You are on page 1of 12

PROGRAMA No.

0868

1 TESALONICENSES

Capítulo 5:11 - 28

En el día de hoy, amigo oyente, llegamos a la última sección de esta Primera epístola a
los Tesalonicenses. Dijimos en nuestro programa anterior, que tenemos aquí 22
mandamientos. El hijo de Dios no está bajo los Diez Mandamientos como una forma de
vida. Él está sobre todo esto. El hijo de Dios tiene que vivir en un nivel mucho más alto
que eso. Y aquí tenemos algunos de estos mandamientos y son muy prácticos. Estos
mandamientos son para la vida diaria. Es algo maravilloso, glorioso, el poder seguir
mirando y esperando la venida de Cristo. Pero también es muy importante que sigamos
andando y caminando aquí en el lugar donde nos encontramos; ya sea en el hogar o en la
fábrica, en la oficina, en el colegio, en el taller, donde sea; donde quiera que seamos
llamados a andar. Aquí Pablo nos dice que el Señor Jesucristo dijo: Si me amáis, guardad
mis mandamientos. Hay muchos creyentes hoy que ni siquiera le han escuchado, y aquí
tenemos Sus mandamientos. Él los presenta aquí, en realidad, de la misma forma en que se
dan las órdenes militares. Son muy breves y directas, y son dadas de la misma manera en
que un sargento se las daría a sus soldados. Tenemos una terminología militar aquí, y
como vimos en nuestro programa anterior, debemos colocarnos, o vestirnos, con la coraza
de fe y de amor, y colocarnos la esperanza de salvación como yelmo.

Ahora, comenzando con el versículo 11, tenemos el primer mandamiento. Se nos


presentan aquí agrupados en racimos. Es decir que, algunos de ellos son relacionados unos
con otros. Y vamos a destacar eso. En el versículo 11, tenemos que debemos animarnos los
unos a los otros; en su primera parte, leamos:

TTB 4834 Página 1 de Programa No. 0868


11
Por lo cual, animaos unos a otros, (1 Tes. 5:11a)

Este es el mandamiento número 1. Esto quiere decir que debemos darnos ánimo el uno
al otro en la fe. Luego, el segundo mandamiento es:

11b
y edificaos unos a otros, así como lo hacéis. (1 Tes. 5:11b)

Ellos estaban haciendo esto en Tesalónica. Y usted y yo, debemos estar trabajando
como en equipo. Debemos estar presentado la Palabra de Dios. Luego, en el versículo 12,
de este capítulo 5, de la Primera epístola a los Tesalonicenses, leemos:

12
Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os
presiden en el Señor, y os amonestan; (1 Tes. 5:12)

Y allí tenemos el tercer mandamiento. El cuarto se nos presenta en la primera parte del
versículo 13, donde dice:

13a
y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. 1 Tes. 5:13a)

Y luego encontramos el número 5, que dice:

13b
Tened paz entre vosotros. (1 Tes. 5:13b)

Estos tres últimos mandamientos que hemos mencionado parecen pertenecer juntos.
Debemos reconocer a aquellos que enseñan la Palabra de Dios. En realidad, Pablo está
hablando aquí de una situación local, peculiar de Tesalónica. Usted recordará que él había
estado allí nada más que un mes, quizá menos de un mes. Él les enseñó y comenzó la

TTB 4834 Página 2 de Programa No. 0868


Iglesia, podríamos decir, de la nada. Allí no había ningún creyente hasta cuando llegó
Pablo y realizó su obra misionera. Así es que todos habían llegado a ser salvos casi al
mismo tiempo. Ahora, entre ellos habría algunos que tenían el don de enseñar; cada
creyente recibe un don. Creemos que en el momento en que usted llega a ser salvo, usted
recibe un don - cada creyente recibe un don, y usted tiene que usar ese don en el cuerpo de
los creyentes, para edificar el cuerpo de los creyentes. Ahora, había algunos de ellos que
tenían el don de la enseñanza y de la predicación y de la ayuda. Creemos que allí se podía
presentar alguna situación como la siguiente: “Bueno, fulano de tal y yo fuimos salvos al
mismo tiempo. Yo lo conocí a él; entonces, ¿de dónde sacó él la idea de que me puede
enseñar a mí? Yo fui salvo al mismo tiempo en que lo fue él”.

