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mx 7 de marzo de 2016 — buzos

Escafandra

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El reverso de la conquista, de Miguel León–Portilla
Ángel trejo RAYGADAS / Periodista - escritor

En Visión de los vencidos (1959) Miguel León–Portilla pu- ciano que en 1526 acompañaba a Hernán Cortés a las Hibue-
blicó su versión en español de varios textos nahuas donde ras (Honduras), su relator cuenta que, en ausencia de Cortés
los fundadores de México–Tenochtitlán (1325-1521) re- y otros españoles, el depuesto rey azteca propuso a Paxbolo-
señan su derrota y la pérdida de su entidad territorial ante nacha, rey de Acalan, una alianza militar en estos términos:
los invasores españoles. La misma vocación difusora tendrá “Señor rey, estos españoles, vendrá tiempo que nos den mu-
la primera edición de El reverso de la Conquista
(1964), selección de cantos indígenas abocados a
describir cómo ocurrió la invasión militar, ideoló-
gica (religiosa) y cultural hispana contra diversos
pueblos mayas de México y Guatemala, así como
el quechua (inca) en el territorio que hoy ocupan
Ecuador, Perú y Bolivia. El libro incluye ocho
traducciones de León–Portilla sobre la ocupación
de Tenochtitlán y Tlatelolco; una reseña en espa-
ñol de la presencia de Hernán Cortés en la región
chontal en 1526, en la que se cuenta la muerte de
Cuauhtémoc; cinco testimonios mayas de la Con-
quista: tres en mayense yucateco, uno en quiché y
otro en cakchiquel, y seis en quechua sobre la in-
fortunada aparición de los piratas españoles en la
región noroccidental de Sudamérica.
Cada documento seleccionado por León–Por-
tilla está precedido de apuntes históricos. De esta
forma el lector puede visualizar al terrible y san-
guinario Pedro de Alvarado asediando desde 1523

Ilustración: Carlos Mejía


a los cakchiqueles de la antigua Iximiché (la hoy
ciudad capital de Guatemala); a Francisco de
Montejo combatiendo durante más de una década
(1527-1542) a los mayas de Campeche y Yucatán;
y a los no menos siniestros Francisco Pizarro y
Diego de Almagro preparándose desde 1525 a in-
vadir el reino de los incas, cuyo imperio infelizmente andaba cho trabajo y nos hagan mucho mal y que matarán nuestros
dividido por los pleitos entre Huáscar y Atahualpa, los junio- pueblos. Yo soy de parecer que los matemos, que yo traigo
res del recién fallecido inca Huayna Cápac, hecho que sería mucha gente y vosotros sois muchos”. Paxbolonacha, quien
aprovechado por los piratas españoles. El divisionismo entre escuchó en tres o cuatro ocasiones la misma oferta, dejó pen-
los príncipes incas y la ausencia de unidad política entre los diente su respuesta y tras ver que los españoles se portaban
distintos pueblos dominados por los aztecas facilitará la in- bien, que no habían matado a nadie y que sólo “pedían miel,
serción imperialista de España. Otro factor común en ambos gallinas, maíz y frutas”, recomendó a Cortés que anduviera
pueblos indígena fue la creencia de que los españoles eran “con cuidado con el Señor Quatémoc” porque quería matar-
dioses: Quetzalcóatl en el caso de los azteca y en el de los lo junto con sus compañeros. Fue a raíz de este hecho que
incas, Huiracocha. Cortés ordenó bautizar a Cuauhtémoc con el nombre Juan o
En el texto chontal (maya tabasqueño) que reseña la pre- Fernando, ahorcarlo y cortarle la cabeza, la cual clavó en lo
sencia del tlatoani azteca Cuauhtémoc dentro del grupo mili- alto de una ceiba.

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