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FRe=sL DOCUMENTOS Suplemento de 1a edicién N° 144 de PUNTO FINAL — Martes 21 de diciembre de 1971 Santiago - Chile POR QUE CAYO BOLIVIA EN MANOS DEL FASCISMO Por RENE ZAVALETA MERCADO JUAN JOSE TORRES: el fas- cismo derrocé a su gobierno y se apoderé de Bolivia. La experiencia boliviana consti- tuye una leccién que se ana- liza en las siguientes paginas de PF. Anilisis un acto de podefTlevado a ‘cabo por la alianza entre la clase obrera y_ el nacionalismo militar es una formula afortu- nada, Debemos guardarnos empero de los en- faiios y las simplificaciones de una formula Mortunada. La misma palabra alianza sugle Le que deseribe al 7 de octubre (1) como re un pacto de voluntades, pero aqui se traté en verdad de un acto unilateral de poder por parte de Torres, tity yder aque, por otros conceptos, tampoco habria sido posible sin-el_apoye-esponténeo —asimismo unllate- Tal por tanto— de los trabajadores. Es indudable que el pequefio grupo nacio- nalista del ejéreito no habria podido impedir el ascenso de Miranda si no contaba con la expectativa del respaldo obrero. No obstante, si la. clase obrera hublera omitido a los mili tares naeionalistas, no: habria podido tampo- co por si vetar a Miranda. En este sentido, es justo afirmar que una cosa sostenia a la otra, gue el ascenso de masas ocurria bajo la per~ mision militar y que el nacionalismo militar, que era minoritarlo, tampoco habria signif cado mucho si no ténfa_ta posibilidad de po- tenciarse en_cualquler momento_con 1a con- yoeatoria a Ja_clase_obrera. Los obreros y los nilitares siguen siendo los sectores_estraté- ite superiores, los grupos decisivos en Jas luchas socTates del pals. Torres fue un azar favorable para Ia i2- quierda pero no_una_construccién_sistema~ fica. y-coherente-de-te-iaquiorda, Bn lo per sonal, él tenia una eonfusa historia. Su concepelon de 1a politica era obligato- riamente empirica y se concreté en dos con- ceptos constantes que fueron 1 Daclonalls- mp y_€l_institucionalismo, "Es. importante, para entenderto—tener-em cuenta sobre todo la religion Institucionalista de los oficiales de su tipo. ¢Por qué participa tan resuelta- mente el 4° de noviembre, en la creacion de la Restauracién? Porque el 4 de noviem- bre era, entre otras cosas, el desquite del ejército, 1a vuelta de los oficiales. Torres era un geguidor_muy_préximo_de Ovando, desde hacia tiempo, y Ovando era entonces el Jefe de los institueionalistas, ‘su estratega politico, el constructor del retor- no politico del, ejército. ;Por qué se_hace después ta? Esto es parte dé un he- cho social mas amplio que es la tagicaliza- cién_de muefia burguesia después de la au y, en esta materia, @s importante estudiar el relevante papel que tiene el “estado de animo” politico de Jag capas medias c to. Los oficiales mismos, de un modo o del otro, Aungue sean una burocracia especial, son parte de las capas medias o las capas me- dias son los estratos a los que ellos pueden referirse con una mayor proximidad. De todas maneras, Torres (siguiendo a Ovando) se hace restaurador, siguiendo los intereses de su institucién; pero, cuando la Restaura clén trae consigo una extensa impopulari- Ti) De 1970, Ovando es derribado por un triunvt coustitnido por les representantes, de las tres fas. En un ‘acto polltice notable, ‘Torres proclama In resistencia a cre Junta, convoca a los obr Sige hace presidente. EI tthunvirate tege a du Solo nas Rovas porque ia: clase obtera sale © I dad para e] ejéreito, Torres resuelve hacerse populista(2), otra_vez en defensa, de los. in tereses de su institucién. “No podiamos subir hj a los colectivos” afirmara, cuando se trate de justificar ante los oficiales el viraje a la izquierda del ejéreito, las nacionalizaciones, las concesiones a los trabajadores. Para los fines que eran sérvidos por Torres, era pre. ciso que los oficiales pudieran subir a los colectivos sin que 10s rodeara él odio de las gentes porque él fantasma del 9 de abril pe- Saba Jo mismo en el animo de los restaura- dores que en el de los militares populistas, 50- lo que aguéllos querian destruir a sus ene- migos y éstos querian seducitios. Se produce esta transformacion en los ofi- ciales del tipo de Torres —un tipo de oficial mas sensible que el comin, en todo caso— cui elsion Ge uns fre ro Cee ee Sos intereses aol elev Brel See ieran caine gue saan ate miendo el espiritu historico del ejéreito, es decir, sus intereses a largo plazo. Si la pre- sencia de la izquierda influye en ello es s6lo por inerela; es su peso, la fuerza de su mera existencia fo que hace que los militares més perspicaces s¢ sientan en el apuro de refe- Tirse a ella; su fuerza actuaba pero no su actividad, La practica de la izquierda no s¢ dirigia en ese momento al ejéreito, no 10 so- ieitaba; por el contrario, Ia izquierda, en esa coyuntura, no podia impedirse ser antimti- {Biista, Torres Mega, pues, como un. desafio a la izquierda, a su’ capacidad de adaptarse en una situacién jamés prevista; ‘Tarees es, ,en_suma, e] ejército tratando de. ganarpun= || tox_y_prestigio ante Ia izquierda, En cada | medida ha” deverse despues este caracter de su goblerno. Esta suerte de gestos es caracteristica: rorres nacionaliza, en nombre del ejército y con la mano dei ejército, cuando las na~ Cionalizaciones ya significan poco para la clase obrera, cuando se sabe de sus limita- Jciones y sus impostbilidades(3). Por su ins- titucionalismo, solo Hegaré a repartir algu- nas armas, muy pocas, pero solo al final y cuando la situacién ya’ no tendra remedio. El margen de libertad y de influencia que 72) Bete término, popultsmo, es utilized varias veces 2'lo Inrgo del’ presente ‘trabajo, Se e"usa no en 1 eentido de la’historia de los partidos Tusos_ sino fen'el que Je dam todos los studios politicos. la- Vinoamerieanos. Ks una ‘corriente que trata de dlsolver ‘el-coneepto concrete de iueha de. clases fen ia inconereta nocign de "pueblo" Ast tam Blen io'‘dice Lenin. Por ejemplo, ‘en "DOS TAC. TICAS: “a soclaldemoeracia ha iuchado y Tueha con pleno- derecho contra el. abuso democratieo Suradés de lap “ipucblo™ Exige ate con esta. palabra ‘no'se encubra. Ia ineomprension de ovfos antazontamos de clane en ch seno del DUC Casi diez aflos después de ja naclonalizacién de as minas ‘en 1952 y después de haber