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PIII SOE o Cuaderno 54 RUDOLF CARNAP PSEUDOPROBLEMAS EN LA FILOSOFIA Coo ooo saa | =a ae UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO ADL otilitrin A principios de siglo, el positivismo légico se propuso redefinir los limites de los problemas filosd6ficos validos. Por medio del andlisis ldgico y epistemoldgico del lenguaje y de la psique, Rudolf Carnap fundamenta su tesis de que muchos de los temas clasicos de la fi- losoffa eran en realidad pseudoproblemas, es decir, que su plantca- miento era producto del uso inadecuado de los términos 0 de la sin- taxis en las proposiciones propias de dichos temas. Como ejemplos concretos de lo anterior, el autor se ocupa de la dis- cusi6n en torno a la oposicidn entre el realismo y el idealismo como concepciones “metafisicas”, y, por otro lado, del problema del cono- cimiento y la existencia de las psiques ajenas. Las exposiciones hechas en Pseudoproblemas en Ia filosofia presu- ponen las investigaciones relativas a la organizacion ldgica y epis- temol6gica de los conceptos cientificos que Carnap desarrolla con detalle en su magna obra La construccién légica del mundo, publi- cada también por el Instituto de Investigaciones Filos6ficas en la colecci6n Filosofia Contempordnea (México, 1989) en traduccién de la doctora Laura Mues. PSEUDOPROBLEMAS EN LA FILOSOFIA. LAPSIQUE AJENA Y LA CONTROVERSIA SOBRE EL REALISMO INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSOFICAS Coleccion: CUADERNOS Director: DR. LEON OLIVE Secretaria: MTRA. SALMA SAAB Cuaderno 54 RUDOLF CARNAP PSEUDOPROBLEMAS EN LA FILOSOFIA LA PSIQUE AJENA Y LA CONTROVERSIA SOBRE EL REALISMO Traduccion de Laura MUES DE SCHRENK UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO MEXICO 1990 ‘Titulo original: Scheinprobleme in der Philosophie. Das Fremdpsychische und der Realismusstreit. © Felix Meiner Veriag. Primera edici6n en alem4n: Leipzig, 1928. Segunda edici6n en alem4n: Hamburg, 1961. Primera edicidn en espaiiol: 1990. DR © 1990. Universidad Nacional Auténoma de México Circuito Mario de la Cueva Ciudad de la Investigacién en Humanidades Ciudad Universitaria, 04510 México, D.E. INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSOFICAS Impreso y hecho en México ISBN 958-36-1615-1 I. LATAREA DE LA EPISTEMOLOGIA A, EL SENTIDO DEL ANALISIS EPISTEMOLOGICO § 1. Planteamiento del problema La tarea de la epistemologia consiste en desarrollar un método-me- diante el cual se puedan justificar los conocimientos. La epistemo- logfa debe indicar la manera como un presunto conocimicnto, con- siderado como V4lido, puede ser justificado y fundamentado. Dicha Justificacién no se hace de manera absoluta, sino relativa: ei conte- nido de un conocimiento se justifica relaciondndolo con los conte- nidos de otros conocimientos que se suponen vdlidos. Esto quiere decir que un contenido de conocimiento se “reduce”, es decir, “se analiza”, desde el punio de vista epistemolégico. También la légica nos ensefia la derivaci6n de Ja validez de determinados postulados (expresados en proposiciones) partiendo de la validez presupuesta de otros postulados (“inferencia”); pero la diferencia entre ambas radica en que en la derivaci6n ldgica solamente se reorganizan los conceptos: en los postulados derivados no debe presentarse ningéin concepto nuevo. En cambio, en las derivaciones epistemoldgicas lo esencial es que en el contenido epistemolégico que sc va a analizar, es decir, en la proposicién que se va a fundamentar y a derivar, se presente un concepto que no aparece en los presupuestos. Para analizar los contenidos del conocimiento, la epistemologia debe examinar los objetos (los conceptos) de las diversas ramas de Jas ciencias (de la realidad, i. e. de las ciencias de la naturaleza y jas ciencias de la cultura); y debe establecer a cudles otros objetos “se reduce” e] conocimiento de cualquier objeto determinado. Un “anilisis” de los objetos se hace de la siguiente manera: los “mds elevados” se reducen a los “inferiores”. Los objetos que a su vez ya 6 LA TAREA DE LA EPISTEMOLOGIA no pueden ser reducidos, los Hamo objetos “(epistemolégicamente) fundamentales”. <éPero qué quiere decir este andlisis epistemolégico? GQué quiere decir: un objeto a “puede ser reducido epistemologicamente” a un objeto b? Sélo cuando se haya respondido a esta pregunta se habr4 planteado claramente la tarea de la epistemologia; y sdlo entonces quedara claro lo que se entiende por objetos “fundamentales”. Frecuentemente se ha hecho ver la necesidad de distinguir la pre- gunta epistemologica telativa a la fundamentacidn —es decir, a la re- ducci6n de un conocimiento a otros— de la pregunta psicolégica re- lativa a la génesis del contenido del conocimiento. Sin embargo, ésta es sOlo una distinci6n negativa. Quienes no estén de acuerdo en usar las expresiones “lo dado”, “reducible”, “fundamental” y términos semejantcs, 0 quienes no quieren usar estos conceptos en su filo- sofia, no pueden formular en absoluto la tarea de la epistemologia. El propésito de estas reflexiones esi4 en exponer dicha tarea de ma- nera precisa. En este trabajo mostraremos que nosotros si podemos formular la tarea del andlisis epistemoldgico sin usar las expresiones mencionadas, las cuales pertenecen a la filosofia tradicional. Sdlo tenemos que echar mano del concepto de implicacién, es decir, de la relacién condicional (como se expresa en las proposiciones “si... entonces”). Y éste es ciertamente un concepto légico fundamental, que nadie rechaza ni ignora, dado que es indispensable en toda filo- sofia y en todas las ramas de las ciencias. En el curso del desarrollo de las ciencias sucede frecuentemente que las respuestas a una pregunta, mds precisamente, las respuestas correctas, han sido encontradas antes de que la pregunta haya sido formulada mediante conceptos precisos. Lo que sucede en estos ca- sos es que, intuitivamente, se considera una direccién determinada en la formacién de los conceptos, direccidn que suele conservarse, pero sin poder indicar Jo que significan los conceptos asi formados. Cuando mis tarde se encuentra Ja formaci6n conceptual adecuada a la problemAtica que habia sido propuesta de manera intuitiva, en- tonces las respuesias