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Suprema Corte:

El Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Río Negro, por mayoría, rechazó los recursos de
casación ar - ticulados por el fiscal y la querella contra la sentencia de la Cámara Tercera del
Crimen de esa jurisdicción que absolvió a Víctor Julio Verbeke en orden al delito de homicidio
simple (fs. 606/628).

Contra dicho pronunciamiento el querellante interpuso recurso extraordinario federal (fs.


630/633), que fue concedido a fs. 650. -IMediante la apelación federal el recurrente aduce que la
sentencia que impugna es nula de nulidad absoluta, notoriamente arbitraria y lesiva de garant ías
constitucionales de defensa en juicio y debido proceso.

En tal sentido, arguyó que la resolución absoluto ria es nula por cuanto el primer magistrado
votante, doctor Rafael A. De la Rosa, que desarrolla la totalidad de los fun damentos y a cuyos
términos adhieren los demás vocales, ha bría renunciado a su cargo previo a la deliberación y
redac ción del decisorio, sin siquiera suscribirlo.

Agregó que no resulta aplicable al caso la doctrina sentada por V.E. en el caso APolak@ Ccitada
por el superior tribunal en apoyo de su postura C, en torno a la aplicación de los principios non bis
in idem, de preclusión y progresividad, pues en aquél el reenvío era improcedente dado que se
habían cumplido las etapas esenciales del juicio, mientras que en el sub examine, tanto la
deliberación como la senten cia se encuentran afectadas por el defecto indicado.

Asimismo, alegó que el fallo del tribunal superior carece de la fundamentación necesaria, pues
omitió tratar los agravios traídos en casación relacionados con la arbitrarie dad en que habría
incurrido la cámara en la apreciación de las

-2- pruebas. –II

A mi modo de ver, el remedio extraordinario federal intentado resulta formalmente procedente,


en tanto se dirige contra la sentencia definitiva d el superior tribunal de la causa y lo decidido
guarda relación directa e inmediata con el derecho federal que el apelante invoca como
vulnerado, suscitando cuestión federal suficiente para ser tratada en esta instancia extraordinaria.
–III

El Superior Tribunal de Río Negro, consideró, en prieta síntesis, que invalidar la sentencia en
cuestión aten - taría contra los principios de preclusión y progresividad e implicaría una violación a
la garantía de non bis in idem. Pero, para analizar la cuestión desde ese punto de vista, debe
quedar entendido que los dos principios procesa les citados en primer término reconocen su
fundamento en mo tivos de seguridad jurídica y en la necesidad de lograr una administración de
justici a rápida, evitando así que los pro - cesos se prolonguen indefinidamente (Fallos: 272:188;
298:50; 305:913 y 1701; 306:1705; 312:2434; 321:2826, entre otros) sin desatender además, a
valores inherentes al juicio penal, que obedecen al imperativo de satisface r una exigencia
consubstancial con el respeto debido a la dignidad del hombre, cual es el reconocimiento del
derecho que tiene toda persona a liberarse del estado de sospecha que importa la acusación de
haber cometido un delito, mediante una sentencia que establezca de una vez para siempre su
situación frente a la ley penal (Fallos: 305:913 y 1753; 315:2434). Ahora bien; el proceso penal se
integra con una serie de etapas a través de las cuales y en forma progresiva se tiende a poner al
juez en condicione s de pronunciar un veredicto de absolución o de condena y por ello, cada una
de estas fases constituye el presupuesto necesario de la que le subsigue, en forma tal que no es
posible eliminar una de ellas sin afectar la validez de las que le suceden (Fallos : 272:188). Dentro
de este itinerario, el respeto a la garantía de debido proceso, invocable tanto por la persona que
se en - cuentra sometida a juicio como por los demás actores del pro - ceso CFallos: 306:2101,
considerando 15 C, consiste en la correcta observancia de estas formas sustanciales relativas a la
acusación, defensa, prueba y sentencia (Fallos: 116:23; 119:284; 125:268; 127:36; 189:34;
272:188; 306:1705; 308: 1386; 310:2078; 314:1447; 321:3396, entre otros). Y es aquí donde estos
principios encuent ran su lí- mite: es axiomático que los actos procesales precluyen cuando han
sido cumplidos observando las formas que la ley estable ce, salvo supuestos de nulidad (Fallos:
272:188; 305:1701; 306: 1705 y 308:2044). Presentada así la cuestión, cabe determina r si la
sentencia absolutoria es nula y, de ser así, si su anulación afecta los principios y garantías
referidos.