naciona- zedo dos veces el 99 ‘por clento de ta, inversion extranjers, ia clase olrera. boliviana tenia. oca- Sién'abundanto para saber quo mi siqulere In mes Rvahzada de las! nacloualizaciones puede Teempia- fara ln ‘Teconstraccion “interna” el. sistema. oy Fusos Hegaron a aceptar inversiones extran: Jorns" pero podian hacerlo. sin destrulree porque eetaban en la dictadra det ‘proletariado: ulna te. Imleolonta, en cambio puede ‘naclonalizar toda Ta Inversion’ extranjern. sinpor eto alterar att do- Pendencia ‘cuailtativa. Por eso, incluso” partida Flog tin fervorosos de 1a. naclonalizacion ‘del. pe- troleo como Sergio Almaraz, reelamaban ‘como in Hecho previo, ia “naclonalizacion de" neito pro Anilisis consigue la izqulerda en este gobierno es considerable, sobre todo en comparacién con la época de ia restauracion, gPor qué se dice, sin embargo, que Torres fus un azar favo- rable? Porgue la izquierda no esperaba un viraje semejante desde dentro del poder mi- litar. Se_preparaba para derrocar 9 por lo menos afrontay_al_poder militar en’ su con- junto, desde tacticas diferentes, pero no pa- Fa que una fraccién militar se aproximara a ella. Pero ocurrié aqui lo que suéle suceder en todos tos casos en que el poder politico se concentra 0 acumula en un solo “lugar” po- litigo. En la préctica de la dominacton, la Gestruccién de las contradicciones externas por un acto, de puro poder vertical es quiz ia mis vieja de las. flusiones, Cuando el MNR acumuls sobre si todos los mecanis- mos politicos de Bolivia, hasta cotvertirse no en un partido sino en la politiea misma; cuando se apoderé de todos ios instramentos casi toda la cantidad humana de la politica, quiso realizar ese suefio del poder total, interno e intangible. Las contradiccio- nes, ‘por un momento, desaparecieron afue- ra;’ pero s6lo para expresarse, de un modo aun mas devastador, dentro del organismo que no las dejaba existir fuera de él. Es, puts, una mala politica suponer que los problemas desaparecen s6lo porque uno les prohibe que digan su nombre por si mismos, En el mo- nopolio del poder que el ejército se atribuyé a partir de 1964, pues desde entonees 1a so- berania radica én el Cuartel General, ocu- rrié lo mismo que con el MNR. Ovando y Torres estaban expresando a la politica que, a haber quedado interrumpida © incomple- ta en su manifestacion normal, exterior, par- tidista, pasd a expresarse insidiosamente en os pattidos en que se dividio el ejéreito, Ovando primero y Torres después toma ron de sompresa a, Ia izquiérda, que nunca pudo desarrollar_una_tfctica sogura—trente betes ame ae feduye ammeter dean ctiada y cautelosa como iinica prolongacion de su ‘perpl ftica, La evolucion de} gobierno de Ovando parecia confirmar el acierto de esta tactica del recelo: Ovando, en efecto, comenzd nacionalizando el petro- leo y terminé dirigiendo una banda de ra cketers. Pero las cosas sucedieron de una manera diferente con Torres. Por eso es tan importante analizar en qué se parecian To- rres y Ovando y en qué se diferenciaban, en qué se complementaban, en la medida’ en gue des caras de una misma forma se alejan hasta abominarse. Amos son gobiernos semibonapartistas, por lo menos en el sentido de que, fundandose en el poder del ejéreito y en un’ remate per- sonal del mando, practican una equidistan- cia politica (la ‘autonomia del aparato es tatal no existe en un Estado subdesarrolla- do) con relacién a las clases. Ambos son g0- biernos nacionalizadores, _institucionalistas ¥ NegOCMRIOTES; pero aqui-se interrumpen las coincid?nelas, Mientras Ovando cree que con la nacionalizacién del petréleo ha ganado ya un margen absoluto de maniobra que le per- mite burlar a la clase obrera y volver a un esquema reaccionario, preso “de los_hilos atroces del barrientismo, Torres es conscien- te agudamente de que debe convivir con un efectivo poder obrero, de que sin 19s obreros se rompe el equilibrio que le permite existir, Svando suponia: que, dtsputs we Ia. naciona: aacion Ge la Gulf las matangas de euerti- eros y ‘los asésinatos quedarian como he- chos insignificantes. Queria liqudar fisiea- mente a fa fase mas peligrosa de 1a tzquler- Sey 8a ves soecture al canis

He fundamental’ que" Bab de. eheaset 6 fue Ja clase obrera sino la guerrilla de Teo- ponte; ‘Torres, en cambio, tuvo que trabajar frente a un hecho cumplido que era el] mo- Viniento obrero, que. se hapa reorganiztdo, Gue habla hecho fusible et'7 de octubre, que ahora resiamaba ef reeoneclmiento de at Bo: der, Quiza esta nueva presencia explique por qué a bonapartigme fe Ovande fiene'un Ber fate reacelonario. mientras. que ‘el, de" TO- res coneluye en uaa suerte de. eomprom|so por la eatdstrofe ‘con ‘la, lqulerda, Ovando ate de un pacto con la intellgencia nacio- halista; Torres, de una accién conjunta con In clase gbrera’ Bero la experiencia de Ovan- do manché la imagen del gobierno de To- Freer Nunca pudo ig aquierds tener con 62 & Son Torre uh pare sta ‘con a ¢ poder, Tories ne lo. buseabe: 1m lequiende fo are teal Bieeto ae an liqapenas dela experiencia’ de Ovando, tra- taba de obtener de Torres lo que podia, es- perando su desercion en cualquier instante: le obligaba a hacer concesiones permanente- mentee potgue temic. que siguiea, el. curso ae Ovaro bero, por ese via, ar influencia so. bre un gobierno curiosamente débil y cazu- fro a uy tiempo se hizo eration 9 autodes, ttuctiva, BI trato con Torres se hacfa arduo. En prl- mer término, como se ha dicho, porque To- rres no buscaba sino esporadicamente a la faquierda, queria sorprengeria también se ducirla con un trato amistoso; pero no hay duda de que la temia fundamentalmente. Su plan politico es una combinacién extrafia Ge yelolagaes que’ concluyen en una suerte de Confusa hongavez final fay un momento en que incluso intenta desplazar a la izquierda. ee euando se propone fe, construceion Gel te: rrismo, Bta una ventacion mecanion, que Sa lia de su conformacion como regimen. E] su- yo fue un semibonapartismo anomalo. E] to- Fame. era pensade como una manera, po litiea correspondiente a lo que fue el pero- nian ay Gergana var Serie age wa conyocatoria carismatica que dejara atrds la inutilidad de Ias formulas previas, pero, aqui, la forma semibonapartista’era ancmala pore que ocurria después del movimiento de ma- was yno antes ‘de él; abajabs, con maaes previamente