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La pareja

Llegamos a creer que cuando tengamos una relación de pareja en la que cada quien ponga su 50 %
habremos llegado a un equilibrio perfecto. Hay personas que desean fervientemente que su pareja
pusiera más de su parte y se atreven a decir que ellas han puesto el 100 %, lo cual no es cierto
porque al ser humano no se le da la perfección.

Una mejor actitud es que revises las diferentes áreas de la relación de la pareja, espiritual, social,
familiar, económica, sexual, etcétera. Tal vez te des cuenta que en algunos aspectos su pareja aporta
más que tú, casi siempre es así. Y aunque parezca increíble, cuando comparamos lo que hemos
puesto y lo que puso nuestra pareja para que la relación funcione llegamos a comprender que no
podemos decir que nosotros ponemos todo de nuestra parte y nuestra pareja no.

Entonces en lugar de pensar que no recibimos el amor suficiente podemos disfrutar aquel que nos
dan, el amos es un vino muy fino que viene en vasos rústicos, pero lo importante es beberlo y no
ponernos a ver la superficialidad sino la esencia. Dar y recibir el amor como podemos darlo y no en
forma perfeccionista.

Hay una historia preciosa acerca del cielo y del infierno. Una persona visitó el cielo y vio que había
comida en abundancia y las personas tenían unas cucharas muy grandes que median un metro y
medio solo con ellas podían tomar de la comida. Visitó después el infierno y se dio cuenta que había
comida en abundancia y que tenían unas cucharas grandes como de un metro y medio. Aquí podrías
para el relato y decir que me equivoque, pero no cielo e infierno eran iguales, la única diferencia
era que en el infierno las personas eran egoístas, individualistas y cuando querían comer con las
cucharas de un metro no podían hacerlo, la comida se les caía, era prácticamente imposible
llevárselos a la boca. Había por lo mismo enojo, tristeza, odio…

En cambio en el cielo, las personas eran generosas y cada quien tomaba su gigantesca cuchara y les
daba a otros de comer y había sonrisas, camaradería, felicidad.

Entonces la próxima vez que te vayas a quejar de tu pareja posrías preguntarte si no estarás siendo
individualista o egoísta.

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