anteriores, aunque correctas, abandonan su es- tado flotante para ser puestas en el fundamento firme del sistema cientffico. EJEMPLO. Los inventores del célculo infinitesimal (Leibniz y New- ton) pudieron responder a la pregunta por la derivacion de las fun- ciones matemiticas usuales (el cociente diferencial); por ejemplo, la EL ANALISIS EPISTEMOLOGICO 7 derivacién de la funcién x’ es la funcién 3c”. Pero qué es lo que se re- suelve con esto, es decir, qué es lo que se entiende por la “derivacién” de una funcidn, esto ellos no podian decirlo. Dichos pensadores es- tuvieron en condiciones de indicar diversas de sus aplicaciones (p. ej. Ja direcei6n de la tangente), pero no pudieron dar una definicién pre- cisa del concepto mismo de “derivaci6n”. Si bien creyeron saber lo que querian decir con dicha expresin, no tenfan sino una sospecha intui- tiva, pero no una definicién conceptual. También creyeron tener una definicién que pudiera comprender la “derivacidn” conceptualmente. Sin embargo, al formular esta definicién usaron expresiones talescomo “magnitudes infinitamente pequefias” y cocientes de ellas; expresiones gue, sujetas a un andlisis mAs riguroso, resultaron ser pseudoconcep- tos (palabras vacias). S6lo después de més de un siglo se logré dar una definicion inobjetable del concepto general de limite y, con él, también del de derivacidn. Sdio entonces obtuvicron su sentido genuino todos aquellos resultados matemiticos que ya habfan sido usados por las ma- teméticas desde sus dias. La situaci6n del andlisis epistemoldgico es muy similar. La ciencia ha logrado desde hace tiempo un gran némero de resultados prove- nientes del andlisis epistemolégico; tiene las respuestas, sin haberse planteado la pregunta, es decir, sin poder dar cuenta del sentido pre- ciso de sus respuestas. Algunas de las respuestas son conocidas, p. ej.: el conocimiento de los procesos de la conciencia de otra persona “se basa” en las percepciones de sus movimientos y de sus expresio- nes idiomaticas: el conocimiento de un cuerpo fisico “se reduce” a las percepciones de dicho cuerpo; una vivencia determinada “con. siste en” la percepcién visual de una campana, en la percepcién au- ditiva de un sonido y en un complejo emocional de tal y cual clase; una percepcién sonora determinada “consiste en” sensaciones in- dividuales de tales y cuales tonos. Uno esta inclinado a atribuir fos dos Gltimos ejemplos mds bien a un andlisis “psicolégico” que a un. andlisis epistemoldgico. Y en efecto, esta clase de andlisis pertenece a Jos fundamentos de la manera de proceder, i ¢. del método, de la psicologfa. Pues la psicologia solamente puede alcanzar sus objetos si aplica este método para la formacién de sus conceptos. Mas ade- lante mostraremos que este procedimiento no es otra cosa sino el andlisis epistemoldgico, cuyo sentido investigamos aqui. La ciencia (y en parte también la vida cotidiana) ya posee las res- puestas que mencionamos en los ejemplos previos; pero no tiene todavia el sentido genuino de estas respuestas. Seria un error que- 8 LATAREA DE LA EPISTEMOLOGIA rer interpretar el “consiste en...” en términos de “el proceso de las vivencias est4 compuesto de...”. La psicologfa (en este caso espe- cialmente la psicologia de la Gestalt) nos ensefia que la percepcién global (de un objeto) cs una vivencia que se da antes de que las sensa- ciones particulares de que est4 “compuesta” puedan ser analizadas; que dichas sensaciones se hacen conscientes mediante un proceso de abstraccin posterior. Y algo semejante ocurre con los otros ejem- plos. Lo anterior aclara cudn importante es formular con precisi6n el sentido del andlisis epistemolégico. Por lo pronto, dicha formulaci6n no tendré la ventaja de aumentar la cantidad del conocimiento, sino que s6lo aumentar4 su pureza, es decir, que los resultados del and- lisis epistemolégico ya practicado podran ser formulados con toda claridad. Sin embargo, més adelante veremos que, después de haber encontrado una definicién mds precisa de los conceptos, el andlisis epistemoldgico también ser aplicable a los casos cn que el procedi- miento intuitivo no produjo resultados; pero en dichos casos el pro- cedimiento no tenia necesariamente por qué haber fracasado; quizds s6lo falt6 1a valentia para levarlo a cabo. Si aplicamos el andlisis epistemologico mediante un método explicito determinado, enton- ces se logra la reduccién de los objetos (los contenidos del conoci- miento, los conceptos) unos a otros, de manera que se podré de- mostrar la posibilidad de construir un sistema general de reduccién (‘sistema de constitucién”), a saber: todos los conceptos de todas las tamas de las ciencias pueden (en principio) ser ordenados en este sis- tema, es decir, que son reducibles unos a otros y, finalmente, a unos pocos conceptos bdsicos. (La demostracién de la tesis del sistema de constituci6n s6lo puede ser insinuada en este trabajo, § 6.) § 2. El andllisis logico a) Componente suficiente y prescindible El andlisis epistemoldgico es un andlisis de los contenidos de las vi- vencias, mas precisamente, del contenido teérico de las vivencias. En dicho anilisis se trata inicamente del contenido teérico de Ia vi- vencia; se trata de aqucllo que en la vivencia es el material de un conocimiento posible. (El andlisis no es un descomponer real; la vi- vencia misma sigue siendo lo que es.) El andlisis se lleva a cabo en una reflexi6n posterior, cuando la yivencia, por ser (y haber) pasado, EL ANALISIS EPISTEMOLOGICO 9 ya no €s alterable en s{ misma; es decir, que se trata de un andlisis conceptual “abstractivo”. En Io que sigue intentaremos trazar el método con cuya apli- caci6n se encontrar4n justo los resultados que suclen ser vistos como estados de cosas epistemoldgicos (como se hizo en los ejemplos an- teriores). Es el método del andlisis 1o que se significa (0 lo que se deberia significar) cuando se habla del “andlisis epistemoldgico”. El método consiste en “descomponer de manera légica” cl conte- nido de una vivencia en dos componentes. A uno de estos compo- nentes Io llamamos “componente epistemolégico suficiente” y al re- siduo lo lamamos “componente epistemolégico prescindible” (en re- laci6n con el componente anterior). Veamos un ejemplo: yo toco con