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Pioneros de paradigmas

El DINERO
La palabra dinero deriva del latín denarius (moneda de plata de la
antigua Roma, que equivalía a diez ases [monedas de bronce]). Era
concebido por Marx y Engels como la mercancía equivalencial por
excelencia, pues permitía obtener bienes y servicios.
La base de la vida en la urbe es el dinero. Sin él, ni agua se podrá
tomar, a no ser que un benevolente samaritano la regale. Su presencia
en el bolsillo permite, no solamente gastar, sino, también, comprar la
fuerza de trabajo necesaria en los medios de producción y de
distribución. De aquí que, el que tiene el dinero, puede hacer más
dinero sin trabajar (inversionista), mientras que el que carece de él,
debe mercantilizar su fuerza de trabajo para obtenerlo.
Desde el siglo XVII, su emisión es responsabilidad de bancos
centrales, pero durante más de mil seiscientos años no fue así. Tener
el poder de emitir dinero, literalmente, significa ser el rey de la
posibilidad de adquirir bienes y servicios en una población. Por esto,
en 1656, Johann Palmstruch persuadió al rey de Suecia, Carlos X
Gustavo, para que le diera el permiso de crear el primero banco
central de Europa: el Banco de Estocolmo. Y, por esta misma razón,
los creadores de la Reserva Federal, en 1913, sobornaron a los
congresistas y al presidente de E.U. (Woodrow Wilson) para que
aprobaran la privatización de este nuevo banco central.
No obstante, desde la aparición de las criptomonedas (2009), los
bancos centrales están perdiendo su hegemonía.
Y tú, ¿cuántas criptomonedas tienes?
Leyder Lasprilla Barreto, Ph. D (c)
Líder organizacional
Cel: 300 7440815

leyderlasprilla@hotmail.com

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