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Desarrollar la Crítica de la Economía

Política y la Crítica Global de la Sociedad

Sistemáticamente

(sobre Maximilien Rubel y Los Grundrisse)

X~W

Dr. JORGE VERAZA URTUZUÁSTEGUI

México, D. F., 2008


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DESARROLLAR LA CRÍTICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA Y


LA CRÍTICA GLOBAL DE LA SOCIEDAD SISTEMÁTICAMENTE
(SOBRE MAXIMILIEN RUBEL Y LOS GRUNDRISSE)

1. El nudo motivacional y político de la posición de Rubel

Nuestras coincidencias con el “Plan y Método de la «Economía» (1973) 1 de Maximilien


Rubel son múltiples y fundamentales. Maximilien Rubel se construyó a sí mismo nada menos que
como lo que pedía el Prólogo a la primera edición de El Capital: un lector que piensa por cuenta
propia más allá de consideraciones partidarias, chismes, prejuicios o ideologías, sabio de las
contradicciones clasistas y partidistas, así como de la historia del desarrollo capitalista e
imperialista en la que la historia del movimiento obrero se ha jugado y sufrido dogmatismos y
derrotas, triunfos y reveses. Estudioso de la obra de Marx, sus juicios se apegan al sentido que éste
les confiriera; aún más, incluyen la voluntad de hacerlo. De ahí nuestra coincidencia de fondo y en
muchos detalles con Maximilien Rubel. Por ejemplo, en la crítica a fondo que lleva a cabo de la
interpretación de Roman Rosdolsky sobre la relación de El Capital con el plan en seis libros de
Crítica de la Economía Política originalmente (1857) propuesto por Marx, del que Roman
Rosdolsky descarta los primeros dos (el de la propiedad del suelo y el del trabajo asalariado). O la
crítica a fondo de Henrik Grossmann, quien descarta por completo aquel plan y mucho influyera en
Rosdolsky etcétera. También para nosotros –como para Maximilien Rubel– son vigentes los seis
libros de dicho plan de Crítica de la Economía Política. Y la tarea actual de esta consiste, en
general, en cumplirlo; dar cuenta del capitalismo contemporáneo de modo crítico y científico según
la intención de Marx y en acuerdo con el método y arquitectura expositiva que muestra El Capital
y es recuperable mediante la Introducción del 57 y los planes y cartas sobre El Capital.
En síntesis la crítica de Maximilien Rubel a Henrik Grossmann es brillante y lo mismo su
crítica a Roman Rosdolsky. Coincidimos con Maximilien Rubel y por nuestra parte hemos
intentado demostrar puntualmente –algo que Maximilien Rubel sólo hace en lo general contra
dichos autores– las equivocaciones de Henrik Grossmann y de Roman Rosdolsky respecto de los
seis libros de Crítica de la Economía Política. Y lo intentamos precisamente porque de ello

1
En Maximilien Rubel, Marx sin mito, Barcelona, 2003.

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depende la reconstrucción efectiva de la arquitectura y el contenido de dichos libros que son


nuestro verdadero interés.
Como se verá tenemos desacuerdos de importancia con Maximilien Rubel. Que según
creemos se deben no a su enfoque general –con el que coincidimos– sino a que por diversas
razones no se atiene a dicho enfoque en algunos aspectos. Despropósito cuyo núcleo
puntualizaremos de inmediato.
En la nota 68 de su brillante ensayo sobre el “Plan y Método” de la Crítica de la Economía
Política y ya en la “Conclusión” de éste, se revela el nudo del problema. Algo así como la
motivación política y psicológica de las posiciones teóricas de Maximilien Rubel. En efecto, la
nota comenta el pasaje de la página 80 en donde Rubel señala que “el método de abstracción exige
el recurso a esta ficción heurística: hacer intervenir el comercio exterior en el análisis del valor de
las mercancías reproducido anualmente no hace más que embrollar las ideas sin proporcionar
ningún elemento nuevo ya sea al problema ya sea a la solución. Conviene pues hacer abstracción
de él” 2 . Como efectivamente lo hizo así Marx al construir sus esquemas de reproducción de capital
en la sección III del tomo II de El Capital. Lo que le fuera criticado en 1912 por Rosa
Luxemburgo 3 ; a su vez revirada por diversos autores marxistas, señalándole que no había
entendido el método de Marx etcétera. En su nota, Maximilien Rubel no dice estar de acuerdo con
la crítica de Rosa Luxemburgo a Marx pero se molesta contra Henrik Grossmann, el crítico que fue
más a fondo en contra de ella; y a quien Maximilien Rubel critica atinadamente en el resto de su
ensayo por cancelar los cinco libros del plan de Marx en seis libros. Y bien, Maximilien Rubel ve
un vínculo esencial entre las dos posiciones de Henrik Grossmann: criticar a Rosa y revocar esos
cinco libros, aparentando no ir contra Marx sino atribuyéndole un “cambio de planes”
El vínculo es este: Henrik Grossmann cree que El Capital reúne todo lo que esos seis libros
deberían porque es un todo acabado y perfecto; la imperfección que Rosa Luxemburgo creyó ver
en la sección III del tomo II es, más bien, la de su comprensión de esta sección y del método de
Marx. Por ende si asumimos que 1)los seis libros siguen vigentes –como lo hace Maximilien
Rubel– deberemos asumir 2) que hay algo por completar del plan de la Crítica de la Economía
Política y que 3) por lo tanto El Capital es imperfecto e inacabado y, aún, 4) que Rosa

2
Maximilien Rubel, cit. p. 80. subrayados míos.
3
Rosa Luxemburgo, La Acumulación de Capital. Grijalbo, Barcelona, 1978.

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Luxemburgo tuvo razón contra Marx o pudo tenerla de algún modo, aunque no fuera en el que ella
precisó 4 .
Según dijimos, la implicación 4) no la explicita Maximilien Rubel pero la deja sugerida.
Veamos su nota:

“El Capital. Libro II «Économie» II. P. 804. Aquí Marx sigue a sus maestros Sismondi. Cf. Ibid. p.
1731. H. Grossmann que no podía ignorar este principio metodológico, no dudó, sin embargo, en
hablar del «sistema sin falla» de Marx, y de oponerse en este punto a Georg Lukács, defensor de la
tesis de Rosa Luxemburgo. Cf. Grossman, Die Anderung…, op. cit. p. 336. G. Lukács, Historia y
conciencia de clase, 1923. no impide que éste último, encandilado por la «categoría de totalidad»
erija a ésta en «principio de la revolución» cuyo abandono equivaldría al derrumbe de «todo el
sistema marxista» 5 .

