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¡Eeeeehhh! ¿Todo son ventajas? Por supuesto que no, también hay algunos inconvenientes:
1. Generas plásticos y residuos en una cantidad mucho mayor que en el cultivo sin suelo.
2. Los sustratos, al ser inocuos, generan mayores problemas con respecto a
enfermedades en la raíz. Es decir, aparecen con menos probabilidad (tal como lo
hemos dicho antes) pero cuando lo hacen causan más problemas.
3. Necesidad de realizar un control exhaustivo y permanente de la instalación. En el
suelo agrícola los fallos se toleran mejor, pero en el cultivo hidropónico un fallo puede
suponer la pérdida total del cultivo.
4. Mayor coste de instalación. Sustratos, riego, estructura, contenedores, etc.
5. Gran asesoramiento técnico debido al punto 3.
Una curiosa forma de cultivo hidropónico en tomates
Fuente: Kathy Kimpel
En el mercado hay un gran mundo de sustratos cada uno con sus propiedades particulares
entre los que se incluye (aunque os parezca curioso) el agua. En este artículo que hicimos
aparecen una gran parte de los sustratos que podéis comprar.
Si aún estás interesado en conocer todos los sustratos que se pueden utilizar, el ministerio de
agricultura te ofrece la posibilidad de conocer las principales características de cada uno. Lo
puedes hacer aquí. ¡Hay muchísimos!
Elegir uno u otro va en función del cultivo. Hay que tener en cuenta todas las características
de cada uno, pero generalmente lo que se pide a un sustrato para un cultivo sin suelo es
una gran capacidad de retención, drenaje rápido, buena aireación, baja densidad
aparente, estabilidad y distribución del tamaño de partículas.
Capacidad de aireación
Esto significa que el sustrato debe contener aire después de regar, para que no se
produzca asfixia radicular. El valor ideal con respecto a la capacidad de aireación está
comprendido entre 20 y 30%.
Agua disponible
El agua disponible es el agua que puede aprovechar la planta sin dificultad una vez se ha
regado y drenado correctamente. Este valor está influido por la tensión del agua y afecta de
manera importante a la productividad. Un valor óptimo puede estar comprendido entre 20-
30%.
Porosidad
Con la porosidad nos referimos al espacio libre que debe haber en un sustrato para que este
sea ocupado o bien por aire o bien por agua (con nutrientes). Para que sea óptimo tiene que
tener un porcentaje de porosidad del 85%.
El tamaño de las partículas es un factor muy importante que, de hecho, lo hemos comentado
dentro de las principales características que debe tener un buen sustrato. Este factor
condiciona la porosidad o espacio libre que hay en el sustrato, y a mayor tamaño de
partículas, mayor espacio. Nosotros queremos que haya una porosidad del 85 %, por lo que el
tamaño de las partículas debe estar comprendido entre 30 y 300 micras.
El pH
Por no hacer esto demasiado pesado, en vez de poner aquí las propiedades de cada sustrato,
le dedicaremos a cada uno un artículo y lo añadiremos a esta entrada, para que se pueda
consultar de forma cómoda.
Aunque seguramente haya muchos más, estos son los más empleados:
Solución nutritiva 1:
Solución nutritiva 2:
Solución nutritiva 3:
Solución nutritiva 4:
El drenaje
El drenaje del sustrato en el cultivo hidropónico viene dado por la cantidad de agua de riego y
las características del sustrato. Una forma de calcular el drenaje y saber si todo marcha bien
es hacer lo siguiente:
1. Ver la cantidad de agua con la que se inicia el riego. Ejemplo: 100 Litros
2. Ver el número de goteros, aspersores o medios de riego que tenemos. Ejemplo 4
3. Ver la cantidad de agua que vuelve al origen, es decir, que se recicla: Ejemplo 85
Litros.
4. Calcular el porcentaje de agua drenada.
Esto lo podemos hacer por partes en la instalación para comprobar si todas esas partes tienen
el mismo % de drenaje, lo cuál quiere decir que todo está en orden, no hay problemas de
riego, de obstrucción de goteros o aspersores, etc.
Dotación de riego
Hay que tener en cuenta lo que es la fracción de agotamiento, que significa el máximo
porcentaje de agua que se pierde por evaporación o drenaje sin que se refleje efectos
negativos en la planta, como marchitez. Para el caso del cultivo hidropónico, en la mayoría de
sustratos, la fracción de agotamiento es del 5% y supone una forma de determinar la
separación y tipo de riego a realizar.
Riego en el periodo 1:
Pasadas unas horas del amanecer, el sustrato tiene una fracción de agotamiento superior al
5% si no se ha regado por la noche, por lo que se debe regar para recuperar los niveles de
humedad adecuados. La cantidad de riego se mide por el porcentaje de drenaje que se
calcula a partir de la fórmula anterior, y en este periodo ha de estar comprendida entre un 5y
un 10 %.
Riego en el periodo 2:
Corresponde a las horas de mayor radiación solar y en definitiva, de mayor calor. La humedad
relativa desciende y ha de compensarse mediante el riego. Los niveles de drenaje han de ser
más altos pero la frecuencia de riego menor, llegando al caso de tener que realizar dos riegos
en un periodo inferior a 1 hora (algunos casos 30 min).
Riego en el periodo 3:
Son las últimas horas del día y apunto de anochecer. El nivel de drenaje se ha de reducir y
corresponde al momento en el que las necesidades hídricas son bastante bajas.
Riego en el periodo 4: