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Universidad de Barcelona

Vol. II, Nº. 1, 1 de octubre de 2006

LA DIVISIÓN PAULATINA DE LA SOCIEDAD DEL


CONOCIMIENTO
Johann Welsch
Fachhochschule Wiesbaden

Traducción:
Karsten Krüger, Alba Molas & Jeffer Chaparro Mendivelso

Primera Publicación
Welsch, Johann
Die schleichende Spaltung der Wissensgesellschaft.
WSI-Mitteilungen. Nº 4, 2000. S: 195-202.
[ISSN 0342-300 X]
Resumen Los países del mundo de la industrialización temprana están en la transición
hacia la sociedad del conocimiento. La expansión explosiva de la Internet ha acelerado
considerablemente este proceso en los últimos años. De esta forma se evidencia no
solamente las ventajas de la sociedad del conocimiento sino también sus lados oscuros.
La nueva era está marcada por el incremento de las transacciones y los procesos de
comunicación sociales llevados a cabo a través de las infraestructuras de la información.
Muchas de las oportunidades de los individuos dependen cada vez más de la conexión a
esta infraestructura y del uso selectivo de las posibilidades que oferta. Sin embargo, se
detectan diferencias entre los diversos grupos de la población. En el artículo aquí
presentado se analiza más detalladamente la problemática de la división digital, de la
„digital divide”. El autor analiza el contenido y las causas del problema, pregunta por
los métodos para su detección empírica y presenta evidencias empíricas seleccionadas

Palabras claves: división digital, Internet


Johann Welsch La división paulatina de la sociedad del conocimiento

Entrada

A pesar de que se ha aceptado, generalmente, la tesis de que nos encontramos en la


transición hacia la sociedad del conocimiento, existen, no obstante, grandes
incertidumbres respecto a la valoración de este proceso de transformación social. Ni las
profecías altamente difundidas sobre las “bendiciones” de la sociedad de la información
y del conocimiento no pueden ni deben generar ilusiones al respecto. Una función de
una ciencia crítica es particularmente el análisis detallado de los lados oscuros de esta
transformación. La transición hacia la sociedad del conocimiento no aporta a todos los
colectivos de la población las mismas ventajas. Al contrario es de temer que esta
transformación esta acompañada por nuevas ‘brechas’ sociales y/o la profundización de
divisiones existentes. La política debe confrontarse a tiempo con los riesgos de las
divisiones digitales para poder enfrentarse con éxito a ellas.

1. Las promesas de la sociedad del conocimiento


A pesar de las disputas entre los diferentes poderes sociales y políticos, se comparte
actualmente una compresión básica común en un ámbito de los problemas. Nuestra
sociedad se encuentra en el camino hacia una sociedad de la información y del
conocimiento.1 Eso implica que el sistema de la creación de valor añadido de la
sociedad industrial, basado esencialmente en la producción de bienes materiales y
centrado en el uso de capital material por parte de una mano de obra cualificada, se vea
sustituido por un nuevo enfoque de la creación de valor añadido: la creación y el uso del
conocimiento para el desarrollo de nuevas y mejores soluciones para dar respuesta a
problemas. Esta transformación socio-económica significa más que un simple cambio
de la forma de producción. Política y sociedad esperan un nuevo impulso para el
bienestar social, especialmente en las economías de la industrialización temprana. Se
pretende incrementar la capacidad funcional de los procesos regulados por el mercado y
adaptar la producción aproximándola más a las necesidades de las personas a través del
abaratamiento de las transacciones económicas, de la aceleración de los flujos de
información, del incremento de la capacidad de reacción del potencial de la oferta, a
través de la mejora de las capacidades de identificar cambios en la demanda y de más
transparencia del mercado para el comprador. Se puede ampliar y mejorar la oferta de
productos y de servicios y, al mismo momento, hacerla más barata. Los sectores
económicos limpios e intensivos en conocimiento se expanden estructuralmente y por
eso se reducen los cargos medioambientales en la economía en el camino hacia la
sociedad del conocimiento. Es posible reconciliar economía y ecología. El resultado no
se limita a la mejora del nivel de vida de gran parte de la población puesto que las
oportunidades de empleo se incrementan y el mercado laboral encuentra de nuevo el
camino hacia más empleo.

Desde muchos años atrás, se han enunciado estas expectativas y luego se las ha repetido
una y otra vez. Con estos augurios alegres se han omitido, hasta hace poco, los temores
a que el uso progresivo de las nuevas tecnologías de información y comunicación cada
vez más potentes, que impulsan la marcha hacia la sociedad del conocimiento, podría

1
Para las nociones véase Welsch 2000, pág.17ff.

1
Johann Welsch La división paulatina de la sociedad del conocimiento

dañar el “tejido social” de la sociedad o hasta producirle nuevas tensiones y romperlo en


uno u otro lugar. En una sociedad que transfiere cada vez más relaciones y
transacciones a la tecnología o a las respectivas redes electrónicas, no solamente se
incrementa el peligro de que los procesos sociales serán distorsionados en caso de fallos
o de un mal uso de la tecnología, sino que hasta un uso ‘razonable’ de los sistemas
tecnológicos podría generar nuevos problemas sociales o agravar problemas existentes.