los dedos una Ilave que ya he visto muchas veces, y asi la reco- nozco sinnecesidad de verla. Al hacer esto, aun cuando haya cerrado los ojos, no s6lo tengo la vivencia de la representacion de la configu- racion (Gestalt) tactil de la Iave, sino a Ia vez la vivencia de su con- figuracién visual. Esta diversidad se me da de una sola vez, y no sdlo despu¢s de haber hecho una inferencia. Cuando he tenido una vi- vencia, cualquiera que sea, la puedo “evaluar epistemolgicamente”, indicando expresamente en qué medida la vivencia ha acrecentado mis conocimientos (tedricos). A este incremento no sélo pertenece el contenido teérico de la vivencia misma, sino también aquello que puedo inferir con ayuda de mis conocimientos anteriores a partir de dicho contenido. La cvaluacin epistemoldgica de la vivencia de la llave antes discutida nos da el siguicnte resultado: “esta cosa est4 conformada asf y asi, esta cosa es Ja Lave de mi casa, esta cosa tiene ei color del fierro”. La vivencia contiene las dos respresentaciones unidas, la de la configuracién tactil y la de la configuracién visual. Sin embargo, al evaluar ia vivencia puedo prescindir del segundo componente, i ¢., dé la configuracién visual; el primer componente es suficiente para reconocer, con base en mi saber anterior, que se trata de una Ilave, m4s precisamente, de la lave de mi casa; por eso estoy también en condiciones de reconocer su configuracién visual, su color, etc.; asi pues, para ia evaluacién epistemoldgica no necesito valerme de la vivencia visual de la forma de la lave nide su color, Por eso llamamos “componente suficiente” a la configuraci6n tactil de la vivencia, y “componente prescindible” (relative a la configuracién tactil) a la configuracién visual. Sin embargo, dicho componente es solo prescindible desde el punto de vista del conocimiento, del in- cremento del saber, y s6lo en este sentido es suficiente el primer 10 LATAREA DE LA EPISTEMOLOGIA componente. En cambio, en la vivencia misma, ni el primer compo- nente es prescindible ni el segundo es suficiente. Si elimindramos uno de los componentes de la vivencia, entonces seria una vivencia completamente diferente. Una breve reflexién nos muestra que este andlisis 16gico es fre- cucntemente ambiguo, es decir, que, dada la misma vivencia, ésta puede ser analizada de diversas maneras. En nuestro ejemplo an- terior pudimos haber prescindido de la configuracién tactil para la evaluacién epistemologica; la evaluacién de la configuracin visual habria sido suficiente para obtener de dicha vivencia todo lo que se puede saber de la Ilave. Este ejemplo muesira con toda claridad que clcomponente “prescindible” slo puede ser Hamado asi en sentido epistemoldgico; pues dado que solamente tocamos la llave, pero no la vemos, no podemos descartar la configuracién tactil dada en la vi- vencia, sin que a la vez desaparezca la vivencia misma; pero bien po- demos descartar el componente prescindible en la evaluacién epis- temolégica, sin que con cllo disminuya la extension de nuestros co- nocimientos. b) Elcriterio: Ja reconstruccién racional Ahora tenemos que desarrollar un progedimiento conforme al cual, en un caso dado, podamos decidir si un componcnte determinado de una vivencia es suficiente y siel residuo es prescindible respecto del primero, Pues el estado de cosas no es siempre tan sencillo como en elejemplo que acabamos de discutir, mediante el cual pudimos reconocer facilmente cud] componente es prescindible. El que un componente b de una vivencia (p. ¢j. la configuracion visual de una Have) sea prescindible respecto del componente a (la configuracién tActil) quiere decir que b no afiade nada al conoci- miento que no esté ya contenido de alguna manera en a y en mi conocimiento anterior. Sin embargo, el contenido tedrico de b so- lamente tiene que estar contenido de mancra ldgica en a y en el conocimiento previo; no es necesario que también nos sea expre- samente consciente. Si el contenido teérico de b estd implicado de manera Idgica en a y en el conocimiento anterior, entonces b debe poder ser infcrido a partir dea. En nuestro ejemplo, la deduccién se haria asi: con base en las percepciones tactiles anteriores y a partir de la configuraci6n tactil (componente a), puedo inferir que el ob- jeto que tocan mis dedos es la llave de mi casa. Esta tiene, como lo sé EL ANALISIS EPISTEMOLOGICO 11 con base en las percepciones visuales anteriores, una configuracién visual determinada: tiene esta y aquella forma y color, los cuales no suelen cambiar. A partir de estos conocimientos inficro que también ahora esta presente la misma configuraci6n visual (componente b) del objcto que toco. Llamamos “reconstruccion racional” de b a esta manera de inferir el componente b a partir del componente a y de mi conocimiento anterior. Ahora queda claro que nuestra concepcién de la “reconstruccién racional” no quiere decir que en la vivencia genuina el componente a se derive del componente b. Esta claro que ambos componentes sce dan en una unidad intuitiva simplc. En una vivencia inmediata tal, no se hace notar nada que sca una inferencia, y por eso preferi- mos no usar la expresiGn que habla de una “inferencia inconsciente”. Pero si bien en la vivencia misma por Jo general no ocurre una re- construcciGn racional, si podemos hacer una reconstrucci6n racional posterior a la vivencia; podemos usar un procedimiento inferencial para investigar si hay 0 no hay una dependencia légica determinada entre ciertos componentes de una vivencia. Para hacer mds comprensible la importancia que para la recons- trucci6n racional tiene el componente prescindible de una vivencia, podemos recurrir también a una ficcién: imaginemos por !o pronto que la vivencia tuvo nada mas un solo componente, el componente suficiente (en nuestro ejemplo, la configuracién tactil de la Have), y que después, mediante la reconstruccién racional, le afiadimos el se- gundo componente (en nuestro ejemplo, la configuracin visual de la Have). Si esto se logra, entonces el resultado ser4 que este ultimo componente es prescindible. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta manera ficticia de hablar no es en absoluto necesaria. La manera precisa y genuina de expresarse ¢s la que indicamos antes: al evaluar el componente a (ademds de los conocimientos que sc tenfan prcviamente), la reconstruccién racional tendré los mismos resultados en cuanto al conocimiento que se habria obtenido hubicra cvaluado el componente b. c) La sobredeterminacisn del contenido de una vivenci La caracteristica l6gica del contenido tedrico de nuestras vivencias, con base en la cual ciertos componentes son prescindibles respecto de otros, la llamamos sobredeterminacién. En matemAticas solemos llamar sobredcterminado a un problema, si se dan mas datos de los 12 LA TAREA DELA EPISTEMOLOGIA. necesatios para resolverlo de manera Idgica, de modo que (por lo menos) uno de los datos es prescindible respecto de los otros, es de- cir, que puede ser derivado constructivamente de otros, ya sea me- diante el célculo o mediante una construccién dibujada. Solamente en este sentido nuestra vivencia est4 sobredeterminada (en sentido epistemoldgico); est sobredeterminada porque vivenciamos més de Io que es necesario para obtener el conocimicnto que puede ser ad- quirido. Y esto quiere decir lo mismo que: podemos hacer a un lado algunos de los componentes de la vivencia (0, expresado de manera ficticia: estos componentes podrian desaparecer de nuestra viven- cia, sin que con ello disminuyera nuestro conocimiento). La sobredeterminaciOn de los contenidos epistemolégicos de las vivencias trae consigo un problema que aqui sélo indicaremos breve- mente. Es sabido que un problema sobredeterminado generalmente no permite una solucion si los diversos datos son arbitrarios; sola- mente pucde ser resuelio si los datos no son arbitrarios, sino que cumplen con ciertas condiciones especiales. Una de esas condiciones es que los datos no se contradigan. Ahora bien, écumplen con esta condicion los contenidos de las vivencias, 0 acaso el problema del co- nocimiento no tienc solucién? Ninguno de los dos es el caso, ya que existe una diferencia especffica entre la tarea cpistemoldgica que nos proponemos aqui y las matematicas. Los contenidos de las vivencias no cumplen con ninguna condicin especial de no contradiccién (el que cumplan con Ja condicién general de poder ser ordenados de alguna manera, nada tiene que ver con esta cuesti6n). Si nos imagi- namos cualquier otra vivencia con caracteristicas distintas de las que realmente tiene, mientras que las demds vivencias permanecen sin cambio alguno, entonces ¢] problema del conocimiento no sera de manera alguna irresoluble en relacién con ¢l cambio de la secuen- cia de las vivencias; en ciertas circunstancias podr4 ser un poco mds dificil, ya que tendremos que formular de manera diferente ciertas leyes de la naturaleza. En cambio, un problema matematico sobre- determinado y resoluble no puede ser resuelto, sise permite cambiar cualquiera de los datos arbitrariamente. La diferencia entre la tarea del conocimiento y Ja tarca de las matemiticas es fundamental. En las matemAticas generalmente ya estén establecidas Jas leyes segin las cuales se deriva la soluci6n a partir de los datos, antes de plantear la tarea. En cambio, en el problema del conocimiento dichas leyes (mds precisamente: las regularidades que existen entre los objetos reales, 0 sea las leyes de Ja naturaleza en sentido lato) se obtienen EL ANALISIS EPISTEMOLOGICO 13 partiendo de los datos, es decir, del material epistemol6gico mismo. Aso se debe que, si sc varia el material en un lugar determinado, las leyes derivadas mismas de ese material deban ser cambiadas; y deben serlo de tal manera que la variaci6n del material no se con- tradiga si se aplican las leyes ya cambiadas. EJEMPLO. Imaginemos una serie de vivencias: una varilla color café, aparentemente hecha de cobre, es puesta en un pivote de tal manera que esté en equilibrio; luego se coloca una flama abajo de uno de los extremos de Ia varilla, y vemos que este extremo se mueve hacia abajo. El resultado de este experimento debe ser interpretado asf: 1a varilla se ha alargado. Imaginemos ahora que este contenido vivencial es di- ferente al anterior de la siguiente manera: 1a varilla se mueve hacia arriba en el extremo donde esta colocada fa flama, mientras que todos los otros componentes, asi como el resto de mis vivencias, permanecen iguales. Ante esto estoy obligado a invalidar cualquier creencia que haya tenido antes respecto de las leyes de la naturaleza. A la vez, estoy €n libertad de considerar diversas opciones. P. ej. puedo presumir que lavarilla no ¢s de cobre; o bien que el cobre no sc expande con el calor; oque lo amarillo no es una flama; o que Ia flama no produce calor; 0 que el movimiento hacia abajo de uno de los extremos de Ia varilla no indica que ésta se alarg6; 0 bien que aluciné. En este dltimo caso, tengo olra vez diversas posibilidades de declarar como invalidos los criterios por los cuales pude creer tener una percepcidn claramente consciente. Entonces optaré por aquella hipétesis que represente el cambio menor €n el sistema total de las leyes de la naturaleza. Puesto que todas las Ieyes de la naturaleza se obtienen mediante la inducci6n, es decir, mediante la comparacidn de los contenidos de las vivencias, una variacion del material en un lugar determinado puede cambiar el contenido de las leyes de la naturaleza, y as{ el con- tenido de la realidad conocida; pero esta posibilidad no modifica el hecho de que dichas leyes pucden, en principio, ser conocidas, y con ellas también la realidad. En sentido estricto, un contenido viven- cial no puede estar en contradiccién con otros; y en sentido estric- tamente légico, los contenidos son independientes unos de otros. Por eso, en sentido estricto, no se presenta la sobredeterminaci6n de todos los contenidos de las vivencias, sino sélo en el sentido de las leyes emptrico-inductivas de la realidad. 