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Transoxiana 2 - Junio 2001

La enfermedad y la farmacopea en
Mesopotamia
Lic. Noemí Sierra
Contenidos

 Introducción
 Reseña histórica
 El medio ambiente
 Concepciones religiosas
 La enfermedad
 La patología del pueblo mesopotámico
 Magia y medicina
 Médicos
 Relación médico-paciente
 Instrumentos médicos
 Farmacopea
 Funciones de algunos órganos
 Conclusión
 Bibliografía

Introducción

En la evolución histórica del concepto de enfermedad la pregunta sobre su naturaleza se ha


hecho probablemente desde los inicios de la vida humana.

En Mesopotamia, aproximadamente a mediados del 4° milenio a. C., época donde se produce


la revolución urbana y aparece la escritura, se concebía la enfermedad como proceso natural,
aunque paralelamente se le atribuían motivos mágico-religiosos, que eran los que
predominaban.

La revolución científica y filosófica en Grecia durante el siglo VI a.C. tenía, entre sus
antecedentes, no sólo los mitos, cosmogonías e ideas precientíficas de sus predecesores
griegos, sino también los conceptos y la experiencia práctica acumulada en más de 2000 años
de civilización mesopotámica y egipcia, especialmente de ésta última en lo que concierne a
medicina, en la que la transmisión de los conceptos se operó en forma sistemática. Esto se
entiende si se tiene en cuenta que los médicos egipcios tenían un gran prestigio en el mundo
antiguo.

Algunos de sus aportes fueron, por ej., un Tratado de Anatomía y Fisiología que figura en el
Papiro de Ebers, donde se menciona la "teoría de los vasos" (Jean Yoyotte), una técnica
mística de curación basada en el ayuno (incubación) (Baines y Malek), plegarias, aislamiento,
sueños y hasta algunas drogas; también exhibe buena parte del conocimiento botánico y algo
importante como el "concepto natural de enfermedad", que representa la cumbre de la
corriente médica empírico-racional de los egipcios.

No era una escuela de pensamiento que se oponía a los conceptos mágico-religiosos, ya que
no descartaba ninguno de los otros métodos. Era común que un solo individuo interviniera en
dos métodos simultáneamente.

En Mesopotamia, las interpretaciones de los fenómenos biológicos complejos no fueron más


que suposiciones basadas en observaciones muy sagaces. El problema principal que impidió a
los hombres de ese lugar avanzar en ciencias naturales y en medicina con el ritmo acelerado
que lo hicieron en otros aspectos de las ciencias fue la ausencia casi completa del método
experimental.

Entre los diferentes miembros de las sociedades más primitivas siempre ha habido médicos, o
sus equivalentes, pero los beneficios que les han procurado a los enfermos dependieron de
observaciones empíricas y de los extraordinarios poderes de recuperación del organismo
humano

Reseña histórica

La procedencia del pueblo sumerio se pierde en los tiempos, y aunque se postularon diversas
teorias sobre sus orígenes, no hay hasta ahora elementos suficientes que permitan conocerla.
Los primeros asentamientos humanos en Mesopotamia se remontan a unos cien mil años y se
encontraron vestigios de ellos en las laderas de las montañas del norte de Irak.

Durante el primer período de aproximadamente 6000 años estos pobladores vivían aislados
formando pequeños grupos concentrados en campamentos o cavernas, fabricando
rudimentarios utensilios de madera o hueso con los que, probablemente, cazaban.

Entre los años 5000 a 4500 a.C. (datación que se realizó en excavaciones usando el método
del carbono 14), aparecieron los primeros poblados compuestos de chozas de barro y zarzo
(Woolley 21, p.3), comenzando los incipientes progresos que tenían que ver con la desecación
de la región baja, cercana al Golfo Pérsico, y que les permitía mayores posibilidades de
asentamiento. Comienzan a cultivar el suelo, a domesticar animales, trabajan el metal (cobre)
y se organizan en sociedades, al mismo tiempo que comienza el proceso edilicio (templos y
edificios públicos). En el aspecto artístico es interesante mencionar el estilo de las formas y la
delicada cerámica pintada. Esta cultura alcanza su apogeo en la época de El Obeid, hacia el
final del 5° milenio a. C.

