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Los efectos del Cambio Global sobre

la dinámica de procesos
hidrológicos, y geomorfológicos

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1. Cambios de uso del suelo y estructura del paisaje


2. Erosión del suelo y producción de escorrentía
3. Estudios hidromorfológicos en cuencas
experimentales
4. Evaluación y evolución de los recursos hídricos
5. Variabilidad espacial y temporal de la acumulación y
fusión de nieve
6. Eventos pluviométricos e hidrológicos extremos
7. Impacto hidrológico de los embalses
8. Sedimentación en embalses
Actualizado: 07.06.2005
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9. Ríos torrenciales y conos de deyección
10. Flujos de derrubios (debris flows): modelización de
riesgos

Cambios de uso del suelo y estructura del


paisaje
La organización del espacio de cualquier territorio depende de la
combinación compleja de las características ambientales, la
organización social (incluyendo los recursos culturales y
financieros), las relaciones con el exterior (principalmente a través
de las reglas del mercado) y la presión demográfica. El resultado
final es un modo peculiar de aprovechamiento del territorio, que
se manifiesta en unos determinados patrones de ocupación del
espacio.

Cada modelo de organización del espacio afecta de manera


diferente a las características de los suelos (resistencia, capacidad
de infiltración), a la cubierta vegetal e incluso a la topografía (por
ejemplo, cuando se construyen bancales de cultivo o sistemas de
drenaje de la escorrentía). En consecuencia afecta a la erosión del
suelo, la generación de escorrentía, la intensidad y frecuencia de
avenidas, el aterramiento de embalses y la dinámica de sistemas
sedimentarios (deltas, conos de deyección, llanuras aluviales). Es
evidente que un cambio de envergadura en los usos del suelo
introduce a su vez cambios de gran importancia en la dinámica
hidrológica y geomorfológica.
Causas e influencias de la organización espacial de los usos del suelo

A lo largo del siglo XX las áreas de montaña han experimentado


profundos cambios en la organización del espacio. El uso
tradicional, relacionado con una fuerte densidad de población y
con la necesidad de autoabastecimiento alimentario, se basó en el
aprovechamiento exhaustivo de laderas pendientes para el cultivo
de cereales, a veces en sistemas de nomadeo con escasas
estructuras de conservación del suelo. Gran parte de las laderas
solanas hasta 1500 o 1600 m s.n.m. conservan las huellas de los
antiguos campos de cultivo. También se cultivaban los fondos de
valle, algunos sectores estabilizados de conos de deyección y
rellanos colgados. La despoblación que se anunciaba desde finales
del siglo XIX, se acentuó de manera espectacular a partir de los
años cincuenta del siglo XX, lo que explica (junto a un profundo
cambio en las relaciones de la montaña con el exterior) el intenso
proceso de abandono de tierras. Este problema ha sido estudiado
especialmente por T. Lasanta en La evolución reciente de la
agricultura de montaña: el Pirineo aragonés, y en
aproximaciones similares llevadas a cabo en el Sistema Ibérico
riojano.

En la actualidad la superficie cultivada en el Pirineo se limita a los


fondos de valle, ocupando pequeños retazos de terrazas fluviales
en una estrecha franja paralela a los ríos. Sólo en la Depresión
Interior Altoaragonesa la presencia de amplios depósitos
cuaternarios (terrazas y glacis) crea un paisaje agrícola dominado
por los cultivos cerealistas y forrajeros. Las antiguas laderas
cultivadas han sido completamente abandonadas y han entrado en
un proceso natural de recolonización vegetal, con diferentes
formaciones de matorrales densos, o bien han sido artificialmente
reforestadas. Estimaciones realizadas en la cuenca alta del río
Aragón permiten concluir que los campos abandonados se han
transformado en prados (7 %), matorrales (28 %) y bosques (65
%). Este cambio en la cubierta vegetal y en los usos del suelo
tiene, indudablemente, repercusiones de gran entidad sobre la
generación de escorrentía y la producción de sedimento.
Mosaico de usos del suelo actuales en un valle Pirenaico (valle de Aísa).
Figura: cobertura actual de los campos de cultivo abandonados durante
el siglo XX

Las repoblaciones forestales se han estudiado por su gran


influencia hidrológica y geomorfológica, tanto en los Pirineos
(García Ruiz & Ortigosa, 1988 y 1992) como en el Sistema
Ibérico (Ortigosa, 1991: Las repoblaciones forestales en La Rioja:
resultados y efectos geomorfológicos).
Se ha considerado también de gran interés el estudio de los efectos
de la Política Agraria Comunitaria sobre la evolución de la
agricultura y la ganadería de montaña, así como las interrelaciones
entre las actividades tradicionales y la reciente expansión turística.