14 LATAREA DELA EPISTEMOLOGIA § 3. El andilisis epistemolégico a) Niicleo y parte secundaria Hacemos una distinci6n entre ¢] andlisis /6gico del contenido episte- molégico de una vivencia (en que los componentes se descomponen en el componente suficiente y el componente prescindible respecto del primero) y el anélisis epistemolégico. El andlisis epistemoldgico nos dard un “nticleo” y una “parte secundaria” del contenido de una vivencia. Este andlisis es un caso particular del primero: si llamamos al componente a “nticleo (epistemolégico)” y al componente b “parte secundaria”, entonces b tendrd que ser, por lo pronto, un compo- nente prescindible relativo a a. Ademas —y por eso hablamos aqui de andlisis “epistemolégico”— b debe “reducirse”, en sentido epis- temoldgico, a a, y el conocimicnto de b debe “basarse en” el conoci- miento de a; ya tendré que ser “epistemoldgicamente primario” res- pecto de b. Estas expresiones permiten reconocer aproximadamente lo que queremos decir aqui. El concepto del andlisis epistemolégico se precisard cuando hayamos indicado ciertos critcrios. Antes de po- der explicarlos, consideremos una vez més el ejernplo anterior. La vivencia en que solamente se toca la lave con los dedos, pero no se ve, en la cual sin embargo est4 incluida como contenido visual la representacién de Ja Ilave, la denominamos L. A sus componentes Jos denominamos a (configuracién tactil) y b (configuracién visual); pero si la vivencia es de tal natutaleza que la llave realmente se toca y se ve simultdéneamente, entonces la designamos mediante L’, y las dos vivencias (la tactil y la visual) mediante a’ y b’. Como conse- cuencia de estas reflexiones se puede ver facilmente (y demostrarse mediante el método de la reconstruccién racional) que tanto b es un componente prescindible respecto de a, como al revés, a respecto de b; y de la misma manera b’ respecto de a’, como a’ respecto de b’. Asi, la dependencia ldgica se presenta en ambos casos, y en los dos casos se presenta en ambas direcciones. Sin embargo, este estado de cosas es muy diferente cn la dependencia cpistemoldgica, ya que en la vivencia L nuestro conocimiento de b (contenido visual) se basa en nuestro conocimiento de a (contenido tactil), y no al revés. Ademas, en la vivencia L' ambos componentes son epistemolégicamente in- dependientes uno de otro, es decir, el conocimiento de ninguno de Jos dos se basa solamente en el conocimiento del otro. EL ANALISIS EPISTEMOLOGICO 15 b) Primer criteri la justificacién Para encontrar el criterio para el andlisis epistemoldgico s6lo nece- sitamos poner expresamente en claro el punto de vista desde el cual decidimos establecer la relacién epistemolégica entre el niicleo y la parte secundaria; para esto, partimos del ejemplo que dimos antes. En la vivencia L la relacién nticleo-parte secundaria se da entre a y 5, pero no entre b y a; y no se presenta para nada en los com- ponentes de la vivencia L’. Asi nos preguntamios: “£A qué conoci- miento se reduce el conocimiento de b?”. Y dicho de manera pre- cisa: “2C6mo puedo yo, una vez que tuve la vivencia L, fundamentar mi (presunto) conocimiento del contenido de b y justificarlo en caso de duda?”. No se trata de que dicha duda provenga de mi mismo o de otras personas; se trata de la “duda metédica”, cuyo sentido no es la incredulidad, sino una exigencia de justificaci6n. El criterio para la relacién epistemolégica entre nicleo y parte secundaria esté en la posi- bilidad de la justificacion de un conocimiento puesto en duda (real o met6dicamente) por medio de otro conocimiento (reconocido como vlido o supuesto como hipétesis). Para llevar a cabo el anélisis epistemolégico en casos concretos, es decir, para responder a la pregunta de si dos componentes vi- yenciales determinados a y b son el nticleo y la parte secundaria, nos remitiremos por lo general a Ja ciencia especial que se ocupa de la rama correspondiente. A partir de ella y de acuerdo con los métodos usuales de la ciencia especial, examinaremos si una aseve- tacién, cuyo contenido es de la misma clase que la del contenido de 6, siempre es considerada como demostrada si puede indicar pata su justificacién un conocimiento de la misma clase que ¢l del contenido de a. La epistemologia no se hace culpable de un circulo Idgico si basa esta decisién cn los métodos usuales de las ciencias especiales; es decir, la epistemologfa presupone el método de la ciencia espe- cial como método epistemolégicamente inobjetable; después con- sidera criticamente los métodos de las ciencias especiales a partir de un sistema epistemoldgico construido paso por paso. Pues este procedimiento corresponde precisamente al cardcter de la ciencia, cuyo sistema no se constituye mediante pasos univocos a partir del material dado. Mas bien ocurre que en las ciencias los principios metddicos se aplican primero prdcticamente en la elaboracién del material dei conocimiento, y s6lo después se hacen conscientes y se establecen explicitamente. El establecer expresamente dichos prin- 16 LA TAREA DE LA EPISTEMOLOG[A, cipios metddicos hace posible el uniformarlos, para después, por me- dio de dichos principios uniformados, volver a abordar el material y elaborarlo. De esta manera, la reciprocidad de la investigacién en- te una ciencia especial y la epistemologia leva a la construcci6n del sistema completo de la ciencia tinica y unificada. Que recurramos al método de una de las ciencias especiales para poder decidir una cuesti6n epistemoldgica concreta, no quiere decir que busquemos las condiciones necesarias de posibilidad de una de dichas ciencias, entendidas como un sistema de conocimiento valido (como es el caso en el método trascendental de Kant). Pues aqui no se trata de la pregunta de si hay que reconocer los (supuestos) conocimientos de una rama de las ciencias como vdlidos o no, sino que se trata de la pregunta de si entre determinados objetos de una rama de las ciencias se presenta, o no, la relacién de dependencia epistemoldgica (nicleo y parte secundaria). ¢) Segundo criterio: la posibilidad del crror En muchos casos la relacién nicleo y parte secundaria entre dos componentes ay b de una vivencia se hace especialmente clara cuan- do el componente b se basa en un “error”, o sca que después se hace patente que el contenido tedrico de b es erréneo, es decir que el he- cho que se presenta en b en realidad no existe. No es necesario que realmente erremos respecto de la vivencia que queremos examinar. Para el andlisis epistemoldgico nos basta saber, con base en otras ex- periencias, que en las vivencias de esta clase pucde presentarse un error. Volvamos a nuestros ejemplos: i. toco la lave con los dedos, y a la vez me Ia represento visualmente (L); ii. toco