-IV

El Código Procesal Penal Nacional impone al tribu nal de juicio el dictado del veredicto
inmediatamente después del debate y la deliberación, admitiendo únicamente una pró rroga para
la redacción de los fundamentos que sustentan la sentencia (art. 400, segundo párrafo). En
cambio, el código de Río Negro, pese a provenir de la misma fuente Cproyecto LeveneC originada
en el antiguo procedimiento cordobés, fruto de la labor precursora de Vé lez, Mariconde y Soler,
elimina la exigencia del veredicto inmediato y habilita al tribunal a dar lectura a la senten cia,
conjuntamente con sus fundamentos, dentro de un lapso de oc ho días, contado desde la
finalización del debate (art. 371). Respecto de esta verificación significativa del momento
culminante del proceso Cy que asoma con singular relieve para la solución del casoC la exposición
de motivos del proyecto Levene para Río Negro, guarda silencio. Pero, sin embargo, no deja de
advertirse que el término Ainmediatamente@ del art. 367 del código provincial, no tiene el mismo
sentido que en el art. 396 del Código Pro cesal Penal de la Nación. En efecto, en el nacional, el
tribuna l debe reunirse a deliberar instantáneamente después de concluido el deba te para dar a
conocer el veredicto sin solución de continui dad, pudiendo, eso sí, posponer la lectura de sus
fundamen tos. Al no existir esta obligación en el proceso rionegrino, l a deliberación podría
celebrarse, ausente el requisito de estricta inmediatez, dentro de los ocho días, término en el cual
se dicta sentencia fundada. Teniendo en cuenta lo expuesto, no habría razón

alguna para concluir Ccomo lo hace el voto de la mayoríaC que

la deliberación se habría realizado apenas terminada la au -

diencia del juicio, puesto que del Aacta de sentencia@ no surge

que haya sido así, sino por el contrario, en ella se deja


constancia que el ocho de febrero Ccuando ya expiraba el

lapsoC se reúnen los tres integrantes de la cámara y, después

de sintetizar los alegatos de las partes, se da cuenta de la

supuesta deliberación. Esto es, cuando el entonces magistrado

De la Rosa ya había dejado de serlo.

Ahora bien, aunque pueda resultar obvio, la prerrogativa

para dictar una sentencia en un proceso penal es una

facultad privativa de los magistrados. Y, como se expresó, al

momento de la sentencia Cque, reitero, en el proceso de Río Negro prevé para su completa
emisión un único momento (fundamentos y veredicto)C al doctor De la Rosa ya se le había
aceptado su renuncia a la judicatura. Por lo que, sin perjuicio de lo expuesto, la polé - mica sobre si
la deliberación tuvo lugar antes o después del 1 º de febrero Cfecha de la renunciaC resulta, a mi
juicio, ociosa. Es cierto que el art. 370 del código procesal local (idéntico al 399 del nacional),
admite que, bajo determinadas condiciones, uno de los magistrados no rubrique la sentencia. Pero
esta disposición se encuentra dirigida a evitar que, por circunstancias imprevistas, sobrevenga la
nulidad de todo un juicio y siempre bajo el presupuesto de que el juez que no puede firmar haya
participado efectivamente en la deliberación y elaboración del fallo. Por ello, dista de ser aplicable
para casos en que, como el presente, el supuesto sentenciante ha cesado en sus funciones,
máxime teniendo en cuenta que los otros integran tes del tribunal se limitaron a adherir a este
voto. Y en e ste aspecto, Ricardo Núñez es categórico: APero si la cesación en el cargo ha sido
anterior a la deliberación de la sentencia o a su lectura, aquélla no vale ni siquiera con la firma del
cesanteado@ (Comentario al art. 412, inc. 5 º, nota 8va., en Código Procesal Penal de la Provincia
de Córdoba, Lerner, 1978). Así, descartada la aplicación de esta norma, la sentencia deviene nula
por encontrarse en violación a Alas disposiciones concernientes: 1 º) Al nombramiento, capacidad
y constitución del Tribunal... @ (art. 159). Y tampoco la solución variaría si, como supone el
superior tribunal, el error radicase en la fecha de la sen - -6- tencia, es decir, si el fallo fuese
posdatado, porque en esa hipótesis se habría omitido una de sus formalidades sustan - ciales
(confr. art. 370 del Código Procesal Penal de la Pro - vincia de Río Negro), lo que determinaría su
inexistencia (Fallos: 308:2188, del voto del juez Enrique Santiago Petrac - chi y su cita). -VTampoco
el precedente de Fallos: 321:2826, en el que el voto mayoritario sustenta su postura, resulta,
según mi forma de ver, aplicable al presente. Por el contrario, en él V.E. destacó especialmente
que la efectividad de los principios de progresividad y pre - clusión allí sostenidos, se encuentran
supe ditados a la observancia de las formas esenciales del juicio (confr. consi - derandos 9º, 11, 13
y 19) y, si en aquella ocasión se revocó la nulidad dictada por el superior tribunal, no fue porque
estos principios procesales de algún modo subsanaran defi ciencias de procedimiento, sino porque
Ano es válido recurrir al argumento de la incompetencia para adoptar una decisión que importe
someterlo (al imputado) nuevamente a juicio, tem peramento éste que lesiona...ciertos pilares
básicos del or denamiento penal@ (del considerando 15). Pues aquella controversia, estaba
sustentada en una disconformidad del fiscal respecto de la entidad del delito por el que se juzgaría
al imputado, desarrollando el argumen to de la nulidad, por la incompetencia del tribunal, para
sustraer el proceso de la jurisdicción correccional, donde se atribuía una violación a los deberes de
funcionario público, para intentar un nuevo debate, ahora en la justicia criminal, por el delito de
administración fraudulenta en perjuicio de la administración política. Tampoco en AMattei@
(Fallos: 272:188) se sostuvo esta V. 113. XXXVII.

