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TEMA: LAS IDEAS Y PROPUESTAS DE LA ILUSTRACIÓN A PARTIR

DEL CONTRATO SOCIAL (J.J. ROUSSEAU, FRANCIA, 1762) Y LA

DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y DEL

CIUDADANO (FRANCIA 1789).

Introducción

La Ilustración es la corriente intelectual del siglo XVIII que tuvo como estandarte el uso

de la razón. Emmanuel Kant (1724-1804), autor de la Crítica a la Razón Pura, en su

ensayo ¿Qué es la Ilustración?1 legó a la posteridad la frase Sapere aude!, misma que se

suele interpretar como “Atrévete a pensar”. Y el mismo Kant explica, a continuación,

cómo la Ilustración es una etapa donde el hombre deja de ser menor de edad, o incapaz,

se sacude el yugo del paternalismo de la Iglesia y de los reyes, por citar ejemplos, y puede

pensar por sí mismo.2 El paternalismo es difícil de abandonar, según Kant, por la pereza

y la cobardía, cuando no se trata de una limitación por falta de inteligencia.3 Y a los que

ejercen la tutela de los hombres, se les facilita la tarea, pues hacen creer al pueblo que

atreverse a ver más allá del horizonte que tienen delante es peligroso, que es mejor no

aventurarse autónomamente.

1 Emmanuel Kant, “¿Qué es la Ilustración?” en Filosofía de la historia, prólogo y traducción de Eugenio


Ímaz, Octava Reimpresión, Fondo de Cultura Económica, México, 2000, p. 25-37.
2 Al respecto, menciona Jean-Jacques Rousseau en su obra El Contrato Social: “La libertad del Hombre
deriva del momento en que éste hace uso de la razón para buscar las mejores formas de cuidar de sí
mismo, es decir, de luchar por su conservación, pues es entonces cuando se puede decir que es dueño
de sí mismo.” El Contrato Social, p.
3 “La autonomía ilustrada exige, por una parte, la emancipación de aquellas instancias en las que la
heteronomia se concretaba: autoridad, tradición, revelación, despotismo...” José María Gómez-Heras,
“Prólogo”, en Arsenio Ginzo, La Ilustración francesa. Entre Voltaire y Rousseau, Editorial Cincel,
Madrid, 1985, p. 10.
Francia colaboró con la Ilustración por medio de la creación de la Enciclopedia,4 para

tratar de paliar la escasez de conocimientos de la burguesía de la época, para ilustrarla5,

pues los aparatos de la revelación, la tradición, etc., que oprimían a los hombres, se valían

de dicha ignorancia para ejercer más fácilmente la tutela sobre las personas que Kant

menciona en su ensayo6. El primer volumen de la Enciclopedia aparece en 1751, dirigido

por Denis Diderot y Jean Le Rond D'Alembert, fundadores de la Enciclopedia y grandes

pensadores y filósofos de la Ilustración. Está basada principalmente en la Cyclopedia de

Ephraim Chambers, y ofrece al lector un compendio global del saber actualizado; esta

visión se basa en tres conceptos importantes: la memoria, la razón y la imaginación. La

importancia de la educación en el proceso de la Ilustración es clave para alcanzar el éxito

deseado por los pensadores ilustrados: el progreso.

Para tratar de entender la repercusión que tuvo el movimiento ilustrado, particularmente

4 En la imagen de arriba, Alegoría de la Ilustración que aparece en la Enciclopedia, grabado de Nicolás


Couchin. http://www.uned.es/dpto-
hdi/museovirtualhistoriamasoneria/17ciencias_y_masoneria/la%20enciclopedia%20francesa.htm
5 Según el Diccionario de la Real Academia Española, “ilustrar” significa, entre otras cosas, “Dar luz al
entendimiento” e “Instruir, civilizar”. Real Academia Española. (2001). Diccionario de la lengua
española (22.a ed.). Consultado en http://www.rae.es/rae.html
6 Emmanuel Kant, op. cit., p. 25.
el movimiento francés, es necesario que se exponga el sistema político en que se

