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Arquitectura historia y construcción

MARCO VITRUVIO POLION

MARCO VITRUVIO POLION (MARCUS VITRUVIUS POLLIO ): Arquitecto, escritor,


ingeniero y tratadista romano nacido en el siglo I a.C.
Durante su juventud fue arquitecto de julio cesar y Augusto. De este periodo sólamente
se le conoce como obra la Basílica de Fanum (Italia), autor del tratado de arquitectura es
el más antiguo que se conoce hasta la fecha y único de la antigüedad clásica.
El tratado de arquitectura , se conoció y se utilizó en la edad media, imprimiéndose por
primera vez en Roma, edición del humanista y gramático Fray Giovanni Sulpicio Veroli en
1486; posteriormente se publicó en la mayor parte de los países reproduciendo las formas
arquitectónicas de la antigüedad grecorromana.”
El descubridor de Vitruvio fue Petrarca y tras la difusión por el florentino de la obra de
este autor clásico, se puede afirmar que Vitruvio sentó las bases de la arquitectura
renacentista

PEQUEÑA INTRODUCCÍON SOBRE LAS INFLUENCIAS DE MARCO VITRUVIO EN


OTROS ARTISTAS Y CIENTIFICOS:

El famoso dibujo de Leonardo de vinci “el hombre de vitruvio”, sobre las proporciones
del hombre, está basado en las indicaciones dadas por el mismo Vitruvio en esta obra. El
dibujo se conserva ahora en la Galería de la Academia, en Venecia.

EL HOMBRE DE VITRUVIO DE LEONARDO DA VINCI AÑO 1487

A las proporciones del cuerpo humano dadas por Marco Vitruvio se suman a
otras de Leonardo, añadiendo y corrigiendo alguna de ellas:
 Cuatro dedos hacen una palma.
 Cuatro palmas hacen un pie.
 Seis palmas hacen un codo.
 Cuatro codos hacen un paso.
 Veinticuatro palmas hacen a un hombre.
 Si separas la piernas lo suficiente como para que tu altura disminuya 1/14 y estiras
y subes los hombros hasta que los dedos estén al nivel del borde superior de tu cabeza,
has de saber que el centro geométrico de tus extremidades separadas estará situado en
tu ombligo y que el espacio entre las piernas será un triángulo equilátero.
 Desde la parte superior del pecho al nacimiento del pelo será la séptima parte del
hombre completo.
 Desde los pezones a la parte de arriba de la cabeza será la cuarta parte.
 La anchura mayor de los hombros contiene en sí misma la cuarta parte.
 Desde el codo a la punta de la mano será la quinta parte.
 Desde el codo al ángulo de la axila será la octava parte.
 La mano completa será la décima parte.
 El comienzo de los genitales marca la mitad del hombre.
 El pie es la séptima parte.
 Desde la planta del pie hasta debajo de la rodilla será la cuarta parte.
 Desde debajo de la rodilla al comienzo de los genitales será la cuarta parte.
 La distancia desde la parte inferior de la barbilla a la nariz y desde el nacimiento del
pelo a las cejas es, en cada caso, la misma, y, como la oreja.

Este diseño del hombre, es la simetría básica del cuerpo humano y por extensión del
universo. Crea 16 posiciones distintas.El trabajo realizado por Vitruvio en principio, inspiró
a Leonardo a realizar el estudio de proporciones conduciéndole a esa obra de arte y
conocimiento, que está considerada como una de las más importantes del siglo XV y de
nuestros días.

COMO VEIA MARCO VITRUVIO A LOS ARQUITECTOS Y A LA ARQUITECTURA:


los arquitectos y la arquitectura:
La arquitectura es una ciencia adornada con numerosas enseñanzas teóricas y con diversas
instrucciones, que sirven de dictamen para juzgar todas las obras que alcanzan su
perfección mediante las demás artes. Este conocimiento surge de la practica y del
razonamiento. La práctica consiste en una consideración perseverante y frecuente de la
obra que se lleva a término mediante las manos, a partir de una materia, de cualquier clase,
hasta el ajuste final de su diseño. El razonamiento es una actividad intelectual que permite
interpretar y descubrir las obras construidas, con relación a la habilidad y a la proporción
de sus medidas.
Por tanto, aquellos arquitectos que han puesto todo su esfuerzo sin poseer una suficiente
cultura literaria, aunque hubieran sido muy hábiles con sus manos, no han sido capaces
de lograr su objetivo ni de adquirir prestigio por sus trabajos; por el contrario, los
arquitectos que confiaron exclusivamente en sus propios razonamientos y en su cultura
literaria, dan la impresión que persiguen más una sombra que la realidad. Pero, los que
aprendieron a fondo ambas, silo han logrado, adquiriendo enorme consideración, pues se
han equipado con todas las defensas, como así fue su objetivo.
Marcus vitruvius pollio.

MARCO VITRUVIO POLION ( MARCUS VITRUVIUS POLLIO )


VIDA Y OBRA

Marcus Vitruvius Pollio fue un arquitecto, ingeniero, escritor y tratadista del siglo I a.
c.
Se desconoce el lugar y año de nacimiento pero se sabe que vivió durante la época de
César y Augusto. Pudo haber nacido en Verona; otros creen que debió nacer en Placencia,
y algunos le juzgan natural de Mola de Gaeta, la antigua Formia; parece ser esta última
suposición la mejor fundada.
Se sabe, sin embargo, que su existencia fue larga y activa: fue soldado, con César, en
Hispania y Grecia, donde actuó como ingeniero militar. Luego residió en Roma, y allí
trabajó en las construcciones de César y Augusto, del final de la República a los albores
del Imperio. En Roma compuso, durante los últimos años de su vida, su famoso tratado
de diez libros, "De Architettura".

Del Libro Primero. Sobre cariátides

Lo mismo que las huellas de su existencia, también los restos de su labor han sido
borrados casi enteramente por el tiempo; sólo existen algunos en la población de Fano,
para la cual construyó Vitruvio una famosa basílica y un arco de triunfo augustal aún
visible, aunque modificado. En el campo de la técnica se le debe la invención del módulo
quinario en la construcción de los acueductos. Proyectó también máquinas de guerra y
edificó muchos monumentos.
Del Libro Tercero. Sobre columnas y capiteles

La fama de Vitruvio se debe a su tratado De architettura, la única obra de estas


características que se conserva de la Antigüedad clásica, conocido y empleado en la Edad
Media, la edición del tratado de Vitruvio en Roma en 1486 ofreció a los artistas del
Renacimiento, imbuidos de la admiración por las virtudes de la cultura clásica tan propio
de la época, un canal privilegiado mediante el que reproducir sus formas arquitectónicas.
Se decía entonces que "sus cinco órdenes construyeron Italia y siguen construyéndola
todavía".
DEL LIBRO CUARTO: PORTADAS Y FRONTONES

Su tratado, compuesto probablemente hacia el 27 a.c. es el único documento orgánico


de su género que la antigüedad nos ha transmitido. El texto, que tiene el carácter de
manual de resumen y divulgación, y que refleja los procedimientos de la arquitectura
romana durante el último siglo de la república, es a veces incompleto y oscuro. El autor,
anciano ya y enfermo, dedicó la obra a Augusto, su protector.