supuesta preeminencia de la preclusión sobre actos con deficiencias formales. En ese precedente
la cuestión planteada era otra: si Asustanciando un proceso en la forma que indica la ley el
tribunal a quo ha podido inval -8- inaceptable.

Por el contrario, da do que la sentencia anulada carece de efectos, no puede decirse que al
dictarse una nueva haya dos fallos que juzguen el mismo he cho, pues hay sólo uno que puede
considerarse válido (Fallos: 312:597). Por lo expuesto, en mi opinión, en AMattei@ y APolak@ el
Tribunal no se ha apartado de los principios que asentara en el precedente citado en el párrafo
anterior, sino que ha vedado su aplicación cuando la declaración de nulidad no se encuentra
dirigida a evitar la restricción de garantías esenciales de la defensa en juicio o de algún otro
derecho (Fallos: 323:939), lo que constituye la esencia y finalidad del instituto de la nulidad
procesal. Así las cosas, en atención a la solución que aquí propugno, no habré de tratar los
agravios de la querella en torno a la supuesta arbitrariedad de la sentencia, pese a destacar que el
superior tribunal, en su oportunidad, debió hacerlo, atento a que optó por rechazar la nulidad de
la sen - tencia. –

VIIIPor lo expuesto, en mi opinión, corresponde hacer lugar al recurso extraordinario interpuesto y


revocar la sen - tencia recurrida. Buenos aires, 9 de noviembre de 2001. LUIS SANTIAGO
GONZALEZ WARCALDE ES COPIA V.

- Buenos Aires, 10 de abril de 2003.

Vistos los autos: AVerbeke, Víctor Julio s/ homicidio s/ casación@.

Considerando:

Que esta Corte comparte y hace suyos los fundamen tos expuestos por el señor Procurador Fiscal
en el dictamen que antecede, a cuyas consideraciones y conclusión cabe remi tir por razones de
brevedad. Por ello, se declara procedente el recurso extraordina rio y se deja sin efecto el
pronunciamiento apelado. Devuél vanse los autos a fin de que se dicte un nuevo fallo con arreglo a
lo expuesto. Notifíquese y remítase. JULIO S. NAZA RENO - EDUARDO MOLINE O'CONNOR -
CARLOS S. FAYT - AUGUSTO CESAR BELLUSCIO (según su voto)- ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI
(en disidencia)- ANTONIO BOGGIANO (según su voto) - GUILLERMO A. F. LOPEZ - ADOLFO
ROBERTO VAZQUEZ (según su voto) - JUAN CARLOS MAQUEDA. ES COPIA VO-//- V. 113. XXXVII.
Verbeke, Víctor Julio s/ homicidio s/ casa - ción. Corte Suprema de Justicia de la Nación -11- -12- -
//-TO DE LOS SEÑORES MINISTROS DOCTORES DON AUGUSTO CESAR BELLUSCIO, DON ANTONIO
BOGGIANO Y DON ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ

Considerando: 1º) Que contra la sentencia del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Río
Negro que Cpor mayoríaC denegó los recursos de casación deducidos contra el fallo de la Cámara
Tercera del Crimen que había absuelto de culpa y cargo a Víctor Julio Verbeke por el delito de
homicidio sim ple, la parte querellante interpuso recurso extraordinario que fue concedido a fs.
650/653. 2º) Que el apelante fundó el remedio federal en la doctrina de la arbitrariedad, toda vez
que el fallo recurrido Csegún su parecerC carece de fundamentación en razón de que se omitió el
tratamiento de los agravios expresados por su parte en el recurso de casación. Todo ello habría
afectado las garantías constitucionales de defensa en juicio y el de bido proceso. Sostuvo además
que la sentencia recurrida fue dic - tada en absoluta violación de las disposiciones que regulan
tanto la debida constitución de los tribunales de a lzada como las formalidades que deben revestir
sus decisiones para que puedan resultar válidas, pues el pronunciamiento absolutorio carece de la
firma de uno de los jueces, que renunció a su cargo con anterioridad a la fecha en que se llevó a
cabo la deliberación y redacción de la citada resolución.

3º) Que es doctrina de esta Corte que constituye un requisito previo emanado de su función
jurisdiccional el con - trol, aun de oficio, del desarrollo del procedimiento cuando se encuentran
involucrados aspectos que atañen al orden pú - blico (confr. doctrina de Fallos: 312:579,
considerando 9 º y sus citas), toda vez que la eventual existencia de un vicio capaz de provocar una
nulidad absoluta y que afecta una ga - V. 113. XXXVII. Verbeke, Víctor Julio s/ homicidio s/ casa -
ción. Corte Suprema de Justicia de la Nación -13- rantía constitucional no podrí a ser confirmada
(Fallos: 183:173; 189:34; 317:2043 y 319:192). 4º) Que tal es la situación que se presenta en la
presente causa, ya que el acta de sentencia de fs. 477/546 contiene una clara y ostensible falsedad
instrumental. En efecto, ella comienza por expresar que el 8 de febrero de 2000 se reúne la
Cámara 30 del Crimen, integrada por los doc tores Rafael A. de la Rosa Ccomo presidenteC, Aldo C.
Rolando y Jorge Raymundo Bosch, asistidos por el secretario, doctor Julio César Sueldo, pero está
suscripta solamente por los doctores Rolando, Bosch y Sueldo. Además a partir de fs. 493 obran
los votos de los jueces a las tres cuestiones plantea - das, y respecto de todas ellas el primer voto
es atribuido al doctor de la Rosa, que no la firma por haber renunciado al cargo el 1º de febrero
(certificación del secretario de cáma ra de fs. 547). 5º) Que el art. 367 del Código Procesal Penal de
Río Negro dispone que la deliberación en sesión secreta debe llevarse a cabo Ainmediatamente@
de terminado el debate Clo que en el caso ocurrió el 28 de diciembre de 1999 (fs. 475) C, y el art.
369, con la denominación Anormas para la deliberación@ explica en qué consiste ésta: en la
resolución de las cuestiones que hayan sido objeto del juicio, la emisión de los votos y el dictado
de la sentencia. Ahora bien, esa deliberación Ca estar a la fecha del acta antes mencionada, e
independientemente de la false dad de la atribución a un ex magistrado de su intervención y
emisión del primer votoC habría tenido lugar el mismo día de la lectura de la sentencia, esto es, el
8 de febrero, cuando el doctor de la Rosa ya había renunciado a su cargo, lo que ocurrió el 1º de
febrero. No se trata, pues, de la falta de suscripción por impedimento ulterior a la deliberación
que -14- admite el art. 370, último párrafo del antes mencionado códi go de forma, sino de la falta
de intervención por cesación en la función. Para que la sentencia fuera válida sin la firma del
magistrado renunciante se requería que hubiera sido re dactada con su actuación en la
deliberación, aun cuando su lectura se pudiese postergar (art. 371 del mismo código). 6º) Que, en
suma, la sentencia aparece fundada en el voto de un ex juez al cual se adhieren los dos jueces en
funciones, lo que determina su nulidad absoluta en los términos del art. 159 del Código Procesal
Penal de Río Negro y afecta la garantía del debido proceso basada en el art. 18 de la Constitución
