Professional Documents
Culture Documents
INTRODUCCION
En el presente trabajo evaluamos adecuadamente la temática que nos
proponemos examinar remite inexorablemente a un mínimo encuadramiento
previo respecto de la génesis y evolución del derecho a la imagen, para luego
evaluar si las imágenes personales pueden o no ser consideradas “datos”
tutelables a través de las normas del derecho de la protección de datos, y si
dicha eventual protección puede extenderse a las imágenes sobre bienes.
1
derecho a la imagen hunde sus raíces en el ius imaginum, del Derecho
Romano, una institución de derecho público a tenor de la cual se concedía un
privilegio a la nobleza (extendido mucho después a la plebe, al tener acceso a
los cargos otrora exclusivos de los nobles), que consistía en la facultad de
exponer, en el atrio de los palacios, los retratos de sus antepasados que
hubieran desempeñado magistraturas curules.
2
consentimiento del resto de los parientes. A partir del reclamo de éstos, los
jueces reconocieron que “el derecho a oponerse a tal reproducción es absoluto,
éste tiene su principio en el respeto que impone el dolor de las familias, el cual
no podría ser desconocido sin enfriar los sentimientos más íntimos, los más
respetables de la naturaleza y de la piedad doméstica”.
En los Estados Unidos, en junio de 1890, pocos meses antes de que apareciera
el famoso opúsculo en el que Warren y Brandeis definían el “right to privacy”,
un Tribunal de Nueva York estableció, en el caso “Marion Manola v. Stevens &
Myers”, que para la circulación de retratos debía requerirse el consentimiento
del fotografiado.
3
DERECHO A LA IMAGEN
La jurisprudencia de diversos países ha establecido la norma de que nadie
puede reproducir ni publicar la imagen de otra persona sin consentimiento de
ella, inclusive en Bolivia toda persona que crea estar indebida o ilegalmente
impedida de obtener la eliminación de datos registrados por cualquier medio
que afecten a su derecho fundamental a su propia imagen podrá interponer la
Acción de Protección de Privacidad.
Si es el signo esencial. Es aquello que nos coloca frente a los demás. Por eso
existe la necesidad de tutela jurídica.
NATURALEZA JURIDICA.
¿Es innato o adquirido? Es atributo de toda persona desde que nace, es innato.
Otros dicen que es adquirido porque sólo pueden demandar los famosos,
ese derecho a la imagen se adquiere cuando se tiene fama.
4
¿Se podrá enajenar la imagen “mortis causa”? ¿Sera un derecho de la
personalidad “ad vitam”? O de lo contrario, ¿podrá ser transmisible “mortis
causa”? Para unos no es trasmisible, este derecho se acaba con la vida de la
persona. Para otros se puede, el derecho a la imagen es transmisible porque lo
que muere es el cuerpo no muere la imagen. Si la imagen es de una persona
importante y que hace historia el derecho pasa a la comunidad, la propiedad
pasa a la comunidad, entonces el derecho a la imagen se tiene sólo por un
tiempo.
Asimismo, hay que colocar el art. 16, en relación con el art. 23 del mismo
Código, conforme al cual, "Los derechos de la personalidad son inviolables y
cualquier hecho contra ellos confiere al damnificado la facultad de demandar el
cese de ese hecho, aparte del resarcimiento por el daño material o moral".
5
En efecto, el art. 21 de la Constitución Boliviana reconoce, explícitamente, el
derecho la propia imagen, junto al derecho a la intimidad y al honor. Si tenemos
en cuenta que el artículo 109.I de la Carta Magna boliviana afirma que "Todos
los derechos reconocidos en la Constitución son directamente aplicables", y
que, según el art. 1 13.I de la misma, su vulneración "concede a las víctimas el
derecho a la indemnización, reparación y resarcimiento de daños y perjuicios
en forma oportuna", es evidente que se impone una reforma del CC, que
permita y viabilice mayor efectividad al derecho a la imagen,
constitucionalmente reconocido como un derecho autónomo.
Me conformaré aquí una vez aceptada esta idea, con esbozar una serie de
reflexiones sobre el tema.
6
reconocible por la sociedad. El derecho a la propia imagen sería entonces el
poder que el ordenamiento jurídico atribuye a la persona para determinar
cuándo es posible la representación de su figura, o dicho de otro modo, la
facultad de decidir cuándo su figura puede ser reproducida por un tercero y
cuándo no.
7
a) La primera de ellas es la de determinar si puede ser considerada como
ilícita la mera captación, no consentida, de la imagen de una persona o, por el
contrario, será necesaria la difusión de la misma.
Ahora bien, la solución puede ser diversa, si, como propugnamos, la figura
humana, en cuanto bien de la personalidad, se protege con independencia de
la reputación de la persona.
8
El problema viene planteado, porque la delimitación que el art. 10 CC italiano
hace de la intromisión ilegítima es muy restringida, dado que solamente
contempla, como tal, la exposición o publicación de la imagen (se entiende, que
sin el consentimiento del titular del derecho), pero no la captación o
reproducción de la misma.