En la actualidad se ve cada vez más claro que no se pueden rehusar estos temores. En
una sociedad libre, desde luego, cada uno es libre de aprovechar o no las oportunidades
nuevas. Pero es precisamente esta libertad del individuo que hace brotar problemas en
un entorno en que las oportunidades individuales dependen cada vez más del uso de las
posibilidades tecnológicas lo que no hace referencia exclusivamente a la disposición de
usar la tecnología. Se antepone el problema de la posibilidad fáctica de usar la
tecnología. El problema se vuelve aún más complejo cuando se tiene en cuenta que la
forma del uso de la tecnología tiene evidentes implicaciones sociales. No existe ninguna
tecnología moderna, en que la participación en su uso decida tanto sobre la participación
en los procesos sociales y sus resultados como en el caso de las nuevas tecnologías de
información y comunicación en general y, más específicamente, en el caso de la Internet
y sus formas de aplicación.

A los países tempranamente industrializados de este mundo facilitó precisamente la


Internet hacer un salto en el camino hacía la sociedad del conocimiento en red. Eso, no
obstante, no garantiza de ninguna manera que todas las partes de la sociedad ni que
otros países pueden realizar de la misma forma esta aceleración de tiempo.

Por eso ya es hora de ocuparse de los problemas que resultan de estos desequilibrios
temporales. Ha sido en los EE.UU. donde primero se han observado estos problemas y
se los ha discutido públicamente bajo la etiqueta de “digital divide”, la amenaza de una
brecha digital. ¿La sociedad del conocimiento produce nuevas divisiones en la
sociedad? Nosotros preguntamos primero por la relevancia del tema: ¿Realmente nos
encontramos en la transición hacia la sociedad del conocimiento de tal forma que se
puede esperar que el tema de la división digital nos preocupará profundamente en los
próximos años y décadas? Luego analizaremos con más detalle las dimensiones del
problema antes de que iniciemos la búsqueda de evidencias empíricas. ¿Se puede
mostrar la relevancia del supuesto problema mediante datos estadísticos?

2. La disputa sobre el camino ya recorrido hacia la sociedad del conocimiento


A pesar de que hemos subrayado la unanimidad en la diagnosis de la transición hacia la
sociedad del conocimiento, no existe en modo alguno un acuerdo sobre el camino ya
recorrido. Un indicador es la disputa actual sobre la “New Economy”. ¿La revolución de
la tecnología de la información ha hecho avanzar la base económica de la sociedad del
conocimiento de tal forma que se puede hablar ya de una “nueva economía” que es lo
correspondiente a la nueva época social? Eso solamente será el caso cuando esa
evolución haya generado estructuras económicas diferentes, que ponen a disposición de
la acción económica y social un potencial totalmente nuevo que debe manifestarse en
los indicadores claves del bienestar social, en la competitividad y la productividad de
los recursos sociales. En el primer momento, las evidencias empíricas daban lugar a
expectativas eufóricas sobre el futuro: a partir de los años 90, la economía americana,

2
Johann Welsch La división paulatina de la sociedad del conocimiento

obviamente, ha conseguido coger el camino hacia una productividad alta y permanente


El incremento sorprendente y permanente de la cuota de productividad ya no se podía
obviar (véase Council 2001).

En un estudio del McKinsey Global Institute recientemente publicado se intenta echar


agua en el vino de la nueva economía (McKinsey Global Institute 2001). La tesis: A
pesar de que si existe un impulso en la productividad de la economía americana, las
nuevas tecnologías de la información y de la comunicación – sobre todo fuera del sector
de la industria de la información – juegan solo un papel marginal. Si eso fuera cierto,
entonces, las tesis de la “New Economy” estaría en entredicho. En el futuro,
seguramente, se seguirá discutiendo el rol de las nuevas tecnologías en el “milagro
productivo” americano de los tardíos años 1990, por lo menos hasta que no se tenga una
distancia temporal adecuada que permita detectar la duración de este crecimiento
productivo así como diferenciar los factores tecnológicos, estructurales y cíclicos. Lo
que es seguro es que los EE.UU. mantienen una posición de liderazgo respecto a la
“revolución de la información”, que en los últimos años han podido incrementar aún
más la diferencia productiva a su favor a pesar de que estaban ya a un nivel productivo
excepcionalmente elevado y que se ha podido observar mediante comparaciones
internacionales una relación unívoca entre la intensidad del uso de las nuevas
tecnologías y el incremento de la productividad (OECD 2001ª, especialmente pág. 22 y
siguientes). Con este trasfondo, la “New Economy” no es una quimera, sino que tiene un
núcleo real, y puede ser interpretada como una expresión palpable de un proceso
progresivo hacia una nueva era.

3. La tesis de la ‘división digital’

Independiente de la velocidad en que la sociedad del conocimiento avanza y del estado


en que se encuentra actualmente, la política y la sociedad deben ocuparse a tiempo del
lado negativo de esta transformación económica para poder tomar medidas paliativas.
Aunque la “brecha digital” aún no esta muy pronunciada, se agravará de todas formas
con los avances hacia la sociedad del conocimiento. Por eso no hay tiempo que perder
para analizar más detalladamente este problema que hasta ahora ha quedado
desatendido en Europa y que ha sido causado por el cambio socio-económico. ¿Que
significa la tesis de la división digital de la sociedad?