Nacional, ya que resulta atribuida a quien no revestía ya la calidad de juez de cámara. Por ello y
fundamentos concordantes del dictamen del señor Procurador Fiscal, se declara procedente el
recurso extraordinario y se revoca la sentencia recurrida. Notifíque se y, oportunamente,
devuélvanse los autos a fin de que se dicte nuevo fallo con arreglo a der echo. AUGUSTO CESAR
BELLUSCIO - ANTONIO BOGGIANO - ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ. ES COPIA DISI-//- V. 113. XXXVII.
Verbeke, Víctor Julio s/ homicidio s/ casa - ción. Corte Suprema de Justicia de la Nación -15- -16- -
//-DENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DON ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI Considerando: 1º) Que
contra la sentencia del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Río Negro que Cpor
mayoríaC denegó los recursos de casación deducidos contra el fallo de la Cámara Tercera del
Crimen que había absuelto de culpa y cargo a Víctor Julio Verbeke por el delito de homicidio sim
ple, la parte querellante interpuso recurso extraordinario que fue concedido a fs. 650/653. 2º) Que
el apelante fundó el remedio federal en la doctrina de la arbitrariedad, toda vez que el fallo
recurrido Csegún su parecerC carece de fundamentación en razón de que se omitió el tratamiento
de los agravios expresados por su parte en el recurso de casación. Todo ello habría afectado las
garantías constitucionales de defensa en juicio y el de bido proceso. Sostuvo además que la
sentencia recurrida fue dic - tada en absoluta violación de las disposiciones que regulan tanto la
debida constitución de los tribunales de alzada como las formalidades que deben revestir sus
decisiones para que puedan resultar válidas, pues el pronunciamiento absolutorio carece de la
firma de uno de los jueces, que renunció a su cargo con anterioridad a la fecha en que se llevó a
cabo la deliberación y redacción de la citada resolución. 3º) Que según se desprende del acta
obrante a fs. 475, en el juicio llevado a cabo contra Víctor Julio Verbeke a raíz de la imputación del
homicidio de Silvana Barra, el debate fue cerrado el 28 de diciembre de 1999 a las 9.30, y las
partes quedaron citadas el 8 de febrero de 2000 para la lectura de la sentencia. A estar al acta de
fs. 477 ese es el día en que se dictó la sentencia absolutoria que aparece sus - cripta únicamente
por dos de los vocales del tribunal, pues el V. 113. XXXVII. Verbeke, Víctor Julio s/ homicidio s/ casa
- ción. Corte Suprema de Justicia de la Nación -17- restante había renunciado a su cargo el 1 º de
febrero de 2000. Sin embargo este último aparece en la sentencia como vocal preopinante, y la
circunstancia por la cual no suscribe la absolución sólo aparece aclarada en la constancia de ese
mismo día obrante a fs. 547. 4º) Que del tenor de las actas cuestionadas no sur ge en qué
momento, específicamente, se llevó a cabo la deli - beración. Sin embargo, dado que el art. 367
del Código Proce - sal Penal de la Provincia Río Negro, establece que, terminado el debate, los
jueces que hayan intervenido en él pasen a deliberar inmediatamente, no es posible descartar
Cmás allá de la desprolijidad en cuanto a cómo fueron asentados los sucesosC que se haya dado
estricto cumplimiento a dicha regla y que la deliberación se haya realizado como se debía, esto es
el mismo 28 de diciembre, una vez concluida la audie ncia. En tales condiciones, el acto habría sido
efectuado antes de la renuncia del juez en cuestión, y por lo tanto, se trataría del supuesto
previsto por el art. 370, último párrafo, del Código Procesal Penal de Río Negro lo que determina la
inad - misibilidad del agravio federal invocado. 5º) Que, por lo demás, la revocación de la senten
cia que pretende el recurrente supone la necesidad de que sea realizado nuevamente el acto del
debate en violación al prin - cipio del non bis in idem. En este sentido, resultan aplicables al sub
lite las consideraciones vertidas en Fallos: 321: 1173 (disidencia de los jueces Petracchi y Bossert),
a las cuales me remito en razón de brevedad. Por ello, oído el señor Procurador Fiscal, se declara
inadmisible el recurso extraordinario interpuesto. Con cos tas. Hágase saber y, oportunamente,
devuélvase. ENRIQUE SAN TIAGO PETRACCHI. ES COPIA

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