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Resumen
Se identifica la intervención de las ambulancias civiles de la Cruz
Roja peruana y de su equivalente militar boliviana en las inmedia-
ciones de la ciudad de Tacna en mayo de 1880 y su participación
en la batalla del Alto de la Alianza (26 de mayo) en el contexto de
la Guerra del Pacífico 1879-1884. Se precisa los orígenes de estas
ambulancias y revela la intervención directa y humanitaria que
desplegaron estas instituciones en aminorar los estragos de la gue-
rra. Se muestra la adhesión de los tres países en guerra al Conve-
nio de Ginebra de 1864 y 1868; así como la vulneración a dicho
convenio por parte de algunas tropas chilenas en perjuicio de los
médicos, cirujanos, practicantes y heridos que se encontraban en
las ambulancias peruanas y bolivianas durante el desarrollo de la
batalla. Se señala algunos esfuerzos de la oficialidad chilena por
evitar esta vulneración a los heridos y médicos aliados. Partimos
de la premisa que uno de los aspectos menos estudiados en la gue-
rra de 1879, es el aporte y accionar de la sociedad civil peruana,
chilena o boliviana frente a este.
1 Universidad Nacional Federico Villarreal, Palabras clave: Guerra del Pacífico, Campaña del Sur, Cruz
Perú Roja, medicina, humanitarismo, batalla del Alto de la Alianza,
E-mail: aramislopez1497@hotmail.com Perú, Bolivia, Chile
http:// dx.doi.org/10.24039/cv201752212
| Cátedra Villarreal | Lima, perú | V. 5 | N. 2 | 173-194 | julio-diciembre | 2017 | issn 2310-4767 173
Aramis López Chang
miembros de la Cruz Roja peruana y boliviana A nivel teórico, se plantea una revisión ri-
en la batalla del Alto de la Alianza del 26 de gurosa de la aún incipiente historia de la sa-
mayo de 1880? nidad militar en el Perú; buscando rescatar a
través de los testimonios de los sujetos histó-
Para responder a esta pregunta general ricos, hombres y mujeres que con un brazale-
buscamos información que nos diera respues- te blanco con una cruz roja, desplegaron una
ta a las siguientes preguntas específicas: labor humanitaria. En el plano metodológico,
supone una relectura de las fuentes, que ten-
- ¿Cuáles eran los planteamientos de la gan en cuenta el accionar de las ambulancias y
Convención de Ginebra de 1864 y 1868 al cual su contingente humano. Ello implica, ampliar
estaban adheridos los tres países en guerra, el horizonte de la historia de este conflicto e
Perú, Bolivia y Chile? ir más allá del discurso oficialista que resalta
- ¿Cuáles fueron los orígenes de las ambulan- los procesos y destacados personajes militares,
cias civiles de la Cruz Roja peruana antes de dejando en un segundo plano y prácticamente
la batalla del Alto de la Alianza del 26 de mayo invisibilizada la participación de la sociedad
de 1880? civil en el conflicto.
- ¿Cómo fue el accionar de las ambulancias Ci-
viles de la Cruz Roja peruana durante la bata- Bajo estos preceptos, se busca mostrar la
lla del Alto de la Alianza del 26 de mayo de participación de los médicos peruanos y bo-
1880? livianos de las ambulancias civiles y militares
- ¿Cuáles son los orígenes del Servicio de presentes en Tacna. Resaltamos que este enfo-
Ambulancias Militares de la Cruz Roja que no está circunscrito al límite estrictamen-
boliviana antes de la batalla del Alto de la te nacional, que a su vez impediría un análisis
Alianza del 26 de mayo de 1880? global de una guerra de carácter trinacional:
Perú, Bolivia y Chile respectivamente.
- ¿Cómo fue el accionar del Servicio de Am-
bulancias Militares de la Cruz Roja boliviana
Una versión preliminar de la presente in-
durante la batalla del Alto de la Alianza del 26
vestigación se encuentra publicada en la Re-
de mayo de 1880?
vista de Historia Republicana y Humanidades
- ¿Cómo fue la vulneración de la neutralidad de MOTVS, con el título “En la línea de fuego: La
las ambulancias civiles y militares de la Cruz Cruz Roja peruana y boliviana en la Batalla del
Roja peruana y boliviana por parte de algunas Alto de la Alianza, 26 de mayo de 1880”, Año I
tropas chilenas durante la batalla del Alto de la -Número 1(1), pp.185-208.
Alianza del 26 de mayo del 1880?
- ¿Hubo esfuerzos de la oficialidad chilena por Nuestro objetivo de estudio fue explicar el
evitar la vulneración a médicos y heridos pre- accionar de los miembros de las ambulancias
sentes en las ambulancias civiles y militares de civiles y militares de la Cruz Roja peruana y
la Cruz Roja peruana y boliviana durante la boliviana. Para lograrlo, previamente intenta-
batalla del Alto de la Alianza del 26 de mayo mos alcanzar los siguientes objetivos especí-
de 1880? ficos:
Esta búsqueda pretende situar en su real - Establecer cuáles eran los planteamientos
dimensión a instituciones sanitarias y su con- de la Convención de Ginebra de 1864 y
tingente humano durante el transcurso del 1868 al cual estaban suscritos los tres paí-
conflicto. La Guerra del Pacífico fue uno de ses en guerra, Perú, Bolivia y Chile.
los conflictos bélicos sudamericanos más im- - Precisar los orígenes de las Ambulancias
portantes del siglo XIX que reconfiguró la de- Civiles de la Cruz Roja peruana antes de
marcación territorial de los tres países involu- la batalla del Alto de la Alianza, (del) 26
crados. de mayo de 1880.