Esta nota está compuesta de dos tesis principales; una contra Henrik Grossmann y a
favor de Rosa Luxemburgo y de George Lukács “defensor de la tesis” de ésta; además, al final
Maximilien Rubel critica a George Lukács por atenerse a la categoría de totalidad para regir la
ortodoxia marxista y aún revolucionaria proletaria. De suerte que las dos tesis completan una
sola posición libertaria anarquista que rechaza la totalidad (cerrada) y su correlato, el «sistema
sin falla» como perspectiva de Marx. De hecho el ensayo siguiente del libro de Rubel –
aparecido en 1973 casi en sincronía con el que nos ocupa– se titula “Marx, teórico del
anarquismo” refiriéndose a la Crítica del Estado enarbolada por Marx desde 1843 y sostenida
toda su vida.
Ahora bien, –según nosotros– coincidir con el carácter anarquista de dicha crítica
radical al Estado no implica –como Maximilien Rubel implica– necesariamente el rechazo ni
de la centralidad de la categoría de totalidad para Marx y, aún, para la perspectiva proletaria
revolucionaria, como decía Georg Lukács, ni el rechazo al carácter sistemático de la obra de
Marx en particular El Capital. Como tampoco implica rechazar la tesis de Henrik Grossmann
de que El Capital ofrece un «sistema sin falla»; y precisamente en los esquemas de
reproducción según el método de abstracción con el que están construidos.

4
Bolívar Echeverría ofrece en su Circulación capitalista y reproducción de la riqueza social (Editores Unidos Nariz
del Diablo-Facultad de Economía, UNAM, México, 1994) un sugerente intento de explicar y reconstruir los esquemas
de reproducción del capital de Karl Marx, retomando a Rosa Luxemburgo pero sin trastocar dichos esquemas por
ejemplo introduciendo el comercio exterior de alguna manera, en acuerdo con esta sugerencia de Maximilien Rubel.
5
Rubel, p. 90, n. 68.

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Sin embargo, las cosas para Maximilien Rubel no son así. Él implica todo ello en un
mismo bloque “sistemático”. De manera que por anarquismo –basado en Marx– se opone al
sistema y a la totalidad hegeliana (estatalista) y al cientificismo desde donde Henrik Grossmann
critica a Rosa Luxemburgo. Olvidando decir, Maximilien Rubel, que lo hace basado en la
categoría de totalidad luckacsiana desde la que Lukács defiende la perspectiva ortodoxa de
Rosa Luxemburgo pero no su desatino particular respecto de los esquemas de reproducción de
Marx. Desatino en el que Maximilien Rubel quiere reivindicar a aquella, sugiriendo que el
planteamiento de Marx ofrece como falla su propio método de abstracción –como Rosa
Luxemburgo señalara– que por otro lado es tan fructífero.
Así las cosas lo que tenemos es ni más ni menos que el luxembruguismo de Maximilien
Rubel lo ciega primero contra Henrik Grossmann porque este criticó radicalmente a Rosa
Luxemburgo desde El Capital. Detrás de todo ello tenemos que Maximilien Rubel coincide con
Rosa Luxemburgo porque cree que ésta coincide con Marx. Pues –según sugiere Maximien
Rubel– Rosa Luxemburgo ya avanza en la elaboración del libro V y VI –sobre el comercio
exterior y el mercado mundial respectivamente– cuando Henrik Grossmann más bien prohíbe
su elaboración y por prohibirla –y creer en lo de «sistema sin falla» no entendió a Rosa
Luxemburgo. Esta parece ser toda la historia motivacional y política de Maximilien Rubel al
respecto.

i. 2. El círculo de la fundamentación del discurso de Marx

Nuestra posición es como sigue. El carácter sistemático de una obra no la cierra y encadena
o dogmatiza, como cree Maximilien Rubel. Pues dicho carácter depende de su coherencia interna
correlato ésta de su veracidad, esto es, de su coincidencia con la realidad. Así que la obra
sistemática es aquella que mejor se abre a la realidad en tanto que están cerrados sobre sí mismos
por bien articulados sus conceptos. Es, más bien, la incoherencia solapada o encubierta de una obra
que no obstante pretende ser sistemática –o completamente coherente– lo que promueve su
cerramiento y dogmatización.
De tal manera, la Filosofía del Derecho y del Estado de Hegel pretende ser sistemática pero
Marx descubre su incoherencia, misma que critica 6 al sugerir que la idea es el demiurgo de la
realidad y, así, restar sustantividad a la praxis histórica de la humanidad, en particular a la

6
Crítica a la filosofía del derecho y del Estado de Hegel (1843). OME 5. Grijalbo, México, 1969.

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soberanía del pueblo y al carácter constituyente de la sociedad civil respecto del Estado 7 . Carácter
que Hegel asume de entrada para en el curso de las mediaciones que introduce pasar a revocarlo.
En efecto, Hegel ha hipostasiado el Estado postulándolo como sujeto por sobre la sociedad civil y
el pueblo, cuando que éstos son el auténtico sujeto, constituyente, fundamentante 8 . De tal manera,
el requisito de la coherencia específica del sistema se quiebra. Pues esta consiste en que el
fundamento de la realidad él mismo sea fundado y el del concepto que refigura esa realidad sea
también fundamento fundado 9 . Para que de ese modo, la coherencia de los distintos aspectos
pensados se redondee en la del fundamento fundado. De tal manera en el discurso sistemático –o
que logra la coherente circularidad del fundamento fundado 10 – el pensamiento se cierra sobre si
mismo pero no encarcelándose sino, al revés, liberándose porque así logra coherencia y por lo
tanto apertura comprensiva hacia la realidad. De otra forma su incoherencia interna le
imposibilitaría abrirse a la realidad, pues la contraposición de una idea con otra las engancha entre
si y nos remite de la una a la otra perpetuamente; mientras la realidad externa palidece ante la
intensidad del contraste imposible que se obsesiona en si mismo de modo sincopado.
Y bien, –volviendo a la Crítica de la filosofía del derecho y del Estado de Hegel– el Estado
no funda la realidad social sino el pueblo que no sólo funda al Estado sino que se funda a si mismo.
El demos es el verdadero fundamento fundado porque produce y reproduce la realidad y a si mismo
dentro de ella. La Crítica de la filosofía del derecho y del Estado de Hegel de principios y
mediados de 1843 por eso dio paso a fines de 1843 a un pronunciamiento explícito de Marx –en la
Introducción a dicha crítica– a favor del proletariado productor de toda la riqueza de la sociedad
burguesa pero víctima de toda la miseria y opresión social, así que único en posibilidad de devenir
sujeto revolucionario radical de la sociedad burguesa y de su Estado 11 . Porque obsérvese lo

7
K. Marx, Contribución a la crítica de la economía política. Prólogo de 1859.
8
Cfr. Galvano Della Volpe, Rousseau y Marx, Martínez Roca, Barcelona, 1977.
9
Maximilien Rubel jamás dice en que consiste el carácter sistemático de un discurso y porque sería reprensible o
criticable eso.
10
Jean Paul Sartre ha insistido brillantemente en este aspecto sistemático del pensamiento dialéctico en su
“Introducción” a la Crítica de la razón dialéctica. Losada, Buenos Aires, 1960.
11
¿Dónde reside, pues, la posibilidad positiva de la emancipación alemana? Respuesta: en la formación de una clase
con cadenas radicales, de una clase de la sociedad burguesa que no es una clase de sociedad burguesa; de un estado
que es la disolución de todos los estados; de una esfera que posee un carácter universal por sus sufrimientos
universales y que no reclama para sí ningún derecho especial, porque no se comete contra ella ningún desafuero
especial, sino el desafuero puro y simple; que no puede apelar ya a un título histórico, sino simplemente a título
humano; que no se halla en ninguna índole de contraposición unilaterial con las consecuencias, sino en una
contraposición omnilaterial con las premisas del Estado alemán; de una esfera, por último, que no puede emanciparse
sin emanciparse de todas las demás esferas de la sociedad y, al mismo tiempo, emanciparlas a todas ellas; que es, en
una palabra, la pérdida total del hombre y que, por tanto, sólo puede ganarse a si misma mediante la recuperación

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siguiente. Las clases dominantes –en especial la burguesa– requieren de la incoherencia encubierta
de coherencia para justificar su dominio y así perpetuar la opresión y la explotación social;
mientras que las clases dominadas requieren de cada vez mayor coherencia para criticar el dominio
y la justificación falaz y apologética del mismo; el proletariado, en particular, requiere en grado
sumo de coherencia sistemática para su liberación auténtica, porque la sociedad burguesa resume
todas las formas de opresión y enajenación históricamente habidas, cuya opresión radical sólo
puede ser subvertida con una revolución radical y por lo tanto no particular sino general o en la que
la libertad se afirme en plenitud. Y acorde con esta generalidad deberá ser la del pensamiento
revolucionario proletario.