El libro primero de vitruvio comienza por consideraciones acerca de las cualidades y de


los deberes del arquitecto y sobre la naturaleza de la arquitectura, entendida como ciencia
y como arte, y de sus varios aspectos. La "aedificatio" implica, en efecto, la construcción
de edificios públicos (clasificados según su objeto sea la "defensio", la "religio" o la
"opportunitas") y la construcción de edificios privados ("gnomónica", "machinatio"). Alude
después al problema urbanístico: la elección de lugares propios para la fundación de
ciudades, el trazado de las calles, la construcción del recinto de murallas defensivas y la
distribución de los edificios dentro del recinto.
Del Libro Quinto. Sobre la estética del Teatro Clásico

En el libro segundo de vitruvio, después de indicaciones históricas acerca del


desarrollo de las construcciones desde los primeros tiempos de la humanidad, Vitruvio
trata de la elección y el uso de materiales de construcción y de las estructuras murales,
con ejemplos prácticos de aplicación en obras romanas y griegas. En el libro III el autor
describe los diversos tipos de templos dando normas de proporción y de simetría para las
planimetrías y para cada una de sus partes, y ocupándose en particular de los de orden
jónico. La columna asume en su concepto importancia capital en relación con las
proporciones del templo, que están concebidas matemáticamente.
Del Libro Octavo. Sobre máquinas hidráulicas

El libro cuarto de virtuvio, trata de templos dóricos, corintios y toscanos, con preceptos
técnicos y rituales de construcción. El libro V está dedicado a los edificios de utilidad
pública: el foro, la basílica, el erario, la cárcel, la curia, los teatros, los pórticos, los baños,
la palestra y los puertos. Vitruvio se confirma como experto técnico donde trata de los
teatros y de los puertos, y hasta se le percibe innovador cuando cita y describe
sumariamente una obra suya: la basílica de Fano.
Ordenes de Arquitectura. Dórico

En el libro sexto de vitruvio, discurriendo acerca de los edificios privados, Vitruvio se


libera de los tratadistas griegos y reflexiona sobre las razones técnicas y las diferencias de
clima y de costumbres que han determinado disposiciones diversas en los edificios
privados griegos y romanos. En el libro VII el autor da preceptos prácticos para los
acabados (enjalbegados, pavimentos, decoraciones esculpidas y pintadas) que confieren a
los edificios "venustatera el firmitatem".
Ordenes de Arquitectura Jónico, por vitruvio.

Estudioso de hidráulica y constructor de conductos hidráulicos, Vitruvio trata en el libro


VIII de estas materias. Siguen en el libro IX los problemas geométricos y astronómicos
aplicados a la "gnomónica". Finalmente, en el libro X, volviendo a basarse en los griegos,
el autor habla de mecánica y de máquinas de paz y de guerra.
Ordenes de Arquitectura Corintio por vitruvio

El pensamiento de Vitruvio se inspira en conceptos de racionalismo aritmético de


origen pitagórico que se complican al combinarse con principios prácticos y en su juicio
interviene continuamente el elemento de la experiencia en el arte de construir.

El tratado tuvo suerte variada a través de los siglos, pero no ejerció una verdadera
acción sobre el pensamiento artístico hasta León Battista Alberti (siglo XV) y los
tratadistas del Renacimiento, y tuvo, gracias a la imprenta, vastísima difusión (la edición
príncipe se imprimió en Roma en 1486). Sobre todo en el siglo XVI, la fama de Vitruvio se
elevó aún más allá de los méritos reales de su obra: adquirió valor de rígido canon de la
arquitectura antigua y, como tal, fue entendida en sentido normativo.
ENSAYO DE:
Arquitectura del Renacimiento o renacentista
Es aquella producida durante el período artístico del Renacimiento europeo, que abarcó
los siglos XV y XVI. Se caracteriza por ser un momento de ruptura en la Historia de la
Arquitectura, en especial con respecto al estilo arquitectónico previo: el Gótico; mientras
que, por el contrario, busca su inspiración en una interpretación propia del Arte clásico, en
particular en su vertiente arquitectónica, que se consideraba modelo perfecto de las Bellas
Artes.

Produjo innovaciones en diferentes esferas: tanto en los medios de producción (técnicas y


materiales constructivos) como en el lenguaje arquitectónico, que se plasmaron en una
adecuada y completa teorización.

Otra de las notas que caracteriza este movimiento es la nueva actitud de los arquitectos,
que pasaron del anonimato del artesano a una nueva concepción de la profesionalidad,
marcando en cada obra su estilo personal: se consideraban a sí mismos, y acabaron por
conseguir esa consideración social, como artistas interdisciplinares y humanistas, como
correspondía a la concepción integral del humanismo renacentista. Conocemos poco de
los maestros de obras románicos y de los atrevidos arquitectos de las grandes catedrales
góticas; mientras que no sólo las grandes obras renacentistas, sino muchos pequeños
edificios o incluso meros proyectos, fueron cuidadosamente documentados desde sus
orígenes, y objeto del estudio de tratadistas contemporáneos.

Contenido

Períodos

La Historia de la Arquitectura del Renacimiento, como éste mismo, suele dividirse en dos
grandes períodos denominados en italiano por el numeral de los años:

Siglo XV o Quattrocento, el Renacimiento temprano, momento en que se destacan las


figura de Filippo Brunelleschi y Leon Battista Alberti. Es una arquitectura que aspira al
Clasicismo y que pone los puntales teóricos de la canonización del estilo, que
caracterizará al período siguiente.

Siglo XVI o Cinquecento, a su vez dividido en dos fases:

Fase de culminación o madurez: el Renacimiento medio, que cubre el primer cuarto del
siglo XVI (hasta el saco de Roma de 1527). Durante ese periodo, los principales
arquitectos italianos intervinieron en los distintos proyectos del inicio de las obras de la
Basílic de San Pedro (Donnato Bramante, Antonio da Sangallo el Viejo, Rafael y Miguel
Ángel).

