You are on page 1of 9

Riesgo Medio: suelos de calidad intermedia con aceleraciones sísmicas moderadas, inundaciones muy

esporádicas con baja velocidad, zonas con predominancia de viviendas de materiales nobles en
regular y buen estado de construcción, población con un ingreso económico medio, cultura de
prevención en desarrollo, con cobertura parcial de servicios básicos, con facilidades de acceso
para atención de emergencias, suelos aptos para uso urbano, es deseable implementar medidas
de mitigación ante desastres y educación, capacitación de la población en temas de prevención,
daños considerables en viviendas en mal estado.

Riesgo Bajo: terrenos planos o con poca pendiente, roca o con suelo compacto y seco con alta
capacidad portante, terrenos altos no inundables alejados de barrancos o cerros deslizables, no
amenazados por actividades volcánicas o tsunamis, zonas con materiales nobles en buen estado
de construcción, población con un ingreso económico medio y alto, cultura de prevención, con
cobertura de servicios básicos, con buen nivel de accesibilidad para atención de emergencias,
suelos aptos para uso urbano de alta densidad y para localización de equipamientos urbanos de
importancia, tales como; hospitales, grandes centros educativos, bomberos, cuarteles de policía,
entre otros y daños menores en la edificaciones.

EVALUACION DEL RIESGO DE CONTEXTO

DEFINICION:

Definición del Contexto: Quien debe administrar riesgos necesita identificar la


contribución que hará a la organización en el logro de sus objetIvos, valores,
políticas y estrategias, cuando tome decisiones acerca de los riesgos (contexto
organizacional). Debe comprenderse como estos objetivos, valores, políticas y
estrategias ayudan tanto a definir los criterios que determinarán finalmente cuales
de los riesgos identificados son aceptables y cuales no los son, como a establecer
las bases de los controles necesarios y la administración de las opciones. El
enfoque y profundidad de la revisión de los riesgos también debe definirse en esta
etapa (contexto de administración de riesgo).

ANALISIS DEL RIESGO Habiendo ya identificado y clasificados los riesgos,


pasamos a realizar el análisis de los mismos, es decir, se estudian la posibilidad y
las consecuencias de cada factor de riesgo con el fin de establecer el nivel de
riesgo. El análisis de los riesgos determinará cuáles son los factores de riesgo que
potencialmente tendrían un mayor y, por lo tanto, deben ser gestionados por el
emprendedor con especial atención.

Análisis del riesgo etapas

(evaluación,gestión,comunicación.)

El análisis de riesgos se presenta normalmente como un proceso que comprende


tres etapas: evaluación de riesgos, gestión de riesgos y comunicación de riesgos.
La evaluación de riesgos es la etapa en que los instrumentos científicos y
cuantitativos se aplican más intensamente. La gestión de riesgos es la etapa en
que los amplios objetivos sociales se integran con la ciencia, y en la que se
preparan y eligen estrategias para abordar los riesgos. Y la comunicación de
riesgos es la etapa en que se reconoce la necesidad de una aportación más
amplia de los diversos sectores del público, y de llegar a las partes afectadas.
Esas etapas son interactivas e iterativas, y a menudo se producen
simultáneamente, lo que hace difícil clasificar actividades específicas realizadas
en el análisis de riesgos como atribuibles exclusivamente a una de ellas. Teniendo
presente esta salvedad, resulta útil examinar la función de los juicios de valor y de
las consideraciones éticas en cada una de esas tres etapas.

Aunque en el presente documento utilizamos las categorías convencionales de


Evaluación de riesgos, Gestión de riesgos y Comunicación de riesgos, queremos
destacar que esas distinciones son mucho menos claras de lo que a menudo se
piensa. De hecho, en la práctica, el análisis de riesgos funciona como un proceso
no lineal.

 En primer lugar, se identifica un peligro determinado y se elabora un perfil


de riesgo para orientar las decisiones sobre la forma de proceder,
considerando especialmente si deben asignarse recursos a una evaluación
de riesgos detallada.
 En segundo lugar, se emprende una evaluación de riesgos, de conformidad
con las directrices establecidas en la etapa anterior.
 Por último, se utilizan los resultados de la evaluación de riesgos, con otras
informaciones, para elegir entre las opciones de gestión de riesgos, se
ejecutan las opciones elegidas y se siguen los resultados. Mientras todo
esto ocurre, se está produciendo la comunicación de riesgos.

Las tres etapas requieren juicios de valor que no se basan inequívocamente en


datos reales. Muchos de esos juicios, si no la mayoría, son de carácter ético o
tienen dimensiones éticas implícitas. Esos juicios quedan comprendidos en las
cláusulas sobre «análisis científicos sólidos» y «otros factores legítimos» de las
Declaraciones de principios referentes a la función que desempeña la ciencia y en
documentos similares utilizados, respectivamente, en los sistemas de evaluación
de riesgos y de gestión de riesgos. Considerados en conjunto, esos elementos
incluyen una diversidad de valores económicos, jurídicos, culturales, sociales,
ambientales y científicos necesarios para un análisis de riesgos adecuado.