encontraba la Francia del siglo XVIII, el llamado Antiguo Régimen. La sociedad francesa

de la época seguía bajo un sistema político estamentario, en la cúspide del cual se

encontraba el monarca, quien gobernaba por derecho divino (absolutismo o monarquía

absoluta). Esta imagen de la monarquía, y su derecho divino a gobernar, la podemos ver,

por ejemplo, a través de Jacques Benigne Bossuet (1627-1704), clérigo francés, quien

publicó su obra Política sacada de las Sagradas Escrituras, y así justificó la existencia

de un plan divino donde los reyes debían ocuparse del gobierno de los pueblos. Bossuet

afirma que “la autoridad real es sagrada, paternal, absoluta, aunque ha de ejercer el poder

no despóticamente, sino de acuerdo con la razón.”7

Pese a dicha teoría absolutista, otros tres actores políticos, estamentos o estados

participaban en una asamblea nacional: el clero, la nobleza y el campesinado, y la

burguesía. Este último estado es el que menos privilegios poseía, e iba desde el

campesino, hasta la alta burguesía, “que se encontraba al frente de las nuevas direcciones

económicas”.8 Mientras que Inglaterra había logrado superar sus contradicciones en el

sistema político con éxito mediante el surgimiento y la aplicación del Liberalismo; en

Francia el sistema político y las ideas ya eran obsoletos, y contrastaban con las ideas

inglesas acerca del individuo, la libertad, la división de poderes, la tolerancia religiosa,

entre otros aspectos. Con este ejemplo en la mira, entre otros fundamentos filosóficos e

ideológicos, los franceses buscaron dar preponderancia al uso de la razón como la base

de la teoría política.

7 Arsenio Ginzo, La Ilustración francesa. Entre Voltaire y Rousseau, Editorial Cincel, Madrid, 1985,
p. 150.
8 Arsenio Ginzo, op.cit., p. 152
Ya Maquiavelo y Francis Bacon,9 en 1532 y 1626 respectivamente, escribían acerca de la

conveniencia de la aplicación de la razón y en la experiencia en la teoría política; Bacon

va más allá y habla acerca de la experiencia como medio para alcanzar la felicidad y el

progreso10. Sin embargo, Maquiavelo critica esos estados ideales en su obra El príncipe,

en el capítulo XV11:

Muchos han imaginado Repúblicas y principados que nunca vieron ni existieron en


realidad. Hay tanta distancia de cómo se vive a cómo se debería de vivir, que el que deja el
estudio de lo que se hace para estudiar lo que se debería hacer aprende más bien lo que debe
obrar su ruina que lo que debe preservarse de ella.

Respecto a la importancia del pensamiento de Francis Bacon, padre del Empirismo, Juan

Antonio Ortega y Medina comenta:

Francis Bacon representa con su Novum Organum la modernidad; un ataque frontal contra

9 Retrato de Nicolás Maquiavelo por Santi di Tito y de francis Bacon por Frans Pourbus
http://www.reprodart.com/a/di-tito-santi/nicolas-maquiavelo.html y
https://www.reprodart.com/a/somer-paul-van/sirfrancisbacon1561-1626v.html
10 En la obra de Francis Bacon La Nueva Atlántida se deja ver esto último, ya que en la historia existe
la “Casa de Salomón”, un instituto para la ciencia y la experimentación, que traen como consecuencia
el progreso de la sociedad de Bensalem.
11 “E molti si sono imaginati republiche e principati che non si sono mai visti né conosciuti essere in
vero, perché egli é tanto discosto da come si vive a come si dovrebbe vivere, che colui che lascia
quello che si fa per quello che si dovrebbe fare, impara piuttosto la ruina che la perservazione sua.”
Niccolò Machiavelli, Il Principe, en R. Ceserani, L. De Federicis, Il Materiale e l' immaginario.
Laboratorio di analisi dei testi e di lavoro critico, Vol. 2, La Società dell'Antico Regime,
Loescher, Torino, 1986, p.737.
el infructuososa método deductivo aristotélico (y de rechazo tomista) a causa de la inutilidad
práctica del mismo; es a saber, porque a diferencia de la lógica experimental postulada por
él, la tradicional no servía para dominar a la naturaleza supuesto que no utilizaba la ciencia
aplicada ni estimulaba su progreso. Para Bacon el problema no consistía tanto en conocer el
mundo sino en cambiarlo; el hombre que obedece las leyes naturales domina a la
naturaleza.12

Maquiavelo y Bacon coinciden entonces en el uso de la razón y la experiencia como

partes fundamentales de la teoría política.