Fase del Manierismo: el Renacimiento tardío, desde mediados del siglo XVI hasta el
comienzo del siglo XVII (en que se inicia la arquitectura barroca). En esta fase, siguiendo
la maniera de Miguel Ángel, las individualidades de los arquitectos comienzan a
sobreponerse al proyecto teórico clásico. Destacan maestros como Andrea Palladio y
Giulio Romano.

Características generales de la Arquitectura del Renacimiento

Fundamentos generales del Renacimiento


Renacimiento

La Arquitectura del Renacimiento estuvo bastante relacionada con una visión del mundo
durante ese período sostenida en dos pilares esenciales: el clasicismo y el humanismo.

Hay que destacar que los ideales y valores renacentistas no pudieron surgir totalmente
desvinculados del acervo medieval que le precedió, sin embargo, los conceptos que
subyacen a este estilo arquitectónico se construyeron sobre la consciente y efectiva
ruptura de la producción artística de la Edad Media, en especial del estilo gótico.

Podemos analizar las siguientes características generales:

Búsqueda del ideal clásico: A través del clasicismo, los hombres del Renacimiento miraban
hacia el mundo greco-romano como modelo para su sociedad contemporánea, buscando
aplicar en la realidad material cotidiana aquello que consideraban que pertenecía a un
mundo más idílico que real. En este sentido, la Arquitectura, en especial, intentó
concretar conceptos clásicos como la belleza, surgiendo así la teorización y ordenación del
movimiento, fundamentado en la Arquitectura clásica griega y romana. Según los teóricos
renacentistas éste era el camino idóneo para alcanzar el mundo ideal.

Visión profana sobre temas religiosos: Los valores clásicos, desde el punto de vista del
Cristianismo, de enorme influencia en este período (teniendo el cuenta que el
Renacimiento surge en Italia, donde la presencia de la Iglesia Católica fue decisiva para el
Arte), eran considerados paganos y de carácter pecaminoso. Para superar esta censura de
la Iglesia Católica, se integró la visión del mundo cristiano con el proyecto de
recuperación de los ideales clásicos, a través de escenas desacralizadas y edificios hechos
a la medida del hombre. Esta fue otra de las innovaciones del movimiento.

Influencia de la naturaleza: La naturaleza era vista como la creación suprema de la obra


de Dios y el elemento más próximo a la perfección (otro de los ideales que había que
buscar a través de la estética clásica). Así, se pasa de la búsqueda de la inspiración en la
naturaleza, a la inspiración en las formas de la propia naturaleza, tal como proponen los
clásicos, convirtiéndose esto en un valor autónomo.

Antropocentrismo y humanismo: Además de la naturaleza como creación perfecta, se


vuelve la mirada al ser humano: se deja atrás el teocentrismo medieval para entrar en el
antropocentrismo. El hombre se analiza, en vez de como ser creado a imagen y
semejanza de Dios, como medida y referencia del Universo. Así, será el objeto central de
la manifestación artística, con una importancia aún mayor que durante la Antigüedad
clásica. El humanismo, como corriente filosófica, se manifestó como un sentimiento
comprometido con la representación del hombre en el Universo, que así reafirmaba su
presencia. Propugnaba la filosofía humanista el estudio de la naturaleza como instrumento
para llegar al conocimiento, más del Universo en conjunto, que de las cosas singulares.

La importancia de la perspectiva
Plaza del Capitolio, en Roma, diseñada por Miguel Ángel, ejemplo de espacio perspectivo.

Un dato importante en la definición de espacialidad del Renacimiento es la incorporación


de la perspectiva como instrumento del proyecto arquitectónico y la noción
de diseño como forma de conocimiento.

La principal ruptura con el espacio medieval se produce en el momento en que los


arquitectos del Renacimiento pasan a diseñar en sus edificios un desarrollo en el que las
reglas del diseño son fácilmente asimilables por los usuarios del mismo. A partir de un
análisis objetivo del espacio, presidido por un cierto sentido empírico, llegan a
conclusiones que impondrán el propio ritmo del edificio y su entorno.

El dominio del lenguaje clásico, para hacer llegar estos efectos útiles en los edificios, hace
posible el estudio de la perspectiva. Como resultado, surge una arquitectura insertada en
un espacio perspectivo, integralmente aprehendido por el observador y cuyas relaciones
proporcionales se muestran de forma analítica y objetiva.

Estas nuevas relaciones espaciales son especialmente evidentes comparadas con el


espacio presente en las catedrales góticas. En ellas, la intención arquitectónica es que el
observador, desde el momento en que entra en el edificio, sea dominado por el espacio e
instintivamente alce su mirada hacia la cima, procurando así un movimiento ascendente
en busca de la figura de Dios. En otras palabras, toda monumentalidad de este espacio
gótico tiene una función, entre otras, que es poseer la voluntad del individuo y determinar
sus deseos, la función de su estancia y el uso del edificio. En el espacio renacentista, la
intención es justamente la contraria: el edificio no domina al individuo, sino que éste
reflexiona sobre su espacialidad y la maneja. Se traslada el concepto de una arquitectura
a la medida de Dios a la de una a la medida del hombre.

La tratadística renacentista

Inspiración vitruviana
Leonardo da Vinci fue uno de los artistas que se inspiraron en Vitruvio. Este diseño,
el Hombre de Vitruvio es la interpretación de Leonardo para las reglas de proporción
definidas por Vitruvio en su Diez libros de arquitectura.

La recuperación del ideario de la arquitectura clásica, introducida por la cultura del


Renacimiento, debió necesariamente trascender de la mera observación de la realidad. La
arquitectura producida por los artistas renacentistas, humanistas en general, procuraban
mantener una imagen erudita y literaria, más allá de la mera reproducción de las ruinas
greco-romanas. Los arquitectos creaban siempre en busca de un modelo ideal, en
detrimento de los modelos existentes (con gran número de ruinas en especial en Italia).
Estos modelos ideales o idealizados fueron sistematizados y plasmados de forma teórica,
en lo que dará origen a los tratados de Arquitectura clásica de la época.

Sin duda, para la creación del modelo teórico, la observación de las ruinas fue la
inspiración predominante de los primeros arquitectos renacentistas italianos, pero a
medida que el Renacimiento evolucionaba, los estudiosos, pasarán, sistemáticamente, de
ofrecer o recuperar los cánones y obras técnicas del clasicismo a redactar sus propios
tratados del estilo, que aunque basados en el clasicismo, llegan a ser efectivamente anti-
clásicos.