En la presente sección examinaremos algunas de las fuentes de esos juicios de


valor y explicaremos la forma en que la función de los valores en las tres etapas
del análisis de riesgos puede hacerse más explícita, y cómo los juicios de valor se
inspiran en consideraciones éticas.

Gestión local del riesgo:

La gestión del riesgo que se


fomenta llevar a cabo a nivel
local en la mayoría de las
comunidades de Centroamérica
es un proceso altamente
participativo por parte de los
actores sociales locales y que
muchas veces es coordinado
con actores externos de apoyo
técnico16, tales como
representantes de instituciones
públicas y empresas privadas,
así como de organismos de
cooperación internacional. En
muchas ocasiones, las
comunidades buscan formular
estrategias, programas y
proyectos orientados a la
reducción o mitigación,
previsión y control de riesgos, y
la recuperación en caso de
desastres, mediante la
preparación de un plan de
gestión local del riesgo.

La meta es tener la capacidad adecuada para responder a los distintos posibles


escenarios en el área de preparación, mitigación y atención de los desastres, para
que los individuos y las comunidades logren sobreponerse a la crisis o, incluso, a
fortalecerse como producto de sus consecuencias. Es por esto que se requiere
que a nivel local exista un registro riguroso y auténtico de las diferentes
amenazas, y que se identifiquen los diferentes factores que incrementan la
vulnerabilidad en el nivel local. De esta manera, las comunidades podrán
identificar sus escenarios de riesgo y priorizar decisiones, acciones y recursos
para construir sus escenarios de sostenibilidad.

Asimismo, a partir de la identificación de los diferentes elementos de la resiliencia


se puede conocer en qué consiste una comunidad resiliente ante los desastres y
como se puede avanzar hacia su consolidación. Una comunidad libre de todo
riesgo y 100% resiliente ante los desastres es un ideal; sin embargo, las áreas
temáticas desarrolladas como resultado del Marco de Acción de Hyogo permiten
que las muchas comunidades que viven bajo riesgo fortalezcan su capacidad de
respuesta a desastres17.

Plataforma tematica en riesgo urbano.

Identificación del riesgo

La identificación o conocimiento del riesgo corresponde en general a la percepción


individual, la representación social y la estimación objetiva del mismo. Para poder
intervenir el riesgo es necesario reconocerlo, dimensionarlo (medirlo) y
representarlo mediante modelos, mapas, índices, etc, que tengan significado para
la sociedad y para los tomadores de decisiones. Metodológicamente involucra la
valoración de las amenazas factibles, los diferentes aspectos de la vulnerabilidad
de la sociedad ante dichas amenazas y su estimación como una situación de
posibles consecuencias de diferente índole en un tiempo de exposición definido.
Su evaluación, con fines de intervención, tiene sentido cuando la población lo
reconoce y lo comprende (Cardona, et al., 2005).
Identificar y estimar el riesgo de los elementos expuestos y analizar su origen y
evolución a lo largo del tiempo, constituye una herramienta de diagnóstico que
permite priorizar el tipo de medidas y acciones de carácter político, económico,
social y ambiental, para neutralizar o reducir dicho riesgo mediante acciones de
intervención y planificación, y lograr así un desarrollo equilibrado.

La ley 1523 de 2012 define la identificación del riesgo como “El proceso de la
gestión del riesgo compuesto por la identificación de escenarios de riesgo, el
análisis y evaluación del riesgo, el monitoreo y seguimiento del riesgo y sus
componentes y la comunicación para promover una mayor conciencia del mismo
que alimenta los procesos de reducción del riesgo y de manejo de desastres”.

Para la identificación del riesgo cobran importancia 3 aspectos fundamentales:

El primero de ellos es la Evaluación de la amenaza, que puede definirse como


el “pronosticar” la ocurrencia de un fenómeno y que es realizada por instituciones
técnicas y científicas relacionadas generalmente con campos afines a la geología,
la hidrometeorología y procesos tecnológicos, las cuales de acuerdo con estudios
que varían desde estimaciones generales hasta análisis detallados, plasman en
mapas de diferentes escalas la cuantificación de la amenaza y una zonificación
cartográfica. A estos mapas se les denomina “Mapas de amenaza”, los cuales se
convierten en un insumo fundamental para el ordenamiento territorial o la
planeación física, especialmente cuando se trata de determinar la aptitud
ambiental de posibles zonas de expansión urbana o de localización de nueva
infraestructura.

El segundo de estos aspectos es la Evaluación de la vulnerabilidad, que se


define como un proceso mediante el cual se analiza y se determina el nivel de
exposición que tiene un elemento de verse afectado o de sufrir una perdida ante
una amenaza específica. Este tipo de evaluación puede clasificarse desde el
punto de vista técnico o social, siendo la primera más factible de cuantificar en
términos físicos y funcionales, por ejemplo en pérdidas potenciales referidas a los
daños o la interrupción de los servicios, a diferencia de la segunda, que
prácticamente sólo puede valorarse cualitativamente y en forma relativa, debido a
que está relacionada con aspectos económicos, educativos, culturales,
ideológicos, etc., que a menudo se pueden evaluar mediante índices o
indicadores.

