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Aunque las perspectivas cognoscitivas del aprendizaje tienen muchas aplicaciones, podríamos
separar los modelos constructivistas de acuerdo con las actividades del profesor y de los alumnos.
Mark Windschitl (2002) sugiere que las siguientes actividades fomentan un aprendizaje
significativo:
• Los profesores provocan ideas y experiencias en los estudiantes en relación con temas
fundamentales, y luego organizan situaciones de aprendizaje que los ayudan a elaborar o a
reestructurar los conocimientos que poseen.
• Los profesores ofrecen a los alumnos una variedad de recursos de información, así como las
herramientas (tecnológicas y conceptuales) necesarias para mediar el aprendizaje.
• Los estudiantes trabajan en colaboración y reciben apoyo para participar en diálogos orientados
a las tareas.
• Los profesores muestran, de manera explícita, sus propios procesos de pensamiento a los
aprendices, y los animan a realizar el mismo tipo de diálogo reflexivo, escritura, dibujos u otras
representaciones.
• De manera rutinaria, se pide a los estudiantes que apliquen sus conocimientos en contextos
diversos y auténticos, que expliquen sus ideas, interpreten textos, pronostiquen fenómenos y
construyan argumentos basados en evidencias, en lugar de enfocarse únicamente en la
adquisición de “respuestas correctas” predeterminadas.
• Los profesores, en conjunto con las condiciones descritas antes, fomentan el pensamiento
reflexivo y autónomo de los alumnos.
• Los profesores utilizan diversas estrategias de evaluación para entender la evolución de las ideas
de los alumnos y para dar retroalimentación acerca de los procesos, así como acerca de los
productos de su pensamiento.
John Dewey describió el formato básico del aprendizaje por indagación en 1910. Desde entonces
se han realizado muchas adaptaciones a esta estrategia, pero generalmente ésta incluye los
siguientes elementos. El maestro presenta un hecho, una pregunta o un problema
desconcertante. Los alumnos:
• reflexionan sobre el problema original y sobre los procesos de pensamiento necesarios para
resolverlo.
Aprendizaje por indagación es un método en el cual el maestro presenta una situación intrigante
y los estudiantes resuelven el problema reuniendo datos y sometiendo a prueba sus conclusiones.
Aprendizaje basado en problemas son métodos que ofrecen a los estudiantes problemas
realistas que no necesariamente tienen respuestas “correctas”.
Uno de los objetivos del aprendizaje basado en problemas es ayudar a los estudiantes a
desarrollar conocimientos flexibles que puedan aplicar a muchas situaciones, a diferencia del
conocimiento inerte. El conocimiento inerte es la información que se memoriza y que rara vez se
aplica.
Otra meta del aprendizaje basado en problemas consiste en aumentar la motivación intrínseca y
las habilidades para solucionar problemas, la colaboración, la toma de decisiones basada en
evidencias y el aprendizaje autodidacta para el resto de la vida.
En el aprendizaje basado en problemas, se confronta a los estudiantes con un problema real que
activa su indagación mientras colaboran para encontrar soluciones. Los alumnos identifican y
analizan el problema basados en los hechos de la situación, y luego empiezan a generar hipótesis
sobre posibles soluciones. Mientras plantean hipótesis, identifican la información faltante: ¿qué
necesitan saber para poner a prueba sus soluciones? Esto conduce a la fase de investigación.
Después, los estudiantes aplican sus nuevos conocimientos, evalúan sus soluciones al problema,
vuelven a investigar si es necesario, y finalmente reflexionan acerca del conocimiento y las
habilidades que han adquirido. A lo largo de todo el proceso, los alumnos no están solos ni
carecen de guía. Su pensamiento y resolución del problema recibe andamiaje por parte del
profesor, de programas de cómputo, modelos, entrenamiento, indicios de expertos, guías y
auxiliares para organizarse, o de otros estudiantes en grupos de colaboración; de esta manera, la
memoria de trabajo no se sobrecarga.