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1 Principios y Normas de Contabilidad
1 Principios y Normas de Contabilidad
Marco conceptual de la información financiera
9 788415 467601
Asociación Española
de Contabilidad
y Administración
de Empresas Asociación Española de Contabilidad
DECLARADA DE UTILIDAD PÚBLICA y Administración de Empresas
D O C U M E N T O S A E C A
S E R I E
P R I N C I P I O S Y N O R M A S
D E C O N T A B I L I D A D
Marco conceptual
de la información
financiera
(Revisado en octubre de 2012)
Primera edición: septiembre de 1999
Documento nº 1
ISBN: 978-84-15467-60-1
Depósito legal: M-37919-2012
1ª edición - Octubre 2012
PRESIDENTE:
Enrique ORTEGA CARBALLO
Gómez-Acebo & Pombo Abogados
VOCALES:
Francisco ALMUZARA José María GAY DE LIÉBANA José Luis LÓPEZ
GUZMÁN Asociación Española de Asesores COMBARROS
ASNEF-Asociación Nacional de Esta- Fiscales Banesto
blecimientos Financieros de Crédito
José Ramón GONZÁLEZ Araceli MORA ENGUÍDANOS
Mario ALONSO AYALA Iberdrola Universidad de Valencia
Instituto Censores Jurados de
Cuentas de España José Antonio GONZALO Fernando PEÑALVA ACEDO
ANGULO IESE
Javier CALVO Universidad Alcalá
GONZÁLEZ-VALLINAS Juan REIG
Banco de España Gerardo HERMO BLANCO Garrigues Abogados y Asesores
Asociación Española de la Industria Tributarios
Leandro CAÑIBANO CALVO Eléctrica (UNESA)
Universidad Autónoma de Madrid Florentina ROS AMORÓS
(UAM) Felipe HERRANZ MARTÍN Delegación Central de Grandes
Universidad Autónoma de Madrid Contribuyentes-AEAT
Enrique CORONA ROMERO (UAM)
Universidad Nacional de Educación a José Luis SÁNCHEZ
Distancia (UNED) Jorge HERREROS FERNÁNDEZ
ESCAMILLA DE VALDERRAMA
Justo CORREAS MARTÍNEZ KPMG Auditores Instituto de Analistas Financieros
Auditor
Lorenzo LARA LARA Francisco SUÁREZ ENCISO
Alicia COSTA TODA REGA-Consejo Superior de Colegios Auditor
Universidad de Zaragoza Oficiales
de Titulados Mercantiles y Constancio ZAMORA
David GARCÍA RÍOS Empresariales RAMÍREZ
Intervención General de la Universidad de Sevilla
Administración del Estado Alejandro LARRIBA DÍAZ-
ZORITA
AECA
ÍNDICE
Pág.
Por tanto, la versión revisada del Marco Conceptual de AECA, que ahora pre-
sentamos contiene tan sólo algunas diferencias con la versión anterior. Sin perjui-
cio de la lógica adopción de la terminología utilizada por el Plan General de Con-
tabilidad, quizás la principal diferencia estribe en la inclusión en el Marco de una
relación, con sus correspondientes definiciones, de los principios contables que ri-
gen la práctica de nuestra disciplina, adicionales a los dos ya contemplados en la
versión anterior como hipótesis básicas. Cabe afirmar, como también indicamos
más adelante, que tales principios, si bien no estaban recogidos expresamente,
aparecían implícitos en las diferentes partes del Marco, tales como requisitos o ca-
racterísticas cualitativas de la información financiera, criterios de reconocimien-
to y criterios de valoración de los elementos de los estados financieros.
En definitiva, puede decirse que en la revisión realizada no ha sido necesario
ir más allá de la lógica aproximación del Marco Conceptual de AECA al Marco
Conceptual del Plan General de Contabilidad.
En esta línea, el Marco Conceptual de AECA, también pretende ser una expli-
cación, in extenso, del Marco Conceptual del Plan General de Contabilidad. Por
ello, los comentarios a cada uno de los epígrafes del Marco Conceptual comienzan
con la definición de los correspondientes conceptos, extraídos del Plan General de
Contabilidad.
2 Mantenemos la introducción a la primera edición del Marco Conceptual, si bien hemos supri-
mido algunos párrafos que ya no tienen objeto, tales como las referencias al Plan General de Contabili-
dad de 1990, vigente en aquel momento.
ción de los elementos de los estados financieros y el análisis de los requisitos necesa-
rios para su reconocimiento.
Uniéndose a estas tendencias actuales, la Comisión de Principios y Normas de
Contabilidad de la Asociación acometió la elaboración de un Marco Conceptual, con
la finalidad de completar y actualizar el mencionado Documento núm. 1 de la serie
de “Principios Contables”.
El Marco Conceptual, que ahora se publica, no implica, por tanto, una ruptura
con los criterios de actuación de la Comisión, sino un intento de ampliar y perfeccio-
nar el soporte teórico de sus normas, en la misma línea trazada por el Documento
núm. 1.
Sin duda, el desarrollo alcanzado por nuestra actividad económica en estos años
y, con ello, la creciente importancia de la información financiera, circunstancias a
las que ha colaborado considerablemente la reforma del ordenamiento mercantil en
su adaptación a la Unión Europea, aconsejan esta ampliación del razonamiento te-
órico en el que se apoyan las normas de la Comisión.
Con ello, este Marco Conceptual tiene similares características a las de su ante-
cesor.
En primer lugar, trata de establecer los fundamentos conceptuales en los que se
apoya la elaboración de la información financiera. Para ello, plantea un itinerario ló-
gico-deductivo en el que secuencialmente se contemplan:
- las características del entorno en que se desenvuelve la información financie-
ra, prestando especial atención, dentro del mismo, a los usuarios de la misma
y a sus necesidades de información;
- la definición de los objetivos de la información financiera, en congruencia con
las necesidades de sus usuarios;
- el establecimiento de sus requisitos o características cualitativas, necesarios
para asegurar que la información financiera cumpla sus objetivos;
- la formulación de dos hipótesis básicas 3, como normas fundamentales de fun-
cionamiento del sistema contable destinado a la elaboración de información
financiera con propósitos externos 4;
3 A las que en la presente edición del Marco Conceptual se han añadido otros principios conta-
bles, en línea con la postura del Plan General de Contabilidad. Por otro lado, cabe señalar que la nueva
versión del Marco Conceptual del IASB se decanta por contemplar una sola hipótesis básica: empresa
en funcionamiento.
4 En la presente revisión del Marco Conceptual, se han añadido otros principios contables a estas
dos hipótesis básicas, siguiendo con ello, una vez más, el criterio del Plan General de Contabilidad. En la
versión anterior del Marco Conceptual estos principios eran contemplados de manera implícita, subsu-
midos bien en los requisitos (características cualitativas) de la información financiera, bien en los crite-
rios de reconocimiento, bien en los criterios de valoración de los elementos de los estados financieros.
Por lo demás, la finalidad de este pronunciamiento sigue siendo similar, por lo que
continúan resultando válidos los propósitos que se atribuían en su introducción al
mencionado Documento núm. 1:
a) Como factor clarificador del auténtico significado y representatividad de los
informes contables acerca de la actividad económica de los agentes a los que
se refieren dichos informes.
b) Como referencia de la teoría y de la práctica contables, contribuyendo de es-
ta forma a la más fácil interpretación del contenido de los informes por par-
te de sus destinatarios o usuarios.
Dicho de otro modo, y en línea con lo que se indica en su propio texto (epígrafe 1.2),
el Marco Conceptual facilita:
- el entendimiento mutuo;
- la aplicación de las normas con criterios homogéneos;
- la comprensión de las normas contables y de la información financiera, me-
diante el conocimiento de los fundamentos teóricos en los que se sustentan.
- la resolución de conflictos entre normas, suministrando criterios que enjui-
cien su validez;
- la justificación de las soluciones contables por referencia a un soporte teórico
común;
- el incremento de la confianza en la regulación contable y en la información fi-
nanciera;
- la adaptación de la contabilidad a los nuevos retos del entorno (globalización,
nuevos instrumentos financieros, impacto ambiental, etc.).
Y, además, el Marco Conceptual posee una finalidad resumen de las anteriores, que
merece ser destacada con sustantividad propia: hacer posible la satisfacción del re-
quisito de imagen fiel, impuesto por la legislación –y por la lógica contable– a las
cuentas anuales. En síntesis, hacer realidad tal requisito implica el cumplimiento del
marco conceptual, es decir:
- la satisfacción de los objetivos de la información financiera;
- el cumplimiento con sus características (relevancia y fiabilidad, así como las
derivadas de ellas) y de las reglas que se desprenden de dichas características.
- la adecuada observación de las hipótesis básicas en que se asienta la elabora-
ción de la información financiera (empresa en funcionamiento y devengo);
- la correcta aplicación de los criterios de reconocimiento y valoración de los ele-
mentos de los estados financieros: activos, pasivos exigibles, fondos propios,
gastos e ingresos.
Al igual que con el resto de los pronunciamientos que constituyen esta Serie de
Principios Contables, la Asociación pretende, con esta declaración, contribuir a la
autorregulación de la profesión contable y a la normalización de sus prácticas en
nuestro país, facilitando no sólo a sus asociados, sino al experto contable en general,
en la empresa, en la Administración Pública o en las aulas, lo que entendemos pue-
de ser un útil instrumento de trabajo.
Si esta última afirmación es aplicable a todos los demás pronunciamientos de la
Comisión, lo es especialmente al Marco Conceptual, en la medida en que este tipo de
soporte teórico de la regulación contable se orienta, como se indica en su propio tex-
to (epígrafe 1.2) a objetivos macroeconómicos y macrosociales, facilitando informa-
ción relevante y fiable que colabore en la creación y colocación eficiente de capitales,
en el impulso del desarrollo de los mercados y, en definitiva, en el empleo racional de
los recursos económicos.
Naturaleza y contenido
1. Este Marco Conceptual es una aplicación de la teoría general de la Contabili-
dad, que desarrolla los fundamentos conceptuales en los que se basa la infor-
mación financiera destinada a satisfacer propósitos generales, al objeto de do-
tar de sustento racional a las normas contables con las que se establece aque-
lla información.