Bueno, nosotros debemos reconocer en la Iglesia, que ciertos hombres y mujeres tienen
ciertos dones y debemos respetarlos, debemos estimarlos. Nos dice entonces en el versículo
12, lo siguiente:

12
Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os
presiden en el Señor, y os amonestan; (1 Tes. 5:12)

El problema, amigo oyente, que existe hoy con los maestros en la Iglesia, es que la gente
no les presta ninguna atención. Tenemos muchas personas hoy que dicen: “Ah, nosotros
creemos que la Biblia es la Palabra de Dios. Creemos cada palabra que se menciona allí”.
Bueno, entonces, ¿por qué no la obedecen? ¿Por qué no escuchan y prestan atención a lo
que se está enseñando? Ellos no lo hacen. Es como si no tuviera sentido para ellos hoy. Y
es por cierto algo hipócrita el hablar acerca de creer en la Biblia, y luego no saber nada en
cuanto a ella.

Un hombre dijo en cierta ocasión en una forma muy honrada: “Yo creo en la Biblia de
tapa a tapa, pero soy ignorante de lo que se encuentra entre esas tapas.” Bien, así era en
realidad. Y lo interesante de todo esto es que esa es una posición casi imposible de

TTB 4834 Página 3 de Programa No. 0868


mantener. Creemos que si usted amigo oyente, supiera lo que se encuentra entre las tapas
de la Biblia, usted lo llegaría a creer. Pero no diga que usted lo cree y, luego es ignorante
de lo que allí se dice porque entonces usted se está derrotando a sí mismo, está tomando
una posición hipócrita. Si usted dice que cree que esta es la Palabra de Dios, entonces,
amigo oyente, usted tiene que escuchar lo que ella dice. Por tanto, aquellos que están
predicando y enseñando la Palabra de Dios deberían ser escuchados. Luego, en la primera
parte del versículo 13 tenemos el cuarto mandamiento cuando se nos dice:

13a
y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. (1 Tes. 5:13a)

Siempre apreciamos mucho a la gente que hoy ama la Palabra de Dios, porque hemos
descubierto que ellos siempre llegan a ser sus amigos. Una de las cosas que nos gusta
mucho en cuanto al ministerio radial, es la cantidad de amigos que Dios nos ha dado por
todas partes. Hay muchos que nos escriben y nos dicen que sus hogares tienen las puertas
abiertas para nosotros. Bueno, quizás sería imposible para nosotros aceptar todas esas
invitaciones, ya que no podríamos visitarlos a todos. Pero cuando llegamos a visitar sus
ciudades, hacen tantas cosas por nosotros, revelan un gran amor para nosotros. Amigo
oyente, cuando ellos revelan ese amor para con nosotros, nos revelan que están honrando la
Palabra de Dios hoy, porque creen que estamos enseñando la Palabra de Dios. Por lo
menos estamos tratando de hacer eso. Y luego, prosiguiendo con este versículo 13, el
quinto mandamiento es:

13b
Tened paz entre vosotros. (1 Tes. 5:13b)

Y todo esto viene en un solo paquete, digamos. Uno no puede tener a toda la gente
tratando de gobernar la Iglesia. Y uno no puede tener a toda la gente tratando de guiar
una organización que es creyente. Es necesario tener a ciertas personas que hagan eso.

TTB 4834 Página 4 de Programa No. 0868


Creemos que uno de los grandes problemas en muchas Iglesias es como dice el antiguo
refrán: “Muchas manos en un plato causan mucho garabato”. Es necesario tener a alguien
que sea el líder. Y esa persona tiene que ser la que los demás deben seguir. Y cuando usted
tiene eso, entonces, tiene paz. Pero cuando todos están tratando de hacer su propia
voluntad, entonces, no hay allí ni armonía ni paz. Así es que, todo esto va junto, como
podemos apreciar. Ahora, en la primera parte del versículo 14, tenemos el sexto
mandamiento que dice:

14a
También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, (1 Tes. 5:14a)

Esto es algo normal y natural - que amonestéis a los ociosos. La idea aquí es que éstos
no están andando con los demás. En realidad, hay personas que pierden el paso. Pensamos
que son aquellos que siempre quieren hacer las cosas solos. No quieren trabajar junto con
la Iglesia. Hacen su pequeña tarea y no quieren apoyar la obra de Dios. Y aquí dice Pablo:
Que amonestéis a los ociosos. Y luego dice, en este mismo versículo 14:

14b
que alentéis a los de poco ánimo, (1 Tes. 5:14b)

¿Qué quiere decir con esto de alentar a los de poco ánimo? Bueno, se está refiriendo
aquí a aquellos que se encuentran desanimados. No está hablando de personas que tienen
problemas mentales. Sino que debemos ayudar a éstos a que vuelvan a tomar el paso.
Hay personas que son temerosas en cuanto a actuar para Dios y necesitan ser animados.
Hay muchos santos hoy que necesitan que alguien ponga sus manos en el hombro y que le
diga: “Hermano, usted puede realizar esa tarea. Yo estoy con usted; estoy orando por
usted”. ¡Y esto es algo realmente maravilloso!

