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Paolo Guerrero nunca jugó un solo partido en el torneo local. Marchó a Alemania antes de los 20 años.

¿Será por esa razón que cuando se pone la blanquirroja la suda y la rompe, se embronca y lo expulsan,
festeja sus goles y lamenta sus yerros? ¡Oh, Perú milenario e insondable!

Fútbol peruano:
la eterna fantasía
Alonso Pahuacho*

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CULTURA

N
o existe pasión que contenga, objetivo de mantener viva la ilusión del
dice Jorge Eslava, tantos arre- hincha de clasificar al Mundial. El viejo
batos de celebración, nostalgia discurso de “sí se puede”.
y desconsuelo como el fútbol. Eso lo En esta lógica operativa, señalaré algu-
sabemos muy bien los hinchas peruanos. nas ideas que haré dialogar con algunos
Y dentro de esa pasión desenfrenada, el conceptos claves de la teoría psicoanalí-
momento del clímax llega cada vez que tica: en primer lugar, el rol que juega la
juega nuestra selección nacional. Ya sea publicidad futbolera1 en la construcción
en partidos amistosos, pero en mayor de discursos fantasmáticos que, mediante
medida cuando se trata de competencias la apelación al goce de los sujetos, sos-
oficiales —partidos de la Copa América tienen y alimentan la eterna promesa de
o Clasificatorias al Mundial—, la afición nuestra clasificación al Mundial; por otro
se vuelca en masa al Estadio dispuesta lado, intentaré esbozar por qué los hinchas
a alentar una vez más a la blanquirroja. peruanos siguen creyendo en la selección
Pero la esperanza del hincha nunca a pesar de las constantes derrotas y los casi
es directamente proporcional a los re- nulos éxitos deportivos. Como dicen algu-
sultados que obtiene nuestro equipo en nos, “el hincha peruano es masoquista”,
la cancha: hace más de treinta años que aunque como veremos más adelante, más
no clasificamos a un Mundial. “Si hubiera que de masoquismo se trata de un goce
un Mundial de hinchas, seríamos campeo- que nunca lo llena. Como decía Jacques
nes”, narra Daniel Peredo en un antiguo Lacan, el goce equivale al sufrimiento.
comercial de la cerveza Cristal dedicado a
Atravesando el fantasma
reenganchar al aficionado peruano luego
mundialista
de nuestra desastrosa participación en las
últimas eliminatorias rumbo a Sudáfrica ¿Cómo es posible que el discurso
2010. Y lo cierto es que funcionó. Funcionó publicitario controle, dirija y sostenga el
al igual que las decenas de comerciales que goce de cada sujeto? ¿Por qué insistir en la
ciclo tras ciclo se difunden con el único fantasía mundialista? Primero, debemos
entender que todo discurso se articula
sobre la base de un valor afectivo, el cual
* Periodista por la PUCP.
1 Con este término me referiré a todos los spots varía en cada sujeto. Según Lacan, debido
publicitarios sobre la selección nacional de fútbol a su carácter colectivo, estos discursos
realizados por sus principales auspiciadores:
Coca-Cola, Cerveza Cristal y Movistar TV. también dirigen una serie de investimentos

