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EI otro movimiento estudiantil Enrique de la Garza Toledo ‘Tomas Bjea Luis Fernando Macias Ss. reconoce frecuentemente que el mcvimiento \diantil en México contribuyé con sus luchas a abrir espacios y alternativas anteriormente insospe- chadas en el pais. Sin embargo, no pocos estudio- sos del tema llegan a reducir la influencia politica del movimiento estudiantil a los sucesus del 68. No se reconoce siempre que el movimienio del 68 sin- tetizd ocho afios de luchas democziticas de los estudiantes ni que el movimiento en las universida- des se continud hasta el sexenio de Echeverria, ‘completandose todo un ciclo de luchas que pasaron de lo democritico al enfrentamiento directo con el Estado en su conjunto. Bl reflujo derivado de la derrota del 68 en la capital se tradujo en la provin- ia en un ascenso de las luchas democréticas. Tal fue la situacién en las universidades de Nuevo Leén, Sinaloa, Puebla, Oaxaca, Guerrero y Jalisco. En. estos casos y en otros la derrota del 68 fue el inicio de una etapa superior en sus luchas democraticas ‘que llevé a la conformacién de verdaderos bloques de fuerzas al interior de las universidades que enfrentaron a los proyectos estatales, Después del 68 las luchas democréticas galva- nizaron los intereses y profundizaron las relaciones entre destacamentos estudiantiles separados geogré- ficamente, pero identificados en los intentos por cabiar las estructuras autoritarias de las universida- des. Estas luchas democriticas, a través de los blo- ques democraticos que lograron generar, obtuvie- ron, en algunos casos, la transformacion de las estructuras autoritarias de la universidad. Pero el triunfo democrético, en los lugares donde ctlmind, se convirtié en el inicio. de una nueva, intensa y corta etapa del movimiento estudiantil en México: a etapa del radicalismo. Etapa sin legitimidad his- torica, periodo confundido con la provocacion y ‘oscurecido por el anatema; fuente de juicios que 15 encubren la incapacidad de reflexion serena ante tun hecho socioldgico que debiere abordarse con profundidad, 0 El “Enfermismo”, movimiento distintivo de este periodo, sin negar su izquierdismo, fue el resultado de la acumulacién de experiencias del periodo pre- cedente, en un contexto de autoritarismo estatal acrecentado hacia los sectores radicalizados; el “Enfermismo” no fue el producto del simple van- dalismo ni de la provoeacién policiaca, sino un hecho social que reflejé, aunque de una manera distorsionada, necesidades sociales generales. Este articulo es parte de un texto mayor que pretende analizar al movimiento estudiantil en Mexico de los aflos sesenta y setenta, a partir de la definicion de tres periodos: el democtatico, el radi- cal y el del reflujo. En este ensayo s6lo abordare- mos la descripcion de lo que hemos llamado la fase radical del movimiento. Lo haremos a partir de! anilisis de algunos de los casos en donde este fend- meno se presenté en forma mas acabada: Nuevo Le6n, Sinaloa, Puebla, Oaxaca y el D.F. Reflexion tardia la que pretendemos, mas no por ello menos necesaria, La crisis economics actual sobredetermina pero no desaparece, sino que intensifica las contradiceiones que provocaron que hace més de diez afios los estudiantes se hayan lan- zado a cambiar el mundo. Las nuevas generaciones estudiantiles no han asimilado ni siquiera teérica- mente las experiencias de sus antecesores. Busque- mos que la historia no se repita como farsa, trate- ‘mos que los futuros sujetos politicos, a diferencia de sus predecesores, sean capaces de proponerse objetivos viables. Viabilidad funcién del andlisis, de la situacién conereta, pero también del recono- cimiento de aciertos y errores de aquellos que qui 6 sieron cambiar Ja vida y terminaron siendo cambia- dos por ella. 1 A nivel nacional la culminacion de la fase democ! tica del movimiento estudiantil corresponde tam- bién al inicio de su fase radical. Fue en la Universi- dad Auténoma de Nuevo Len donde primero se ‘cumplio este ciclo en forma acabada. Cuando a me- diados de 1971 culmina en esta Universidad la lucha democratica con el nombramiento de Héctor Ulises Leal como rector de la UANL (luego de la caida del gobernador Eduardo Elizondo), se inicia la eta pa radical, Como antecedente de la etapa radical la ese1- sion de la Juventud Comunista (JC), jugo un papel central. Desde la derrota de} movimiento nacional de 1968, se presentaron dos corrientes al interior Ue la JC. Por un lado, la que buscaba salvaguardar estructura partidaria del PCM, ¥ la onganizacion de masas estudiantiles dirigida por la Confederacion Nacional de Estudiantes Democraticos (CNED) (En 1968 la CNED trat6 de ser la fuerza hegemoni- ca del movimiento, pero fracas6 en su pretension.) Y por otro lado, la que comenzé a criticar las praic- ticas de la JC y la CNED, la radicalizacion de esta segunda corriente la habia llevado a cuestionar la propia existencia del Partido Comunista como onganizacion revolucionaria teal 0 potencial. Se cuestionaba el reformismo, el caudillismo, el auto- ritarismo