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LA

PROVISIÓN DE DIOS PARA SU VIDA. (3 parte).


jueves, 15 de septiembre de 2016 7:51 p.m.

LA PROSPERIDAD ES INTEGRAL.
El propósito de Dios es la prosperidad de sus hijos, no sólo en el aspecto espiritual, sino
también en lo físico y material. 3 Juan v.2 dice: "Amado, yo deseo que tú seas
prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma". En el
marco Bíblico encontramos que el Señor, cuando envió a sus discípulos la primera vez,
les mando que no tomaran ninguna provisión, que todas las encontrarían en el camino.
La segunda vez que los envió les mando que tomarán toda clase de provisiones para
que no tuvieran necesidad de nada. Hay un tiempo cuando dependemos totalmente del
Señor, pero no nos falta nada, y hay momentos donde nosotros mismo buscamos la
provisión y tampoco nos falta nada.

1.- CONFÍE EN LA FUENTE CORRECTA.


El pastor César cuenta: como dije antes, hace algunos años pase por una situación
económica muy difícil, retrasándome en diferentes obligaciones. En medio de mi
necesidad , busque ayuda en mi familia, luego en mis amigos, hasta que ya no tenía a
quien más acudir. Me esforcé en trabajar más duro, me levantaba bien temprano,
llegaba tarde en la noche, extenuado y sin ver ningún resultado. No entendía lo que
estaba pasando, pues siempre he procurado vivir en obediencia a la palabra de Dios.
Esto me llevó a buscar intensamente a Dios, en oración le dije: "Dios, necesito una
repuesta a mi necesidad, y tú tiene la respuesta". Estando en esa oración, Dios me
respondió. Me hizo recordar que ocho meses atras, cuando me iba bien en los negocios,
recibí mi sueldo, y por insinuación de un amigo lo invertí en otro negocio, incluyendo el
dinero del diezmo del Señor. Lo vi tan facil, porque en tan sólo quince días habría
ganado el dinero invertido y mucho más (pensando que el diezmo que daría sería
mucho mayor).
El caso es que jamás volví a ver ese dinero, perdí la bendición porque todo eso sucede
en el mundo espiritual. Cuando una persona diezma y ofrenda para Dios, esto tiene una
trascendencia espiritual. Dios activa los Ángeles y hace que esa semilla que la persona
está dando se multiplique, reproduzca y fructifique. Cuando la persona no es fiel con
sus diezmos, inmediatamente los Ángeles quedan atados, no pueden trabajar a
nuestro favor, y viene el devorador, quien se encarga de quitarte tus finanzas.
Cuando se le falla al Señor en el diezmo, se abre una puerta al enemigo, y el devorador
entra a robar a sus finanzas.

2.- LOS DIEZMOS SON SOLO DEL SEÑOR.


El Señor me hizo ver en aquel entonces que yo había obrado mal, y comprendí que no
podía disponer de su dinero a mi propio parecer. Si usted tiene que pagar sus
impuestos, y de pronto se le presenta una oportunidad y invierte ese dinero destinado
a pagar los impuestos ¿será que el gobierno lo justificara? De ninguna manera. Otros
pueden ver una familia muy necesitada y decir: Este dinero para pagar los impuestos no
le hace falta al gobierno, este tiene dinero de sobra, a la verdad no sé qué hacen con el
dinero de los impuestos. Daré este dinero a esta familia necesitada y cuando tenga que
rendir mi declaración de impuestos simplemente diré que hice una buena obra con ese
dinero. ¿Tendrá validez este acto delante del gobierno? Así como no podemos robarle
al gobierno, tampoco podemos robarle al Señor. Sea generoso con el dinero suyo, pero
no con el dinero que es de Dios, pues el diezmo es para engrandecer la obra de Dios.
El disponer del diezmo de una manera incorrecta trae juicio y maldicion, pues ese
dinero queda contaminado con el pecado de robo y vienen las fuerzas del mal a atacar
estratégicamente tanto su vida como la de su familia.
Malaquias 3:8-9 nos enseña: "Traed todos los diezmos al alfoli" (mandamiento). ¿Cuál
es el alfoli? La iglesia, pues es la que administra que haya alimento en la casa de Dios.
No conozco ninguna entidad religiosa ni secular que pueda crecer sin finanzas. Dios,
para prosperar a su iglesia, utiliza a los hombres que creen en El. Si hay algo en lo que
El es celoso, es lo relacionado con su obra, razón por la cual nos lanza un reto: nos
desafía a que seamos fieles diezmadores y de este modo lo prueben, a ver " si no les
abriré las ventanas de los cielos, y derramare sobre vosotros bendición hasta que
sobreabunde" (Malaquias 3:10).
Cuando él Señor me hizo ver que había fallado en los diezmos, hice una oración de
confesión. La confesión es posterior al arrepentimiento, uno debe arrepentirse de su
pecado, confesarlo y renunciar a él para alcanzar misericordia. Luego me llevó a entrar
en pacto con El,y me comprometí en las tres áreas siguientes:
• Fidelidad en el diez por ciento. Me comprometí a ser fiel con el diezmo y también
a dar un diez por ciento más , un total del veinte por ciento. Hay una gran
prosperidad cuando se es fiel al Señor "porque El té da el poder para hacer las
riquezas, a fin de confirmar su pacto que juro a tus padre, como en este día"
(Deuteronomio 8:18).
• Reconocer a Dios como la única fuente de mi provisión. Le dije: "De todo lo que
tú me des, jamás daré la gloria a mis habilidades, capacidades o talentos. Toda la
gloria será única y exclusivamente para ti". Procure tener bienes, pero que ellos
engrandezcan la obra de Dios.
• Ser un buen administrador de lo que El me ha dado. Ore a Jesus diciendo: "De
todo lo que obtenga tú serás el dueño, y en el momento que me pidas algo, te lo
daré, porque todo te pertenece". Cuando me levante de mis rodilla sentí en mi
espíritu que ya era un hombre próspero. La provisión que Dios da es abundante,
pues El es un Dios de abundancia, y El quiere revelarla a su pueblo para que cada
uno de sus hijos entre en la dimensión de la prosperidad.
Dios ha preparado una bendición para cada uno de sus hijos que va más allá de lo
natural, pues aún no ha llegado ni a la vista, ni al oído, ni ha subido al
pensamiento, sino que está en el corazón de Dios (1 Corintios 2:9-10). Puedes
caminar en prosperidad si eres capaz de creerle a Dios y a su palabra, ya eres
próspero, pues has entrado en la dimensión de la prosperidad . Salomón dijo: " la
bendición de Jehova es la que enriquece y no añade tristeza con ella" (Proverbios
10:22).

Algo que he aprendido es que Dios tiene más para darnos de lo que nosotros le
pedimos. Por eso debemos ser específicos en nuestra oraciones y no debe darnos
temor pedirle. Haga una lista de sus necesidades y como esposos, únanse en oración,
presentándolas delante de Dios a diario creyendo que El siempre responde cada una de
las peticiones que le hagamos. Dios se deleita cuando humildemente acudimos a El para
decirle que necesitamos su ayuda.

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