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siendo su familia austríaca, desde los 3 años vivió y se educó en Viena. Su padre
era un pequeño comerciante y Hans fue el mayor de sus hijos. Aunque sus padres
eran de religión mosaica, no eran practicantes, por lo cual enviaron a su hijo a la
Escuela Primaria Evangelista. A pesar de que su rendimiento no fue nada
especial, pudo ingresar en 1892 a renombrada Escuela Vienesa, en donde sería
compañero del economista Ludwig Von Mises, con quien lo unió una amistad toda
la vida.
A pesar de su disposición y facultades para las matemáticas, la influencia de sus
padres lo orientó a las humanidades. En la adolescencia cultivó la literatura y en
especial la poesía, llegando a publicar poemas, afición que conservó a lo largo de
su vida.
En los últimos años de sus estudios preparatorios y en los primeros de la
Universidad, se dedicó a la filosofía. Después de un breve tiempo de estar
fascinado por las ideas materialistas de George Buchner -explicable en parte
como reacción contra las enseñanzas religiosas de la Escuela -, comenzó la
lectura de Kant.
Al terminar sus estudios preuniversitarios, tuvo la intención de estudiar Filosofía,
Física y Matemáticas, pero un año en el servicio militar y las limitaciones que
ofrecían estas disciplinas para encontrar ocupación posterior, lo orillaron a
ingresar, en 1900, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Viena, cuyas
cátedras, salvo la de Historia de la Filosofía del Derecho, no le despertaron mayor
entusiasmo.
En 1905 publica su primera obra La Teoría del Estado de Dante Alighieri, de la
cual dijo que es la única que no había sido rechazada por la crítica, mereciendo
incluso una reseña de Karl Vossler.
Desde esos años comenzó a trabajar en su Problemas Capitales de la Teoría del
Estado, por la preocupación fundamental de distinguir, tanto el Derecho tal como
es, Derecho positivo, del Derecho que debiera ser; las cuestiones constantemente
confundidas: la forma en que se debe comportar el sujeto conforme al Derecho y
la forma en que se comporta de hecho. Esto es, una distinción de la ciencia del
Derecho respecto de la ética y de la sociología. En este punto Rudolf A. Métall
hace notar que no fue sino hasta 1912, un año después de la publicación de esta
obra, cuando una reseña sobre ella llamó la atención de Kelsen sobre su
paralelismo con la doctrina filosófica neokantiana de Hermann Cohen, a quien
Kelsen visitaría en Friburgo y por cuya influencia escogería el nombre de Teoría
Pura del Derecho.
En 1906 alcanzó el título de doctor en Derecho en la Universidad de Viena, para
dedicarse de lleno a la academia, objetivo para el cual era preciso presentar un
trabajo de habilitación. En 1908 solicitó una beca para escuchar, en Heidelberg, a
la gran autoridad en Teoría del Estado: George Jellinek. El trato con éste no fue
tan fructífero como Kelsen hubiese deseado, dado que aquel se encontraba
rodeado por un círculo casi impenetrable de discípulos incondicionales,
mostrándose contrariado con la actitud reservada de Kelsen, más dispuesto a la
discusión crítica que al elogio.
Los meses en Heidelberg fueron, sin embargo, muy productivos con relación al
manuscrito de los problemas capitales.
La orientación de la teoría pura -diría Kelsen en 1941-, es muy parecida a la de la
llamada jurisprudencia analítica, que encuentra su presentación clásica en la obra
de Austin. Mientras que la teoría pura surgió independiente de las
famosas Lectures on general jurisprudence de Austin, ella corresponde en puntos
importantes con esta doctrina inglesa; y en los puntos en que difieren, la teoría
pura ha continuado el método de la jurisprudencia analítica en forma más
consistente que la del propio Austin y sus seguidores.
En 1911 aparece su primera gran obra: Los problemas capitales de la teoría del
Estado, a partir de la doctrina de la proposición jurídica. En ese año se le habilita
como profesor ordinario de Derecho estatal y Filosofía del Derecho en la
Universidad de Viena.
En 1912 contrajo matrimonio con Margarita Bondi, nacida en Viena, quien fue
desde entonces su compañera y con quien tuviera dos hijas.
En 1914, con motivo de la gran guerra, es llamado al ejército. Fue nombrado, dada
su capacidad, consejero del ministro de Guerra, puesto desde el cual vivió muy de
cerca la liquidación del Imperio Austro-Húngaro.
En 1918, gracias a sus contactos en el ministerio, fue nombrado profesor
extraordinario (titular) para la cátedra de Derecho público, con especial
consideración al Derecho militar, en la Facultad de Derecho.
