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ENSAYO
Trabajo de la asignatura:
Literatura Colombiana
Profesor:
Rómulo Naranjo
UNIVERSIDAD DE MEDELLÍN
FACULTAD DE EDUCACIÓN
El hombre en los ires y venires de la vida, se valida como tal en la medida que
posee todas las facultades de que está dotado el espíritu humano, sin negarse
a la experiencia, ni al placer ni al dolor, puesto todo esto unido a un sueño o a
un pensamiento hacen grande el hecho de vivir.
“La vida es clara, undívaga y abierta como un mar…”
Canción de la vida profunda
La duda, plasmada en los versos de Barba, es tomada como una de las más
duras enfermedades de la existencia, pues al no encontrar respuesta a los
interrogantes, el alma se sume en la incertidumbre, cegando la tranquilidad.
“¿Quién sabe en la noche que incuba las formas
de adusto silencio cubiertas,
qué brazo nos mueve, qué estrella nos guía?”
Espíritu errante
Llevar en el alma algo de niño, es la ganancia que tiene la madurez del hombre,
que se hace difícil cuando al crecer se enfrenta a la incertidumbre de lo que
será.
“En mis siete dolores primarios se resume,
como en alejandrino paradigma
la escala de dolor que el mal asume”
Acuarimántima
Los niños son la virtud de habitar en un mundo comunicativo y elocuente, en
el que todas las cosas tienen significado, sujeto siempre a la alegría. La
infancia, siempre armónica tiene la capacidad de asombrarse ante la realidad;
la visión de una infancia llena de alegría, tranquilidad, emoción e ilusión, es la
que presenta el poeta en “Parábola del retorno”, donde el hombre une la
añoranza de la infancia, la nostalgia profunda de no poder regresar nunca a
ese mundo añorado, perdido con los años que sólo dejan los temores de los
que carece un niño.
“El agua de la acequia, brillante y fresca y pura,
no pasa alegre y gárrula cantando su cantar;
la acequia se ha borrado bajo la fronda oscura,
y el chorro, blanco y fúlgido, ni riela ni murmura…
Señor, ¿no os hace falta su música cordial?”
Parábola del retorno
Los elementos de la vida del poeta giran en torno a voces, libros y exceso de
palabras, que le hacen perder el contacto con lo esencial de la existencia.
“Ni voces que interrumpan la secreta
comunión de la vida;
ni libros imponentes
ni exceso de palabras”.
Virtud interior
Al igual que el mar, la naturaleza es relevante en Barba, pues con ella hay
solidaridad, compenetración y más que respeto, es considerada divinidad. La
naturaleza hace que el hombre vibre con la vida y asuma su destino.
“Toda inquietud es vana; la desazón soporta
-me está diciendo a voces mi amigo interior-
el minuto es florido, sonoro y halagüeño;
para entrar en el último sueño…”
Nocturno
“La tierra madre comparte materia y vida con el hombre y capacidad creadora
con la divinidad”, recibiendo de ésta el poeta su generosidad; visto de esta
manera, la tierra retribuye: el hombre se vierte en ella en su sepulcro – vida y
ella por esa fusión vierte en él sus virtudes. Pero, aunque la tierra sepulcral lo
devuelve a la vida, la idea de la muerte como si “levantáramos anclas para
jamás volver”, angustia la vida del pieta, situación que llena el alma de
incertidumbre al interrogarse si después de la muerte todo será polvo,
reduciendo incluso a los que fueron grandes.
“La muerte viene, todo será polvo:
polvo de Hidalgo, polvo de Bolívar,
polvo en la urna, y, rota ya la urna,
polvo en la ceguedad del aquilón”.
Balada de la loca alegría
En los poemas de Barba que tratan la muerte, la duda se presenta como una
enfermedad existencial por no encontrar respuesta ante el espectro de dicha
muerte, presentando la vida inútil, que aunque ama tanto, no le encuentra
sentido por ser doblegada por la muerte.
“Hermano mío, en el impulso errante,
nunca sabremos nada…”
La estrella de la tarde
Dios es la luz que le permite salir de las tinieblas rodeadas de dudas, aunque a
veces blasfeme de ese Dios que no lo oye; pero que aún así, reconoce.
“Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar;
el alma gime entonces bajo el dolor del mundo
y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar”.
Canción de la vida profunda
BIBLIOGRAFÍA
BARBA JACOB, Porfirio. Poemas Selectos. Colombia. Ed. Printer, 1983, 243 p.