Por ello, los autores italianos generalmente admiten que la mera fijación de la
imagen en un retrato fotográfico no origina un daño moral resarcible, a no ser
que el retrato ponga de manifiesto aspectos íntimos de la persona fotografiada,
en cuyo caso habrá una intromisión ilegítima, pero no, en el derecho a la
imagen, sino en el derecho a la intimidad.
Se ha dicho que el CC italiano de 1942 sigue una posición, que está lastrada
por un arrastre histórico6. Sigue, así, la solución dada por Ley de 22 de abril de
1941 (N° 633), sobre derechos de autor, heredera del Real Decreto Ley de 7
de noviembre de 1925 (N° 1950), que, a su vez, estuvo decisivamente influido
por la vieja Ley alemana de 9 de enero de 1907, relativa al derecho de autor
sobre las artes figurativas y el retrato (KUG), todavía en vigor.
9
prohibición de reproducir la imagen sin el consentimiento la persona
representada, mediante el recurso a la categoría del derecho general de la
personalidad.
Se dice, así, que una cosa es que nos expongamos a la mirada de los
transeúntes y otra cosa, muy distinta, es que debamos soportar ser el objeto
principal de una fotografía, si no queremos ser retratados, y ello, aunque el
destino de la foto sea la pura contemplación de quien la hace, y no, su difusión
pública. A no ser que concurra una de las autorizaciones legales para la
intromisión previstas en el art. 8 LO 1 /1982, toda persona tiene la facultad de
10
impedir ser fotografiada, contra su voluntad, como parte del contenido del
derecho a su propia imagen; y ello, aunque la fotografía no revele aspectos de
su vida privada, ni haya sido todavía publicada.
Opino que una cosa es que la captación no consentida sea considerada como
ilícita y otra cosa distinta es que deba dar lugar a una indemnización de daños
y perjuicios, la cual, en nuestra opinión, sólo procederá, si se produce la
divulgación de la imagen, ya que, en caso contrario, no se producirá un daño
moral.
11
posibilidad de exigir la destrucción del soporte físico en que se haya realizado
la captación o reproducción.
Por ello, se ha dicho que, para que pueda hablarse de intromisión en la imagen
de una persona, es necesario que ésta resulte objetivamente reconocible, a
partir de la propia representación gráfica, sin necesidad de acudir a criterios
subjetivos de asociación, extrínsecos a ella misma, para identificarla.
12
de interés general que justifique la intromisión15. En ausencia de dicho interés
general (que hay que identificar con la libertad de información o expresión),
poco importa la finalidad con que se realice la intromisión: su ilicitud no
requiere, así, que tenga carácter lucrativo. En este sentido, en España, el art.
7.6 LO 1/1982, considera intromisión ilegítima "La utilización de la imagen de
una persona para fines publicitarios, comerciales o de naturaleza análoga".
CONCLUSIONES
Toda persona incluso las personas jurídicas privadas y públicas, tiene derechos
sobre las imágenes respecto de sus bienes, y ese derecho proviene
esencialmente del derecho constitucional de propiedad (el que, como se
expresó, es más amplio que el derecho de dominio emanado del Código Civil),
13
pero no nos parece correcto aludir a un derecho a la imagen sobre los bienes
como derecho autónomo.
En este sentido, respecto de las imágenes sobre los bienes, resulta de suma
utilidad la jurisprudencia francesa, no sólo por su alto grado de desarrollo
específico sino por ser su ordenamiento civil fuente directa del argentino y de la
mayoría de las legislaciones latinoamericanas, especialmente en materia de
dominio. Y con relación a las imágenes difundidas por la Internet, cabe recurrir
a los valiosísimos antecedentes de la Agencia Española de Protección de
Datos y a sus pares europeos, que van consolidando una interesante línea de
análisis, aplicable en nuestros países, aún con escasa protección en esta
materia.
14
hemos reseñado probablemente no sean las únicas relevantes, por lo que
habrá que estar atentos a su evolución, que adquirió y adquirirá seguramente
un mayor vértigo, siguiendo el ritmo que le marca el creciente desarrollo de la
sociedad de la información.
BIBLIOGRAFIA
QUISBERT, ERMO, "Derechos de la Personalidad II ", Apuntes Jurídicos,
http://jorgemachicado.blogspot.com/2013/01/dpii.html Consulta: - See
more at:
http://jorgemachicado.blogspot.com/2013/01/dpii.html#_Toc346271630
LUIS F. P. LEIVA FERNÁNDEZ, El derecho a la imagen de las cosas
propias, L.L. 2006–B, 689, con cita de Juan A. Bibiloni, Reforma del
Código Civil. Anteproyecto, Buenos Aires, Ed. Kraft, 1940, t. III, p. 105,
nota al art. 2446 del anteproyecto.
LUIS F. P. LEIVA FERNÁNDEZ, El derecho a la imagen de las cosas
propias, “La Ley”, 2006–B, 689.
RAMÓN DANIEL PIZARRO, Responsabilidad civil de los medios masivos
de comunicación. Daños por noticias inexactas o agraviantes, 2ª ed.
Actualizada y ampliada, Hammurabi, Buenos Aires, 1999, p. 346/350.
15