El Contrato Social

Jean Jacques Rousseau13 (1712-1778) escribió una obra que fue relevante entre los

grandes cambios que vinieron antes de la Revolución Francesa y consolidados con la

Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano y la Constitución Francesa

de 1793: El Contrato Social o Principios de Derecho Político. Esta obra fue escrita en

1762, y forma parte de una obra más amplia cuyo proyecto elaboró Rousseau durante su

estancia en Venecia, entre los años 1743 y 1744.14 La razón de ser de El Contrato Social

fue elaborar un amplio tratado sobre las instituciones políticas que fundamentase el

Derecho político, como hace referencia el título de la obra15. María José Villaverde

12 Juan Antonio Ortega y Medina, “De Andrenios y Robinsones. Discurso de Recepción.”, Academia
Mexicana de la Historia, Ciudad de México, 1976, p. 6.
13 Retrato de Rousseau de Maurice La Tour. http://www.wga.hu/frames-
e.html?/html/l/la_tour/maurice/index.html
14 “Estudio Preliminar” en El Contrato Social, Jean-Jacques Rousseau, estudio preliminar y traducción
de María José Villaverde, Editorial Tecnos, 4a edición, Madrid, 1988, p. IX.
15 María José Villaverde, Íbid.
menciona que es posible que el ideal propuesto en esta obra sea Ginebra, mas una Ginebra

idealizada, que poseía aún en el siglo XVIII virtudes antiguas como el amor a la patria y

la pasión por la libertad.16

Al inicio del Libro Primero, Rousseau explica los motivos que le llevaron a escribir El

Contrato Social17. El pensador francés dice no ser ningún hombre dedicado a la política

como para elaborar este tratado que versa sobre Derecho Político, mas esa condición,

precisamente, lo justifica18.

El Libro Primero da a conocer los orígenes del Contrato Social, y la trascendencia del

mismo. El capítulo I de este libro sobresale porque Rousseau lo utiliza para explicar la

temática de su obra, es decir, las convenciones por las cuales el hombre obtiene el derecho

del orden social. A continuación, menciona las condiciones en las que se encuentra el

hombre (“El hombre ha nacido libre y en todas partes se encuentra encadenado.”)19 para

continuar con una alusión a la razón, bandera de la Ilustración: la libertad del hombre

deriva del momento en que éste hace uso de la razón para buscar las mejores formas de

cuidar de sí mismo, es decir, de luchar por su conservación, pues es entonces cuando se

puede decir que es dueño de sí mismo.20

El Libro Segundo continúa con la exposición de la trascendencia del Contrato Social,

entre ello, las características de la soberanía, y comienza a hablar del tema de las leyes.

Destaca el tratamiento de la ley; el autor señala que la ley considera a los súbditos de

manera general, no como individuos, es decir, da privilegios pero no los da en específico

a nadie.21 Por otra parte, el legislador, quien redacta las leyes, no debe mandar a los

16 María José Villaverde, op.cit., p. XIII y XIV.


17 “Quiero averiguar si en el orden civil puede haber alguna norma de administración legítima y segura,
tomando a los hombres tal y como son, y a las leyes tal y como pueden ser.” Jean-Jacques Rousseau,
op.cit., p. 3.
18 “Si fuese un príncipe o un legislador no perdería el tiempo diciendo lo que hay que hacer; lo haría o
me callaría.” Íbid.
19 Jean-Jacques Rousseau, op.cit., p. 4.
20 Jean-Jacques Rousseau, op.cit. p. 5.
21 Jean-Jacques Rousseau, op.cit, p. 36. “Toda función que se relacione con algo individual no pertenece
hombres, pues su visión no sería imparcial22. A continuación, en la sección dedicada al

pueblo, menciona que el legislador debe examinar antes de redactar sus leyes, al pueblo

destinatario de las mismas, para saber si son adecuadas a dicho pueblo o no23. En el tema

del Estado, sostiene que un Estado pequeño es más fuerte que uno grande, principalmente

porque existen una serie de conflictos en la administración de un Estado más grande.24