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Erosión del suelo y producción de escorrentía


Desde principios de los años ochenta del pasado siglo se
analizaron los efectos hidromorfológicos de los grandes cambios
de uso del suelo. Así, se abordó el estudio de las repoblaciones
forestales en La Rioja y en el Pirineo aragonés, confirmando la
importancia de las técnicas de reforestación para explicar la
variabilidad en la respuesta erosiva, así como la gran influencia de
la heterogeneidad topográfica (L. Ortigosa, 1991: Las
repoblaciones forestales en La Rioja: Resultados y efectos
geomorfológicos). La evolución de los campos abandonados fue
estudiada por P. Ruiz Flaño por medio de transectos
geomorfológicos y pequeñas parcelas experimentales. Los
resultados obtenidos demuestran que la evolución se halla
estrechamente relacionada con el uso posterior al abandono (es
decir, intensidad del pastoreo y aplicación o no de fuegos
frecuentes).

Parcelas experimentales en la Estación Experimental 'Valle de Aísa'

Desde 1991 se instaló la Estación Experimental “Valle de Aísa”,


financiada en parte por medio de la RESEL (Proyecto
LUCDEME). Consta de 13 parcelas experimentales cerradas de 30
m2 de superficie. Cada una de ellas está sujeta a un uso del suelo
diferente, que puede variar con el paso del tiempo. En la
actualidad los usos controlados son los siguientes:

 Formación de matorral denso


 Prado
 Cereal fertilizado
 Cereal de artigueo (agricultura nómada)
 Barbecho
 Artica abandonada
 Parecela abandonada a partir de cereal
 Parcela de matorral quemado en 1991
 Parcela de matorral quemado en 1993 y 2000

En 2003 se han instalado 4 nuevas parcelas, dos con matorral


denso y otras dos afectadas por un incendio.

De cada parcela se obtiene información sobre escorrentía y


transporte de sedimento durante eventos pluviométricos. Existen
ya diversas publicaciones sobre los principales resultados en
Mountain Research and Development, Environmental
Management, Landscape Ecology, Geographicalia y Cuadernos
de Investigación Geográfica. Puede concluirse que el matorral
denso, el prado y la parcela abandonada a partir de cereal generan
muy poca escorrentía y tienen bajos valores de erosión del suelo.
En el caso de las parcelas quemadas, las pérdidas son muy
elevadas durante los primeros meses tras el incendio, pero después
la recuperación de la vegetación es muy rápida y tienden a
asemejarse a la parcela de matorral denso. Por el contrario, las
parcelas cultivadas o en barbecho soportan elevadas pérdidas de
suelo y de agua, confirmando las consecuencias erosivas de la
agricultura tradicional en laderas.

Producción de escorrentía bajo diferentes usos del suelo, estación


experimental 'Valle de Aísa'
Pérdida de suelo bajo diferentes usos del suelo, estación experimental
'Valle de Aísa'

En esta misma línea se ha analizado la evolución de los campos


abandonados en la Depresión del Ebro dentro de la política de
retirada de tierras de la Unión Europea. Los resultados se han
publicado en Catena.

Por último, se ha creado la Estación Experimental “San Mateo de


Gállego”, en el curso inferior del río Gállego, con dos parcelas de
matorral abierto (dominado por Rosmarinus officinalis) y otras
dos sometidas a incendio.

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Estudios hidromorfológicos en cuencas


experimentales
La necesidad de disponer de una perspectiva más global de la
generación de escorrentía y del transporte de sedimento aconsejó
la monitorización de cuatro cuencas experimentales en el Pirineo,
una de ellas en alta montaña y las otras tres en montaña media.
La cuenca de Izas (33 ha) se localiza en la cabecera del valle de
Escarra, cuenca alta del río Gállego, entre 2060 y 2280 m de
altitud, sobre sustrato de pizarras carboníferas densamente
fracturadas. Toda la cuenca se sitúa por encima del límite superior
del bosque, de manera que predominan los pastos subalpinos y
alpinos. La precipitación media está alrededor de 1900 mm, con
abundante innivación entre noviembre y mayo. Funciona como
cuenca experimental desde 1987.