Como señala Arias Schreiber (1979), la La primera ambulancia zarpó del puerto del
Junta Central instauró comités departamen- Callao el 3 de mayo de 1879 y estuvo confor-
tales y provinciales. Logró equipar y proveer mada por Carlos Sotomayor (posteriormente
personal de cuatro ambulancias, “contando nombrado secretario de la Sociedad), por un
con el apoyo financiero de la Municipalidad de jefe, un secretario, un ayudante, un capellán,
Lima y de la colonia inglesa y con el óbolo vo- dos médicos, cuatro estudiantes de medicina y
luntario de numerosos particulares”. (p. 54) 26 hombres, además del material sanitario de
emergencia adecuado para el duro trabajo que de Ambulancias Civiles de la Cruz Roja en el
les esperaba en la línea de fuego de la campaña Perú”. Para poseer una idea de una ambu-
del sur (Arias Schreiber, 1979). lancia civil de fines del siglo XIX, citaremos
a continuación sus características principales
Esta al llegar al puerto de Pisagua se es- (Figura2):
tableció en el lugar llamado “Alto del Molle”,
en las inmediaciones de Iquique, donde per- Las ambulancias civiles de hace un siglo
manecía el grueso de tropas del Ejército del distaban mucho en su aspecto e insta-
Sur peruano. Su primera labor asistencial fue laciones de las que ofrecen las moder-
con los heridos de la fragata “Independencia” nas. Consistían en unos carruajes pesa-
que encalló en Punta Gruesa el 21 de mayo de dos que se movilizaban lentamente por
1879 luego de perseguir a la corbeta chilena medio de acémilas [mulas] y contaban
“Covadonga”. con un personal sanitario, instrumen-
tal médico y quirúrgico de urgencia,
Mientras las otras tres ambulancias se es- botiquines con diversos medicamentos
tablecieron en lo que sería el teatro de opera- y pertrechos de campaña. El personal
ciones durante la segunda fase de la guerra en- consistía en algunos médicos-ciruja-
tre las inmediaciones de Iquique y Arica dada nos y farmacéuticos y regular número
la importancia de dichas plazas. de practicantes y estudiantes de medi-
cina y de
ambulancias a pesar de su escaso número prestaran servicios farmacia.
muy útiles enEstas ambulancias
las batallas de
Conforme
Pisagua, se
Sandesarrollaron Tacna o Alto de laa pesar
las acciones
Francisco, Tarapacá, deysuArica.
Alianza escaso número
(Arias prestaran
Schreiber,
militares en el sur peruano, el 7 de mayo de servicios muy útiles en las batallas de
1979: p. 54)
1879, el gobierno dictó una disposición sobre Pisagua, San Francisco, Tarapacá, Tac-
la denominación oficial de la Junta central, na o Alto de la Alianza y Arica (Arias
que en adelante pasaría a ser la “Junta Central Schreiber, 1979: p. 54).
Figura 2: Grabado sobre las Ambulancias Civiles de la Cruz Roja peruana presentes
Figura 2: Grabado sobre las Ambulancias Civiles de la Cruz Roja peruana presentes en Iquique.
en Iquique. “La Ilustración Española y Americana”, Madrid 22 de Julio de 1879. Año
“La Ilustración Española y Americana”, Madrid 22 de Julio de 1879. Año XXIII Número XXVII
XXIII Número XXVII
Posterior a los hechos de armas en San Francisco (19 de noviembre de 1879) y
Posterior a los hechos de armas en San (Figura 3) fueron las encargadas del traslado
Francisco (19 de noviembre de 1879) y Ta- de los civiles
Tarapacá (27 de noviembre de 1879), las ambulancias numerosos
de laheridos producto
Cruz Roja de es-
peruana
rapacá (27 de noviembre de 1879), las am- tas acciones en enero de 1880 y a bordo del
bulancias civiles de la Cruz Roja peruana vapor
fueron las encargadas del traslado de los numerosos “Luxor”
heridos de nacionalidad
producto alemana.