2. El Marco Conceptual constituye un itinerario lógico-deductivo, en el que cada
una de sus etapas y, en consecuencia, su producto final, las normas contables,
han de ser congruentes con todos los escalones anteriores. Sucesivamente se
contemplan:
- los rasgos del entorno económico;
- los objetivos de la información financiera;
- las condiciones básicas de la información financiera;
- los requisitos (o características cualitativas) que debe cumplir la información
financiera para satisfacer sus objetivos;
- los principios contables en los que se apoya la elaboración de la información
financiera;
- la definición de los elementos –activos, pasivos, patrimonio neto, gastos e in-
gresos– de los estados financieros;
Funciones
3. En el ámbito de su finalidad básica (dotar de sustento racional a la práctica
contable), enunciada en el párrafo 1, el Marco Conceptual cumple las siguien-
tes funciones:
- establecer un punto de referencia común entre elaboradores, usuarios y au-
ditores de la información financiera;
- servir de orientación para la elaboración de normas contables y para su apli-
cación a hechos concretos;
- suministrar criterios para enjuiciar la validez de las normas contables ante
situaciones específicas, así como para solventar la resolución de posibles
conflictos entre ellas;
- facilitar la comprensión de la información financiera y con ello, potenciar su
comparabilidad y la credibilidad y confianza en la regulación contable;
- hacer posible la adaptación de la contabilidad financiera o externa a los nue-
vos retos del entorno (globalización, nuevos instrumentos financieros, im-
pacto ambiental, etc.);
- dar cumplimiento al requisito de imagen fiel impuesto por nuestro ordena-
miento y por la lógica contable a las cuentas anuales.
4. Con ello el Marco Conceptual contribuye a objetivos macroeconómicos y ma-
crosociales, facilitando información relevante y fiable que colabore en la crea-
ción y colocación eficiente de capitales, en el impulso del desarrollo de los mer-
cados y, en definitiva, en el empleo racional de los recursos económicos. Con-
tribuye, en definitiva, al desarrollo económico.
Ámbito de aplicación
5. Este Marco Conceptual resulta aplicable especialmente a los estados financie-
ros elaborados con propósitos generales, pero también atañe a la información
adicional que normalmente suele acompañar a estos documentos cuando no se
incluye específicamente en ellos. Unos y otra responden conjuntamente a la de-
nominación genérica de “información financiera”.
Valor normativo
13. Este Marco Conceptual constituye un desarrollo actualizado del Documento
núm. 1, “Principios y Normas de Contabilidad en España”, de la Comisión de
Principios y Normas de Contabilidad de la Asociación Española de Contabili-
dad y Administración de Empresas.
14. Contiene los criterios básicos con los que debe elaborarse la información fi-
nanciera para que la misma sea útil en la toma de decisiones económicas. Su
contenido resultará, sin duda, de utilidad, para interpretar y aplicar las nor-
mas contables concretas. Por ello, dado su carácter genérico, el valor norma-
tivo corresponde más bien a los documentos de principios contables relativos
a cada una de las rúbricas de la información financiera.
15. Por ello, suele ser normal afirmar, por parte de los organismos emisores de
normas, que el Marco Conceptual no tiene carácter normativo. AECA formu-
la la misma afirmación, en el sentido indicado más arriba: los conceptos ma-
nejados por el Marco Conceptual se tienen en cuenta en su aplicación a situa-
ciones concretas, pero es la norma aplicable a cada caso la que debe ser teni-
da en cuenta y observada, sin perjuicio de su interpretación a la luz de los cri-
terios del Marco Conceptual.
Economía de mercado
Incertidumbre
19. La actividad económica se realiza dentro de un ambiente de incertidumbre, lo
que obliga a adoptar diferentes conjeturas para la interpretación y cuantifica-
Entidad contable
Cuestiones generales
21. La información financiera debe proporcionar la identificación de la entidad
contable a la que se refiere. A tal objeto, la entidad contable está constituida
por un conjunto de actividades económicas, suficientemente diferenciadas de
las realizadas por otras entidades, en relación con las que la información fi-
nanciera resulta útil para la toma de decisiones de sus usuarios.
22. La entidad contable, como sujeto emisor de la información financiera, no
coincide necesariamente con la personalidad jurídica. En consecuencia una
entidad contable puede ser un sujeto jurídicamente independiente, un conjun-
to de tales sujetos, o una parte de una persona jurídica cuyas características
confieran utilidad al suministro de información por separado. Este último el
caso de un segmento o una división operativa con diferenciación significativa
en el seno de la persona jurídica.
23. La identificación de la entidad contable como sujeto emisor de la información
debe apoyarse en el adecuado análisis de la existencia de un cierto grado de
capacidad de decisión y de un conjunto de recursos disponibles encaminados
al cumplimiento de fines específicos, teniendo en cuenta, además, la utilidad
de la información financiera que pueda suministrar.
24. La entidad contable está constituida por un conjunto de factores de produc-
ción, en los que se concentran intereses de un amplio espectro de estamentos,
entre los que se incluye la colectividad, globalmente considerada. Estos inte-
reses en torno a la información financiera deben satisfacerse procurando la
mayor igualdad posible entre todos ellos.
Grupos de sociedades
25. La determinación de la entidad contable que emite la información financiera
debe cumplir con el requisito de preeminencia del fondo o sustancia sobre la
forma, tal como se enuncia en apartado correspondiente de este Marco Con-
ceptual. Implica ello que, en las concentraciones económicas, la entidad glo-
bal debe prevalecer sobre los componentes individuales que la integran.
26. Por ello, las cuentas consolidadas son las representativas de la situación eco-
nómico-financiera de los grupos de sociedades. Las cuentas individuales,
cuando se trata de un componente de un grupo, deben interpretarse en el con-
texto de las cuentas consolidadas del mismo. Todo ello sin perjuicio de la ne-
cesidad de suministrar información por segmentos, cuando la diversificación
de la actividad de la entidad contable lo aconseje.
Objetos económicos
28. La actividad económica se materializa a través de transacciones de objetos
económicos entre los distintos sujetos. Los objetos económicos se identifican
con los diferentes bienes, servicios, derechos y obligaciones susceptibles de in-
tercambio y se caracterizan por estar vinculados con los rendimientos econó-
micos, bien porque son susceptibles de generarlos, bien porque suponen la ne-
cesidad de desprenderse de ellos.
29. El reflejo en la información financiera de los objetos económicos está consti-
tuido por los elementos de los estados financieros, a los que se refiere el epí-
grafe “Definición de los elementos de los estados financieros” de este Marco
Conceptual.
Necesidad de la información
30. La información sobre la actividad de la entidad económica interesa a los di-
versos grupos de usuarios de la información financiera enunciados más arri-
ba, en la medida en que puede servirles de soporte para sus decisiones econó-
micas.
31. Algunos de estos usuarios tienen necesidades de información distintas a las
que puede satisfacer la información financiera, por lo que pueden requerir y
obtener información diferente. Sin embargo, aquélla constituye una fuente
primordial y, en algunos casos, única para sus usuarios.
32. Por ello, la información financiera debe confeccionarse y presentarse tenien-
do en cuenta las necesidades de sus usuarios, al objeto de que les resulte un
soporte útil para la toma de decisiones.
33. Cada uno de los estamentos interesados en la información financiera tiene
amplias necesidades, de entre las que ha de obtenerse un denominador común
que constituye el ámbito a cubrir por la misma, a la vez que determina sus ob-
jetivos. Dado que los propietarios son los suministradores de fondos propios
(patrimonio neto) a la entidad económica, la información contenida en los es-
tados financieros que cubra las necesidades de estos usuarios, cubrirá también
muchas de las necesidades que otros usuarios esperan satisfacer en tales esta-
dos contables.
34. El resto de las necesidades específicas, en la medida en que no son cubiertas
por la información financiera, requieren información o documentación espe-
cífica, al margen normalmente del sistema contable y, por tanto, de este Mar-
co Conceptual. La información financiera, no obstante, amplia progresiva-
mente su ámbito, por lo que cada vez tiende a la satisfacción de necesidades
más amplias.
35. Todos los usuarios de la información financiera confían en la misma para eva-
luar, en mayor o menor medida:
- el comportamiento de la entidad, y
- su capacidad para mantener y administrar sus recursos.
36. Los propietarios, actuales o potenciales requieren evaluar el comportamiento
de la entidad y su capacidad para mantener y administrar sus recursos en re-
lación con la estabilidad y rentabilidad de sus inversiones y con la capacidad
de distribuir dividendos y predecir niveles futuros de inversión y, por tanto, de
crecimiento, al objeto de apoyar sus decisiones de comprar, recuperar o man-
tener su inversión, así como para evaluar el comportamiento de los adminis-
tradores de la entidad.
37. Los trabajadores y sus representantes medirán con esa evaluación la estabili-
dad de su empleo y la capacidad de la entidad para satisfacer sus remunera-
ciones y otros compromisos, actuales o futuros, tales como las jubilaciones y
Concepto
43. La información financiera debe encaminarse al cumplimiento de determina-
dos objetivos, establecidos en función de las necesidades de sus usuarios, en
relación con los que se mide su utilidad.
44. Los objetivos de la información financiera vienen determinados, en conse-
cuencia, por las características del entorno en el que se desenvuelve dicha in-
formación, debiendo mantener el adecuado nivel de congruencia con el mis-
mo. Tal entorno determina y configura las necesidades de los usuarios de la in-
formación financiera que, a su vez, constituyen un punto de partida básico pa-
ra el establecimiento de los objetivos de la misma.
Utilidad de la información
49. En síntesis, la información financiera facilita información de una entidad eco-
nómica sobre
- su situación económico-financiera,
- su actividad, y
- sus flujos de tesorería.
50. Para asegurar los mayores niveles posibles de utilidad de la información finan-
ciera, la misma debe cumplir con los requisitos de la información financiera
Concepto
63. Los rasgos básicos de la información financiera son las características de la
misma, que configuran un sistema contable concreto, en función de sus espe-
cificaciones y objetivos. Están determinados por el entorno, con el cual deben
mantener el adecuado nivel de congruencia.
