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Estructura regional en la
Argentina
Alejandro B. Rofman y Luis A. Romero
Prólogo
El presente libro es el resultado de un análisis crítico de los
modelos tradicionales que describen el proceso histórico de
estructuración espacial de un país. Estos modelos limitan en
general, su caracterización a aquellas variables que, por ser
cuantificables y estar respaldadas por una abundante
información empírica, dan la impresión de una gran exactitud en
el análisis. Ello presupone, en definitiva, que esas variables
actúan en forma aislada del contexto socioeconómico que las
comprende. De este modo, la trayectoria histórica de los
fenómenos más significativos a escala regional se convierte en
una sucesión de hechos desconectados y sin relaciones
significativas con los demás.
La historia regional, en cambio, si quiere reflejar la realidad y
dar de ella una interpretación válida y útil, debe partir de un
marco conceptual claro, que debe ser previamente definido.
Entendemos que es preciso disponer de un modelo de
interpretación global del comportamiento de la sociedad
estudiada para que cada hecho histórico que la afecta en su
conformación regional pueda ser explicado por la totalidad de
circunstancias –de tipo económico, social y político– que la
configuran.
En la primera parte presentamos un modelo de análisis; en él
intentamos examinar las relaciones entre los procesos de
formación socioeconómica y de configuración regional. Se
refiere a una sociedad determinada, la argentina, cuyo rasgo
dominante a lo largo de toda su historia ha sido su desarrollo
capitalista dependiente.
Entendemos que la estructuración regional resultante a través
del tiempo no es otra cosa que el efecto de las decisiones
adoptadas por los agentes representativos de tal sistema (el
Estado y los inversores privados), a cuya conducta se deben
ajustar los demás sectores de la sociedad. La distinción
fundamental entre unos y otros consiste en que los primeros
desempeñan roles dominantes en el marco de la estructura socio-
económica, mientras que los segundo no afrontan otra
alternativa que orientar su conducta dentro de las pautas
establecidas por aquellos.
En la segunda parte intentamos aplicar este modelo al análisis
del proceso histórico argentino, desde la Independencia hasta
nuestros días. La periodización adoptada para definir cada una
de las etapas se basa en los cambios y ajustes que el modo de
desarrollo capitalista dependiente ha exhibido desde el inicio del
proceso. Dentro de cada una de las etapas, hemos procurado
definir tanto la peculiar inserción del país en el sistema
internacional y el modo de acción de los agentes de inversión
como los efectos de esa acción a escala regional.
Este trabajo fue preparado por los autores en su carácter de
investigadores del Centro de Estudios Urbanos y Regionales del
Instituto Torcuato Di Tella. Las tareas comenzaron a principios
de 1969 y se dio a conocer una primera versión, como
documento interno, en marzo de 1970. Esta segunda versión,
corregida y aumentada, contó con la colaboración de Lilia Ana
Bertoni.
Los autores consideran este aporte como un esfuerzo inicial, y
de ninguna manera final, para el estudio de las características
particulares del desarrollo regional y urbano en la Argentina.
Queda así una amplia tarea por delante. En una sociedad como
la argentina, donde el capitalismo dependiente ha ido
acumulando en su seno numerosas contradicciones, la que se
refiere al dispar desarrollo espacial exige un análisis riguroso y
en permanente revaloración. El que aquí se incluye apunta a
avanzar en esa dirección, escogiendo como elemento central de
estudio el correspondiente proceso histórico.
Alejandro B. Rofman
Luis A. Romero
Julio de 1973
Primera parte. El marco teórico
Introducción
El objetivo de este trabajo es describir las formas de
estructuración espacial en la Argentina, a través de su desarrollo
histórico.
Lo estudios referidos a este tema en otros contextos nacionales,
si bien poco numerosos, han utilizado marcos metodológicos en
extremo similares.
Los modelos respectivos han consistido en análisis empíricos de
los procesos de cambio espacial. Así, a través de las estadísticas
referidas a grandes agregados económicos, se describen las
alteraciones del equilibrio espacial en el tiempo.
Ello se lleva a cabo sin insertar la evaluación en un modelo de
interpretación del comportamiento de la sociedad global. Tal
modelo esta explícitamente ausente de las respectivas
investigaciones, pues el enfoque supone que los procesos de
ajuste espacial se producen en forma autónoma, sin
condicionantes estructurales.
En otras palabras, las decisiones adoptadas dentro del sistema
económico-social y que se vinculan con la formación de las
regiones no se refieren a las leyes específicas de funcionamiento
de dicho sistema, sino que responden a factores de atracción o
movilización de los procesos locacionales que actúan aislados
de todo otro contexto de orden superior.
Sin embargo, un más profundo análisis de contenido de estos
enfoques permitirá reconocer que, en forma implícita, los
autores no dejan de adoptar ciertos supuestos estructurales para
encarar los estudios. Así, entre otros precondicionantes, se
admite que no existen barreras institucionales para que las
decisiones conformadoras del espacio actúen respondiendo a los
factores de localización vigentes. Esta tácita admisión se
convierte, por lo tanto, en la aceptación de un modelo de
comportamiento de las relaciones sociales y de la acción del
Estado que responde a una concepción alejada de la realidad.
Libre movimiento de mercancías y fuerza de trabajo, actitud
neutral del sector público, plena oportunidad para todos los
oferentes de mercancías en el mercado de competir sin
limitaciones, etc., surgen como supuestos conformadores del
esquema funcional que incluye los cambios espaciales. De este
modo, la visión del sistema social, que opera como trasfondo de
la estructuración regional, es incorrecta, parcial y desconectada
de los reales procesos que la afectan.
