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LA CONQUISTA.
La conquista romana de Hispania fue un proceso largo. Roma no tenía un plan específico de conquista.
La presencia inicial de Roma en tierras Hispanas se debió al deseo de contrarrestar a los cartagineses,
rivales suyos en el Mediterráneo occidental.
La primera fase supuso la conquista del sur y del este peninsular, donde hubo más contacto con los
pueblos colonizadores.
La segunda fase llevó el dominio romano hasta el alto Ebro, Meseta oriental y sureste. Fue una etapa
de consolidación, y se dividió Hispania en dos provincias: Citerior y Ulterior.
La tercera fase afectó al centro y al occidente peninsular. Roma tuvo que hacer frente a varios
movimientos de resistencia, primero ante los lusitanos, y después ante los celtíberos. Roma inició la
ocupación del oeste, el noroeste peninsular, y de las islas Baleares.
Hispania destacaba por el cultivo del trigo, de la vid y del olivo, y por la ganadería ovina y esquina. Estos
cultivos se localizaban en las regiones más tempranamente incorporadas a Roma. La actividad
pesquera y la industria de la salazón eran muy importantes. Se utilizaba la mano de obra esclava para
obtener los principales metales de las minas. La conquista del noroeste dio acceso a los romanos a la
mayor mina de oro del occidente del Imperio (Las Médulas). Destacaba la producción de objetos
cerámicos, la orfebrería, el trabajo del vidrio y los mosaicos. La economía hispana se vio integrada en el
mercado universal que controlaba Roma. Se exportaban vinos, metales y aceite. Aumentó la circulación
monetaria, y se desarrolló una red viaria.
LA SOCIEDAD HISPANORROMANA.
Hubo un gran desarrollo de la esclavitud. Dentro del sector de las personas libres, había diferencias
entre los que tenían el derecho de la ciudadanía romana y los que no. La sociedad de la Hispania
Romana se polarizó en función del poderío económico. El sector dominante lo integraban ciudadanos
romanos, y poco a poco fueron integrándose dirigentes indígenas. A los sectores sociales elevados se
les llamaba honestiores, y a las capas populares se les llamaba humiliores. Los esclavos no tenían
categoría de persona, y no tenían derechos. Los libertos tenían ciertos derechos.
El imperio entró en una inestabilidad que lo llevaría a su destrucción. Las ciudades se fueron
despoblando y hubo un declive imparable. La población descendió, la esclavitud fue retrocediendo y la
condición de los labriegos, convertidos en colonos que trabajaban en grandes propiedades, empeoró.
La tensión social provocó sacudidas de los grupos más desfavorecidos. Se produjo un desprestigio y una
pérdida de confianza en los valores y creencias. Proliferaron religiones que ofrecían a las gentes
esperanzas de salvación y felicidades futura. El cristianismo se impuso como religión dominante.
EL PROCESO DE ROMANIZACIÓN
BASES DE LA ROMANIZACIÓN.
EL RÉGIMEN MUNICIPAL.
Roma fundó numerosas ciudades nuevas. Todas ellas respondían al modelo urbanístico oficial vigente
en Roma, pues contaban con un foro en el que se cruzaban las vías principales. Roma implantó en
Hispania el régimen municipal. Los municipios romanos constaban de una curia y de unos magistrados.
Los magistrados se dividían en ediles y duoviri, eran elegidos y desempeñaban el cargo solo durante un
año.
LA CULTURA HISPANORROMANA.
Hispania se incorporó plenamente a la cultura romana. La romanización fue menos en el norte. El latín
se impuso como lengua. Roma prestó atención a la enseñanza, y el derecho romano tuvo mucha
influencia en Hispania. En la plena integración de Hispania en el mundo romano tuvo que ver el hecho
de que varias figuras importantes procedieran de la península. En cuanto al arte, el principal legado de
Roma son las obras públicas, destinadas a satisfacer las necesidades de los habitantes.
LA APORTACIÓN GERMÁNICA.
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LOS GERMANOS EN HISPANIA.
El imperio romano fue invadido por pueblos bárbaros. Cuando desapareció el imperio romano de
Occidente, emergieron diversos reinos germánicos. En el noroeste se creó el reino de los suaves. En el
resto de la península ibérica se estableció el reino visigodo. Los bizantinos ocupaban una parte del
litoral mediterráneo de Hispania y su objetivo era restaurar el imperio romano.
LOS VISIGOS.
Los visigodos llevaron a cabo una tarea de homogeneización del territorio hispano y de sus habitantes.
Eran arrianos, pero en el III Concilio de Toledo se aceptó el cristianismo. La unificación política de
Hispania se realizó en varias etapas. Leovigildo acabó con el reino suevo. Suintila conquistó las últimas
posesiones del imperio bizantino. Los visigodos no pudieron con el País Vasco. Por último, se unificó
jurídicamente el territorio.
En la Hispania visigoda predominaba el mundo rural. En el campo destacaban las villas, y en ellas
trabajaban los colonos. En esa época surgió el feudalismo. Los monarcas se apoyaban en los fieles del
rey. Los nobles tenían a sus encomendados. La monarquía era muy débil. Los reyes accedían al trono
por elección. El rey gobernaba con ayuda del Oficio Palatino. En el mundo visigodo funcionaban el Aula
Regia y los Concilios. El Aula Regia estaba integrada por los principales colaboradores del rey. Los
concilios eran reuniones eclesiásticas, donde el rey desempeñaba un papel muy importante.
La figura más relevante de la cultura visigoda fue Isidoro de Sevilla. Su obra más notable, “Etimologías”,
son de carácter enciclopédicos y pedagógico. Se considera la primera enciclopedia cristiana.