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Se entiende que, por ejemplo, se redacta refiriendo el tema o tópico seleccionado a nivel (o
contexto o ámbito) internacional, luego, nacional, continuando a nivel local, para finalmente,
llegar al lugar donde se observa dicha problemática.
Si el problema, entendido como variable o categoría de estudio, es por ejemplo, un servicio de
tutoría escolar deficiente; se debería iniciar por escribir de la situación de la tutoría a nivel
internacional, luego cual es la realidad que se percibe en el país (en el cual se ubica la
Universidad); luego a nivel local o de la región a la cual pertenece la institución; y finalmente,
exponer de forma concreta y concisa, la problemática en la institución educativa.
Respecto al número de hojas se sugiere para este subtítulo, por lo general, puede concretarse
en 3 o máximo 4 hojas.
Seguidamente, se presenta la redacción de esta primera parte del proyecto de investigación.
Los párrafos codificados del número 1 al 4, es la tendencia a nivel internacional; del 5 al 7
corresponde a nivel nacional; el 8 se refiere a nivel local, y por último, del 9 al 12 es a nivel de la
institución donde se observó el problema.
EJEMPLO:
CAPITULO I
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
(2) Una condición necesaria para lograr estos aprendizajes es que la metodología que se
utilice se genere de experiencias concretas, vivenciales. Por ejemplo, considerando las
actividades lúdicas, las cuales permiten a los alumnos desarrollar su potencial heurístico; su
capacidad de análisis, de síntesis; convirtiéndose en verdaderos espacios donde el niño viva,
sienta y disfrute con plena libertad su existencia en una forma motivadora y placentera.
(4) Frente a ello, la tendencia actual en el ámbito educativo, es dar mayor énfasis a la
actividad lúdica por considerarla como parte fundamental de la dimensión humana, no como una
ciencia, ni una disciplina y mucho menos una nueva moda; sino una tendencia de forma de vida,
frente a la cotidianidad; o sea, viene a ser una manera de relacionarse en la sociedad en esos
espacios cotidianos en que se produce el disfrute, goce; acompañado de la distensión que
producen actividades simbólicas e imaginarias como el juego.Se presenta, por ejemplo, el
sentido del humor, el arte y otras actividades (baile, amor, afecto), que se produce cuando se
interacciona con otros, sin otra recompensa que el disfrute que produce dichos eventos.
(5) En ese contexto, se percibe que el sistema educativo en Venezuela también ha sufrido
grandes transformaciones en la primera década del siglo XXI. Actualmente el debate pedagógico
de los últimos años sobre los métodos, las técnicas y las estrategias de aprendizaje, resaltan las
competencias y las actividades lúdicas captando la mayor atención, sobre todo en el currículo
escolar. De esta manera, se enfoca que el Diseño Curricular Nacional 2006 valora esta estrategia,
al incluir con mayor acentuación en comparación a los diseños curriculares precedentes,
actividades lúdicas en diversas áreas de desarrollo y para los distintos ciclos, dada sus diversas
ventajas y aplicaciones que ofrece.
(6) Además, los niños, por su naturaleza predominantemente activa, necesitan el juego
para construir su propia identidad y subjetividad. A temprana edad, el juego es corporal y
sensoriomotor, lo que permite el desarrollo de la motricidad, estructuración de su cuerpo y del
espacio, así como el conocimiento y la comprensión progresiva de la realidad. A través del juego
el niño irá descubriendo y conociendo el placer de hacer cosas y compartir con otros. Es uno de
los medios más importantes que tiene para expresar sus más variados sentimientos, intereses y
aficiones.
(7) En este mismo orden de ideas, se considera que el juego es el primer nivel de forma
colectiva de participación o de actividad asociativa, donde no hay una verdadera división de roles
u organización en las relaciones sociales en cuestión; cada jugador actúa un poco como quiere,
sin subordinar sus intereses o sus acciones a los del grupo. Más tarde tiene lugar la actividad
competitiva, en la que el jugador se divierte en interrelación con uno o varios compañeros.
(10) Esto explicaría las razones, o porque los niños y niñas de Educación Inicial en vez de
realizar actividades lúdicas debidamente planificadas, seleccionen realizar juegos violentos y
agresivos, en los cuales también tienen la influencia los medios de comunicación, y que incluso
causan daño y lesiones físicas.
(11) Ante esta situación, los padres de familia, expresan su preocupación, no obstante,
también tienden a reducir su participación a la manifestación continua de quejas, sin
involucrarse en la solución al referido problema, cuando en realidad, dado el grado de
identificación y cercanía que tienen los niños de estas edades con sus padres, su participación en
este tipo de actividades, sería de grandes beneficios en el desarrollo social del niño, ya que a
medida que los juegos favorecen la comunicación y el intercambio, se ayuda al niño a saber
relacionarse con los otros, a comunicarse con ellos y les prepara para su integración social.
(12) Por lo antes expuesto, en este contexto, es que es necesario analizar en qué medida la
participación de los padres en las actividades lúdicas realizadas en ámbito educativo, incide en la
madurez social de los niños y niñas del nivel inicial, con el propósito de repensar una nueva
forma de trabajo en el aula, donde los actores o protagonistas no sean únicamente los niños y el
docente, sino también, la propia familia. De esta forma, se pretende integrar relacionando la
educación recibida en el hogar y la recibida en la escuela inicial. En concordancia con los nuevos
enfoques, tendencias y objetivos pedagógicos de la Institución Educativa , la cual tiene el reto
de mejorar la calidad de la educación.