En último lugar se encuentra la Percepción del riesgo, que al igual que la


amenaza también puede plasmarse en mapas y se obtiene de relacionar la
amenaza o probabilidad de ocurrencia de un fenómeno, con la vulnerabilidad de
los elementos expuestos.

Es importante que tengamos en cuenta entonces que el riesgo es posible


intervenirlo o modificarlo simplemente reduciendo las condiciones de
vulnerabilidad y comprendiendo que los fenómenos de la naturaleza son
amenazas en la medida en que los asentamientos humanos sean vulnerables.

2.3 analisis y categorización del riesgo

2.3 analisis y categorización del riesgo

Este análisis de riesgo urbano son todas aquellas medidas que se utilizan para
observar y detectar las vulnerabilidades de cada urbanización, comunidad, barrio
etc., para reducir lo más que se puedan los riesgos en una comunidad y lograr una
sociedad más segura. El análisis de riesgo es como una estrategia de reducción
de riesgo que tiene como objetivo identificar las áreas vulnerables. La
categorización viene siendo como una clasificación de los riesgos

Los Sistemas de Información Geográfica (SIG) son herramientas informáticas


para el almacenamiento y análisis complejo de datos espacialmente referenciados
y la representación gráfica de la información derivada (Abbot, 1998). Los SIG, por
su capacidad para el tratamiento de grandes volúmenes de datos complejos,
permiten gestionar las variables socio-económicas relativas a los recursos
naturales y al medio físico, facilitan la comprensión de los aspectos espaciales que
intervienen en el desarrollo social y económico, proporcionan una herramienta
para determinar la localización óptima y el tipo de intervenciones más adecuado,
simplifican la realización del seguimiento de los efectos causados por dichas
intervenciones a diversas escalas y sobre áreas extensas para la supervisión de
los procesos de progreso y cambio social. Tradicionalmente esta tecnología ha
estado dirigida por expertos y controlada de manera centralizada por organismos
públicos, instituciones de investigación y empresas privadas. Su empleo como
tecnología potenciadora de la participación de agentes interesados en la toma de
decisiones locales sobre aspectos que afectan al uso del suelo y otros recursos
naturales es más reciente (Jankowski, 2009). Según este autor, son varios los
orígenes ideológicos del uso de SIG como herramienta participativa. Por un lado la
máxima democrática de que aquellos afectados por una decisión deberían
participar en el proceso de la toma de esa decisión, por otro las críticas a los SIG
por representar el conocimiento privilegiado de los expertos y el elogio por su
potencial para sintetizar el conocimiento experto con el local y por último, la
necesidad de revitalizar los modelos tradicionales, ya obsoletos, de participación
ciudadana en la toma de decisiones sobre el uso de los recursos públicos. El
debate entre grupos a favor y en contra de su uso en el ámbito público fue muy
intenso en la década de 1990, como señalan entre otros Carver (2001) y Dunn
(2007). A partir de la evaluación de las críticas de ambos grupos y de otros
trabajos en el contexto de la participación pública y de la toma de decisiones en el
ámbito de la planificación, finalmente la ciencia social y los SIG se han unido para
colaborar en procesos participativos. El objetivo es la toma de decisiones y el
análisis tanto de las implicaciones sociales del uso de los SIG como de los
cambios en la tecnología derivados de los procesos sociales (Carver, 2001).

Surge así el término SIG Participativo (SIGP), referido al uso de la tecnología


de procesamiento de datos y visualización de SIG para integrar el conocimiento
experto con las necesidades y capacidades de las comunidades locales
involucradas y afectadas por un proyecto (Abbot, 1998, Jankowsky, 2009). Este
nuevo campo crea como expectativas la generación de soluciones más equitativas
y basadas en un análisis más amplio de opciones en el área de la planificación,
donde no hay una única solución racional para aspectos controvertidos (Couclelis
& Monmonier, 1995 en Jankowski, 2009). Dunn (2007) asevera que un SIG
Participativo exalta la multiplicidad de las realidades geográficas en lugar de las
"soluciones" desarraigadas, objetivas y tecnocráticas que han tendido a
caracterizar muchas aplicaciones SIG convencionales. Harris et al (1995, en
Jankowski, 2009) señalan como objetivos de los SIGP el empoderamiento de
grupos tradicionalmente marginados en la XIV INTERNATIONAL CONGRESS ON
PROJECT ENGINEERING Madrid 2010 1993 sociedad y la democratización de
las decisiones locales de la tierra, gracias al acceso público a los datos del SIGP

Construcción social del riesgo

Se refiere a los procesos a través de los cuales la sociedad y los distintos agentes
sociales contribuyen a la creación de contextos y entornos de riesgo. Esto ocurre
por la transformación de eventos naturales en amenazas debido a la inadecuada
ubicación de edificaciones e infraestructuras, producción y satisfactores de la vida
etc.; por la transformación de recursos naturales en amenazas a través de
procesos de degradación ambiental; o por la creación y consolidación de
condiciones diversas de vulnerabilidad, las cuales potencian la acción negativa de
las amenazas y eventos peligrosos.

You might also like