1. 2.1 La coherencia revolucionario trascendente de la Crítica de la


Economía Política

El capital parte de la mercancía 12 y cuando la Crítica de la Economía Política arriba al


mercado mundial, la mercancía es punto de llegada. Lo que nos ofrece la imagen del carácter
sistemático del fundamento fundado. La mercancía sería dicho fundamento fundado pero de una
sociedad enajenada totalmente 13 . Es decir, la mercancía aparece como el fundamento fundado de
la sociedad burguesa sólo porque el capital industrial la produce y la requiere para reproducirse y
expandirse 14 , mientras encubre con la forma mercancía –regida por la ley de intercambio
equivalente la ley capitalista de intercambio inequivalente 15 que funda la posibilidad de la
explotación de plusvalor a la clase obrera; verdadero sujeto productor de la sociedad de sí y del
capital. Mismo que es la relación de producción dominante de la sociedad burguesa 16 y
pseudosujeto de la misma. El auténtico fundamento fundado sistemático de la sociedad burguesa,
el proletariado, queda ocultado y sometido por el capital industrial que pasa a afianzar y perpetuar
su dominio, ocultándolo bajo la apariencia de intercambio equivalente de dinero por fuerza de

total del hombre. Esta disolución de la sociedad como una clase especial es el proletariado. K. Marx, “En Torno a la
Crítica de la Filosofía del Derecho”. Introducción. En La sagrada familia. Ed. Cit.
12
El Capital/t.1, capítulo 1 “La Mercancía”
13
Karl Marx, Formen (1857) (página final)
14
El Capital/T. III; sección III.
15
Ibid/t. 1; secc. VII, capítulo XXII
16
Karl Marx, Introducción general a la crítica de la economía política de 1857, Colección Pasado y Presente no. 1,
SXXI, México, 1974. “5. El método de la economía política”

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trabajo acorde con la forma mercancía 17 . La cual por ello, aparece finalmente como fundamento
fundado 18 . Karl Marx desmonta críticamente las incoherencias del pseudosistema “sin fallas” que
aparenta ser la sociedad burguesa y la acumulación de capital, precisamente porque restablece la
auténtica coherencia sistemática del ser social y del proletariado. La totalidad social se ve
contravenida, intervenida por la falsa totalidad del capital industrial; producto de ésta dialéctica es
la existencia de la sociedad burguesa así que sólo la perspectiva de la totalidad19 en proceso de
reproducción abierta permite trascender el cerramiento histórico que opera la falsa totalidad
industrial capitalista sugiriendo el carácter natural y eterno 20 por perfecto del capitalismo.

2. 2.2 Una obra sistemáticamente lograda

Ahora bien, El Capital debe ser completado con los cinco libros restantes planeados por
Marx; así que es incompleto en ese sentido. Pero ya que retrata críticamente al pseudosujeto capital
industrial, eso sólo es posible porque la perspectiva libertaria y coherente de la totalidad social
descubre las incoherencias del dominio del capital industrial paso a paso o sistemáticamente.
Ahora bien, si todavía en 1863 Marx piensa que ofrece una Zur Kritik o Contribución a la
Crítica de la Economía Política, entre 1866 y 1867 sabe que ha dado cima a su labor crítica
esencial; así que ofrece una Crítica de la Economía Política en forma a la que titula El Capital o
figura puesta en pie de la pseudo totalidad burguesa críticamente revelada, desnudada o
deconstruida y reconstruida teóricamente. En otras palabras, Marx piensa que su obra es
sistemática en los aspectos esenciales desde la Contribución a la Crítica de la Economía Política
(1859-1863) y aún en todos los goznes o relaciones sociales particulares a exponer (El Capital,
1867). Y porque piensa eso titula su libro El Capital. Crítica de la Economía Política. Y ello no
obstante que deja inconclusa la redacción no sólo de su plan en seis libros sino incluso de El
Capital en sus cuatro tomos, pues no debemos olvidar como parte del libro del capital el de la
Teoría crítica de la plusvalía.

17
El Capital/t. 1, capítulo 4 “La Transformación del Dinero en Capital”
18
El argumento de los seis libros de la Crítica de la Economía Política describe el recorrido de la fórmula del capital
mercancía M´ (mp y ft)…P…M´´-D´´-M´´ con su inicio en una mercancía que contiene plusvalor y su llegada a una
mercancía que contiene una cantidad adicional de plusvalor. Fórmula que refleja la reproducción de capital (tomo II,
secc. I, capítulo3) y, aún, su desarrollo expansivo.
19
Georg Lukács “¿Qué es marxismo ortodoxo?” (1919) en Historia y Conciencia de Clase, Grijalbo, México, 1968.
20
Introducción general a la crítica… “1.

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ii. 3. ¿Método de ficción o de abstracción racional y práctica?

Tan enfrentado Maximilien Rubel con Henrik Grossmann queda preso no obstante en el
metodologismo de este, al creer que el método de abstracción consiste meramente en una “ficción
heurística”. Esto es, que consiste en suponer algo que no es, que es falso, en vista de obtener una
verdad. Como si se tratara de la inversión de capital; que se intercambia por fuerza de trabajo en
una operación falsamente equivalente para así lograr explotarle al obrero plusvalor; con lo cual el
capital afirma su verdad. No, el método de Marx no es alienado ni alienante.
La abstracción que lleva a cabo es, de un lado, racional, no ficticia, como malformula
Maximilien Rubel; y de otro lado, es práctica o real (lo que Maximilien Rubel olvida). Es decir,
que es racional no inmiscuir el comercio exterior para determinar el valor de la mercancía en
general porque este depende del tiempo de trabajo socialmente necesario, depende de la
producción de valor y no de su circulación 21 .
O también, es pertinente abordar la reproducción de capital primero sin explicitar la
circulación de capital (tomo II sección III). Tal y como lo hace la sección VII del tomo I, pues si se
ha cumplido la reproducción de capital como vemos cotidianamente que ocurre es debido a que la
circulación de capital ocurrió sin descalabro así que no hay que explicarla de entrada por no ser
problemática, la damos por buena y ocurrida22 . Y si excluimos de la exposición de los esquemas de
reproducción del capital (de la sección III del tomo II) el comercio exterior es debido
análogamente a que lo damos por bueno y ocurrido así que no es problemático ni por lo tanto
objeto de explicación o exposición, ya que la circulación de capital vemos que se opera
cotidianamente y se trata de que no obstante ser contradictoria observamos cómo ocurre. La
exposición del comercio exterior como objeto problemático deberá exponerse hasta el libro V. Pero
sólo podremos hacerlo si nos basamos en los esquemas de reproducción de capital de Karl Marx
que lo excluyeron prima facie en la sección III del tomo II. Tendríamos, entonces, unos esquemas
de reproducción del capital con comercio exterior incluido 23 pero donde este no altera la relación
entre los sectores de la economía mediada por la clase obrera sino que se integra en dicha relación
y es contenido particular de dicha mediación; el bajo o el alto costo de las mercancías extranjeras

