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PLATAFORMA ARQUITECTURA
20:24 - 29 Octubre, 2017
por Nicolás Valencia
Una escena cotidiana en la comuna de Estación Central, Santiago. Image © Juan Pablo
Urrutia
Discurso: Al final del siglo XIX y comienzos del XX, los pobres en la ciudad residían en los
llamados "cuarto redondos". Más tarde, en conventillos hasta que a mediados del siglo
pasado sus asentamientos tomaron el nombre de "poblaciones callampas", surgidas de la
noche a la mañana a raíz de las intensas migraciones del campo a la ciudad. Finalmente,
desde el año setenta al año de hoy se conocen como campamentos.
También la acción pública contribuyó a alimentar este hábitat precario del mundo popular
mediante la llamada "Operación sitios", consistente en la entrega de sitios con
urbanización básica y una caseta sanitaria, pero súbitamente en los últimos cinco a diez
años se ha producido un fenómeno nuevo: la precariedad habitacional ahora se extiende a
la clase media. Es lo que ocurre hoy en Estación Central, comuna donde las grandes
promotores inmobiliarios encontraron un nicho de acción, desprovisto en apariencias de
normas regulatorias, lo cual les ha permitido intensificar el uso del suelo urbano a niveles
inimaginables.
Estación Central es en estos momentos un territorio donde no rige altura máxima de
construcción, ni coeficiente de constructibilidad ni densidad habitacional ni rasante ni
distanciamiento a las medianeras. Nada, nada que ponga freno al interés lucrativo de sus
promotores.
Bajo el pretexto de carecer un plan regulador —argumento que Patricio Herman,
presidente de la Fundación Defendamos La Ciudad, ha dejado claramente establecido que
no es efectivo— se ha levantado un producto habitacional indigno. En la actualidad
existen 75 permisos de edificación aprobados o en trámite otorgados en los últimos 4
años y 31 anteproyectos aprobados en trámite durante los últimos 2 años. Si llegaran a
ejecutarse en su totalidad la comuna de Estación Central incrementaría su parte
habitacional en 57.800 departamentos, más que duplicando la población actual que existe
ahí.
Es un disparate técnico y social que desborda toda la infraestructura existente en la zona.
Estamos hablando de torres de 30 a 40 pisos, bordeando los 100 metros de alto, sin
consideración alguna a su entorno existente, donde predominan viviendas de uno o dos
pisos. Se trata de edificios sin antejardín, de edificación continua, que caen directo a
veredas de un metro y situados en calles de 15 metros de ancho.
Mencionemos el caso del conjunto Mirador Souper de 30 pisos de altura, con un total de
1.036 departamentos y la insólita cifra que constituye un récord Guinness de 37
departamentos por piso. Un ascensor alimenta a 259 departamentos.
Los que viven en departamento y están aquí presentes yo les digo que rápidamente hagan
un razonamiento y calculen cuántos departamentos por piso tienen en donde viven,
cuántos pisos tiene el edificio y cuántos ascensor disponen. Van a llegar rápidamente a
una conclusión.
Una esquina en la comuna de Estación Central, Santiago. Image © Juan Pablo Urrutia