64. Para el cumplimiento de los objetivos de la información financiera y, en con-
secuencia, para la satisfacción de las necesidades de sus usuarios, la entidad
económica formula estados financieros periódicos en el marco de la legalidad
vigente y con su contenido expresado en términos monetarios.
67. Los estados financieros son el medio principal para suministrar información
financiera de una entidad económica. Reflejan, a una fecha determinada, la
recopilación, clasificación y resumen final de los datos del sistema contable,
junto con algunos otros no obtenidos directamente del mismo.
68. Los estados financieros son el Balance de Situación, la Cuenta de Pérdidas y
Ganancias, el Estado de Cambios en el Patrimonio Neto, el Estado de Flujos
de Efectivo y las notas complementarias o Memoria. El ordenamiento jurídi-
co vigente los denomina, cuando se presentan con periodicidad anual, Cuen-
tas Anuales.
69. La información sobre la situación económico-financiera es aportada especial-
mente por el Balance; la información sobre la actividad se suministra por la
Cuenta de Pérdidas y Ganancias y el Estado de Cambios en el Patrimonio Ne-
to; la información acerca de los flujos de fondos y de tesorería es suministra-
da especialmente por el Estado de Flujos de Efectivo.
70. Los estados financieros también incluyen la Memoria, destinada a:
- ampliar la información contenida en los restantes estados financieros;
- poner de manifiesto los criterios con los que han sido confeccionados;
- añadir información adicional, no contenida en ellos, tal como riesgos e incer-
tidumbres que pueden afectar a la entidad económica, situaciones o compro-
misos futuros no contemplados en Balance o acontecimientos posteriores al
cierre;
- incluir información plasmada en estados contables especiales, derivados de
las últimas tendencias de la información financiera y llamados a satisfacer de
manera más completa las necesidades de los usuarios, tales como, el estado
de valor añadido, la situación medioambiental de la entidad, información
segmentada, etc.
- suministrar información sobre bases diferentes a las que rigen la elaboración
de los restantes estados financieros, como es la relativa, en su caso, al efecto
de los cambios en los precios, la elaborada sin tener en cuenta el principio de
devengo o la confeccionada con criterios fiscales.
71. Aparte del contenido indicado, es preciso incluir en la Memoria cuantos datos
adicionales puedan resultar necesarios para la mejor interpretación de la in-
formación financiera y, con ello, para la más adecuada satisfacción de las ne-
cesidades de los usuarios.
72. Desde el punto de vista de su utilidad para las necesidades de los usuarios, to-
da la información mencionada en los puntos anteriores merece la considera-
Concepto y cometido
85. La información financiera debe reunir determinados requisitos (también de-
nominados características cualitativas)10 con el fin de propiciar el cumplimien-
to de sus objetivos y, en consecuencia, garantizar la eficacia en su utilización
por parte de sus diferentes destinatarios. En definitiva, los requisitos de la in-
formación financiera se orientan a potenciar su utilidad, es decir, la satisfac-
ción de las necesidades de los usuarios y, con ello, a asegurar el cumplimien-
to de los objetivos de la información financiera.
86. La principal razón del establecimiento de requisitos para la información fi-
nanciera dimana de la separación entre la función de procesamiento de la in-
formación y la de adopción de decisiones relativas a la gestión económica. Se
sigue de este hecho que los responsables de la adopción de decisiones o usua-
rios de la información deban exigir determinadas garantías en cuanto a la ela-
boración de los estados financieros, como premisa necesaria para un aprove-
chamiento eficaz de la información contenida en ellos.
87. Por todo ello, los requisitos de la información financiera deben orientar la ela-
boración y aplicación de normas contables, así como la elección entre posibles
alternativas en la aplicación de diferentes criterios o métodos a la solución de
casos concretos.
Relevancia
Concepto y requisitos asociados
93. La información es relevante cuando es útil para la toma de decisiones económi-
cas, es decir, cuando ayuda a evaluar sucesos pasados, presentes o futuros, o
bien a confirmar o corregir evaluaciones realizadas anteriormente11.
94. La información ha de poseer una utilidad notoria, potencial o real, para los fi-
nes perseguidos por los diferentes destinatarios de la información financiera.
Una información es, por tanto, relevante, cuando es susceptible de influir en
la toma de decisiones por los usuarios.
11 Todos los párrafos en cursiva corresponden a definiciones o frases extraídas del Plan General
de Contabilidad.
Identificabilidad
105. La información financiera debe referirse a sujetos económicos perfectamen-
te definidos en cuanto a su área de actividad económica y a momentos o in-
tervalos temporales perfectamente identificados. Han de mostrar expresa-
mente, por tanto, los datos de identificación personal y temporal de la infor-
mación contenida en ellos.
Claridad
106. La claridad implica que, sobre la base de un razonable conocimiento de las ac-
tividades económicas, la contabilidad y las finanzas empresariales, los usuarios
de las cuentas anuales, mediante un examen diligente de la información sumi-
nistrada, puedan formarse juicios que les faciliten la toma de decisiones.
107. La claridad, como requisito derivado de la relevancia, pretende asegurar,
dentro de lo posible, la adecuada utilización de la información financiera por
parte de sus diferentes destinatarios. Si la información carece de claridad,
pierde total o parcialmente su relevancia.
108. La cualidad de la claridad atañe a la capacidad de comprensión e interpreta-
ción que brinda cualquier información. Se refiere a contenidos presentados
sistemáticamente, con terminología adecuada y formatos bien elaborados,
resaltando lo fundamental y despreciando lo accesorio. Con todo ello, la cla-
ridad implica y es sinónimo de comprensibilidad.
109. Los usuarios de la información financiera no son necesariamente especialis-
tas en materia contable, aunque se les supone un conocimiento razonable de
las actividades económicas, del mundo de los negocios y de las operaciones
contables necesarias para producir la información financiera. La claridad,
por tanto, se mide en relación con un usuario razonablemente conocedor de
aquellas cuestiones y que es capaz de analizar la información con adecuada
diligencia.
Comparabilidad
111. La comparabilidad, que debe extenderse tanto a las cuentas anuales de una em-
presa en el tiempo como a las de diferentes empresas en el mismo momento y
para el mismo periodo de tiempo, debe permitir contrastar la situación y renta-
bilidad de las empresas, e implica un tratamiento similar para las transaccio-
nes y demás sucesos económicos que se producen en circunstancias parecidas.
112. La comparabilidad implica que la información financiera debe ser útil para
detectar y explicar similitudes y diferencias al evaluar conjuntamente dife-
rentes situaciones en el tiempo y en el espacio.
113. La comparabilidad es un requisito asociado con la relevancia, en la medida
en que potencia su utilidad, al hacer posible su evaluación en términos rela-
tivos. Pero, al mismo tiempo, se relaciona también con la fiabilidad, pues una
información no comparable incrementa la incertidumbre, reduciendo el ni-
vel necesario de este último requisito.
114. Para que la información sea relevante y fiable, los usuarios de la misma han
de estar en condiciones de comparar su contenido en una misma entidad a
lo largo del tiempo, comparación que resulta importante para evaluar su evo-
lución. Asimismo deben poder comparar su contenido en relación con varias
entidades, con el fin de poder apreciar su situación en un contexto económi-
co determinado.
115. Como consecuencia del requisito de comparabilidad, la información financie-
ra debe incluir los criterios y métodos utilizados en su elaboración, los cam-
bios que hayan podido producirse en tales criterios y métodos y sus efectos.
116. Esta necesaria información sobre criterios y métodos es especialmente rele-
vante en caso de situaciones con riesgo o incertidumbre. La comparabilidad
se debilita en la medida en que se oculta la incertidumbre o si no se ponen
adecuadamente de manifiesto los criterios con los que se cuantifica la misma.
117. Cuando, con motivos fundados, la entidad económica se aparte de una nor-
ma que pueda considerarse común o habitual en el sector en el que opera, de-
berá incluirse la información necesaria en la Memoria, sobre los motivos que
avalan esa postura, así como sobre los efectos cuantitativos que la misma
puede producir sobre la información financiera.
118. La comparabilidad exige que la información financiera de un período se pre-
sente conjuntamente con la relativa a períodos anteriores. Balance, Cuenta
de Pérdidas y Ganancias, Estado de Cambios en el Patrimonio Neto, Estado
de Flujos de Efectivo y Memoria, deben presentar, al menos, la información
relativa a dos ejercicios consecutivos.
119. La normalización y la regulación contable, pública o privada, favorece sus-
tancialmente la claridad y la comparabilidad de la información, al generar
unos estados financieros uniformes en cuanto a estructura, terminología y
criterios de elaboración. AECA contribuye a ello, interpretando y comple-
mentando al Plan General de Contabilidad y otras normas públicas a través
de pronunciamientos profesionales. La elaboración de la información finan-
ciera de acuerdo con los Principios de la Asociación Española de Contabili-
dad y Administración de Empresas, incluyendo la puesta de manifiesto de los
criterios y métodos contables utilizados por la entidad, es una ayuda para al-
canzar la necesaria comparabilidad.
120. Al objeto de hacer posible la comparabilidad, es necesario que se utilicen los
mismos métodos para medir y representar hechos o transacciones similares
a lo largo del tiempo, tanto en la misma entidad como en entidades diferen-
tes, ya que si la comparación se realiza en términos heterogéneos, pierde su
validez.
Fiabilidad
Concepto y requisitos asociados
124. La información es fiable cuando está libre de errores materiales y es neutral, es
decir, está libre de sesgos, y los usuarios pueden confiar en que es la imagen fiel
de lo que pretende representar.
125. La fiabilidad se refiere a la capacidad de una información de expresar con el
máximo rigor las características básicas y condiciones de los hechos refleja-
dos, circunstancia que, junto con la relevancia, persigue garantizar la utili-
dad de la información financiera.
126. Para que una información sea fiable, debe ser imparcial, objetiva, verificable,
íntegra, constituir una representación fiel de los hechos que pretenden ser
puestos de manifiesto y prudente.
Imparcialidad
127. La información financiera ha de elaborarse con la intención de que sea neu-
tral y que no posea sesgos significativos.
128. En este sentido, la información financiera no es neutral cuando, por la ma-
nera de captar o presentar su contenido, puede influir inadecuadamente en
la toma de una decisión o en la formación de un juicio, llevando a los usua-
rios a tomar decisiones pretendidas o predeterminadas de antemano por
quienes la preparan.
