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CONSIDERACIONES FINALES.
La contribución principal de los árabes a la medicina fue la preservación de las
antiguas tradiciones y de los textos griegos, que de otra manera se hubieran
perdido; además, mantuvieron el ejercicio de la medicina separado de la religión
en los tiempos en los que en Europa era un monopolio de los clérigos. Mientras
en los países cristianos la enseñanza de la medicina se limitaba a la Iglesia, en
España, Egipto y Siria la instrucción estaba a cargo de médicos seculares y se
impartía a judíos, árabes, persas y otros súbditos del Islam. Esta enseñanza no
era solamente teórica, sino que también incluía prácticas clínicas. El mundo
árabe o islámico, surgido paralelamente a Bizancio, fue el escenario fundamental
de la medicina y de la ciencia durante la mayor parte de la Edad Media. El médico
era considerado como sabio o filósofo-médico; pero el ejercicio de la medicina
tenía control estatal. Las Escuelas de Medicina se construían junto a las
mezquitas y la educación médica era teórica y práctica. A partir del año 931, se
exigía el examen profesional para ejercer la medicina y también exámenes para
las distintas especialidades.
En la clínica, los médicos árabes mantenían la postura galénica (humores y
potencias) en la interpretación de la enfermedad y tenían un ordenamiento rígido
en la terapéutica (iniciar con medidas higiénicas y dietéticas, dependiendo de
factores propios de la enfermedad y del medio ambiente; en caso de fracaso,
recurrir a la farmacoterapia, altamente desarrollada y, finalmente, la cirugía, en
los casos refractarios a las medidas anteriores). Los sirios fueron fundadores de
grandes hospitales (Damasco) y escuelas, desde el siglo IV. Más tarde se
fundaron hospitales también en El Cairo (siglo VI) y Bagdad (siglo VIII).
Realizaron construcciones de hospitales especializados para determinadas
enfermedades (Bagdad, año 786, primer manicomio) y hospitales ambulantes
con carácter militar. Y, finalmente, tras los hospitales surgieron las farmacias,
gracias al gran desarrollo de la química. En 1236 Fernando II de Castilla
conquistó Córdoba y en 1258 Bagdad fue destruida por los mongoles. En los dos
siglos siguientes la civilización árabe fue poco a poco desapareciendo de las
tierras mediterráneas y de Oriente, pero su impacto cultural dejó huellas
indelebles sobre todo en Persia, en el norte de África y en España