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UNIVERSIDAD NACIONAL DE

INGENIERIA

FACULTAD DE INGENIERIA GEOLÓGIA MINERA Y


METALURGICA

EL ORIGEN DEL UNIVERSO

CURSO : GEOQUIMICA

SECCION : “R”

PROFESOR : ING. TUIRO SALVADOR, MARÍA CARMEN

ALUMNO : BAZÁN ZAPATA, DEUSON 20040319B

2012- II
PREGUNTA N1°: Explicar el origen del universo.

Dentro de las teorías cosmológicas, la hipótesis del Big Bang (Gran Explosión) es la que
cuenta con mayor respaldo entre los científicos. Considera que el Universo comenzó hace
unos 13.700 millones de años con una explosión colosal en la que se crearon el espacio, el
tiempo, la energía y la materia. No obstante, la gravedad puede ser lo suficientemente
fuerte, dependiendo de la cantidad de materia del Universo, como para desacelerar el
proceso expansivo. Momento a partir del cual se impondría una contracción que llevaría al
Universo a un colapso gravitatorio o Big Crunch (Gran Implosión), desapareciendo en la
nada. A la que presumiblemente sucedería otra fase expansiva, y así indefinidamente en
una interminable serie de oscilaciones.

Antecedentes:

El primero en señalar esta posibilidad, en 1922, fue el matemático ruso Alexander


Alexandrovich Friedmann. Cinco años más tarde, en 1927, el astrónomo belga Georges
Lemaître elaboró sin conocer los trabajos de Friedmann un esquema similar del cosmos
en expansión. Consideró que, dado que el universo se estaba expansionando, debió existir
un momento en el pasado en que debió de ser muy pequeño y tan denso como fuese
posible, al que llamó Huevo Cósmico.

La expansión habría tenido lugar además, dado su enorme densidad y ateniéndonos a las
ecuaciones de la relatividad, con una violencia súperexplosiva. Los trabajos de Lemaître
inicialmente pasaron inadvertidos, siendo conocidos por la labor del astrónomo inglés
Arthur Stanley Eddington. Sin embargo, fue el físico ruso-norteamericano George Gamow
quien, en los años 1930 y 1940, popularizó esta teoría a la que denominó Big Bang, para
referirse a una gran explosión inicial con la que debió haberse creado el Universo.

Pero no completamente satisfechos, en 1948, dos astrónomos de origen austriaco,


Hermann Bond y Thomas Gold, lanzaron una teoría alternativa, más tarde popularizada
por el británico Fred Hoyle que, si bien aceptaba la idea de un Universo en expansión,
negaba que hubiese tenido lugar en una primera y gran explosión. Consideraban que a
medida que las galaxias se separaban, nuevas galaxias se formaban entre ellas, con una
materia que se creaba de la nada en una proporción demasiado lenta como para ser
detectada por la tecnología del momento. El resultado es que el Universo seguía siendo el
mismo esencialmente a través de toda la eternidad, sin principio ni fin. Esta teoría hacía
mención a una creación continuada y a la idea de un Universo en Estado Estacionario,
como se vino a denominar.

Durante la década siguiente las dos teorías, tanto la del Big Bang y como la hipótesis del
Universo Estacionario, se debatían sin ninguna prueba satisfactoria que se inclinase en
favor de una u otra. No obstante, en 1949, Gamow apuntó que, si el big bang había tenido
lugar, la radiación que la acompañaría habría perdido energía a medida que el Universo se
expansionaba, y debería existir en nuestro tiempo bajo al forma de una emisión de
radioondas procedente de todas las partes del firmamento. Es decir, como una radiación
de fondo homogénea e independientemente de la orientación que tomase el receptor de
señal que se emplease. Además la radiación, como por otra parte desarrolló el físico
norteamericano Robert Henry Dicke, debería presentar las características de los objetos a
una temperatura de 5º K por encima del cero absoluto, unos - 268 º C.