129. Y tampoco es neutral cuando se elabora o se selecciona la información a pre-
sentar atendiendo a los intereses particulares de un grupo determinado de
usuarios.
130. El proceso de medición es sesgado cuando se produce una tendencia a que
las medidas resultantes tengan el mismo signo y grado de imprecisión. Los
sesgos pueden carecer de intencionalidad o estar originados por la preten-
sión de conseguir determinados resultados.
131. La fiabilidad también exige, en consecuencia, que las medidas realizadas es-
tén exentas de sesgos y de errores aleatorios imputables tanto al medidor, a
causa de su falta de precisión o de integridad (carácter completo), como al
procedimiento de medida.
132. Entre los sesgos que no deben tolerarse en la información financiera puede
mencionarse el alisamiento de beneficios, mediante registro anticipado de
ingresos o retrasado de gastos o la clasificación inadecuada de resultados.
133. Tampoco son tolerables los sesgos derivados de la falta de objetividad (requi-
sito al que se alude en el siguiente epígrafe), producidos por la utilización de
criterios subjetivos, excesivamente prudentes o excesivamente optimistas, en
la estimación de la incertidumbre.
134. La imparcialidad concierne a los responsables de la elaboración de la infor-
mación financiera, a quienes deben auditarla y a los organismos encargados
de la preparación y emisión de normas contables. Las necesidades de los
usuarios pueden resultar dispares entre sí, por lo que la actuación de los sec-
tores implicados en busca de la imparcialidad requiere una actitud de inde-
pendencia, análisis y juicio crítico.
Objetividad
135. La información financiera ha de elaborarse utilizando un mecanismo de pro-
cesamiento que impida al máximo la introducción de criterios subjetivos por
parte de los responsables del proceso. Esto depende del grado de concreción
y consistencia del sistema de procesamiento contable para producir automá-
ticamente mediciones de datos al margen de posibles influencias proceden-
tes de los procesadores del mismo.
136. La información financiera posee un grado de objetividad suficiente cuando
varios procesadores de los mismos hechos contables, dentro de un mismo
sistema de información y aplicando las mismas normas, pueden llegar a unos
datos análogos entre ellos. La objetividad puede medirse, en consecuencia, a
través del grado de dispersión de diferentes mediciones de un mismo hecho.
137. La información sobre determinados datos o sobre las contingencias que se
ciernen sobre la entidad económica puede requerir de la realización de esti-
maciones. Su posible subjetividad se palia informando adecuadamente de los
criterios utilizados y de las circunstancias y de las magnitudes tenidas en
cuenta para tales estimaciones, con lo que se incrementa su fiabilidad.
Verificabilidad
138. La información financiera debe ser susceptible de control y revisión internos
y externos.
139. La verificabilidad interna depende esencialmente de las normas de control in-
terno que efectivamente regulen las diferentes operaciones que desarrolla la
entidad y el propio sistema de procesamiento de la información financiera.
140. La verificabilidad externa representa la propiedad de la información de ser
sometida a comprobación a través de pruebas pertinentes fuera del sistema
Representación fiel
146. La fidelidad implica la concordancia entre la medida o descripción realizada
y el hecho que se quiere representar.
Oportunidad
153. La información financiera debe ofrecerse a los decisores económicos en
tiempo oportuno, es decir, antes de que pierda su capacidad de influir en las
decisiones de los usuarios. Unos datos presentados a destiempo se convier-
ten en inútiles para el propósito al que están dirigidos.
Razonabilidad
158. La información financiera no puede alcanzar en todos los casos una exacti-
tud completa sobre los sucesos de la actividad económica que trata de dar a
conocer, por lo que debe perseguir una aproximación adecuada y suficiente
de los mismos.
159. Un buen número de los sucesos económicos se prestan a diversas conjeturas,
no son medibles con entera precisión, dependen de sucesos aleatorios, etc.
Los estados financieros, por tanto, deben alcanzar la exposición más razona-
ble posible a la luz de las circunstancias del caso.
160. No obstante, los usuarios deben ser informados sobre las posibles limitacio-
nes de los datos y acerca de los criterios utilizados para la realización de es-
timaciones, al objeto de que no sean inducidos a error. La información no de-
be presentarse, por tanto, de no contenga los datos necesarios en cuanto a su
grado de precisión o razonabilidad.
161. La razonabilidad implica la búsqueda de los niveles óptimos de integridad (ca-
rácter completo) de la información y de su representación fiel, eligiendo los
atributos más adecuados a la satisfacción de las necesidades de los usuarios.
Economicidad
162. La información financiera es útil para el proceso de adopción de decisiones
pero, al mismo tiempo, su obtención ocasiona costes. La información que ha
de proporcionarse a los decisores económicos debe tener en cuenta el crite-
rio de coste-beneficio a la hora de juzgar el nivel de agregación o desarrollo
de ciertos datos que pueden favorecer un conocimiento más detallado de los
hechos por parte de los respectivos decisores. En ocasiones, suministrar in-
formación con niveles máximos de relevancia o fiabilidad puede suponer un
coste excesivo.
163. La medición de los costes y, especialmente, de los beneficios de la informa-
ción financiera no es un asunto fácil, teniendo en cuenta, además, su dimen-
sión social, en la medida en que los costes no son soportados necesariamen-
te por quienes disfrutan los beneficios que, por otro lado, ni siempre son fá-
cilmente cuantificables, ni recaen necesariamente sobre los usuarios para los
que se prepara inicialmente la información. La evaluación de la economici-
dad es, por tanto, cuestión en la que interviene el criterio profesional.
164. No es aceptable, sin embargo, limitar la información a los usuarios alegando
simplemente el excesivo coste de elaboración de la misma. Es necesario que
tal coste sea claramente desproporcionado con la utilidad esperada de la in-
formación por los usuarios.
Naturaleza y cometido
168. Los principios contables son las reglas fundamentales que rigen la elabora-
ción de la información financiera. Se determinan y se aplican en congruen-
cia con los objetivos de dicha información y con los requisitos que la misma
debe satisfacer, por lo que contribuyen al cumplimiento de unos y otros.
169. A continuación se incluyen las definiciones de cada uno de estos principios
contables, así como algunos comentarios a tales definiciones. En algunos
marcos conceptuales, tales como el del IASB, algunos de estos principios
(empresa en funcionamiento y devengo en su primera versión del Marco
Conceptual), tienen la consideración de hipótesis básicas o principios funda-
mentales del sistema contable. Ello es así porque sólo admiten posiciones an-
tagónicas: un sistema contable o adopta el principio de empresa en funcio-
namiento o se encuentra en estado de liquidación. Del mismo modo, si el sis-
tema contable no utiliza el principio del devengo, se convierte en un sistema
contable de otro tipo, por ejemplo, de los basados en criterios de caja.
170. Por su parte, el Marco Conceptual de AECA, siguiendo los criterios del Plan
General de Contabilidad, ha preferido no establecer distinción alguna entre
los principios contables sin perjuicio de señalar dichas hipótesis básicas. De-
be entenderse, además, que la jerarquía entre hipótesis básicas y el resto de
los principios o criterios contables presente en algunos marcos conceptuales
no debe de interpretarse en menoscabo de estos últimos.
Empresa en Funcionamiento
171. Se considerará, salvo prueba en contrario, que la gestión de la empresa conti-
nuará en un futuro previsible, por lo que la aplicación de los principios y crite-
Devengo
176. Los efectos de las transacciones o hechos económicos se registrarán cuando
ocurran, imputándose al ejercicio al que las cuentas anuales se refieran, los gas-
tos y los ingresos que afecten al mismo, con independencia de la fecha de su pa-
go o de su cobro12.
177. Tradicionalmente se afirma que el devengo atiende a la corriente real y no a
la corriente financiera de una transacción. La corriente real se produce cuan-
do tiene lugar la transferencia de los riesgos, rendimientos futuros o, en su
caso, obligaciones, inherentes a los elementos de los estados financieros.
178. Con el principio (hipótesis básica) de devengo se informa no sólo de las tran-
sacciones pasadas que suponen cobros o pagos de efectivo, sino también de
las obligaciones de pago y de los derechos de cobro que representan movi-
mientos de efectivo en el futuro.
179. Ello no es obstáculo, sin embargo, para que la información presentada con
criterios de devengo se complemente con la contenida en el Estado de Flujos
de Efectivo.
180. En epígrafe relativo a los “Criterios de reconocimiento de los elementos de la
información financiera” pueden encontrarse razonamientos adicionales rela-
tivos a la aplicación de esta hipótesis básica al reconocimiento de ingresos y
gastos.
Uniformidad
181. Adoptado un criterio dentro de las alternativas que, en su caso, se permitan, de-
berá mantenerse en el tiempo y aplicarse de manera uniforme para transaccio-
nes, otros eventos y condiciones que sean similares, en tanto no se alteren los
supuestos que motivaron su elección. De alterarse estos supuestos podrá modi-
ficarse el criterio adoptado en su día; en tal caso, estas circunstancias se harán
constar en la memoria, indicando la incidencia cuantitativa y cualitativa de la
variación sobre las cuentas anuales.
182. La uniformidad es consecuencia de los requisitos de la información financie-
ra y, especialmente, de la comparabilidad. Sin uniformidad, la información
contable pierde tal comparabilidad, ya que, en su ausencia, no habría posibi-
lidad de conocer si las alteraciones en las cifras contables se deben a los he-
chos económicos reales o tan solo a meros cambios o alteraciones de crite-
rios o métodos.
183. En consecuencia, y de acuerdo con la necesaria uniformidad requerida por la
comparabilidad, una vez adoptado un criterio o un método contable, debe
mantenerse en tanto no se alteren los supuestos que han motivado su elección.
Prudencia
189. Se deberá ser prudente en las estimaciones y valoraciones a realizar en condi-
ciones de incertidumbre. La prudencia no justifica que la valoración de los ele-
mentos patrimoniales no responda a la imagen fiel que deben reflejar las cuen-
tas anuales.