Esta tesis hace referencia a las diferencias en el uso de la infraestructura de la


información de la sociedad y respectivamente en el uso de los así accesibles recursos de
datos, información y conocimiento. La Internet hace posible una puesta en red total de
todas las personas e instituciones de la sociedad. El amplio uso de la red conduce a la
situación en la que cada vez más transacciones sociales y económicas se realizan en la
red a buen precio: desde el correo privado hasta el pedido comercial de recursos y
materiales importantes para la producción, así como la participación en la formación
profesional continua hasta la realización de servicios públicos (información al
ciudadano, declaraciones y notificaciones de hacienda, audición en la planificación de
proyectos urbanísticos). Hasta la participación en elecciones políticas se hace en
algunos casos ya a través de la red (elección del candidato del partido democrático de
los EE.UU.). El uso determinado de la red abre el acceso a los depósitos de datos, de
información y del conocimiento de la sociedad y de personas privadas. Estas

3
Johann Welsch La división paulatina de la sociedad del conocimiento

posibilidades de acceso y de uso facilitan a individuos, grupos y empresas las


condiciones para mejorar sus respectivas posiciones en las estructuras sociales de poder
y de la economía de mercado. Los individuos pueden adquirir nuevas competencias para
escalar la jerarquía social de los ingresos. Las empresas pueden mejorar su
competitividad para abrirse nuevas oportunidades de mercado. La consecuencia
inevitable de estos procesos es: la participación en la vida, social, económica y política
y el fortalecimiento de la transformación socio-económica se hace a través del uso de la
red.

Por ese motivo, dos factores se convierten en los fundamentos imprescindibles de la


participación social y la igualdad de oportunidades en la sociedad del conocimiento:
- la disposición general del acceso a la Internet, y
- la capacidad de usar la Internet de forma selectiva y efectiva

En la sociedad del conocimiento, todos los ciudadanos y ciudadanas así como también
todas las instituciones necesitan una conexión on-line como las necesarias
cualificaciones de la Internet, para estar en la condición de poder acceder a todos los
servicios y toda la información de la red independientemente del lugar y del tiempo.
“Digital divide” se refiera al problema, que este objetivo no se ha alcanzado en ningún
país del mundo y que, comparando diferentes países y diferentes grupos de países,
existen -en parte considerables- diferencias de acceso y de uso.

4. Las posibles causas de la “división digital”

¿Cuales son las posibles causas de estas diferencias? Hasta ahora no existe ninguna
teoría elaborada al respecto. Se puede constatar que las brechas digitales se producen
siguiendo determinadas características de la población. Estas características sirven como
punto de partida para la detección empírica del fenómeno. De esta forma, sin embargo,
no se detecta de ninguna manera una relación causa-efecto univoca. Sobre todo, queda
sin aclarar la relación y el orden jerárquico entre los diferentes criterios o factores. A
continuación quiero esbozar brevemente los diferentes criterios y los posibles relaciones
entre si. Para eso, no puedo basarme en evidencias empíricas sino como mucho en
exámenes de plausibilidad (Plausabilitätserwägungen). En la tabla 1 se muestra de
forma esquemática las relaciones.

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Tabla 1: Factores de influencia de la „digital divide“


Casa Genero Nivel Ingresos Pertenecía a entorno de Acceso Vínculos Experiencia Suma de
paterna educativo una empresa vivencia tecnológico culturales con los
ordenadores efectos
Casa paterna X1) !2) ! ! ! ! ! 6
Género X ! ! ! 3
Nivel educativo X ! ! ! ! ! 5
Ingresos X ! 1
Pertenecía a una ! X ! 2
empresa
entorno de X ! 1
vivencia
Acceso X ! 1
tecnológico
Vínculos ! X ! 2
culturales
Experiencia con X 0
ordenadores
Acceso ! 1
tecnológico
Nivel de 0 0 2 3 1 3 6 1 6 22
influencia (nulo) (nulo) (bajo) (medio) (bajo) (medio) (alto) (bajo) (alto)
1) los sensores emisores y receptores son idénticos.
2) La orientación de influencia del sector emisor sobre el sector receptor
Fuente: Elaboración propia (2001)

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Entre los factores de influencia esta sin duda el origen del individuo, es decir la casa
paterna, que ejerce una gran influencia. El sello que deja la casa paterna, la así
condicionada pertenecía a una cultura determinada, los estímulos para la adquisición de
educación, las posibilidades generadas del acceso tecnológico a las redes de
telecomunicación y de la adquisición de experiencia en el uso de ordenadores – todo
esos son factores esenciales para el uso de las oportunidades de la participación social
vía Internet. Otro factor de influencia considerable es el nivel de educación adquirido.
Tiene una elevada relevancia para el nivel de ingresos alcanzado y es un requisito
importante para el acceso a puestos de trabajo ofertado por un empleador atractivo
(atrayente). El nivel educativo influye en la selección del área de vivienda, pero este
factor interviene también en el acceso tecnológico a la infraestructura de la información
como en la posibilidad de adquirir experiencia en el uso de ordenadores. Todos los
demás factores de influencias quedan muy atrás respecto a su peso comparado con estos
dos ya mencionados. El género tiene presumiblemente un grado de influencia medio
dado que de ello depende en parte el nivel educativo por causa de las barreras de género
en el acceso a las ofertas educativas. Respecto al acceso tecnológico a las
infraestructuras como a la adquisición de experiencias en el uso de ordenadores existen
por lo visto también barreras discriminatorias para las mujeres y las chicas. La
pertenencía a una empresa ejerce cierta influencia sobre los ingresos alcanzados así
como sobre las oportunidades del uso de conexiones a la Internet. La pertenencía a un
determinado milieu cultural puede influir en la selección de un área de vivencia así
como puede generar barreras o también estímulos para la adquisición de experiencia en
el uso de ordenadores.