Es destacable para la formación de la tratadística renacentista la preservación de los diez


libros de De Architecturadel arquitecto romano Marco Vitruvio, del siglo I a. C., básicos
para la difusión de las ideas de canon y orden. Éste fue el único tratado del período
clásico que sobrevivió tras la caída de Roma, durante la Edad Media, habiendo sido
copiado y conservado, de forma fragmentaria en general, en las bibliotecas de los
monasterios. Por eso, a medida que los volúmenes eran copiados y traducidos, los
diseños y dibujos que componían los tratados fueron perdiéndose, por lo que el contenido
del tratado se convirtió con el paso del tiempo en confuso y en ocasiones, contradictorio.
Por este motivo, gran parte del esfuerzo de los tratadistas renacentistas sería el recuperar
el contenido perdido, llegando para su consumación a aventurar patrones que en modo
alguno existían en el texto original.

El tratado vitruviano, como único gran referente teórico de la arquitectura clásica, y pesar
de su carencia de contenido, sirvió de base para todos los principales estudios realizados
por el Renacimiento. Por ejemplo, un trabajo nítidamente derivado del vitruviano son los
diez libros de Leon Battista Alberti, conocidos como De re aedificatoria.

Los tratados y la posición social del arquitecto


La búsqueda del ordenamiento clásico en la tratadística del período. Esta imagen forma
parte de un tratado de Vignola (Las reglas de los cinco órdenes de la Arquitectura).

Junto a la inspiración vitruviana, un elemento que va a caracterizar los principales


tratados renacentistas (especialmente aquéllos que fueron redactados en los primeros
momentos del Renacimiento) es el hecho de que sus autores procuraban, en ocasiones
con una preocupación mayor que el afán investigador, posicionar al arquitecto como una
figura típicamente perteneciente a la élite fundamental en cualquier estructura social. Tal
determinación en cuanto a la profesión no es, claramente un caso de mero
«corporativismo» de aquellos tratadistas, sino un fenómeno que está absolutamente
ligado a la ascensión social que el artesano convertido a artista sufre (véase en las
próximas secciones para un análisis más profundo de esta situación). En este sentido, los
tratados sirven de modo efectivo como medios de propaganda del nuevo profesional, en
oposición a la visión tradicional (que asociaba inexorablemente el arquitecto a las
actividades manuales y por tanto, populares y anti-intelectuales). La constatación de esta
modificación en la categoría de los arquitectos como artistas nobles e intelectuales,
diferente de los «meros artesanos de origen popular» también se evidencia cuando se
verifica para quienes estaban escritos estos tratados: en general, eran dedicados a la
nobleza (o un noble en particular), poseían un estilo refinado y abordaban cuestiones
directamente de interés público de los príncipes que componían la estructura política
italiana.

A pesar de que la Arquitectura romana también se preocupó de esta cuestión (El tratado
vitruviano resalta este dato, visto que estaba concebido como una carta dirigida al
emperador), la manifestación de este deseo de afirmación social por parte de los
arquitectos renacentistas es un elemento nuevo de este período cuando se compara con
la forma de producción artística medieval. Ésta se caracterizaba por la creación colectiva
(y anónima, por excelencia) y dominada por la cultura del saber fazer. Los tratados
formalizan el deseo del hombre renacentista de manifestarse como individuo ante el
mundo y colaborador necesario para contextualizar la Arquitectura como disciplina
académica.

Toda esta teoría se fija claramente en la ya citada obra albertiana De re aedificatoria. En


ella, Alberti expresa esta nueva visión del arquitecto cuando declara categóricamente que
"el arquitecto es el brazo del príncipe". Retoma la interpretación vitruviana de la
arquitectura y afirma que ésta no se limita a la mera construcción, porque la verdadera
arquitectura está dotada de virtud, concepto clásico asociado al dominio de los hombres.
Si la Arquitectura es virtuosa, naturalmente sirve como pieza del juego político, ya que tal
dominio de los hombres forma parte de la formulación de la política clásica (fundada en la
idea de ciudad como lugar de convivencia y germinadora de la política). En conclusión, el
estudio riguroso que hacen de los órdenes arquitectónicos clásicos está siempre, según su
concepción, ligado a esta característica virtuosa de la arquitectura. La estética del
Renacimiento es, por lo tanto, también un reflejo de un determinado pensamiento
político.

Historia de la Arquitectura renacentista


Santa Maria della Consolazione en Todi:Típica iglesia de planta central, tipología extendida
en el Renacimiento.

La Arquitectura renacentista se desarrolla a partir del siglo XV principalmente en Italia. Es


común atribuir el lugar de génesis a la ciudad italiana de Florencia, ciudad donde el gótico
apenas había penetrado, en el momento de la construcción de la cúpula de la Catedral de
Santa María del Fiore proyectada por Filippo Brunelleschi. Tal episodio no sólo es un mero
cambio en el perfil estilístico que predominaba en el escenario arquitectónico florentino,
sino la demostración clara de la ruptura que vendría posteriormente en la propia forma de
producir la arquitectura, abriendo camino para, no sólo redescubrir el clasicismo, sino
también para la promoción de la tratadística y para una teorización inédita sobre el tema.
Son muchos los estudiosos que afirman que Brunelleschi construyó, de hecho, no sólo una
cúpula, sino el concepto de un nuevo tipo de arquitecto: altera las reglas de la
construcción civil iniciando un proceso que, gradualmente, separará al proyectista del
constructor.

Un hecho a destacar en la producción de Brunelleschi es que se manifiesta más


importancia en el campo de la construcción que en el del estilo. Se asimila esto cuando se
observa la obra en su conjunto, percibiéndose que, a pesar de querer seguir la
canonización clásica, se produce un edificio que no es completamente comprometido con
dichas reglas clásicas. Esto es causado por la carencia del arquitecto de conocimiento
profundo de las normas clásicas, al que accedía más por la observación de las ruinas
romanas existentes que por el estudio de los tratados.

Asimismo, Brunelleschi inicia una tradición que se separa al arquitecto de los antiguos
gremios medievales y cuya profesionalización es cada vez más patente en la época,
afirmándose como intelectuales alejados de la construcción propiamente dicha. Muchos
críticos que analizan el fenómeno desde una óptica marxista identifican aquí el momento
en el que la incipiente burguesía toma de las clases populares el dominio de los medios de
producción (dejando éstas de poder construir y pasarán a poder diseñar), posibilitando así
un proceso de explotación del proletariado por el capital, que se recrudecerá durante la
Revolución Industrial.

Momento inicial: La cúpula da Santa María del Fiore

Artículo principal: Santa María del Fiore


Comienza el Renacimiento en la Arquitectura: cúpula del Duomo de Santa María del Fiore.