Evolución del caudal de la Cuenca de Izas durante el año hidrológico


1997-98

La cuenca de Arnás fue intensamente explotada hasta mediados


del pasado siglo. Tiene una superficie de 284 hectáreas y se
localiza en la cabecera del valle de Borau (cuenca alta del río
Aragón). El pico más elevado está a 1330 m s.n.m. y la
desembocadura a 900 m. Todo su territorio fue cultivado con
campos de cereal incluso en laderas convexas y pendientes,
ocasionalmente mediante sistemas itinerantes (shifting
agriculture). En la actualidad la cuenca se halla en fase de
recolonización vegetal, con predominio de matorrales densos de
Genista scorpius, Buxus sempervirens, Echynospartum horridum,
Juniperus communis y Rosa gr. canina. Los suelos son, en
general, poco profundos, con evidencias de haber sufrido intensa
erosión en los momentos de mayor presión humana. Está en
funcionamiento desde 1996.

La cuenca de San Salvador tiene una superficie de 89,8 hectáreas


y se localiza en el valle de Aísa (cuenca superior del río Aragón),
muy próxima a la anterior. Está ocupada por un bosque denso de
Pinus sylvestris, con pequeñas manchas de Fagus sylvatica en la
concavidades umbrías y de Quercus gr. faginea en la solana.
Como la cuenca de Arnás, el sustrato rocoso es flysch eoceno. Se
monitorizó en 1998.

Finalmente, la cuenca de Araguás, con 45 ha, está situada en la


vertiente solana de la Depresión Interior Altoaragonesa (Canal de
Berdún), sobre margas del Eoceno. Se caracteriza por la presencia
de cárcavas (badlands) muy activas, en un medio muy propenso a
la erosión, tanto por la fácil meteorización de las margas como por
la escasa vegetación. Se ha monitorizado en el inicio de 2005.

Las cuatro cuencas están equipadas con:

 Estación meteorológica completa, con registro continuo de


precipitación, temperatura, humedad del aire, radiación y
velocidad del aire. En la cuenca de Izas el pluviómetro
dispone además de un sensor de temperatura que activa la
fusión en momentos de innivación. En las cuencas de Arnás
y San Salvador se han ubicado otros pluviómetros para la
medición de la interceptación bajo bosque y matorral.
 Flume en la desembocadura de la cuenca donde se ha
instalado un sensor de ultrasonidos para la medición
continua de la altura del agua.
 Turbidímetro para la medición continua de la turbidez del
agua y, mediante calibración, obtener así la concentración
de sedimento en suspensión, que facilita el cálculo de tasas
de erosión y transporte.
 Conductivímetro para el control continuo de la
conductividad del agua, que proporciona el transporte de
solutos.
 Tomamuestras automático de agua, para la captación de
muestras de agua en momentos de avenida.
 Trampa de sedimentos para la carga gruesa (transporte de
fondo). Se vacía después de cada avenida.
 Además, en la cuenca de Arnás se han instalado sondas para
el muestro de la humedad mediante TDR. Se localizan en
diferentes contextos topográficos (exposición, ubicación en
la ladera, forma de la ladera). El muestreo es dicontinuo.
Complementariamente, en Arnás y San Salvador se han
instalado piezómetros con sondas de nivel que
proporcionan medidas en continuo de las variaciones del
nivel freático.

La instrumentación descrita permite disponer de información


meteorológica, caudal, transporte de sedimento y humedad del
suelo, lo que ha permitido realizar balances hidrológicos y
estudiar los factores que influyen en la generación de crecidas.
Los resultados obtenidos hasta ahora muestran un comportamiento
hidrológico muy diferente en las cuatro cuencas y confirman la
importancia de la cubierta vegetal y de la altitud (por su influencia
en el volumen de precipitación y en la innivación). En el caso de
la cuenca de Izas el caudal es muy bajo y constante en invierno, ya
que la precipitación queda retenida en forma de nieve. La
primavera experimenta fuertes oscilaciones diarias según las
fluctuaciones de temperatura entre día y noche, con el desarrollo
de hidrogramas en forma de onda. Desde el final de junio la
cuenca está libre de nieve y el caudal se relaciona con la
precipitación, con intensas tormentas en verano y lluvias
prolongadas en otoño.
La exportación de sedimento desde la cuenca de Izas muestra una
importante variabilidad interanual. En promedio se estima que los
solutos representan entre el 60 y el 85% del total, el sedimento en
suspensión, entre el 5 y el 20%, y la carga de fondo, entre el 1 y el
30%. Los eventos extremos provocan el agotamiento de la carga
de fondo disponible en el cauce, limitando su transporte en años
posteriores incluso aunque se produzcan nuevas avenidas intensas
Evolución de la precipitación y el caudal en la cuenca experimental de
Arnás (octubre a febrero de 2000)