21
El Capital, capítulo 1 §1. La mercancía y “2. El proceso de intercambio”
22
Ibid, sección VII. El Proceso de Acumulación de Capital/Introducción.
23
María de la Concepción Tabares “Acumulaçao de capital e industrializaçao no Brasíl, tesis de libre docencia.
Facultad de Economía y Administración. UFRT” Citado por Héctor Guillén Romo “Utilidad de los esquemas de la
reproducción para analizar la dinámica de la acumulación” en Revista Críticas de la Economía Política Edición
Latinoamericana no. 11. ed. El Caballito, México, 1979.

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de lujo o de primera necesidad y para la producción altera cuantitativamente los términos y


proporciones de cada factor en reproducción –capital constante, capital variable y plusvalor– pero
no la cualidad total de los mismo a favor del capital industrial y por la explotación de la clase
obrera y por su sometimiento reproductivo para servir a la reproducción de capital. Alteraciones
cuantitativas que son fácilmente computables si se incluyen fielmente los datos del intercambio;
mientras que la cualidad total clasista de la reproducción de capital no es comprensible fácilmente
ateniéndonos a dichos términos cuantitativos porque esa cualidad no depende del comercio exterior
sino de la explotación de plusvalor a la clase obrera 24 y de la enajenación total de la riqueza
(c+v+pv) 25 operada por el capital 26 a través de incluir a la clase obrera en el proceso total de
circulación de capital 27 . Por lo cual si queremos tener una concepción adecuada de la reproducción
de capital inclusiva del comercio exterior, sólo lo lograremos si revelamos la explotación de
plusvalor a la clase obrera 28 , la enajenación total de la riqueza a la misma 29 y la inclusión de la
circulación mercantil de la clase obrera en la circulación de capital 30 tanto en forma 31 como en
contenido 32 .

1. 3.1 Acumulación de capital y represión de las fuerzas productivas


sociales: composición orgánica constante

Pero todo esto no es lo decisivo. La audacia de Marx no sólo excluye racionalmente al


comercio exterior de la consideración de los esquemas de reproducción de capital sino que excluye
de ellos la alteración de la composición orgánica de capital. Esto es, el desarrollo tecnológico
mediante el cual se opera la explotación de plusvalor, en particular de plusvalor relativo. Cosa en la
que no repara Maximilien Rubel.
Seguramente la inclusión del comercio exterior en los esquemas de reproducción del libro
V de la Crítica de la Economía Política deberá incluir la alteración de la composición orgánica

24
Tomo I/sección III. Producción del Plusvalor Absoluto/Capítulo 5. Proceso de Trabajo y Proceso de Valorización”
25
Tomo I/sección VII. El Proceso de Acumulación de Capital/Capítulo 22. Transformación del Plusvalor en Capital.
26
El Proceso de Acumulación de Capital (Sección VII/T. 1)
27
Tomo 2. El Proceso de Circulación del Capital/ Sección II. La Rotación del Capital.
28
Secc. III. La Reproducción del Capital Social Global, IV. V. /T. 2
29
El Proceso de Acumulación de Capital (Sección VII/T.1)
30
T. 1/secc I. Mercancía y Dinero y II. La Transformación del Dinero en Capital
31
T. 2/sección I. Las Metamorfosis del Capital y el Ciclo de las Mismas.
32
T. 2/La Rotación del Capital

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porque la modificación cuantitativa del precio de materias primas o de maquinaria provenientes del
extranjero altera la composición orgánica de las empresas nacionales, que compran dichos
productos. Y bien, si resulta racional abstraernos del comercio exterior cuando se trata de revelar
críticamente la explotación de plusvalor 33 , la enajenación de la riqueza 34 y la mediación forzada
de la clase obrera en la circulación del capital social 35 , no parece que sea racional excluir las
alteraciones de composición orgánica de esta consideración crítico científica porque de ellas
depende la explotación de plusvalor relativo; así que la propia consideración de la producción de
capital quedaría incompleta en dichos esquemas de reproducción.
Pero es que, según decimos, la abstracción de Marx es racional y práctica o real. Es racional
porque responde a cómo realmente se producen los acontecimientos o fenómenos, no es una
“ficción heurística” Y bien, Karl Marx ha excluido la consideración de la composición orgánica de
sus esquemas de reproducción en acuerdo a dicho método de abstracción. Maximilien Rubel no se
lo reprocha en acuerdo a dicho método sino que señala que el método en cuanto tal tiene “fallas” y
se molestó porque Henrik Grossmann dijo que constituye un “sistema sin fallas”. Maximilien
Rubel dice que recurre a ficciones.
Pero eso es debido a que Maximilien Rubel quiere apoyar a Rosa Luxemburgo más allá de
lo racional; así que ve el carácter racional del método de Marx pero no lo completa con su carácter
real. Por eso habla de ficciones. Tal y como Henrik Grossmann habla del método de Marx por
sobre la realidad. Ambos autores sólo ven el sentido científico y metodológico del caso pero no
observan el sentido crítico (y por supuesto también científico) de la disposición analítica de Marx
de no incluir las alteraciones de la composición orgánica de capital en los esquemas sino de
mantenerla constante así que no considerarla como algo problemático y por lo tanto a ser expuesto
o tratado allí.
En efecto, si los esquemas de reproducción de capital refiguran la realidad del capital social
racionalmente manteniendo inalterada la composición orgánica de capital cuando que en la
realidad es visible la alteración de esta en el desarrollo capitalista, eso se debe no a una “ficción
heurística” que logre invertir una falsedad convirtiéndola en una verdad, sino a que la reproducción

33
K. Marx, El capital, t1/ secc. I -VI. (“I. Mercancía y Dinero, II.La transformación del dinero en capital, III.
Producción del plusvalor absoluto, IV. La producción de plusvalor del plusvalor relativo, V. La producción del
plusvalor absoluto y del relativo, VI. El salario”
34
Ibid. secc. “VII. El proceso de acumulación de capital”
35
Ibid. t II/secc. “III. La reproducción y circulación del capital social global”