Se sabe que se asentaron en tres oleadas sucesivas: la primera corresponde al período de


Ubaid, alrededor del 4000 a.C.; la segunda correspondiente al Período Uruk, durante el 3500
y 3100 a.C.; y la tercera correspondiente al Período Djemdet Nasr, durante los años 3100 al
2900 a.C. aproximadamente. En las dos últimas épocas se produce la revolución urbana. Se
incrementan las construcciones y las riquezas, y aparece la escritura.

Es interesante destacar la unidad cultural de estos pueblos en el transcurso de las tres oleadas,
lo que hace pensar que se trataría de un solo pueblo con una misma lengua, religión y cultura.
La población se distribuyó en pequeñas ciudades-estado, agrupadas en torno a una ciudad
capital fortificada y rodeada de murallas. En su centro se encontraba el palacio, morada del
soberano terrestre que gobernaba y representaba a la divinidad. El templo y el palacio
albergaban también a las escuelas, y a su alrededor se establecían las casas, los comercios,
depósitos y graneros.

No faltaron en éste período los conflictos por la hegemonía entre las ciudades-estado. Al final
de estas rivalidades, todo el país de Sumer se hallaba sujeto al gobierno de un monarca único:
Lugalzaggisi. Pero los que establecieron el primer Imperio fueron, en realidad, los Semitas,
quienes se fueron infiltrando entre el pueblo sumerio, especialmente en el país de Akkad.

Hacia el año 2300 a.C., Sargón de Agadé tomó el poder de Sumer y otras ciudades y se inició
un nuevo período llamado de Akkad o de Agadé que duró más de dos siglos, constituyendo el
Primer Imperio semita mesopotámico.

El Medio ambiente

Uno de los factores que desempeñan un papel importante en el carácter de una civilización es
el medio ambiente. Para el hombre mesopotámico el cosmos tenía una periodicidad, una
regularidad marcada por la sucesión de las estaciones, el curso del sol, de la luna, la ubicación
de las estrellas, etc. Pero el espacio geográfico presentaba elementos fuertes y violentos. Los
dos ríos, el Tigris y el Éufrates tenían características imprevisibles, ya que podían destruir
diques y arrasar cosechas enteras. Los fuertes vientos sofocaban a los hombres y las
torrenciales lluvias convertían el suelo firme en una tierra donde el lodo impedía moverse
naturalmente. De esto se puede deducir que el hombre se sentía insignificante ante la
naturaleza imponente y poderosa y no intentaba siquiera oponerse a sus fuerzas.

El hombre se dio cuenta de sus pocas posibilidades. Consideró al orden universal como una
integración de voluntades cósmicas individuales, semejantes al Estado (Jacobsen 6, pp. 267-
270). La lucha contra las fuerzas de la naturaleza era constante e implacable, de manera que
necesitó desarrollar al máximo su poder de creatividad para poder sobrevivir. Pero a pesar de
estas condiciones del clima y del suelo tenían la posibilidad de utilizar para el cultivo un suelo
arcilloso, cruzado por ríos que pronto canalizaron para la utilización del agua.

Concepciones religiosas

Los Sumerios llegaron a Mesopotamia con un sistema religioso perfectamente conformado y


que no modificó sus puntos esenciales. El lenguaje religioso era esencialmente mítico y tenía
diversas concepciones respecto de las cosmologías y la teogonía. Fue desde el principio
politeísta, no pudiendo demostrarse en ninguna época tendencias monoteístas. Aceptaban
divinidades celestiales y también infernales. El hombre era por naturaleza religioso, y por lo
tanto sentía a los dioses muy próximos a él, manteniendo un permanente contacto a través de
los cultos a las imágenes estatuarias.
En cuanto a la actitud del hombre frente a lo que lo rodeaba, consideraban que cada fenómeno
natural se personificaba en diferentes grados y que cada uno de ellos tenía una personalidad
definida, es decir, era algo vivo, aunque tenían plena conciencia de la diferencia entre las
cosas y los seres y la magnitud de sus poderes. El mal y el sufrimiento eran aceptados como
una realidad y oraban pidiendo piedad a sus dioses.