La cuenca de Arnás reacciona de forma inmediata frente a


cualquier precipitación. La forma de los hidrogramas en la cuenca
de Arnás, muy similar al hietograma, sugiere que la cuenca está
dominada por procesos de escorrentía superficial, lo que se conoce
como modelo hortoniano.

Diagramas de avenida (precipitación, P, y caudal, Q) en la cuenca de


Arnás
De todas formas, precipitaciones más intensas no producen picos
de caudal más elevados, lo que prueba que el funcionamiento
hidrológico es más complejo. Probablemente, parte de la cuenca
(áreas localizadas cerca del cauce) tienen una respuesta
hidrológica rápida, explicando también el que en muchos casos el
pico de sedimento en suspensión preceda al pico de crecida. Pero
el resto de la cuenca necesita tener condiciones húmedas para
reaccionar frente a cualquier precipitación. Esta es la razón por la
que se distinguen dos tipos de crecidas:

 Bajo condiciones secas, cuando la escorrentía superficial se


genera en pequeños sectores dando una respuesta rápida
aunque límitada.
 Bajo condiciones húmedas, cuando la escorrentía
superficial se produce en toda la cuenca. La respuesta
también es rápida, pero el pico de crecida es más elevado,
incluso durante lluvias moderadas.

Así, el comportamiento hidrológico de la cuenca de Arnás refleja


la coexistencia de áreas heredadas de una intensa actividad
humana, con escasa cubierta vegetal y predominio de procesos de
erosión difusa, y áreas donde la recolonización vegetal cubre la
mayoría de las laderas, reduciendo la generación de escorrentía.
Las primeras reaccionan rápidamente a cualquier precipitación,
mientras las segundas necesitan condiciones húmedas para
contribuir de manera general al hidrograma.

En la cuenca de San Salvador la respuesta hidrológica es mucho


más moderada, con lentas fases de ascenso y descenso. La
generación de avenidas de cierta intensidad tiende a concentrarse
en primavera, como consecuencia de periodos prolongados de
lluvias.
Evolución de la precipitación y el caudal en la cuenca experimental de
San Salvador (octubre a febrero de 2000)

También se han podido observar importantes diferencias entre las


dos cuencas en cuanto a la exportación de sedimento. En las
cuencas se estima tanto la carga en suspensión (por correlación
con los valores de turbidez, medidos a tiempo continuo), en
solución (a partir de medidas de conductividad, también a tiempo
continuo) y la carga de fondo (mediante presa de retención de
sedimento, vaciada periódicamente).
Exportación de sedimento en la cuenca experimental 'Barranco de Arnás',
año hidrológico 1999-2000. Exportación total: 581 t (2.04 t ha-1)

La tasa específica de exportación de sedimento en Arnás es


alrededor de un 10% más elevada que en San Salvador. Sin
embargo, las diferencias más importantes entre las dos cuencas se
refieren a la importancia relativa de los diferentes modos de
transporte, como se aprecia en las figuras. En la cuenca de San
Salvador la mayor parte de la exportación de sedimento se realiza
en forma de solutos, mientras que en Arnás predomina la carga en
suspensión. En San Salvador no se han registrado episodios de
transporte de carga de fondo, mientras que en Arnás el acarreo de
material grueso ocurre en casi todas las crecidas.