crguntaadas y ‘politisndas, Por consis tugar—de_disolver a las_fér- el envol- ye io flaccida de fuerzas anteriores. Por eso se Anilisis- decia que Torres era el empate entre el ejér- cito y la clase obrera. Es con tales supuestos que Torres organiza una secretaria politica que no_intenta_con- actos otginleos conta_luguietda, marxista pero sf la elaboracion de la APR(4). Pero esto era, en realidad, una tercera etapa en su recorrido politico. ‘Las dos anteriores ha- bian sido: primero, él proyecto de una alian- za con ei MNR, que llegs a una fase muy avanzada (proyecto con el que cayé Ortiz Mercado), y segundo, el intento de cons- truir un ‘trente con partieipacién de varios grupos pequefios no marxistas, es decir, con toda la izquierda aceptable para la derecha militar. Un proyecto como el otro, como es vie sible, carecian de viabilidad y también carecio Ge ella Ia APR, Hasta qué punto esta organiza- clon (la APR) se sentia rival y no aliada de la izquierda lo demuestra el temprano carée- ter anticomunista que cobré en Santa Cruz En todo caso, cuando se habla de que la iz- quierda actus con inmadurez hacia Torres o que es clerto, pero por otros conceptos) ho debe pasarse por alto otro hecho ain mas categérico: a ug, ton so-un-contarto pbliffeoserid_con_Ia_iraulle tities ler da> que, incluso, cuando llego a conversar Tedimente con élia, en las postrimerias del régimen, lo hizo ctiando todos sus Intentos para reducirla y sustituirla habian fracasa- do terminantemente, (5). Hasta aqui hemos visto por qué Torres no podia o no queria convertirse en una expre~ Sign de 1a lequierda en el poder. Vamos 2 ver ahora por qué la izquierda fue, a su tumo, ‘ineapaz de proponer ella (puesto que Torres no 10 hacia) un pacto politico coherente, un contrato de acuerdos, Eso resultaba, en pr mer término, de la divisiin_de la fzaulerda, como lo ha dicho todo el mundo. Nancahua~ 2G, en este sentido, creé a la vez Ia fuerza de’ la lzquierda, porque Tompid e] aislamien- to dela clase obrera y le permitié una ex- pansion que no tuvo antes, y su debilidad, Dorque la propia izquierda se dividié en tor- ho a lo de Nancahuani, Pero era resultado, por el otro lado, del hecho de que la inicia- tiva_politica_no_estaba_en_mant B quierda,-sine: En las primeras horas después del 7 de octubre, To- Tres, por ejemplo, propuso la participacion de dbreros en el gabinete y se dice que has- ta acepté una mayoria de obreros en él. (6). if flsass fom, Menuet Sata tae Ue cedars ane Meee ge Geshe oa tls Sages omen Reekaony i seeeee ne uml de ea areata SAmeet te igh ae SRESLENE itei e daans at BESS arn oats SATA Soe a iri, (oy EASES corey tye sect per fue te GEA LOS Seam Sat FaTeRanh See el inka pose fe ite hee oe aE Bolead at dteli pratitnat WeS yo ie sett in Sle aa Hubo después muchos reproches, por no ha- berse aceptado este planteamiento; pero la clase obréra tenfa la experiencia de los_mi- nisterios obreros del tiempo del MNR (7) y sabia que, sin una organizacion. politica que diera coherencia a la participacion ministe- ial, los obreros iban a servir a un esquema ajeno en lugar de servirse de él. La verdad €s que es mas o menos facil, posible de to- dos modos, corregir el curso de los hechos 9 retomar decisiones cuando la iniciativa es- ta en. manos de uno; pero, convertir los acontecimientos que vienen desde fuera, co- mo iniciativa de fuerzas politicamente in- ciertas, en actos politicos de control del po- der, reguiere de 1a existencla de un aparato de ‘conduccién partieularmente consistente. No podia hacerlo la. izquierda boliviana que, no sélo estaba dividida y reeibiendo una ini- ciativa ajena, bastante insdlita, sino que ni siquiera era él amo del movimiento de ma- sas sino su esclavo, como se vera mas ade- lante en esta exposicién. El desarrollo de los acontecimientos bolivianos deja, como otra de sus ensefanzas para la laquiérda, que és- ta debe tratar de tener siempre la’ iniclati- va; que, una vez que logre un aparato co- rrespondiente al nivel del ascenso de las ma- sas (lo que no ocurrié), debe apoderarse de la inielativa para no soitarla mas. El lanzar Ja inieiativa, el recuperarla 0 conservarla es, en realidad, 'toda la politiea y es wna pérdi- da de tiempo hablar de poder, de organiza clén o de cualquier cosa si no se tiene la ca- pacidad necesaria para hacerse duefio de la iniciativa historica. Pero nada es tan diffcll como conyertir la iniciativa ajena en inicia- tiva propia, nada. tan difieultoso, como ro- bar el comlenzo de los hechos. Con la ini- clativa en manos extrafias, son los heehos los que imponen el error dé uno; uno nau- fraga en los actos ajenos. Y ésta es una conclusion que vale, tanto para la politica como para la guerra, Si Ja Iniciativa estaba en manos de Torres, era, logico que se le exigiera dar pruebas continuas de su buena fe revolucionaria. Pe- ro si la izquierda la hubiera capturado, ha- bria podido dar un margen mucho mas. am- plio @ ‘Torres, atin para existir. Un acuerdo acerea de las modalidades de creacién de arsenales habria sido, por ejemplo, mucho mas Importante, en esa coyuntura, que la expulsion del Cuerpo de Paz o que jas pro- Plas nacionalizaciones, que eran como rego cijos con befas a los yanquis y también actos que no afectaban a la decision del po- der politico. Ese acuerdo era imposible po: varlas razones, Torres, como lo _demostré hasta e] final, no estaba interesado en ar- mara la izquierda, que era como desarmar al ejército, y preferia, en cambios, actos de sonoridad y atractivo,’ como Ja expulsion del Cuerpo dé Paz o las nacionalizaciones. La ‘ives @ dichos ministertos “obreros". Se estaba en eso cuando Tos proplos raluistros de ‘Torres Fequirieron de urgencia fla COB que no presen Tara lag ternas porque el hacerlo, en su concepto, iba ahacer inevitable e Tnmediato’ el" goipe mt (7) Movimiento Nacionalists, Revoluclonaro, e1_prin- lpat" partido Dopullsta “del pats. que gobernd. de asa’ @ioed. Durante tos. cuntto primeros, «ios, con minlstros obreros y con los trabajadofes en in” administracion do ‘as. minasnacionalizadas como “controles obreros" con derecho '®veto. Anélisis izquierda, a su turno, no tenfa el mecanismo para plahtear conjuntamente una postula- cién semejante y, mientras el PCB (8), por ejemplo, pensaba que habla que apoyar a Torres ‘tal como era, confiando en que el ejéreito lo