de estas acciones en El
enero de 1880 y a bordo del vapor “Luxor” de nacionalidad alemana. Siendo el traslado
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directo del puerto de Arica al Callao y es de esta manera que los heridos trasladados a
La acción de las ambulancias de la Cruz Roja peruana y boliviana en la Batalla del Alto de la Alianza,
26 de mayo de 1880
traslado fue directo del puerto de Arica al cientos hombres, entre heridos y enfermos;
Callao y es de esta manera que los heridos sin embargo, su capacidad era de menos de
que llegaron a Lima fueron atendidos en los trescientas personas. Pero indigno sería no
recibieron los médicos y enfermeros
hospitales como San Bartolomé, San Andrés,de manos de las hermanas
consignar la eficazde la caridad que
colaboración de San
recibie-
Dos de Mayo y en la Maisón de Santé. (Arias ron los médicos y enfermeros de manos de
Vicente de1979)
Schreiber, Paul, las señoras de la Sociedad de la Cruz Blanca, de
las hermanas de la
la Sociedad
caridad deFrancesa de de
San Vicente
Paul, las señoras de la Sociedad de la Cruz
Beneficencia, entre otras instituciones humanitarias de Lima y el Callao, donde la
Se afirma que los pocos nosocomios exis- Blanca, de la Sociedad Francesa de Beneficen-
tentes en Lima desbordaron su capacidad cia, entre otras instituciones humanitarias de
presencia femenina se hizo gravitante.
asistencial. Solo por citar un ejemplo, el hos- Lima y el Callao, donde la presencia femenina
pital San Bartolomé llegó a internar a nove- se hizo gravitante.
MásMás adelante,
adelante, productodeldelcontroverti-
producto controvertido viaje Con del Presidente
respecto alde gobierno Gral.
la República
nuevo y las am-
do viaje del Presidente de la República Gral. bulancias, el 16 de febrero de 1880, Nicolás
Mariano Ignacio
Mariano IgnacioPrado
Pradoa Europa
a Europaconcon
el fineldefin de de
efectuar,
Piérola,personalmente,
Jefe Supremo del la Perú,
compra de un
emite
efectuar, personalmente, la compra de buques decreto sobre la organización del servicio de
ybuques y armamento;
armamento; quedó encargado
quedó encargado el gobiernosanidad
del gobierno al vicepresidente Luiscomprendiendo
del Ejército, La Puerta con 68 su or-
el vicepresidente Luis La Puerta de 68 años ganización, personal, material, además de
años
de de edad.
edad. DadasDadas las circunstancias
las circunstancias políticaspolíticas
fa- favorables,
menciones Nicolás
sobre lasde Piérola Villena
ambulancias se
y hospitales
vorables, Nicolás de Piérola Villena se subleva de sangre tanto civiles como militares con la
sublevaelcontra
contra el gobierno
gobierno contando
con el apoyo con el apoyoclara
del Batallón del Batallón
consignaArtesanos
en favor dedelos
Ica,
deellos21heridos.
de
Artesanos de Ica, el 21 de diciembre de 1879. Finalmente, el Consejo Federal Suizo decretó
diciembre de 1879. Por consiguiente, el 23 de diciembre de 1879 se invistió a Piérola con
Por consiguiente, el 23 de diciembre de 1879 se el 30 de abril de 1880 que previo al cambio de
invistió a Piérola con el carácter de Jefe Supre-
el carácter de Jefe Supremo de la República, asumiendo ratificaciones, el Perútodas
personalmente quedaba incorporado
las funciones
mo de la República, asumiendo, personalmen- en el convenio e ingresa al Movimiento de la
te, todas las funciones ejecutivas y legislativas
ejecutivas y legislativas del gobierno con el carácter Cruz Roja. Dando paso a que en la circular
de “Dictador”.
del gobierno con el carácter de “Dictador”. número 45 del Comité Internacional, de fe-
Internacional, de fecha 8 de mayo de 1880, se certificara que la Cruz Roja Peruana era la
cha 8 de mayo deprimera
1880,ensesurgir
certificara
en América.queEn la fecha sedediocreación
dicho documento la fecha deoficial,
creacióncuando
oficial, se iniciaron
Cruz Roja Peruana era la primera en surgir las gestiones organizacionales: 17 de abril de
cuando se iniciaron las gestiones organizacionales: 17 de abril de 1879.
en América. En dicho documento se dio la 1879 (Figura 4).
de nacionalidad y con una clara consigna humanitaria y porque no decirlo patriótica. Como
Los orígenes y organización del Servicio de campo de batalla era una necesidad apremian-
Ambulancias Militares de la Cruz Roja boli- te. Se creó entonces cuerpos de ambulancias,
viana ajustándose a la situación de la campaña y a las
prescripciones de la Convención de Ginebra.
El 14 de febrero de 1879 estalló el conflicto Se les dio el nombre de “Servicio de Ambulan-
para el país altiplánico cuando una fuerza chi- cias Militares de la Cruz Roja”, estableciéndose
lena tomó por asalto el puerto de Antofagasta de esta manera la existencia oficial del cuerpo
y durante los siguientes días Mejillones, Cobi- de sanidad boliviano.
ja, Tocopilla entre otras poblaciones.