La catedral de Santa María del Fiore fue inicialmente ejecutada en estilo tardo-románico,
pero su construcción duró varias generaciones (fue iniciada en 1296 y a la muerte de
Brunelleschi, en 1446, aún no se había concluido). No fue un edificio proyectado: su
diseño y su construcción se armaron de forma paralela. Aunque existía un plano general
para su forma y distribución interna, los detalles constructivos, según era corriente en la
práctica edificativa medieval, iban siendo resueltos a medida que avanzaba la
construcción, en la propia obra. Por tanto, a pesar de que la necesidad de construir una
gran cúpula sobre un determinado punto de la iglesia preexistía, la forma de la misma no
había sido decidida de antemano. Cuando llegó el momento de erigirla, los artesanos
florentinos se encontraron con un vano de 40 metros, imposible de cubrir con las técnicas
constructivas tradicionales.

La solución encontrada en 1418, cuando la República de Florencia ya mostraba claras


intenciones de manifestar su poder económico en la arquitectura de la ciudad —con lo que
la catedral se convirtió, por tanto, casi en una tarjeta de visita—, fue promover una
especie de concurso de ideas para la conclusión del templo, que conllevaba, claro está, la
solución al problema de la cúpula. Filippo Brunelleschi, que era, en la época, un artesano
relativamente reconocido, aceptó el desafío. Decidió, para ello, viajar a Roma en busca de
inspiración. Roma, en ese período, era el lugar del mundo en el que las ruinas de la
Antigüedad clásica eran más visibles, casi integradas en el paisaje. La principal fuente de
inspiración para Brunelleschi fue el Panteón de Agripa: una estructura con un diámetro
similar al de Santa María dei Fiori, rematado con una cúpula en arco pleno. Brunelleschi
no sólo observó la solución constructiva utilizada en el Panteón, sino que comenzó a
estudiar las relaciones estilísticas, proporcionales y formales entre los diferentes
elementos que componían ese espacio. Y fue efectivamente esta actitud la que hizo que
se gestara el espíritu del Renacimiento: un individuo observa una determinada realidad a
través del deseo y de la intención con la que interfiere en aquella realidad antigua para
buscar soluciones útiles aplicables a la realidad moderna. Brunelleschi no tenía plena
conciencia de la teoría clásica, pero reconoció un modelo estilístico que usaría para
construir e idear su propia arquitectura.

A su vuelta a Florencia, lleno de esa experiencia con el mundo clásico, Brunelleschi


propuso una solución para la catedral florentina: una gran cúpula de 42 metros rematada
por una linterna, basándose en sus pesquisas en Roma. Pero no se limitó a reproducir el
modelo romano, sino que propuso una forma totalmente innovadora: su cúpula sería la
primera con tambor octogonal de la historia de la arquitectura. Esta cúpula posee una
función estética (bella pero austera, sin dar sensación de pesadez), pero también una
función ideológica: representa la unidad cristiana. Para su construcción, Brunelleschi
utilizó un juego de doble cúpula, una interna y otra externa, formadas por dos capas
construidas con dos roscas de ladrillo separados por una rosca de ladrillo a perpiaño, que
avanzan en forma de espiral que hace más rígido el conjunto a la vez que configura un
espacio como cámara de aire que da ligereza a la cúpula, dibujando a la vez hilos
directores y rematada con linterna.

El Quattrocento: El dominio del lenguaje clásico


Ventana del palacio Rucellai.

Artículo principal: Quattrocento

Brunelleschi, por lo tanto, quedará en la Historia del Arte como el responsable de haber
trazado el camino que prácticamente todos los arquitectos del Renacimiento seguirán para
realizar sus obras. Como se ha dicho antes, sin embargo, el arquitecto florentino no tenía
pleno conocimiento de los diferentes órdenes sistematizados en el lenguaje clásico, lo cual
se pone en evidencia cuando acaba creando un lenguaje arquitectónico propio, en el que
los elementos clásicos aparecen pero no responden al estilo antiguo.

Los arquitectos que siguieron este método trazado por Brunelleschi fueron sin embargo
responsables de la plena recuperación del lenguaje clásico. El dominio del clasicismo se
logró de hecho a lo largo del siglo XV (aunque su sistematización definitiva no llegó hasta
la publicación del tratado de Sebastiano Serlio en el siglo siguiente) y encontró en Donato
Bramante a su figura más paradigmática. Para entonces (especialmente después de que
Alberti expusiera su teoría de la arquitectura en su tratado De re aedificatoria) ya se
conocían de modo más fehaciente las formas constitutivas de las arquitecturas griega y
romana como posibilidades de composición, y tanto sus soluciones concretas como la
síntesis espacial propia de la arquitectura clásica eran, en general, conocidas. Así, los
arquitectos renacentistas tuvieron a su disposición todo el potencial creativo que ofrecían
el lenguaje y la técnica clásicas y el espíritu de su época. El lenguaje arquitectónico del
Renacimiento se expresó a través, no de las copias de los clásicos, sino de su superación.

También destacaron en esta época dos arquitectos de palacios florentinos: Michelozzo


(Palacio Medici Riccardi, 1444) y Bernardo Rossellino (Palacio Rucellai, 1446-1451 -sobre
un diseño inicial de Alberti-); y otros en torno al núcleo veneciano, como Pietro Lombardo.

Fachada de Santa María Templo Malatestiano


Novella, Leon Battista de Rímini, Alberti,
Basílica de San Capilla Pazzi,
Alberti, Florencia, 1458- hacia 1450.
Lorenzo de Florencia, 1441, última
1470.
reforma iniciada en obra de
1419, Filippo Brunelleschi.
Brunelleschi.
Bramante y la fase madura del Renacimiento

Anunciación de Alejo Fernándezgrabado Prevedari, que Bernardo Prevedari realizó sobre


un diseño de Bramante en 1481. (Córdoba, antes de 1508). La arquitectura está basada
en la repercusión de los modelos arquitectónicos italianos. En particular se ha
comprobado su conocimiento del