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psíquicos, los cuales se manifiestan en sino la esperanza”.4 Además, señala que lo
una serie de identificaciones y vínculos que en realidad se compra y se consume5
sociales. Pero estas fuerzas no se articulan en nuestras sociedades no son objetos
desordenadamente en la publicidad, más definidos por sus propiedades naturales
bien, se conectan y se fijan a significantes o físicas, sino por las fantasías que los
importantes —el fútbol, la gastronomía, rodean, las fantasías que se articulan en
por ejemplo— de acuerdo con la realidad el discurso publicitario: el hincha no va al
vivencial de cada sujeto. En palabras más estadio a ver el peinado de Paolo Guerrero
sencillas, estos discursos, con su fuerte o el último tatuaje de Vargas, el hincha
carga psíquica emocional, se encargan de va porque sueña con que quizá, esta vez,
“administrar” el goce en cada persona. podamos ganar el partido.
El discurso fantasmático es el que, Hemos visto que los fantasmas se
gracias al goce que proporciona, permite sostienen por el goce, pero habría que
que los sujetos se movilicen y relacionen distinguir qué entendemos por goce, que
de una manera específica. Así, el teórico no es lo mismo que placer. Es más, en la
griego Yannis Stavrakakis indica que esa teoría lacaniana ambos se oponen. Para
promesa imaginaria de recuperar nuestro Lacan el goce equivale al sufrimiento,
goce perdido/imposible es el origen prin- a un placer doloroso, porque en el mo-
cipal del soporte fantasma2 que sostiene, mento en que el sujeto intenta ir más allá
en nuestro caso particular, el proyecto del placer y ve que no es posible, que su
mundialista. cuerpo solo admite cierto límite, todo ese
Según Sigmund Freud, el fantasma exceso se convierte, paradójicamente, en
designa una escena que se presenta en la dolor: un dolor que deriva de su propia
imaginación y que dramatiza un deseo búsqueda de satisfacción. De ahí que
inconsciente.3 Aterrizando este término no sea correcto señalar que el hincha
en la lógica de la publicidad futbolera, el peruano es masoquista porque le gusta
fantasma funciona como una construc- ver siempre perder a su selección. Lo
ción que alimenta el deseo en el hincha que el hincha está buscando es el goce,
peruano, ya que le promete compensar su pero como descubrimos, el goce conlleva
falta creada con la pérdida de goce (las inevitablemente el sufrimiento.
derrotas que se suceden una tras otra) con
la promesa de un futuro mejor: que esta
vez sí podremos lograr la clasificación al 2 Stavrakakis, Yannis, La izquierda lacaniana. Psicoa-
Mundial. nálisis, teoría y política. Buenos Aires: FCE, 2010.
3 Evans, Dylan, Diccionario introductorio de psicoa-
También Jean Baudrillard, en La socie- nálisis lacaniano. Buenos Aires: Paidós, 2007.
dad del consumo, advierte sobre los efectos 4 Baudrillard, Jean, La sociedad de consumo. Sus
mitos, sus estructuras [1970]. Madrid: Siglo XXI,
fantasmáticos del discurso publicitario: “La 2009.
5 El fútbol entendido también como algo que se
publicidad es un lenguaje profético: no pro- “consume”: compra de camisetas, ir al estadio,
mueve el aprendizaje ni el entretenimiento, escuchar la radio, comprar diarios deportivos, etc.

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La publicidad deportiva se apoya entre tanta derrota en la hinchada, y no en los jugadores. Apuesta a
la camiseta y la chela. A falta de goles, buenos son los spots. A meter chongo en la previa. ¡Qué viva el
trasero de la chica y la panza del payaso!

Stavrakakis ha identificado una tipo- que la fantasía nunca se completa, pues


logía de las dimensiones del goce que a pesar de algunos “buenos resultados”
resulta fundamental en el análisis de la seguimos siendo eliminados. Esos goces
publicidad futbolera del Perú. En primer no son lo que buscamos, como señala
lugar, se ubica el “goce prometido”, que Lacan en el Seminario Aún: “‘¡No es eso!’;
es el goce que “vende” la publicidad: la con ese grito se distingue el goce obtenido
fantasía de que podemos clasificar al Mun- del esperado”. Finalmente, y para casos
dial. Sin embargo, esto no es suficiente, más puntuales, nos topamos con la ter-
porque, efectivamente, nunca lo logramos cera dimensión, la del “robo” del goce, la
(así surjan nuevos jugadores, se cambie cual explica que no podemos completar
de técnico, se juegue en altura, etc.). Pero nuestra fantasía —no podemos tener un
lo que sí se dan muchas veces son expe- goce completo— porque alguien se lo
riencias momentáneas de goce, como lo robó. Así, surgen toda clase de chivos
fueron los últimos arranques victoriosos expiatorios para intentar explicar nuestro
en las clasificatorias o el tercer puesto lo- propio fracaso: echarle la culpa al árbitro,
grado en la Copa América de 2011. Estos al equipo rival, al poco peso dirigencial,
“goces parciales” pueden durar un día, etc. Es por su culpa que no podemos
un mes o un año, pero lo importante es (clasificar) nosotros.