En el texto de Mircea Eliade "El Mito del Eterno Retorno" hay un interesante capítulo que
habla de las "desdichas" y de la "normalidad"del sufrimiento en el hombre arcaico, y hace
una interesante pregunta: Cómo sufría los padecimientos, las calamidades que le tocaban vivir
a cada individuo? Pero vivir en el sentido real, no ya con la mentalidad mítica, la de los
arquetipos, donde a través de ritos y ceremonias periódicas conseguía anular el Tiempo,
aunque no por eso dejaba de ser consciente de los ritmos cósmicos. Lo cierto es que su
"padecimiento" tenía un sentido, respondía a un orden cuyo valor no era discutido Ante la
enfermedad o ante un desastre natural, sabía que esas circunstancias no eran producto del
azar, sino más bien consecuencias sobrenaturales para las cuales el sacerdote, el exorcista o el
mago disponía de los elementos necesarios para combatirlas.

La Enfermedad

En Mesopotamia prevaleció la idea de la introducción de un espíritu como causa de muchas


enfermedades. Tal es así, que de acuerdo al lugar donde aparecía la enfermedad, le
correspondía un espíritu diferente. Esto parecería una clasificación, una especialización como
las que existían entre los egipcios, ya que distintos médicos trataban la enfermedad según el
órgano o la zona enferma (Baines y Malek). Para liberarse de estos malos espíritus o
demonios (Utukku, L. 577) era necesario practicar toda clase de exorcismos, pronunciando
fórmulas que era necesario llevar a cabo y que consistían en purificaciones, sacrificios y
penitencias. Al respecto, es interesante citar como ejemplo, una plegaria extraída del libro de
Ruy Pérez Tamayo, "El concepto de enfermedad":

"El hombre de Ea soy yo / El Mensajero de Marduk soy yo / El gran dios Ea me ha enviado


para revivir a este enfermo / Él ha agregado su magia pura a la mía / ... / Él ha agregado su
plegaria pura a la mía / El destructor de los miembros / que se encuentra dentro del cuerpo
de este enfermo / Tiene el poder de destruirlo / Pero por la palabra mágica de Ea (Enki) /
debe salir de su cuerpo y huir ya".

A las fórmulas de este tipo se agregaban estatuillas de monstruos en la habitación del enfermo
de manera que el espíritu que lo habitaba se asustara y huyera, dejando al enfermo en un
proceso de convalecencia.

Para el hombre mesopotámico, impregnado de ideas religiosas y mágicas, la enfermedad era


una más de las numerosas desdichas que afectaban a los hombres y que aceptaban como una
especie de "lógica de la desgracia" que provenía del exterior (KU 4-RA, "entrar" y
"enfermedad"). Por lo tanto era lógico que fuera asociada con dioses y demonios.

En la tablilla VIII del Poema Babilonio "Gilgamesh o la angustia por la Muerte" Gilgamesh
se dirige a los Ancianos llorando por la muerte de su amigo Enkidu y dice que "un demonio
maligno surgió y me lo arrebató". Es probable que se refiera a un "demonio", entendido como
metáfora de la enfermedad que acabó con Enkidu.
En épocas muy primitivas, los demonios atacaban caprichosamente al individuo, pero más
adelante se trató de encontrar en el propio individuo, la explicación de esta posesión, que
ocurría en un determinado hombre y no en otro. Aquí se buscaría algo que justificara la
entrada en el cuerpo, y se la atribuía a una falta, un error cometido por el paciente en su vida
diaria y que daba lugar al castigo. Se hacía la lectura del fenómeno diciendo: "ya que hay
enfermedad, ha habido falta". Y ésta era la labor del médico, averiguar cuál había sido la falta
para tomar las medidas necesarias. Este tema se encuentra en el "Tratado acádico de
diagnósticos y pronósticos médicos" en el que se puede encontrar un verdadero diagnóstico de
la falta, la cual explicaría los síntomas del paciente: por ej. "él ha pisado aguas sucias"o "él ha
blasfemado", etc. Otro tipo de diagnóstico sería "la mano de Samas" (el sol), que indicaría que
esa divinidad ocasionó la enfermedad, pero esto no permite saber a que tipo de mal
correspondía, ya que aparece en distintas afecciones.