A partir de ese momento, el comité direc-
Una vez declarada oficialmente la guerra, tivo se dedicó a trabajar en la organización de
el presidente de Bolivia, Gral. Hilarión Daza, los cuadros, presupuesto, compra de material,
dispuso la movilización del ejército boliviano reclutamiento y entrenamiento del personal
a Tacna con el fin de coordinar acciones con en las ambulancias. Sin embargo, la precarie-
el Perú para detener a las fuerzas chilenas. Por dad de esta institución debido a la carencia
ende, se produjo la movilización del ejército, de material médico y personal, indujo a que
que salió de La Paz el 16 de abril y arribó a el gobierno solicitase la colaboración de la po-
Tacna el 30 de abril de 1879. blación de la república. Por ejemplo:
sea: en médicos y practicantes un terno negro con una cruz roja en elAndrea
brazo y enRioja
la gorra, Bilbao, Ana M. de Dalence, María N. V
bulancias. En médicos y practicantes un terno ambulanciasde militares. La historia boliviana
negro con una cruz roja en el brazo y en la go- ha recogido los nombres de Ignacia Zeballos,
mientras que el de la tropa era blanco de jerga con una cruz roja también en el brazo y la
rra, mientras que el de la tropa era blanco de Meza. Cabe
Andrea Riojaresaltar
de Bilbao,que
Ana M.Ignacia Zeballos, es cons
de Dalence,
gorra. jerga con una cruz roja también en el brazo y María N. Vda. de Meza y su hija Mercedes
la gorra (Figura 6). Meza. Cabe resaltar que Ignacia Zeballos, es
boliviana” quelaportó
considerada un enfermera
“primera brazaleteboliviana”
de la Cruz Roja en la ca
que portó un brazalete de la Cruz Roja en la
bandera
campañade militar
la Cruz Roja,
(Figura 7). flameó en las ambulancia
DesdeCobijando
boliviano. entonces la bandera
bajo sudesombra
la Cruz Roja,
de este auxilio, no s
flameó en las ambulancias al lado del pabellón
nacional boliviano. Cobijó bajo su sombra, no
los tres
solo ejércitos quederequerían
al gran número heridos deasistencia,
los tres ejér- sino también a
citos que requerían asistencia, sino también a
arrojados
multituddedesus hogares
ancianos por las
y niños, que tropas
arrojadosvencedoras, no e
de sus hogares por las tropas vencedoras, no
encontraban otro amparo que el de la inmu-
la inmunidad ofrecida por esta institución en medio del co
nidad ofrecida por esta institución en medio
del conflicto.
tares más importantes del conflicto. En esta se niscencias del Campo de la Alianza”, sobre la
enfrentaron los ejércitos aliados de Bolivia y acción de las ambulancias militares de la Cruz
Perú, ambos dirigidos por el general boliviano Roja boliviana dijo:
Narciso Campero, contra el ejército de Chile,
comandado por el general Manuel Baqueda- Me asomé á la Ambulancia boliviana, si-
no, que luego de un feroz combate resultó en tuada á doscientos metros mas ó menos
victoria. Según el historiador militar Carlos de la retaguardia de nuestro Ejército. El
Dellepiane, las fuerzas aliadas que hicieron distinguido Dr. Dalence, Jefe de ella, el
frente al ejército de Chile fueron 9849 hom- Inspector Sr. Julio Quevedo (…) y sus
bres, de los cuales 4601 eran bolivianos y 5788 dignos colaboradores permanecían
eran peruanos. Mientras para las fuerzas chi- tranquilos y resignados en su puesto,
lenas en combate, el historiador William Sater en medio de la lluvia de bombas, listos
da la cifra de 14147 hombres, basado en docu- para ejercer su sublime misión. (p. 11)
mentos oficiales de ese país.
Es así que la batalla se inicia cerca de las
El 26 de mayo de 1880, los hombres que 9:00 a.m. con un potente duelo de artillería en-
portaban una Cruz Roja en el brazo y la go- tre ambos bandos y no tan eficiente debido a
rra, libraron una lucha diferente en los cam- que muchos proyectiles aterrizaron en la arena
pos del Alto de la Alianza. Su misión era la de sin estallar dado la calidad arenosa del suelo
salvar vidas, independiente de la nacionali- tacneño. Como lo evidencia Miguel Ramallo
dad del herido caído y no por ello exento del (1901), combatiente boliviano en el Regimien-
fuego cruzado. Es aquí donde Zenon Dalen- to “Libres del Sud”:
ce (1881), médico boliviano y encargado del
cuerpo de ambulancias del Ejército de Bolivia, El cañón seguía crujiendo; las grana-
nos da un claro símil entre el combatiente y el das pasaban sobre nuestras cabezas con
médico ambulante: aquel sonido infernal que les es propio
y se enterraban en la arena; algunas se
¡cuán diversa y a la vez idéntica perspectiva estallaban, pero solo a su estallido se
la que se ofrecía en esos momentos al levantaba una gran columna de arena
guerrero que, viendo próxima la batalla, que se esparcía en el aire y luego des-
se preparaba á salir victorioso en ella, cendía sobre nosotros como menuda
aunque fuera á costa de sus existencia, en lluvia (p. 47)
defensa de su patria; y la del soldado de la
«Cruz Roja» que, preparándose también Sin embargo, después comprometido
á cumplir su misión, si bien en un rol el combate y el intercambio de fusilería de
pasivo respecto al enemigo, podía hallar la infantería, varios proyectiles menores
igualmente la muerte en el sentimiento principiaron a caer cerca de las carpas de
de la humanidad. (p. 7) las ambulancias, evidenciando su incon-
veniente ubicación. Motivo por el cual, los
Por otro lado, Theodorus B. Mason (1971), jefes de las respectivas ambulancias aliadas
observador militar norteamericano en su decidieron ordenar su inminente traslado
“Guerra en el Pacífico Sur”, sobre las ambulan- metros detrás.