Asimismo, únicamente se contabilizarán los beneficios obtenidos hasta la fecha
de cierre del ejercicio. Por el contrario, se deberán tener en cuenta todos los ries-
gos, con origen en el ejercicio o en otro anterior, tan pronto sean conocidos, in-
cluso si sólo se conocieran entre la fecha de cierre de las cuentas anuales y la fe-
cha en que éstas se formulen. En tales casos se dará cumplida información en
No compensación
197. Salvo que una norma disponga de forma expresa lo contrario, no podrán com-
pensarse las partidas del activo y del pasivo o las de gastos e ingresos, y se va-
lorarán separadamente los elementos integrantes de las cuentas anuales.
198. La no compensación entre componentes de la información financiera es una
consecuencia de la claridad y, por tanto, de la relevancia de la información
financiera. Como norma general, y excepto cuando de su naturaleza econó-
mica o legal se derive que deban compensarse, tales componentes han de ser
tratados por separado, tanto por lo que respecta a su contabilización, como
en cuanto a su valoración y presentación, al objeto de no mermar la utilidad
de la información suministrada a los usuarios de la misma.
Importancia relativa
199. Se admitirá la no aplicación estricta de algunos de los principios y criterios
contables cuando la importancia relativa en términos cuantitativos o cualitati-
vos de la variación que tal hecho produzca sea escasamente significativa y, en
consecuencia, no altere la expresión de la imagen fiel. Las partidas o importes
cuya importancia relativa sea escasamente significativa podrán aparecer agru-
pados con otros de similar naturaleza o función.
200. La importancia relativa actúa como un umbral o punto de corte de la rele-
vancia, que determina el nivel, cualitativo y cuantitativo, en el que una deter-
minada información comienza a ser relevante.
201. En consecuencia, la aplicación de las reglas que rigen la elaboración de la in-
formación financiera, así como la de los criterios y métodos alternativos que
pudieran deducirse de ellas, debe estar presidida por la consideración de la
importancia en términos relativos que los mismos y sus efectos pudieran pre-
sentar.
202. Por consiguiente, puede ser admisible la no aplicación estricta de alguna nor-
ma contable, siempre y cuando la importancia relativa de la variación cons-
tatada sea escasamente significativa y no altere, por tanto, la relevancia y fia-
bilidad de la situación patrimonial y de los resultados del sujeto económico.
203. En principio, un dato o partida es significativo si hay razón para creer que es
probable que su conocimiento pueda influir en las decisiones o en la percep-
ción de un usuario informado que confíe en la información financiera. Es de-
cir, si su omisión o presentación errónea puede influir en dichas decisión o
percepción del usuario.
Cuestiones generales
214. Los usuarios de los estados financieros basan su evaluación de la informa-
ción financiera en la capacidad de la entidad para poseer objetos económi-
cos, es decir, recursos de los que puede obtener rendimientos futuros y en su
correlativa capacidad de generar liquidez. La posibilidad de obtener tales
rendimientos o la necesidad de desprenderse de recursos que incorporen la
probabilidad de obtenerlos es, por tanto, el soporte de la definición de los ele-
mentos de los estados financieros.
215. Según este criterio, la entidad económica posee recursos susceptibles de ge-
nerar rendimientos, a la vez que terceros ajenos a la misma poseen derechos
sobre tales recursos; unos y otros son sometidos a transformaciones deriva-
das de la actividad económica.
216. Los elementos de los estados financieros incluyen, por tanto, los recursos po-
seídos por la entidad (activos), los derechos sobre tales recursos (pasivos), el
patrimonio neto (consecuencia de ambos) y los cambios en unos y otros de-
rivados de transacciones y otros hechos o circunstancias originados por su
actividad económica, sin perjuicio de la información complementaria sumi-
nistrada en la memoria.
217. La definición de los elementos de los estados financieros es consecuencia de
los objetivos de la información financiera y debe interpretarse y aplicarse en
el marco de los requisitos y de las hipótesis básicas y de los restantes princi-
pios contables que contribuyen al cumplimiento de aquellos objetivos.
218. Las definiciones y comentarios a las mismas que aparecen a continuación de-
ben contemplarse conjuntamente con los criterios de reconocimiento de los
elementos de los estados financieros, enunciados más adelante en este Mar-
co Conceptual, cuyo denominador común es el necesario cumplimiento de
los requisitos de la información financiera.
219. No basta, en consecuencia, para ser reconocido en los estados financieros,
con que un elemento cumpla la correspondiente definición. Es necesario,
además, que satisfaga los requisitos necesarios para su reconocimiento.
220. En la evaluación del cumplimiento de la definición de los elementos de los
estados financieros debe prestarse atención a las condiciones sustanciales y
a la realidad económica subyacente, con independencia de su forma legal.
221. Una vez cumplidos tales criterios, la presentación de los elementos en los es-
tados financieros debe potenciar adecuadamente la relevancia de la informa-
ción financiera, a través del correspondiente proceso de subdivisión en capí-
tulos significativos, agrupados por atributos similares, incluyendo además la
información adicional necesaria en la Memoria.
222. La información básica correspondiente a los elementos relacionados con la
situación económico-financiera (activos, pasivos y su consecuencia, patrimo-
nio neto) debe aparecer en el Balance, del mismo modo que la información
básica correspondiente a los elementos relacionados con la actividad (gastos
e ingresos) debe aparecer en la Cuenta de Pérdidas y Ganancias y, en su ca-
so, en el Estado de Cambios en el Patrimonio Neto.
223. La Memoria contendrá la información adicional necesaria, pero los datos
contenidos en este documento no deben considerarse sustitutivos de los que
debe aparecer en los restantes documentos de las cuentas anuales.
unión con otros elementos, a los flujos de tesorería y de otros equivalentes lí-
quidos de la entidad. Este potencial puede derivarse de las actividades de ex-
plotación de la entidad económica, de su convertibilidad en tesorería u otras
partidas líquidas equivalentes, o de su capacidad para reducir pasivos en el
futuro.
227. Los rendimientos futuros que se espera obtener de un activo pueden llegar a
la entidad económica de diferentes maneras, en la medida en que un activo
puede ser:
- utilizado aisladamente, o en combinación con otros activos, en la produc-
ción de bienes y servicios a vender por la entidad económica,
- intercambiado por otros activos, o
- utilizado para satisfacer un pasivo, o distribuido a los propietarios de la en-
tidad económica.
228. La vida de un activo está limitada a su capacidad de producir rendimientos.
Cuando no exista esa capacidad o disminuya la misma, el activo dejará de
serlo total o parcialmente y se convertirá en gasto por el importe que corres-
ponda.
229. La pérdida de capacidad de un activo para producir rendimientos futuros
puede deberse a circunstancias inherentes al propio activo, pero también a la
pérdida de capacidad de la entidad económica, globalmente considerada, pa-
ra generar tales rendimientos futuros.
230. El plazo por el que se espera obtener rendimientos de un activo debe ser so-
metido periódicamente a revisión, acortándolo cuando se aprecie la disminu-
ción del potencial de prestación de servicios del mismo.
231. El alargamiento de dicho plazo sólo será posible en circunstancias excepcio-
nales, cuando se constate adecuadamente su prolongación y se cumplan de-
bidamente las condiciones de reconocimiento de los activos contempladas
este Marco Conceptual. El cambio en la estimación no debe tener, sin embar-
go, efectos retroactivos.
232. La forma en que puede surgir un activo en la entidad es diversa, pero el re-
conocimiento de la existencia de un activo es independiente de la manera en
que aparece. Funcionalmente todos los activos responden en su definición al
criterio que se basa en su capacidad para obtener rendimientos y la única di-
ferencia estriba en la forma o plazo en que tales rendimientos puedan obte-
nerse. Por ello, el hecho de haber sido adquirido a título gratuito no presu-
pone sólo por ello que no constituya un activo. En consecuencia, los adqui-
ridos de este modo deben considerarse activos cuando reúnan las restantes
condiciones de definición y reconocimiento.
233. La corporeidad no es esencial para la existencia de un activo. No es tal atri-
buto sino la posibilidad de obtención de rendimientos futuros la circunstan-
cia que debe utilizarse como criterio para la delimitación del concepto de ac-
tivos, y la que contribuye a la diferenciación entre activos intangibles y otros
conceptos que, por no tener contenido económico alguno, no deben aparecer
en el Balance.
234. Tampoco es esencial para el concepto de activo la propiedad legal del mismo,
sino el derecho y la posibilidad efectiva de utilización de sus rendimientos fu-
turos.
235. En cambio, sí es esencial a la definición de un activo el ser resultado de he-
chos o transacciones pasados. Las expectativas de hechos o transacciones, to-
davía sin confirmar, o los compromisos futuros, aún no perfeccionados o su-
jetos a condición, no dan lugar por si mismos a activos, si bien pueden reque-
rir de la adecuada información en la Memoria.
236. La evaluación de la situación económica de la entidad por los usuarios de la
información financiera implica una correcta clasificación de los activos se-
gún su naturaleza y plazo, así como la adecuada subdivisión de estos epígra-
fes, sin perjuicio de la información adicional que sobre los mismos pueda ser
necesaria en la Memoria. La distinción teórica entre el corto y el largo plazo
se basa normalmente en el período medio de maduración; a efectos prácti-
cos, sin embargo, suelen establecerse plazos convencionales.
237. Cuando, en razón de las condiciones específicas de la entidad, no resulte ade-
cuada una clasificación por plazos de los activos, este hecho debe indicarse en
la Memoria, a la vez que el balance debe utilizar denominaciones que pongan
claramente de manifiesto que no se ha empleado el criterio convencional.
Pasivos
238. Un pasivo es una obligación actual surgida como consecuencia de sucesos pa-
sados, para cuya extinción la empresa espera desprenderse de recursos que pue-
dan producir beneficios o rendimientos económicos en el futuro. A estos efec-
tos, se entienden incluidas las provisiones.
239. La existencia de una obligación de desprenderse de recursos susceptibles de
generar rendimientos es, por tanto, la característica esencial inherente a la
definición de los pasivos.
240. Los pasivos pueden generarse por adquisición de bienes o servicios, por ob-
tención de financiación ajena o por transformación de otro pasivo. Excepcio-
nalmente, un pasivo puede generarse ocasionando la reducción del patrimo-
nio neto.