Cuando se pregunta por los factores que tienen un grado de efecto (Wirkungsgrad)
especialmente elevado sobre los demás factores y que, por eso, causan esencialmente la
división digital, entonces destaca, a parte del origen social, el nivel de educación
adquirida como factor importante de influencia. A gran distancia sigue el género. Por
otro lado, existen factores que por si mismo no tienen una naturaleza originaria, sino
que están altamente condicionados por otros factores, es decir están sometidos a un
elevado grado de influencia. Entre otros están en primer lugar el acceso tecnológico a la
infraestructura de información y la experiencia en el uso de ordenadores y a una mayor
distancia les sigue el nivel de ingresos alcanzados.

Ahora bien, se podría suponer que la brecha digital será un fenómeno inicial dentro del
proceso de la configuración de la sociedad del conocimiento, que en el curso del
desarrollo ulterior de las nuevas estructuras desaparecerá paulatinamente. A favor de
este argumento está el hecho de que una creciente parte de la población cree cada vez
más en la importancia del uso de la Internet y que aumenta sus respectivos esfuerzos.
Además la bajada de los costes del acceso a la Internet y de su uso estimula el
crecimiento del número de los usuarios. También el creciente nivel de cualificación de
las personas que se producirá con el desarrollo progresivo de la sociedad del
conocimiento es un argumento a favor de diferencias más pequeñas en el uso de la
Internet. ¿Estas suposiciones quedan confirmadas por resultados empíricos?

5. Aspectos metodológicos
En primera instancia hay que aclarar cómo se puede tratar metodológicamente la
“digital divide” y cómo se puede diagnosticarla empíricamente? Para este objetivo se

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han desarrollado y aplicado diferentes indicadores, pero que se ha mostrado que


solamente unas pocas tienen un convincente valor informativo. Los indicadores básicos
desarrollados aportan, en primera instancia, algo sobre las oportunidades de acceso y de
uso respecto a la infraestructura de la comunicación e información existente en la
sociedad. El fenómeno de la división digital emana de las diferencias en el uso de estas
oportunidades por parte de los individuos, de los grupos y de los países.

Indicadores básicos
El primer indicador es el acceso a ordenadores personales (PC). Un PC es el
componente fundamental de la infraestructura tecnológica, que es requerida para abrir
oportunidades de acceso a la infraestructura de la información de la sociedad. Cuando
más alto es el número de los PC disponible para un grupo, más grandes son sus
oportunidades de acceso comunicativo. Este último se puede realizar a través de un
acceso on-line, que abre la puerta a la Internet. Si uno de estos accesos existe, entonces
se tiene un segundo indicador, que es el acceso a la Internet. Cuando más elevado sea el
número de conexiones on-line, más elevadas son las oportunidades del grupo de
participar en el potencial de la Internet. Sin embargo, no se debe confundir acceso con
uso real. Por eso debemos tener en consideración el uso de la Internet como tercer
posible indicador. El grupo que con más frecuencia y con más intensidad usa
efectivamente la Internet, dispone de más elevadas oportunidades de participación
social.

Respecto al acceso y el uso de la Internet se dan dos otras diferencias que hay que tener
en consideración.

(1) En primer lugar, existen diferentes lugares del acceso a la Internet. Una
posibilidad es el acceso privado que se produce a través del PC con conexión a
la Internet en la casa propia o un aparato correspondiente de un conocido, vecino
o amigo. Otro lugar probable de acceso es el puesto de trabajo. Cada vez más
puestos de trabajo están equipados con un PC, teniendo relevancia, por un lado,
la descentralización de la capacidad de computación del PC y, por otro lado, la
posibilidad de acceso a bancos de datos centralizados o a una infraestructura de
comunicación más amplia. Otros lugares de acceso a la Internet se encuentran en
el espacio público. Cada vez más equipamientos públicos como escuelas,
universidades y bibliotecas ponen a disposición del público general accesos a la
Internet para promover de esta manera la participación social. El lugar de uso no
incide solamente en la situación temporal (el uso a cualquier hora en casa versus
el uso exclusivo durante las horarios de apertura de los otros equipamientos) o
en la duración temporal del uso (unas limitaciones temporales dadas y costes
más altos en los equipamiento externos), sino también en la forma y el motivo
del uso (motivos empresariales son requisitos en los ordenadores en los puestos
de trabajo). Por lo tanto, relacionada con la propiedad privada e individual están
unas posibilidades de uso más amplias orientadas a la propia motivación del
individuo.