cias peruanas dijo que “se comportaron admi-
rablemente, asistiendo tanto a sus propios heri- Como lo consigna en su parte oficial, Fe-
dos como a los chilenos del ala izquierda cuando lipe S. Duran, jefe de la 4ta ambulancia de la
éstos fueron obligados a retirarse.” (p. 177) Cruz Roja peruana:
sus propias vidas con tal de cumplir su consigna de salvar a los primeros heridos caídos en
aliado comenzó la retirada, empezaron sanitario Fabio Marín “cayó herido por una
latambién
refriega.a Por
caerejemplo, Felipe S.carpas.
balas a nuestras Durán antesbala
citado,
que expone
le penetróen en
las elsiguientes líneas que
hombro derecho con
Las tropas de aquel ejército pasaron dirección al pulmón, i fue trasladado inmedia-
el sanitario Fabio Marín "cayó herido por una bala que le penetró en el hombro derecho
cerca de nosotros i entonces creció el tamente a esta ciudad”. (Ahumada Moreno t.
número de los proyectiles que nos lle-
con dirección al pulmón, i fue trasladado inmediatamenteIII, 1884: p. 333) a esta ciudad". (Ahumada
gaban; el estandarte de la ambulancia
Moreno
recibió t.unIII,balazo
1884:enp. su
333).
parte superior. De esta manera y por espacio de cinco horas
(Ahumada Moreno t. III, 1884: p. 333) de intenso combate entre las fuerzas aliadas y
De esta manera y por espacio de cinco horas de intenso combate entre las fuerzas
chilenas, los médicos y cirujanos se encargaron
Esaliadas
así quey chilenas,
se puede los afirmar que yalgunos
médicos de la curación
cirujanos se encargaron dedelalos heridosde
curación porlos
bala y metralla,
heridos por
médicos y sanitarios de las ambulancias ya así como de cascos de proyectiles de artillería.
bala y metralla, así como de cascos de proyectiles de artillería. Recordemos que este
mencionadas, al verse expuestos en medio de Recordemos que este proceso de curación en un
este fuego cruzado intermitente, arriesgan sus
proceso de curación en un ambiente tan hostil ambiente como un tan hostil
campo decomo
batallaunsecampo de batalla
concernía a la
propias vidas con tal de cumplir su consigna se circunscribía a la desinfección y extracción
desinfección
de salvar a los primerosy extracción
heridos de la bala;
caídos en la de lo de
contrario
la bala; deel loproceso
contrariosolo se reducía
el proceso a la
solo se re-
refriega. Por ejemplo, Felipe S. Duran antes ducía a la amputación del miembro para evitar
amputación del miembro para evitar que la herida se gangrenara.
citado, expone en las siguientes líneas que el que la herida se gangrenara (Figura 8).
evitar dichas agresiones hacia la neutralidad Por otro lado, el repase fue una práctica si-
de las ambulancias aliadas en sus labores hu- lenciosa, apartada de los límites “civilizados”
manitarias amparadas en el Convenio de Gi- que la Convención de Ginebra había dictado
nebra de 1864 y 1868. para el ejercicio de la guerra en los albores de
la “modernidad”. Y pese a lo anterior, es ne-
Dichas ataques están registrados en un cesario hacer hincapié que, difícilmente, las
completo “Sumario seguido por el Presidente posiciones vigentes en la época se pudieron
de la Junta Central de Ambulancias Civiles de respetar por completo, ya sea por la acción u
la Cruz Roja del Perú para investigar las vio- omisión de oficiales y tropa. Considerar ade-
laciones del Convenio de Jinebra que se dicen más la dinámica de las ocurrencias propias
cometidas por el ejército de Chile en las ciuda- de los campos de batalla, en los cuales mu-
des de Tacna y Arica”, publicado en el tomo chas veces las acciones escapan a la voluntad
III de Ahumada Moreno (1884), que agrupa y racionalidad de sus protagonistas quienes
los partes oficiales de las cuatro ambulancias “sin perjuicio de su origen étnico o nacional, al
peruanas sobre el desencadenamiento de los estar sometidos constantemente a situaciones
hechos, su labor asistencial y la investigación apremiantes, donde está en juego la integridad
sobre la vulneración del Convenio de Ginebra física y la existencia, pueden cometer grandes
por parte de las tropas chilenas. tropelías y excesos”. (Ibarra, 2017: p. 27)
Así como en el “Informe histórico del servi- Sobre el repase, hay que señalar que esta
cio prestado por el cuerpo de ambulancias del fue una práctica en común ejercida por los tres
Ejército boliviano desde su creación en Tacna países en conflicto. Por ejemplo, José A. Trico,
hasta la repatriación de su última sección de sargento 2do chileno del “Atacama” Nro. 1
heridos presentado al Supremo Gobierno y a narra a su madre en una carta fechada el 15 de