El planteamiento del problema es el centro, el corazón de la investigación: dicta o define los métodos.
1. Formular de manera lógica y coherente problemas de investigación cuantitativa con todos sus
elementos.
3. Comprender los criterios para proponer y evaluar un problema de investigación cuan tita ti va.
Síntesis
Una vez que se ha concebido la idea de investigación y el científico, estudiante o experto ha profundizado
en el tema y ha elegido el enfoque cuantitativo, se encuentra en condiciones de plantear el problema de
investigación.
De nada sirve contar con un buen método y mucho entusiasmo, si no sabemos qué investigar. En
realidad, plantear el problema no es sino afinar y estructurar más formalmente la idea de investigación. El
paso de la idea al planteamiento del problema puede ser inmediato o bien tardar un tiempo considerable;
depende de cuán familiarizado esté el investigador con el tema de su estudio, la complejidad misma de la
idea, la existencia de estudios antecedentes, el empeño del investigador y sus habilidades personales.
Seleccionar un tema o una idea no lo coloca inmediatamente en la posición de considerar qué
información habrá de recolectar, con cuáles métodos y cómo analizará los datos que obtenga. Antes,
necesita formular el problema específico en términos concretos y explícitos, de manera que sea
susceptible de investigarse con procedimientos científicos (Race, 2010; Selltiz et al., 1980). Delimitar es la
esencia de los planteamientos cuantitativos. Ahora bien, como señala Ackoff (1967), un problema
planteado correctamente está resuelto en parte; a mayor exactitud corresponden más posibilidades de
obtener una solución satisfactoria. El investigador debe ser capaz no sólo de conceptuar el problema, sino
también de escribirlo en forma clara, precisa y accesible. En ocasiones sabe lo que quiere hacer, pero no
cómo comunicarlo a los demás, y tiene que realizar un mayor esfuerzo por traducir su pensamiento a
términos comprensibles, pues en la actualidad la mayoría de las investigaciones requieren la colaboración
de varias personas. Los planteamientos cuantitativos se derivan de la literatura y corresponden a una
extensa gama de propósitos de investigación, como: describir tendencias y patrones, evaluar variaciones,
identificar diferencias, medir resultados y probar teorías.
Según Kerlinger y Lee (2002) los criterios para plantear un problema de investigación cuantitativa son:
• El problema debe expresar una relación entre dos o más conceptos o variables (características o
atributos de personas, fenómenos, organismos, materiales, eventos, hechos, sistemas, etc., que pueden
ser medidos con puntuaciones numéricas).
• El problema debe estar formulado como pregunta, claramente y sin ambigüedades; por ejemplo: ¿qué
efecto?, ¿en qué condiciones...?, ¿cuál es la probabilidad de...?, ¿cómo se relaciona... con...?
• El planteamiento debe implicar la posibilidad de realizar una prueba empírica, es decir, la factibilidad de
observarse en la “realidad objetiva”.
Por ejemplo, si alguien se propone estudiar cuán sublime es el alma de los adolescentes, está planteando
un problema que no puede probarse empíricamente, pues ni “lo sublime” ni “el alma” son observables.
Claro que el ejemplo es extremo, pero nos recuerda que el enfoque cuantitativo trabaja con aspectos
observables y medibles de la realidad.
Los elementos para plantear un problema son fundamentalmente cinco y están relacionados entre sí: los
objetivos que persigue la investigación, las preguntas de investigación, la justificación y la viabilidad del
estudio, y la evaluación de las deficiencias en el conocimiento del problema. En la investigación, como en
la vida, nuestras acciones se guían por objetivos y preguntas. Por ejemplo, si un artista va a pintar un
cuadro, antes de comenzar debe plantearse qué va a dibujar.
No es lo mismo un paisaje de la naturaleza que una escena de la vida cotidiana o un bodegón. También
tiene que definir qué técnica utilizará (óleo, acuarela, lápiz, pastel, etc.). Por otro lado, es necesario que
determine el tamaño del cuadro o área en que va a pintar. Lo mismo ocurre con un músico cuando decide
componer una pieza. Para empezar, debe plantearse si va a componer una balada, una rola rockera, una
bachata, una sinfonía, un tango, etcétera. De igual manera, un investigador, antes de emprender su
estudio, tiene que plantear el problema (establecer sus objetivos y preguntas, lo que “va a pintar o a
componer”) y qué método o enfoque va a utilizar (cuantitativo, cualitativo o mixto; por ejemplo, en
pintura: óleo, acuarela, etc., o una mezcla; en música: contrapunto, serialismo, al azar, improvisación,
etcétera). Pero además de estos dos elementos hacen falta otros: la justificación (¿por qué componer la
pieza?), la viabilidad del estudio (¿es factible componerla con los conocimientos, habilidades y recursos
que se poseen y a tiempo?) y una evaluación de las deficiencias en el conocimiento del problema (¿qué
aporta la pieza de acuerdo con el panorama y tendencias musicales?