(2) De esta forma, ya se ha mencionado la segunda posible diferencia con respecto


al uso de la Internet: el fin del uso. La Internet se puede usar para fines laborales,
para la búsqueda de información, para la compra on-line, para chatear, para el
envió de e-mails y para jugar. En muchos países, el uso más frecuente es el
correo electrónico. Sin embargo, fines como la compra on-line o la búsqueda de

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información están avanzando. Los fines podrían estar estrechamente


relacionados con el lugar del uso (véase arriba) pero no necesariamente. Muchos
ordenadores caseros se usan para fines laborales. Y no todos los ordenadores de
empresas sirven exclusivamente para fines empresariales (véase el síndrome del
Lagopus scoticus virtua)

Indicadores complejos
Partiendo del número de los usuarios individuales de la Internet y de su agregación en
grupos, se pueden desarrollar indicadores más complejos para medir el tamaño y la
evolución de la “digital divide”. Uno de estos indicadores - le llamamos “división
digital indicador I” - salda la ratio de los usuarios en un grupo de la población con el
cociente correspondiente de otro grupo de la población

Usuarios de la Internet del Grupo X Usuarios de la Internet del GrupoY


Grupo X, en su conjunto minus Grupo Y, en su conjunto

Para eso, los símbolos (x) y (y) podrían estar asignados a diferentes grupos de edad u
otras características –por ejemplo el nivel educativo, el nivel de ingresos, el género etc,
es decir criterios que ya se han mencionado antes-, a través de los cuales se definen los
diferentes grupos. Así Welling & Kubicek (2000, pág. 11) detectan una brecha
generacional de 50,2% entre el grupo de mayores de 60 años y el grupo de los que
tienen entre 20 y 29 años. Esta brecha es el resultado de la diferencia entre la ratio de
los usuarios de la Internet en el correspondiente grupo de edad. La ratio de los usuarios
de la Internet es 4,4% en el primer grupo y en el grupo más joven 54,6%.

Un segundo indicador – “división digital indicador II” – usan por ejemplo Booz-Allen
& Hamilton hace referencia al saldo de la ratio de un grupo de usuarios entre el
conjunto de los usuarios de la Internet y la ratio de este grupo en el conjunto de la
población (2000, pág. 20)

Usuarios de la Internet del Grupo x Grupo X .


Usuarios de la Internet, en su conjunto minus Población, en su conjunto

Booz-Allen & Hamilton, por ejemplo, constatan que 20% de los usuarios de la Internet
pertenecen al grupo de edad de entre 14 y 19 años, mientras que este grupo solo
representa en relación al conjunto de la población un ratio del 9%.

Los dos indicadores difieren con respecto a los contenidos de sus afirmaciones como
respecto a su afirmación sobre la evolución de la división digital en el tiempo. El
indicador I compara la ratio de los usuarios de la Internet de dos grupos diferentes:
cuando más alta es la ratio del grupo más participa este grupo en las ventajas de la
Internet. Los cambios de este indicador en el curso del tiempo se producen cuando el
peso de los usuarios de la Internet en un grupo se incrementa más rápidamente o más
lentamente que en el grupo de comparación.

El indicador II hace referencia al uso de la Internet de un grupo determinado en


comparación con el peso de este grupo en la población. Los cambios del indicador en el

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curso del tiempo indica diferentes velocidades de la evolución del grupo entre los
usuarios de la Internet por un lado, y en la población por el otro: Cuando el peso del
grupo entre los usuarios de la Internet crece más rápido que su ratio en el conjunto de la
población, el valor del indicador disminuye y viceversa.

Evidencias empíricas

Actualmente, la base de datos para identificar el tamaño y la evolución de la brecha


digital no es suficiente. Aun mejor desarrollada está en los Estados Unidos de América
(U.S. Department of Commerce div. J.), donde, de parte del gobierno, se presta más
atención a este problema desde hace algunos años. Para Alemania no existe hasta ahora
ninguna encuesta, que esté enfocada en la diagnosis extensa del problema y que pudiera
facilitar la toma de medidas paliativas concretas. Por eso tenemos que recurrir, hasta
ahora, a los datos que la investigación o empresas de consultoría filtran de otras
encuestas. En cuanto a la comparación internacional entre diferentes países los datos
son aún más escasos dado que la comparabilidad de los indicadores seleccionados al
nivel nacional no está garantizada. Por eso, recurrimos a los datos elaborados por la
OECD (2001b) y la ILO (2001).

La brecha digital internacional


Sobre todo existe una brecha amplia entre la mayoría de los países poco desarrollados,
por un lado, y el grupo de las sociedades industrializadas ricas, que están en la
transición hacia la sociedad del conocimiento, por otro lado. A pesar de que el uso de la
Internet aporta también a los países en vía de desarrollo muchas oportunidades
(suministro de información a la población, ofertas de servicios en los ámbitos de salud,
medicina, formación, más participación en la división internacional de trabajo y por eso
ventajas económicas), la conexión a la red y el uso de la red es extraordinariamente
bajo. En muchos casos faltan los requisitos más rudimentarios. Algunos ejemplos:

- En marzo del año 2000 se estimó en 332 millones el número de usuario de la


Internet en todo el mundo, de los cuales viven en África solamente alrededor de un
millón.

