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ESTRUCTURA EDUCATIVA EN EL SECTOR RURAL

Contexto

Colombia es el quinto país más grande de América Latina y, con una población estimada

de 47,6 millones de habitantes, ocupa el tercer lugar, después de Brasil y México en cuanto

a población. Su población es joven y relativamente diversa. Más de una cuarta parte de los

colombianos son menores de 15 años y, aunque a un ritmo más lento, la población aún está

creciendo a un índice del 1,4%, lo que equivale a más del doble del promedio de los países

de la OCDE (OCDE, 2015a). Los colombianos son una mezcla étnica de los habitantes

oriundos de la región con personas originarias de África, Europa y Oriente Medio. Los

afrocolombianos y los indígenas constituyen los grupos minoritarios más grandes, con el

11% y el 3% de la población, respectivamente (Hernández y Pinilla, 2010).

La mayoría de los colombianos (76%) vive en zonas urbanas, aunque los índices de

urbanización varían significativamente a lo largo del país. La población y los niveles de

desarrollo están concentrados en algunos departamentos y municipios. Si bien cuatro

municipios (Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla) tienen poblaciones superiores a 1

millón de habitantes, de los 1.122 municipios existentes, unos 746 tienen menos de 20.000

habitantes. Estas zonas rurales escasamente pobladas, ubicadas principalmente en el oriente

del país, afrontan retos particulares de infraestructura, seguridad, pobreza y desarrollo.


La educación en Colombia es un derecho ciudadano y una prioridad del gobierno. De

conformidad con la Constitución de 1991 y la Ley General de Educación de 1994, todos los

colombianos tienen derecho a acceder a la educación para su desarrollo personal y para el

beneficio de la sociedad. La educación obligatoria actualmente es de 10 años, desde los 5

hasta los 15 años de edad (desde los 6 hasta los 16). En un esfuerzo por ampliar el acceso y

mejorar las competencias, muchos países, incluidos otros con economías emergentes como

México y Chile, han ampliado el período de educación obligatoria. De acuerdo con el PND,

Colombia también busca que para el año 2030 la educación obligatoria incluya la

educación media.

Colombia es uno de los países de América Latina que aún en el siglo XXI cuenta con un

alto porcentaje de proporción rural, junto con Bolivia, Perú, Nicaragua, Costa Rica,

Honduras, entre otros. La población rural en Colombia está conformada por los campesinos

pobres, los pequeños, medianos y algunos grandes propietarios. También son pobladores

rurales los pescadores, los artesanos y quienes se dedican a las actividades de la minería.

Asimismo, los indígenas y gran parte de los miembros de las comunidades negras

conforman la población rural.

Desde hace más de 50 años, el país viene enfrentando problemas de violencia, ubicados

principalmente en el sector rural. En los últimos años, con el desarrollo de las guerrillas, el

narcotráfico y el paramilitarismo, este fenómeno creció hasta llegar al momento actual de

guerra generalizada y de crisis económica, política y social en todo el país, pero muy
especialmente en las zonas rurales. En el trasfondo de la violencia rural hay una lucha por

territorios que se expresa de diferentes maneras según el tipo de actores involucrados.

Mientras las luchas por los territorios se da entre los diferentes grupos armados, se cobran

vacunas, impuestos, se hacen secuestros, y expropiaciones de bienes, generando procesos

de desplazamiento forzoso de los pobladores rurales.

En el medio rural, el servicio educativo se ha visto influido por las condiciones socio-

económicas, culturales y de infraestructura de las poblaciones rurales. En términos

generales, se puede describir una escuela en el medio rural como un establecimiento pobre,

estropeado, con poca dotación y mobiliario poco funcional, condiciones que hacen que sean

vistas como poco interesantes y de ese mismo modo el Estado y las políticas olvida el

medio rural. El auge de la educación rural se inicia en la década de 1970 cuando el

Gobierno Nacional incorpora la educación a las políticas de reforma agraria y de desarrollo

rural para promover el cambio social. Pero, ¿qué es educación? Tomando lo dicho por Lynn

Smith, éste señala que:

Educación es el nombre aplicado al proceso mediante el cual la parte socialmente aprobada

de la herencia cultural se transmite de una generación a otra, y el proceso mediante el cual

el conocimiento recién adquirido se difunde entre los miembros de la sociedad.

De ahí que la educación haga parte de las actividades principales de la sociedad, razón

por la cual debe estar presente para cada sector de la ciudad; claro está que la educación se

imparte, en primer lugar, por la familia; en segundo lugar, por la escuela y, como tercer
lugar, según lo dicho por Lynn Smith, tenemos el servicio de extensión (1960), el cual

opera en los colegios de agricultura y tiene como objetivo el mejoramiento de la vida de los

pobladores rurales.

En el ámbito rural encontramos profesores que, si bien su formación no estuvo

enmarcada dentro de la educación rural, se han esforzado por trabajar en beneficio de las

poblaciones rurales, han estudiado y transformado su quehacer al contexto, haciendo de la

escuela una escuela más activa, es decir, una escuela abierta, democrática y participativa,

de las cuales tuvimos un acercamiento y haremos un breve recuento.

Es importante enmarcar la situación de la educación rural dentro de la estructura

económica y social para poder estudiar los mecanismos pertinentes que logren articular las

necesidades educativas de los sectores con los servicios educativos disponibles, diseñados y

pensados para los mismos. Ahora bien, como docentes en formación se hace necesario

pensar estrategias que aporten al mejoramiento y avance de la educación rural, además se

hace indispensable que desde todos los sectores educativos se hagan aportes a la educación

rural para poder eliminar la concepción de lo subordinado y lo marginado, pues es parte de

nuestra cultura e identidad patrimonial. Asimismo, es imperativo superar la concepción

sectorial de lo educativo para integrar a plenitud políticas educativas que no sólo beneficien

los centros urbanos, sino a los sectores rurales y, de ese modo, se amplíe la cobertura, la

calidad y se tenga en cuenta el contexto específico de los sitios.


REFERENCIAS

Colbert, V. (1999). Mejorando el acceso y la calidad de la educación para el sector rural pobre. El

caso de la Escuela Nueva en Colombia. Revista Iberoamericana de Educación (20), 107-135.

Ministerio de Educación Nacional —MEN. (2013). Mineducación. Recuperado el 25 de octubre de

2015, de Proyecto de Educación Rural PER: http://www.mineducacion.gov. co/1759/w3-article-

329722.html

ECHEVERRI,RAFAEL,"Colombia en transición. De la crisis a la convivencia. Una visión desde lo

rural", lnfonne final, IICA.Tercer Mundo editores. Bogotá,1998.

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