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PRINCIPIOS ORIENTADORES DE LOS SERVICIOS SOCIALES

Responsabilidad Pública:

Las Administraciones Públicas asumen su responsabilidad en materia de Acción Social


facilitando y promoviendo recursos (Financieros, técnicos e institucionales).
La asunción de responsabilidad queda plasmada en materia de Planificación,
financiación y Control de Recursos sociales.

Universalidad:

Los Servicios Sociales se dirigen a todas las personas como derecho ciudadano y no
sólo de los más necesitados.

Se trata de evitar la estigmatización de los servicios sociales selectivos. Si bien para


garantizar la igualdad de oportunidades, la universalidad debe acompañarse de una serie
de medidas de discriminación positiva, con el fin de compensar a las personas que se
encuentran en situación de mayor desventaja social.

Descentralización:

Transferencia de competencias de decisión y de gestión en materia de Servicios Sociales


desde la Administración Central hacia los niveles administrativos inferiores
(autonómico y local), tratando de aproximar los servicios a los ciudadanos y responder
de modo adecuado a las características del territorio.
Facilita el trabajo con grupos y con la comunidad y también facilita la relación entre la
acción de los servicios públicos y las entidades de interés social en cada municipio.

Normalización:

La atención que se presta a los individuos con dificultad para su desarrollo personal y
social debe realizarse desde los servicios generales de modo que se facilite su
integración social.
No se trata de hacer normal a la persona sino de normalizar las condiciones de vida
tanto como sea posible según las posibilidades de cada persona.

Participación:

La planificación de los servicios sociales no debe ser un elemento externo a las


comunidades a las que van dirigidos. La comunidad debe poder integrarse en el estudio
y el análisis de sus necesidades, en las soluciones y en el control de los servicios.
La descentralización se justifica por que es un mecanismo para posibilitar la
participación de la población y de los usuarios en la planificación, gestión y evaluación
de los servicios sociales.
El principio de participación se justifica por el propósito de lograr que los usuarios
adopten un rol activo en el desarrollo de la comunidad y en su propia autorrealización,
evitándose con ello la dependencia de los servicios sociales.
Prevención:

Es más rentable (social y económicamente) prevenir los problemas que crear recursos
sociales para remediar y paliar la consecuencias de no haber intervenido precozmente.
Tres tipos de prevención:

Prevención Primaria: Intervenir influyendo en las estructuras ideológica, económica y


política para lograr cambios de profundidad. Se trata de disminuir
las circunstancias sociales que pueden originar la situación
problema.
Prevención Secundaria: Actuación en situaciones de dificultad para evitar el
agravamiento del problema, se trata de detectar e intervenir
precozmente.
Prevención Terciaria: Impedir la recurrencia de una necesidad o sufrimiento
socialmente inaceptable para detener su agravamiento mediante
una intervención rehabilitadota que trate de minimizar las
secuelas y evitar su repetición.

Coordinación

Este principio es imprescindible para evitar la dispersión de los recursos y lograr una
mayor efectividad de los mismos.

Se trata de promover la coordinación:


1. de los diferentes niveles dentro de la Administración Pública (local, autonómica,
central).
2. De la Administración Pública con la iniciativa social
3. Integración de los servicios sociales para dar una respuesta integral a los
problemas y necesidades

(Resumen de Mª Asunción Martínez y Encarna Guillén (1997) La reorientación de los


Servicios Sociales en los 80, García Villabuena, L. (comp.) El Derecho y los Servicios
Sociales, ed. Comares, Granada, pág. 17 a 27).

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