los comités de la Asociación Internacional de la junio de 1880, cómo en un primer momento
Cruz Roja (en la Sección Bolivia) por el Doctor de la batalla, cuando las fuerzas chilenas re-
Zenon de Dalence”, además de testimonios de troceden frente al avance aliado, “el enemigo al
soldados peruanos, chilenos y bolivianos que pasar por nuestros heridos los destrozó a bayo-
nos permiten contrastar los hechos narrados. netazos.” (Marconi, 1882: p. 411)
Tenemos que considerar que dichas agre- Por último habría que considerar en el aná-
siones a las ambulancias aliadas por parte de lisis del comportamiento del soldado en cam-
algunas tropas chilenas se basaban en el sa- paña al criterio personal y las condiciones a las
queo y “repase” de heridos peruanos y boli- cuales está presionado. Condiciones incluso
vianos presentes tanto en el campo de batalla emocionales en las cuales:
como en las ambulancias; incluso amenazan-
do la vida de los médicos, cirujanos y practi- Ve sucumbir compañeros con quienes
cantes que se interpusieran en su camino. se han compartido penas y alegrías,
generadoras de una vida en común; no
Pero antes de analizar dichos ataques se debe sabe cuándo terminará todo aquello y
analizar la lógica del combate ejercido en el en posesión de armas puede ejercer la
campo de batalla por parte de los soldados. Para venganza a discreción contra quienes lo
el cual, “la batalla se desarrolla en un ambiente afectan o son un peligro simplemente.
inestable y salvaje, tanto física como emocional- Siente justificadas sus acciones y por
mente” donde lucha a campo abierto o agazapa- eso no se detiene para destruir o coger
do por minutos u horas, “sintiendo sucesivamen- botín. Los lazos normales de relación
te aburrimiento, exaltación, pánico, rabia, pesar, social se han disuelto, las propias deci-
perplejidad, e incluso esa sublime emoción llama- siones son las que cuentan, destruir es
da valor.” (Keegan, 2013: pp. 46-47) un desahogo y robar parece un dere-
cho para compensar los sufrimientos y confesiones que en un principio él las creyó
peligros. Si en el escenario hay alcohol burlescas, tuvieron un doloroso impacto con
y mujeres, el desenfreno es inevitable. la realidad cuando vio:
(Villalobos, 2001: p. 256)
ni un solo herido nuestro, solo cadáve-
Sobre las agresiones ocasionadas a las am- res, muchos de ellos, en particular jefes
bulancias aliadas por parte de algunas tropas y oficiales, con los rostros desfigurados,
de soldados chilenos, son los médicos y ciruja- partidos unos por la boca i otros por la
nos quienes a través de sus partes describen lo frente; algunos con balazos en los ojos,
sucedido aquel 26 de mayo de 1880 y los días que habían salido de sus órbitas; desnu-
posteriores. Al respecto, Pedro Bertonelli, ci- dos de su uniforme, i varios hasta de la
rujano mayor encargado del servicio sanitario ropa interior; en cuanto a los soldados,
de las ambulancias civiles de la Cruz Roja pe- sus bolsillos sacados a fuera (…) Hai
ruana apuntó que la mayor parte de los jefes de que notar que las heridas se hallaban
las ambulancias fueron obligados a retirarse, denegridas por los balazos a boca de
quedándose él firme en su puesto socorriendo jarro. (Ahumada Moreno t. III, 1884: p.
a los heridos y que tal vez por ello los soldados 331)
chilenos no asesinaron a todos los heridos que
tenían en la ambulancia, además afirmó que: Felipe S. Duran, jefe de la 4ª ambulancia
civil de la Cruz Roja peruana, denunció que a
Se robó mucho de nuestros materiales, las 8:00 p.m. se presentó en la ambulancia un
i que en una carpa de la 4ª ambulancia soldado chileno en estado de embriaguez del
se asesinó al coronel Luna i varios sol- Regimiento 2º de Carabineros a caballo, ame-
dados todos heridos, i a mí que quise nazando de muerte a los sanitarios que se le
contener tales barbaridades, se me hizo opusieron cuando deseaba “dar fin con todos
fuego, pero felizmente sin hacerme los cholos peruanos” y sable en mano arreme-
daño (…) se recojieron i curaron a los tió contra algunos heridos de gravedad. De
heridos; pero de los nuestros que que- suerte, como lo señala Duran, pudo salvar su
daron en el campo de batalla, pocos vida cuando al huir de la carpa se encontró
escaparon puesto que los asesinaron a con un oficial chileno y posteriormente un co-
todos. (Ahumada Moreno t. III, 1884: ronel del mismo ejército lamentó lo sucedido
p. 330) prometiendo que en adelante “el culpable sería
severamente castigado”. (Ahumada Moreno t.