El Libro Tercero es un desarrollo del tema del Gobierno. Comienza con “fijar el

sentido preciso de esta palabra [Gobierno]”25 El Gobierno es sólo el ministro del

soberano, un intermediario entre los súbditos y el soberano para comunicarse entre sí, y

este cuerpo debe encargarse de la ejecución de las leyes y de mantener la libertad civil y

política. Los miembros del gobierno se llaman gobernantes, y el cuerpo entero se llama

príncipe.26 Cuantos más numerosos sean los magistrados, el gobierno es más débil, pues

las tres voluntades (individual, del cuerpo y soberana) que posee cada gobernante se

concentran más en cada uno, y entonces la voluntad soberana o general queda debilitada27.

El gobierno se divide en tres: cuando el soberano elige a la mayoría del pueblo para las

funciones del gobierno (democracia), cuando se concentra en un cierto grupo de personas

(aristocracia), y cuando concentra el poder en manos de un magistrado único, quien da

poder a los demás (monarquía).28 Rousseau intenta posteriormente dar una respuesta a

cuál serían los rasgos de un buen gobierno.29 Después prosigue con otros lineamientos

acerca del gobierno, y de cómo el gobierno no es un contrato.30

El Libro Cuarto expone los temas de las votaciones y las elecciones, y para tratar más

al poder legislativo.” Íbid.


22 Jean-Jacques Rousseau, op.cit, p. 40.
23 Jean-Jacques Rousseau, op.cit., p. 43.
24 Jean-Jacques Rousseau, op.cit., p. 46.
25 Jean-Jacques Rousseau, op.cit., p. 56.
26 Íbid. El gobierno también sería, según Rousseau, “ejercicio legítimo del poder ejecutivo.” Íbid.
27 Jean-Jacques Rousseau, op.cit., p. 62.
28 Jean-Jacques Rousseau, op.cit., p. 64.
29 Jean-Jacques Rousseau, op.cit., p. 83.
30 Jean-Jacques Rousseau, op.cit., p. 97: “No hay más que un contrato en el Estado: el de asociación, y
éste excluye a cualquier otro.”
extensamente estos temas y darles una explicación mejor, toma la historia romana como

ejemplo, y comienza al mencionar los comicios romanos, para posteriormente hablar

acerca del tribunado, la dictadura, la censura, y un amplio tratado sobre religión civil.

Respecto a las votaciones, Rousseau señala que “mientras más armonía exista en las

asambleas, es decir, mientras más se acerquen las opiniones a la unanimidad, más

dominará la voluntad general”31. Además de las elecciones del príncipe y de los

magistrados, existen dos vías a seguir: la elección y el sorteo32; el procedimiento por

sorteo es más propio de una democracia, porque en el contrato social la elección de los

jefes es una función del gobierno y no de la soberanía. El sorteo es más apto para las

funciones en que basta el sentido común, la justicia y la integridad.33

Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano

La Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano aparece como introducción

a la Constitución francesa del 26 de agosto de 1789. Comenta Moisés Bailón Corres al

respecto:

La Declaración de Derechos del Estado de Virginia de 12 de junio de 1776, la


De-
claración de Independencia Norteamericana del 4 de julio de 1776 y la
Declaración
de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, aprobada por la Asamblea Nacional
de
la Revolución francesa el 26 de agosto de 1789, son las primeras manifestaciones
a
favor de una serie de reclamos que tendrían que ver con las relaciones que el
hom-
bre individualmente considerado establece con los poderes públicos: la libertad,
la
seguridad jurídica, la igualdad, la propiedad, la posibilidad de alcanzar la
felicidad
de los pueblos34.