Ya antes de la guerra, pero especialmente después, se forma en torno de Kelsen
la llamada Escuela de Viena: Adolf Merkl, Leónidas Pitámic y Alfred Verdross, a
los cuales se unirían Walter Henrich, Josef L. Kunz, Felix Kaufmann, Fritz Schreir,
Fritz Sander y Erich Vogelin. De su forma de proceder como cabeza de un
movimiento académico, Métall destaca que predicó y practicó la tolerancia; nunca
lanzó una excomunión contra el discípulo poco ortodoxo, como sucedió, por
ejemplo, en la escuela psicoanalítica de Freud respecto de Jung y de Adler.
Paralelo a su trabajo universitario comenzó, después de la guerra y a invitación del
canciller doctor Karl Renner, a participar en los trabajos preparatorios de la
Constitución de la República. Del canciller recibió las directivas políticas
fundamentales, ocupándose él de codificarlas mediante una técnica jurídica
inobjetable, formulando garantías efectivas para la constitucionalidad de las
funciones del Estado. Esta Constitución entró en vigor en 1920, estando Kelsen,
con razón, orgulloso de su característica principal: el control de la
constitucionalidad por medio de un tribunal: rango de un Estado de Derecho y
garantía efectiva de la Constitución.
En 1922 es nombrado miembro vitalicio de este tribunal constitucional.
De estos años data el contacto que tuvo con Sigmund Freud, a quien sometiera
para su interpretación el caso de su discípulo Fritz Sander, el cual mostrando gran
afecto y agradecimiento a Kelsen, trató sin embargo, posteriormente, de acusarlo
de plagio. La explicación de Freud fue la de un caso de ambivalencia, ya que
Sander odiaba a su padre, y considerando a Kelsen su padre espiritual, la
acusación de plagio constituía un auténtico intento de asesinar la figura paterna.
Javier Esquival recuerda que cuando tuvo la oportunidad de hablar personalmente
con Kelsen y preguntarle cuál de los personajes que conoció le había
impresionado más y por qué, contestó: “Freud, sobre todo por la forma intensiva
con que se identificaba con su doctrina.”
Como profesor y escritor de varias obras, entre las que destaca la Teoría General
del Estado e innumerables artículos, y como Juez del Tribunal Constitucional
Austríaco, transcurren los años hasta 1950 en que, por razones políticas, fue
removido. Como además se veía constantemente atacado en la Universidad, a
veces de mala fe, por algunos colegas, se decidió a aceptar un llamado de la
Universidad de Colonia en Alemania, por lo que adquirió la ciudadanía alemana.
Para el año académico 1932-1933 resultó electo director de la Facultad de
Derecho de esa Universidad. Al subir Hitler al poder, enero de 1933, renunció a la
dirección pero sin abandonar su cátedra. Pocos días después se enterará, por un
diario, que ha sido dado de baja en la Universidad. Todos los profesores de la
Facultad protestaron ante el gobierno, entre ellos el director Hans Nipperday, con
excepción del profesor de Derecho estatal Carl Schimitt. Pero era inútil, el
gobierno alemán estaba decidido a no dejar salir más profesores judíos, pues
Einstein había escapado a Francia.
Sin embargo Kelsen solicitó, de acuerdo con las leyes vigentes, permiso para
viajar al extranjero. Para su fortuna y en contra de su natural pesimismo, un
empleado de la Universidad, viejo miembro del partido nazi, le ofreció su ayuda y
lo obtuvo. Este hombre, cuyo nombre Kelsen olvidó, le había salvado la vida.
Tres oportunidades se le ofrecían para continuar su vida académica: en la Escuela
de Economía de Londres, Harold Laski y su antiguo alumno Hersch Lauterpacht,
promovieron para que se le hiciese un ofrecimiento; en Estados Unidos había una
plaza en la recién fundada New School for Social Research; y un llamado de
William Rappard para el Instituto de Altos Estudios Internacionales de Ginebra. Se
decidió por esta última, en virtud de que su francés era mejor que su inglés.
En 1934, no obstante su residencia en Ginebra, apareció en Viena la primera
edición de su Teoría pura del Derecho. Aquí se contaron entre sus discípulos más
famosos Hans Morgenthan y Ossip Flechtheim. Permaneció hasta 1940, no sin
haber estado dos semestres de 1936 en la Universidad de Praga, en la cual tuvo
serios problemas con los grupos nacional-socialistas.
