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Trabajo Práctico N°1

- Posmodernidad y lógica del consumo


-Malestar en la cultura

Consignas : * Determinaciones de la época según los autores


* Contexto actual y sus transformaciones.
* Modalidades de parentalidad
* Adolescencia en el momento actual
* Elegir una publicidad que se analice a partir de estos

Comenzaremos con las determinaciones de la época respecto al debate entre modernidad y


posmodernidad.
La modernidad comienza con el renacimiento europeo que promovía el rescate de un saber de la
edad media, que liberándose de ataduras religiosas, postulaba una subjetividad creadora. La razón
se postula como nueva divinidad; el S.XVII se caracterizó por un gran desarrollo científico que
culmina en el S.XVIII, y hacia el S.XX logra una hegemonía que abarco todas las áreas culturales.
A fines de la década del 50 la modernidad comienza su crisis y da lugar a cambios en el campo de
lo económico, lo científico, lo artístico, lo filosófico y en la vida social y cotidiana. La década del 60
se caracteriza por la revolución sexual y su propio movimiento ideológico y cultural. En los 70 el
apogeo de las luchas sociales y la represión. La modernidad quedo distinguida como la época de la
razón, del culto por lo nuevo, del enfoque progresivo de la historia, etc. Pero también por la
incapacidad de poder dar cuenta de fuertes fenómenos irracionales generados en las sociedades
como secuela a la Segunda Guerra Mundial.
Todo este movimiento dio lugar al nacimiento de la posmodernidad, en la década de los 80,
caracterizada por la subjetivización ante la pérdida de la esperanza de plenitud racional. La verdad
comienza a relativizarse a partir del S. XIX mientras se rechazaba la concepción previa de una
historia unitaria y un modelo único de hombre y sociedad.
La posmodernidad es un momento propiciatorio que se caracteriza por la liberación, la diversidad y
la pluralidad de diferencias. Así quedaría definida una nueva era crecientemente centrada en la
informática, regida por los medios de comunicación de masas y basada en la lógica del consumo;
dando lugar a hablar de sociedades capitalistas, las cuales giran en torno a un gran organizador
“EL CONSUMO”. Así los medios de comunicación cobran un papel preponderante, imponiendo una
cultura basada en la imagen, modificando las formas de percepción de la realidad; constituyendo
así una suerte de imaginario social.
Una de las principales características de la modernidad es la lógica del consumo como regulador
social:
Entendido el consumo como una lógica reguladora social, vigente y eficaz más allá del acceso
concreto a los bienes en circulación. Ahora el tener se constituye en soporte del ser, que es
promocionado por nuevas formas de modelos identificatorios (vidrieras).
Esta lógica empleada desde comienzos de siglo, constituye uno de los modelos organizadores
centrales de las sociedades posmodernas, y en relación con la economía de mercado propia de la
actual fase capitalista, lleva a entender al consumo como la vía regia para el acceso a la
satisfacción.
La impronta del consumo es hoy esencial en la transmisión del código social, siendo incorporado
tan tempranamente que pasa a formar parte de la traba identificatoria inicial, por ej. El consumo
de la imagen. Este ofrecimiento anticipado y persistente se prolonga para ciertos niños de clases
acomodadas, con una formación bajo la cual la posibilidad de juego espontáneo se restringe. Este
consenso social promueve en los adultos la convicción de que la felicidad de sus hijos estará dada
directamente con el consumo de bienes que estos puedan proveerles: colegios de doble
escolaridad y propuestas sobreabundantes en materia de sobre - estimulación, que terminan
constituyendo una saturación consumista. Desde esta perspectiva la adicción como fenómeno
masivo muestra una elevada correlación con la promesa social de saciar lo imposible a partir de la
híper saturación.
De este modo el consumo sienta las bases para una cultura adictiva en donde todo parece posible
de obtener, deviniendo una compulsividad impostergable identificada por lo que es fuente de
confort y placer para aquellos que pueden satisfacer sus aspiraciones; la cultura propone
estrategias para amortiguar un malestar anclado en la posibilidad de satisfacción plena a la cual
sabemos que no se accede jamás.
El consumo en relación con la subjetividad: Desde el psicoanálisis sabemos que el sujeto humano
no es mero sujeto de necesidad, la condición deseante propia de la humanización implica el
intento permanente, y fallido a la vez, de saciar lo insaturable. Es por esto que el deseo se ubica
como causa y motor de toda búsqueda y creación, se halla ligado a la angustia, dado que esta
confronta con lo que falta.
El lactante no separa su yo del mundo exterior, aprende a hacerlo poco a poco sobre la base de
incitaciones diversas, que tienen que causarle la misma intensa impresión. Una posterior impulsión
a reconocer un afuera es la que proporciona las fuentes de múltiples e inevitables sensaciones de
dolor y displacer que el principio del placer ordena cancelar y evitar, mucho de lo que se querría
resignar por que dispensa placer no es empero yo, si no objeto. Con ello se da el primer paso para
instaurar el principio de realidad que sirve a modo de defensa de las sensaciones displacenteras
registradas y de las amenazadoras.
Este proceso se caracteriza por la desplazabilidad de la libido, la cual se aferra a los objetos. La
insistencia del deseo y su imposibilidad de realización plena también se expresan en lo social.
Como hemos visto Freud lo denomina en el malestar en la cultura. El consumo es una de las tantas
estrategias posibles para dar respuesta a ese deseo que calma por satisfacción y cree fugazmente
en ser colmado. Por un instante parece hacerse presente una satisfacción que sin embargo pronto
cederá paso a una nueva insistencia deseante. Lo que en sentido estricto se llama felicidad
corresponde a la satisfacción más bien reprimida de la necesidad retenida, y por su propia
naturaleza solo es posible como un fenómeno episódico. Si una situación anhelada por el principio
del placer perdura, en ningún caso se obtiene más que un sentimiento de ligero bienestar
No consumimos lo que necesitamos, si no aquello que es señuelo para un deseo que relanzará la
búsqueda a partir de cada satisfacción fallida. El sujeto más que desear responde a una demanda
social.
En el consumismo como adicción socialmente promovida y en el consumo como modalidad de la
satisfacción (aquello que obedece a una cierta lógica social), se encarna en los sujetos quienes
bajo el atractivo de deseo responden obedientes a la demanda social, como es característico de la
adolescencia en estos tiempos (ya que la misma es entendida como una construcción de la acción
social) ya que esta depende de cada época y construcción social en un momento determinado.

* La publicidad que elegimos para analizar estos textos es la de Speedy Dúo Plus. La cual trata
problemáticas de los adolescentes a partir de la amistad, la libertad, la autenticidad. La publicidad
muestra un padre “cuida” que crea una cuenta en la red social “Facebook” para tener más control
sobre su hija, persiguiéndola en todo momento sobre sus publicaciones, estados, fotos, etc.
Nos muestra la dificultad de este padre para reconocer a su hija como adolescente, complicando
más aún la salida de la misma hacia la exogamia. También debemos observar que por un lado la
hija confronta con su padre, pero por otro, ella también da lugar a que el siga actuando de
determinadas maneras.

Integrantes: Ramos, Amalia


Gaitán, Laura

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