31 Jean-Jacques Rousseau, op.cit., p. 105.


32 Jean-Jacques Rousseau, op.cit., p. 108.
33 Jean-Jacques Rousseau, op.cit., p. 110.
34 Moisés Bailón Corres, “Derechos humanos, generaciones de derechos, derechos de minorías y derechos
de los pueblos indígenas; algunas consideraciones generales ”, en Biblioteca Jurídica Virtual del
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, www.juridicasunam.mx.
La literatura jurídico política de la época anterior a esta declaración sólo conocía derechos

de los Jefes de Estado, privilegios de las clases, de los particulares, etc., pero no existían

derechos específicos de los súbditos como tal, salvo bajo la forma de deberes de Estado.

Esta declaración rompió con ese esquema, e introdujo los derechos de todo miembro del

Estado frente al Estado mismo. Dicha acción se llevó a cabo en primer lugar por la

Constitución del 3 de septiembre de 1791, la primer constitución francesa escrita y

aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente. En otras partes del mundo, en las

constituciones anteriores a 1848, se contaba con pocas alusiones a los posibles derechos

de los súbditos, pero en las constituciones posteriores a 1848 comenzaron a ser múltiples

las declaraciones de este tipo.35

Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano (26 de agosto

de 1789)36

35 Georg Jellinek, La Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano, trad. y estudio
preliminar Adolfo Posada, estudio introductorio Miguel Carbonell, Universidad Nacional Autónoma
de México, 2000, pp. 81-83.
36 Déclaration pintura de Jean-Jacques-François Le Barbier, actualmente en el museo Carnavalet.
http://carnavalet.paris.fr/fr/collections/declaration-des-droits-de-l-homme-et-du-citoyen
Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea Nacional, considerando

que la ignorancia, el olvido o el menosprecio de los derechos del hombre son las únicas

causas de las calamidades públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto

exponer, en una declaración solemne, los derechos naturales, inalienables y sagrados del

hombre, a fin de que esta declaración, constantemente presente para todos los miembros

del cuerpo social, les recuerde sin cesar sus derechos y sus deberes; a fin de que los actos

del poder legislativo y del poder ejecutivo, al poder cotejarse a cada instante con la

finalidad de toda institución política, sean más respetados y para que las reclamaciones

de los ciudadanos, en adelante fundadas en principios simples e indiscutibles, redunden

siempre en beneficio del mantenimiento de la Constitución y de la felicidad de todos.

En consecuencia, la Asamblea nacional reconoce y declara, en presencia del Ser

Supremo y bajo sus auspicios, los siguientes derechos del hombre y del ciudadano:

Artículo primero.- Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las

distinciones sociales sólo pueden fundarse en la utilidad común.


Artículo 2.- La finalidad de toda asociación política es la conservación de los derechos

naturales e imprescriptibles del hombre. Tales derechos son la libertad, la propiedad, la

seguridad y la resistencia a la opresión.

Artículo 3.- El principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación. Ningún

cuerpo, ningún individuo, pueden ejercer una autoridad que no emane expresamente de

ella.

Artículo 4.- La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no perjudique a otro:

por eso, el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene otros límites que

los que garantizan a los demás miembros de la sociedad el goce de estos mismos derechos.

Tales límites sólo pueden ser determinados por la ley.

Artículo 5.- La ley sólo tiene derecho a prohibir los actos perjudiciales para la sociedad.

Nada que no esté prohibido por la ley puede ser impedido, y nadie puede ser constreñido

a hacer algo que ésta no ordene.

Artículo 6.- La ley es la expresión de la voluntad general. Todos los ciudadanos tienen

derecho a contribuir a su elaboración, personalmente o por medio de sus representantes.

Debe ser la misma para todos, ya sea que proteja o que sancione. Como todos los

ciudadanos son iguales ante ella, todos son igualmente admisibles en toda dignidad, cargo

o empleo públicos, según sus capacidades y sin otra distinción que la de sus virtudes y

sus talentos.

