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07 de mayo de 2018
Juan 6:22-29 presenta la intención de Jesús de redirigir a sus seguidores hacia lo que
es realmente importante. Los esfuerzos de ellos han estado mal encaminados (26-27a),
orientados hacia cosas perecederas, y Jesús busca darles la dirección correcta (27b, 29). La
frase “Ἀμὴν ἀμὴν λέγω ὑμῖν” (v.25) es una afirmación categórica que indica el esfuerzo de
Jesús por sacar a la luz las verdaderas intenciones de los inquiridores. Posiblemente la
desubicación de la multitud es doble puesto que algunos aún podrían estar empeñados en
hacerlo rey como en 6:15.1 Jesús le dice a su audiencia que buscarlo solo por llenarse el
estómago es perder el tiempo (v.27a). Hay que trabajar por la comida que permanece para
vida eterna (v.27b) –que está presentado en, Τοῦτό ἐστιν τὸ ἔργον τοῦ θεοῦ ἵνα πιστεύητε
εἰς ὃν ἀπέστειλεν ἐκεῖνος (v.29), creer en Jesús como el enviado de Dios–, y esta solo la
puede dar el Hijo del Hombre (v.27c). Así, la mejor forma de orientar los esfuerzos
Este pasaje puede hablar a la sociedad colombiana que está empeñada en una
búsqueda infructuosa de lo que llaman un país mejor. El colombiano sueña con un país casi
utópico, pero espera que este se dé al hacer cambios en las “estructuras e instituciones
políticas, sociales y económicas, mientras olvidamos el papel clave que en él juegan nuestra
idiosincrasia y cultura”.2 El autor del libro, ¿Cómo somos? Los colombianos, sugiere que
1
Leon Morris, El evangelio según Juan: Volumen primero, Colección de Teología contemporánea, vol. 11,
trad. de Dorcas González Bataller (Terrassa: Clie, 2005), 404-405.
2
Germán Puyana García, ¿Cómo somos? Los colombianos: reflexiones sobre nuestra idiosincrasia y cultura,
2.° ed. (Bogotá: Bhandar, 2002), 35.
2
cuando el colombiano logre descubrir las cosas que están mal en su carácter y se disponga a
el reconocimiento de sus fallas y sus esfuerzos por corregirlas son la solución definitiva. En
Juan 6:22-29 vemos que estos esfuerzos desenfocados son superficiales y que es necesario
El colombiano, por su carácter religioso, podrá pensar que hacer la obra de Dios es
la participación en ritos y ceremonias dentro de una iglesia. Sin embargo, esto será solo la
parte más superficial de la definición. Para Jesús, y parece que para sus oyentes (v.28), es
evidente que la obra de Dios no tiene tanto que ver con rituales: la obra de Dios es creer en
cristianos (católicos para ser más específicos), pero que en la práctica reflejan lo irreal de
esas cifras ya que, “sus creencias, como el ejercicio que hacen de los sacramentos, se han
demeritado sensiblemente”.4
siempre el llamado a reconocer que Jesús es el que sacia para vida eterna (v.27a), pero que
quien Dios ha sellado (v.27c), el único que obra en plena representación del Padre porque
es aprobado por él.5 Sin duda que hacer las obras de Dios (v.28) implica un compromiso
3
Puyana García, ¿Cómo somos? Los colombianos, 24.
4
Puyana García, ¿Cómo somos? Los colombianos, 217.
5
Morris, Juan, 408.
3
compromiso de creer en aquel a quien Dios envió (v.29), superando así los aspectos
negativos que nos identifican como colombianos y que se incorporan en nuestras iglesias:
Bibliografía
contemporánea, vol. 11. Trad. de Dorcas González Bataller. Terrassa: Clie, 2005.
Puyana García, Germán. ¿Cómo somos? Los colombianos: reflexiones sobre nuestra