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¿Por qué los niños le tienen miedo al dentista?

( Vieira , 2015) Señala que el miedo al dentista es un tipo de miedo bastante


habitual, especialmente en los niños pero es importante mencionar que ningún
niño nace con un miedo ‘genético’ al dentista, y que se ve influenciado por la
educación y la experiencia previa. Estos son los cinco principales motivos por los
cuáles algunos niños tienen miedo al dentista:

Miedo a lo desconocido: si en la primera visita que realiza a la clínica dental el


niño tiene miedo, esto se suele deber a que le espanta lo desconocido o a que
ha escuchado cosas malas sobre los dentistas a lo largo de su vida. En algunas
ocasiones, se trata de historias que ha escuchado de la boca de sus padres,
amigos o familiares, mientras que en otras se trata de mensajes subliminales
que el hijo ha recibido mediante comunicación no verbal, con la actitud de sus
padres.

Muchas veces, los padres se sienten con la necesidad de preparar a su hijo para
la visita con el dentista y utilizan algunas palabras que provoca el efecto
contrario. Una simple frase que diga ‘no te va a doler’, transmite al niño que hay
la posibilidad de que duela, y esto le provoca ansiedad previa al tratamiento y
entonces puede aparecer el miedo.

Miedo a la vulneración del espacio personal: todos los tratamientos requieren


la invasión del espacio personal, ya no solo debido al contacto, sino también por
el hecho de tener que abrir la boca y sentirse la presencia muy cercana del
doctor.

Miedo a la pérdida de control: empezando por entender que el niño no eligió ir


al dentista, sino que le llevaron sus padres, nos damos cuenta de la sensación
de pérdida de control que puede tener el pequeño. Si tenemos en cuenta que
durante el tratamiento, tiene que sentarse en una silla con la boca abierta (lo que
no le permitirá hablar) y con una persona que le dice lo que tiene que hacer, es
comprensible que el niño tenga se siente indefenso. Nuestros
odontopediatras saben cómo terminar con esta sensación y consiguen que el
niño se sienta seguro y dominador de la situación mediante, por ejemplo, el
establecimiento de una señal con la mano con el que frenar el tratamiento en
caso que le duela o quiera comentar algo.

Falta de confianza: la confianza se puede definir como la seguridad que


tenemos de que la otra persona cumplirá su promesa. En caso que un dentista
o un médico le haga perder la confianza a un niño, puede que este niño deje de
confiar en todos los odontólogos que lo traten. Pero más allá de la confianza
propia que desarrolla el niño, los comentarios de sus padres, amigos y familiares
también le influyen. Así pues, la confianza es un factor muy importante para
evitar el miedo al tratamiento dental y los padres debemos ayudar a crearla.

Miedo al dolor: a pesar de los muchos avances que ha hecho la odontología,


los tratamientos dentales todavía pueden producir algunas molestias, de modo
que el miedo al dolor puede estar legitimado. En ocasiones, el niño tiene dolor
por culpa de una mala experiencia propia, pero en la mayoría de situaciones este
miedo está provocado por la imagen que la historia le ha atribuido a los dentistas
y que los relaciona a sus tratamientos con el dolor. Algo que no tiene nada que
ver con los procedimientos que se llevan a cabo hoy en día.

Según este autor no señala que es muy común observar niños que le temen ir a
una consulta odontología, esto no se nace consigo mismo sino que se desarrolla
por diversos factores externos que pueden influenciar en la vida del niño. Aquí
expone varios motivos por lo que puede suceder:

Miedo a lo desconocido, ya que algunos niños presentan algún temor a algo


que desconoce especialmente si el padre no le ha informado acerca de su previa
visita al odontólogo o también por escuchar el niño de cosas malas acerca de
este.

Miedo a la vulneración del espacio personal, para poder realizar un


tratamiento odontológico se requiere de un acercamiento, un contacto más
cercano con el paciente en este caso el niño, por lo cual puede desarrollar algún
temor al sentir que están invadiendo su espacio.

Miedo a la pérdida de control, se refiere a aquellos niños que no deciden por


voluntad propia ir al odontólogo sino que prácticamente se sienten obligados a
ir, dándole una sensación de pérdida de control sintiéndose indefensos.

Falta de confianza, se define a la confianza como la seguridad que se tiene a


una persona. En el caso de que en algún momento un dentista no cumpla con lo
que le dijo al niño este sentirá una desconfianza a todos los dentistas. También
influye algún comentario que se le haya dicho al niño haciendo que desconfié
más.

Miedo al dolor, aunque en la actualidad hay un gran avance en tratamientos


odontológicos, todavía los tratamientos dentales pueden tener algún mínimo de
dolor. En ocasiones los niños desarrollan este miedo por una mala práctica
odontológica o también por el concepto que se les ha tenido a los odontólogos.

( Álava Sordo, 2013) Manifiesta que lo normal es que los niños se porten
razonablemente bien a la hora de acudir al odontólogo. No obstante, conocer las
causas que puedan hacer que tengan cierto temor nos permitirá ayudarles a
superarlo:

• El miedo de los padres: No olvidemos que los niños aprenden por modelado,
es decir, copian a sus adultos de referencia, que principalmente son su padre y su
madre. Por eso es fundamental que los padres no tengan miedo a acudir al
odontólogo, y que si lo tienen, no se lo trasmitan al niño.
• El miedo al dolor: Muchos niños no acuden a la consulta hasta que hay un
«problema grave», por lo que les duele, y están más focalizados en ese dolor.
Lo ideal sería que los niños acudieran al dentista desde que son pequeños, que
se hicieran revisiones periódicas para evitar complicaciones, y que se
normalizara la visita al dentista, llegando a ser tan rutinaria como lo puede ser ir
al pediatra.

• La experiencia previa: Cuando ha habido malas experiencias previas, es


cuando el niño puede desarrollar miedo o fobia al dentista, y ese temor le hace
estar nervioso y no permitir que el profesional realice su trabajo. Dejando los
posibles miedos a un lado, hay determinados niños que plantean dificultades
derivadas de la conducta, como pueden ser:

• Niños con TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad), a los
que les cuesta estar quietos en el sillón dental.

• Niños carentes de normas y de límites, que no tienen interiorizada la


autoridad, y retan incluso al dentista.

• Niños muy inseguros que a la mínima se asustan y no se ven capaces de


«soportar» lo que les haga el odontólogo.

• Niños con padres muy permisivos, que delegan toda la responsabilidad en


el dentista, y no exigen una mínima colaboración al menor.

Según esta autora señala que es importante conocer las causas que provocan
que los niños desarrollen algún temor:

El miedo de los padres hacia el odontólogo también influye a que los niños le
desarrollen eso ya que ellos copian lo que hacen sus padres.

Cuando el niño ha tenido alguna mala experiencia con algún odontólogo le puede
crear algún temor. También hay que tomar en cuenta que hay determinados
niños que ponen dificultades como:

Aquellos niños hiperactivos, los cuales no pueden estar tranquilos en el sillón;


niños que los padres no le ponen límites y les permite hacer lo que sea por lo
cual no le permiten al odontólogo trabajar de una manera adecuada; niños
demasiados inseguros, que se asustan por todo y niños con padres muy
permisivos, que ponen toda la responsabilidad en manos del odontólogo sin ellso
aportar.

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