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Según (Díaz, y otros, 2014), la epilepsia es una enfermedad crónica del sistema nervioso
que se caracteriza por la presencia de crisis epilépticas, siguiendo también a la definición
de (Aguilar, y otros, 2010) la cual indica que la epilepsia es una alteración del cerebro
caracterizada por una predisposición duradera para generar crisis epilépticas y por sus
consecuencias neurocognitivas, psicológicas y sociales. La definición de epilepsia
requiere la aparición de, al menos, una crisis epiléptica, la cual según (Aguilar, y otros,
2010), es la presencia transitoria de síntomas y/o signos debidos a una actividad anormal
excesiva y sincrónica del cerebro. Sin embargo (Fuertes, López, & Gil, s.f.), amplían esta
definición como la manifestación clínica, ya sea motora, sensitiva, sensorial, psíquica u
otras, secundaria a una descarga anormal, sincronizada y excesiva de neuronas corticales;
suele tratarse de episodios bruscos, breves, paroxísticos y autolimitados.
Síntomas de la Epilepsia
Siguiendo a (Díaz, y otros, 2014), el síntoma principal de la epilepsia son las llamadas
crisis epilépticas dentro de las cuales distinguimos:
1. Las crisis focales que se inician en una región determinada del cerebro y la
manifestación clínica es consecuencia de la disfunción de ese área determinada; las
descargas focales se pueden quedar localizadas o bien propagarse a otras áreas cerebrales
contiguas.
3. Los espasmos son un tipo de crisis que no se puede encuadrar en ninguno de los dos
grupos (focales o generalizadas) porque no queda claro su origen. Son crisis epilépticas
que consisten en una flexión, extensión o mezcla de flexo-extensión repentina que suele
afectar a la musculatura de los brazos y el tronco, como si fuera un “abrazo”. Suelen
repetirse, no suelen ser aisladas. Tras algunos tipos de crisis (principalmente las focales
complejas y generalizadas) el paciente puede quedar en estado postcrítico, que es el
periodo de tiempo en el que el paciente queda somnoliento o confuso durante un tiempo
más o menos prolongado (minutos a horas) después de la crisis. A veces puede
acompañarse también de otros síntomas transitorios como un déficit motor (parálisis de
extremidades), alteraciones del lenguaje o incluso de síntomas de tipo psiquiátrico como
agitación, depresión, síntomas psicóticos, etc.
La (Epilepsy Fundation, s.f.), indica que existen varios tipos de ataques y todos son
diferentes, por lo tanto el tipo de ataque que necesita primeros auxilios es en la que la
persona se cae, queda rígida y se sacude por un corto tiempo. Su respiración puede ser
tenue y hasta detenerse brevemente. Después, las sacudidas y convulsiones van
disminuyendo y desaparecen en uno o dos minutos. La respiración comienza nuevamente
y vuelve poco a poco a la normalidad. Estos ataques pueden conocerse con diversos
nombres: ataques convulsivos, convulsiones de tipo gran ma1 o el nombre que usan los
médicos: convulsiones tonico-clónicas generalizadas. Usted no necesita hacer demasiado
cuando los ataques duran un corto tiempo y no hay otras lesiones o problemas médicos.
Sólo debe seguir las medidas comunes de primeros auxilios.
Lo que se debe hacer:
• Póngale algo plano y blando debajo de la cabeza; afloje cualquier cosa que le
apriete el cuello.
• No la sujete.
• No trate de darle medicinas ni nada para beber hasta que esté totalmente despierta
y consciente.
Se debe llamar si
• La persona tiene dificultad para respirar, parece estar lesionada o tener dolor.
ASMA
El asma es una enfermedad crónica que según (American Thoracic Society , 2013) afecta
las vías aéreas de los pulmones. Las vías aéreas son las vías respiratorias que llevan el
aire hacia adentro y hacia afuera de sus pulmones. Cuando una persona tiene asma, las
vías aéreas se inflaman. Siguiendo a la (GLOBAL INITIATIVE FOR ASTHMA , 2016),
esa inflamación hace que las vías aéreas generen unas secreciones pegajosas denominadas
mucosidad. El asma también hace que los músculos dentro y alrededor de sus vías aéreas
se endurezcan o estrechen demasiado. Esta inflamación, mucosidad y músculos
endurecidos pueden hacer que las vías aéreas se estrechen más de lo normal y sea muy
difícil para usted llevar el aire dentro y fuera de sus pulmones. (Callén & Mora, 2017),
aportan con información más completa afirmando así que el asma es una enfermedad
respiratoria crónica definida por la Iniciativa Global para el Asma (GINA) como una
inflamación crónica de las vías aéreas en la que desempeñan un papel destacado
determinadas células y mediadores celulares. Esta inflamación crónica se asocia con un
aumento en la hiperreactividad de las vías aéreas que conduce a episodios recurrentes de
sibilancias, disnea, opresión torácica y tos, particularmente durante la noche o la
madrugada.
El asma como enfermedad crónica se puede heredar o transmitir de padres a hijos a través
de los genes, (Callén & Mora, 2017), también señalan que se puede adquirir el asma a
pesar que no haya casos de asma en la familia. Las vías aéreas se pueden irritar y
endurecer muy fácilmente a raíz de una variedad de elementos denominados
“disparadores”. Algunos ejemplos de “disparadores” según (American Thoracic Society
, 2013) son:
Alergias: Si alguien tiene alergias, es probable que pueda contraer asma, generalmente
se da en los niños, sin embargo puede ocurrir también en los adultos.
Los alergénicos mencionados suelen causar estornudos, sibilancia, picazón en los ojos y
moqueo nasal. Si los pulmones están muy irritados, los alergénicos pueden causar un
ataque de asma.
Existen también sustancias irritantes que ayudan al que el asma, tome lugar en el ser
humano estos son:
Los síntomas serios a tomar en cuenta del asma según la (Health Services Agency, 2018),
son hablar con dificultad, músculos del cuello torcidos, respirar con dificultad, miedo,
caminar con dificultad, medidor de flujo en zona roja. Por lo tanto las medidas a tomar
según (Garibay, Peláez, Cano, & Montoya, 2006) son:
• Tranquilizar a la persona.
• Llamar inmediatamente a 911 si los labios y/o las uñas están azules.
Bibliografía
Aguilar, Álvarez, Bargalló, Becerra, Blanco, Campos, . . . Viteri. (2010). Guías diagnósticas y
terapéuticas de la Sociedad Española de Neurología 2012. 1. Guía oficial de práctica
clínica en epilepsia. España: LUZÁN 5, S. A.
Callén, M., & Mora, I. (2017). Manejo integral del asma. Madrid: Lúa Ediciones.
Díaz, E., Gonzáles, B., Rosa, G., Losada, R., Rodrígo, M., Serratosa, J. M., & Soto, V. (2014).
AFRONTANDO LA EPILEPSIA. Madrid: Enfoque Editorial S.C.
Fuertes, B., López, R., & Gil, P. (s.f.). EPILEPSIA. España: Sociedad Española de Geriatría y
Gerontología.
Garibay, C., Peláez, I., Cano, A., & Montoya, J. (2006). Manual de Primeros Auxilios Básicos .
México: Comité Logístico Permanente de Protección Civil y Seguridad.