y veo 1a lave si- mult4neamente (L’). Consideremos ahora el siguiente caso: toco la Ilave con los dedos y con esto creo reconocerla como mi llave, y me la represento color de ficrro. Sin embargo, después resulta que el ob- jeto que toqué es de color lat6n. Aun cuando en este caso no ocurra realmente un error, yo sé, con base en otras experiencias, que puede ocurrir; esto demuestra que en L, el componente b (configuracién visual) es parte secundaria respecto de a (configuraciOn tactil). En una vivencia de la clase de L' un error como éste no puede ocurrir; asi pues, entre b’ ya’ no se da la relacién parte secundaria-nicleo. Para nuestro problema no se presenta la cuestiOn acerca de la dife- rencia vivencial entre L y L’. Se puede suponer que esta diferencia EL CONOCIMIENTO DE LA PSIQUE AJENA 17 se basa en que, a nivel fenoménico, hay una distincién cualitativa, vivencial, entre una percepci6n actual y una mera representacién; © también suponer que uno puede decidir, con base en los demas contenidos de una vivencia (en tanto que nos permiten reconocer la situaci6n fisica que existe entre el objetoy el 6rgano sensorial corres- pondiente), si se da una percepcién actual o no. Para ¢l anilisis epis- temolégico basta la circunstancia de que se pueda decidir la pregunta de si un componente determinado debe ser considerado como una percepcién actual o como mera representaci6n. Volviendo a nuestro ejemplo: se trata de la pregunta de si se da una vivencia de la clase Lo una vivencia de la clase L'. B. APLICACION: EL CONOCIMIENTO DE LA PSIQUE AJENA § 4. Andlisis logico del conocimiento de la psique ajena Las relaciones aqui expuestas, i. e. la relacidn logica entre el compo- nente suficiente y el componente prescindible, asf como la relacién epistemoldgica entre el micleo y la parte secundaria, son muy sen- cillas y casi podrian parecer triviales —especialmente en los ejem- plos de que nos valimos. Sin embargo, las formaciones de los diver- sos conceptos que acabamos de presentar también son aplicables a aquellos casos de que ha partido el debate filosdfico con sus tesis y antitesis, como lo es p. ej. la disputa alrededor del problema del co- nocimiento de la psique ajena. La inteleccién de que la psique pro- pia y la psique ajena ocupan en cada caso un lugar epistemoldgico muy diferente, gana cada vez més terreno. En nuestros dias, este estado de cosas s6lo puede ser disputado a partir de ciertas posicio- nes metafisicas. La diferencia epistemoldgica entre la psique ajena y la psique propia quedar4 especialmente clara una vez que hayamos investigado la relacién entre la psique ajena y lo fisico. Las siguientes reflexiones deben demostrar la siguiente resis: el nucleo epistemol6gico de todo conocimiento concreto de la psique aje- na consiste en percepciones de algo fisico; 0 dicho de otra manera: (epistemolégicamente) la psique ajena sélo consiste en una parte se- cundaria de lo fisico. Para demostrar esto, hay que hacer primero un andlisis logico, y después el andlisis epistemoldgico. Si tengo un conocimiento de! proceso concreto de una psique ajena, es decir, un conocimiento de ciertos procesos de la conciencia (0 inconciencia) de otro sujeto 4, puedo haberlo adquirido de di- 18 LA TAREA DE LA EPISTEMOLOGIA versas maneras. En primer lugar, yo experimento el proceso dz una psique ajena A, si-A me relata los procesos de su conciencia (que mis vivencias sean V;); en segundo lugar, los percibo en los movi- mientos expresivos (semblante, gestos) o en las acciones de A (V2) sin que A me las relate. Algunas veces, aun cuando no haya un re- lato, puedo (supuestamente) tener un conocimiento de los procesos de la conciencia de A, si conozco su cardcter y ademds sé en cudles condiciones externas 4 se ha encontrado (V3). Otra via para conocer los procesos de la psique ajena no la hay. (Aqui no quiero discutir la telepatia, dado que por fo menos no se usa como método para el conocimiento cientifico de la psique ajena.) En cada uno de los casos del conocimiento de la psique ajena, Vj, V2, V3, dichas vivencias estén conectadas con la percepcién de algo fisico. Ahora haremos un andlisis légico y mostraremos que, en todos los casos, las percepciones de algo fisico (componentes a1, a2, 43) son componentes suficientes, es decir, que las representaciones acerca de la psique ajena (componentes 51, b2, 63) son solamente componentes prescindibles (cn el sentido de nuestra definicién de este concepto) Con base en nuestras reflexiones anteriores establecemnos que la relacin “componente suficiente” y “componente prescindible” vale entre b y a mostrando la posibilidad de hacer una reconstrucci6n ra- cional de 5 con base en ay los conocimientos anteriores que ya ten- gamos. En el caso V; es posible hacer la reconstruccién racional de 5, de la siguiente manera: para la evaluacién epistemoldgica ele- gimos, de Ia vivencia del relato de A —que ya hemos entendido—, solamente la percepciin de los signos fisicos (a1), es decir que elegi mos, o bien e escuchar las palabras habladas (entendidas como soni- dos), 0 bien el ver las palabras escritas (entendidas como signos). Sin embargo, no tomamos el entender estos signos (by), el cual también se presenta en la vivencia original misma. A partir del material a; inferimos el contenido tedrico de b;, para lo cual usamos nuestros conocimientos anteriores. Sin embargo, en esta reconstruccién se Presupone que ya conocemogs las palabras que escuchamos, 0 que por lo menos podemos adivinar su significado a partir del contexto correspondiente (es decir, que lo podemos inferir a manera de con- jetura). Si este presupuesto no se cumple, entonces no est4 presente ninguna vivencia de la clase 7, y tampoco se presenta el compo- nente b;. Si yo recibo una carta escrita en chino solamente veré ra- yas negras, sin que pueda conocer nada de la psique ajena. Pero sise El, CONOCIMIENTO DE LA PSIQUE AJENA, 19 cumple dicho presupuesto, entonces puedo inferir el significado de la oraci6n, partiendo de las palabras percibidas (los sonidos escucha- dos o Jas figuras vistas) y con ayuda del conocimiento del significado de las palabras; y este sera el contenido de by, es decir, aquello de la psique ajena que es conocido en Vy. En el caso de ¥2 (percepciones