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de capital ocurre realmente sobre la base de reprimir el desarrollo de las fuerzas productivas y, por
lo tanto, manteniendo prácticamente inalterada la composición orgánica de capital.
Pues según decimos, la abstracción racional de Marx reproduce la abstracción práctica del
capital social sobre toda la realidad, la represión de todos los contenidos vivos y productivos si es
que el capital habrá de reproducirse. Y de esta reproducción se trata precisamente en estos
esquemas. Una reproducción esquemática o represiva del capital social por sobre y a costa de la
sociedad. Cuando en la realidad cotidiana notamos que la composición orgánica de capital se ve
alterada en el curso del desarrollo capitalista se debe a que ello ocurre primero sobre la base de una
previa represión de la composición orgánica; más allá de la cual o sobre la base de la cual se logra
adicionalmente un crecimiento de la composición orgánica de capital.
O por otro lado, también puede deberse a que vemos que se altera la composición orgánica
pero esto puede ser mera apariencia, toda vez que las fuerzas productivas que dicha composición
orgánica refleja están torcidas en contra de las necesidades sociales y sean nocivas para estas. Lo
cual redundaría en que en la ecuación de conjunto de todos los factores de la reproducción social el
desarrollo de fuerzas productivas y de composición orgánica correspondiente resultara en ser
neutralizado o aún negativo ya que el capital desarrolló fuerzas destructivas más bien que
productivas aunque ocultándolas en el cuerpo de la misma tecnología. Y bien, Marx concluye en
igualar dicho desarrollo a 0 (X=0) porque dicha igualación es la que ya permitirá la reproducción
del capital aunque a veces éste la transgreda hacia números o valores de uso negativos.
Lo dicho implica que si queremos determinar fenómenos concretos en curso deberemos
considerar –más allá de su apariencia– su auténtica realidad, pues el capital es una potencia
realmente abstractiva o enajenante que produce falsas realidades con aspecto de auténticas.
Evidentemente si se trata de considerara a la composición orgánica como algo problemático tal y
como aquí lo hemos hecho, dicha exposición no corresponde a la de la sección III del tomo II sino
incluso más allá de la sección III del tomo III, en la que Marx sí considera la alteración de la
composición orgánica de capital toda vez que el desarrollo histórico –y no la mera reproducción–
está puesto en juego en la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia o ley del desarrollo
y el progreso capitalista 36 .
Vista la correlación de contenido material entre comercio exterior y composición orgánica
de capital, tendríamos que una consideración del desarrollo capitalista observada en términos

36
“III. Ley de la baja tendencial de la tasa de ganancia”

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cualitativos e integrales como para observar la problematicidad global de la composición orgánica


de capital en el curso de la reproducción y desarrollo de éste, sí, que una consideración apropiada
de la composición orgánica como para que captáramos explícitamente cómo por ser problemática
es reprimida o detenida como si no se alterara o cómo aunque se altere ello ocurre en contradicción
con el carácter cada vez más decadente de las fuerzas productivas, esto es, con su retroceso, sí,
dicha contradicción entre fuerzas productivas y composición orgánica etcétera –correlato de la
contradicción entre proceso de trabajo y proceso de valorización– en la que se llevaría al extremo
la problematicidad de la composición orgánica para la reproducción del capital porque lo es para la
reproducción de la sociedad, algo así insisto, tan radicalmente paradójico y problemático para el
capital y para la historia de la humanidad, sólo lo podría exponer o tratar analíticamente el libro VI
dedicado al mercado mundial.
Por su parte, la sección III del tomo II prepara este tratamiento crítico científico, primero
al no incluir la composición orgánica en su exposición como algo problemático y, segundo,
concordando con la exposición del libro VI en cuanto al desarrollo capitalista con la exposición
correspondiente con la reproducción de capital observada según una represión práctica de la
composición orgánica. Represión que sólo se hará patente y se explicara en la exposición del
desarrollo (y decadencia) totales del modo de producción capitalista o como mercado mundial en el
libro VI de la crítica de la economía política.

iii. 4. Sobre el proyecto de Marx y su carácter sistemático

Cito a Maximilien Rubel casi para concluir su ensayo:

“Marx no tuvo ninguna ambición de construir un sistema de pensamiento, ya fuera científico o


filosófico. Su objetivo era, al ejemplo de Smith y de Ricardo, fundar la «fisiología de la sociedad
burguesa», pero desde el punto de vista de la crítica del sistema capitalista de trabajo y del modo de
existencia burgués y si no pudo aportar la prueba científica integral de la necesidad histórica del
hombre por fin humano y de la sociedad por fin social, consiguió al menos llevar a cabo la
demostración, subrayada cada día por la historia vivida, de la necesidad ética de una liberación que
todas la utopías habían soñado antes que él” 37 .

Contra la opinión de Maximilien Rubel debemos decir que fundar la fisiología de la


sociedad burguesa desde un punto de vista crítico constituiría lo que podemos llamar la crítica

37
Rubel, Op. cit. p. 82.

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global de la sociedad con base –o fundada– en la Crítica de la Economía Política; y debido al


propio carácter reproductivo de dicha fisiología, dicho proyecto –de estar bien fundado– no podría
sino presentar la fisonomía circular de un discurso sistemático o de fundamento fundado. Más aún,
sería el primer discurso auténticamente sistemático precisamente por adecuadamente fundado.
Maximilien Rubel añade con exactitud que hacia 1844 Marx, Engels y Moses Hess tuvieron
la iniciativa de preparar una Historia del Socialismo y del comunismo a partir del siglo XVIII38
resaltantemente de Fourier, Owen los Saintsimonianos y Morely. Éste, que podemos llamar El
Libro Sobre el Socialismo forma parte de la mencionada crítica global de la sociedad, Maximilien
Rubel cita el respectivo esquema de Marx (p. 83) del que comenta que no es una simple lista de
nombres sino un inventario cuyo orden corresponde a una exigencia cronológica y lógica precisas
[…] destinado a guiar a Marx en la búsqueda de la vía revolucionaria que debía llevar de la utopía
al cumplimiento histórico” 39 .Y añade para redondear la semblanza que lo ha ocupado en todo su
ensayo sobre la crítica de la economía política en seis libros: “Así, el plan metodológico riguroso
de la «Economía» entendida como crítica científica del capital y del Estado se enriquece con un
proyecto no menos metódico: extraer el «núcleo racional» de la utopía” 40 socialista.
Cabe precisar que dicho proyecto de Marx se inscribe –como dijimos– en la Crítica Global
de la Sociedad no en la crítica de la economía política o en la «Economía» proyectada por Marx y,
por supuesto, la complementa. La relación capital trabajo (K-T) es la ocupación de la crítica de la
economía política; relación que vista más extensamente de suyo reconcentra una doble
contradicción (K→←K)→←T. Por su parte, la relación K→←Estado reconcentra la triple
contradicción (K→←K) →←T) →←Estado por lo que si de una parte redondea a la crítica de la
economía política (por ejemplo en el libro IV El Estado y en el VI sobre el Mercado Mundial)
constituye más bien la Crítica de la Política 41 en la que se nos entrega la síntesis positiva de la
sociedad burguesa analizada críticamente. Mientras que la síntesis negativa de la misma nos la

38
P. 82.
39
p. 83
40
P. 83.
41
Dentro de la que en 1843 “introducción” a la Crítica a la filosofía del derecho y el estado de Hegel Marx incluía a
la crítica de la economía política: “Sin embargo, tan pronto como la misma moderna realidad político social se ve
sometidda a la crítica, es decir, tan pronto como la crítica se eleva al plano de los problemas verdaderamente humanos,
es que se encuentra fuera del status quo alemán, pues de otro modo abordaría su objeto por debajo de su objeto. Un
ejemplo. La relación entre la industrial, el mundo de la riqueza en general y el mundo político es un problema
fundamental de la época modenra. ¿Bajo qué forma comienza este problema a ocupar a los alemanes? Bajo la forma de
los aranceles protectores, del sistema prohibitivo, de la economía nacional” todavía no tematizada por Marx. “En
torno a la Crítica de la Filosofía del Derecho”. Introducción en La Sagrada Familia. Ed. Cit. p. 7.