En cierta ocasión, el Dr. J. Vernon McGee, autor de estos estudios bíblicos, nos contaba
que él había sido presentado ante el público como “el hombre por el cual se había orado

TTB 4834 Página 5 de Programa No. 0868


más en todos los Estados Unidos”. Bueno, él dijo que no sabía si era cierto o no, pero que él
había recibido miles de cartas en las cuales le decían: “Estamos orando por usted. Y
seguimos haciéndolo hoy”. Y, por cierto, que él lo necesitaba. Amigo oyente, es algo que
necesitamos hoy. Los de poco ánimo. A veces, es algo natural que nos sintamos
desanimados. Y aquí dice: Que alentéis a los de poco ánimo. Y luego dice, en este mismo
versículo 14:

14c
que sostengáis a los débiles, (1 Tes. 4:14c)

Esos son aquellos que son débiles en la fe. No pueden marcar el paso con los demás.
Son como pequeñas criaturas, son como niños; no pueden marcar el paso y por tanto hay
que ayudarles. Hay que levantarlos.

Es como esa historia que ya hemos contado en cuanto a esa pequeñita que iba cargando
a su hermanito. Alguien le dice: “Pequeña, ¿no es demasiado pesado ese niño para ti?” A
lo cual ella responde: “No. Es mi hermano”. Y esa es la diferencia. Que sostengáis a los
débiles. Y luego, en la parte final de este versículo 14, leemos:

14d
que seáis pacientes para con todos. (1 Tes. 4:14d)

Bueno, esto indica que nosotros no debemos perder la paciencia. Parece que él se está
entremetiendo en nuestras cosas ahora, porque esto es algo muy difícil hoy, el tratar en
asuntos de negocios o en alguna oficina pública con alguna persona que no es salva, que es
pagana, irritable, que está tratando de abusar de usted o de no prestarle algún servicio. Y
aquí dice: Que seáis pacientes para con todos. No pierda su paciencia. Eso es lo que le está
diciendo. Y ahora, el décimo mandamiento que tenemos, lo encontramos en el versículo 15,
y aquí tenemos algo realmente maravilloso. La primera parte de este versículo 15, dice:

TTB 4834 Página 6 de Programa No. 0868


15a
Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; (1 Tes. 5:15a)

Eso es algo que opinamos es muy importante. Es decir que, no debemos pelear el uno
con el otro. Leamos ahora, completo este versículo 15, que nos dice:

15
Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos
para con otros, y para con todos. ( 1 Tes. 4:15)

Alguien ha dicho que hoy existen 3 filosofías para la vida. La primera, es la norma que
el pagano tiene para la vida hoy. Este mundo pagano opera según la filosofía de que uno
puede hacer mal con aquel que le hace bien. Es decir que usted trata de aprovecharse de la
otra persona antes de que esa persona se aproveche de usted. Y usted puede usar cualquier
clase de método posible. Esa persona puede que le haya tratado bien a usted, pero si usted
se puede aprovechar de ella, entonces haga eso. Esa es una filosofía pagana.

Y luego existe otra norma de los así llamados – suponemos – mundo educado, refinado,
cultural; y ese es el de hacer el bien a aquellos que le hacen bien a usted. Usted recuerda
que el Señor Jesucristo dijo que los líderes religiosos de entonces siempre hacían el bien a
aquellos que les hacían bien a ellos.

Los partidos políticos operan basándose en ese principio hoy. Uno le ayuda a usted a
lograr un puesto en el gobierno y usted ayuda a otra persona, a que esa persona ocupe un
puesto en el gobierno. Así que el uno cuida del otro. Esa es la filosofía del así llamado
“mundo civilizado” del presente.