sostendria “en Ja medida en que no hubiera Provocaciones”, 1a FSTMB (9) estaba Interesada en proyectos como la co- gestién en COMIBOL (10), otra vez desinte- Tesandose del tema ‘central, que era la de- fensa antifasclsta del poder y la formula dentro de la que Torres debia sobrevivir. ‘De alguna manera, la izquierda tenia con- ciencia de que las cosas estaban sucediendo fuera de ella, que los verdaderos actores eran las _masas populistas y el ejército (11). La existencia de Torres era el reconocimiento de esta posicion histérieamente dominante del ejército y 1a Asamblea Popular fue el In- tento de organisar politicamente a las-ma- sas, aunque todavia sirviendo a ciertos as- ectos de sus modaljdades populistas. En es- te sentido, debe decirse que la aceptacién de Ia Asamblea y su consagracion fue el acto de gobierno mas importante de Torres (12); debe decirse, a la vez; que fue el mayor es” fuerzo para dar coherencia ideolégica a ma- sas que no la tenfan por su caracter, aun- que al mismo tiempo, sirviendo a determina- dos Tasgos de ese cardcter. En Jo ideol6gico, las posiciones que se de- sarrollan fundamentalmente en la Asamblea son tres: 1) la del POR (L) (18), que consi- dera que la Asamblea es ya el poder dual, el brazo obrero en el poder dual, y que debe comenzar a ejercitar su poder cuanto antes, mediante Ja accion de las masas; 2) la del POB, que concretamente habla de’Ja “Asam- blea'como escuela”, es decir, una linea lenta, contraria a la inmediatista’ de los, trotskis- tas en la teoria, pero su allada en la précti- @ Partido Comunista de Boltsia. (pro-Moscit). Dese- Frolié une Tinea, de ‘apovo Torres (9) Pederacién ‘Sindieat “de ‘Trabajadores Mineros de Bolivia, Bl organismo sindleal més prestisioso del Bris By “tefunclon hn ‘aldo tan sobreaiiente, or Fis tesis, ‘por'el nivel de sus ditigentes, par st Dresenela decisive, due se puede decir que e3 famblen'e1 nucleo’ revoluclonario fundamental en Boilvis. (10) Gorporacién sCinera_de Bolivia, empresa estatal Ge explotacion mimera ‘creada sobre Tm base de las Mines nacionallzadas # Patifo, Hoschild. y Are Yitto ie iequicraa y el elérelto. Fate mat (11) ¥'no ie tequlerda yet ¢re fe matiz es por emis importante: ta taquierda solo relativamente Spor sectores controinba. a. las maecas. Bnvre Tanto, ctvelgretto ‘no dejaba de tener eu espirita de ctierpo, tanto con Telacion. a Torres 0. Dae Slonalisme castrense como dentro de Tos planes de a derecha. 12) Una’ aceptacton desganada, slempre que, comenzd Henao Une mesativa no declarada para’ franstor Marse en una ‘condicionada aceptacton, Las me: Ennicmospolfticos “del gobierno, empesando ‘por su gecretaria polftice, preguntaron de donds venta ‘dela Acamblea, ‘Se es fexpon™ ‘mismo origen ue. ta. legitimt- os dec, ef acto. de poder ati Tae Octubre, aue st. Torkes_ no Teoonocta et lado Gorers de ‘esd acto, ‘estaba, tambien dssconoctendo eI'propio Origen ‘de mi lesitimiand. Bi gobierno yo gue of Paincio Legislative. (donde debia. Tew hitseia. ‘eambiea) ‘estaba on Teparacion. ¥, "eh determinade momento, amenazd con instaiay ose ‘Asamblea, sobre ia. bise. de ios ‘campesinos, “En ihe’ primeras.reuniones, se temla en cuniquler mo: eat un asaito de camapesiaoe. goblernigias. A Inrgn, sin embargo, cusndo vio que era inofensh ‘Tonnes “cepts negociat ‘con ‘ella (12) Partido Obtero Revolucionarlo, de tendencia trots Kista, ca, posiclon en la que la ocupacién de nue- vos “sectores del poder (ocupacién “desde arriba") debia. ser" complementada por la ayuda proveniente del mundo socialista, pa~ Ta producir la transformacién pacitiea del régimen de Torres en un régimen socialis- ta; 3) la del MIR (14) y otras sectores (in cidentalmente el ELN (15) y el PCML), (16) que tomaba ala Asamblea como un germen jel poder dual, es decir, un embrion del Es- tado obrero, que no podia existir si no crea- ba su aparato coercitivo previamente, es de- cir, su fundamento armado, independiente de'Torres y del ejército, aunque eventual- mente aliado a ellos. (17). Aqui no se discute la propiedad con .que se habla de poder dual como figura histori ca. La proposicion era, en cierto modo, mas adecuada que en 1952:'aqui era Ia Asamblea, brazo politico de la COB, la que encarnaba el lado obrero del doble poder, en tanto que en el 52 esta representacion estaba en ma- nos de la COB misma, es decir, por el pro- pio sindicalismo. Bra "menos exacto hablar de poder dual en el sentido de que, aqui, el lado obrero del doble poder era un brazo de- pendiente, que no tenia poder por si mismo, Esto requiere un analisis mas extenso al qué nos aplicaremos en otra oportunidad. Pero la prdctica de las posiciones no era tan clara como las proposiciones tedricas. El MIR, por ejemplo, estuvo mas cerca del di- fuso’ (y mayoritario) bando populista de la Asamblea, al elegir a Lechin como presiden- te de ella, por considerar —Ilusoriamente— que aseguraba mejor su independencia con relacién al. poder militar. El POR (L) y el PCB se unieron, a su turno, a Lechin, que era como la ehearnacién del sindicalismo espontaneista, para postular la cogestién en COMIBOL, es decir, la oeupacién de la eco- nomia “desde arriba” en lugar de la ocupa- cidn “desde abajo” en 1a que participaron, de diferente manera, el PCML, el ELN y las propias ‘direcclones, untversitarias, mal con roladas por el MIR. EI punto en el que se aplican Jas lineas ideolégicas a las posiciones concretas de un modo mas transparente es la cogestion obre- ra en COMIBOL, Era el caso més notorio de una ocupacién “desde arriba”, es decir, en pacto con el gobierno de Torres, en oposi- cin a las ocupaciones “desde abajo”, es de- cit, por la mera accién directa, sin ‘consul tar_y aun desafiando al gobierno militar, El Proyecto de cogestiOn presentado por la Fe- Geracion de Mineros postulaba el ingreso de la_clase obrera a la administracién de CO- MIBOL, con mayoria de votos en los me- (1 Movimiento de 1a Tequierda Revolucjonaria. Par. Hao fundado “un mes antes ce la Asambica 'PO- ular por ia ,conjuncién de la Demoeracia Cris Hana Revolticlonaria, et grupo Espartaco, los Mar wistas Independientes ¥, disidentes det Partido Co: Iunista Marista Leniiista (pro Pekin) del Ne (15) Bjercite de Liberacién Nactonal, organizactén clan. Gestinnefundada por Che Guevara en 1967 (16) Partido Comuniste Marcists-Leninista, Hn in al. vision ate