Por su parte, Plácido Garrido Mendivil, III, 1884: p. 333)
jefe de la 2ª ambulancia civil de la Cruz Roja
peruana manifestó que el material sanitario Claudio R. Aliaga, jefe de la 1ª ambulancia
como botiquines, carpas, camillas, camas, civil de la Cruz Roja peruana señaló que sol-
cajas de hilas y vendas de dicha institución dados chilenos con fusil en mano penetraban
fue robado y destruido. No obstante, su per- en las carpas de las ambulancias, profiriendo
sonal recibió protección gracias a un oficial amenazas de muerte a su persona y a los de-
chileno que conocieron en San Francisco que más miembros de la ambulancia y heridos.
les dio dos soldados de custodia, no por ello Consigna además que los mencionados solda-
ajenos a los insultos de otros soldados chi- dos hubiesen consumado sus amenazas sino es
lenos. Señaló además, que cuando iban en por la oportuna aparición de algunos oficiales
busca de heridos aliados recibieron como chilenos que lo impidieron. Del mismo modo,
respuesta por parte de algunos soldados chi- relata que anteriormente los soldados chilenos
lenos, expresiones como: “ya no tienen, pues, “se afanaban por arrancar las banderas perua-
heridos” o “ya no encontrarán a ninguno he- nas que en ellas flameaban al lado de las de la
mos tenido orden de matar a todos”. Y estas Cruz Roja, como en efecto las arrancaron i se
las llevaron como trofeos de guerra, destruyen- se otros, como camillas, mandiles de socorro”
do los objetos que en ellas existían i llevándo- (Ahumada Moreno t. III, 1884: p. 333)
Figura 10. Óleo titulado “El repase” de Ramón Muñiz. Colección Particular
Figura 10. Óleo titulado “El repase” de Ramón Muñíz. Colección Particular.
Estas agresiones se reflejan en el diario de Según lo afirmado líneas anteriores, pode-
campaña del Cirujano Primero del Ejército mos puntualizar algunas vulneraciones de las
Chileno de Operaciones del Norte, Guillermo tropas chilenas hacia la neutralidad de las am-
Castro Espinoza Los(1986),
perjuicios antes
quien mencionados lo podemos
afirma: ver validados
bulancias en el
de la Cruz diario
Roja de campaña
peruana y boliviana,
además de los intentos de algunos oficiales por
del Cirujano Primero del Ejército Chileno de Operaciones del Norte, Guillermo Castro
En la parte que recorrí del campo de ba- evitar estos y lo vemos reflejado en los docu-
talla no había
Espinoza ni un
(1986), soloafirma:
quien enemigo heri- mentos escritos por médicos peruanos y boli-
do a todos los que ví estaban muertos. vianos antes citados.
En la parte que recorrí del
Después de declarar en derrota al ene- campo de batalla no había ni un solo enemigo herido a todos los
migo losquesoldados
ví estabannuestros
muertos. cazaban
Después de endeclarar enPorderrota al enemigo
ejemplo, los soldados
Samuel nuestros
Cárdenas, jefe de la
el bosque, al oeste
cazaban de la ciudad,
en el bosque, ciudad, a 3ª
al oeste dea lalos losAmbulancia
cholos y cuicosCivil
comode la Cruzo animales
a pájaros Roja peruana
cholos ysalvajes
cuicosferoces.
como(pág. a pájaros
27) o ani- relata que gran parte del material de su am-
males salvajes feroces. (p. 27) bulancia como colchones, frazadas y camillas
Incluso, un oficial chileno del regimiento para conducirlea relató
“Santiago” sus heridos fueron del
al subteniente tomados
Incluso, un oficial chileno del regimiento como combustible. Afirmando además que:
batallón
“Santiago” “Aconcagua”
le relató al subtenienteNo 1 del
Justo Abel Rosales, que durante la refriega del combate, no se
batallón
“Aconcagua” No 1 Justo Abel Rosales, que du- Llego a pasar por allí un soldado chileno
tuvo piedad con los enemigos y que:
rante la refriega del combate, no se tuvo pie- queriendo fusilarnos, i su intento se hu-
dad con los enemigos
Un soldado y que:
del 2do de Línea se preparaba para ultimar biera llevadodealacabo,
un soldado sino
Alianza, queesestaba
que de un
herido. Llega un oficial, no sé si del mismo cuerpo, y trata de impedir tal acto. El soldadosesehubie-
modo casual, pero oportuno,
Un soldado del 2do de Línea se prepara- ran presentado en la próxima boca-ca-
enoja y amenaza al oficial si no se retira, diciéndole que no dejará de matar a su enemigo. El
ba para ultimar un soldado de la Alian- lle dos oficiales también chilenos (…)
oficial se retira, y aquel mata al cholo. (Rosales, 1984: pág. 168)
za, que estaba herido. Llega un oficial, Al reconocer el material encontré las
no sé si del mismo cuerpo, y trata de cajas-botiquines i otras de diverso con-
impedir tal acto. El soldado se enoja y tenido, abiertas a balazos i saqueadas.