La Segunda Guerra Mundial hace que se dirija hacia los Estados Unidos,
siguiendo la suerte de tantos otros intelectuales que abandonaron la Europa de
Hitler para buscar refugio en las Universidades americanas: Einstein, Cassieri,
Godel, Jaeger, Marcuse, Reichenbach Tarski, por citar algunos.
En la Escuela de Derecho de Harvard, EU, por invitación de Roscoe Pound,
permaneció dos años, Escuela que en 1933 le había otorgado doctorado Honoris
Causa. A partir de 1942 se instaló en la Universidad de Berkeley, California, de la
cual en 1945 es nombrado profesor de tiempo completo. Desde entonces radicó
allí, habitando una modesta casita no lejos de la Universidad y como ciudadano
norteamericano.
En 1952 dicta su último curso en la Universidad de Berkeley, quedando desde
entonces jubilado y como profesor emérito. En 1964 esta Universidad dedica la
Biblioteca de la Escuela de Ciencias Políticas a su insigne maestro, la cual lleva
desde entonces su nombre.
Los años siguientes a su jubilación dictó conferencias en varias Universidades de
América y Europa. Particularmente importante para México resultó la visita que
hizo a la Facultad de Derecho de la UNAM en 1960, cuyo recuerdo perduró en la
memoria del maestro. La Universidad lo había nombrado ya Doctor Honoris
Causa el 21 de julio de 1951 y, con motivo de su visita, el 5 de abril de 1960 fue
nombrado profesor extraordinario Honoris Causa.
Su producción no disminuye, por lo contrario. En 1943 había aparecido Sociedad y
Naturaleza y en 1945 su General Theory of Law and State, traducida al español
por Eduardo García Máynez. Para 1950 se publica su monumental obra Law of the
United Nations y en 1960 la última edición revisada de su Teoría pura en Viena.
Referirse al resto de su obra publicada es árduo: el catálogo más reciente contiene
604 títulos, entre originales y traducciones. Respecto a su influencia actual se
señala que las corrientes contemporáneas de la Filosofía del Derecho,
particularmente la Jurisprudencia analítica inglesa continuada por el profesor H. L.
A. Hart, de Oxford y la Escuela Realista Escandinava, representada por Alf Ross,
han expresado sus deudas a su pensamiento. En verdad, se ha dicho que la
Filosofía del Derecho del siglo veinte se divide en antes y después de Kelsen.
Son memorables las palabras que Kelsen escribiera a un empleado austríaco que
quiso saber cuáles eran las experiencias fundamentales que había vivido a lo
largo de su vida, como hombre y como maestro:
“Una experiencia quisiera yo expresar: que en la vida, aun en
una vida esencialmente desenvuelta entre hombres de ciencia,
es importante, ante todo, el carácter moral del hombre; que el
amor a la verdad, el auto conocimiento, la paciencia, la
voluntad de no hacer mal a nadie y de controlar tanto como
sea posible el natural afán de sobresalir, no son menos
importantes que el saber objetivo; y que estas propiedades del
carácter tienen influencia, aun en los resultados del trabajo
científico”
En el prefacio de la "Teoría Pura del Derecho", Kelsen explica su posición de la
siguiente manera: "El principio de la separación de la ciencia jurídica de la política
tal como ha sido planteado por la teoría pura, tiene naturalmente consecuencias
políticas, así fueran solamente negativas. Tal principio conduce a una
autolimitación de la ciencia del derecho, que muchos consideran una renuncia".
Además habla de que los adversarios de la teoría pura no van a estar dispuestos a
reconocerla, esto debido a la visión deformada que atañe a sus propias
necesidades, auto-anulándose los argumentos de unos con los de otros.
Es propósito central para Kelsen que el derecho quede depurado de toda
ideología para cumplir su papel de ciencia. Por eso sostiene que La teoría pura del
derecho es una teoría del derecho positivo general, y no de un derecho particular.
La teoría pura del derecho quiere mantenerse como teoría, y limitarse a conocer
única y exclusivamente su objeto. Procura determinar qué es, y cómo se forma el
derecho, sin preguntarse cómo debería ser o cómo debería formarse.
DERECHO Y NATURALEZA
La Teoría jurídica Pura es propia del Derecho positivo. Lo limita a conocer qué es
y cómo es el Derecho. Es Pura ya que se propone como única finalidad asegurar
un conocimiento preciso del Derecho, esta aspira a librar a la ciencia jurídica de
elementos extraños; debido a que el jurista se ha declarado competente en el
entendimiento de otras ciencias, y como consecuencia se ha desnaturalizado la
ciencia del Derecho.
Por eso Kelsen en la estructura misma de la norma, distingue una parte primaria y
otra secundaria.