- Mucho menos de un uno por ciento de los hogares del continente africano disponen
de una conexión a la Internet (“penetración de la Internet”). Esta ratio sería aún
mucho más baja, si excluyéramos Sudáfrica.

- En Bangladesh, esta cuota no alcanza ni siquiera un mínimo 0,005 por ciento. (!)

- En toda África hay menos líneas telefónicas que en el barrio neoyorquino de


Manhattan o en Tokio.

- Menos de la mitad de la población africana ha utilizado alguna vez un teléfono.

- El 48% de los población de Sud-est Asia no sabe leer ni escribir.

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- Según estimaciones del Banco Mundial se requieren 300 mil millones de US-$ para
que los países en vía de desarrollo puedan poner, por el momento, las condiciones
básicas para la conexión a la Internet

También la ILO junta datos en su World Employment Report 2001 que se corresponden
a nuestro indicador II (Figura 1). Estos datos muestran una discrepancia aguda en la
región Asia/ Región del Pacífico cuando se compara el peso entre los usuarios de la
Internet a nivel mundial con el peso de la región en cuestión en la población mundial.
Mientras esta región representa alrededor del 56 por ciento de la población mundial, su
ratio entre los usuarios de la Internet está solamente a un 16 por ciento. Y bien mirado,
esta cifra maquilla aún la división digital de la población mundial por el hecho de que
incluye los ‘estados tigres’ de Sudestasia, que disponen ya de altos índices de
penetración de la Internet y aumentan el promedio. En África la ratio de los usuarios de
la Internet es ínfimo y también aquí se muestra una marcada división digital. Al lado del
sol está la sociedad del conocimiento de Norteamérica, en el que se concentran más de
la mitad de los usuarios a pesar de que allí vive solamente cada vigésimo habitante de la
tierra.

Figura 1: División digital mundial – datos en %

-5,3
América Latina 8,4
3,1

51,5
EE.UU./Canadá 5,1
56,6

-3,1
Próximo Oriente 3,6
0,5

9,7
Europa 13,7
23,4

-40,4
Asia/ Región del pacifico 56,2
15,8

-12,3
África 12,9
0,6

-60 -40 -20 0 20 40 60 80


Ratio de los usuarios de la Internet en % ratio de la población Diferencia (puntos porcentuales)

Fuente: ILO (2001)

Las divisiones digitales en Alemania


Recurrimos aquí a los datos de Booz-Allen & Hamilton (2000) según las cuales en el
año 2000 había en la población entre 14 y 69 años un total de 16 millones de usuarios
de la Internet. Frente a este grupo había 21 millones de personas, que se abstenían de
usar la Internet por los motivos más diversos. Los datos de la división digital están
aglutinados en nuestro indicador II y muestran: La cuestión sobre la participación en la
“vida social digital” es en Alemania decididamente una cuestión, de la edad que se
tiene, de la educación de que se dispone y del barrio de vivienda en que se vive.

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La brecha digital generacional se abre en el grupo de los mayores de 40 años. Y se


amplia en la medida que se incrementa la edad. Mientras que en el grupo de los que
tienen entre 40 y 49 años hay todavía un cierto equilibrio entre la ratio de los usuarios
de la Internet y la de la población, se incrementa la brecha entre los que tienen entre 50
y 59 años por 7 puntos porcentuales y luego alcanza hasta 13 puntos porcentuales entre
los mayores de 60 años.

Figura 2: División digital según grupo de edad 2000

-13
60-69 16
3

-7
50-59 19
12

-1
40-49 19
18

3
30-39 22
25

9
20-29 16
25

9
14-19 9
18

-15 -10 -5 0 5 10 15 20 25 30
Ratio de los usuarios de la Internet en % Ratio de la población Diferencia (puntos porcentuales)

Fuente: Booz-Allen & Hamilton (2000)

La división digital en la población alemana es aún más pronunciada en cuanto al nivel


educativo que en cuanto a la edad (Figura 3). La “division digital” alcanza entre los
alumnos de la escuela secundaria básica (Hauptschule) 19 puntos porcentuales, mientras
que el grupo de los que tienen un certificado universitario y con una ratio del 10 por
ciento de la población representa un 17% de los usuarios de la Internet. Aún mejor es la
situación en la generación más joven con el bachillerato: Frente a una ratio del 11 por
ciento sobre la población esta la ratio de un 19 por ciento entre los usuarios de la
Internet.

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Johann Welsch La división paulatina de la sociedad del conocimiento

Figura 3: División digital según nivel educativo: Alemania 2000

7
Estudios universitarios 10
17

8
Bachillerato 11
19

4
Graduado en Educación Secundario 34
38

-19
Educación Secundaria básica 45
26

-30 -20 -10 0 10 20 30 40 50


Ratio de los usuarios de la Internet en % Ratio de la población Diferencia (puntos porcentuales)

Fuente: Booz-Allen & Hamilton (2000)

Las posibilidades de conexión a la Internet así como la composición específica de la


población según regiones provocan también una división digital marcadamente regional
(figura 4). Su línea divisoria está entre los grandes centros urbanos, por un lado, y los
municipios pequeños, por otro.

