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INFANCIA

La infancia se define como término amplio aplicado a los seres humanos que se
encuentran en fases de desarrollo comprendidas entre el nacimiento y la
adolescencia o pubertad.
A LO LARGO DE LA HISTORIA ESTE CONCEPTO SE HA IDO
TRANSFORMANDO:
Philippe Ariès, medievalista e historiador francés, planteó en 1961, con la ayuda
de pinturas y otros registros, que antes del siglo XVII los niños fueron
representados como adultos en miniatura. A partir de las críticas al trabajo de
Ariès, los historiadores han aumentado el acervo documental que enriquece la
investigación de la niñez en tiempos remotos y que demuestran que la infancia
tuvo un carácter especial en las culturas occidentales desde la antigüedad, es
decir, contrario a la hipótesis de Ariès, los niños nunca fueron considerados como
adultos.
En el siglo XIX varios autores de reconocido prestigio, como Charles Dickens y
Karl Marx, denunciaron las condiciones de pobreza que estaban afectando a los
niños. El trabajo infantil fue gradualmente prohibido en Inglaterra a través de las
Actas Industriales de 1802-1878. Los victorianos conjugaron la función de la
familia con el de la santidad de la niñez y de forma vaga esta actitud ha
permanecido en las sociedades occidentales desde entonces.
En cada período histórico ha variado de forma considerable el ideal sobre la forma
adecuada de educar a los niños. Hasta el siglo XVII no se tuvo un concepto de la
infancia como tal, al menos como la entendemos hoy en día, con la importancia y
el respeto que merecen los niños.
Será en la Grecia clásica donde nace el concepto de educación liberal y el
desarrollo integral de la persona. Se defiende la necesidad de que los ciudadanos
varones sean escolarizados hasta la pubertad. Y reciban formación en materias
como la literatura, la filosofía y la ciencia.
En Roma, pierde relevancia la educación liberal y se presta mucha más atención a
la educación física y al deporte. La escolarización se divide en tres etapas:
– Ludus; de los 7 a los 12 años.
– Gramática; de los 12 a los 16.
– Retórica; a partir de los 16.
Hasta los doce años podemos encontrar escuelas mixtas, después niños y niñas
eran separaban por sexo. Sólo proseguían los estudios los varones de familias
acomodadas, y en contadas ocasiones alguna chica, siempre que contase con el
permiso paterno.

JONATHAN DE JESÚS HERNÁNDEZ DE LA CRUZ 6° “A”


En el Renacimiento resurgen muchas ideas clásicas sobre la educación infantil. El
niño no nace siendo bueno o malo, si no que todo lo que llegue a ser o hacer
dependerá de sus propias experiencias.
Posteriormente, en el siglo XVIII, destacan figuras importantes como Jean-
Jacques Rousseau (1712-1778). Su obra, Émile ou de l’education(1762), contiene
una serie de principios sobre cómo educar a los niños. Llegando a convertirse en
una lectura imprescindible para la alta sociedad francesa de la época. Entre sus
ideas más influyentes y conocidas podemos destacar que “los niños son buenos
por naturaleza”. De pedagogos y filósofos llegan ideas innovadoras: Froebel
(1782-1852) promueve la idea del ‘kindergarten’ o escuela preescolar, incide en la
importancia del juego infantil y destaca la continuidad educativa entre escuela-
hogar- comunidad, así como en la necesidad de interacción y contacto entre
padres e hijos.
Todavía en el siglo XIX no hay una concepción unificada de la infancia y la
educación. La influencia del pensamiento de Rousseau sigue presente en la
defensa de la ‘bondad natural’ de los niños, junto con la idea de una educación
permisiva.
En EEUU e Inglaterra será la tradición calvinista la más influyente en este aspecto.
A través de una educación autoritaria, incluso justificando el uso del castigo físico
y público: el niño debe ser reformado.
Resulta curioso que en lo que se refiere a la representación de la infancia en el
arte, en las efigies funerarias no aparece la figura del niño hasta el siglo XVI.
Según los historiadores, el arte medieval no “conocía” la infancia. Los pintores de
la época, tendían a representarla en forma de hombrecillos minúsculos sin ningún
parecido a los infantes, en lo que en rasgos se refiere. En este aspecto los griegos
son la excepción.
En el siglo XVII, aparecerán algunos pensadores preocupados por mejorar la
educación infantil. Criticando las prácticas pedagógicas tradicionales (ejemplo: la
escolástica). Sin embargo, la infancia no plena y explícitamente reconocida con
sus propias características y necesidades, es decir el niño como persona, con
derecho a la identidad personal, a la dignidad y a la libertad, no será reconocida
por primera vez hasta 1959. Con La Declaración de Los Derechos del Niño,
aunque no será de obligado cumplimiento hasta 1989.
Solo decir que la infancia es sin duda la mejor etapa de nuestra vida, una etapa en
la que todo nos sorprende, la ilusión es una constante y la magia parece estar
presente en todo lo que nos rodea.

JONATHAN DE JESÚS HERNÁNDEZ DE LA CRUZ 6° “A”

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