Es justamente en la obra de Donato Bramante donde este espíritu se concreta de una


forma más íntegra, lo que hace de él la figura que representa el paso
del Quattrocento al Cinquecento, en lo que se suele denominar fase madura del
Renacimiento. Bramante logró demostrar, a través de sus proyectos en palacios o
iglesias, que no sólo conocía las posibilidades del lenguaje clásico, sino que también
entendía las características y el ambiente de su época, ya que fue capaz de aplicar el
conocimiento antiguo a una forma nueva, inédita, sobresaliente y, sobre todo, clásica.
Su Tempietto o Templete de San Pietro in Montorio, en Roma (1502-1510), es
prácticamente una relectura (aunque no una copia) de los templos de planta central,
circulares, a su vez derivados del tholos griego, típicos de un cierto período de la
arquitectura romana (por ejemplo, el Templo de Vesta, en la misma ciudad de Roma). El
modesto tempietto es casi una maqueta base del gigantesco proyecto (en construcción
desde 1506) de la cúpula de San Pedro, con una cúpulaPanteón (43,44 metros), a la de
Santa Sofía de Constantinopla (32 metros) y a la de Brunelleschi en Florencia (41
metros). Más tarde, en época barroca, el arquitecto inglés Christopher Wren haría a su
vez una relectura de la obra de Bramante y Miguel Ángel, y propondría una nueva forma
en la catedral de San Pablo de Londres (32 metros, 1676), y lo propio hicieron en época
neoclásica Francisco Cabezas y Francesco Sabatini en San Francisco el Grande (Madrid, 33
metros, 1760-1784); demostrando la potencialidad del proceso de creación renacentista
(que va de la estética de los edificios al pensamiento arquitectónico), para adaptarse a
nuevos estilos en épocas posteriores. (42,5 metros) de dimensiones comparables a la del

Bramante también popularizó otra forma profundamente clásica que fue desarrollada y
explorada posteriormente. Está inspirada en los arcos de triunfo romanos y fue brillante
por sus características compositivas aplicadas a los proyectos de palacios y villas, piezas
clave del Renacimiento en la arquitectura civil.
La principal imagen de este estilo bramantino se encuentra en las tríadas de aberturas
adornadas con arcos, dos de los cuales están a la misma altura y con el central mayor, el
denominado sistema de orden más arco, basado en la combinación del orden
arquitectónico clásico y el arco de medio punto. Frente al problema, entonces, de conectar
en una misma unidad dos entidades espacialmente similares pero de diferentes
dimensiones, la solución fue emplear dos sistemas de orden más arco de diferentes
dimensiones siguiendo la norma de que el extradós del arco del sistema de menor
dimensión fuese tangente a la moldura inferior del entablamento del orden mayor.

La superación de los clásicos, manteniendo siempre la búsqueda del clasicismo típica del
período, se dio especialmente en la medida que los arquitectos propusieron soluciones
espaciales clásicas para proyectos nuevos (como en los grandes palacios, diferentes de las
construcciones romanas, o en las nuevas catedrales o basílicas). Elementos como las
bóvedas y las cúpulas se usaron de una forma nueva, y se emplearon los órdenes (jónico,
corintio, etc.) característicos de la arquitectura de la Antigüedad.

Pórtico en la
Tribuna El Tempietto o Templete de Basílica de Cúpula de San
del Convento de San Pietro in Montorio de Sant'Ambrogio de Pedro de Roma,
Santa Maria della Roma, Bramante. Milán, Bramante. construida
Grazie de Milán, finalmente con el
Bramante. diseño de Miguel
Ángel.

El Cinquecento: La superación del clasicismo

Artículo principal: Cinquecento

Vestíbulo de la Biblioteca Laurenciana, Roma, Miguel Ángel (1525). Se aprecia un


fragmento de la escalera.
Típica estructura palladiana.

A medida que el dominio del lenguaje clásico evolucionaba, fue creciendo en los
arquitectos renacentistas un cierto sentido de liberación formal de las encorsetadas reglas
del clasicismo, de forma que el eventual deseo de superación (que siempre existió en
mayor o menor medida) cambió de ser un elemento fundamental a ser fruto de la nueva
producción de estos autores. Tal fenómeno, considerado ya como un anuncio del
movimiento estético que, años más tarde, se concretaría en el Barroco, ganaría fuerza
especialmente en las primeras décadas del siglo XVI. El Cinquecento fue un momento en
que la intención de sistematizar el conocimiento de los cánones clásicos estaba
plenamente superada, a través de los tratados de Sebastiano Serlio o Jacopo Vignola. Así,
los elementos compositivos del clasicismo dejaron de usarse en edificios como
experimentación "en busca de lo clásico", sino partiendo de su plena conciencia, en
"busca de su innovación".

En un primer momento, se siguieron fielmente las reglas clásicas de composición, pero


ampliando enormemente su ámbito de aplicación. Las reglas clásicas se aplicaron en
especial en las grandes obras públicas, los grandes palacios y templos religiosos (los
edificios considerados "nobles", dignos de recibir el status de arquitectura según el punto
de vista clásico). Por ello, aparecieron nuevas combinaciones de elementos. Andrea
Palladio fue el principal exponente de esta nueva forma de trabajar con el lenguaje
clásico, como se hace patente en sus proyectos de "villas" en los alrededores de las
ciudades italianas. La arquitectura de Palladio fue de tal modo peculiar y destacada con
respecto a la de sus antecesores que su método de trabajo acabó creando un nuevo
estilo: el palladianismo. Dicho estilo se caracteriza por la aplicación de la planta central en
proyectos residenciales (como en las villas) y por un cierto tipo de ornamentación de
carácter sintético (denominada arquitectura de superficie), entre otros fundamentos. El
propio Palladio fue autor de un tratado bastante completo sobre arquitectura clásica, en el
que expuso su modo de pensar y su perspectiva sobre esta cuestión.

Manierismo: Los grandes maestros y el fin del Renacimiento

Artículo principal: Manierismo

Grabado de la planta modificada por Vignola de Villa Farnese.

El Manierismo fue el movimiento artístico producido durante el Cinquecento y cuya


formación se da en las primeras décadas del siglo XVI y se extiende hasta comienzos del
siglo XVII. Evidencia la intención por parte de los arquitectos, humanistas y artistas del
período de un arte, que aunque en esencia siguiera al clasicismo, poseía un contenido
bastante anti-clásico. En el Manierismo por lo tanto se desarrolla la innovación
constructiva confrontándose con la arquitectura clásica, ya plenamente conocida.

Una vez gastado el impulso de la tratadística, que dotada de cierta homogeneidad a la


arquitectura mediante la imposición de unas determinadas reglas, surgió una nueva
generación de arquitectos, fuertemente individualistas, que supone de hecho un puente
entre el Renacimiento y el Barroco.

