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La evolución de los murciélagos: Retórica frente a la ausencia de datos

Kunstformen der Natur (1904), Ernst Haeckel, plancha 67


1. Plecotus auritus (Murciélago orejudo septentrional)
2. Plecotus auritus (Murciélago orejudo septentrional
3. Nyctophilus australis
4. Megaderma spasma trifolium (Murciélago trifoliar)
5. Vampyrus auritus = Chrotopterus auritus (Murciélago orejudo lanudo)
6. Lonchorhina aurita (Murciélago orejudo de Tomé)
7. Lonchorhina aurita (Murciélago orejudo de Tomé)
8. Natalus stramineus (Murciélago mejicano con oídos de embudo)
9. Mormoops blainvillii (Murciélago antillano cara de fantasma)
10. Anthops ornatus (Murciélago cara de flor)
11. Phyllostomus hastatus (Murciélago de nariz de lanza)
12. Furipterus coerulesens
13. Rhinolophus equinus
14. Centurio flavigularis
15. Vampyrus spectrum (Murciélago espectral)

23 diciembre 2008 — Según el guión darwinista, cada animal


evolucionó sus características adaptativas determinadas a partir de
un antecesor que carecía de estas características. Examinemos los
murciélagos. Tienen que haber evolucionado sus alas y su
dispositivo de sonar por descendencia con progresivas
modificaciones a partir de unos antepasados parecidos a los
ratones que viviesen en tierra. ¿Es suficiente con imaginarse tal
cosa, o deberíamos esperar que la ciencia proporcionase prueba
de que esto es lo que realmente sucedió?

En el mes de diciembre, la revista Scientific American publicaba un artículo con el título de «Taking Wing:
Uncovering the Evolutionary Origins of Bats [El Despegue: Desvelando el origen evolutivo de los
murciélagos]». Suena como que se han encontrado las pruebas, que ahora por fin se desvelan, y que podemos
ahora pasar a leer acerca de ello. En realidad, la redactora Nancy B. Simmons acababa con esta extraordinaria
admisión:

A pesar de muchos y nuevos descubrimientos acerca de la aparición de los murciélagos, quedan


misterios.Los antecesores de los murciélagos tuvieron que haber existido antes del Eoceno, pero no
tenemos ningún registro fósil de los mismos. Igualmente, se sigue desconociendo la identidad de los
parientes más cercanos de los murciélagos. Los investigadores estaban también muy deseosos de
saber cuándo el linaje de los murciélagos se separó por primera vez de forma distintiva respecto de
los otros laurasiaterios y cuánto de la primitiva evolución y diversificación de los murciélagos sucedió
en los continentes septentrionales en contraste a los meridionales. Por ello necesitamos fósiles que se
encuentren aun más cercanos al origen de los murciélagos que el Onychonycteris. Si tienen suerte, los
paleontólogos descubrirán estos especímenes,
y les ayudarán a resolver estos y otros
enigmas acerca del origen de estos fascinantes
animales.

Evidentemente, esto hace referencia al


Onychonycteris y a los otros «muchos nuevos
descubrimientos» que tendrán que prestar su
apoyo a la narración evolucionista salvando los
vacíos que quedan. ¿Qué decía el artículo
acerca de esto? Simmons había comenzado
refiriéndose a las maravillas de los murciélagos
tal como los conocemos actualmente. Admite que «difícilmente se puede considerar que su despegue fuese
inevitable: ningún otro mamífero ha conquistado el aire» con vuelo activo, aunque diversos mamíferos pueden
planear con alerones extendidos de piel. Sin embargo, el vuelo activo impone rigurosas exigencias sobre
muchos órganos, y la ecolocación que se encuentra en el 85% de estos «maravillosos voladores» impone unas
restricciones adicionales sobre el cráneo, la boca, los oídos y la garganta. La redactora dedica un cierto tiempo a
describir todos los factores involucrados en esto después de decir: «Desde luego, la manera exacta en
cómo estos reyes del cielo nocturno surgieron procedentes de antecesores terrestres es una cuestión que ha
cautivado a los biólogos durante décadas».

Corynorhinus townsendii
Fuente: Nevada Bureau of Land Management

Luego pasaba a considerar su propio descubrimiento este año del Onychonycteris finneyi en Wyoming, «el
murciélago más primitivo jamás descubierto» (véase el informe sobre su descubrimiento con fecha
de 16/02/2008). Este murciélago, que poseía unas extremidades anteriores más cortas y unas extremidades
posteriores más largas que los murciélagos actuales, era sin embargo totalmente capaz de volar. De hecho, los
murciélagos rinopomátidos actuales de cola larga tienen, dice ella, una relación parecida del aspecto de las alas.

La primera cuestión evolutiva que abordaba su descubrimiento, por tanto, no era cómo había evolucionado el
vuelo activo, sino si evolucionó primero el vuelo, o el sonar primero, o si el vuelo y el sonar evolucionaron de
manera simultánea. Su argumento es que los fósiles conocidos con anterioridad no ayudaban a llenar este vacío,
pero que el Onychonycteris no parecía tener sonar. Así, ganan los proponentes de que el vuelo evolucionó
primero, según dice ella.

«Sin embargo, carecemos de fósiles que establezcan qué relación tienen los murciélagos con otros
mamíferos», decía ella en una sección acerca de la diversidad de los murciélagos actuales. Los estudios
genéticos no los relacionan con otros mamíferos planeadores. Los antecesores más cercanos, «un antiguo
linaje conocido como Laurasiaterios» consiste de «animales tan diversos como carnívoros, mamíferos
ungulados, ballenas, osos hormigueros, musarañas, erizos y topos» —ninguno de los cuales son voladores
(aunque en Fantasía 2000de Disney aparecen ballenas voladoras). Esto deja mucho espacio evolutivo sin
cubrir:

Los primitivos laurasiaterios, sin embargo, fueron probablemente seres del tamaño de un ratón o de una
ardilla que andaban sobre sus cuatro cuartos y comían insectos. Se cree que los
laurasiaterios evolucionaron en el antiguo supercontinente de Laurasia, que comprendía lo que es
actualmente Norteamérica, Europa y Asia, probablemente en el período del Cretáceo superior, hará
como 65 a 70 millones de años. La posición exacta de los murciélagos dentro de este grupo es
incierta, pero es evidente que una cantidad considerable de cambio evolutivo separa
al Onychonycteris y otros murciélagos de sus antepasados terrestres.

Algo de este cambio de habitante de la tierra a volador puede haber tenido lugar con una rapidez
sorprendente, si recientes descubrimientos en el campo de la genética del desarrollo sirven de
indicación. Aunque cortos para ser de murciélago, los dedos del Onychonycteris están muy alargados en
comparación con los de otros mamíferos. ¿Cómo pudo haber evolucionado este alargamiento?

Buena pregunta. ¿Su respuesta? Proteínas morfogenéticas óseas (BMPs por sus siglas en inglés). Los genes para
estas proteínas del desarrollo de las extremidades se expresan de manera diferente en ratones y en murciélagos.
Si podemos imaginar cambios graduales en la expresión génica de las BMPs, entonces podemos imaginar
formas de transición, incluso si no se encuentra ninguna en el registro fósil:

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