241. La cancelación de un pasivo puede llevarse a cabo mediante:
- pagos en efectivo;
- transferencia de otros activos;
- prestación de servicios;
- renovación o sustitución por otro pasivo;
- conversión en patrimonio neto;
- compensación;
- otros medios previstos en derecho, tales como confusión de acreedor y deu-
dor, condonación o prescripción.
242. La ausencia de vencimiento expresamente contemplado o el sometimiento
del mismo a condición no es motivo para que el pasivo no cumpla la defini-
ción, siempre que el compromiso de prescindir de recursos sea probable.
243. Tampoco es obstáculo para la existencia de un pasivo el que su cuantía deba
estimarse por estar sujeta a condición o por cualquier otra causa, siempre,
una vez más, que el compromiso de prescindir de recursos sea probable.
244. La exigibilidad legal de la correspondiente obligación, como consecuencia de
un contrato o compromiso previo, no resulta imprescindible para que el pa-
sivo satisfaga la definición de este tipo de elementos de los estados financie-
ros, con tal de que cumpla las condiciones básicas enunciadas.
245. En los casos en que el pasivo deba estimarse en cuanto a su cuantía o a su
vencimiento, la estimación deberá realizarse de la manera más precisa posi-
ble, incluyendo en la Memoria mención de los criterios utilizados en la mis-
ma.
246. Las provisiones, por las razones indicadas en los párrafos anteriores, son pa-
sivos, ya que cumplen las condiciones que definen a estos elementos de los
estados financieros, aun cuando su importe deba estimarse o su vencimien-
to no esté totalmente determinado.
247. Sin embargo, por no cumplir las condiciones indicadas en la definición de es-
tos elementos, no tienen la consideración de pasivos las disminuciones de va-
lor de los activos que normalmente figuran en una partida correctora de su
importe original, formando parte de su valor contable.
248. En algunos casos, la distinción entre pasivos y patrimonio neto puede ofre-
cer a priori algunas dificultades, debido a las especiales condiciones de la
operación, en la que pueden concurrir características propias de uno y otro
elemento. Sin embargo, la evaluación de dichas condiciones, bajo la necesa-
ria preeminencia de la sustancia o fondo sobre la forma, aportará normal-
mente elementos de juicio para tal distinción, a la vez que puede dar lugar al
desglose del elemento en sus correspondientes componentes.
249. La adecuada evaluación por los usuarios de la información de la situación
económico-financiera de la entidad implica una correcta clasificación de los
pasivos según su naturaleza y plazo, distinguiendo el largo y el corto, así co-
mo la adecuada subdivisión de estos epígrafes, sin perjuicio de la informa-
ción adicional que sobre los mismos pueda ser necesaria en la Memoria.
250. Cuando, en razón de las condiciones específicas de la entidad, no resulte ade-
cuada una clasificación por plazos de los pasivos, este hecho debe indicarse
en la Memoria, a la vez que el balance debe utilizar denominaciones que pon-
gan claramente de manifiesto que no se ha empleado el criterio convencional.
Patrimonio neto
251. El patrimonio neto constituye la parte residual de los activos de la empresa,
una vez deducidos todos sus pasivos. Incluye las aportaciones realizadas, ya sea
en el momento de su constitución o en otros posteriores, por sus socios o pro-
pietarios, que no tengan la consideración de pasivos, así como los resultados
acumulados u otras variaciones que le afecten.
252. El patrimonio neto resulta, en consecuencia, de la diferencia entre el valor
contable de los activos y de los pasivos, valorados de acuerdo con los crite-
rios de este Marco Conceptual, diferencia a la que también suele denominar-
se “neto patrimonial” o “recursos propios”.
253. Los componentes del patrimonio neto se clasifican en tres bloques: fondos
propios, subvenciones no reintegrables y ajustes de valor, incluyendo la pre-
sentación separada de los importes correspondientes a los socios externos en
las cuentas consolidadas.
254. El patrimonio neto se altera por transacciones con los propietarios, además
de las modificaciones derivadas de los gastos e ingresos del ejercicio, sin per-
juicio de otras posibles procedencias, tales como actualizaciones de valor o
diferencias de conversión de estados financieros expresados en moneda ex-
tranjera.
255. Desde un punto de vista financiero, partidas tales como los resultados nega-
tivos de ejercicios anteriores, las acciones propias o el capital pendiente de
desembolsar, deben considerarse importes que minoran el patrimonio neto.
256. Los resultados (pérdidas o ganancias), pendientes de distribuir o de aplicar,
son también parte integrante del patrimonio neto.
257. La correcta evaluación por los usuarios de la información de la situación eco-
nómico-financiera de la entidad implica una adecuada clasificación del pa-
trimonio neto según su naturaleza, así como la correspondiente subdivisión
de estos epígrafes, sin perjuicio de la información adicional que sobre los
mismos pueda ser necesaria en la Memoria.
258. En ocasiones, la distinción de si una partida es un pasivo o, por el contrario,
forma parte del patrimonio, puede presentar algún grado de dificultad. El
análisis, en este caso, para determinar su auténtica naturaleza debe de estar
presidido por la preeminencia del fondo sobre la forma, atendiendo, por tan-
to, a la realidad económica y no sólo a su forma jurídica, con especial aten-
ción a cuestiones tales como si el emisor tiene la capacidad incondicional de
evitar el pago, circunstancia que apuntaría a la calificación como patrimonio
del elemento en cuestión.
259. En cuanto a la manera de presentarse este elemento en la información finan-
ciera, para las sociedades es relevante la división en capital y reservas y, den-
tro de estas, entre las voluntarias y las creadas por prescripciones legales o
estatutarias. Tales divisiones son especialmente relevantes en las cuentas
anuales individuales cuando ponen de manifiesto restricciones, legales o de
otro tipo, a la capacidad de la entidad económica para disponer, distribuir o
aplicar su patrimonio neto. También pueden servir para reflejar el hecho de
que los diferentes partícipes con intereses en la propiedad de la entidad tie-
nen distintos derechos en relación con la percepción de dividendos o el reem-
bolso del capital.
260. También es relevante la distinción entre aportaciones de los propietarios y
beneficios no distribuidos. Del mismo modo, tienen contenido informativo
las variaciones en el patrimonio procedentes de otras causas, tales como el
reconocimiento de subvenciones o los ajustes por valoración.
261. El Estado de Cambios en el Patrimonio Neto resulta útil para poner de ma-
nifiesto las modificaciones en el patrimonio, especialmente cuando son sig-
nificativas de uno a otro ejercicio.
Ingresos
269. Los ingresos son incrementos en el patrimonio neto de la empresa durante el
ejercicio, ya sea en forma de entradas o aumentos en el valor de los activos, o
de disminución de los pasivos, siempre que no tengan su origen en aportacio-
nes, monetarias o no, de los socios o propietarios.
Gastos
273. Los gastos son decrementos en el patrimonio neto de la empresa durante el ejer-
cicio, ya sea en forma de salidas o disminuciones en el valor de los activos, o de
reconocimiento o aumento del valor de los pasivos, siempre que no tengan su
origen en distribuciones, monetarias o no, a los socios o propietarios, en su
condición de tales.
274. Al igual que en el caso de los ingresos, este concepto incluye la totalidad de
las disminuciones de los recursos económicos de la entidad, independiente-
mente de su origen o de que tengan carácter ordinario o extraordinario.
275. Como concreción más frecuente del concepto de gastos puede mencionarse
el importe monetario correspondiente a:
- Los recursos consumidos o cancelados en el ejercicio, como consecuencia
de activos que han causado baja, pasivos reconocidos o servicios prestados,
como contraprestación en una transacción.
- La fracción imputable al ejercicio de los ajustes por periodificación, es de-
cir, de los desembolsos previamente registrados como activos por no haber
sido devengados como gastos, y que han sido consumidos como tales en el
ejercicio.
- Las pérdidas que ponen de manifiesto disminuciones reales o potenciales
en el valor de los activos o aumentos en los pasivos
- Los pasivos reconocidos o los activos cedidos a título gratuito.
Criterios básicos
Cuestiones generales
276. La definición de los elementos de los estados financieros es condición nece-
saria pero no suficiente para su inclusión en los mismos. Para que tal inclu-
sión sea posible, es necesario que cumplan los criterios de reconocimiento13
enumerados en este epígrafe.
277. Estos criterios de reconocimiento vienen impuestos por el cumplimiento de
los requisitos de la información financiera y giran en torno a sus dos cuali-
dades básicas: relevancia y fiabilidad. Están, además, determinados por la hi-
pótesis básica de devengo, a la cual desarrollan.
278. En consecuencia, se entiende por registro o reconocimiento el proceso me-
diante el que se incorpora una partida los estados financieros al Balance, a la
Cuenta de Pérdidas y Ganancias, y en su caso, al Estado de Cambios en el Pa-
trimonio Neto, tras constatar que cumple la correspondiente definición y que
satisface, además, las condiciones mínimas de relevancia y fiabilidad.
279. Ello implica la inclusión de la partida en el estado financiero correspondien-
te y, en su caso, la inclusión en la Memoria de la información adicional nece-
saria para asegurar el cumplimiento de dichos requisitos.
Fiabilidad
292. Además, para el reconocimiento de una partida, es necesario que posea un
valor que pueda medirse con fiabilidad, cumpliendo los requisitos de integri-
dad (carácter completo), imparcialidad, objetividad, verificabilidad, repre-
sentación fiel y prudencia, tal como se han definido en el epígrafe 5.3 de es-
te marco conceptual.
293. La incertidumbre puede aparecer también en la evaluación de la fiabilidad,
por lo que en relación con este criterio de reconocimiento habrán de tenerse
en cuenta los indicados requisitos de la información financiera y sus restric-
ciones, así como el suministro de la adecuada información sobre los criterios
utilizados en la estimación, de manera que no se menoscabe la fiabilidad.
294. Las posibilidades de medición con fiabilidad, en caso de incertidumbre, de-
ben evaluarse en niveles altos. Partidas medibles con poca fiabilidad, como
es el fondo de comercio cuando no se ha puesto de manifiesto por una tran-
sacción con terceros, no satisfacen los criterios necesarios para ser incluidos
en los estados financieros, a pesar de que puedan estar asociadas a rendi-
mientos futuros.