La actividad arquitectónica de Miguel Ángel supuso la culminación y superación del


clasicismo de la fase madura o de Bramante, y puede calificarse de más clásica en San
Pedro o en el Palacio Farnese y más manierista, por ejemplo en la famosa escalera de la
Biblioteca Laurentina). De modo similar a lo que ocurrió en pintura o escultura (donde es
más clara la imitación de su maniera), los arquitectos italianos de mediados del siglo XVI,
algunos de ellos salidos de Roma cuando el saco y repartidos por el resto de las ciudades
italianas, procuraban desafiar los cánones clásicos. Los principales exponentes de este
nuevo estilo fueron (además del citado Andrea Palladio y el núcleo veneciano) Giulio
Romano (Palacio del Té, Mantua, 1534), Bartolomeo Ammannati (reforma del Palacio Pitti,
1558-1570), Antonio Sangallo el joven (Villa Farnese, Caprarola, 1559), Vasari (Galería
Uffizi, Florencia, 1560-1581), o Jacopo Vignola con la Iglesia del Gesù (1568), esta sí en
Roma, sede y modelo exportado de las numerosas iglesias jesuíticas de la crecientemente
influyente Compañía de Jesús, cuya fachada se debe a Giacomo della Porta (1578, que
inspiró posteriormente a Carlo Maderno). En sus obras, son constantes las referencias a
los elementos compositivos clásicos, pero en forma "desconstruída" y casi irónica.
Convierten al interior patrones decorativos de ventanas que deberían estar colocadas en
el exterior, juegan con los efectos de la ilusión óptica proporcionados por la perspectiva, a
través de volúmenes dimensionados inusitadamente, etc. El mismo sentido, llevado a un
extremo, tuvieron los extravagantes jardines de Bomarzo.

La profundización en los caracteres propios de las construcciones manieristas supuso el


germen del nacimiento del Barroco, que si superficialmente se considera como ruptura del
ideal clásico propuesto por el Renacimiento, realmente constituyó la reacción al
agotamiento de éste, ya anunciado por el Manierismo.

Palazzo Tè. Giulio


Cortile del palacio Pitti,
Romano, 1534.
Bartolomeo Ammannati
Galería de los Fachada de la iglesia
1558-1570.
Uffizi, Florencia, del Gesù. Giacomo
Vasari 1560-1581 della Porta, 1578.
Difusión de la Arquitectura del Renacimiento en Europa

Fachada de Convento de San Esteban (Salamanca).

El Renacimiento fue un movimiento prácticamente restringido al universo cultural italiano


durante sus dos primeros siglos de evolución (entre los siglos XIV y XVI,
aproximadamente), periodo durante el cual, en el resto de Europa, sobrevivían estilos
arquitectónicos, en general ligados al gótico o al tardo-románico. Finalmente, en su
momento de mayor auge, la estética clásica renacentista comenzó a difundirse por los
diversos países europeos desde su Italia natal, debido a diferentes motivos: guerras,
anexiones de territorio italiano, viajes de los artistas italianos por Europa para ser
contratados por las diversas cortes, etc.

Independientemente de las razones, es cierto que la difusión se dio con más empuje,
paradójicamente, por la asimilación de ciertas ideas anticlásicas forjadas en el
Manierismo, estilo pujante en aquel momento (comienzos del siglo XVI). La tratadística
clásica estaba ya plenamente desarrollada, de forma que los arquitectos de fuera de
Italia, en general, poseían un buen dominio de las reglas compositivas clásicas y de su
teorías, lo que ya les permitía tomarse ciertas licencias creativas. Es necesario destacar
que existen estudiosos que no consideran al Manierismo como un movimiento ligado al
Renacimiento, sino como un estilo nuevo y radicalmente opuesto a éste. De esta forma, la
producción manierista de los demás países europeos puede, eventualmente, no ser
considerada como una arquitectura genuinamente renacentista. En cierto sentido, es
posible decir, según este punto de vista, que en estos países se combinó una producción
típicamente medieval con una arquitectura post-renacentista (como en Francia).

Como las formas de difusión difieren de país a país y aunque la arquitectura producida por
aquellos países sea efectivamente renacentista, existe un Renacimiento diferente para
cada región de Europa, según como llegó la influencia desde Italia y el momento histórico
en que vivían. En general, parece que el Renacimiento dotó de elementos nuevos a las
arquitecturas medievales nacionales, siendo, en muchos casos, difícil establecer
diferencias entre arquitectura gótica tardía y arquitectura renacentista, debido a que se
construyó basándose en la combinación de ambas estéticas.
Arquitectura renacentista en Francia

Fachada del Palacio del Louvre en París, obra de Pierre Lescot.

Francia fue el primer país en acoger con entusiasmo el estilo renacentista. El


Renacimiento llegó a finales del siglo XV, cuando Carlos VIII regresó en 1496 con algunos
artistas italianos tras la conquista de Nápoles. Es destacable el uso de dicho estilo en los
castillos del Valle del Loira, cuya primera construcción fue el Castillo de Amboise (c.
1405), donde Leonardo da Vinci pasó sus últimos años. El estilo comenzó a ser
predominante durante el reinado de Francisco I (1515-1547). El Castillo de
Chambord (1519-1536) es una combinación de estructura gótica y ornamentación
italianizante, un estilo que desarrollaron arquitectos como Sebastiano Serlio, que también
trabajó después de 1540 en el Castillo de Fontainebleau. Allí, artistas italianos como
Rosso Fiorentino, Francesco Primaticcio, y Niccolò dell'Abbate formaron la primera Escuela
de Fontainebleau. Otros arquitectos, como Philibert Delorme, Jacques Androuet du
Cerceau, Jacopo Vignola o Pierre Lescot, también se inspiraron en las nuevas ideas. Otro
ejemplo es la fachada interior sudoeste del Palacio del Louvreen París, que fue diseñada
por Lescot y cubierta por relieves de Jean Goujon. La arquitectura renacentista aún siguió
creciendo con fuerza bajo los reinados de Enrique II y Enrique III.

Arquitectura renacentista en España

Fachada de la Universidad de Salamanca.

1ª etapa: Estilo plateresco

En España, el Renacimiento comenzó a insertarse en las formas góticas en las últimas


décadas del siglo XV. El desarrollo del Renacimiento se produjo principalmente por
arquitectos locales. De esta manera, se creó una corriente puramente española del estilo,
que se vio influenciada por la arquitectura del sur de Italia (dominios de la Corona de
Aragón en esa época). Este estilo español llamado plateresco, combinaba las nuevas ideas
italianas con la tradición gótica española, así como la idiosincrasia local. El nombre
proviene de las extremadamente decoradas fachadas de estos edificios, que se asimilaban
al intrincado y detallista trabajo de los plateros.