Si actualmente hiciéramos la pregunta "a qué enfermedad corresponde tal síntoma", en el


caso de Mesopotamia la pregunta sería " por qué tal síntoma es atribuido a tal dios?".
Seguramente habría una relación entre las características del dios y las distintas
sintomatologías.

La patología del pueblo mesopotámico

La descripción de la enfermedad es de tipo sintomático y se agrupan en relación al órgano que


está enfermo. En la cabeza es frecuente la caída del cabello y la sarna. Son frecuentes las
enfermedades de los órganos de los sentidos, la ceguera, el dolor de oídos, inflamaciones de
los dientes, enfermedades del aparato respiratorio, opresión torácica. Se describe el estómago
que quema o que tiene fuego, cólicos, etc. También se habla de las patologías de los órganos
sexuales y urinarios y se describen parálisis, fracturas, amputaciones y afecciones que se
interpretan como de tipo reumático.

El prestigioso Médico Forense, Dr. Julio César Pangas, ha publicado varios artículos sobre el
tema de la enfermedad en Mesopotamia en "Aula Orientalis", Separata. Bajo el título de
"Apuntes para una historia de la Medicina Legal: La Antigua Mesopotamia", reflexiona
sobre el desconocimiento que se tiene de la medicina mesopotámica en general, a diferencia
del conocimiento que se tiene de otras culturas antiguas como la China, la Egipcia, la Griega,
etc., y atribuye esto a que los estudios babilónicos y sumerológicos son mucho más recientes
que los egiptológicos, los bíblicos, etc. En estos artículos explica con minucioso detalle
algunas de las enfermedades como el reumatismo, la ebriedad, la sexualidad, el control de la
conducta desviada (o sea, los marginados), etc. Es muy interesante su artículo sobre la
ebriedad, pues hace una descripción de la cerveza, bebida por excelencia en Mesopotamia, de
sus distintos tipos y de la forma en que se bebía: se introducía una especie de bombilla larga
en el recipiente que permitía que varias personas la compartieran. Además explica cómo se
usaba en el culto, en la ceremonia de colocación de una piedra fundamental, como elemento
curativo, etc. Asi también menciona que hay numerosos textos cuneiformes que describen los
buenos y malos efectos del alcohol, así como su valoración moral (parece ser que los dioses
eran grandes consumidores de cerveza, según testimonios recogidos en la "Epopeya de
Atrahasis").

Es muy interesante el artículo sobre una enfermedad llamada la "Mano del Espectro"
(SU.GIDIM.MA) que se refiere al diagnóstico que daban al enfermo. Donde nosotros
hacemos hincapié en los síntomas y en las alteraciones anatomopatológicas, en la mentalidad
de los Mesopotámicos, el acento estaba puesto en el aspecto sobrenatural y simbólico. Se le
atribuían los síntomas y por consiguiente la enfermedad, a la intervención de un ser
sobrenatural, dios o demonio.(por ej. al dios luna, se lo relacionaba con el frío porque
consideraban que era una característica lunar). Aunque esto no es por supuesto una prueba
científica, pero según Pangas, ayuda a adaptarse a la mentalidad mesopotámica. En esta
enfermedad "la Mano del Gidim" (GIDIM - etemmu, L. 576, 74a) nos dice el factor causante
de la afección y no el hallazgo de una patología específica que hoy pueda ser identificable.
Sin embargo, por los síntomas se la podría asociar con la "ictericia" o "epilepsia"que se
mencionaban en los Textos Terapéuticos. Lo cierto es que el Gidim, era considerado como
negativo, incluso si se lo veía en un sueño.. Seguramente por estas características, se lo coloca
muchas veces en las listas de los demonios (UDUG, L. 576,577)

Hay que tener en cuenta que las divinidades invocadas como causantes de enfermedades no
son necesariamente entidades negativas para el hombre, sino que pueden ser y de hecho lo
son, benéficas; tal el caso de GULA La diosa de la Salud y de la Medicina, que puede también
causar ciertas afecciones.