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entregaría el análisis crítico de la relación sociedad burguesa→←movimiento socialista y


comunista. Relación que reconcentra las contradicciones antedichas: ((K→←K) →←T
→←Estado) →← movimiento socialista y comunista. Ciertamente, la perspectiva dialéctica logra
entrever en la realidad –como señala Ernst Bloch 42 – un aspecto “dialéctico sintético” (en nuestro
caso Síntesis Positiva de la Sociedad Burguesa) y uno “dialéctico anticipador” (en nuestro caso
Síntesis Negativa de la Sociedad Burguesa). Con ésta última «síntesis anticipadora» tendríamos la
crítica global de la sociedad en un nivel formal inclusiva de dimensiones políticas, económicas y
sociales pero faltarían dimensiones sexual procreativas y culturales para redondear una crítica
global de la sociedad real. Efectivamente Marx mantuvo durante toda su vida la vigencia de un
proyecto tal, como lo demuestran sus últimas notas de lectura sobre etnología 43 de las que Engels
se ocupó en primer lugar –antes que de revisar y preparar para su edición los manuscritos de los
tomos II y III de El Capital– sí, se ocupó en primer lugar de estos materiales y ya en 1885 a dos
años de la muerte de Marx, pudo publicar con base en ellas el Origen de la Familia, la Propiedad
Privada y el Estado y señalar en su última página que con este libro abordaba lo que Fourier
denominara la crítica de la civilización 44 en la que se inscribe la crítica general de la sociedad
burguesa.

42
“Proceso y génesis” en Las nociones de génesis y estructura. Nueva Visión, 1968.
43
K. Marx, Notas etnológicas. Editadas por Lawrence Krader, SXXI, México, año
44
“El estadio de la producción de mercancías, con el que comienza la civilización, se distinguc desde el punto de vista
económico por la introducción: 1) de la moneda metálica, y con ella del capital en dinero, del interés y de la usura; 2)
de los mercaderes, como clase intermediaria entre los productores; 3) de la propiedad privada de la tierra y de la
hipoteca, y 4) del trabajo de los esclavos como forma dominante de la producción. La forma de familia que
corresponde a la civilización y vence definitivamente con ella es la monogamia, la supremacía del hombre sobre la
mujer, y la familia individual como unidad económica de la sociedad. La fuerza cohesiva de la sociedad civilizada la
constituye el Estado, que, en todos los períodos típicos, es exclusivamente el Estado de la clase dominante y, en todos
los casos, una máquina esencialmente destinada a reprimir a la clase oprimida y explotada. También es característico
de la civilización, por una parte, fijar la oposición entre la ciudad y el campo como base de toda la división del trabajo
social; y, por otra parte, introducir los testamentos, por medio de los cuales el propietario puede disponer de sus bienes
aun después de su muerte. Esta institución, que es un golpe directo a la antigua constitución de la gens, era
desconocida en Atenas aun en los tiempos de Solón; se introdujo muy pronto en Roma, pero ignoramos en qué época
[54]. En Alemania la implantaron los clérigos para que los cándidos alemanes pudiesen instituir con toda libertad
legados a favor de la Iglesia.
Con este régimen como base, la civilización ha realizado cosas de las que distaba muchísimo de ser capaz la antigua
sociedad gentilicia. Pero las ha llevado a cabo poniendo en movimiento los impulsos y pasiones más viles de los
hombres y a costa de sus mejores disposiciones. La codicia vulgar ha sido la fuerza motriz de la civilización desde sus
primeros días hasta hoy, su único objetivo determinante es la riqueza, otra vez la riqueza y siempre la riqueza, pero no
la de la sociedad, sino la de tal o cual miserable individuo. Si a pesar de eso han correspondido a la civilización el
desarrollo creciente de la ciencia y reiterados períodos del más opulento esplendor del arte, sólo ha acontecido así
porque sin ello hubieran sido imposibles, en toda su plenitud, las actuales realizaciones en la acumulación de riquezas.
Siendo la base de la civilización la explotación de una clase por otra, su desarrollo se opera en una constante
contradicción” F. Engels, El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Ediciones en Lenguas Extranjeras,
Moscú, pp. 203-204.

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Esquema
p. 194.

iv.

v. 5. Sobre el método dialéctico de exposición de Marx

Para tratar este tema vale la pena comentar los primeros párrafos de la “Conclusión” del
ensayo de Maximilien Rubel.
“Abandonado durante la exposición de la rúbrica del capital, el proceder en tríadas, explotado
sistemáticamente en los Grundirsse, fue conservado por Marx para construir el plan de conjunto de
la «Economía» en seis rúbricas o Libros, plan que correspondía a las normas del método de
elaboración escogido por el autor; Marx no podía modificarlo sin alterar al mismo tiempo el carácter
dialéctico del modo de análisis que había adoptado en vistas de «desvelar la ley económica del
desarrollo de la sociedad moderna»” 45

Nosotros somos de la opinión de que en realidad, los tres tomos de El Capital deben
incluirse en esta perspectiva. Pero prosigamos con Maximilien Rubel

“En sus líneas esenciales, este plan es anterior al retorno inesperado a la Lógica de Hegel; ahora bien, en
disputa con la dialéctica del maestro durante tanto tiempo olvidado, el discípulo, para liberarse, tuvo que
sustituir las tríadas conceptuales de la lógica por las «rúbricas» de la «Economía» ordenadas en tres
«categorías» en un doble esquema centrado sobre el capital y el Estado.” 46

Cabe hacer una precisión, pues la formulación de Maximilien Rubel apunta a algo que
quizá no quiera él decir. Apunta a algo así como que la economía política no coincide con la
dialéctica. En realidad, si nos fijamos no en Hegel sino en la dialéctica de la praxis y de la
producción –que es a la que Marx se atiene para llevar a cabo su crítica de la economía política–, el
plan y la arquitectura de El Capital etcétera, se comprenden perfectamente. Pues dicha dialéctica
sigue los momentos de premisa-proceso-resultado, así como las perspectivas formal y real en el
desarrollo o realización de un fenómeno o una relación social etcétera.
De tal manera, la arquitectura del tomo I de El Capital corresponde un a plan con esas
características según el método de la dialéctica de la producción:

Resultado como
Premisa Proceso Resultado
premisa o totalidad
Sección I. Mercancía y Sección III. La Producción del Sección V. La Producción Sección VII. El Proceso
Dinero Plusvalor Absoluto del Plusvalor Absoluto y de Acumulación del

45
Rubel, p. 74.
46
Rubel, p. 74.

16
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del Relativo Capital


Sección II. La Sección IV. La Producción del
Transformación del Plusvalor Relativo Sección VI. El Salario
Dinero en Capital
Sección V. La Producción del
Plusvalor Absoluto y del
Relativo

O subsunción y subsunción
real del proceso de trabajo
inmediato bajo el capital

Cabe anotar que en ciertos capítulos o secciones, Marx condensará –en acuerdo a la índole
del material a exponer correspondiente con el proceso real de vida de la sociedad burguesa–
condensa proceso, premisa y resultados; como es el caso de la sección VII del tomo I. Otras veces
extiende estas dimensiones o condensa sólo dos, según necesidades expositivas y críticas.
Prosigamos con Maximilien Rubel:

“Para Marx la dialéctica no era lo que Hegel llamaba «el principio motor del concepto», de la
misma forma que el método no era «el alma y el concepto del contenido»; y si para él la
«negatividad» era realmente lo que Hegel llamaba «la fuente interna de cualquier actividad, de
cualquier movimiento espontáneo espiritual y viviente, el alma dialéctica» etcétera, le daba a esa
idea un contenido distinto, el de antagonismos y conflictos de masas comprometidas en la lucha de
liberación cuyo terreno, la historia, debía ser comprendido como memoria de generaciones y como
autoactividad creadora del futuro.” 47

De manera que la dialéctica de la crítica de la economía política se nos muestra –además de


cómo dialéctica de la producción– como específicamente clasista e histórico práctica.