Exportación de sedimento en la cuenca experimental 'Barranco de San


Salvador', año hidrológico 1999-2000. Exportación total: 175 t (1.87 t ha-
1)

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Evaluación y evolución de los recursos hídricos


Las áreas de montaña generan la mayor parte de los recursos
hídricos de la zona mediterránea, donde, en general, la
precipitación es escasa, la evapotranspiración es elevada y existe
un fuerte contraste entre estación húmeda y seca. La mayor parte
de los recursos hídricos que se consumen en las tierras bajas
(consumo urbano, polígonos industriales y áreas de regadío)
proceden de cabecera, lo que los convierte en recursos con un
altísimo valor estratégico para el desarrollo regional. Por ello, una
parte de los esfuerzos del Departamento de Erosión y Usos del
Suelo se ha dirigido a la caracterización de los regímenes
hidrológicos y su evolución temporal, así como a determinar los
factores que explican esa evolución.

Régimen de gestión del embalse de Mediano, Pirineo central

Las principales variables que controlan la producción de agua en


una cuenca son la precipitación, la intercepción y la
evapotranspiración. Estos factores se hallan estrechamente
relacionados con cambios en el clima y en los usos del
suelo/cubierta vegetal.

Aunque el Departamento ha llevado a cabo estudios hidrológicos


en el Sistema Ibérico (por ejemplo, El régimen de los ríos de La
Rioja: García Ruiz y Martín Ranz, 1992), la mayor parte se ha
centrado en el Pirineo, debido no sólo a la diversidad de
regímenes, sino también al importante papel de la nieve y a la
expansión reciente de regadíos en Bardenas y Riegos del Alto
Aragón.
Cambio en la relación entre precipitación y caudal en los ríos pirenaicos,
periodo 1910-2000

Los índices climáticos regionales han confirmado la existencia de


ciclos climáticos de 15 a 20 años de duración. No se han probado
evidencias de una tendencia climática anual desde mediados del
siglo XX. En cambio, sí se ha observado una tendencia en el
índice regional de caudal de los ríos pirenaicos. Los cambios en
las relaciones anuales entre precipitación y caudal sugieren que
este último fue relativamente menor en la segunda que en la
primera parte del periodo de estudio. Más aún, no existen apenas
tendencias climáticas a escala mensual, mientras el caudal de
invierno y primavera disminuyó significativamente en los últimos
60 años. La diferencia entre las tendencias del clima y del caudal
implica que un factor no climático y a la vez dependiente del
tiempo determina una menor disponibilidad de los recursos
hídricos.

La evolución negativa del caudal de los ríos pirenaicos coincide


con los grandes cambios que han tenido lugar en la gestión del
territorio. Desde mediados del siglo XX la mayor parte de los
campos de cultivo en laderas han sido abandonados y colonizados
progresivamente por una densa cubierta de matorral y arbolado.
Esto representa una progresiva reducción de caudal, como se ha
comprobado en otros estudios en los Pirineos (Estación
Experimental “Valle de Aísa” y cuencas experimentales de Arnás
y San Salvador).

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Variabilidad espacial y temporal de la


acumulación y fusión de nieve
Los estudios sobre geomorfología de alta montaña y sobre los
recursos hídricos confirman la extrema importancia de la nieve
para explicar (i) la variabilidad estacional de los caudales; y (ii) la
ocurrencia de determinados procesos relacionados con la fusión
nival, con la saturación del suelo y con los contrastes térmicos. Sin
embargo los estudios sobre la nieve se enfrentan a la escasez de
información, que además tiende a ser espacialmente muy parcial.

Reconstrucción de la evolución del manto nivoso invernal en el Pirineo


español, periodo 1950-2000

A partir de la información disponible en el Proyecto ERHIN, se ha


realizado una cartografía de la distribución del manto de nieve en
marzo y abril, teniendo en cuenta la altitud, la latitud, la
exposición y la forma de las laderas. Además, se ha construido una
serie con las fluctuaciones de la innivación entre 1950 y 2000, a
partir de regresiones que han tenido en cuenta la precipitación y la
temperatura invernal. Esta serie muestra una tendencia negativa
estadísticamente significativa, que tiene importantes repercusiones
sobre los caudales de invierno y primavera, lo que ha obligado a
ajustar los patrones de gestión de los embalses.

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Eventos pluviométricos e hidrológicos


extremos
Se acepta de manera general que en el área mediterránea los
eventos extremos son responsables de la mayor parte del
transporte de sedimento en suspensión y carga de fondo, así como
de los grandes cambios en los cauces fluviales y en determinadas
laderas. El Departamento ha estudiado, por un lado, algunos casos
concretos de eventos excepcionales y, por otro, ha tratado de dar
una perspectiva más global sobre la probabilidad de ocurrencia de
eventos extremos en áreas de montaña y sus repercusiones
geomorfológicas.