sufri6 el Partido ‘Comunista, el sla maoisia. Jofaturizado por Oscar Zamora, (17) Estas Dosiciones fueron -desarrotiadas “dentro de Jos debates dein Asampblen Popular. Pero figura mig Ordenadamente. en las ediciones de. MASAS, periodico “de POR de Lora, en el informe pre Eentado” por Jorge ‘Koile "ante Ia “Conferenci Gel POR yen el periodico VANGUARDIA, del MIR. 5 Anilisis. canismos de decisién y con la obligacién de rendir cuenta ante lds asambleas sindicales de base. Sin duda, ta clase obrera iba a te- Ter en sus manos ‘la mas Importante empre- sa del pais, pero el plan, aceptado por To- res, comprendia otras aiternativas, algunos desafios bastante azarosos para la lzquierda. Si la cogestién se detenia en COMIBOL mis- ma, habia el peligro de que sirviera para la creacin de una gran burocracia sindical, a la manera de la que engendro el Control Oprero en tiempo del MNR. Pero se tenia a Ig vista que las propias nactonalizaciones no significan mucho més que el poder dentro Gel que se realizan, que el sistema al que sir- ven. Con el MNR, hubo Control Obrero y hu- bo abundancia de ministerios obreros, pero eso no s6lo no dio lugar al poder obrero, si- no gue lo imposibilité. En este caso, los obreros habrian tomado a su cargo la ‘fase mas difiell del circuito de la produccion mi- nera y habrian otorgado, pero al precio. de su desgaste, un tiempo dé paz social al régi- men, que éra lo que Torres buscaba. Per con ‘cogestion 0 sin ella, el sistema del pais en su conjunto np habria salido de los mol Ges liberales, impuestos por el FMI en 1956, ni de su dependencia secular. (17 B) Este era el lado negativo de la cogestion, si no se cuestionaba al mismo tiempo el pro- blema del poder como totalidad y el arma- mento de las masas. Veamos ahora la alter nativa de éxito de la cogestion. Puesto que los Obreros iban a administrar las divisas gue produjeron siempre, habria sido I6gico que a continuacién preguntaran al gobierno en qué las gastaba. ‘Pero las divisas, dentro del esquema de Eder (18), son invertidas en beneficio de los consumos suntuarios de las clases privilegiadas, financiando un comer- cio hipertrofiado. Es muy sabido que en Bo- livia, donde el consumo diario es de 1.800 calofias per capita, se come galletas ingle- sas y. chocolates Suizos, La logica advierte que, Si la clase obrera habria entonces exi- Bido participar en la distribucion de las di visas que produeia’y administraba, habria tendo que avanzar ‘sobre los mecanismos del goblerno destinados a ello. La conse~ cuencia habria sido el reordenamlento del gasto y un avance inminente hacia la nacio- nalizacién del comercio exterior. ‘Todo bien, hasta aqui. Pero, ghasta qué punto las cla ses privilegiadas’ estaban dispuestas a acep- tar pacificamente una restriecion tan dras- Uica en sus consumos? Mucho antes de que Se pensara siquiera en aplicar el proyecto de Ia. Cogestion, los compradores de galletas in- glesas ya estaban disparando desde las ven- fanas, como franeotiradores. Los privilegia- dos no renuneian apaciblemente a sus bene- ficios; para ellos, 10 winico que podia justifi- car el vivir en un pais como Bolivia, éra c0- mer galletas inglesas y chocolates suizos, es Gecir, el vivir en un mundo suntuario. Ellos no esperaban, quizés, que el mundo GTB) Los acuerdos financteros que se conocen como Plan de Establuiracion Monetaria, firmados por el fobleo de. Siles ‘Suazo con el Fondo Monetar'o Sneernacionel en” 1956 (18) George “Jackson Eder, negociador norteamerteano Ge ioe aduerdos menelonades en et punto Autor de. las tasis mas humillantes pars Tabla de Boulvia ys Independencia econémicn suntuario tuviera Ia capacidad para la fe- rocldad que demostré después, pero las posl- nes esbozadas por la izquierda, con rela cion a la Asamblea, tenian sentid dentro de su contexto. Los. trotskistas, por ejemplo, respondian al fuerte acento sindi- calista de su tradicién. Ellos consideraban que, “aunque se estaba produciendo un as- cengo de masas en términos generales, sin embargo se estaba ante un momentaneo re- flujo del sector obrero (19). Pensaban, a la vez, que Ia cogestion iba a servir para’ acti- var ala clase obrera y que la practica del poder dual debian ser las masas en movi- miento; que Ia accion de las masas y su mo- vilizacién crearian las condiciones del poder € ineluso los fundamentos del aparato ar- mado. Otro tanto ocurria, a su manera, con las posiciones del PCB. Bs evidente que, por lo menos en su plantéamiento, la ayuda técni- ca y econémica de la Unién Soviética se di- rigia al desarrollo de clertos polos exeepcio- nalmente dinamicos de la economia bolivia na, ala construccién de industrias pesadas extractivas y de transformacién para las que el pais esta bien dotado. Era como poner de cabeza todo el modelo de desarrollo eco- nomico que habia sido impuesto a Bolivia por su condicién de pais capitalista depen- Giente, El PCB pensaba aparentemente que Torres daba el tiempo ideal para la consti- tuciéa de un frente revolucionario (al que incluso legé a Hamar Unidad Popular, como en Chile) (19 B) y para que los planes so- vieticos dieran esultadas, preparando. el asiento econémico para el poder soclalista que debia suceder a Torres, El propio sus- tantivo escuela sugiere que ia Asamblea era el lugar en que las masas debian aprender, a través de participaciones experimentales como la cogestién, a conducirse a si mismas. Por consiguiente, luego de que se concebia ala Asamblea Popular como una escuela y que se erefa en la transformacion pacifica del gobierno semibonapartista en un régi- men socialista, la fase que interesaba de la cogestin era ia de la paz obrera, que debia ser, ademas, exitosa, bajo el soporte de la efidiencia econémica’ de los soviéticos, La Asamblea, desde Iuego, era realmente una escuela; pero la historia la convocaba ya para funeionar como un poder. Por el otro costado, no basta con decir “el ‘poder dual existe” ‘para que exista realmente. En este orden de cosas, el peligro no estd en las po- siciones sino en su exacerbacién y lo que de~ fine la exactitud no es el concepto general de la posicién, que sucle tener su sensatez, sing el matiz con que se inserta en los he- chos. gQué pasaba con la ocupacién “desde arriba? que era al mismo tlempo una ofen- siva y un enjuague, a la vez un regalo a To- tres y un despojo'a Torres 0, para, decirlo