de acciones y de movimientos ex- presivos de A) el estado de cosas es muy similar. (Esto se debe a que V, es estrictamente un caso especial de V2.) Siveo p. ej. la cara tisuefia de gusto de.A (a2), entonces la representaci6n del gusto de A (b2) esta contenida a la vez en mi vivencia, sin que yo tenga que hacer primero una inferencia especial. Sin embargo, para evaluar mi conocimiento, no necesito evaluar también el componente b> de mi vivencia, dado que puedo inferirlo a partir de a2 con base en mi ex- periencia anterior acerca del significado de las expresiones facialcs. OBJECION. (“La objecién det bebé”.) Algunas veces se asume que un infante reacciona apropiadamente ante los gestos regacijados a tos de su madre, antes de que haya podido acumular las experien- cias acerca del significado de dichos movimientos expresivos. De mos desentendernos de la cuestidn de si este supuesto es corr que la psicologfa infantil todavia no ha dado una respues ; este problema. Pues aun cuando una vivencia del conocimienio de lg psique ajena ocurriera en un adulto que no tuviera las experiencia’ correspondientes previas, y que sin embargo fuera sus vivencias mediante el ienguaje, esto no cambiarfa nuestro resul- tado epistemoldgico. La vivencia podria estar conformada de tal ma- nera que la percepcién visual de la frente adusta de A contuviera ala vez cl temor de una erupci6n de ira por parte de A. Pero en ese caso, la evaluaci6n epistemoldgica no debe decir: “A tiene la frente adusta; A est4 iracunda” (0 dicho en el lenguage de lo fisico: “A reaccionara inmediata y perceptiblemente de tal y cual manera”); pues la segunda oraci6n no debe ser considerada como conocimiento, si en la vivencia se presenta la mera representacion de Ia ira de 4. Solamente podriamos hablar de conocimiento si a éste le hubieran precedido las experien- cias inmediatas con base en las cuales 1a persona que hace las vivencias supiera que al configurarse la frente de un ser humano de tal y cual manera, generalmente hay que esperar una conducta iracunda. Este caso no es diferente de los casos en que se conoce solamente lo fisico. Supongamos que se diera el caso de un ser humano que nunca ha experimentado el calor de la flama ni ha aprendido en teorfa lo que es esto, y por primera vez en su vida ve una flama (sin poder percibir calor), y a la vez adquiere la representacién de que es caliente. Un 20 LATAREA DE LA EPISTEMOLOGIA supuesto (nativista) como éste tampoco estaria en contradiccién con nuestra concepcion epistemoldgica (empirista) de que el conocimiento del calor de la flama sdlo puede obtenerse mediante la experiencia. Pues para obtener el contenido de la representacién de que la flama es caliente y que a la vez sea un conocimiento y no s6lo el contenido de una representaci6n, es indispensable que uno haya tenido ciertas per- cepciones (0 por io menos una), a partir de las cuales se pueda inferir mediante la induccidn que una cosa que se ve asf y asf suele percibirse como algo caliente. El tercer caso, V3 (Ia presunci6n con base en el conocimiento an- terior acerca del cardcter de A, asi como sus circunstancias externas actuales percibidas o conocidas de alguna manera), no es de fun- damental importancia. En este caso, a la persona misma que tiene la vivencia generalmente le est4 claro que no se trata de un cono- cimiento originario, sino de una inferencia o de un procedimiento intuitivo semejante a una inferencia, dado que presupone un conoci- miento del carécter de A. Pero también en este caso se puede inferir el proceso psiquico de A (b3) mediante una reconstruccidn racio- nal (usando el conocimiento anterior), a partir de las circunstancias fisicas (a3). Algunas veces el conocimiento del proceso psiquico de A (63) no se da con inmediatez en la vivencia misma, sino que debe ser inferido mediante la reconstruccién. Quisiera insistir.en que el método aplicado de la reconstrucci6n racional de ninguna manera encierra la opini6n de que en Ia vivencia genuina ¢ inmediata, b (la psique ajena) pueda inferirse a partir de a (lo que se percibe de lo fisico). Solamente aseveramos que entre los contenidos tedricos de los componentes de las vivencias b y a se presenta una dependencia ldgica; ésta puede ser demostrada en que 5 se deduce posteriormente mediante una inferencia a partir de ay los conocimientos anteriores. § 5. Andlisis epistemolégico del conocimiento de Ia psique ajena Elanilisis /ogico de las vivencias, mediante el cual se reconocen Jos procesos de la psique ajena, ha establecido que en todos los casos posibles (Vi, V2, V3), el componente a (la percepcidn de lo fisico) es epistemologicamente suficiente, y el componente b (la represen- tacién del proceso reconocido de la psique ajena) es prescindible en relaci6n con a. Ahora emprenderemos el andlisis epistemolégico de estas vivencias, ¢1 cual tendré por resultado que en cada uno de los EL CONOCIMIENTO DE LA PSIQUE AJENA 21 casos el componente epistemoldgico a es el nticleo y el componente b la parte secundaria. Para demostrar esto, tendremos que mostrar, ademéas de la dependencia ldgica de b respecto dea, la dependencia epistemoldgica. Para hacer esto, hemos establecido dos criterios di- ferentes: la justificaci6n de b a partir de a, y la posibilidad del error de un 5 con base en a. Ahora aplicaremos sucesivamente estos dos criterios al conocimiento de la psique ajena. El primer método radica en establecer que, para fundamentar 0 Justificar un conocimiento de la clase b, el procedimiento cientifico siempre exige como necesaria una referencia a los componentes vi- venciales de la clase a y siempre reconoce como suficiente dicha re- ferencia. Aqui presuponemos que el procedimiento de las ciencias especiales, a las que generalmente nos remitimos, puede ser consi- derado como epistemoldgicamente inobjetable. En nuestro caso, en que recurrimos a ciertos métodos de conocimiento muy generales usados por la psicologfa, podemos presumir que este presupuesto ya est4 cumplido, dado que las diversas posiciones de la epistemo- Jogfa no han hecho ninguna objecién contra dicho método (tampoco por parte de quienes no estén de acuerdo con nuestra tesis). Si un psicdlogo tuviera que fundamentar o justificar la asevera- cién de que enel