Los análisis que estamos comentando destacan, como
principales factores y procesos locacionales: transformaciones
tecnológicas relevantes en él sistema económico, expansión de
las fronteras geográficas para incorporar nuevas zonas al
proceso productivo, transformaciones en la estructura de la
demanda, volumen y características del proceso inversor
localizado, etc.
Estos factores son estudiados en sus efectos e interrelaciones,
extrayéndose del cotejo de los mismos numerosos indicadores
cuantitativos de comportamiento. Se estimula de este modo el
empleo de sofisticadas técnicas de medición de los hechos
económicos relacionados con las transformaciones del espacio
geográfico, generándose un análisis cuyas leyes de causalidad,
encerradas dentro del manejo de la información, operan
desconectadas del marco histórico-social real.
¿Cuáles son las consecuencias de este método de análisis que
objetamos?
En primer término, las comprobaciones empíricas de las
hipótesis más relevantes en cuanto al fenómeno de cambio
espacial padecen de omisiones significativas: las que se vinculan
con las dimensiones de análisis socioinstitucionales de orden
superior que afectan a los hechos económicos que se
cuantifican.
Por otra parte, la reducción del análisis al sector de las
decisiones relacionadas con el proceso productivo supone que
las acciones originadas en el ámbito social o político no ejercen
influencia sobre el espacio. Y ello es inexacto. En la medida en
que las decisiones del sector público o de los factores de poder
concurren a modificar, por ejemplo, la acción permisiva o
prohibitiva del Estado, a través de la legislación de fondo, este
es un factor imposible de omitir en un análisis de este tipo.
Además, en el sistema social vigente en el marco espacial a
analizar, es a través del proceso político -en otras palabras, el
Estado- como una clase o grupo económico intenta establecer un
sistema de relaciones sociales que le permiten imponer un
sistema de relaciones sociales que le permiten imponer al
conjunto de la sociedad un modo de producción propio. Esta
afirmación ratifica la necesidad de insertar en el análisis los
procesos políticos que, si bien no parecen cuantificables, con sus
mecanismos de comportamiento condicionan las acciones
económicas ligadas a la estructura espacial.
Por último, los procesos que tienen lugar en el contexto de la
sociedad global no pueden seccionarse de acuerdo con sus
categorías sectoriales, tanto como el análisis de la sociedad
global, exige conocer las intersecciones y jerarquías entre las
estructuras económicas, sociales y políticas. Cada proceso está
integrado a los demás, generando efectos de carácter circular,
yendo del nivel económico social al espacial y viceversa,
Una nueva inversión, que desencadena reacciones en la
estructura espacial, viene condicionada por un cierto sistema
socio-político y apoyado por normas legales que la habilitan y la
orientan en la selección de la ubicación. A su vez, recauda,
ahorros privados o públicos, nacionales o extranjeros, y se guía
por pautas de consumo e inversión según él comportamiento y
composición de la estructura social existente.
Por otra parte, esa inversión se localiza donde el régimen de
propiedad de la tierra lo habilita, moviliza mano de obra que
contrata a través del respectivo mercado (influyendo así sobre la
distribución del ingreso), presiona sobre la estructura de poder al
incorporar un nuevo factor de peso al esquema pre existente, etc.
Pero, al mismo tiempo, hay nuevas interacciones que surgen de
los cambios marginales en los procesos descriptos que también
influyen en las decisiones sobre ocupación del espacio. Estas
interacciones provienen de la formación regional que se va
estructurando y que pre-determina nuevas opciones de
localización. Hay un evidente efecto arrastre y efecto inercia que
limita el campo de oportunidades de las nuevas localizaciones
de las inversiones.
En síntesis: el análisis parcial elude las observaciones de la
realidad integral del fenómeno espacial y no evalúa los
condicionamientos sociales y políticos, de indudable peso en los
procesos locacionales.
Este trabajo, por el contrario, intenta abordar la estructura del
proceso histórico de formación urbano regional en la Argentina
contando previamente con un marco teórico integral. Es decir, se
pretende referir las cambiantes formas espaciales a un
determinado comportamiento de la sociedad global en sus
distintas etapas históricas.
La definición de un modelo teórico exige identificar
previamente las variables y la dimensión de análisis que lo han
de integrar. Ella son:
1. El sistema internacional que vincula los distintos sistemas
nacionales.
2. El sistema nacional, que es uno de los elementos
constitutivos del sistema y dentro del cual se desarrolla un
determinado tipo de formación social vinculada a los
similares de las demás unidades nacionales.
3. Las relaciones de poder como expresión de las jerarquías de
dominación social, tanto en el sistema internacional como en
el nacional, entendiendo por poder “la capacidad de una clase
social para realizar sus intereses objetivos específicos”
4. Los sistemas decisionales que constituidos por los encargados
de tomar decisiones operan como ejecutores de las relaciones
de poder vigentes en cada sistema.
5. El sistema urbano-regional, basado en la jerarquía de
sistemas de centros urbanos y que resulta de las decisiones
tomadas por las respectivas estructuras de poder.
6. Las etapas históricas en la evolución del sistema
internacional y nacional identificadas a través de los procesos
estructurales y los cambios que afectan el comportamiento de
ambos sistemas.
La inclusión de esta última dimensión de análisis permitirá
analizar las relaciones entre sistemas y clases sociales por
medio de su evolución histórica.
Identificadas las variables –tanto las independientes como las
dependientes- y la dimensión de análisis, corresponde
enunciar el marco teórico en que se desenvuelven y las
relaciones que las vinculan.
Tal objetivo puede alcanzarse partiendo de un análisis del
mecanismo real que vincula los sistemas nacionales entre sí.