Figura 4: División digital según áreas de vivienda: Alemania 2000

Cuidades grandes 52

58

-2

Ciudades medianas 15

13

-16

Municipios pequeños 34

18

-20 -10 0 10 20 30 40 50 60 70
Ratio de los usuarios de la Internet en % Ratio de la población Diferencia (puntos porcentuales)

Fuente: Booz-Allen & Hamilton (2000)

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Johann Welsch La división paulatina de la sociedad del conocimiento

¿Como cambio la división digital en el curso del tiempo?


Ya hemos discutido brevemente los argumentos que intentan fundar una perspectiva
optimista con respecto al desarrollo futuro de la “digital divide” en el curso del avance
de la sociedad del conocimiento. Y de hecho, la primera impresión dada por las
evidencias empíricas en Alemania indica en esta dirección. Primero se puede constatar
que el uso de la Internet se incrementa en los diferentes grupos de la población en el
curso del tiempo. Analizamos, de forma de ejemplo, la evolución generacional: Desde
1997 se ha incrementado la ratio de los usuarios de la Internet en todos los grupos de la
población, por ejemplo, en el grupo de edad de los que tienen entre 14 y 19 años de un
6,3 a un 48,5, entre los que tienen entre 30 y 39 años del 12,4 al 41,1 y entre los que
tienen entre 50 y 59 años de un 3 a unos 22 pro ciento. Sin embargo, eso no significa en
absoluto que el problema de la división digital haya disminuido! Ya hemos hecho
referencia a que el indicador I indica una brecha digital creciente en el periodo de
referencia entre los que tienen menos de 29 años y los que tienen más de 60 años
(Welling & Kubicek 2000). Algo similar ocurre comparando los hombres y las mujeres.
La brecha crece aquí entre 1997 y 200 de 6,7 a 15,3 puntos porcentuales, sin embargo la
dinámica de esta evolución depende de la base de datos utilizado (ibidem, pág. 13f.)
Para el periodo de referencia, hay que constatar también con respecto al criterio del
nivel educativo que la brecha digital se ha incrementado entre la población con
titulación universitaria, por un lado, y los que disponen solamente del certificado de la
escuela secundaria básica (Hauptschule), por otro lado (ididem, pág.17).

Conclusiones
Apenas notable y, por culpa de la base de datos deficiente, no visible hasta ahora ni
siquiera para la política y la ciencia, se profundizan actualmente las brechas ya
existentes y se abren nuevas. No se debe partir de la idea que esta división paulatina de
la sociedad del conocimiento se cierra un día por si misma por su propia dinámica.
Booz-Allen & Hamilton estiman que en el año 2003 quedan aún alrededor de 21
millones de personas que no saben o no quieren utilizar la red a pesar del incremento del
uso de la Internet en Alemania hasta entonces. Si frente a los respectivos problemas
sociales de un potencial creciente de conflictos sociales, de las desventajas económicas
causadas por eso y la perdida de democracia por la exclusión de un parte de los
ciudadanos y ciudadanas de los procesos on-line de la formación de la voluntad se
quiere tomar medidas paliativas, el Estado debe tomar la iniciativa. Se puede y debe
hacerlo de diversas maneras, sobre todo

- a través de la mejora de las bases de datos y de información para la toma de


medidas contra la brecha digital;

- a través de la realización de un amplio acceso a la Internet lo cual esta


relacionada especialmente con la promoción y el apoyo decidido de los grupos
discriminados, en este contexto, el problema de los costes de acceso y de
conexión tienen una mayor relevancia;

- a través de una mayor competitividad de la red fija de la comunicación también


en el ámbito local se deben reducir los costes en el futuro y se debe facilitar un
acceso más amplio, especialmente la configuración de las tarifas orientada a

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Johann Welsch La división paulatina de la sociedad del conocimiento

incrementar el uso dentro del marco de la política de tarifas, como, por ejemplo,
la introducción de la tarifa plana sostiene este efecto;

- a través de la promoción de iniciativas de cualificación que ya solo por facilitar


la posibilidad de acceso mejora la capacidad de usar razonable y selectivamente
la red por ejemplo para la formación continua, las búsquedas de información o la
participación de foros de discusión económica y política.

- a través de estímulos para el uso de la red creando contenidos atractivos, útiles y


fácilmente manejables como, por ejemplo, la exposición de información pública,
servicios públicos como los servicios de la intermediación laboral, servicios
dentro del sistema de asistencia sanitaria, la posibilidad de hacer su declaración
de rente on-line etc.

- a través de la definición de responsabilidades políticas claras, que posibilita fijar


objetivos unívocos para la disminución de la brecha digital; así como

- a través de un sistema extenso de control de objetivos, que permite seguir el


desarrollo posterior efectivo de programas políticos.

Recientemente se han iniciado las primeras iniciativas para lucha contra la „digital
divide“, sin embargo se constatan aún diferencias considerables en su alcance y sus
efectos. Al nivel internacional, en la cumbre celebrada a mitad del año 2000 en
Okinawa los países G-8 han insistido de nuevo en el principio de la integración de toda
la humanidad en la sociedad global de la información. El “G8-Charter” (2000) se
entiende como una llamada a superar la brecha internacional del conocimiento y de la
información en todos sus ámbitos. Entre otras medidas, se prevé la promoción de
condiciones favorables para el consumidor y usuario en los mercados de los servicios de
las telecomunicaciones así como la creación de accesos a la Internet en los
equipamientos públicos. Para eso, el punto central debe ser el acceso en las regiones
discriminados y con un suministro insuficiente así como la superación de la
discriminación de grupos de la población sub-privilegiados. Se considera que la
difusión de las competencias digitales más amplia posible y de las cualificaciones de
usar la Internet así como la enseñanza de multiplicadores son elementos cruciales de
esta estrategia. Para coordinar mejor estos pasos al nivel internacional y para tener en
cuenta de forma específica las necesidades de los países en vías de desarrollo, se acordó
la creación de una grupo de trabajo de alto rango “Oportunidades digitales” (“DOT
force” - Digital Opportunities Task Force).