La catástrofe de Biescas (6 de agosto de 1996) fue estudiada en


detalle inmediatamente después de su ocurrencia. García Ruiz et
al. (1996) y White et al. (1997) aportaron, mediante medidas
indirectas, información sobre la intensidad de la precipitación en
diferentes puntos de la cuenca, el pico de avenida en distintas
secciones de los barrancos de Arás y Betés, y el volumen total de
sedimento transportado durante el evento. Las características de la
avenida fueron explicadas por la intensidad de la precipitación y
por factores topográficos y geomorfológicos.
Efectos de la avenida de Biescas (6 de agosto de 1996) sobre la
vegetación y las presas de retención de sedimento del barranco de Arás

Mediante diversas aproximaciones estadísticas se han analizado


los riesgos de ocurrencia de lluvias correspondientes a distintos
periodos de retorno. Igualmente se han caracterizado las
consecuencias hidrológicas y geomorfológicas de tales lluvias.
Estimación de la precipitación máxima diaria más probable para un
periodo de retorno de 100 años

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Identificación de fuentes de sedimento


La estación y las cuencas experimentales son de gran ayuda para
diferenciar las áreas productoras de sedimento y las escasamente
contribuyentes. Sin embargo, la identificación y cartografía de
tales fuentes requiere otro tipo de aproximaciones. En la cuenca
alta del río Aragón (Beguería, 2003) se ha elaborado mediante
teledetección el mapa de áreas erosionadas. Posteriormente,
mediante la utilización de un Sistema de Información Geográfica
y la implementación de un modelo hidromorfológico, se han
detectado las áreas que estando afectadas por erosión son
realmente contribuyentes a la red fluvial. A partir de la
información topográfica derivada de un MDT, de la
caracterización de los suelos y de la cubierta vegetal se obtiene un
modelo de accesibilidad a los cauces y se representan las zonas en
las que predomina la sedimentación.

Cartografía del potencial de erosión / deposición de sedimento, contacto


entre el flysch Eoceno y las Sierras Interiores, Pirineo aragonés. Foto:
erosión sobre arcillas rojas del Pérmico, sector de Aguas Tuertas (valle de
Hecho)

La cartografía obtenida demuestra la gran importancia de las


margas de las Depresión Interior Altoaragonesa como grandes
contribuyentes a la carga de sedimentos del río Aragón, junto con
los afloramientos estefanienses de cabecera y, más localmente,
algunas áreas afectadas por actividades humanas en el pasado
(agricultura de laderas, incencios frecuentes).
Cartografía de estados erosivos, contacto entre la Depresión Interior y el
Sector del Flysch Eoceno, Pirineo aragonés. Foto: erosión en cárcavas
sobre las margas eocenas de la formación Pamplona

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Impacto hidrológico de los embalses


Los estudios sobre recursos hídricos se enfrentan con frecuencia a
las perturbaciones que los embalses introducen en el régimen
fluvial. Por esta razón se ha abierto una nueva línea de
investigación que analiza (i) los patrones de gestión de los
embalses y su relación con el destino del agua almacenada
(regadío, producción hidroeléctrica) y la variabilidad de los
caudales a corto y a medio plazo; (ii) el efecto de los embalses
sobre los regímenes fluviales; (iii) la laminación de las avenidas y
su variabilidad en relación con el tamaño de los embalses (ratio de
retención) y con la capacidad de almacenamiento disponible en el
momento de producirse la avenida; y (iv) la evolución de
aterramiento de los embalses y su relación con la evolución de los
recursos hídricos y los cambios de uso del suelo en la cuenca.
Especial énfasis se ha puesto en el estudio del papel de la nieve (y
su evolución reciente) sobre los patrones de embalsado.