Ahora, la fe cristiana tiene una filosofía distinta: “Haced el bien a aquellos que obran
mal con nosotros”. Amigo oyente, eso es algo contrario a la naturaleza del hombre. En el
momento en que alguien le golpea a usted, usted ya quiere golpear también. Usted siente

TTB 4834 Página 7 de Programa No. 0868


ese deseo de golpear a la otra persona. Y esta es la filosofía de la cual Pablo nos está
hablando aquí, que usted no tiene que devolver mal por mal; usted no tiene que devolver
ese golpe. Pero que debe seguir aquello que es bueno, aún con aquellos que le están
haciendo mal a usted. Ahora, encontramos el mandamiento número 12 en el versículo 16,
de este capítulo 5, de la Primera epístola a los Tesalonicenses:

16
Estad siempre gozosos. (I Tes. 5:16)

Creemos que aquí encontramos 3 mandamientos que van juntos. Estad siempre
gozosos. Y esto no quiere decir que uno tiene que estar contento siempre. No nos estamos
refiriendo aquí a la hora feliz. Aquí se habla de regocijarse. Y Pablo dice allá en su
epístola a los Filipenses (y eso él lo escribió al final de su ministerio): Regocijaos en el Señor,
y otra vez os digo, regocijaos. Amigo oyente, ese es un mandamiento. Usted no encuentra
eso en los Diez Mandamientos. Como hijo de Dios, usted no tiene ningún derecho de andar
con esa cara larga. No tiene ningún derecho de andar como una persona contenciosa.
Usted tiene que regocijarse siempre como hijo de Dios. ¡Cuán, maravilloso amigo oyente,
es poder regocijarse!

De paso, digamos que esto es uno de los frutos del Espíritu Santo: amor, gozo, paz. Y si
usted no puede regocijarse ahora, entonces, comience por leer la Palabra de Dios,
pidiéndole a Dios que ponga gozo en su corazón. Y Él lo hará. Ahora, en el versículo 17,
de este capítulo 5, de la Primera epístola del Apóstol Pablo a los Tesalonicenses, leemos:

17
Orad sin cesar. (1 Tes. 5:17)

Esto tiene que ver con una actitud en cuanto a la oración. No quiere decir que uno debe
permanecer de rodillas todo el tiempo, sino que indica que debemos orar, regular y
constantemente, en una actitud de oración. Y luego, dice en el versículo 18:

TTB 4834 Página 8 de Programa No. 0868


18
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo
Jesús. (1 Tes. 5:18)

Y eso es dar gracias en todas las circunstancias. No una vez al año, sino todo el tiempo.
Y él dice: porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. Bueno, si
usted nos viene a preguntar: “¿Cuál es la voluntad de Dios para mí?” Bien, nosotros, en
realidad, no le podríamos decir, pero podemos decirle 3 cosas que están en la voluntad de
Dios para usted: regocijarse siempre, orar sin cesar, y dar gracias a Dios en todo. Esa es la
voluntad de Dios para con nosotros. Y luego, en el versículo 19, leemos:

19
No apaguéis al Espíritu. (1 Tes. 5:19)

¿Cómo puede uno apagar al Espíritu? Una de las cosas que se usa para representar al
Espíritu Santo es el fuego, y, amigo oyente, ¿cómo hace uno para apagar el fuego? Bueno,
uno lo puede cubrir y no dejarlo quemar. Y el apagar el Espíritu quiere decir que usted se
niega a hacer la voluntad de Dios. Es decir que usted no está escuchando al Espíritu Santo.
Usted se está negando a permitir que el Espíritu Santo sea Su guía y quien le esté llevando
a usted y mostrando el camino. Usted ha tomado sus propios asuntos en sus manos. Y
usted y yo apagamos el Espíritu Santo cuando hacemos eso. Y esto, digamos de paso,
demuestra que el Espíritu Santo es una persona, porque usted no podría apagar otra cosa
sino a una persona. Usted no puede herir a nadie sino a una persona en relación a esto.
Esta es la misma palabra que se utiliza en Efesios, donde dice que no contristemos al
Espíritu Santo con el cual estamos sellados para el día de la redención. “Contristar”, uno
puede contristar a una persona. No es posible contristar a alguna cosa. Y en ese pasaje,
quiere indicar el pecado en la vida de uno. Y aquí en Tesalonicenses, el apagar al Espíritu
Santo, quiere decir el no andar en la voluntad de Dios. Luego, en el versículo 20, leemos:

20
No menospreciéis las profecías. (1 Tes. 5:20)

TTB 4834 Página 9 de Programa No. 0868


¿Qué es lo que quiere decir con esto? Que no debemos considerar a un estudio bíblico
como algo que es inferior o por debajo de nosotros. Que no debemos ser indiferentes a la
Palabra de Dios.