Sería en mayo de 1964, cuando el físico germano-norteamericano Arno Allan Penzias y el


radioastrónomo norteamericano Robert Woodrow Wilson, siguiendo las indicaciones de
Dicke, detectaron una radiación de fondo con las características de las predichas por
Gamow, indicando una temperatura media para el Universo de unos 3 º K. El
descubrimiento de este fondo de ondas de radio es considerado hoy en día como la
prueba concluyente en favor de la teoría del Big Bang, por lo que la hipótesis de la
Creación Continua -o del Universo Estacionario- ha sido prácticamente abandonada.

Teoría del Big Bang

Atendiendo al medible corrimiento hacia el rojo (o también efecto Doppler) que muestran
las estrellas y galaxias más lejanas de nuestro sistema en su espectro de luz, la antigüedad
del Universo está cifrada en unos 13,7 mil millones de años, según las estimaciones más
recientes.

Se considera igualmente que el Universo comenzó como un gas muy tenue que se
contrajo súbitamente tras un colapso gravitatorio en un Huevo Cósmico, siendo
instantáneamente seguido de la explosión que entendemos como Big Bang.
Imagen del primer momento del universo captado por el WMAP

Partiendo de esta consideración expansiva del Universo, caben dos posibilidades:

- Universo Abierto: según la cual el Universo continuará expandiéndose para siempre,


haciéndose cada vez más y más tenue, con una densidad conjunta cada vez más y más
pequeña, hasta acercarse a un vacío absoluto.

- Universo Cerrado: en virtud de la cual la gravedad puede ser lo suficientemente fuerte,


dependiendo de la cantidad de materia del Universo, como para desacelerar el proceso
expansivo, llevando el índice de recesión de las galaxias hasta cero. Momento a partir
del cual se impondría una contracción que llevaría al Universo a un implosivo, colapso
en un Big Crunch y desapareciendo en la nada. Sucediéndose de otra fase expansiva, y
así indefinidamente en una interminable serie de oscilaciones.

El pensamiento que los astrónomos manejan en la actualidad acerca de la formación del


universo comienza desde su expansión, hace miles de millones de años, todo debe haber
estado comprimido con una enorme densidad, tanto así que el universo que hoy
conocemos pudo haber estado ocupando un volumen tan pequeño que cabria en la mano
de una persona, luego este volumen habría explotado desprendiendo una enorme
cantidad de energía. En sus primeros instantes los quarks se agruparon formando
protones y neutrones, a esto le suceden la Era de la Radiación (10.000 años),
caracterizada por la emisión de rayos gamma producidos durante la descomposición del
Deuterio o Hidrógeno pesado (además del protón del hidrógeno, contenía un neutrón)
hasta la Era del Desacoplamiento, después de 300.000 años, entre la materia y la
radiación.

Los fotones de la radiación que se movían con facilidad entre la sopa de protones y
electrones que permanecían separados, no se diseminaban ahora con tanta facilidad
cuando empezaron a crearse los átomos eléctricamente neutros. La materia y la radiación
se vieron por ello desacopladas. El cielo brillaba reluciendo al rojo vivo de 3000 º K. El
hidrógeno formaba las tres cuartas partes de la masa del universo, mientras que el resto
era en su gran mayoría helio. Dos mil millones de años pasaron para que las nubes de gas
y polvo cósmico forman enjambres de galaxias; a su vez estas galaxias pueden adoptar
forma de discos y espirales, algunas galaxias atraídas por su fuerza de gravedad colisionan
durante miles de millones de años formando una única nueva galaxia, la distancia entre
cuerpos celestes que componen una galaxia es tan grande que durante toda su colisión,
ninguna de estos cuerpos chocan entre sí.

La teoría del la gran explosión


PREGUNTA N2°: Explicar cómo se originan los elementos y en qué momento.