Véase también: Gótico isabelino

2ª etapa: Purismo

Con el paso de las décadas, la influencia del Gótico fue desapareciendo, llegándose a
alcanzar un estilo más depurado y ortodoxo, desde el punto de vista del Renacimiento.
El purismo se caracteriza por una mayor austeridad decorativa, que se limita a algunos
elementos concretos, generalmente de inspiración clásica. Hay un cierto cansancio de la
exuberancia decorativa a mitad del siglo XVI y se imponen los edificios de aspecto más
sereno, armónico y equilibrado. Algunos arquitectos consiguen reciclar su producción
tardo-gótica para iniciarse en este nuevo estilo: tal es el caso, por ejemplo, de Alonso de
Covarrubias, Rodrigo Gil de Hontañón y Pedro de Ibarra. El centro de la producción
renacentista se localizó en Andalucía con Diego de Siloé (fachada de la Catedral de
Granada y Sacra Capilla del Salvador de Úbeda); Pedro Machuca (Palacio de Carlos V en
Granada), el arquitecto más decididamente clásico; Andrés de Vandelvira (Catedral de
Jaén y de Baeza) y Diego de Riaño (Ayuntamiento de Sevilla).

Patio de los Reyes y fachada de la Basílica del Monasterio de El Escorial, de Herrera.

3ª etapa: Estilo herreriano

A mitad del siglo XVI, la iniciación del Monasterio de San Lorenzo del Escorial como
símbolo del poder de Felipe II de España por Juan Bautista de Toledo (fallecido en1567) y
Juan de Herrera supuso la aparición de un nuevo estilo, que se caracteriza por el
predominio de los elementos constructivos, la ausencia decorativa, las líneas rectas y los
volúmenes cúbicos. Significa además la introducción de los postulados manieristas
provenientes de Italia.

Este estilo bautizado posteriormente como estilo herreriano en honor de la figura


indiscutible de Juan de Herrera, dominó la arquitectura española durante casi un siglo, y
entre sus seguidores se encuentran figuras tan relevantes como Francisco de Mora, Juan
Gómez de Mora o Juan Gómez de Trasmonte.

En todos los casos, los conceptos de la arquitectura y urbanismo de España en el


Renacimiento, fueron llevados a las colonias de América, dónde encontró campo fértil
para su difusión dada la urbanización extensiva que se dio a lo largo de tres siglos y que
recibió, también, a estilos posteriores como el Barroco y el Neoclásico.

Arquitectura renacentista en Portugal [editar]


En Portugal, el estilo manuelino aunó los elementos renacentistas a las edificaciones
góticas, y es considerado por algunos historiadores como la contribución portuguesa al
Renacimiento, aunque su estética es muy distante del clasicismo (objetivamente debe
insertarse en el tardo-gótico). Ejemplos de la arquitectura renacentista portuguesa son la
Catedral de Leiria y de Portalegre, el Colegio jesuita de Évora y la Iglesia de San Roque de
Lisboa.

Arquitectura renacentista en Europa oriental [editar]

La lejanía de esta zona con respecto a Italia diluyó la influencia del Renacimiento, pero
existen valiosos ejemplos de edificaciones que combinan elementos renacentistas con la
tradición arquitectónica local. En Hungría, ya antes de la segunda mitad del siglo XV se
construyeron casas de estilo italiano. El rey húngaro Matías Corvino contrató a
constructores y escultores italianos, uno de los cuales, Aristóteles Fioravanti, viajó de
Hungría a Moscú para levantar la Catedral de la Asunción en el Kremlin. Bajo el reinado
de Luis II de Hungría y Bohemia, se construyó la Capilla Bakócz de la Catedral de
Esztergom, ejemplo de decoración renacentista. Otras obras influidas por el Renacimiento
en Europa oriental son el Castillo de Wawel y la Capilla de Segismundo en Cracovia, la
ciudad polaca de Zamość, el Palacio Real y las Iglesias de San Miguel y San Esteban de
Vilna, en Lituania, la localidad de Telč o el Castillo de Český Krumlov en la República
Checa.

Arquitectura renacentista en Inglaterra

Queen's House, (1616) en Londres, primer ejemplo de Arquitectura renacentista


importada al Reino Unido.

En Inglaterra el primer exponente de la Arquitectura renacentista fue Iñigo Jones (1573-


1652), que había estudiado en Italia, donde la influencia de Palladio estaba muy
extendida. Cuando Jones regresó a su país, comenzó con entusiasmo a construir
basándose en el nuevo movimiento y diseñó edificios como la Queen's House de
Greenwich (1616) y la Casa del Banquete del Palacio de Whitehall (1619). Estas
construcciones de líneas sencillas y simetría fueron revolucionarias en un país donde aún
se diseñaban edificios con ventanas partidas, almohadillado y torrecillas.

Hatfield House fue mandada a construir en su totalidad por Robert Cecil, primer conde de
Salisbury, entre 1607 y 1611, y es el ejemplo perfecto de la arquitectura de transición
entre el estilo Tudor y el Renacimiento. El edificio conjuga un ala Tudor, con ventanales
con parteluz y tejado almenado y dos alas claramente influenciada por las fachadas de los
palazzos italianos. Su fachada central, originariamente en forma de logia abierta, había
sido atribuida a Iñigo Jones, aunque el porche central de estilo jacobino, hace
probablemente falsa esta atribución. Dentro, la elaborada escalera tallada muestra la
influencia italiana en la ornamentación inglesa.

La obra de Jones fue seguida por maestros como Christopher Wren con su diseño de la
Catedral de Saint Paul de Londres y de muchos edificios públicos e iglesias londinenses
que se construyeron tras el Gran Incendio de Londres, en 1666. La devastación de la
ciudad fue una oportunidad única para una nueva generación de arquitectos seguidores
de la arquitectura clásica, que construyeron a una escala superior a la que nunca
probablemente se había construido en una ciudad. Sin embargo, a estas alturas el estilo
italianizante importado por Iñigo Jones ya estaba fusionado por el Barroco.

Posteriores arquitectos, como el veneciano Giacomo Leoni, durante el siglo siguiente,


adaptaron y modificaron el estilo para ajustarlo al paisaje y gusto inglés, conservándose
el gusto por la influencia italiana en los edificios. Lyme Hall en Cheshire es un ejemplo
soberbio de esta tendencia.

La influencia de la arquitectura renacentista italiana pervivió en especial en el ámbito


anglosajón, a consecuencia del Palladianismo, forma de interpretación peculiar de la
arquitectura de Palladio, que mantedría el clasicismo hasta la llegada de estilos más
modernos como el Neoclasicismo. Durante el siglo XIX, surge con el Historicismo, un
renacer neorrenacentista especialmente importante en el Reino Unido y Norteamérica.

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