amenaza al oficial si no se retira, dicién- (Ahumada Moreno t. III, 1884: p. 335)
dole que no dejará de matar a su ene- 30
migo. El oficial se retira, y aquel mata al Finalmente, Zenon Dalence (1881), jefe de
cholo. (Rosales, 1984: p. 168) las ambulancias de la Cruz Roja boliviana, des-
glosa también la acusación de encontrar múl-
tiples cadáveres de soldados aliados con claros tores sociales, constituyendose por ello en una
signos de haber sido rematados luego de caer asignatura pendiente para la investigación.
heridos (Figura 10). Pero nos deja un relato Bajo estos preceptos se buscó mostrar la par-
que nos demuestra que también hubo gestos ticipación de los médicos, prácticantes y en-
de humanidad y caballerosidad de parte de la fermeros aliados durante la fatídica contienda
oficialidad chilena, como en el siguiente caso: bélica, resaltando que este enfoque no está cir-
cunscrito al límite estrictamente nacional, que
Se nos dio aviso de que muy cerca de a su vez impediría un análisis global de una
nuestro campamento había un herido guerra de carácter trinacional.
que requería nuestros cuidados; con-
currimos por él con una camilla: era el Por otro lado, tenemos que considerar
capitán Adolfo Vargas, del regimiento cómo la construcción del discurso nacional
Libres del Sur, que atravesado del pecho peruano, chileno y boliviano en torno al con-
por una bala, daba muy pocas esperan- flicto nos da una imagen simplificada de lo
zas de vida. Poco después llegó, traído que este fue en verdad y por ende de lo his-
en ancas por un jefe chileno de pequeña tórico, dejando las experiencias de los actores
estatura, barba cana y de anteojos, el te- reducidas a simples imágenes de lo que ellos
niente coronel Felipe Ravelo, herido en querían que fuera la representación imagina-
la pierna izquierda, con fractura de uno ria del combatiente en campaña. Además de
de sus huesos. Agradecimos al expre- presentar un discurso en el que prima una vi-
sado jefe su delicadez y procedimos a sión épica y romántica que se aleja de la emo-
acomodar a atender a nuestro valeroso tividad de los sujetos en campaña. Dicho de
herido. (pp. 15-16) otro modo, el discurso estatista no considera
que en la guerra los actos de matar lo cometen
Dalence, agradece del mismo modo, las sujetos históricos provistos de lenguaje, emo-
atenciones brindadas por jefes y oficiales ción y deseo.
chilenos, en especial con el coronel José Ve-
lásquez, Jefe del Estado Mayor chileno, quien Conclusiones
“agrego de su parte que si aún necesitáramos al-
gunos medicamentos podrían proporcionárnos- Podemos ver que tanto las ambulancias
los mandando nosotros a Arica un individuo de civiles de la Cruz Roja peruana como las am-
confianza que pudiera ponerse en contacto con bulancias militares de la Cruz Roja boliviana
sus buques bloqueadores.” (1881: p. 25) tuvieron una participación directa y humani-
taria en el traslado y curación de los heridos
Discusión caídos en batalla, sin distinción de nacionali-
dad y amparadas en el Convenio de Ginebra
La historiografía sobre la Guerra del Pací- de 1864 y 1868. Esto queda demostrado con
fico que enfrentó a Chile contra el Perú y Boli- los datos, debidamente, sustentados en esta
via entre los años 1879 y 1884 ha sido aborda- investigación.
da desde diversos enfoques y perspectivas. La
mayor parte relacionada a temáticas en torno Por otro lado, constatamos la vulneración
a lo político, económico, militar y en última al Convenio de Ginebra de 1864 y 1868, al cual
instancia lo social. En ese sentido, ciertamente los tres países contendientes estaban adscritos
sesgado, la narración histórica de la guerra de un año antes de desencadenados los hechos
1879 muestra un discurso oficialista que re- por parte de algunas tropas chilenas en per-
salta a los grandes personajes, principalmen- juicio de los médicos, cirujanos, practicantes y
te, militares en calidad de “héroes nacionales”, heridos que se encontraban en las ambulancias
dejando en un segundo plano y prácticamente peruanas y bolivianas durante el desarrollo de
invisibilizados a la participación de otros ac- la batalla del Alto de la Alianza. No obstante
incidimos en señalar que hubo también el in- Benavides, A. (1967). Seis años de vacaciones.
tento de oficiales y jefes chilenos por evitar la Recuerdos de la Guerra del Pacífico.
vulneración a las ambulancias aliadas. Chile contra Perú y Bolivia. 1879 –
1884. Buenos Aires – Santiago: Edito-
Uno de los aspectos menos estudiados en rial Francisco de Aguirre.
la guerra de 1879 es el aporte y accionar de
la sociedad civil peruana, chilena o boliviana Castagneto, P. (2015). Corresponsales en cam-
frente a esta. Creemos que este trabajo es un paña en la Guerra del Pacífico 1879-
aporte para que no se olvide la labor desple- 1881. Santiago, Chile: RIL Editores.
gada por aquellos mártires de la ciencia que
arriesgaron sus vidas en el campo de batalla Casanova, F. (2016). “La guerra imaginada”.
con la consigna de salvar vidas humanas. Identidades nacionales y representa-
ciones de la Batalla del “Campo de la
Alianza” y de la “Toma del morro” en
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