Recientes simulaciones por superordenador muestran al universo recién nacido llenas de


enormes e inmensas nubes de hidrogeno, luego estas nubes empiezan a condensarse y
atraerse entre si debido a su propia gravedad, a medida que el hidrogeno va
condensándose va aumentando la densidad en la región central hasta formar las primeras
estrellas de aproximadamente 100 veces el tamaño del sol, pero con una vida corta de 2 o
3 millones de años a lo máximo; luego desaparecen con una enorme explosión
denominadas hipernovas. En esas nubes de H y He de mayor densidad ocurrieron dos
hechos fundamentales. Primero, el aumento de velocidad de los átomos, debido a que
eran atraídos unos hacia otros, produjo un aumento de la temperatura de la materia hasta
que llegara un punto donde esa materia empezaría a brillar. Segundo, los átomos estarían
cada vez más juntos, aumentando la densidad y por tanto el número de colisiones entre
ellos. A medida que esto ocurría, la masa de H y He tomaba forma esférica y formaba lo
que se conoce con el nombre de protoestrella.

La temperatura en el interior de la protoestrella no es uniforme. La región central


(conocida como núcleo) es la más caliente y la temperatura decrece a medida que nos
acercamos a la superficie de la protoestrella. En un determinado momento, la
temperatura del centro de la estrella fue suficientemente elevada para que se formara un
estado de la materia conocida como plasma. En un plasma, los electrones están separados
de los núcleos atómicos, por lo que en lugar de átomos individuales, se tiene más bien un
"mar" de núcleos y electrones. Esto permite a los núcleos de los átomos interactuar entre
sí, lo cual no ocurriría si estos estuvieran rodeados de la nube de electrones que
caracteriza a los átomos de la materia en sus estados más habituales a nuestro alrededor.

La temperatura y la densidad continúan creciendo hasta que se alcanza el punto de


ignición. Hasta ese momento, las colisiones entre núcleos eran del tipo de la de las bolas
de billar: cada núcleo de carga positiva sólo se podía acercar hasta el punto donde la
repulsión electrostática era suficientemente alta para empujarlo de nuevo en otra
dirección. Pero una vez alcanzado el punto de ignición, algunas colisiones ocurrían de una
manera particular: si las velocidades y la geometría eran las apropiadas, los núcleos se
acercaban lo suficiente para que la interacción nuclear fuerte los mantuviera unidos,
formándose un nuevo núcleo más pesado. Este proceso es conocido como FUSIÓN y
produce cantidades enormes de energía que son en última instancia la causa de que las
estrellas puedan brillar. Las condiciones para que se produzca el punto de ignición varían
según el tipo de núcleos. Cuanto más ligero es el núcleo (y por tanto menor su carga
nuclear), menores son la temperatura y la densidad necesarias para acercar los núcleos lo
suficiente entre sí para que la interacción fuerte consiga mantenerlos unidos. Por tanto,
en la mezcla inicial de H y He, fue el H el primero en alcanzar el punto de ignición. El
proceso global de fusión del hidrógeno utiliza cuatro núcleos de hidrógeno para generar
un núcleo de He, dos positrones, dos neutrinos y desprender energía. Esta energía toma la
forma de radiación gamma y energía cinética de las partículas producidas que calientan
tremendamente el núcleo de la protoestrella
Hay diversas maneras posibles de que se lleve a cabo la fusión del hidrógeno, pero se
piensa que el mecanismo principal es la cadena protón-protón (cadena p-p) o el ciclo
Carbono-Nitrógeno-Oxígeno (ciclo CNO). El mecanismo utilizado dependerá de las
condiciones particulares del núcleo de la estrella. La cadena p-p ocurre bajo condiciones
de presión y temperatura menos extremas que en el caso del ciclo CON.Con
independencia del proceso implicado, una vez ha empezado la fusión del hidrógeno en el
núcleo de la estrella, lo que básicamente ocurre es que el hidrógeno es convertido en
helio y se genera gran cantidad de energía. Durante la mayor parte de la vida de la
estrella, ésta es la reacción de fusión primaria que genera energía en una estrella. El flujo
saliente de energía produce una presión que aguanta la tendencia al colapso debida a la
gravedad, estabilizando el tamaño de la estrella.
A medida que pasa el tiempo, sin embargo, este proceso de fusión produce la
acumulación de helio en el núcleo. El número, cada vez más elevado, de núcleos de helio
presentes interfiere en las colisiones de núcleos de hidrógeno que produce una reducción
de la cantidad de fusiones (proceso a veces denominado "envenenamiento de helio").
Esto reduce la presión térmica, y la estrella empieza a contraerse.