Se usa la palabra "Mano" para expresar la intervención sobrenatural con el "contacto físico":
"agarrar", "tomar, "golpear", "tocar",etc. Los síntomas de esta enfermedad son asociados
con la Neuropsiquiatría y la gastroenterología actuales. El tratamiento era por lo general de
tipo exorcístico y empírico. Lo que hay que tener en cuenta, es que es difícil separar el
concepto de enfermedad del marco mítico-religioso en que se desenvolvía.

El Tratamiento exorcístico, según Bottero, excede el alcance de las técnicas médicas.


Menciona un texto que sería un rito oral, que se realizaba el 15 de cada mes, fecha en que la
Luna (Sin) y el Sol (Samas) estaban en "equilibrio. El paciente pedía piedad diciendo en el
estado en que lo había dejado el "Espectro". Probablemente el texto terminaba con un remedio
reforzado por un conjuro, o un talismán.

Otro procedimiento, era el uso del fuego, donde se arrojaban estatuillas con la figura del
muerto y se dejaban quemar mientras se oraba para luego abandonarla en el desierto. En otras
ocasiones se recurría al agua , donde se colocaban figurillas en pequeñas barcas y se las
dejaba sobre el agua para que se llevaran consigo el mal. Otros procedimientos que Bottero
llamaba "típicos"era lograr el apaciguamiento, brindándole respeto y cuidado, mediante
bienes materiales (alimentos, bebidas, "regalos",etc.) de una manera simbólica. Para
retornarlos al mundo de los Muertos, se utilizaban figurillas que se depositaban en las tumbas
familiares o se les construían otras especiales con dirección Oeste que era donde se ponía el
sol.

Magia y Medicina

Mesopotamia, luchó contra el dolor físico y la enfermedad. Hay abundante documentación


que abarca desde los comienzos del 3er. milenio a. C. hasta la desaparición de esa cultura.
Manejaban dos técnicas distintas: "una medicina de médicos"y "una medicina de magos". La
medicina era empírica y fue conocida poco después de los comienzos de la escritura y a cargo
de un especialista: el médico, en acadio asu. Utilizaban sobre todo "remedios TI-LA =bultu
(que da la vida, remedio, L.73) obtenidos de todos los reinos naturales, pero sobre todo de las
plantas, que se utilizaban disecadas o frescas, enteras o en polvo y generalmente mezcladas
para aumentar sus efectos. También usaban productos minerales (sales o piedras) y animales
(sangre, carne, piel, huesos). De todas estas drogas se redactaron largos catálogos, a veces con
usos específicos. Los médicos las administraban después de prepararlas ellos mismos No se
conoce la función de un farmacéutico como independiente de lo que hacía el médico
(Openheim).

La otra medicina era la de los "magos". ASHIPU = lu MU 7-MU7, L.16 (exorcista). En


búsqueda de las causas, cuando no eran evidentes, los sumerios y babilonios no manejaban la
lógica. Recurrían entonces a una especie de ficción pero orientada, medida, calculada.
Construían hechos o personalidades imaginarias. Es lo que llamamos Mitos. Se utilizaban
como remedios los "Encantamientos". Al respecto hay uno de la época Neobabilónica pero
que pertenece a la época Akkádica:

"Después que Anu hubo creado el cielo / que el cielo hubo creado la tierra, q /
que la tierra hubo creado los ríos, / que los ríos hubieran creado loa canales, /
que los canales hubieran creado el marjal, / y que el marjal hubiera creado el gusano, /
el gusano compareció gimiendo ante Samas / sus lágrimas brotaron ante Ea (dios. del agua y
el Océano, Titular de la Magia) /
"Qué me darás como alimento? / Qué me darás para que chupe? /
(Respondió el dios.) Te daré el higo maduro / o el albaricoque / De qué me servirán? /
Levántame y entre los dientes / y las encías (de los hombres.) hazme vivir! /
La sangre del diente chuparé / y de la encía roeré / sus raíces /
Clava la aguja en el diente y toma el extremo del gusano /
Por haber dicho eso, oh, gusano / Que Ea te hiera con el poder / de su mano."
Encantamiento contra el dolor de muelas (Lara Peinado: Mitos Sumerios y Acadios)

Pero sin duda el dolor de muelas era causado por una divinidad.

En Mesopotamia se creó una sociedad de dioses sobrenaturales, concebidos a su imagen, pero


mucho más fuertes, inteligentes e inmortales. Para poder llevar una vida ociosa, estos dioses
habían creado a los hombres para que estuvieran a su servicio, De manera que no podían
atribuir a estos dioses, todos los males que sufrían. Fue por eso que imaginaron otras
personalidades inferiores a los dioses creadores, pero superiores a los hombres con la
capacidad de provocar toda clase de desgracias. Es lo que comúnmente llamamos"demonios".
Así fue como recurrieron a procedimientos para ahuyentar a estos seres infernales, mediante
la manipulación y la palabra. Elaboraron fórmulas mágicas para defenderse de ellos y
protegerse contra las enfermedades que estos demonios les habían introducido en sus cuerpos.

Pero más adelante, desde los comienzos del 3er milenio a. C. aproximadamente, la Magia
tomó otro cauce muy distinto, tomó una actitud religiosa y teocéntrica. El poder de los dioses
se extendió a todo el Universo y los demonios perdieron la libertad de actuar. Los dioses
celestiales eran responsables de todas las obligaciones y prohibiciones que concernían a los
hombres y el incumplimiento de cualquier norma o ley se consideraba una ofensa al Imperio
de los dioses, una falta contra ellos, una especie de "pecado" que debían reprimir con
"castigos". Estos castigos eran enfermedades y desgracias de la vida. Así fue como el
sufrimiento y las enfermedades hallaron una justificación, una razón de ser. Toda la técnica de
la Magia primitiva, siguió practicándose y luego pasaron a integrar el Culto Sagrado como
parte sacramental. Con grandes ceremonias se pedía a los dioses del Universo que los
demonios y las fuerzas maléficas no se acercaran a los suplicantes o se retirasen llevándose el
mal que habían provocado. Esto es lo que comúnmente se llama "exorcismo"

Si bien es cierto que los Sumerios aceptaban las desdichas y las enfermedades como resultado
de sus faltas, o de sus malas acciones, para ellos no existía ningún sufrimiento injusto. Pero es
de pensar que muchas veces ante adversidades mayores, los hombres sentían tambalear su fe
en los dioses y dudaban de su justicia. Es en un ensayo poético citado por Kramer en "La
Historia empieza en Sumer, Cap. XV, El primer Job) que presentó ante la Sociedad de
Literatura Bíblica, y que él mismo reconstruyó, que encontramos una versión sumeria del Job
bíblico:

Dios mío, el día brilla luminoso sobre la tierra; / para mi el día es negro. / Las
lágrimas, la tristeza, la angustia y la desesperación / se han alojado en el
fondo de mi. / La mala suerte me tiene en sus manos, se lleva el aliento de mi
vida / La fiebre maligna baña mi cuerpo. / Dios mío, oh, Tú, padre que me has
engendrado / levanta mi rostro / Cuánto tiempo me abandonarás / Me dejarás
sin protección? / Cuánto tiempo me dejarás sin apoyo?.

Médicos ( ASU )

Los médicos tenían necesidad de un extenso saber para estar en condiciones de cumplir con
sus múltiples obligaciones. Estos conocimientos los adquirían en las escuelas que sin duda
existían en los Templos. El Médico tenía varias misiones en el Palacio y en el Templo.
Conocían las leyes, la escritura, la religión y mantenían el saber en lengua sumeria, conocida
solo por una minoría.

