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Comunicacio N Arfuch
Comunicacio N Arfuch
PEIRCE
Buscó construir y fundamentar una teoría de los signos como el marco para una teoría del
conocimiento.
Perspectiva filosófica.
El único pensamiento que puede conocerse es pensamiento en los signos. Como un
pensamiento que no pueda conocerse no existe, todo pensamiento debe existir necesariamente
en los signos.
La semiótica (entendida como otro nombre de la lógica) tiene por objeto de estudio a la
SEMIOSIS (inferencia a partir de signos). Es el instrumento de conocimiento de la realidad. Es
un proceso triádico de inferencia mediante el cual a un signo (representamen) se le atribuye un
objeto a partir de otro signo (interpretante) que remite al mismo objeto.
El primer signo (representamen) despierta en la mente otro signo (interpretante)
Es una experiencia que hace cada uno en todo momento de la vida.
Es una cualidad material (una secuencia de letras o sonidos, una forma, un color, un olor, etc.)
que está en lugar de otra cosa, su objeto. De modo que despierta en la mente de alguien un
signo (equivalente o más desarrollado) al que se denomina interpretante (que aclara lo que
significa el representamen y a su vez representa al mismo objeto).
Según Pierce “Un signo o representamen, es algo que, para alguien, representa o se refiere a
algo en algún aspecto o carácter.” “Lo que yo llamo interpretante es el signo que se crea en la
mente de una persona (equivalente o mas desarrollado).”
1.1.1. EL INTERPRETANTE
Es otro signo que se refiere al mismo objeto que el representamen. Puede asumir diversas
formas:
- Un signo equivalente de otro sistema semiótico (el interpretante de la palabra “perro” puede
ser el dibujo de un perro)
- El dedo índice que apunta a un objeto (en el caso de la palabra “perro” en tanto
representamen, el interpretante puede ser entonces el dedo índice que apunta hacia un
perro).
- Una definición ingenua o científica
- La traducción del término a otra lengua
- La traducción del término a otro de la misma lengua mediante un sinónimo
- Una asociación emotiva (el interpretante de la palabra “perro” puede ser “fidelidad”
El interpretante inmediato (pensado como concepto), el dinámico (pensado como efecto real en el
intérprete) y el final (pensado como hábito) son distinguidos desde un punto de vista teórico,
son tres instancias de la interpretación de un signo, que funcionan simultáneamente en un acto
de SEMIOSIS.
1.1.1.1. PRAGMATISMO
La creencia en la verdad del concepto estufa como objeto que calienta un ambiente, desarrolla el
hábito de conducta que consiste en prender una estufa cuando hace frío.
El espíritu genuino del pragmaticismo consiste en considerar que el significado lógico de los
conceptos se encarna en hábitos generales de conducta. Lo que nosotros pensamos debe ser
entendido en términos de aquello que estamos dispuestos a hacer.
1.1.2. EL OBJETO
Para que algo sea signo debe representar (estar en lugar de) a otra cosa llamada su Objeto.
Un mismo objeto dinámico, como el ex presidente Juan Domingo Perón, fue en la Argentina
construido en tanto objeto inmediato de modo negativo por la expresión “tirano prófugo” mientras
que por otra parte fue llamado “el primer trabajador”.
El objeto dinámico tiene una existencia independiente respecto del signo que lo
representa. Pero para que el signo pueda representarlo, este objeto debe ser algo conocido
para el intérprete, es decir, debe tener de él un conocimiento colateral que es el resultado de
semiosis anteriores.
En síntesis, el objeto dinámico es el objeto de una realidad que tiene una existencia independiente
de la semiosis, pero para que el signo pueda decir algo de él es necesario que ya haya sido
objeto de semiosis anteriores a partir de las que el intérprete tiene un conocimiento de dicho
objeto, que es, por ello, concebido también como un signo. De esta manera, en un último análisis
lógico los tres componentes formales de la semiosis (repr-obj-interp) son signos.
1.1.3. EL FUNDAMENTO
El signo representa a su objeto “no en todos los aspectos, sino sólo con referencia a una suerte
de idea” que ha llamado fundamento del representamen.
Es uno o varios rasgos o atributos de un objeto que permiten identificarlo, es decir, los rasgos
distintivos que lo diferencian de otros objetos.
Dado que el interpretante también es un signo, está en lugar de un objeto y remite a su vez a un
interpretante. Ese interpretante es, asimismo, un signo, que esta en lugar de un objeto y esta
ligado a un interpretante, que es un signo, y así de modo ilimitado.
Por lo tanto, un signo no está aislado sino que integra una cadena de semiosis: cada signo es a la
vez interpretante del que lo antecede e interpretado por el que le sigue.