Los núcleos de helio, más masivos, se acumulan en el centro por gravedad. A medida que
estos se mueven hacia el centro de la estrella, la temperatura y la densidad se elevan en
esa zona. El proceso de fusión continúa ahora en una capa que rodea el núcleo ("shell"),
donde la concentración de helio es menor. El proceso de fusión de hidrógeno es
estimulado por este nuevo aumento de temperatura, mientras el núcleo de helio se sigue
contrayendo bajo el efecto de la gravedad. Si la temperatura llega a alcanzar los
100,000,000 K (lo cual depende de la masa inicial de la protoestrella), la fusión del helio
puede comenzar. La fusión del helio genera un núcleo de carbono a través de una serie de
reacciones denominadas proceso triple alpha. La producción de energía debida a este
nuevo tipo de reacciones, añadida al incremento de fusiones de hidrógeno producido en
la "shell" repercute en un aumento de la presión que supera a la presión gravitatoria, y
por tanto la estrella se expande. El área superficial de la estrella crece tan rápidamente,
que aún el aumento en la producción de energía no es suficiente para calentar toda la
estrella que se enfría progresivamente. La estrella entonces empieza a brillar con un color
que se torna rojizo, y por eso se llama gigante roja (que puede alcanzar dimensiones del
orden de distancia Tierra-Sol)
En este momento la estrella tiene un núcleo central de helio que se está fusionando en
carbono, rodeado por una capa de hidrógeno que se está fusionando en helio. A medida
que el carbono se produce, se repite el mismo esquema anterior. Para una estrella
promedio de tipo solar, esto es lo más lejos que se va en la producción de núcleos
pesados. No existe suficiente masa para que la fuerza de gravedad colapse el núcleo de
carbono lo suficiente para que la temperatura y densidad alcanzadas desencadenen la
fusión del carbono.

Sin embargo, si la estrella es suficientemente masiva, eventualmente se puede alcanzar el


punto de ignición del carbono, que se fusionaría para producir núcleos de Neón, y
sucesivamente se producirá la cadena Ne OSiNi, éste último desintegrándose
radiactivamente en hierro. Hasta dónde llegará el este proceso en la cadena de sucesivas
fusiones dependerá de lo masiva que sea la estrella. Aquellas que alcanzan este estadio
final se denominan supergigantes rojas.
A medida que continúa el proceso de fusión, la concentración de Fe crece en el núcleo
(core) de la estrella que se contrae elevándose de nuevo la temperatura. Pero cuando el
punto de ignición del hierro es alcanzado, se produce un hecho diferente a los anteriores.
El núcleo de hierro es el núcleo más estable de todos los núcleos atómicos. Debido a ello,
cuando los núcleos de hierro intervienen en reacciones nucleares, no se genera energía
sino que de hecho se absorbe energía. Por tanto, no sólo no se puede compensar el
progresivo aumento del tirón gravitatorio, sino que la presión interna disminuye
contribuyendo a que el colapso gravitatorio sea imparable. Durante el colapso, los núcleos
de Fe que se encuentran en la parte central son destrozados en partículas alpha (4He),
protones y neutrones que son comprimidos aún más.

