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IV.- Partes en el Juicio de Amparo: La parte quejosa.

Dentro de las partes en el juicio de amparo, el análisis de la parte quejosa es, sin duda, la
más importante dado que esta parte da comienzo al juicio de amparo; tal como lo señala
Burgoa, el quejoso es “titular de la acción de amparo”. Podemos señalar a la parte
quejosa como aquella persona que da inicio al juicio de amparo para reclamar un acto o
ley de una autoridad, por presunta violación de garantías individuales. Cabe mencionar
que la ley nos dice que es el quejoso quien aduce o argumenta ser titular de un derecho
subjetivo o de interés legítimo individual o colectivo. Como lo señalo desde el principio el
artículo 5to fracción I de la ley de amparo en su tercer párrafo nos menciona que “el juicio
de amparo podrá promoverse por uno o más quejosos…” este párrafo nos da una idea
más concreta de lo que se viene analizando desde el principio de este párrafo, en primer
lugar el quejoso da comienzo al juicio de amparo, pudiendo ser un quejoso o más,
siempre que resientan una afectación común en sus derechos o en sus intereses.

Así mismo Burgoa nos hace mención de los diferentes tipos de quejoso, que nos habla de
las personas físicas, personas morales de derecho privado, de derecho social organismos
descentralizados y personas morales de derecho público, llamadas también personas
morales oficiales. En este punto encontramos una contradicción en la doctrina y en la
jurisprudencia, siendo que Burgoa nos dice que las personas morales oficiales pueden ser
quejosos en el juicio de amparo la suprema corte emite una jurisprudencia en la cual
exceptúa a una persona física oficial para promover el juicio de amparo, la cual dice que
no podrá promoverse el juicio de amparo por una persona moral oficial contra las
sentencias que declaran la validez de los actos administrativos de ejecución de multa,
señalando este caso como una excepción a la regla y a la doctrina.

Haciendo un análisis más profundo señalamos que el quejoso, pudiendo ser persona
física o moral, puede promover el juicio de amparo por sí mismo, por un representante
legal o por su apoderado, o por cualquier persona en los casos previstos por la ley.
Haciendo referencia a esto último la ley de amparo señala diferentes casos donde puede
existir una representación, para dar mayor explicación a lo antes mencionado mencionare
unos puntos donde la ley nos marca que podrá promoverse el juicio de amparo por algún
representante; cuando la federación, los estados, municipios o cualquier persona moral
pueden solicitar el amparo por medio de sus servidores públicos o los representantes que
señalen para ello, siendo que se genere un acto u omisión que afecte su patrimonio
respecto de relaciones jurídicas cuando se encuentra en un plano de igualdad con los
particulares. Aquí nos hace referencia a lo que hablábamos en el párrafo anterior donde
dice que las personas físicas oficiales estarán exentas de prestar las garantías que la ley
de amparo señale.

Siguiendo con este tenor, en la representación del quejoso, llegamos a los menores de
edad, persona con discapacidad o mayor sujeto a interdicción, quien podrá pedir amparo
por sí mismo o por cualquier persona en su nombre, si su representante legítimo no se
encontrara presente o estuviera incapacitado el órgano jurisdiccional le asignara un
representante especial para intervenir en juicio, prefiriendo a un familiar cercano, salvo
que exista un conflicto de intereses. Si es menor, habiendo cumplido catorce años podrá
hacer la designación de representante por sí mismo en el escrito inicial de demanda.

De igual forma para comprender un poco más lo mencionado en los dos párrafos
anteriores, se debe entender lo que señala la suprema corte en una jurisprudencia la cual
nos dice que las personas morales oficiales pueden tener un doble carácter, el primero
están dotados de poder público y el segundo es el que señala la doctrina como personas
morales de derecho privado, en el primer caso se hallan envestidas de facultades públicas
conferidas por el estado, mientas que en la segunda se encuentran en una igualdad de
condiciones con los particulares, contraen obligaciones y adquieren derechos. En este
contexto podemos entender de mejor manera que mientras se encuentren en el primer
plano no pueden promover un juicio de amparo, siempre se tendrán que encontrar en un
segundo plano, estando en igualdad de circunstancias con los particulares para poder
promover el juicio de amparo, tienen que encontrarse en el supuesto de personas morales
de derecho privado o personas morales oficiales y que reclamen los actos que afecten en
su patrimonio.

Para todos los casos señalados por la ley se tiene que acreditar dicha representación, la
misma ley da los requisitos para acreditar la representación y si existiera algún caso no
señalado por la ley se regirá por la ley que rija la materia de la que emane el acto
reclamado y cuando esta no lo prevenga se regirá por el código federal de procedimientos
civiles.

Si nos vamos a la materia penal, basta con que el defensor manifieste, bajo protesta de
decir verdad, tener tal carácter. También entrando en la materia penal, la ley nos prevé los
casos en los que los representantes, verdaderamente, no tienen tal cargo, la ley nos
marca que para tal efecto se les impondrá una multa, tanto para materias generales,
como para la materia penal.

Para dar finalidad a este tema, hare un análisis principalmente concluyendo con una
jurisprudencia emitida por la suprema corte la cual nos dice, que el mandatario de un
trabajador deberá dar conclusión con el juicio de amparo aun cuando el mandante haya
muerto, podemos comprender o podría suponerse que la gestión del mandatario
terminaría con la muerte del mandante, en este caso en concreto, si los herederos
proveen la administración de los bienes del difunto, el mandatario deberá promover un
juicio de garantías si se encontrara algún acto violatorio de garantías en el mismo, dado
que debe de velar por los intereses y la defensa de los derechos del mandante.

En conclusión podemos observar que para poder promover el juicio de amparo debemos
dar cabal cumplimiento al principio de definitividad, deben de agotarse todos los medios
de defensa, siendo que si no se agotan todos los medios de defensa no podrá darse
existencia al quejoso, dado que para que exista el quejoso debe de haber una violación
de garantías que dejaron en indefensión al quejoso. El quejoso pues forma parte
fundamental en el juicio de amparo, puesto que es el principal interesado en que se
subsane o se respeten sus garantías otorgadas por nuestra carta magna.

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