y el paternalismo en el Partido. La polémica de la JC, posterior a 1968, impu- so la necesidad de celebrar el III Congreso de la organizacion para deslindar posiciones y aclarar puntos de vista, La corriente defensora del aparato partidario se opuso a la celebracién del evento. La corriente radical habia llegado a tener influencia considerable en los lugares donde la JC tenfa ma- El otro movimiento estudiantil yor presencia en el movimiento estudiantil, como ‘en Nuevo Leén, Sinaloa y algunos sectores del D.F, xy Guadalajara, El Tercer Congreso de la JC, celebrado en Monterrey en 1969, no pudo llegar a conclusiones y la JC result definitivamente dividida. A lo sumo el Congreso Ilegé a nombrar una direccin transito- tia que deberia preparar el futuro Congreso de la organizacion. Vv Por un lado, la corriente de apoyo al aparato parti- Gario, planteaba que no era el momento de trans. formare, sino que antes habia que reconstruir lo que la represion habia destruido en 1968. Por otro lado, la corriente radical establecia que para que la AC avanzara tenia que negarse a si misma; aceptar que el partido revolucionario no existia, y que a 1 partir de las fuerzas con que se contaba habia que plantearse tareas revolucionarias de mayor enverga- dura, Lo que estaba en juego, eran en lo inmediato, dos proyectos politicos: uno el moderado, que seguia apoyando las viejas tesis del PCM de conce- bir, previa a la revolucién, una etapa socialista, democratica, popular y antiimperialista; y dos, el radical, que’ negaba la posibilidad de esta etapa y hablaba s6lo del cambio directo hacia el socialismo. Desde el punto de vista del Estado y las alianzas, los radicales concebian al Estado como reacciona- rio, y ctiticaban al PCM porque construia sus alian- zas “de izquierda a derecha”, ademas establecian la necesidad de la lucha armada en la transformacion socialista, Esta divergencia de opiniones en las dos corrientes de la JC tendria amplias repercusiones y proporcionarfa elementos centrales de oposicion politica e ideologica en el perfodo radical entre las, fuerzas radicales y moderadas. La UANL: los precursores Después de 1968 el primer movimiento estudiantil de significacion se escenificé en la Universidad de Nuevo Leon, El carécter primordialmente demo- critico de sus demandas y Ja disminucion de los recursos materiales para la Universidad, levaron a la masa estudiantil a un enfrentamiento con las autoridades estacales. La Universidad de Nuevo Leén que habia par- ticipado intensamente en el movimiento solidario y nacional de 1968 vio madurar politicamente a sus miembros de suerte que en 1969 la comunidad uni: versitaria pedia autogestion y democracia en todos suis procesos internos. Bajo estos rasgos se delined el movimiento entre los aiios 1969 y 1971. ‘A raiz de estos movimientos ol Gobemador del Estado expidi6 hacia fines de 1969 dos decre- tos: uno concedia la autonomia a la UNL (por me- 18 dio de este decreto pasaria a ser la Universidad ‘Auténoma de Nuevo Leén) y a la vez autorizaba la ‘creacion de un consejo universitario compuesto por un tercio de profesores, otro tercio por estudiantes y otro més por directores de escuela, el cual estaba facultado para elegir al rector; el otro decreto per- mitia Ia creacién de una comisin que propusiese una nueva Ley Organica para la UANL. La propuesta que surgid de esta comision pro- ponia como méximo érgano de gobierno a la llama- da “asamblea universitaria” compuesta por tres profesores y tres alumnos de cada escuela. Estos fueron los logros cualitativos més importantes del perfodo democrético en la UANL donde muchas de las nuevas autoridades electas por el consejo uni- versitario militaban en la izquierda. Los grupos dominantes locales iniciaron en 1970 una campaiia de desprestigio a las autoridades de la UANL, el entonces rector Oliverio Tijerina renuncié después de ver reducido en 10 millones el presupuesto universitario, El Consejo Universitario nombré entonces al Dr. Héctor Ulises Leal pera ‘ocupar ese cargo. El gobierno del estado rechazo este nombramiento y establecio una nueva Ley ‘Organica, a la vez que redujo 7 millones més al pre- supuesto, La respuesta del movimiento estudiantil movi- liz6 al Sindicato de Trabajadores de la UNAL y a otros sectores de la poblacién contra el gobierno y sus aliados los empresarios. El Gobierno Federal en consonancia con la “apertura democratica” intervino tratando de con- ciliar a las partes en conflicto, de modo que por mediacion de Victor Bravo Ahuja, secretario de Educacién Publica, el congreso del Estado promul- go una Ley Organica que no coincidia ni con la propuesta del Gobernador ni con la del movimien- to universitario. En cambio establecia una Junta de Gobierno semejante a la de la UNAM. Esta Junta de Gobierno designé a Héctor Ulises Leal como El otro movimiento estudiantil rector. Dada esta soluci6n las fuerzas politicas que habian conducido al movimiento estudiantil en todo el proceso democratico se dividieron entre giiienes aceptaban la nueva Ley Organica y quienes la rechazaban, estos iltimos consideraban que