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El “sí se puede” de Freddy Ternero tenía más de angustia agónica que de canto esperanzador. El popu-
loso distrito de San Martín de Porres es más fácil de administrar que el corrupto y mediocre sistema del
fútbol peruano. (Foto: justomedio.com)

Sujeto cínico, hincha cínico Desentrañar esta lógica aparentemente


absurda no es tan sencillo como parece.
“Yo en lo personal no creo que tengamos Para precisar por qué el hincha peruano
chances de ir al Mundial. No creo en la sigue apoyando a su selección a pesar
selección. Pero igual estaré ahí viendo de la catarata de derrotas, es necesario
el partido, esperando el momento para apoyarse en Peter Sloterdijk,6 quien afirma
gritar gol con fuerza y emocionarme por que el sujeto posmoderno está al tanto de
mi querido país”, es el sincero comenta- la distancia entre la máscara ideológica y
rio en un foro de la web de El Comercio la realidad social, pero aun así insiste en
realizado por Alfredo, un hincha perua- esa máscara: “ellos saben lo que hacen, y
no que, entusiasta, se prepara cuando a lo siguen haciendo”. Y es que el hincha
nuestra selección nacional le toca jugar. peruano sabe que somos malos, que nos
Y no es el único. Cada vez que hay un encontramos en el último lugar, que lo
partido, vemos como miles de peruanos se más probable es que perdamos el partido,
ilusionan nuevamente con la posibilidad pero igual acude al estadio, alienta sin
de volver por fin, luego de más de treinta 6 Sloterdijk, Peter, Crítica de la razón cínica (trad.
años, a un Mundial de fútbol. Miguel Ángel Vega). Madrid: Siruela, 2003.

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cesar y se ilusiona con un nuevo match mundialista. Quizá por eso el hincha sigue
de nuestra alicaída selección nacional. creyendo y apoyando a la selección.
Por eso decimos que es un sujeto cínico,
un hincha cínico. Algo más que fe
Tomando el punto de vista psicoanalí-
tico, quizá nosotros, los hinchas peruanos, La publicidad futbolera juega con el nivel
volvamos a reintegrar ese síntoma —una de lo imaginario, el cual tiene una estrecha
derrota, una eliminación— a nuestro fan- relación con la dimensión sociocultural de
tasma como una promesa de goce perdido, toda persona, conformada por fantasías,
y con ello, paradójicamente, fortalecemos deseos, sueños o utopías de los que se vale
nuestro deseo y así sucesivamente sos- para instalar su discurso fantasmático que
tenemos en el tiempo la simbiosis entre sostiene la promesa de llegar al Mundial.
ambos. En otras palabras, estamos tan Así, podemos afirmar que esta funcio-
acostumbrados a perder que lo tomamos na subjetivamente como una fantasía ideo-
como algo “normal”, como algo que va lógica, por cuanto los hinchas peruanos
a ocurrir de todas maneras. Hasta la saben que presenta situaciones de difícil
prensa alimenta esto, afirmando que en credibilidad (las capacidades8 de nuestra
todo proceso vamos a “ganar, perder o selección a fin de convencernos de que la
empatar”. Sin embargo, la diferencia ra- clasificación es posible); pero aun así, ellos
dica en que creemos —ilusamente— que siguen alentando, esperanzándose en
vendrán tiempos mejores y llegará el día cada fecha. Como reza el conocido dicho
en que clasificaremos al Mundial, cuando popular, “la fe es lo último que se pierde”.
logremos traspasar ese fantasma. Será nuestra la tarea de intentar des-
También Slavoj Zizek brinda luces al
pertar de ese fantasma mundialista, de ese
respecto cuando señala que el producto
discurso que nos vende optimismo pero
publicitario de hoy se representa como un
que al momento de chocar con lo Real
objeto particular que satisface una nece-
tambalea y apenas resiste en sus cimientos.
sidad particular (de sentirnos ganadores
Mientras la lógica discursiva de la publi-
si gana el Perú), pero al mismo tiempo es
cidad futbolera continúe por este camino,
la promesa de “algo más”, la promesa de
invisibilizando los verdaderos problemas
un goce insondable cuya verdadera ubi-
del fútbol peruano, será muy difícil que
cación es la fantasía. Y toda la publicidad
podamos empezar a salir del sótano, y
apunta a ese espacio fantástico:7 la fantasía
menos aún clasificar al Mundial. Es decir,
para atravesar el fantasma será necesario
7 Zizek, Slavoj, “La ideología hoy”. En: El títere y
el enano. El núcleo perverso del cristianismo. Buenos primero despertar de la fantasía, de la
Aires: Paidós, 2005. eterna promesa mundialista, para poder
8 La típica costumbre de “inflar” a nuestros juga-
dores. trabajar sobre los síntomas9 del problema
9 Como, por ejemplo, la pésima política en las y crear nuestras verdaderas posibilidades
divisiones inferiores o fortalecer a los clubes
como verdaderas instituciones. de crecer en el fútbol internacional. n

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