de una sola vez, una hibridez. Pero también era hibrida 1a posieion del eje que podria mos lamar vanguardista (20) (MIR, ELN, TIO) AaL To gostuvo el alrigente de a Federaclén de Mt heros; Pilemén Escobar, en un articuto aparectao en MASAS, en ‘el que comentaba Tas elecclones Sinateates en el siglo XX. (19B) Enel informe ‘de su séeretario general, Jorge ‘Kelle, presentado a Congreso del PCB. (20) Este eailticativo es Legitimo s6I0 en ctianto estos PCML), porque aqui, al mismo tlempo que Se protestaba por ‘la insufictencia de los aprestos defensivos de la Asamblea, se prac- ticaba o no se lograba impedir la practica de Ia ocupacion “desde abajo”. Es decir, los unos declan que habia que conservar a’ To- tres y No hacian nada para conservarlo; ios otros, reclamaban la concreta conservacion de Torres ¥ se aprestaban a ella, pero au- mentando Jos riesgos que lo acorralaban, Pe- ro resulta Iamativo por lo menos el que, mientras trotskistas y comunistas aparecian apoyando tan resuelfamente un plan inme- diatista como era el de la cogestién (21), las organizaciones a las que tendian a calificar Ge extremistas fueran las que recomendaban cautéla en los pasos, un compas de espera para adoptarlos después de la constitucion del aparato armado de la Asamblea. En los hechos, se hablo en la Asamblea de la co- gestion 0 de la representacién campesina 0 de la. universidad boliviana, pero no de la cuestion del poder. (22). De esta manera, ast como el vanguardismo puro tuvo su hora triste en Nancahuazi, el desprecio genérico por la lucha armada’ tuvo su dia negro en €1 21 de agosto. Lenin ha escrito que “Marx fustigaba precisamente con sareasmos impla- cables a ‘los “osvobozhdentsi" liberales de Francfort, porque pronunciaban buenas pa- Inbras, tomaban toda clase de “decisiones” democratieas, “instituian” toda clase de li- Dertades y, en Ia practica, dejaban el Poder en manos ‘del rey, no organizaban Ja, lucha. armada contra las fuerzas militares de que disponia este ultimo”. (23). Asi también la Asamblea boliviana ‘discutia sobre si debia tener sus proplos embajadores 0 sobre los grados de su ejérelto, pero no se aprestaba, a defender su minima existencia, Los secto- res dominantes en ella parecian dar por sen- tado que la supervivencia del poder, con to- dos los matices que tenia, era. un problema que estaba a cargo de’ Torres. Este, a su turno, pensaba que el asunto estaba en ma- nos de los obreros. Se hablo mucho de la co- Gectores insistien en In necesidad de tn existence Syne venguardta armada. Pero, por 10 fenos en 1S que. se ieiiere al MIR Jaméa'se sostuvo auc In vanguardiaarmade deberin sustituir al mort mento’ de masas 21) Tan inmediatisea, en ia préctica, en cuanto, su (2) E¥bote police,” como las tomas “desde abajo", como so vera despues. (22) BI tema dela cogestion sth expuesto en et ar Floulomismo.” sobre im repretentacion campesina, fo ‘ditcutin si deblan "ser ‘edmitidos los. campesl: oe pficintiafan oon thdependiences. odo et ele Feofleiaiste. co” pronunele por la_prlmere post Hon, pero’ ia, asambien acep{o a Ios" independien: fer. en cuanto a la Universidad potiviana, se tra: tsa de un. proyecto de ‘unifieacton de a Universidades que hay en Bolivia. y también. det eresno de ia clase brea ‘de supervisar’ ta” con- fiecton Ge Ta ensenange la administracion en Silas" Alganas plsntenron ‘el ‘problema, como. cto de predominlo concreto de los obreros sobre toa universitarios, pues estaba de moda el obre Hismo puro, pero ia diseusion, se. desranecio, clan. Holes” univerattarios reconocleron al derecto de {ee obreros ‘a dirigit" ins universidadi Et “cindioalsme’ amenozo "varias ‘veces en in Scamblen ‘can derteatse bacia “uh, antipartidism® miiltante, ‘Habia. dirigentes.obreros ‘que ce puso You a hablar con desdén conersto, accren’ de 10s, partidos y de fon poilticos", iste. fle otro de los Feuton det Magermssmo™ perinanente de Ta ‘eam (23) BOS TACTICAS (dy ta soeialdemoerscia en In Fevorucion democrdiice). Lenin. Andlisis gestion @ incluso de miliclas populares, pe- Yo con eso, con la parafernalia de las pala- bras, no se hacia sino dar verosimilitud a la propaganda de la derecha, que hablaba ya de la inminente comunizacln de Bolivia, de que al domingo siguiente a la Asamblea’es- tarfan ocupadas las casas de los barrios ba- jos, que son la parte rica de la ciudad, En cualquier forma, si se aprobé la cogestién, después de eso Ro pasé nada mas. La Asam- blea no tenia fuerza para imponeria, nadie parecia urgido por aplicar el proyecto "ni hu- bo tiempo para hacerlo. El sector empresarial se sintlé, “en cambio, amenazado urgente- mente y ilamé a su gente a “luchar por to- dos los medios” (24), COMO SI EL PROYEC- TO YA SE HUBIERA APLICADO, lanando- se a la violencia misma. La clase’ que pierde es siempre mucho més intensamente cons- ciente que 1a clase que adquiere; aqui se tra- taba, ademas, de una amenazd ihconereta, que ‘adquiria’ el rostro de una peligrosidad Higubre, en tanto que, para el otro bando, s¢ trataba’ de una vaga ‘adquisicion. Si tas cosas son vistas desde este lado, se podria decir que la posicién del MIR. (y tam- bién la del ELN, que solo concurrié a la Asamblea lateralmente) era correcta en 10 fundamental: era cierto que no debia em- prenderse tareas que no se estaba en condi ciones de sostener en la prdctica, Pero la mera exactitud impotente no es sino un eon- Suelo para intelectuales. Bs_algo tipieamente Pequenoburgués: no importa lo que ocurre, Sino la claridad con que se lo ve. Una linea correcta, ademas de serlo, debe ser audible y capaz de penetrar en la realidad. Ni el MIR hi el ELN tenfan representaciones obreras importantes y sus portavoces, 0 eran de sec- tores extraproletarios o estaban en la repre- sentaclén partidaria (no en la sindical), ha- blando con la timidez de una representacion no obrera en una Asamblea esencialmente obrerista, La Asamblea era obrerista; pero ¢s0 no era sino literatura pura, puesto que no era eficaz, Ahora bien, el sobredesarrollo de as corrientes sindicalistas en Ia politica bolivia- ha es algo que resulta de la historia del mo- vimlento popular; no es una mera forma: es como si estuviera dentro de él. Es verdad (ésta es una correcta apreciacin de Guiller- mo Lora) que los obreros bolivianos casi munca eoneibieron al sindicato como un me- ro sindicato. En los grandes