La gran Medicina se realizaba en el Palacio y también en el Templo y la práctica iba pasando


de unos a otros, es decir de los médicos mayores a los menores, guardando en secreto las artes
curativas. La información se guardaba en sobres de arcilla. El médico llevaba colgado de su
cuello un cilindro de piedra, semejante a un sello y que una vez impreso en la tablilla húmeda
de arcilla representaba la firma del mismo.

Existía una clase de cirujano que ejercía una medicina más baja y que al mismo tiempo
realizaba otros trabajos, como por ej. el de barbero, marcador de esclavos o mutilaciones
ordenadas por la justicia. Por lo tanto su condición social era más baja. En cuanto a la
ubicación en la sociedad, hay testimonios contradictorios. Por un lado, según Openheim,
aparece entre los expertos en adivinación y los exorcistas, mientras que en el Código de
Hammurabi, lo ubica como artesano fijando sus honorarios.

Sobre su aspecto personal es poco lo que se sabe. Solo podría tomarse en cuenta una sátira,
donde se describe al "asu" totalmente rapado, escasamente vestido y con una jarra de
libaciones y un incensario en la mano; a esto podría agregarse una bolsa con plantas
medicinales como la que llevaba la diosa "Gula". Tanto el "asu" como el "ashipu" o exorcista,
eran depositarios del saber.

Las parteras aparecen también en la Historia de la medicina Mesopotámica y se las menciona


en Himnos y Leyendas (comadrona = SAB, L 295). Aplicaban rituales mágicos y conjuros y
al parecer practicaban lo que hoy se conoce como cesárea. Este personaje gozaba de gran
consideración.

Relación paciente médico.


Las Cartas o Textos médicos ilustran la relación
Médico-Paciente. Existen dos tradiciones separadas,
que para diferenciarlas es necesario entender la
Medicina Mesopotámica como una ciencia. Ambas se
originaron en el primer período de Babilonia alrededor
del año 1850 a.C., tomando como fuente unas tabletas
encontradas en Assur y en la Biblioteca de Nínive.
Estas dos tradiciones o Escuelas son llamadas:
"científica"una y la otra "práctica".

Desde el punto de vista "científico , la relación médico-


paciente consistía en considerar a los síntomas del
paciente como signos para determinar la consecuencia
de la enfermedad y aplicar la medida "mágica"por el
experto.

Desde el punto de vista práctico, el médico no estaba


supuesto a investigar los síntomas o a examinar el cuerpo del paciente. En este caso, el
médico identificaba la enfermedad con la ayuda de listas de síntomas ordenados con este
propósito y así aplicar el tratamiento adecuado. Se aceptaban los dos tratamientos.

Instrumentos médicos.

Son raramente mencionados. Se trataría de espátulas y tubos de metal como también lancetas,
la cual probablemente era llamada "cuchillo del barbero". Las jeringas no son mencionadas,
pero sí se prescriben enemas. Es probable que hubieran existido otros instrumentos que no se
mencionan en la lista, como por ej. los utilizados para hacer amputaciones y cesáreas.

En vista de la naturaleza primitiva de la ciencia médica mesopotámica no sorprendería que el


"cirujano" fuera el único recurso en casos desesperados, aunque no se menciona en ningún
texto lo que nosotros reconoceríamos como cirujano.

Farmacopea

De finales del 3er milenio a. C., procede un vaso de Gudea, en el que están representadas dos
serpientes enroscadas alrededor de una vara (símbolo que se usa actualmente en Farmacia y
que sería el emblema de la diosa de la Medicina Ningizibara (Gula).

Un médico sumerio anónimo de finales del 3er milenio a. C. reunió por escrito sus más
favoritas recetas médicas, sobre una tablilla de arcilla de 16 cm. de largo por 9,5 cm de ancho.
Este documento de arcilla es el "Manual de Medicina" más antiguo que se conozca y fue
encontrado enterrado entre las ruinas de Nippur desde hacía más de 4000 años. Este
testimonio de la primera Farmacopea, demuestra que el médico sumerio componía sus
medicamentos usando substancias vegetales, animales y minerales (sal común y nitrato de
potasio o salitre).