Artículo 7.- Ningún hombre puede ser acusado, arrestado o detenido, como no sea en los

casos determinados por la ley y con arreglo a las formas que ésta ha prescrito. Quienes

soliciten, cursen, ejecuten o hagan ejecutar órdenes arbitrarias deberán ser castigados;

pero todo ciudadano convocado o aprehendido en virtud de la ley debe obedecer de

inmediato; es culpable si opone resistencia.

Artículo 8.- La ley sólo debe establecer penas estricta y evidentemente necesarias, y nadie
puede ser castigado sino en virtud de una ley establecida y promulgada con anterioridad

al delito, y aplicada legalmente.

Artículo 9.- Puesto que todo hombre se presume inocente mientras no sea declarado

culpable, si se juzga indispensable detenerlo, todo rigor que no sea necesario para

apoderarse de su persona debe ser severamente reprimido por la ley.

Artículo 10.- Nadie debe ser incomodado por sus opiniones, inclusive religiosas, a

condición de que su manifestación no perturbe el orden público establecido por la ley.

Artículo 11.- La libre comunicación de pensamientos y de opiniones es uno de los

derechos más preciosos del hombre; en consecuencia, todo ciudadano puede hablar,

escribir e imprimir libremente, a trueque de responder del abuso de esta libertad en los

casos determinados por la ley.

Artículo 12.- La garantía de los derechos del hombre y del ciudadano necesita de una

fuerza pública; por lo tanto, esta fuerza ha sido instituida en beneficio de todos, y no para

el provecho particular de aquellos a quienes ha sido encomendada.

Artículo 13.- Para el mantenimiento de la fuerza pública y para los gastos de

administración, resulta indispensable una contribución común; ésta debe repartirse

equitativamente entre los ciudadanos, proporcionalmente a su capacidad.

Artículo 14.- Los ciudadanos tienen el derecho de comprobar, por sí mismos o a través

de sus representantes, la necesidad de la contribución pública, de aceptarla libremente,

de vigilar su empleo y de determinar su prorrata, su base, su recaudación y su duración.

Artículo 15.- La sociedad tiene derecho a pedir cuentas de su gestión a todo agente

público.

Artículo 16.- Toda sociedad en la cual no esté establecida la garantía de los derechos, ni

determinada la separación de los poderes, carece de Constitución.

Artículo 17.- Siendo la propiedad un derecho inviolable y sagrado, nadie puede ser
privado de ella, salvo cuando la necesidad pública, legalmente comprobada, lo exija de

modo evidente, y a condición de una justa y previa indemnización.

Comparación37

Como se podrá observar, esta declaración posee dos artículos que llaman la atención

por su innovación: el artículo 10 y el artículo 11, referentes a la libertad de pensamiento

y expresión de los hombres. En el Contrato Social de Rousseau, por ejemplo, y en

constituciones anteriores a la constitución de 1789, no se menciona nada acerca de ello,

sino tan sólo que el hombre nace libre, y, respecto a la religión civil, el individuo debe

confesarla ante el Estado38. Esto también lo menciona Rousseau, pero, a diferencia de la

Declaración, la cual dice que el hombre “nace y permanece libre en igualdad de

derechos”. En contraste, Rousseau comienza su libro Primero con la frase “El hombre ha

nacido libre y en todas partes se encuentra encadenado.”39 En la obra de Rousseau,

37 La republique de Janet-Langue. http://carnavalet.paris.fr/fr/collections/la-republique


38 Georg Jellinek, op. cit,, p. 86.
39 Jean-Jacques Rousseau, El contrato social, p. 4.
corresponde al Estado velar por la seguridad e intereses de los contractuantes, y en esta