momentos, s0- bre todo, las organizaciones obreras funcio- nan como una suerte de soviets, asumiendo tareas que cotresponden al Estado. Incluso,~ cuando existe el doble poder, en 1952, no se habla en él del poder obrero’ (es decir, de la ideologia proletaria encarnada en el partido cbrero) aun costado y del poder burgués al otro, Son, en cambio, Ia COB (25), es decir, (2A) Las emprocarios privados sacaron un osado ma- hifiesto Tiamando” a. ia subversign, ‘convoeando. Te lucha’ “por todos los iedios". #1 ‘resultado fue gue ia empresa privada financi6 la existencla det Bjerelto. Cristiano ‘Naclonalista, et grupo. terrors. tarde la devecha ‘quo eallz6 los" atentados de Deparacion del golpe ¥ los asesinatos del dia 21 (25) Gesttrat” Obrera Boliviaas, creada en. 1952, max mo. Ofganismo. de los. trabsjadores. “La acumula. clon de sectores ‘mo vigurosamente ‘obreros en ells condujo,, sin embargo, & que la Federacion de Mineros’ thvlera siempre ‘més importancia que Is i Analisis: 1a organizacién sindical y el partido demo- cratico-burgués, como si los sindicatos hu- bieran ocupado el papel del partido bolehe- vigue, (26) En el ascenso de las masas, tal como su- cedié en Bolivia, los sindieatos son determi- nantes, pero en’ cambio, los partidos noo son en los sindicatos, La FSTMB, por ejem- plo, siempre fue mas importante’ y poderosa que los propios partidos a que pertenecian Sus integrantes. El sindicalismo sobrevive a todas las persecuciones, pero, en contraste, ningin partido logra reemplazar al MNR en el control de los sindicatos, control que, ade- més, el MNR perdié muy temprano. Hay, Pues, una hipertrofia en el papel de los sin- dieatos que caracteriza a todo el proceso histérieo boliviano. Es un fenémeno que también se manifes- to en la Asamblea Popular, incluso en sus requisitos estatutarios (27). Bra correcto, pa- ra mencionar un caso, establecer un predo- minio proletario, es decir, una superioridad cualitativa sobre la cantidad del proceso, que eran los campesinos, clase buroeratica, dependiente y osificada en la conquista de- mocratico-burguesa de la tierra. Esto signi- ficaba que no se elegia un proceso democra~ tico-formal, sino, que se pensaba, en efecto, en la construccién de la dictadura del pro- letarlado como definicién del doble poder. Pero si esto era un soviet, era un soviet sin el partido de la clase obréra y asi, en lugar de que triunfara la ideologia proletaria en manos del partido revolucionario, trlunfé ta linea sindicallsta, que slo a medias respon~ dia a los partidos. Los dirigentes sindicales, V.gr, pertenecian a partidos que votaron conta Lechin; pero ellos mismos votaron por Lechin, porque era miembro de su fede- racion y éita to habia resuelto asi, La confusion entre lo que es la ideologia proletaria, la posicién obrera y la condicion Gbrera se’ mostro tipieamente: Se daba més importancia a la extraceién de clase y aun al origen de clase (a condicin obrera) que & la ideologia del proletariado y, en todo ca~ 0, la posicion obrera (es decir, 1a posielén Ge esa clase obrera en esa coyuntura) dio un matiz sindicalista a la Asamblea, Por esta via, se puede decir que la Asamblea Popular fue’ la fase mAs alta del proceso populista de las masas bolivianas en lugar de ser el pri- mer organo de poder de la revolucién socia- sta, 'E] desdén hacia los partidos politicos, ha~ cia el campesinado, y mas que nada, hacia Jos universitarios, no fueron sino aplicacio- nes de esta linea, que era el polo opuesto del GOB. Pero Leenin era el maximo dirigente de la - Federacion de Aineros, dela COB y de la. Asam. bles Popular de suerte que volvlg a scumulan in poder inmenso, como despues de 1952. Ln Rpitenclon de ia tells det poder dual’ en, Bo- vie y ia inversién de sus. términos en materia Ge poder politico es un tema que debe ser desn frollado uheependientemente.- Ast lo noremos. Eos estatutos dela. Asamblen Popular’ fueron re- Gactados minuclosamente J. fu prinetpal objetivo era aregurar que en todas’ las. reuniones coral Stones ia aprebacton ‘de ios asuntos contara por Jo menos eon wm 60 por clento de votos obreros. ‘Ly ‘tsambles ‘misma tenia, por estatteo, une vas: ta mayorla. proletaria En "principio, este “hecho respondia a legitimas Dreogupacionés. Se, sabe, por elemplo, Richa “contra el burocratiemo en usta, 28) en vanguardismo o Jacobinismo (28) que acosa~ ba a la prictica de algunas otras organiza clones. No es que no se dieran cuenta de es- te obstaculo opuesto, pero, en los hechos, tanto el MIR como’el ELN pagaron en la Asamblea el tributo a una escasa influencia Obrera, es decir, a su pobre presencia en el proletiriado tal ‘como era, Sus vores se escu- Chaban remotamente pot en medio de las acusaciones de ser partidos universitarios 0 partidos campesinos, segiin los casos, y_asi puede decirse que su papel no fue rélevante én el manejo de la Asamblea. Lo fue, en cambio, de un modo mas que ‘considerable, €n el inomento del ‘combate. Estaban mal preparados para el debate con la clase obr: ra, en la manera en que ella existia en la coyuntura ‘politica, es decir, todavia expre- sando sus modalidades atrasadas, pero mos- traron, en su momento, haber ‘ido mucho mis Isjos en lo que se refiere a la organiza. cion militar Io que, después de todo, era el problema fundamental con relacién’ al he- cho del poder, Este es él hecho: que no s€ estaba en medio de los obreros. Eta conse- cuencia, siguiera en parte, d> la falta de Uempo ‘(el MIR. tenia das meses de existen- cia cuando se inaugura la Asamblea), pero quizas tambien de ciertas traiclones de un iheonseiente vanguardista. En aquel momen- to,se estilaba decir que él nacionalismo re volueionario (el populismo local) habia con- eluido su ciclo y ello es verdad en ¢] sentido de que es la historia del pais Ja que demues- fra que no son posibles para él las formulas Intermedias, llamense MNR, Ovando 0 'To- res, que no son viables histéricamente, que s6lo’ existen para fracasar. Pero, espécial- mente con relacion al MNR, (que hace un fe- nomeno mas denso y permanente), son. las masas lag que han éxistido con esa modali- dad y quizas aquf se cays en la tentacion de “creer que 1o caduco para nosotros ha cadu- cado para Ia clase, para Ia masa”, (29). De nada servia por eso acusar a los sindicalis- tas de sus efrores cuando al mismo. tiempo se demostraba que se era