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MAYO 15 de mayo SAN ISIDRO, LABRADOR, patrono de Madrid Solemnidad PRIMERA LECTURA En tiempo pascual: Todos pensaban y sentfan, lo mismo Lectura del libro de los Hechos de los apéstoles 4, 32-35 En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentfan lo mismo: Jo posefan todo en comtin y nadie Hamaba suyo propio nada de lo que tenfa. Los apéstoles daban testimonio de la resurreccién del Sefior Jess con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba ne- cesidad, pues los que posefan tierras 0 casas las vendfan, trafan el di- nero y lo ponfan a disposicién de los apdstoles; luego se distribufa segtin lo que necesitaba cada uno. Palabra de Dios. Fuera del tiempo pascual: Someted la tierra Lectura del libro del Génesis 1, 1-2. 11-13. 26-28 Al principio creé Dios el cielo y la tierra, La tierra era un caos in- forme; sobre Ja faz del abismo, Ja tiniebla. Y el aliento de Dios se cernia sobre la faz de las aguas. Dia 15: San Isidro, labrador Y dijo Dios: —«Verdee la tierra hierba verde que engendre semilla, y arboles frutales que den fruto segtin su especie y que lleven semilla sobre la tierra.» Y asf fue. La tierra broté hierba verde que engendraba semilla segiin su espe- cie, y érboles que daban fruto y Hevaban semilla segtin su especie. Y vio Dios que era bueno. Paso una tarde, pasé una mafiana: el dfa tercero. Y dijo Dios: —«Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domi- ne los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra» Y cre6 Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo cre6; hombre y mujer los creé, Y los bendijo Dios y les dijo: «Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tie~ ra.» Palabra de Dios. Salmo responsorial Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R:: 2a) R, Su gozo es la ley del Sefior. O bien: Aleluya. Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impios, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reuriién de los cinicos; sino que su gozo es la ley del Sefior, y medita su ley dia y noche. R. Ser4 como un Arbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazén y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin. R. Mayo No asf los impfos, no asf; seran paja que arrebata el viento. Porque el Sefior protege el camino de los justos, pero el camino de los impios acaba mal. R. SEGUNDA LECTURA : El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra Lectura de Ia carta del apéstol Santiago 5, 7-8. 11. 16-17 ‘Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Sefior. El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la Iuvia temprana y tardfa. Tened paciencia también vosotros, manteneos fir- mes, porque la venida del Sefior esta cerca. Llamamos dichosos a los que tuvieron constancia, Habéis ofdo pon- derar la paciencia de Job y conocéis el fin que le otorgé el Sefior. Porque el Sefior es compasivo y misericordioso. Asi, pues, confesaos los pecados unos a otros, y rezad unos por otros, para que os curéis. Mucho puede hacer Ja oracién intensa del justo. Elfas, que era un hombre de la misma condicién que nosotros, ord fervorosamente para que no Hloviese; y no Movié sobre la tierra du- rante tres afios y seis meses. Luego volvié a orar, y el cielo derramé luvia y la tierra produjo sus frutos. Palabra de Dios. Aleluya Jn 15, 9b. 5b Permaneced en mi amor —dice el Sefior—; el que permanece en mf y yo en él, ése da fruto abundante. EVANGELIO Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es ef labrador a a Lectura del santo evangelio segtin san Juan 1 En aquel tiempo, dijo Jestis a sus discipulos: Dia 15: San Isidro, labrador —«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sar- miento mfo que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé més fruto. Vosotros ya estdis limpios por las palabras que os he hablado; per- maneced en mi,-y yo en. vosotros. Como el sarmiento no puede dar frato por sf, si no permanece en la vid, asf tampoco vosotros, si no ~ permanecéis en mf. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mi y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mf no podéis hacer nada. Al que no permanece en mi lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; Iuego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mi, y mis palabras-permanecen en vosotros, pediréis lo que desegis, y se realizard.» Palabra del Sefior. | | |

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