No se puede poseer ningún conocimiento que no esté determinado por un conocimiento anterior.
Las categorías son tres modos de ser del fanerón (ideas) tres maneras en que el faneron esta
presente en la mente.
- La Primeridad: implica considerar algo tal como es sin referencia de ninguna otra cosa. Se
vincula con las ideas de libertad, posibilidad, indeterminación, comienzo, novedad. Es una
pura posibilidad indeterminada, como la dureza, lo áspero, el rojo o cualquier color antes
de estar manifestados en un objeto. En el signo, el representamen (cualidad) se
corresponde con esta categoría.
- La Segundidad: implica considerar algo tal como es pero en relación a otra cosa.
Establecer una relación diádica que no involucre una tercera cosa. Vincula esta categoría
con la idea de existencia. En el signo, el objeto se corresponde con esta categoría.
- La Terceridad: es la que hace posible la ley y la regularidad. Introduce una progresión
regular no azarosa mediante una ley. En el signo, el interpretante se corresponde con esta
categoría.
Las categorías faneroscópicas aplicadas al objeto permiten obtener estos tres tipos de signos.
La división entre ellos depende de las diferentes relaciones posibles de un Signo con su
Objeto Dinámico.
EL ÍCONO
Es un signo que entabla una relación de semejanza, de analogía, con su objeto. Una fotografía,
un dibujo…
Un ícono es un representamen que por su cualidad es similar a su objeto, aquello a lo que
sustituye.
Son clasificados de acuerdo con el modo de primeridad que comparten con su objeto.
- Las imágenes son los íconos que comparten cualidades simples del objeto, como su color,
su forma, su tamaño, etc. Los cuadros, los dibujos, los grabados, las fotografías, las
escrituras jeroglíficas…
- Los diagramas son los íconos que comparten relaciones de las partes de su objeto por
medio de relaciones análogas entre sus propias partes. Existe en el ícono una analogía
entre las relaciones de las partes del representamen y las del objeto. El organigrama de
una empresa, diseños producidos por la infografía, cuadros sinópticos…
- Las metáforas son íconos que guardan un paralelismo con su objeto. Es un tipo de ícono
que implica una relación de similitud.
Un signo sigue siendo un ícono aun cuando el objeto al que representa no exista.
EL ÍNDICE
Es un signo que entabla con el objeto una relación existencial. Nube negra como índice de que va
a llover. Tres rasgos característicos:
- Carecen de todo parecido significativo con su objeto (a diferencia de los íconos)
- Se refieren a entes individuales (a diferencia de los símbolos que designan clases de
objetos)
- Dirigen la atención a sus objetos por una compulsión ciega.
EL SÍMBOLO
Todos los signos que integran un sistema convencional, que responden a una ley que les asigna
un interpretante y los relaciona con un objeto, son símbolos.
Los signos de la escritura, de los sistemas de señalización, los signos utilizados en las diferentes
disciplinas (como el algebra, la química, o la física), los signos que integran sistemas de
comunicación creados por el hombre como sustitutos de las lenguas naturales (braille, morse), los
signos de las notas musicales, de las insignias militares, los signos utilizados por la publicidad
(isotipos, logotipos), etc.
Asociación de ideas generales que operan de modo tal que son la causa de que el Símbolo se
interprete como referido a dicho Objeto.
Se caracterizan porque denotan clases de objetos (a diferencia de los índices que se refieren a un
existente particular)
El símbolo debe combinarse con un índice, como en las expresiones “este pájaro” o “nuestro
matrimonio”. En la frase “Ezequiel amaba a Laura”, Ezequiel y Laura son índices mientras que a
la palabra amaba asociamos el icono mental de una persona enamorada de otra.
En síntesis, cuando usamos el lenguaje nos valemos de símbolos en tanto que las palabras se
relacionan con el objeto mediante una convención, habito o ley, pero también utilizamos índices
que son los que nos permiten conectar nuestro enunciado con los objetos del mundo al que nos
referimos, y, finalmente, también intervienen los iconos mentales con los que asociamos las
palabras.
Cabe aclarar que nada es en sí mismo un ícono, índice o símbolo: es el análisis de una semiosis
dada lo que dirá la “naturaleza” de su constituyentes.
BARTHES
Un vestido, un automóvil, un plato cocinado, un gesto, una imagen publicitaria… todos son
signos. Cuando veo objetos, les aplico a todos una misma actividad: es la de cierta lectura. El
hombre moderno pasa su tiempo leyendo. Lee imágenes, gestos, comportamientos…
Todas las lecturas son importantes en nuestra vida. Implican valores sociales, morales,
ideológicos. Esta reflexión es la que llamamos Semiología. Es poder someter a un principio de
clasificación a una masa enorme de hechos y darles un sentido.