Llega un momento en que las capas cercanas al núcleo en compresión llegan al límite de
compresión y rebotan expandiéndose rápidamente (fenómeno observado como Nova o
Supernova). Pero mientras las capas cercanas al núcleo empiezan su movimiento de
expansión, las capas más externas siguen contrayéndose, lo que crea un estado de colisión
en unas condiciones tremendas. En estas condiciones de colisión ocurren dos hechos que
llevan la formación de elementos aún más pesados. Primeramente, la temperatura
alcanza niveles que no pueden ser alcanzados incluso en las estrellas más masivas.
Segundo, debido a la descomposición de los núcleos de hierro en el núcleo central, existe
una alta concentración de neutrones que son expulsados de éste durante la fase de
supernova (flujo de neutrones). Los núcleos que estos neutrones encuentran a su paso
proceden a su captura y entonces decaen en un protón por emisión de un electrón y un
antineutrino. Cada captura producirá un aumente de una unidad en el número atómico de
los núcleos.
Debido al gran flujo de neutrones que se produce en una supernova, el proceso de
captura/desintegración puede repetirse muchas veces, añadiendo protones para formar
núcleos más masivos. Esas condiciones no duran mucho, pero lo suficiente para formar los
núcleos más pesados.

Todos estos elementos pesados son dispersados por el espacio y posteriormente


incorporados en la materia inicial de nueva nebulosas que formarán nuevas estrellas,
repitiéndose el proceso. Cada nuevo ciclo utiliza más H y He procedente de la núcleo
síntesis primigenia y crea mayores cantidades de elementos más pesados.

PREGUNTA N3°: ¿Cuál es la distribución de los elementos en el universo?.

La síntesis de los elementos va en función de la temperatura que hay en el centro del


núcleo de la estrella. Las reacciones de estos elementos pesados, dependen de una
compleja relación ente, la temperatura, la estabilidad del mismo y su vida media. La
máxima estabilidad de estos sé sitúa alrededor del hierro, y todas las reacciones que se
producen hasta el Fe son de tipo exotérmico. Por esto el hierro es más abundante que sus
vecinos.

Si las reacciones se produjeran indefinidamente el universo estaría comprendido


prácticamente de Fe, pero a consecuencia de la expansión del universo la temperatura fue
disminuyendo de forma que las reacciones de fusión se hicieron más lentas ó pararon.

En el universo existen elementos más pesados que el Fe, y estos se formaron a partir de la
adición de neutrones a los núcleos y posterior emisión electrónica. En entornos de baja
densidad neutrónica la adición se producía más lentamente, sin embargo en entornos de
alta densidad neutrónica la adición era rápida, como se da en a las Novas se puede
adicionar de 10 a 15 neutrones en poco tiempo originando otro tipo de elementos.
Los elementos muy pesados se pueden formar también por este tipo en donde después
de la adición neutrónica tiene lugar la perdida de electrones de los núcleos.

PREGUNTA N4°: ¿Cuál es la característica de ellos?

 El hidrógeno y el helio son los elementos más abundantes en el sistema solar y la


relación H/He es de 12.5.

 La abundancia de los 50 primeros elementos decrece exponencialmente.

 La abundancia de los elementos con número atómico superior de 50 es muy baja y


no varia apreciablemente con el incremento de numero atómico.

 Los elementos con un número atómico par són más abundantes que número
atómico par.(Regla Oddo-Harkins)

 Las abundancias de litio berílio y boro son anómalamente bajas comparadas con
los otros elementos de bajo número atómico.

 La abundancia de hierro es notablemente más alta que los de los elementos con
números atómicos similares.

 Dos elementos, el tecnecio y el prometio no tienen isótopos estables en el sistema


solar porque estos son inestables y decaen rápidamente.

 Los elementos con número atómico mayor de 83(Bi) no tienen isótopos estables,
no obstante podemos encontrar estos de forma natural en muy bajas cantidades
debido a que son los hermanos de isótopos radiactivos de larga vida de uranio y
torio.

 La abundancia de un elemento en el cosmos decrece considerablemente con el


incremento del número atómico hasta alrededor de Z = 40 (zirconio)

 Los elementos menos pesados son abundantes con excepción del litio (Li), berilio
(Be) y boro (B) que tienen valores relativamente bajos, también el hierro y níquel.

 El hidrógeno, helio muestran apreciable abundancia, así como el Carbono (C),


oxigeno (O), nitrógeno (N), neón (Ne), magnesio (Mg), silíceo (Si), azufre (S), argón
(Ar) y hierro (Fe)

 Los elementos con número atómico par son más abundantes que sus vecinos con
número atómico impar.

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