aquélla no cumplia con las aspiraciones del mo\ miento universitario, por tanto, habia que cont nuar la lucha. Esta situacién fue conformando las bases de lo que después seria el movimiento radical. Podemos decir que en la UANL se inicio la fase radical del movimiento cuando en el segundo semestre de 1971 surgieron grupos politicos que ya no buscaban, como tarea principal, la democratiza- cin de la Universidad, sino constituir un movi- miento politico inserito dentro de un proyecto de transformacién revolucionaria de la sociedad, con base en la lucha armada. En esa lucha por consti- tuir un movimiento politico radical jugaron un Papel importante ex-estudiantes de origen politico socialcristiano y ex-militantes de la JC, como Rail Ramos Zavala, quienes desde el Comité de Lucha de ia Escuela ‘de Economia de la UANL, empeza- ron a plantear tesis radicales que luego tendrian semejanza con las de los “Enfermos” de Sinaloa. El ascenso de Ulises Leal a la Rectorfa de la UANL a mediados de 1971 marcé el resquebraja- miento del bloque democritico. El PCM, en el que Participaban tres fracciones principales: lamas moderada constituida por la célula Angel Martinez Villarreal, la fraccion radical y la del centro. Estas fracciones presentaban entre sf dos posiciones con respecto a la rectoria de Ulises Leal. La célula Angel Martinez plantaba apoyarlo decididamente, en tanto que el resto del PCM veia en Ulises la avanzada del echeverrismo en la Universidad. A pesar de que en una reunién el PCM decidié ‘no apoyar al Rector, la céldla Angel Martinez siguid apoyandolo junto con otros grupos diferentes del PCM como los Espartaquistas. Como inicio de las acciones radicales se pro- dujeron en enero de 1972 en Monterrey, Chihus- hhua y Aguascalientes actividades guerrilleras que en Monterrey acabaron con la aprehension de los prin- cipales dirigentes del grupo de Ramos Zavala, y la muerte de éste en el D.F. Deseabezado el grupo, sus simpatizantes en Monterrey trataron de conti. nuar con la creacion de una nueva organizacion politica a nivel de la Universidad ligada con la frac- cin radical del movimiento estudiantil, En 1972 se establecieron importantes lazos entre el movimiento estudiantil radicalizado en la UANL y el movimiento obrero que iniciaba la olea- da democratica llamada Insurgencia Sindical, Para entonces, los estudiantes participaban ya al lado del Movimiento Sindical Ferrocarrilero en acciones ‘como la toma del local sindical en Monterrey. De la misma forma, grupos estudiantiles se relacionaban con el movimiento sindical que se iniciaba en la Fundidora de Monterrey; igualmente grupos radica- lizados participaban en'el STUNL (Sindicato de ‘Trabajadores de la UANL) y en las luchas de los colonos, A finales de ese afio se constituyé el Comité Estudiantil Revolucionario (CER) a partir de agri- Pamientos que habian recibido la influencia del srupo de Ramos Zavala; en el afio de 1973 el CER adopté la tesis de los “Enfermos” de Sinaloa acerca de la “Universidad Fabrica” y privilegié los enfren- tamientos violentos para dirimir los conflictos politicos, tanto con el Estado como con el resto de la izquierda universitaria, ‘Al mismo tiempo que en la UANL se dio el rompimiento del bloque democratic y la radicali- zacién de una parte del movimiento estudiantil, las fuerzas derechistas derrotadas en 1971 que todavia controlaban algunas escuelas de la Universidad, lo- graron reagruparse desde finales de 1972, en alian- 2a con algunos grupos del movimiento democra- tizador. 19 E} “‘ulisismo”, més preocupado por engan- charse a la apertura democritica y a la reforma educativa echeverrista, que por consolidar el proce- so democritico, rompié definitivamente con el POM. Ante esta situacion la fraccion hegeménica del PCM en Monterrey, la célula Angel Martinez, que habia apoyado a Ulises Leal, decidié combatir- lo y para ello concerto una alianza con la derecha.' En los intensos enfrentamientos participaron al lado del Rector el STUNL y el Espartaquismo. El Hospital Universitario, reducto ulisista, fue motivo de tomas y contratomas armadas hasta que el ulisismo fue practicamente expulsado de la Uni- versidad. Esto dio origen a un periodo de gran con- fusion en las filas del grupo hegeménico de la iz- quierda, que habfa “‘fabricado” en Ulises un caudi- Wo, cuando de improviso el “caudillo” fue tachado de gobiernista y burgués tanto por el PCM como por los miembros de la corriente radical. En sus momentos més intensos la pugna se dio al margen de las masas universitarias (con excep- cién quiz del personal del Hospital Universitario que apoyaba a Ulises) siendo el ulisismo el primero en echar mano de los grupos de choque para diri- mir el conflicto, el POM y la derecha respondieron de la misma forma;? la lucha final se decidié a fa- vor de la derecha del PCM, en el Hospital, por la 1 Entrevista con Pablo Morales (ex-disigente dei PCM = [Nuevo Leén) en octubre de 1982. Esta alianza fue confirmads variot ‘alos después por Tomés Gonzilez de Luna, uno de los principales

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