Frecuencia de avenidas en el río Aragón antes y después de la


construcción de la presa (relación pico de caudal diario vs. periodo de
retorno)

Esta línea de trabajo analiza los embalses del Pirineo Central


español, entre las cabeceras de los ríos Aragón y Noguera
Pallaresa. Los resultados confirman que se han producido cambios
en los patrones de gestión de los embalses, debido a la necesidad
de adaptarse a la tendencia experimentada por los caudales.
Igualmente se comprueba la importancia del tamaño de los
embalses (especialmente cuando forman sistemas complejos,
como en los ríos Cinca y Noguera Ribagorzana) y de su uso. Así,
los embalses para regadío tienden a reducir menos los picos de
crecida primaverales, debido a la necesidad de disponer de un
nivel elevado de embalsado en esa época para atender a la
demanda de agua de riego.
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Sedimentación en embalses
La sedimentación en embalses es un problema científico (además
de ambiental y económico) de gran importancia, pues los
embalses pueden definirse como grandes trampas de sedimento
que retienen la mayor parte de los materiales transportados por el
río. La sedimentación se estudia por medio de cortes en el
momento de menor nivel, lo que permite identificar las
acumulaciones provocadas por crecidas individuales y su datación
por medio de Cesio 137. La existencia de batimetrías permite
estimar el volumen total de sedimentos depositados en el vaso del
embalse e incluso su evolución en el caso de que se hayan
realizado varias batimetrías.

Relleno sedimentario reciente en el embalse de Yesa (río Aragón)

El estudio de las batimetrías realizadas en el embalse de Yesa (río


Aragón) y las dataciones y mediciones de acumulación de
sedimento en el embalse de Barasona (río Ésera) han permitido
concluir que los aportes de sedimento se han reducido desde los
años ochenta del pasado siglo, muy probablemente en relación con
la recuperación de la cubierta vegetal y la disminución del número
e intensidad de avenidas durante este periodo.

Pérdida Aportación
Vida útil
Año Capacidad de anual de
estimada
capacidad sedimento

1959 471 Hm3 353 años


14 Hm3 1.4 Hm3

1969 457 Hm3

7 Hm3 0.39 Hm3


1986 450 Hm3 588 años

Tasa de sedimentación, pérdida de capacidad y vida útil esperada del


embalse de Yesa, a partir de datos de batimetrías

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Ríos torrenciales y conos de deyección


La actividad geomorfológica e hidrológica de las laderas explica
las características morfológicas y el funcionamiento de los cauces
fluviales y conos de deyección. Por ello, la perspectiva de un
sistema geomórfico complejo debe incluir una aproximación al
transporte fluvial y a su dinámica. Una primera aproximación
consistió en el estudio del cauce del río Oja (Sierra de la
Demanda/Depresión del Ebro, La Rioja) en el contexto de su
cuenca, en un intento por relacionar los cambios que se producen
en las características de los sedimentos a medida que cambian los
rasgos litológicos, topográficos o de vegetación en la cuenca.
Posteriormente se estudiaron cauces torrenciales en el Pirineo
Central, especialmente relacionados con la llegada de materiales
gruesos transportados mediante flujos de derrubios. En el río Ara,
la Tesis de Virginia Rubio se enfocó al estudio de la evolución del
cauce y de las propiedades de los sedimentos.
La Tesis de Amelia Gómez Villar sobre 'Conos aluviales en
pequeñas cuencas torrenciales de montaña' analiza los factores
que explican la distribución espacial de los conos de deyección en
el Sistema Ibérico riojano y en el Pirineo Central español.
Igualmente, se estudian las características de la organización de
los sedimentos y la forma y tamaño de los conos en relación con
las características de las cuencas.

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Flujos de derrubios (debris flows):


modelización de riesgos
Los flujos de derrubios constituyen un fenómeno muy común en
las laderas de montaña, dando lugar a una rápida transferencia de
sedimento y, en ocasiones, a situaciones catastróficas que afectan
a infraestructuras y a la seguridad de las personas. Además tienen
una gran influencia sobre la morfología de los cauces, sobre todo
de aquellos que atraviesan el Sector de Flysch eoceno, que
aparecen escombrados por grandes volúmenes de sedimentos
gruesos.
Morfología típica de un 'debris flow'

Se ha estudiado la distribución espacial de los flujos de derrubios


y los factores que la explican, muchos de ellos en relación con
actividades humanas. No obstante, el esfuerzo más importante se
ha puesto en la metodología necesaria parta identificar las áreas de
riesgo y las probabilidades de ocurrencia futura, con la
elaboración de mapas en los que además se ha tenido en cuenta la
distancia que previsiblemente recorrerían los flujos de derrubios y
su posible accesibilidad a los cauces

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