En cuanto a los productos animales, utilizaba la leche, piel de serpiente, caparazón de tortuga,
etc. los que conservaba en forma de polvos o como ungüentos para uso externo o líquidos
para uso interno. El procedimiento consistía en pulverizar los elementos y luego los mezclaba
con aceite, cerveza o agua. Algunas prescripciones iban acompañadas de instrucciones. Todos
estos procedimientos revelarían profundos conocimientos en materia química.

Pero es lamentable que los textos omitan las indicaciones referentes a qué enfermedades se
aplicaban estos remedios. De todos modos no se les puede asignar mucho valor, ya que como
se refirió anteriormente, la medicina sumeria no hizo uso de la experimentación ni de la
comprobación. Otra omisión es la que se refiere a las cualidades de las substancias usadas, la
dosificación y la frecuencia con que se las administraba; esto hace pensar que los médicos
guardaban en secreto sus prácticas terapéuticas.

En estas preparaciones no se recurre a magias ni hechizos ni tampoco se menciona a un dios.


Esto respondería a las dos clases de tratamientos que no se excluían mutuamente, sino que a
veces se los practicaba simultáneamente.

En el Código de Hammurabi, se mencionan los honorarios (Conteneau) y la responsabilidad


de los médicos. En este mismo Código se habla de "veterinarios". También se citan algunas
enfermedades internas que impugnarían la compra de esclavos (por ej. la epilepsia).

Hay testimonios de que tenían conciencia del "contagio", según una carta de un soberano
enviada a su esposa en el siglo XVIII a.C. en la ciudad de Mari, donde le previene sobre la
enfermedad de una mujer que se encontraba cerca de su esposa, advirtiéndole evitar todo tipo
de contacto con la misma (Bottero, "Introducción al Antiguo Oriente").

Funciones de algunos órganos

Hacían descripciones de los órganos más importantes y de la relación de éstos con los
sentimientos y con el principio de la vida.

Al "corazón" lo consideraban como el principio de los movimientos del alma; también era
asiento de la inteligencia, de los actos buenos y malos, etc.

El "hígado", para los acadios, si bien es cierto que era de menor importancia, lo consideraban
asiento de las emociones, como por ejemplo la cólera. Este órgano, tuvo un rol importante en
la adivinación.

Los "riñones" y el "vientre" comparten con el corazón el asiento de los sentimientos.

En las "entrañas" situaban a la inteligencia, la piedad y la compasión y en el "cerebro"lo


afectivo o sensitivo.

Conclusión

La preocupación por la enfermedad, es tan antigua como el hombre, y además, con alguna
frecuencia el resultado final era la muerte. Desde los comienzos de la historia y de hecho
mucho antes, el hombre intentó intervenir en ella para aliviarla, detenerla o curarla.

Las diversas medidas terapéuticas que se han adoptado, reflejan fielmente las ideas que se han
tenido sobre la naturaleza de la enfermedad. Creían que era causa de la introducción de un
espíritu y que para liberarse de él usaban distintos métodos mágicos y/o prácticos.
Para entender el comportamiento de aquellos médicos y enfermos, es indispensable conocer
las premisas básicas de su interacción social. Es importante conocer la estructura de la
sociedad, el nivel cultural, el pensamiento y el sentir de esos hombres.

En las ciencias médicas, el progreso es acumulación progresiva de ideas y de hechos que se


van adaptando a los nuevos descubrimientos, sin abandonar las ideas y observaciones
anteriores.

Bibliografía.

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Gilgamesh o la angustia por la muerte (Poema Babilónico) Traducción directa del acadio, De.
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Lara Peinado, Federico: "Mitos Sumerios y Acadios", Editora Nacional, Madrid, 1984

Oppenheim, A. Leo: "Ancient Mesopotamia" The University of Chicago Press, Chicago &
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Woolley, Leonard: The Sumerians" Ed. W.W. Norton and Co. New York, London.

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Actualizado el 23/07/2004

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