
que el salmista quiere resaltar que en nuestra vida se van alevantar
aguas, que son todos los problemas contra el pueblo de Dios, pero
que en medio de esas aguas debemos de recordar que Dios reina.
Así mismo en esta perspectiva esta Ezequías que las aguas se
levantan cuando buscan a Dios.

Muchas veces las personas piensan que acercarse a Dios es


exonerarse de las aguas que se levantan pero no es así, cuando
más buscamos a Dios es cuando las aguas se quieren levantar en
contra. Si decidimos servir a Dios no pensemos que no se
levantarán ejércitos contra nosotros, pero ese no es el tema, sino
que debemos de recordar siempre que nuestro Dios Reina.

2 Reyes 18,18

Entonces llamaron al rey, y salió a recibirlos Eliaquín hijo de


Jilquías, que era el administrador del palacio, junto con el
cronista Sebna y el secretario Joa hijo de Asaf. El
comandante en jefe les dijo: —Díganle a Ezequías que así dice el
gran rey, el rey de Asiria: “¿En qué se basa tu confianza? Tú
dices que tienes estrategia y fuerza militar, pero éstas no son
más que palabras sin fundamento. ¿En quién confías, que te
rebelas contra mí? Ahora bien, tú confías en Egipto, ¡ese
bastón de caña astillada, que traspasa la mano y hiere al que
se apoya en él! Porque eso es el faraón, el rey de Egipto, para
todos los que en él confían. Y si ustedes me dicen: ‘Nosotros
confiamos en el Señor , nuestro Dios’, ¿no se trata acaso,
Ezequías, del Dios cuyos altares y santuarios paganos tú mismo
quitaste, diciéndoles a Judá y a Jerusalén: ‘Deben adorar
solamente ante este altar en Jerusalén’?” »Ahora bien,
Ezequías, haz este trato con mi señor, el rey de Asiria: Yo te
doy dos mil caballos, si tú consigues otros tantos jinetes para
montarlos. ¿Cómo podrás rechazar el ataque de uno solo de
los funcionarios más insignificantes de mi señor, si confías en
obtener de Egipto carros de combate y jinetes? ¿Acaso he
venido a atacar y a destruir este lugar sin el apoyo del Señor
? ¡Si fue él mismo quien me ordenó: “Marcha contra este país
y destrúyelo!”
El rey de Asiria se levanta contra Israel y el rey, es decir, las aguas
se han levantado. ¿Cuántas veces nos hemos encontrado en esta
situación en que sentimos que todo se ha levantado en contra
nuestra?

2 Reyes 19,3

Y le dijeron: «Así dice Ezequías: “Hoy es un día de angustia,


castigo y deshonra, como cuando los hijos están a punto de
nacer y no se tienen fuerzas para darlos a luz. Tal vez
el Señor tu Dios oiga todas las palabras del comandante en
jefe, a quien su señor, el rey de Asiria, envió para insultar al
Dios viviente. ¡Que el Señor tu Dios lo castigue por las
palabras que ha oído! Eleva, pues, una oración por el
remanente del pueblo que aún sobrevive.” » Cuando los
funcionarios del rey Ezequías fueron a ver a Isaías, éste les
dijo: «Díganle a su señor que así dice el Señor : “No temas
por las blasfemias que has oído, y que han pronunciado contra
mí los subalternos del rey de Asiria. ¡Mira! Voy a poner un
espíritu en él, de manera que cuando oiga cierto rumor se
regrese a su propio país. ¡Allí haré que lo maten a filo de
espada!” » Ezequías tomó la carta de mano de los
mensajeros, y la leyó. Luego subió al templo del Señor , la
desplegó delante del Señor , y en su presencia oró así: «
Señor , Dios de Israel, entronizado sobre los querubines: sólo
tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra. Tú has hecho
los cielos y la tierra.
Cuando Ezequías sabe de la situación que vive él apela al Rey que
esta sobre los querubines. Yo no se cuales son los reyes que se
levantan en contra tuya, pero hay un rey más grande que cualquiera
de esta tierra.

2 Reyes 19,16

Presta atención, Señor , y escucha; abre tus ojos, Señor , y


mira; escucha las palabras que Senaquerib ha mandado a decir
para insultar al Dios viviente. »Es verdad, Señor , que los
reyes asirios han asolado todas estas naciones y sus
tierras. Han arrojado al fuego sus dioses, y los han destruido,
porque no eran dioses sino sólo madera y piedra, obra de
manos humanas. Ahora, pues, Señor y Dios nuestro, por
favor, sálvanos de su mano, para que todos los reinos de la
tierra sepan que sólo tú, Señor , eres Dios.»
Cuando clamamos al rey que esta sobre todas las cosas entonces
pasa lo que dice la Palabra:

2 Reyes 19,20
Entonces Isaías hijo de Amoz le envió este mensaje a Ezequías:
«Así dice el Señor , Dios de Israel: “Por cuanto me has
rogado respecto a Senaquerib, rey de Asiria, te he
escuchado. Ésta es la palabra que yo, el Señor , he
pronunciado contra él: » ”La virginal hija de Sión te desprecia
y se burla de ti. La hija de Jerusalén menea la cabeza al verte
huir. Esa misma noche el ángel del Señor salió y mató a
ciento ochenta y cinco mil hombres del campamento asirio. A la
mañana siguiente, cuando los demás se levantaron, ¡allí estaban
tendidos todos los cadáveres! Así que Senaquerib, rey de
Asiria, levantó el campamento y se retiró. Volvió a Nínive y
permaneció allí. Pero un día, mientras adoraba en el templo
de su dios Nisroc, sus hijos Adramélec y Sarézer lo mataron a
espada y escaparon a la tierra de Ararat. Y su hijo Esarjadón lo
sucedió en el trono.
Este fue el final del rey de Asiria porque Ezequías apela al rey que
esta sobre todas las cosas y reinos.

