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¿Triunfa el que quiere o el que puede?

Cuando Neil Armstrong tenía 10 años se quedó mirando la Luna y le dijo a su madre:
“un día voy a ir allí”. Todo aquel que lo escucho se echó a reír.

En ese entonces no existían vías al espacio y nadie pensaba ir a la a Luna. Pero Él,
con una sorprendente visión, estudió y trabajó duro, se hizo piloto de pruebas y cada
vez se ponía límites más lejanos.

Después tuvo la oportunidad de participar en un programa espacial. En Julio de


1969, se lanzó el programa lunar y Armstrong fue el primero de los primeros en
unirse a él. Trabajó sin descanso asegurándose siempre de estar en primera línea y
continuar con su visión.

Todos sabemos lo que paso después. Consiguió la oportunidad de ir a la Luna y


solamente eso, ¡fue la primera persona en caminar sobre ella! Resalta su frase: «Es
un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad».

Esta historia comenzó con un sueño, este sueño en acción generó desafíos no
contemplados por el astronauta y la respuesta a ello fue: su triunfo.

¿Qué es el triunfo?

Según la RAE es el éxito en cualquier empeño, alcanzar la victoria o llegar a cumplir


las metas trazadas. Estas metas son vistas de manera diferente en cada persona.
Para unos triunfar puede es conseguir un trabajo con una buena remuneración, para
otros crecer profesionalmente, formar una familia estable, entre otros.

Algunas situaciones de la vida se presentan como piedras en el camino para


alcanzar el éxito. Son piedras de todos los tamaños, estas, representan a los
problemas sociales, económicos, físicos, intelectuales, etc.
Sin embargo estas no son más que excusas que se ponen en un determinado
momento aquellas personas que no se han comprometido del todo con sus metas
planteadas.

Podemos enfrentarnos a la peor de las realidades, pertenecer al más bajo de los


niveles sociales o tal vez presentar alguna deficiencia física, pero nada es un
impedimento al momento de luchar por alcanzar nuestros sueños.

Grandes hombres como Beethoven, Walt Disney, Albert Einstein, Isaac Newton,
fueron calificados de torpes o lentos en algún momento de su aprendizaje, pese a
ello, esto no fue motivo suficiente para no llegar a ser quienes fueron.

La clave para alcanzar el triunfo, sea cual fuere la meta trazada, está en asumir un
compromiso serio consigo mismo. En aceptarse tal como somos, adoptando la
actitud de apreciar todo lo que la vida nos da. Este compromiso llevará a luchar día a
día, poco a poco por superar los obstáculos o impedimentos en los que nos
encontremos.

“No podrás hacerlo”, “no te alcanza el dinero”, “no tienes capacidades suficientes”.
Estas no son más que simples frases desmotivadoras que se nos cruzan con el fin
de hacernos flaquear. Hay personas que cuando sueñan se detienen a concentrarse
en las imposibilidades de su sueño y nunca lo inician, dejando pasar el valioso
tiempo. Sin embargo, con la mirada firme, lograremos lo planteado.

El ex presidente Alejando Toledo, era un hombre muy humilde realizó trabajos de


lustrabotas y de vendedor ambulante para contribuir a la economía familiar, la cual
era muy precaria., pese a ello, Él no se conformó con su situación y luchó con mucho
esfuerzo por conseguir sus metas, destacó por sus habilidades matemáticas; en su
último año de estudios consiguió una beca a la Universidad de San
Francisco mediante el Cuerpo de Voluntarios de Estados Unidos. Y llego a ser el
hombre más importante del país durante su gobierno.

¿Pesa más la voluntad o la condición al momento de luchar por el triunfo?


Esta es la pregunta que se hice a veinte personas con el fin de conocer su
perspectiva en cuanto a cumplir sus metas. Diez de las cuales contestaron que
indudablemente vale más la voluntad, cuatro dijeron que las condiciones son
elementales y seis que es necesario ambos factores ya que se complementan.

Analizando esta ultima respuesta, se deduce que si un individuo se plantea una


meta contando con una gran fuerza de voluntad y mejor aún con los medios para
lograrlo, pues esto solo facilitaría y haría del camino al triunfo algo menos pesado.
Sin embargo, si no halla esas posibilidades, el camino simplemente se alargaría más,
ya que con la fuerza de voluntad es posible seguir su ruta.

Ahora, las cuatro personas que respondieron que es indispensable contar con las
condiciones necesarias, pusieron como justificación que la fuerza de voluntad no lo
es todo y que se debe considerar también las debilidades y fortalezas del individuo.
Sin embargo, la voluntad es elemental para ir superando de a pocos las debilidades y
obstáculos.

Un proverbio japonés cita:

«La visión sin acción es soñar despierto, la acción sin visión es una pesadilla».

Cuando uno se propone alcanzar el éxito pero no lo ejecuta en acciones, esa meta
queda en un simple sueño, en palabras vanas.

Por otro lado si se actúa porque se debe mas no porque se quiere, valiéndose o no
de oportunidades y facilidades que se le presenten, a los ojos de los demás, habrá
alcanzado el éxito. Sin embargo, para sí, que es lo más importante, esa palabra será
completamente extraña.

El concepto de triunfo es diferente para todos. Lo que para nosotros puede ser algo
insignificante para otros puede representar el mayor de los éxitos.

No debemos juzgar ni tachar de mediocres a aquellos que se plantearon metas


aparentemente pequeñas, porque no sabemos cuánto les haya costado lograrlo. No
todos poseemos habilidades y fortalezas iguales, pero son esas diferencias las que
de la mano con la voluntad hace que se logremos lo que nos proponemos.

Para nadie es desconocido que una gota de lluvia encuentra caminos y mil maneras
para llegar a la tierra. Los sueños son como esas gotas de lluvia.

Conquista tus sueños, todo lo que necesitas es soñar. Ten siempre presente:
“Querer es poder”.

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