La edad media se desarrolló desde el siglo V hasta el XV.
Su ubicación histórica data del siglo V desde la caída de Constantinopla en poder de los turcos hasta el descubrimiento de América. Se caracteriza por tratar de establecer las diferencias entre el ser terrenal y el ser celestial. También expone la doctrina de lo trascendente y la prueba de la existencia de Dios. Los temas centrales de la metafísica medieval son la diferencia entre el ser terrenal y el ser celestial (analogía entis), la doctrina de los trascendentales y las pruebas de la existencia de Dios. Dios es el fundamento absoluto del mundo, del cual no se puede dudar. Se discute si Dios ha creado el mundo de la nada (creación ex nihilo) y si es posible acceder a su conocimiento a través de la razón o sólo a través de la fe. SAN AGUSTÍN Afirma que Dios es la verdad, por lo tanto creador de todo lo existente, sostiene además que el hombre es propiamente alma. Desde San Agustín, se entiende la metafísica como una subjetividad; en donde la conciencia juega un rol importante para conocer y proclamar al ser supremo y divino en donde, además, se entrelaza la verdad de toda una realidad. Así pues, en definición desde San Agustín, la metafísica navega por todos los componentes internos del ser humano; como su espíritu y desde ella, se pretende demostrar que solo alguien superior al hombre puede brindar esa virtud inteligible a este, para que pueda desarrollarse plenamente, en donde Dios resulta ser la gran ley y el máximo bien. SANTO TOMÁS DE AQUINO En la Edad Media la metafísica es considerada la «reina de las ciencias» (Tomás de Aquino). Se proponen la tarea de conciliar la tradición de la filosofía antigua con la doctrina religiosa (musulmana, cristiana o judía). Con base en el neoplatonismo tardío la metafísica medieval se propone reconocer el «verdadero ser» y a Dios a partir de la razón pura. En cuanto a Tomás de Aquino, se puede decir, que este acepta fundamentos aristotélicos y agustinianos sobre la metafísica, en donde considera que esta; se encuentra en un espacio real entorno a la filosofía y la organización de las cosas. Además, nos dice, que el ser como tal con sus pertenencias y cualidades; provee el destino hacia la esencia absoluta y trascendente, por lo tanto, también aprueba la reflexión sobre la existencia. También este, rescata desde el ser las comprensiones de acto y potencia; previstas en el pensamiento aristotélico y por otro lado, interioriza dentro de una ley de casualidad y en general su metafísica es plenamente sustancial. LA METAFISICA EN LA EDAD MODERNA: Su ubicación histórica va desde el siglo XVI hasta el XVIII. Como hecho histórico se destaca el renacimiento y la reforma protestante. La tradición moderna ha dividido a la metafísica en: metafísica general u ontología, ciencia del ente en tanto ente, y metafísica especial, que se divide en tres ramas: Filosofía de la naturaleza, también llamada cosmología racional o simplemente cosmología. Filosofía del hombre, también llamada psicología metafísica, psicología filosófica, psicología racional, antropología metafísica o antropología filosófica. Teología natural, también llamada teodicea o teología racional. Esta clasificación, que fue propuesta entre otros por Christian Wolff, ha sido posteriormente discutida, pero sigue siendo considerada canónica. Kant Nació en 1724 y falleció en 1804 Kant se propuso fundamentar una metafísica «que pueda presentarse como ciencia». Para ello examinó primero la posibilidad misma de la metafísica. Para Kant las cuestiones últimas y las estructuras generales de la realidad están ligadas a la pregunta por el sujeto. A partir de este presupuesto dedujo que hay que estudiar y juzgar aquello que puede ser conocido por nosotros. A través de su criticismo se diferenció explícitamente de las posiciones filosóficas que tienen como objeto la pregunta sobre qué es el conocimiento. Intentó entonces llevar a cabo un análisis detallado de la facultad humana de conocer, es decir, un examen crítico de la razón pura, de la razón desvinculada de lo sensible (Crítica de la razón pura, 1781-1787). Para ello es decisivo el presupuesto epistemológico de Kant de que al ser humano la realidad no se le presenta tal como es realmente (en sí), sino tal como se le aparece debido a la estructura específica de su facultad de conocimiento. Immanuel Kant su esfuerzo se centra en demostrar la imposibilidad del conocimiento metafísico por las solas fuerzas de la “razón pura” aseverando que las verdades supremas como la existencia de dios y la inmortalidad del alma, son imperados por “la razón práctica”, es decir la voluntad. “Todo nuestro conocimiento comienza por los sentidos, pasa de éstos al entendimiento y termina en la razón. No hay en nosotros nada superior a ésta para elaborar la materia de la intuición y someterla a la suprema unidad de pensar”. Hegel Nació en 1770 y falleció en 1831 Hegel, representante principal del idealismo absoluto Hegel, es un pensador dentro del idealismo alemán, quien desenvuelve una metafísica entorno al espíritu, o más bien dicho; en cuanto a la concepción de espiritualidad, en donde las proporciones del conocimiento se ligan dentro de un marco epistemológico. Dos movimientos importantes en esta época son el renacimiento y el humanismo, el primero incorpora la razón; alejando las tendencias opresoras como la religión y el segundo toma al hombre como el centro de todo. En tal distinción la metafísica, en esta época se ve envuelta entre la aceptación y el rechazo, sin embargo, a pesar de todas las expresiones; se estructura una metafísica netamente potencial, para que incursione en las realidades distintivas y sea favorable en la adaptación que se haga de esta misma; tras la libertad del pensamiento existente en esta edad. Hegel sostiene que de una identidad pura y absoluta no puede surgir o entenderse una diferencia (esa identidad sería como «la noche, en la que todas las vacas son negras»): no explicaría la realidad en toda su diversidad. Por eso «la identidad de lo absoluto» debe entenderse como que está desde su origen ya que contiene en sí la posibilidad y la necesidad de una diferenciación. Esto implica que lo absoluto se realiza en su identidad por el plasmado y la superación de momentos no idénticos, esto es, la identidad dialéctica. A partir de este planteamiento Hegel desarrolla la Ciencia de la lógica considerado, tal vez, como el último gran sistema de la metafísica occidental.