incapaz de estar dentro de la clase obrera. Pero los sindicalis- tas, a su turno, olvidaban otro consejo de Lenin: que todo fo que sea inelinarse ante la esponianeldad del” movimiento. oprero... equivale —en absoluto independiente de Ia voluntad de quien lo hace a fortalecer la influencia de la ideologia burguesa sobre los obreros”. ¥ también, para los que acusaban a los delegados universitarios por ser universi- tarlos, que “la historia de todos los paises atestigua que la clase obrera, exelusivamen- te con sus propias fuerzas, solo esta en con- diciones de elaborar una ‘conciencia “trade- Epo on ste van, og none espe tar ee pa ietree ocean es ae eh te eg feaneie eraretca a panes cra Ieee Re tide gen eee LARGE SAT AES arene SSSI Rone MR ene, ERAS eure ome saa Bie BD Mo TANS OE (2s) 29) unionista”, (30).Es con este fundamento que puede “afirmarse que la Asamblea, a través de su obsesiva concentracién en temas como la cogestién en COMIBOL, en cuanto expre- saba los intereses politicos inmediatos de la clase obrera, los propésitos de su posicién coyuntural, pero no sus intereses a largo pla- zo, estaba ‘practicahdo una suerte de reivin- dicacionismo ampliado de clase. Los trotskistas daban una gran importan- cla a la movilizacién de las masas y el PCB a la movilizacion sistematica de las masas, aunque sin mayor calado, unos y otros en las masas “verdaderas”, in hacer hincaplé en ese aspecto tenian ‘razon, sin embargo, porque Nancahuazi y Teoponte son una en- sefianza permanente de lo que es la lucha armada al margen de la movilizacion de las masas. “Con la vanguardia sola —ya se sa- be— és imposible triunfar”, (31). Pero el 21 de agosto, precisamente, advierte acerca de que es una moviizacion de masas que no an ocupado de armarse. En aguellos dias, se decia de algunos par- tidos que habian hecho importantes adquisi- ciones de armamento“y puede ser que haya sido cierto, Pero no es Suficiente siqulera dis~ poner materialmente de las armas, ni ain €n la insurreceién permanente de Bolivia. Se Hecesita, ademds, estar subjetivamente pre- parado para utilizarias y en esto ocurrié al- go realmente clasico: por refutar a la con- cepeién foquista de la lucha armada, estas organizaciones predispusieron a su militan- cia contra la lucha armada en general. Cuan— do Megé la hora de utilizar las armas que habfan sido adquiridas, su militancia no es- taba preparada para’ hacerlo, carecia del aparato imprescindible. El resultado fue que no pudo asistir a la batalla sino a través del sacrificio de sus ditigentes y militantes més resueltos. En su composicién, préctica, 1a acclén es- taba perdida; pero también en su contexto politico propiamente, Naturalmente, habria sido un error dar a Torres un apoyo en ge- neral, como parécia proponerio el PCB, por ejemplo, Pero era, en ‘cambio, grandemente necesario encontrar un acuerdo de limites con Torres, Ahora est& muy claro que la iz~ quierda debia exigir que se la armara, como contraparte de su apoyo. A qué andar con remilgos, en efecto, en matéria de apoyo 0 de no apoyo, al servicio de purezas inquebran- tables, si se iba a poner el 21 la vida misma de la’ gente para luchar contra los que de- rrocaban a Torres? Por eso, aunque estaba equivocado el PCB al postular un apoyo en bianco, no lo estaba, empero, en el sentido de qué tampoco era suficiente decir que To- res, puesto que era limitado, no servia en ahsdluto, Si, aun apoyando a ‘Torres, como 10 hizo, el PCB se hublera. preparado concreta- mente para lo que vino el 21, que era un combate y no un plebiscito, sus ‘postbilidades se habrian aerecentado enormemente; pero fue excesivo en el respaldo a Torres, inerte lo se (G0) GQUE HACER? Lenin. También dice: “Il desa- froin espontaneo del’ movimiento lleva a. sithor- Ginarlo a ia ideolopia burguesa. Por ‘eso. nuestro eber es. combatir ia espontanciaad”, (31) La ENFERMEDAD “INFANTIL DEL “IZQUIER DIsMO” EN EL COMUNISMO. Lenin Analisis ante e| ritmo populista de la Asamblea y dé- bil y desorganizado en la batalla misma. Aqui egamos a un punto que es quizés el preferido en las voeiferaciones contra la, iz- quierda boliviana, Es la linea que dice: “un goblemo democratico cayo, Porgue 1a iaquler- ia se entreg a una linea provocadora; la lzqulerda infantil derribé a Torres”, Con’ es- to se hace referencia a las tomas de tlerras y mlnas, al manifiesto de las clases y subofi- Glales, alos secuestros del ELN, pero tambien a Ia proclamacion inmediata del poder dual por el POR, ete. (32). Es un argumento que, fundandose’ en ciertos heehos indiseutlbles, es propuesto, sin embargo, con una intencion reacelonaria; ¢s la apologia de los goblernos reformistas, ‘un argumento que, en el andll- sis conereto de cada situacién, se yuelve Gontza log que 10 invocan, como se ha de ver do inmedia! ‘Torres crefa que con buenas palabras y con visitas a los cuarteles iba a apaciguar.a la derecha militar, Jamis encaré una verdade- ra reorganizacién del ejército y, para saber- lo, basta con anotar que Reque Teran (33) era e] comandante del ejército, en tanto que ‘Sanchez (34) nunea fue otta cosa que coman- dante de la fraccién de un regimiento, si las cosas hubieran tenido éxito siguiendo este curso, Torres habria demostrado que, en efectd, conocia mas del ejéreito que quien- quiera en Bolivia, como se repetia tantisimo entonces. Pero, a’ pesar de las enormes con- cesiones ‘hechas a los gorilas, los gorilas no se tranqullizaron. Se demostré lo que ya se sabia, que el poder no nace de una amistad condéscendiente, sino de Ja fuerza de los he- chos: mientras’ temieron a los obreros, no golpearon a Torres; cuando se les demostro que los obreros eran un bulto, pero dificil- mente un aparato armado, derribaron a To- rres. En medio de eso, no importaba lo que éste decia, Es cierto, de otro lado, que UCAPO (35), ocupé alguhas haciendas 'y que las federa~ (32) Bn algunos casos, como en clertes minas de ta (22) Broviucia fnguisivi, las comas feron -alentadas Reedeveh gobierno. i thanifiesto. de. Ins clases ‘Suboficialss agrupados ‘enim. Vanguerdia. Milter Set Pueblo, puibilendo unos aias antes, del eolne, 5 monclonado como ‘el mas" canereto caso de Shafdecimionto det'sentimionts goiplsta. entre. tes ‘oficiales, Pero tambien podria Suponerse, puesto Que-'a ects aituras la. facture

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