295. La fiabilidad puede estar relacionada con el momento en que se produce el
reconocimiento de un determinado elemento, de modo que la probabilidad
de medición fiable aumente con el tiempo. Entretanto no se consigan los ade-
cuados niveles de fiabilidad, el elemento no debe reconocerse en los estados
financieros, si bien normalmente es necesario incluir la adecuada informa-
ción en la Memoria, teniendo en cuenta, no obstante, la necesaria oportuni-
dad de la información.
Reconocimiento de activos
296. Los activos deben reconocerse en el balance cuando sea probable la obtención
a partir de los mismos de beneficios o rendimientos económicos para la empre-
sa en el futuro, y siempre que se puedan valorar con fiabilidad.
297. La existencia de rendimientos futuros determina la relevancia de una parti-
da como activo, en congruencia con las necesidades de los usuarios de la in-
formación financiera y con los objetivos de la misma.
298. El reconocimiento de un activo debe realizarse cuando, cumpliendo con el
requisito de fiabilidad, se perfeccione la transacción, de manera que la enti-
dad adquiera el derecho a la percepción de los rendimientos futuros asocia-
dos con el activo en cuestión.
Reconocimiento de pasivos
303. Los pasivos deben reconocerse en el balance cuando sea probable que, a su ven-
cimiento y para liquidar la obligación, deban entregarse o cederse recursos que
incorporen beneficios o rendimientos económicos futuros, y siempre que se
puedan valorar con fiabilidad.
304. El hecho de reconocer un pasivo implica el reconocimiento simultáneo del
correspondiente activo o gasto o bien la disminución de otro pasivo, de in-
gresos o del patrimonio neto.
305. El incremento en la cuantía de la obligación de prescindir de recursos que in-
corporen la probabilidad de obtener rendimientos futuros o el decremento en
la misma origina aumentos o disminuciones de los pasivos.
Reconocimiento de ingresos
309. El reconocimiento de un ingreso tiene lugar como consecuencia de un incre-
mento de los recursos de la empresa, y siempre que su cuantía pueda determi-
narse con fiabilidad.
310. El reconocimiento de un ingreso implica el simultáneo reconocimiento de un
activo (o de un incremento del mismo) o la desaparición o disminución de
un pasivo14.
311. El reconocimiento de los ingresos debe atender al principio de devengo, te-
niendo lugar, en consecuencia, cuando se produzca la corriente real, debida-
mente perfeccionada la operación, sin atender, por tanto, a la corriente finan-
ciera. Los ingresos se consideran devengados cuando la entidad ha cumplido
con un proceso de obtención y venta de productos o servicios, que le da de-
recho a una contraprestación o a un incremento de activos o disminución de
pasivos por cualquier causa.
312. El requisito habitual que prescribe que los ingresos, para ser reconocidos, de-
ben estar realizados, se refiere a que, para que tal requisito se cumpla, debe
haberse perfeccionado el hecho que determina la corriente real y, al mismo
tiempo, debe haberse constatado la existencia del incremento de recursos
económicos, por haberse recibido por ellos una contraprestación o por haber
surgido el derecho a la misma.
Reconocimiento de gastos
316. El reconocimiento de un gasto tiene lugar como consecuencia de una disminu-
ción de los recursos de la empresa, y siempre que su cuantía pueda valorarse o
estimarse con fiabilidad.
317. El reconocimiento de un gasto implica el simultáneo reconocimiento de un
pasivo (o de un incremento del mismo) o la desaparición o disminución de
un activo15.
318. El reconocimiento de los gastos debe atender al principio de devengo, tenien-
do lugar, en consecuencia, cuando se produzca la corriente real, debidamen-
te perfeccionada la operación, sin atender, por tanto, a la corriente financie-
ra. Los gastos se consideran devengados cuando la entidad ha cumplido con
326. Los gastos no vinculados a ingresos concretos o de los que se supone que no
se producirán rendimientos, o bien cuando, en términos de probabilidad,
existan dudas razonables al respecto, deben reconocerse como tales gastos en
el período en el que se producen.
327. Los activos deben imputarse total o parcialmente a la Cuenta de Pérdidas y
Ganancias de un período en la medida en que se constate o se estime que ya
no producirán rendimientos futuros.
328. Una vez aplicado lo indicado en el párrafo anterior, si posteriormente se re-
cupera el valor del activo, su importe puede reconocerse como ingreso si
cumple con las condiciones de reconocimiento de este tipo de elementos de
los estados financieros, con el tope máximo del importe inicialmente impu-
tado como un gasto.
329. El reconocimiento de una obligación sin reconocer simultáneamente un ac-
tivo relacionado con la misma implica la existencia de un gasto, que debe de
reflejarse en la cuenta de resultados cuando se reconoce aquélla obligación.
Así ocurre, por ejemplo, cuando surge una obligación derivada de la garan-
tía de un producto.
Cuestiones generales
330. Por valoración se entiende el proceso mediante el que se atribuye a cada ele-
mento de los estados financieros el montante en unidades monetarias por el
que ha de figurar en dichos estados financieros.
331. El proceso de valoración, globalmente considerado y por lo que respecta a
cada elemento de los estados financieros, debe de llevarse a cabo en con-
gruencia con las necesidades de los usuarios de la información financiera y,
por tanto, de los objetivos impuestos para la misma.
332. Sin embargo, un único criterio valorativo aplicado a la totalidad de los ele-
mentos de los estados financieros no satisface íntegramente todos los objeti-
vos posibles ni es capaz de alcanzar niveles máximos de utilidad en su con-
secución. Es necesario, por tanto, la utilización simultánea de diferentes cri-
terios de valoración, teniendo en cuenta en cada caso la naturaleza y el papel
que cada elemento de los estados financieros desempeña en la situación y ac-
tividad de la entidad económica.
333. Entre los factores que determinan el criterio de valoración aplicable a cada
elemento tienen una especial incidencia su papel y destino en relación con la
actividad de la unidad económica, el plazo de permanencia del mismo en la
entidad, su naturaleza, monetaria o no monetaria, y su capacidad de generar
rendimientos futuros y, en consecuencia, flujos de tesorería, todo ello en con-
gruencia con los objetivos de los estados financieros.
334. El contenido de los párrafos dedicados a los criterios de valoración debe con-
templarse, por tanto, desde un punto de vista teórico, en el que se apuntan
Coste histórico
16 Estos son los criterios de valoración que pueden considerarse básicos o principales. Además,
en el Plan General de Contabilidad se contemplan otros conceptos relacionados con la valoración: cos-
tes de venta, costes de transacción atribuibles a un activo o pasivo financiero, valor contable o en libros
y valor residual. AECA no ha incluido estos conceptos como criterios de valoración en su Marco Con-
ceptual, al ceñirse exclusivamente a los que ha considerado básicos o principales.
Valor razonable
353. El valor razonable es el importe por el que puede ser intercambiado un activo
o liquidado un pasivo, entre partes interesadas y debidamente informadas, que
realicen una transacción en condiciones de independencia mutua. No tendrá
en ningún caso el carácter de valor razonable el que sea resultado de una tran-
sacción forzada, urgente o como consecuencia de una situación de liquidación
involuntaria17.
354. Esta definición se apoya en el principio de empresa en funcionamiento: en la
medida en que se presume la continuidad de la unidad económica, se exclu-
ye el valor resultante de transacciones que se establezcan en condiciones
anómalas.
355. Al objeto de potenciar su utilidad, a la que nos referimos en los párrafos si-
guientes, el valor razonable suele determinarse sin deducir los costes de tran-
sacción en los que pudiera incurrirse en la en intercambio del activo o en la
liquidación del pasivo.
356. El valor razonable puede ser útil para evaluar la capacidad de la entidad de
realizar futuras reinversiones de sus recursos y para la estimación del com-
portamiento de los ciclos incompletos de aquellos activos y pasivos destina-
dos a su venta o liquidación.
357. Desde el punto de vista de la relevancia, el valor razonable es relativamente
adecuado en la evaluación de la vulnerabilidad y estabilidad de la entidad y
de los flujos de caja esperados, así como en la apreciación de los intereses en
la misma de propietarios y acreedores.
358. Sin embargo, el valor razonable también puede encontrar algunas dificulta-
des en la satisfacción de requisitos asociados a la fiabilidad, tales como la ob-
jetividad y la verificabilidad, caso de que no se utilice con el debido rigor en
cuanto a la observancia de tales requisitos.
17 Al igual que en todo el documento, transcribimos en cursiva las definiciones y comentarios del
Plan General de Contabilidad. En este caso, la norma añade: El valor razonable se determinará sin dedu-
cir los costes de transacción en los que pudiera incurrirse en su enajenación.
359. Con carácter general, el valor razonable se calcula, en primera instancia, por
referencia a un valor fiable de mercado, criterio que, cuando se dan las circuns-
tancias necesarias, debe aplicarse con carácter prioritario a cualquier otro.
360. Con ello, la utilización de este criterio valorativo se apoya en asunciones acer-
ca de la posible existencia de mercados activos18, con demanda suficiente, así
como en las posibilidades de que tales mercados mantengan sus variables.
361. Como indica el Plan General de Contabilidad, para aquellos elementos respec-
to de los cuales no exista un mercado activo, el valor razonable se obtendrá, en
su caso, mediante la aplicación de modelos y técnicas de valoración. Entre los
modelos y técnicas de valoración se incluye el empleo de referencias a transac-
ciones recientes en condiciones de independencia mutua entre partes interesa-
das y debidamente informadas, si estuviesen disponibles, así como referencias
al valor razonable de otros activos que sean sustancialmente iguales, métodos
de descuento de flujos de efectivo futuros estimados y modelos generalmente
utilizados para valorar opciones.
362. Es decir que, cuando no existe un valor de mercado, deben emplearse técni-
cas de valoración en las que se maximice la utilización de variables observa-
bles de mercado y se minimice la utilización de variables no observables,
siempre tratando de reproducir los mecanismos que los participantes en el
mercado utilizan en el proceso de fijación de precios. Para ello, puede ser ne-
cesario el análisis de varias soluciones de medición, al objeto de evaluar el va-
lor razonable más próximo al que resultaría de una transacción de mercado.