Hay muchas personas hoy que están en el servicio cristiano, y quienes ignoran la Biblia
y que desprecian el estudio bíblico. Por lo general, uno escucha decir, y esto muchas veces
de parte de una persona muy ignorante que dice: “Uno puede pasar todo el tiempo yendo a
estudios bíblicos y nunca llega a hacer nada. Lo que hace falta es salir y estarse ocupado”.
Bueno, lo que usted necesita es ir y ocuparse en el estudio de la Palabra de Dios y, cuando
hace eso, entonces tendrá la oportunidad de salir y hacer algo.

Sabemos de seguro que muchas personas han tenido oportunidad de asistir a estudios
bíblicos en forma regular y han salido al campo misionero; otros están testificando para el
Señor; y muchos más están en el ministerio, gracias al estudio bíblico que tuvieron
regularmente. En este versículo, se nos dice que no debemos menospreciar las profecías,
las enseñanzas de la Palabra de Dios. En el versículo 21, leemos:

21
Examinadlo todo; retened lo bueno. (1 Tes. 5:21)

Es decir que, tenemos que hacer las cosas inteligentemente. No dejemos que otras
personas se aprovechen de nosotros. Simplemente porque alguien le envía a usted la
fotografía de algunos huérfanos o de alguna persona en algún lugar desconocido y del cual
usted no tiene ni siquiera ninguna clase de información, y que es una tarea de promoción,
debemos investigar. Eso es lo que le decimos a cualquiera que quiera apoyar este
programa nuestro: “Investíguenos, amigo oyente. Venga a visitarnos si puede. Permítanos
mostrarle lo que nosotros estamos haciendo”. Aquí dice: Examinadlo todo. Los creyentes
no deberían creer todo lo que oyen. Retened lo bueno. Amigo oyente, estas cosas que se
mencionan aquí son realmente maravillosas. Y creemos que aquí tenemos la respuesta
para algunos pasatiempos dudosos. Y ahora, en el versículo 22, leemos:

TTB 4834 Página 10 de Programa No. 0868


22
Absteneos de toda especie de mal. (1 Tes. 5:22)

Aquí tenemos la respuesta al asunto de las diversiones. Usted se pregunta: “¿Está bien,
o está mal hacer esto?” Y aquí se nos dice: Absteneos de toda especie de mal. Si usted tiene
alguna duda en su mente, entonces, eso es algo malo para usted. Luego, en el versículo 23,
vemos que el hombre es un ser tripartito, leamos:

23a
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; (1 Tes. 5:23a)

Es decir que nosotros debemos llegar a una edad, a un lugar de madurez. No debemos
continuar como niños nada más en Cristo. Debemos continuar creciendo. Y, por tanto,
nos dice el resto de este versículo 23, de la primeira epístola a los Tesalonicenses:

23b
y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida
de nuestro Señor Jesucristo. (1 Tes. 5:23b)

Debemos madurar. Y el versículo 24, dice:

24
Fiel es el que os llama, el cual también lo hará. (1 Tes. 5:24)

Luego, entramos al mandamiento número 20, en el versículo 25, donde leemos:

25
Hermanos, orad por nosotros. (1 Tes. 5:25)

El Señor le da a usted aquí un mandamiento. Usted no puede orar hoy por Pablo, pero
sí puede orar por nosotros, y nosotros apreciamos mucho eso. Ahora,el mandamiento
vigésimo primero lo encontramos en el versículo 26, donde dice:

TTB 4834 Página 11 de Programa No. 0868


26
Saludad a todos los hermanos con ósculo santo. (1 Tes. 5:26)

Ese también es un mandamiento. Y debemos estar seguros de que eso sea un ósculo
santo, digamos de paso. Y el último, lo encontramos en el versículo 27, donde dice:

27
Os conjuro por el Señor, que esta carta se lea a todos los santos hermanos. (1 Tes.
5:27)

Y eso es lo que hemos hecho. Hemos tratado de leer la carta completa para usted en
este programa de “A través de la Biblia”. Y ahora, en el versículo 28, dice:

28
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén. (1 Tes. 5:28)

Y nosotros oramos de que la gracia del Señor sea con cada uno de los oyentes que nos
acompañan en este recorrido bíblico. Y así, amigo oyente, concluimos nuestro estudio de
esta Primera epístola del Apóstol Pablo a los Tesalonicenses. Esperamos que este estudio
haya sido de verdadera bendición para usted.

TTB 4834 Página 12 de Programa No. 0868

You might also like