experimento una persona A ha tenido talesy cuales procesos de conciencia, no s¢ le puede creer simplemente a secas, si nos dice que él mismo vivencié eso o que lo sintié claramente. Mas bien se exige que justifique mediante cul de las tres maneras, ;, V2, 0 V3, Obtuvo dicho conocimiento. Desde luego, en el caso de V, el psicdlogo no esté obligado a indicarnos cada una de las pala- bras que oy6 0 que ley6. Si puede hacerlo, entonces esto vale como la justificacién mds segura, y la consideramos como suficiente. Sin embargo, por lo menos el psic6logo debe poder informar que oyé 0 leyé ciertas palabras que eran de tal naturaleza, que permiten infe- tir, a partir de sus aseveraciones, el proceso de la conciencia de A. También en el caso de Vz se considera que la justificacion es sufi- ciente, si se pueden indicar los movimientos expresivos o cualquier otro comportamiento de.4. Ademés, en la justificacién es indispen- sable que se pueda informar que se percibieron tales y cuales carac- teristicas en elcomportamiento de A, de manera que a partir de ellas se haya podido inferir el proceso de la concicncia de A. Finalmente, en el caso V3, la justificacion se cumple mediante la descripcién de jas circunstancias externas percibidas en que se encuentra A y del co- nocimiento previo de su cardcter (la investigaci6n y la justificacion 22 LA TAREA DE LA EPISTEMOLOG{A del (presunto) conocimiento del cardcter de A no tiene lugar aqui; éste se remite a vivencias cognoscitivas anteriores que experiment6 el psicdlogo, las cuales a su vez son de la clase Yj 0 V2). El segundo criterio para la relaci6n nécleo-parte secundaria en- tre ay b, se cumple sicon base en otras experiencias sobre vivencias del tipo de la que se prueba, sabemos que b puede basarse en el error. Decimos que “b se basa en un error”, si después resulta que, si bien se presenta realmente el contenido epistemoidgico de a, el deb no se presenta. Ahora bien, el criterio se cumple para las vivencias del conocimiento de la psique ajena. Si tenemos una vivencia de la clase V, podemos aclararnos que cl relato de.A puede ser una mentira o un error. De todos modos siempre existe esta posibilidad, aunque sea muy improbable en un caso especial. Esta posibilidad podria signi- ficar: el contenido epistemolégico del componente a; (nuestro co- nocimiento de las palabras ofdas 0 leidas) corresponde a la realidad, pero no el contenido de b; (nuestro presunto conocimiento de lo co- municado del proceso de Ia conciencia de.A). En una vivencia de la clase V2 existe la posibilidad de una simulacién (con la intencién de engafiarnos o de ser actuaci6n tcatral). Aqui se presenta lo mismo que antes: a2 corresponde a la realidad, pero bz no. Los gestos y las acciones percibidas son reales; no lo son, en cambio, ios procesos de la conciencia reconocidos (conjeturalmente). El caso de V3 no re- quiere una reflexién especial, dado que desde un principio tenemos conciencia de que el conocimiento del proceso de la conciencia de A s6lo puede ser obtenido tentativamente, a pesar de haber percibido correctaménte las circunstancias externas de A, es decir, que en este caso tenemos conciencia de un posible error. Con estc est4 demosirada nuestra resis de que en todos los ca- Sos en que se obtiene un conocimiento de la psique ajena, al niicleo epistemol6égico de la vivencia del conocimiento solamente pertenecen percepciones de lo fisico. §6. Resultado: proyecto de un drbol genealégico de los conceptos Nuestras reflexioncs nos han conducido al resultado de que todo co- nocimiento dela psique ajena se reduce al conocimiento de lo [isico. Esto quiere decir: todo conocimiento de 1a psique ajena tiene, como nucleo epistemoldgico, percepciones dc lo fisico. Este estado de co- sas también lo expresamos de la siguiente manera: los objetos de la psique ajena son “epistemolégicamente secundarios” respecto de los EL CONOCIMIENTO DE LA PSIQUE AJENA. 23 objetos fisicos, los Gitimos son “primarios” respecto de los primeros. (Aqui entendemos “objetos” en el sentido mds lato: formaciones, configuraciones, procesos, estados, propiedades etc. de la psique en general.) Aquino podemos profundizar en las consecuencias filosdficas de dichos resultados. Sin embargo, examinemos brevemente las rela- ciones que hay entre las otras clases de objetos. Una reflexin similar a laanterior mostraria que los objetos espirituales (en el sentido de las configuraciones y los procesos culturales) son epistemolégicamente secundarios respecto de las psiques ajenas y lo fisico. Esto seria atin més f4cil de demostrar, dado que no hay prejuicios emocionales —y silos hay son pocos— que obstruyan dicha demostraciGn; s6lo se ne- cesita mostrar que el conocimiento de los procesos espirituales (p. ej. de una religién) parte del conocimiento de los procesos psiquicos (“manifestaciones”) que ocurren en los portadores de dicho proceso espiritual y del conocimiento de sus “documentaciones” fisicas. Ademés se puede demostrar que los objetos fisicos son epistemolé- gicamente secundarios respecto de los objetos de la psique propia, dado que el conocimiento de los objetos fisicos depende de percepciones. Si se desarrollaran y se ejecutaran las investigaciones cuyos re- sultados hemos indicado aqui (ésta es tarea de la teoria de la cons- iitucién), seriamos conducidos al siguiente sistema epistemolégico de constitucién, con los cuatro niveles que comprenden las cuatro clases principales de objetos (y que debe ser leido de abajo hacia arriba): 4, Objetos espirituales 3. Objetos de las psiques ajenas 2. Objetos fisicos 1. Objetos de la psique propia Los objetos comprendidos en cada uno de estos niveles pueden a su vez ser ordenados segin su reducibilidad epistemoldgica. Asi se obtendré finalmente un sistema de los conceptos u objetos de lacien- cia unificada, el cual, con base en unos pocos “concepios bdsicos”, conduce a una construcci6n de los conceptos restantes de los diver- sos niveles. En dicho sistema cada uno de los conceptos que pueda ser objeto de una proposicién cientifica tiene fundamentalmente un lugar determinado, En el sistema de constitucién el ordenamiento de los conceptos significa dos cosas. En primer lugar, cada concepto

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