363. Al mismo tiempo, debe evaluarse la efectividad de las técnicas de valoración
empleadas, tomando como referencia precios observables para las transac-
ciones recientes del mismo elemento o de otros de naturaleza similar.
364. No es adecuado aplicar modelos y técnicas de valoración en sustitución de
una valoración basada en el mercado, cuando ésta pueda observarse en el
marco de la necesaria fiabilidad.
365. Las cuestiones indicadas hacen que, sin perjuicio de su aplicación a otras
partidas, el valor razonable resulte especialmente viable para aquellas parti-
das normal y fácilmente convertibles en efectivo, por ser prácticamente líqui-
18 El Plan General de Contabilidad, que realiza afirmaciones similares, define un mercado activo
como aquél en que se den las siguientes condiciones:
a) Los bienes o servicios intercambiados en el mercado son homogéneos;
b) Pueden encontrarse prácticamente en cualquier momento compradores o vendedores para un
determinado bien o servicio; y
c) Los precios son conocidos y fácilmente accesibles para el público. Estos precios, además, refle-
jan transacciones de mercado reales, actuales y producidas con regularidad.
Valor actual
372. El valor actual es el importe de los flujos de efectivo a recibir o pagar en el cur-
so normal del negocio, según se trate de un activo o de un pasivo, respectiva-
mente, actualizados a un tipo de descuento adecuado.
373. Desde la perspectiva de salida de factores del proceso productivo y conside-
rando el valor actualizado de los flujos netos de tesorería, el criterio del va-
lor actual neto implica la utilización de una tasa que refleje el tipo de interés
Valor en uso
377. El valor en uso es una aplicación concreta del valor actual. En el ordena-
miento español se utiliza especialmente en la estimación del posible deterio-
ro de los activos materiales o intangibles, comparando el valor en uso y el va-
lor de mercado con el valor en libros del activo en cuestión. El valor en uso
se aplica a activos individuales o a grupos de activos, denominados unidades
generadoras de efectivo.
378. El valor en uso de un activo o de una unidad generadora de efectivo es el valor
actual de los flujos de efectivo futuros esperados, a través de su utilización en
el curso normal del negocio y, en su caso, de su enajenación u otra forma de dis-
posición, teniendo en cuenta su estado actual y actualizados a un tipo de inte-
rés de mercado sin riesgo, ajustado por los riesgos específicos del activo que no
hayan ajustado las estimaciones de flujos de efectivo futuros.
379. Las proyecciones de flujos de efectivo se basarán en hipótesis razonables y fun-
damentadas; normalmente la cuantificación o la distribución de los flujos de
efectivo está sometida a incertidumbre, debiéndose considerar ésta asignando
probabilidades a las distintas estimaciones de flujos de efectivo.
380. En cualquier caso, esas estimaciones deberán tener en cuenta cualquier otra
asunción que los participantes en el mercado considerarían, tal como el grado
de liquidez inherente al activo valorado.
381. Las previsiones de flujos de efectivo deben cubrir un período razonable, a la
luz de las circunstancias de cada caso. Un criterio habitualmente utilizado es
el que afirma que los cinco primeros años deben proyectarse en detalle, con
cifras a ser posible, mensuales y con apoyo en los datos manejados por los
órganos de administración y alta dirección de la unidad económica. Más allá
de este horizonte temporal, se utilizan normalmente extrapolaciones, apoya-
das en tasas de crecimiento estables o decrecientes, coherentes con el com-
portamiento esperado de la unidad económica y del entorno en el que se de-
senvuelve.
382. Los flujos de efectivo a considerar son las entradas de tesorería esperadas,
netas de las salidas de efectivo necesarias para obtener aquellas entradas, in-
cluidos los gastos generales que puedan ser razonablemente atribuibles razo-
nablemente a la utilización del activo en cuestión. También se incluyen los
flujos esperados, en su caso, de la posible enajenación o disposición final del
activo en cuestión. Los flujos relacionados con la financiación de los activos
no se incluyen en este cálculo.
383. El cálculo del valor en uso tiene en cuenta únicamente la situación actual de
los activos, con lo que no se incluyen las expectativas de mejoras futuras de
capacidad productiva o restructuraciones similares, que no estén comprome-
tidas en el momento de la evaluación de los flujos de tesorería esperados. Ello
no es obstáculo para que se tengan en cuenta, como flujos negativos, los de-
sembolsos necesarios para el mantenimiento del activo en sus condiciones
actuales.
384. La razonabilidad de las previsiones debe ser revisada periódicamente, anali-
zando las diferencias entre las proyecciones realizadas y la realidad, así co-
mo las causas de tales desviaciones, procediendo a ajustar los cálculos, si han
aparecido sucesos o circunstancias que lo justifiquen, no tenidos en cuenta,
por haber aparecido con posterioridad, en el momento del cálculo inicial.
385. Como se indica más arriba, la actualización de los flujos de efectivo utiliza
un tipo de interés de mercado que, no obstante, debe ajustarse por los ries-
gos específicos del activo en cuestión. El ajuste se apoya en hipótesis sobre
los riesgos que previsiblemente serían tenidos en cuenta por los participan-
tes en el mercado en relación con activos de los que se esperan flujos de ca-
ja similares en cuanto a cuantía, período y riesgo. No resulta aceptable una
tasa libre de riesgo.
Coste amortizado
386. El coste amortizado de un instrumento financiero es el importe al que inicial-
mente fue valorado un activo financiero o un pasivo financiero, menos los re-
embolsos de principal que se hubieran producido, más o menos, según proce-
da, la parte imputada en la cuenta de pérdidas y ganancias, mediante la utiliza-
ción del método del tipo de interés efectivo, de la diferencia entre el importe ini-
cial y el valor de reembolso en el vencimiento y, para el caso de los activos fi-
nancieros, menos cualquier reducción de valor por deterioro que hubiera sido
reconocida, ya sea directamente como una disminución del importe del activo
o mediante una cuenta correctora de su valor.
387. El tipo de interés efectivo es el tipo de actualización que iguala el valor en libros
de un instrumento financiero con los flujos de efectivo estimados a lo largo de
la vida esperada del instrumento, a partir de sus condiciones contractuales y sin
considerar las pérdidas por riesgo de crédito futuras; en su cálculo se incluirán
las comisiones financieras que se carguen por adelantado en la concesión de fi-
nanciación.
388. En el criterio valorativo del coste amortizado, es esencial la utilización del ti-
po de interés efectivo, que sustituye de este modo al tipo de interés nominal.
Con ello se consigue distribuir con un criterio financiero todos los gastos e
ingresos a lo largo de la vida del instrumento financiero, imputándolos al re-
sultado del ejercicio con el que se relacionan, independientemente de cuan-
do hayan sido pagados.
389. De este modo, el retorno o rendimiento del instrumento financiero sea cons-
tante sobre el importe reflejado en el balance para el activo o pasivo, tenien-
do en cuenta para ello los flujos de efectivo estimados, con independencia de
los previstos contractualmente. Sin embargo, como ya se ha indicado más
arriba, las perdidas por riesgo de crédito futuras no se incluyen en su cálculo.
390. El cálculo del tipo de interés efectivo incluye todos los concepto por cual-
quier concepto pagados o recibidos: comisiones, incluidas las que se carguen
por adelantado en la concesión de la financiación, intereses, costes de tran-
sacción de otro tipo, primas o descuentos que pudieran contemplarse y, en
definitiva, cualquier importe relacionado directamente con la operación.
391. El tipo de interés efectivo se calcula en el reconocimiento inicial del instru-
mento financiero. Debe recalcularse, como es lógico, con el consiguiente
efecto en las cifras en balance y cuenta de resultados, cuando algún cambio
en las condiciones del instrumento financiero modifique de manera signifi-
cativa los flujos de caja esperados. Por ejemplo, cuando se trate de un inte-
rés variable, referenciado a una variable externa, como puede ser el Euribor.
tales hasta que no hayan sido realizados, es decir, hasta que los activos sean
intercambiados por medio de una transacción. Los decrementos de los precios
de los activos, sin embargo, suelen considerarse resultados negativos del perí-
odo en que se produce tal decremento. La unidad monetaria de medida es la
nominal o corriente.
unidad económica que se reconoce como parte del capital en forma de incre-
mento de reservas.
19. El resultado operativo es la diferencia entre el precio de realización y el coste
corriente del activo en el momento en que se vende o se realiza su valoración.
20. En la medida en que el criterio valorativo más utilizado sigue siendo el coste
histórico, el ordenamiento contable español adopta en sus planteamientos el
criterio de mantenimiento del capital financiero en unidades constantes, aún
cuando, bajo determinadas tasas de inflación, la más adecuada satisfacción de
las necesidades de los usuarios podría requerir de la adopción de un modelo
diferente, que tuviera en cuenta el mantenimiento del capital en unidades de
poder adquisitivo constante. La utilización del valor razonable, restringida a
un conjunto relativamente reducido de partidas y situaciones, es una solución
insuficiente a tal objeto.
Cuando se aplican las Normas Internacionales de Información Financiera, la
aproximación al criterio del mantenimiento de capital en unidades de poder
adquisitivo constante es tanto mayor cuando más se utilicen las opciones, pre-
vistas en tales normas, de valoración a valor razonable del inmovilizado, ma-
terial, intangible e inmuebles de inversión.
21. Entretanto no se adopten criterios de conservación del capital en términos de
poder adquisitivo constante, es conveniente que la Memoria incluya datos so-
bre los valores corrientes de los elementos más significativos de los estados fi-
nancieros cuando éstos aparecen valorados al coste histórico, teniendo pre-
sente que los datos suministrados deben cumplir los requisitos exigibles a la
información financiera, especialmente en cuanto a la fiabilidad.
22. Las revalorizaciones de activos realizadas en el pasado en nuestro ordena-
miento jurídico contable constituyen intentos de aproximación al criterio de
mantenimiento del capital financiero en términos de poder adquisitivo cons-
tante. Tales regularizaciones de balances deben considerarse como aplicacio-
nes insuficientes, incompletas y no sistemáticas del modelo de mantenimien-
to del capital financiero en unidades de poder adquisitivo constante.
Serie: Documentos
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Ponentes: Francisco Flores, José Luis Lizcano, María Mora y Manuel Rejón
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