Un sentido nunca puede analizarse de manera aislada. Los signos están constituidos por
diferencias.
Al comienzo del proyecto semiológico, se pensó que la tarea principal era estudiar la vida de los
signos en el seno de la vida social, y reconstituir los sistemas semánticos de objetos (vestuario,
alimento, imágenes, rituales, etc).
Pero al avanzar, la semiología encuentra nuevas tareas: estudiar la operación mediante la cual un
mensaje cualquiera se impregna de un segundo sentido (al que se denomina sentido connotado).
Las tareas de la semiología crecen incesantemente porque nosotros descubrimos cada vez más
la importancia y la extensión de la significación en el mundo.
SAUSSURE
Lengua: acto individual que permite reconstruir el circuito de la palabra. Este acto supone por lo
menos dos individuos.
CIRCUITO
- El punto de partida está en el cerebro de uno de ellos (A) donde los conceptos se hallan
asociados a imágenes acústicas que sirven a su expresión. Este fenómeno es psíquico.
- Luego las ondas sonoras se propagan de la boca de A al oído de B. Este es un proceso físico.
a) Una parte externa (los sonidos que van de la boca al oído) y una parte interna (todo el
resto)
b) Una parte psíquica y una parte no psíquica (hechos fisiológicos y físicos)
c) Una parte activa (todo lo que va del centro de asociación de uno de los sujetos al oído del
otro sujeto) y una parte pasiva (todo lo que va del oído del segundo a su centro de
asociación)
Se puede llamar ejecutivo a todo lo que es activo, y receptivo a todo lo pasivo.
Activo – Ejecutivo
Pasivo – Receptivo
Entre todos los individuos ligados por el lenguaje, todos reproducirán los mismos signos unidos a
los mismos conceptos.
La lengua es el producto que el individuo registra pasivamente. El habla es, por el contrario, un
acto individual de voluntad y de inteligencia.
Caracteres de la lengua:
- Se la puede localizar en la porción determinada del circuito donde una imagen acústica
viene a asociarse con un concepto. La lengua es la parte social del lenguaje exterior al
individuo, que por sí solo no puede ni crearla ni modificarla. Existe en virtud de una especie
de contrato establecido entre los miembros de la comunidad.
- Es un sistema de signos en el que solo es esencial la unión del sentido y de la imagen
acústica, y donde las dos partes del signo son igualmente psíquicas.
- Los signos de la lengua son tangibles: la escritura puede fijarlos en imágenes
convencionales (sería imposible fotografiar en todos sus detalles los actos del habla, la
fonación de una palabra).
La lengua es el depósito de las imágenes acústicas, y la escritura es la forma tangible de
esas imágenes.
La lengua es un sistema de signos que expresan ideas. Hay otros sistemas (escritura, alfabeto de
los sordomudos, formas de cortesía, etc.) pero este es el mas importante.
La semiología es la ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social.
- Primer principio: lo arbitrario del signo. El lazo que une el significante al significado es
arbitrario. Ya que entendemos por signo el total resultante de la asociación de un significante
con un significado, podemos decir que el signo lingüístico es arbitrario.
No es que el significante depende de la libre elección del hablante, sino que el signo es
inmotivado, es decir, arbitrario con relación al significado, con el cual no guarda en la realidad
ningún lazo natural.
- Segundo principio: carácter lineal del significante. Los significantes acústicos no disponen
más que de la línea del tiempo, sus elementos se presentan uno tras otro, forman una
cadena. Ese carácter se destaca cuando los representamos por medio de la escritura.
A la masa social no se le consulta ni el significante elegido por la lengua podría tampoco ser
reemplazado por otro. Podría llamarse carta forzada.
- El carácter arbitrario del signo nos obliga a admitir la posibilidad teórica del cambio.
Para que una cosa entre en cuestión es necesario que se base en una norma razonable.
Pero en cuanto a la lengua, esa base falta.
- La multitud de signos necesarios para construir cualquier lengua
- El carácter demasiado complejo del sistema
- La resistencia de la inercia colectiva a toda innovación lingüística. Los ritos de una religión,
las señales marítimas, etc., nunca ocupan mas que cierto numero de individuos a la vez y
durante un tiempo limitado; de la lengua, por el contrario, cada cual participa en todo tiempo, y
por eso la lengua sufre sin cesar la influencia de todos. La lengua siempre es herencia de
una época precedente.
El tiempo, que asegura la continuidad de la lengua, tiene otro efecto: el de alterar mas o
menos rápidamente los signos lingüísticos.
Por eso se puede hablar en cierto sentido de inmutabilidad y mutabilidad del signo.
El signo está en condiciones de alterarse porque se continúa. El tiempo altera todas las
cosas. Es una de las consecuencias de lo arbitrario del signo.