Salmos 93,1

El Señor reina, revestido de esplendor; el Señor se ha


revestido de grandeza y ha desplegado su poder. Ha establecido
el mundo con firmeza; jamás será removido. Desde el
principio se estableció tu trono, y tú desde siempre has
existido.
Nosotros no nos hemos agregado a una iglesia, ni a un templo,
muchos menos a una doctrina, nos hemos pegado al Rey que esta
sobre todas las cosas. No estamos para servirle a los hombres sino
para agradar al Rey. Le agradamos porque cuando se levanten las
aguas, y es que todos vamos a experimentar estos momentos en la
vida, por eso debemos de estar seguros con quien estamos. Las
aguas no se levantan suave, dice la biblia:

Salmo 93,3
Se levantan las aguas, Señor ; se levantan las aguas con
estruendo; se levantan las aguas y sus batientes olas. Pero
el Señor , en las alturas, se muestra poderoso: más poderoso
que el estruendo de las muchas aguas, más poderoso que los
embates del mar.
Cuando se levanten las aguas no debemos de pensar que la familia
nos va a salvar, ni el trabajo, ni la iglesia, solamente el Señor. Y es
que cuando hemos tomado la decisión de agradar al Rey entonces
nos daremos cuenta de que él es más poderoso. Por eso dejemos
de andar perdiendo el tiempo buscando las cosas que nos agradan,
o las iglesias que nos gusta, ni a los amigos porque cuando se
levanten las aguas ninguno de estos nos salvará, solamente el
Señor, porque solo él está por encima de esas aguas. Debemos de
agradarle, servirle y adorarle; cantarle y buscarlo siempre.

Colosenses 3,1

Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba,


donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Concentren su
atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra,
Si el rey esta arriba ¿por qué perdemos tiempo buscando las cosas
de aquí abajo? Muchos andan empeñados en encontrar a la mujer o
al hombre de sus sueños, otros pierden el tiempo buscando la
iglesia más linda que no tenga problemas, pero la Palabra dice que
debemos de buscar las cosas de arriba en donde está Cristo a la
derecha de Dios.

Isaías 40,10

Miren, el Señor omnipotente llega con poder, y con su brazo


gobierna. Su galardón lo acompaña; su recompensa lo
precede. Como un pastor que cuida su rebaño, recoge los
corderos en sus brazos; los lleva junto a su pecho, y guía con
cuidado a las recién paridas. ¿Quién ha medido las aguas con
la palma de su mano, y abarcado entre sus dedos la extensión
de los cielos? ¿Quién metió en una medida el polvo de la
tierra? ¿Quién pesó en una balanza las montañas y los
cerros? ¿Quién puede medir el alcance del espíritu
del Señor , o quién puede servirle de consejero? ¿A quién
consultó el Señor para ilustrarse, y quién le enseñó el camino
de la justicia? ¿Quién le impartió conocimiento o le hizo
conocer la senda de la inteligencia? A los ojos de Dios, las
naciones son como una gota de agua en un balde, como una
brizna de polvo en una balanza. El Señor pesa las islas como
si fueran polvo fino. ¿Con quién compararán a Dios? ¿Con
qué imagen lo representarán? ¿Acaso no lo sabían ustedes?
¿No se habían enterado? ¿No se les dijo desde el principio?
¿No lo entendieron desde la fundación del mundo? Él reina
sobre la bóveda de la tierra, cuyos habitantes son como
langostas. Él extiende los cielos como un toldo, y los despliega
como carpa para ser habitada. Él anula a los poderosos, y a
nada reduce a los gobernantes de este mundo. «¿Con quién,
entonces, me compararán ustedes? ¿Quién es igual a mí?», dice
el Santo. Alcen los ojos y miren a los cielos: ¿Quién ha
creado todo esto? El que ordena la multitud de estrellas una
por una, y llama a cada una por su nombre. ¡Es tan grande su
poder, y tan poderosa su fuerza, que no falta ninguna de
ellas! ¿Por qué murmuras, Jacob? ¿Por qué refunfuñas,
Israel: «Mi camino está escondido del Señor ; mi Dios ignora
mi derecho»? ¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has
enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines
de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es
insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas
del débil. Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los
muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el
renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no
se fatigarán, caminarán y no se cansarán.
Nuestro Dios no es una doctrina, ni un templo, nuestro Dios esta
sentado en las alturas y desde allí reina. Nadie lo mueve de su
trono y a demás es nuestro Padre, pero ¿por qué nos amedrentan
los hombre? Y es que no importa que tan grande sea nuestro
adversario porque él no es invalido, el moverá su mano por
nosotros.

Hay momentos en la vida en que nos sentimos acorralados, pero


dejemos de perder el tiempo buscando gente de aquí ya que solo
encontraremos gente más impotente como nosotros, mejor
busquemos al Señor que seguirá reinando por siempre. No tenemos
porque ahogarnos cuando se levanten las olas ya que él nos
salvará, pero agrademos al Señor, busquemolo porque nos salvará.

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