Declaración, el papel del Estado es llamado asociación política. En la Declaración, se dice

que el principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación40, y no en ningún

cuerpo individual; Rousseau coincide en ello, al señalar desde su Libro Primero en quién

recae la soberanía41 (los contractuantes, es decir, el pueblo suscrito al pacto social). Sobre

la ley, la Declaración dice en su artículo Sexto que la ley es la expresión de la voluntad

general, y que todo ciudadano podrá contribuir a su elaboración; Rousseau menciona que

la ley ve al pueblo de manera general, es decir, que no se aplica a los súbditos

individualmente, sino como a un cuerpo colectivo.42 Asimismo, la Declaración introduce

otro artículo sobresaliente: el artículo Decimoséptimo, el cual habla acerca de la

propiedad; dicha propiedad, menciona el artículo, es un derecho “inviolable y sagrado”,

y nadie puede ser privado de ella salvo si la necesidad pública lo exige, mediante

indemnización, mientras que en el contrato social, la propiedad pertenece a los individuos

sólo en virtud de concesión del Estado.43

En su obra, Georg Jellinek señala que El Contrato Social de Rousseau no es la fuente

de la Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano; el autor menciona que el

contrato social se resume en una sola cláusula, “la enajenación de todos los derechos del

individuo a la sociedad.”44 Cuando ingresa al Estado, el individuo se somete a la voluntad

general. También señala el autor que: “Los principios del contrat social son, por tanto,

absolutamente contrarios a una Declaración de derechos, porque de ellos proviene, no el

derecho del individuo, sino la omnipotencia de la voluntad general, jurídicamente sin

40 Se entiende Nación como una comunidad humana con nombre propio, asociada a un territorio
nacional, según la definición de Anthony D. Smith, y también que la Nación es un cuerpo político
donde recae la soberanía de un Estado.
41 Jean-Jacques Rousseau, El contrato social, p. 18.
42 “Toda función que se relacione con algo individual no pertenece al poder legislativo.” Jean-Jacques
Rousseau, El contrato social, p. 36.
43 Georg Jellinek, op. cit,, p. 85.
44 Georg Jellinek, op. cit,, p. 85.
límites.”45

Conclusiones

La obra de Rousseau y la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano

introdujeron, sin duda, innovaciones al sistema político que se hallaba previo a la

Revolución Francesa, tales como el considerar al pueblo como individuos, y, así, poder

establecer los derechos de cada uno de estos individuos, sin dejar de lado el hecho de que

dichos individuos constituyen la soberanía del Estado al que pertenezcan. El Antiguo

Régimen quedó atrás, la monarquía perdió sus privilegios en Francia, y surgió un nuevo

concepto de hombre y de ciudadano, pues era tal la necesidad de una revolución del

pensamiento francés, que estos derechos de los individuos causó un gran impacto a gran

escala, como modelo y ejemplo acerca de la concepción del hombre y sus derechos.

45 Georg Jellinek, op. cit,, p. 87.


BIBLIOGRAFÍA:

- Bailón Corres, Moisés, “Derechos humanos, generaciones de derechos, derechos de

minorías y derechos de los pueblos indígenas; algunas consideraciones generales ”, en

Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM,

www.juridicasunam.mx.

- Ceserani, R., De Federicis, L., Il Materiale e l' immaginario. Laboratorio di analisi

dei testi e di lavoro critico, Vol. 2, La Società dell'Antico Regime, Loescher, Torino,

1986.

Ginzo, Arsenio, La Ilustración francesa. Entre Voltaire y Rousseau, Editorial Cincel,

Madrid, 1985.,

- Jellinek, Georg, La Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano,

trad. y estudio preliminar Adolfo Posada, estudio introductorio Miguel Carbonell,

Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2000.

- Kant, Emmanuel, Filosofía de la historia, prólogo y traducción de Eugenio Ímaz,

Octava Reimpresión, Fondo de Cultura Económica, México, 2000.

- Ortega y Medina, Juan Antonio, “De Andrenios y Robinsones. Discurso de Recepción.”,

Academia Mexicana de la Historia, Ciudad de México, 1976.

- Real Academia Española. (2001). Diccionario de la lengua española (22a ed.),


http://www.rae.es/rae.html.

- Rousseau, Jean-Jacques, El Contrato Social,, estudio preliminar y traducción de María

José Villaverde, Editorial Tecnos, 4a edición, Madrid, 1988

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