Lingüística sincrónica
En la práctica un estado de lengua no es un punto, sino una extensión de tiempo mas o
menos larga durante la cual la suma de modificaciones es mínima. Entre dos lenguas
coexistentes en un mismo periodo, la una puede evolucionar mucho y la otra casi nada.
Los signos de que se compone la lengua no son abstracciones sino objetos reales. Esos signos y
sus relaciones son los que estudia la lingüística, y se les puede llamar “entidades concretas” de
esta ciencia.
Principios:
1. La entidad lingüística existe gracias a la asociación del significante y del significado.
Una sucesión de sonidos solo es lingüística si es soporte de una idea.
2. La entidad lingüística no está completamente determinada mas que cuando esta
deslindada, separada de todo lo que la rodea en la cadena fónica. La cadena fónica tiene
como carácter primario ser lineal, no es mas que una línea, una cinta continua, en la
que el oído no percibe ninguna división suficiente y precisa; para eso hay que echar
mano a las significaciones. Cuando sabemos qué sentido y qué papel hay que atribuir a
cada parte de la cadena, entonces vemos deslindarse esas partes unas de otras, y la cinta
amorfa se corta en fragmentos.
En resumen, la lengua es una masa indistinta en la que la atención y el hábito son los
únicos que nos pueden hacer hallar los elementos particulares.
Hay identidad porque en las dos oraciones la misma porción de sonoridad esta revestida de la
misma significación. Puede haber identidad sin correspondencia. Una palabra puede expresar
ideas muy diferentes sin que su identidad resulte seriamente comprometida (adoptar una moda,
adoptar un niño).
El mecanismo lingüístico gira sobre identidades y diferencias.
Siempre que se realicen las mismas condiciones se obtienen las mismas entidades. Tales
entidades no son abstractas.
El valor lingüístico
Para darse cuenta que la lengua es un sistema de valores puros, basta considerar los dos
elementos que entran en juego en su funcionamiento: las ideas y los sonidos.
Sin ayuda de los signos seriamos incapaces de distinguir dos ideas de manera clara y
constante.
No hay ideas preestablecidas, nada es distinto antes de la aparición de la lengua.
La substancia fónica suministra los significantes que el pensamiento necesita. Por un lado hay
un plano indefinido de ideas confusas, y por otro un plano indeterminado de los sonidos.
El papel característico de la lengua frente al pensamiento es servir de intermediaria entre el
pensamiento y el sonido.
Esta combinación produce una forma no una sustancia.
No solamente son confusos y amorfos los dos dominios enlazados por el hecho lingüístico, sino
que la elección que se decide por tal porción acústica para tal idea, es perfectamente
arbitraria.
Los valores siguen siendo enteramente relativos, por eso el lazo entre idea y el sonido es
radicalmente arbitrario.
La idea de valor nos muestra cuan ilusorio es considerar un termino sencillamente como la
unión de cierto sonido con cierto concepto. Definirlo así sería aislarlo del sistema de que
forma parte, mientras que, por el contrario, hay que partir de la totalidad solidaria para
obtener por análisis los elementos que encierra.
Lo que importa en la palabra no es el sonido por si mismo, sino las diferencias fónicas que
permiten distinguir esas palabras de todas las demás, pues ellas son las que llevan la
significación.
El valor de un término puede modificarse sin tocar ni a su sentido ni a su sonido, con solo
el hecho de que tal otro termino vecino haya sufrido una modificación.
Un sistema lingüístico es una serie de diferencias de sonidos combinados con una serie de
diferencias de ideas.
El sistema de valores es lo que constituye el lazo efectivo entre los elementos fónicos y
psíquicos en el interior de cada signo.
Relaciones asociativas.
Los grupos formados por la asociación mental relacionan los dominios que presentan algo en
común. El espíritu capta también la naturaleza de las relaciones que los atan en cada caso y crea
con ello tantas series asociativas como relaciones diversas haya.
Una palabra cualquiera puede siempre evocar todo lo que sea susceptible de estarle asociado de
un modo u otro.
Mientras que un sintagma evoca enseguida la idea de un orden de sucesión y de un
numero determinado de elementos, los términos de una familia asociativa no se presentan
ni en numero definido (puede faltar) ni en un orden determinado (se cumple siempre).
Solidaridades sintagmáticas: casi todas las unidades de la lengua dependen, sea de lo que las
rodea en la cadena hablada, sea de las partes sucesivas de que ellas mismas se componen.
El sufijo, tomado aisladamente, es inexistente; lo que le da un puesto en la lengua es una serie de
términos usuales tales como calur-oso, mentir-oso, verd-oso. La totalidad vale por sus partes, las
partes valen también en virtud de su lugar en la totalidad.