You are on page 1of 3

LA MEDICINA ÁRABE Y LA SOCIEDAD

LA SOCIALIZACIÓN DE LOS CONOCIMIENTOS.


La medicina árabe fue un nexo de unión entre la sabiduría del mundo clásico y
la medicina del Renacimiento. Los antiguos textos griegos, perdidos para los
médicos occidentales, eran conocidos y fueron transmitidos por los árabes.
Hunayn ibn Ishaq, médico y traductor, fue uno de estos médicos, particularmente
célebre por sus traducciones de Galeno. La asimilación de esas fuentes griegas,
fue posible y rápida porque los primeros musulmanes, movidos por las
sentencias de Mahoma: "Buscad el saber aunque hayáis de ir a China", "Quien
deje su casa para dedicarse a la ciencia, sigue los pasos de Alá", se lanzaron a
traducir y hacer suyos los textos helénicos o sirios donde se encontraban los
saberes y ciencias que ellos ignoraban. De especial interés son las bibliotecas,
que contenían muchos libros de medicina y que estaban en Bagdad, Ispahan, El
Cairo, Damasco y Córdoba; esta última, fundada por el califa al-Hakam II en el
año 960, poseía más de 100 000 volúmenes1.

SITUACIÓN SOCIAL DE LA MEDICINA Y LOS MÉDICOS.


Desde el propio surgimiento del Islam, los árabes muestran una viva
preocupación por el tratamiento médico de la enfermedad. "Sólo hay dos
ciencias: la teología (salvación del alma) y la medicina (salvación del cuerpo)" 2,
dice una sentencia atribuida a Mahoma. Para corroborar esta máxima, una serie
de consejos - hadies - permitieron elaborar muy tempranamente el cuerpo de
una "medicina del profeta". De ahí la alta estimación que desde los orígenes
mismos de la cultura musulmana gozara la medicina del Islam. La medicina tenía
importantes limitaciones morales y éticas impuestas por la doctrina del Islam y
su práctica estaba regulada por la hisba, una oficina religiosa supervisora de las
profesiones y de las costumbres, que también se encargaba de vigilar a los
cirujanos, boticarios y vendedores de perfumes. Los médicos eran clasificados
en Mudawi (simple practicante) Tabib (mero profesional del arte curativo) y
Hakim (los que lograban la excelencia intelectual y ética de un verdadero sabio).
Los que llegaban a ser considerados en esta última clasificación quedaban
socialmente equiparados al juez (qadí), al recitador de preces (Imán) y al gran
jefe militar (Emir). En la persona del Hakim, se fundían tres saberes: Intelectual:
igualmente sabio en la teoría y en la praxis. Ética médica: sólo un hombre de
buenas costumbres puede ser buen médico. Ética pedagógica: la amistad con el
sabio tiene más alta calidad y merece mayor aprecio que la propia amistad de
los padres.
La cirugía se consideraba actividad indigna de los médicos y sólo la practicaban
miembros de una clase inferior; la disección anatómica de cadáveres estaba (y
sigue estando) absolutamente prohibida por el Islam, por lo que la anatomía
debía aprenderse en los libros. La práctica quirúrgica se reservaba
exclusivamente para cuando ya habían fallado otros remedios (fármacos y dieta)
1. Multanovski, M. Historia de la medicina. Ed. Academia de Ciencias de Cuba, La Habana,
1967.
2. Laín Entralgo, P. Historia Universal de la Medicina. ED. Salvat. Barcelona 1980.
3. Garrison, F. H. Introducción a la Historia de la Medicina. Traducción de la Segunda
Edición Inglesa. Calpe, Madrid, 1921.
Algunos de los médicos estaban muy bien remunerados, como Jibril bn
Bakhtyashu, favorito de Harun al-Raschid, quien recibía un honorario mensual
equivalente a varios miles de dólares y una recompensa anual todavía mayor,
"por sangrar y purgar al comandante de los Fieles"; también Avicena acumuló
una gran fortuna durante su vida3.

CONSIDERACIONES FINALES.
La contribución principal de los árabes a la medicina fue la preservación de las
antiguas tradiciones y de los textos griegos, que de otra manera se hubieran
perdido; además, mantuvieron el ejercicio de la medicina separado de la religión
en los tiempos en los que en Europa era un monopolio de los clérigos. Mientras
en los países cristianos la enseñanza de la medicina se limitaba a la Iglesia, en
España, Egipto y Siria la instrucción estaba a cargo de médicos seculares y se
impartía a judíos, árabes, persas y otros súbditos del Islam. Esta enseñanza no
era solamente teórica, sino que también incluía prácticas clínicas. El mundo
árabe o islámico, surgido paralelamente a Bizancio, fue el escenario fundamental
de la medicina y de la ciencia durante la mayor parte de la Edad Media. El médico
era considerado como sabio o filósofo-médico; pero el ejercicio de la medicina
tenía control estatal. Las Escuelas de Medicina se construían junto a las
mezquitas y la educación médica era teórica y práctica. A partir del año 931, se
exigía el examen profesional para ejercer la medicina y también exámenes para
las distintas especialidades.
En la clínica, los médicos árabes mantenían la postura galénica (humores y
potencias) en la interpretación de la enfermedad y tenían un ordenamiento rígido
en la terapéutica (iniciar con medidas higiénicas y dietéticas, dependiendo de
factores propios de la enfermedad y del medio ambiente; en caso de fracaso,
recurrir a la farmacoterapia, altamente desarrollada y, finalmente, la cirugía, en
los casos refractarios a las medidas anteriores). Los sirios fueron fundadores de
grandes hospitales (Damasco) y escuelas, desde el siglo IV. Más tarde se
fundaron hospitales también en El Cairo (siglo VI) y Bagdad (siglo VIII).
Realizaron construcciones de hospitales especializados para determinadas
enfermedades (Bagdad, año 786, primer manicomio) y hospitales ambulantes
con carácter militar. Y, finalmente, tras los hospitales surgieron las farmacias,
gracias al gran desarrollo de la química. En 1236 Fernando II de Castilla
conquistó Córdoba y en 1258 Bagdad fue destruida por los mongoles. En los dos
siglos siguientes la civilización árabe fue poco a poco desapareciendo de las
tierras mediterráneas y de Oriente, pero su impacto cultural dejó huellas
indelebles sobre todo en Persia, en el norte de África y en España

1. Multanovski, M. Historia de la medicina. Ed. Academia de Ciencias de Cuba, La Habana,


1967.
2. Laín Entralgo, P. Historia Universal de la Medicina. ED. Salvat. Barcelona 1980.
3. Garrison, F. H. Introducción a la Historia de la Medicina. Traducción de la Segunda
Edición Inglesa. Calpe, Madrid, 1921.
CONCLUSIÓN:
Se destaca que la contribución principal de los árabes a la medicina fue la
preservación de las antiguas tradiciones y de los textos griegos, que de otra
manera se hubieran perdido; además, mantuvieron el ejercicio de la medicina
separado de la religión en los tiempos en los que en Europa era un monopolio
de los clérigos.Sin lugar a dudas, sin los aportes de la medicina árabe la Edad
Media habría sido un período de plena oscuridad científica

1. Multanovski, M. Historia de la medicina. Ed. Academia de Ciencias de Cuba, La Habana,


1967.
2. Laín Entralgo, P. Historia Universal de la Medicina. ED. Salvat. Barcelona 1980.
3. Garrison, F. H. Introducción a la Historia de la Medicina. Traducción de la Segunda
Edición Inglesa. Calpe, Madrid, 1921.

You might also like