“El uso que Marx hizo de la dialéctica hegeliana equivale pues a una verdadera transmutación, a una
sublimación del contenido conceptual de casi todas las «categorías» lógicas del maestro ¿No había
afirmado Hegel que «todas las cosas son en sí contradictorias»? proposición «distinta a las otras que
expresan la verdad y la esencia de las cosas», de las «instituciones.»” 48

47
Ibid.
48
Rubel, p. 74-75

17
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A pie cito la nota con la que Maximilien Rubel redondea este pasaje en el que aprovecha
para criticar atinadamente la perspectiva de Lenin sobre la relación de Marx con Hegel 49 .
En el pasaje siguiente Maximilien Rubel redondea certeramente su crítica a quienes –como
Henrik Grossmann o Roman Rosdolsky– creen que el plan en seis libros fue suprimido por Marx y
que por ejemplo; el libro del trabajo asalariado ya quedó inconcluso en El Capital.

“Marx aplicó pues este principio de la negatividad objetiva a la relación entre el capital y el trabajo,
entre la clase burguesa y la clase obrera. La primera tríada del plan de la «Economía» [Libro I de El
Capital, libro II. La Propiedad de la Tierra, Libro III. El trabajo asalariado] se presta perfectamente a
este uso racional de la «negatividad»”, y basta comparar la manera como Marx ha procedido desde
el primer momento en los Grundrisse para medir el alcance de esta transmutación conceptual.
Introducir la rúbrica del trabajo asalariado en la del capital hubiera representado abandonar la
premisa metodológica de la negatividad «vuelta a poner sobre los pies», dicho de otra forma,
renunciar al fundamento «materialista» del método dialéctico.” 50

En efecto, en el discurso materialista de Marx cada término es autónomo y positivo, y una


inclusión del rubro del trabajo asalariado en el del capital correspondería más a una dialéctica
idealista como la hegeliana que a la de Marx cuyo comportamiento en la exposición de la crítica de
la economía política Maximilien Rubel redondea así:

“La relación método y plan se dibuja connitidez al implicar el imperativo de un orden de prioridad
determinado por el nivel de abstracción –en el preciso sentido de un máximo de concreción y de
complejidad– de las categorías económicas de una parte, y por el grado de evolución histórica de las
tres clases sociales de otra.” 51

49
Lógica, Libro II, secc. I, capítulo 2, nota 3. Esta nota que se refiere al principio de contradicción y de cualquier
movimiento espontáneo, provocó en Lenin una entusiasta admiración. «¿Quién creería se pregunta, que aquí está el
núcleo hegeliano abstracto, pesado y absurdo?» Hacía falta descubrir, extraer, purificar este núcleo, y esto es
precisamente lo que Marx y Engels han hecho. La idea del movimiento y de la transformación universal (Lógica,
1813) ha sido adivinada antes de su aplicación a la vida y a la sociedad. En relación a la sociedad, fue proclamada
antes (1847) de ser demostrada en su aplicación al hombre (1859)». Cuadernos filosóficos, sept-dic. 1914; cfr. Lenin,
Werke, vol. 38, Berlin, 1964, p. 131. Lenin piensa evidentemente en el Manifiesto comunista y en El origen de las
especies (Darwin). Al acecho de las huellas «materialistas» en la dialéctica de Hegel, Lenin no mostró ningún interés
por el problema que aquí nos ocupa, ignoraría incluso la existencia. Pero ¿qué decir de sus discípulos que escribiendo
extensamente sobre tales aspectos de la dialéctica no nombran siquiera el plan de la «Economía»? Ver, por ejemplo.
M. Rosental, Los problemas de la dialéctica en El Capital de Marx, Moscú, 1959. E. Ilienkov, La dialéctica de lo
abstracto y lo concreto en El Capital de Marx, Moscú, 1960.” (Rubel, p. 90) En esta crítica de Maximilien Rubel a
Lenin y discípulos podría incluirse a Raya Dunayevskaya (y sus seguidores) creativamente inspirada en los Cuadernos
Filosóficos de Lenin, no obstante más preocupada por aportar algo acerca de la redacción de El Capital. Cfr. su
Marxismo y libertad (ed. Cit) que ya comentamos en el apartado 1 de este libro.
50
Rubel, p. 75
51
Ibid.

18
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En efecto, este «orden de prioridad» de unos temas respecto de otros ocurre según un
criterio materialistade condicionamientos sucesivos de la realidad; primero se expone lo
condicionante luego lo condicionado. Criterio praxeológico 52 o en acuerdo al proceso de trabajo
pues la realidad social es producida materialmente por los seres humanos, así que generan
condicionamientos sucesivos según los cuales la realidad puede ser explicada y criticada por que
son también los momentos según los cuales la sociedad se autoreproduce.

vi. 6. Lo que ata la mirada de Maximilien Rubel

Cabe ahora redondear en que consiste el límite general de la perspectiva de Maximilien


Rubel sobre el plan en seis libros propuesto en los Grundrisse de 1857. Limite que se revela
cuando comenta el plan propuesto por la Introducción de 1857 (inciso V del ensayo de Rubel)
precisándola atinadamente como «epistemología dialéctica» que Marx se propone, un día, exponer
la teoría tomando como punto de partida el «núcleo racional» del método «mistificado» por
Hegel 53
Citemos la siguiente precisa cuan correcta observación de Rubel

“Ninguno de los esquemas elaborados por marx para la «sección» –o «rúbrica» o «Libro»–
consagrada al capital lleva traza alguna de la intención de cambiar el plan del conjunto de la
«Economía» tal como lo dejó establecido desde 1857” 54

A lo que añade más abajo:

“Lejos de considerar la más mínima modificación del plan inicial, organiza, por ejemplo, los
materiales del Libro I –o lo que éste será– en función del esquema base: Proceso de producción del
capital: 1)Transformación de la moneda en capital; 2) La Plusvalía absoluta; 3) La plusvalía relativa;
4) la Acumulación primitiva; 5) Trabajo asalariado y capital. Cada una de estas cinco partes se
divide a su vez en capítulos cuyos temas se corresponden a los del futuro Libro I. Éste recibirá su
estructura definitiva más de cuatro años antes de su publicación, cuando Marx siempre respetuoso
con el modelo establecido en el «primer cuaderno», la Crítica de 1859 , preparaba los materiales del
«Tercer Capítulo» sobre el capital, que se convertirá de hecho en el libro I:” 55

52
Sobre el concepto de praxeológico para describir la cualidad epistemológica de la teoría de Marx cfr. Jindrich
Zeleny, Génesis y estructura de El Capital de Marx, parte III acerca de la nueva racionalidad “ontopraxeológica”, dice
Zeleny.
53
Según informa Marx a Engels en carta del 14 de enero de 1858 en plena redacción de los Grundrisse. Análogamente
lo señala el 6 de mayo de 1866 en carta a Kugelmann
54
Rubel, p. 67.
55
Rubel, p. 68.