A nivel europeo existe desde la reunión del Consejo en la primavera del año 2000 en
Lisboa, el objetivo, de desarrollar ofensivamente y de aprovechar al máximo todo el
potencial de la economía de la información para crear “la más competetiva y dinámica
economía del mundo”. Para conseguir estos objetivos muy ambiciosos, la Comisión de
la UE ha elaborado un plan de acción “eEurope 2002” (Comisión de la UE 2000) que
incluye una variedad de estrategias y medidas, que abarcan desde facilitar un acceso a la
Internet más barato y más rápido pasado por la promoción de las inversiones en capital
humano relacionado con la Internet hasta el desarrollo posterior y la mejora de las
posibilidades del uso de la Internet. Para superar las brechas digitales dos estrategias
tienen especial relevancia: Por un lado se considera como objetivo primordial la
participación sin barreras de las regiones estructuralmente débiles. Para estas regiones,

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Johann Welsch La división paulatina de la sociedad del conocimiento

se deben integrar inversiones en las infraestructuras de información en los planes de


desarrollo regional y apoyarlas especialmente. Por otro lado, se deben adoptar medidas
adecuadas para impedir ofensivamente la “exclusión informacional” de aquellos grupos
de la población que están ubicados en el lado oscuro de la evolución hacía la sociedad
de la información sea que no pueden correr los costes necesarios para el acceso y el uso
o sea por que tienen un déficit de cualificación y de conciencia respecto a esa evolución.

En Alemania, el gobierno ha puesto en marcha en el otoño del año 1999 un programa de


acción “Innovation und Arbeitsplätze in der Informationsgesellschaft des 21.
Jahrhunderts” (“Innovación y Empleo en la sociedad de la información del siglo XXI”)
Una de los objetivos destacados del programa es facilitar el acceso a la Internet por
todos los estratos de la población así como la amplia difusión de competencias
mediales. Sin embargo, ostensiblemente durante mucho tiempo no se ha detectado la
explosividad del problema de la división digital con respecto a los grupos especialmente
discriminados. Hasta ahora falta una base de datos fiable para la identificación y el
análisis de la división digital social que se aproxime a la realidad de forma diferenciada.
Tampoco existe, hasta hora, una institución que se ocupe específicamente de la tarea de
superar este problema. No obstante, recientemente ha crecido la conciencia de que es
necesario ocuparse más intensamente de la creciente brecha digital. Así, en el otoño del
año 2000 el gobierno alemán ha puesto en marcha un “programa de 10 puntos” (“10-
Punkte-Programm”) en que se incluye en un punto específico del programa la
promoción de la capacidad de los desempleados de usar la Internet (“Carnet de conducir
en la Internet”). Desde septiembre del año 2001, se trata de forma selectiva el problema
de la división digital a través de una campaña específica “integración digital” que
complementa el “programa de 10 puntos” y que pone los grupos discriminados por la
sociedad del conocimiento en el primer plano. Como grupo objetivo del programa se
menciona explícitamente “niños y jóvenes que disponen de escasa experiencia de la
Internet, personas con disminuciones, personas de avanzada edad especialmente en
regiones rurales” (Comunicado de prensa del gobierno alemán del 27/09/01). Se debe
profundizar en esta dirección sobre todo a través de la delimitación y definición exacta
de la necesidad de actuación con respecto a los grupos discriminados, lo que requiere
imperiosamente la elaboración de una base de datos amplia y diferenciada. Más allá se
requiere una mejor coordinación y aglutinamiento de las múltiples iniciativas singulares
que se han empezado a los más diversos niveles. Eso se consigue con más posibilidades
de éxito mediante estructuras organizativas en forma de red, como pretende hacerlo la
red “Netzwerk Digitale Chancen” creada recientemente con el apoyo del gobierno
federal.

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Johann Welsch La división paulatina de la sociedad del conocimiento

Bibliografía

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La división paulatina de la sociedad del conocimiento

© Copyright: Johann Welsch, 2006.


© Copyright: dia-e-logos 2006.

Bibliografische Angabe:
WELSCH, Johann (2006) La división paulatina de ja sociedad del conocimiento. dia-e-logos – Revista de
Ciencias sociales. Universidad de Barcelona, Vol. 2, Nr. 1, 1 de Oktober 2006 [http://www.dia-e-
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Erstveröffentlichung: WELSCH, Johann (2002) Die schleichende Spaltung der Wissensgesellschaft.
WSI-Mitteilungen. Nº 4, 2002. S: 195-202. [www.boeckler.de/cps/rde/xchg/SID-3D0AB75D-
38169F37/hbs/hs.xsl/169_11254.html]

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