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En términos generales y sobre el plan en seis libros Maximilien Rubel tiene toda la razón;
pero no respecto del libro I de El Capital que sí muestra modificaciones particulares en su
arquitectura respecto de la del plan de 1863 y más aún respecto del de 1857, que en su inciso 4)
habla de “acumulación primitiva” y en su inciso 5) de “trabajo asalariado y capital” y donde la
acumulación primitiva sigue a la exposición de la producción de plusvalor, cuando que el tomo I
de El Capital muestra después de ésta a la reproducción de capital, a la acumulación de capital, la
actual, no la primitiva. Lo que en el plan de 1857 corresponde al rubro “5) Trabajo asalariado y
capital” vistos de su conjunto, se sobreentiende o como reproducción de capital y la ley general de
la acumulación.
Mientras que la arquitectura del tomo I de El Capital después de las dos plusvalías inserta
al salario y luego, como dijimos, a la reproducción de capital precisamente antes de la
acumulación originaria o primitiva.
El caso es que si Marx en 1857 inserta la acumulación originaria después de la producción
de plusvalor y no señala explícitamente el tratamiento conclusivo (5) de Trabajo asalariado y
Capital sino como una generalidad en vez de con la precisión de que se trata de considerar en su
conjunto la relación K-T y por lo tanto entonces como reproducción de capital, es debido a que
quiere abordar esta consideración general al final o como asunto conclusivo pero aún no posee una
perspectiva puntual acerca de la re-producción de capital como para concluir –como lo hace
audazmente en El Capital tomo I– que puede inscribir ya en el libro dedicado a la “Producción de
Capital” 56 a la re-producción de capital 57 . Sólo cuando entre 1863 y 1866 se ocupó de los
esquemas de reproducción de capital del tomo II, pudo lograr tal precisión. Misma que se refleja en
la arquitectura del tomo I de El Capital.
A lo que parece Maximilien Rubel ve todo el problema que nos ocupa de modo fijista desde
la perspectiva de 1857. Y todo lo que vino después simplemente lo refunde en esa perspectiva. Lo
que en general está bien, pero no reconoce especificidad a El Capital de 1867 como para entender
que muestra modificaciones o renovaciones particulares respecto de lo planteado en general en
1857.
En realidad debemos mantenernos doblemente abiertos tanto en dirección generativa
1857→1867 como en dirección inversa o perfectiva 1867→1857. Por supuesto teniendo como

56
Tomo I. “El Proceso de Producción del Capital”
57
Cfr. apartado 1 del presente libro.

20
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rectora la dirección discursiva 1857-1867 y al plan de 1857, debido a que es general (además de
generativo) y no como hiciera Henrik Grossmann que revocó el plan de 1859 (e implícitamente el
de 1857) basado en la estructura final de El Capital. No obstante que fue él quien aportó y
descubrió que la arquitectura de El Capital deriva puntualmente de la consideración matizara que
Marx logró entre 1863-1866 de los esquemas de reproducción del capital. Pero esto es lo que
Maximilien Rubel –análogamente a Roman Rosdolsky 58 – no quiere reconocer y por ello trabaría
su mirada unidireccionalmente 1857→1867.

58
Según vimos en nuestro apartado 2.

21
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7. ¿Sistema sin diálogo?

Como parte de la crítica a Roman Rosdolsky, Maximilien Rubel redondea su enfoque


teórico y político sobre su negación del sistema de Marx. Pues tanto Henrik Grossmann como
Roman Rosdolsky parecen creer acabada la crítica de la economía política con El Capital y lo
visualizan –sugiere Maximilien Rubel– como un sis-te-ma a-ca-ba-do 59 . Así que mejor que creer
en este deberemos poner manos a la obra para concluir lo que falta del plan de Marx60 .
Suscribimos la recomendación de Maximilien Rubel y su crítica a actitudes dogmáticas; pero él las
asocia –según nosotros erróneamente– al carácter sistemático del discurso. Así que concluye del
siguiente modo:

“De esta manera los deseos de Marx –encontrar lectores deseosos de encontrar algo nuevo, y, por
consiguiente, de pensar por su cuenta, han quedado en papel mojado; la adhesión casi religiosa de
varias generaciones de discípulos a la ficción de un «sistema marxista» ha llevado a la muerte del
diálogo que el autor de El Capital, obra inacabada y abierta, deseó continuar más allá de la tumba” 61

Desarrollar crítico científicamente el trabajo de Marx de la Crítica de la Economía Política


y de la Crítica Global de la Sociedad etcétera, es nuestra tarea. Pero ¿qué si Marx hubiera dejado
concluida su obra, ya no habría “diálogo” ni posteriores desarrollos de la misma? Esta implicación
de lo dicho por Maximilien Rubel nos parece errónea, pues supone que sólo cabe avance científico
y comunicación e intercambio de ideas en torno a lo imperfecto e inacabado. Maximilien Rubel se
revela aquí, paradójicamente como teórico del desgarrón ontológico constitutivo de los seres
humanos –como lo fueron Jaspers y Bataille 62 –, podríamos decir jocosamente para que hasta el
propio Maximilien Rubel se ría desde su tumba; y abierto un resquicio de duda acerca de sus
afirmaciones que deniegan el carácter sistemático al discurso de Marx de crítica de la economía
política, platiquemos sobre el tema en vez de sellarlo como evidente sólo porque el programa de
Marx quedo inconcluso. Lo que tenemos es una magnifica paradoja:

59
El reproche de Rubel a Rosdolsky es parcialmente cierto, ya que este reconoce que faltaría por componer los libros
IV, V y VI y sólo los libros II y III estarían obviados por El capital. Cfr. nuestro apartado 2.
60
“Es cierto que la fe en el «sistema» y a su «fundación» por los dos «clásicos del marxismo» cumple una función bien
precisa en el espíritu y el comportamiento de los discípulos que rechazan retomar el problema en el lugar en el que
Marx tuvo que dejarlo: dispensa volver a poner en cuestión las bases filosóficas de un socialismo bautizado
«científico»” Ibid. p. 73.
61
Ibid.
62
Georges Bataille, La experiencia interior. Taurus, Madrid, 1974.

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La crítica de la economía política es un discurso sistemático a la vez que inacabado. Y a


nosotros nos corresponde completarlo según su arquitectura sistemática acorde con el método
dialéctico praxeológico de su construcción. Pues perfecto, no está cerrado, acabado (muerto) o
concluido sino vivo y es así, perfecto, como está dispuesto para lanzarse al proceso del devenir a
dialogar con la historia y a servir de instrumento para transformarla concientemente, esto es,
revolucionariamente.

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